sábado, 26 de octubre de 2019

ESBOZOS SOBRE CARMEN MARTIN GAITE


Me abruma que esta autora haya escrito tanto, se asegura que guardaba unos 600 cuadernos de todo, 300 artículos de prensa tirando del hilo y ni se sabe lo que quemaron ella y su hermana “cuando les daba la piromanía, para que no se lo expropiara el hombre de Texas americano” (el capitalista lobo de Caperucita en Manhattan) ¡Se puede abordar desde tantas perspectivas y tantos aspectos que no sé qué hacer; quizá partir de Cuadernos de todo, que aglutina toda su obra de ensayo, novela...y su propia  vida, y del Cuarto de atrás! Para leer y escribir se necesita “atención”, hasta para distraerse en el vuelo de una mosca o estar en las nubes hay que prestar atención. Y luego se necesita un pretexto. Con el concepto de Retahíla (“Serie larga de sucesos o cosas no materiales, iguales o análogas, que están, suceden o se mencionan una tras otra.”) se referirá a unos textos largos de aparente escritura automática, semiautomática porque piensa mucho antes de escribir, en la que luego tacha algunas palabras, añade, quita y hace correcciones. Mediante frases cortas y fragmentarias va hilando un discurso lleno de coherencia y además de recursos metafóricos evocativos y sugerentes. Gaite inventa un macrocosmos  lingüístico con sus propios neologismos inventados, hace del diccionario  un lenguaje propio mezclando los usos lingüísticos de posguerra e interesantes lecturas posestructuralistas, deconstructivistas. ¡unos pensamientos mágicos tan lógicos que se necesita un "ritmo-lento" para contar bien, mimar, coser, enhebrar, ordenar, tirar del hilo de la cometa y hasta  cocinar todos estos retales, retahílas, retazos, ovillos, fragmentos de mi interior destinados a esa búsqueda del interlocutor soñado. Necesito para empezar a escribir de ella crear  un ambiente idóneo de representación teatral o performance deconstructivista posmoderna en mi propio cuarto de atrás: el pitillo de Greta Garbo sobre el  cenicero, los fetiches de costura con la máquina de coser puzles y collages y fotos de actrices, los libros llenos de hipotextos desperdigados por el suelo y todos estos consejos para cocinar la escritura. Convierto mi mesa de estudio en un taller de poeta-obrera manufacturera, del gremio costurero artesanal y boina “I love Nueva York” a lo dadá. 
Resultat d'imatges de carmen martin gaiteResultat d'imatges de carmen martin gaite
Abro mi ventana a otras ventaneras-soñadoras-fantasiosas que queramos hacer estas labores artesanales  y domesticas por propio gusto y no por imposición del marido Ferlosio ni obligados por autoridades, como esos maestros que contaba C. M. Gaite que distinguían entre la redacción subjetiva de invención y el relato objetivo del viaje en el bus a un monte con iglesia. Ella quiere ver la ventana por delante y por detrás, dirá en su entrevista con García Soler. Se empieza a escribir desde el cuarto de atrás, nuestro inconsciente, tratando de ordenarlo (su casa en Dr. Esquerro no es el mejor ejemplo, mi mente y este análisis tampoco) ¡en qué trabajo titánico y tiránico me he metido!; prometeico por transgresor y algo destructivo de mi vientre (Nietzsche opinaba que los sentimientos se hallan más allí que en el topos arterial del corazón, y que se “escribía con las vísceras”). Es titánico, pero no tarea absurda de Sísifo, por lo que a mí me puede aportar a mi propia escritura, por lo que pueda llevar a  conocer su figura (un juego de versiones de sí misma) y su obra (un juego de fragmentos de interiorismo que no pierde la coherencia ni en su vida ni en su unitaria obra)

Resultat d'imatges de carmen martin gaiteResultat d'imatges de carmen martin gaiteResultat d'imatges de carmen martin gaite
Quienes no distinguen de trasformación de estilo, finitos temas e infinitas significaciones la colocaron el letrero de "monotemática", Pero es una  autora polifacética y variada  en el tratamiento a estas obsesiones repetidas. Le daba a todos los palos y “a los palos secos" de los morfo lingüistas patada parecida a la que recibe el pobre Todorov en El cuarto de atrás, aun siendo su Introducción a la literatura fantástica el preferido entre aquellos libros de ismos de Propp, Bajtín, Chomsky, U. Eco,...que solo hablan de sí mismos (meta) y para sí mismos, sin ese lector común de interlocutor. Parece  estar hasta los mismos de tantos ismos y aunque asegura en El cuento de nunca acabarno me  arrepiento de estas lecturas, pero quiere usar estos ensayos en una novela ¡y menos mal porque así no me llamarán para conferencias de ese tipo!” ¡Aunque no dejaron de llamarla!) Así surgió ese maravillo libro que no sabría encasillar sí de enseñanza a la escritura, o pedagógico para estas madres de los 80 que querían ser escritoras mientras sus hijos se aburrían en los columpios y ella inventaba divertimentos jugando con estos niños abandonados de sus progresistas padres, como Wendy con los niños perdidos o una Miss Lunatic del Retiro o de Central Park. En el cuento de nunca acabar no se sabe dónde acaba la teórica literaria aconsejando en un taller de escritura, donde la pedagoga interesada en una educación sentimental al menor (el primer receptor de historias, de cuentos orales, el interlocutor preferido por la autora es ese niño que interrumpe a la madre pidiéndole que lo cuente “pero con ganas” (Barthes dirá: “a un escritor no hay que pedirle  tanto que escriba algo como que lo diga con voluntad de escribirlo”)

Resultat d'imatges de carmen martin gaiteResultat d'imatges de carmen martin gaite
Hay miles de trabajos poniéndola “letreros, estandartes y banderas”, algo por lo que protesta repetidamente en Cuadernos de todo. ¿Metaliteraria? En una  entrevista afirma desconocer prácticamente esta palabra cuando escribió El cuarto de atrás, quizá falsa modestia. Se la considera memorialista pero ella se queja del exceso de autobiografías en su tiempo, y afirma que no pretendía  escribir sus memorias pero toda su obra ya la recuerda y se teje de retales y fragmentos de ella misma dejándose ver, pero no como un libro abierto sino con un erotismo bien enmascarado. ¿Cronista social, testimonio de la posguerra, barroca, autora-ficción, cuentista infantil, narradora fantástica, neorrealista? (etiqueta únicamente por pertenecer a la generación del  50 y por Entre Visillos, un Jarama femenino, la novela coral de unas “niñas de provincia”  de  alta clase social  en una ciudad de con mentalidad pueblerina de casarse cuanto antes, a lo Jane Austen.) Prefiere “contar” a decir o narrar, al tradicional verbus dicendi, sabe que la tradición literaria fue en su origen oral, revindica lo sensorial interior sobre la grafía de la forma, la literatura es el sucedáneo, fármaco o bálsamo de la vida,, surge cuando no tenemos interlocutor a quien contárselo  directamente, cuando necesitamos que la escritura sea memoria perdurando, testimonio vital de palabra para las nuevas generaciones, que ella consideraba muy parecidas a la de su juventud (Se refiere a La movida o el Kronen, con el paradigma de su alumna y amiga Belén Gopegui.) C-M Gaite se sentía joven a cualquier edad, un tema del paso del tiempo y la vejez que lo asume con serenidad en Cuadernos de todo.  La voz literaria de Gaite rejuvenece a cada novela nueva, hay quien dirá que se “recicla” a las modas de cada momento histórico de España, pero sí algo odiaba era estar ir “a la page”o “demodé”, etiquetas de progre o retro y la trasgresión por la trasgresión, (“no puede un escritor plantearse: ¡voy a escribir un cuento original! sino encontrarse en el medio del cuento con ¡coño, este cuento me está saliendo original!” (C. d todo.)  
 Resultat d'imatges de carmen martin gaiteResultat d'imatges de carmen martin gaite
¿Feminista? Su retahíla es la queja gallega; mezclando lo concreto y lo abstracto en una queja contra el varón y una reivindicación de género, los monólogos de los personajes femeninos se mezclan y multiplican en una voz coral. Pero detestaba el feminismo de masas, gaseosa, como se lee una y otra vez en sus artículos. También la visión esencialista de la mujer impuesta por la estructura totalitaria, pues muchas adolescentes se dejaban engañar por las radionovelas de amor y otras construcciones culturales. Ella pide que se escuche, se vea, y se toque a la mujer real y concreta. Su obra es una cantiga de amigas (ahora se descubre que bajo las voces figurativas “amado” y “amada” se escondía la  canción de dos mujeres solas, dos ventaneras, de ventana a ventana cantando  el amor  soñado.) Y así va analizando desde las canciones galaico-portuguesas, los poemas trovadorescos, prestando especial atención a las amadas fríamente por los héroes de la épica medieval (la pobre Isolda bebiendo la poción de Tristán, Doña Jimena esperando casta al cid castellano…) Siempre desde una perspectiva femenina. Como mujer libre  del medio siglo se interesa más por “la espera” de la mujer al héroe que por el héroe en su Odisea. Helena era incapaz de desembocar ella sola, con su belleza censurada de pandémica, la de Troya. La virgen no podía redimir tampoco el pecado de Eva que no fue el otro que hacerle morder al hombre el  deseo a través del logos, esa manzana prohibida. Se queja Gaite de este esencialismo hacía la mujer, ya sea elevarla positivamente como un modelo (Isabel de  Castilla –la marida del gran Fernando, Dulcinea del Toboso princesa entre las aldeanas, Doña Inés el ángel del señor para la sección femenina) o contra-ejemplo (Lilith, la primera mujer en los evangelios apócrifos negada a copular con Adán, el hijo de Dios; maría la prostituta de Madgala, la mujer fatal, a la que ella llama la  enfermera, el segundo plato en Tatuaje de  Concha Piquer hasta que el marinero encuentre otro amor de  cantina de postre.)

Ella no quiere ser ángel ni diablo, sino C M Gaite y por eso le interesa la pueblerina Adonza Lorenzo que necesita agacharse a cultivar el campo y luego preparar la cena al gran literato que la tenía por musa y Diotima  entre las cocineras. Le  interesa la Teresa de Ávila motejada “la loca de la casa” en el convento (“la casa de locos de la teología”, ironizaba  Voltaire) antes de motejarla santa y matrona de los escritores. Quiere ver tras el mito, la mentira, la parte de verdad que había en esas mujeres, una divinidad que estaba dentro de sí mismas y no respecto a unos ojos masculinos. Por eso, cuando reflexiona sobre la mística de Teresa, por ejemplo al final de sus Cuadernos de  todo (misticismo porque la muerte concreta, física, la de uno, va llegando.” Y no te engañes, guapa, te estás haciendo vieja”) trata de imitar la serenidad vital y formal de esta monja, pero apenas habla de Dios, habla de los sentimientos de esta señora, igual que lo hará cuando estudie a la monja portuguesa. Se han considerado “histerias femeninas” los “éxtasis, delirios, ataraxias…”de estas religiosas por algún prejuicio materialista de Freud de reducir lo intangible a un instinto material, por boutades como las de Ortega y Gasset en sus ensayos sobre el amor “esas alucinaciones con el alter ego se debían a cierto pan de cebada común  en Ávila” etc. Tal como se lo han contado en el colegio o en La Sección femenina estas mujeres eran malos espejos, donde la mujer escritora no puede reflejarse ni refractar su propia visión del mundo. Teresa dijo “la mujer a  dios y a los pucheros” y hoy a una feminista le puede alarmar, pero Gaite lo quiere entender como una receta de cocina individual,  cocinándose en el alma algo que los demás no podían comprender y llamaban locura.

También le ponen el letrero de antifeminista porque no se comportaba dura como un hombre ni nos odiaba sino que buscaba siempre el dialogo y no sustituirse en nuestros defectos, tan segura de la superioridad de la mujer en muchos  aspectos que no tenía que estar repitiéndolo a cada momento; y tan segura de que "el sexo es un rato" que apenas habla de él, pues ya hay mucha literatura mal contada y aburrida (la novela rosa, las apologías morales  condenándola la libertad sexual femenina) que lo que menos le interesa es el  acto en sí, sino cómo se cuenta, como se lo cuenta la mujer misma. La sexualidad es poder y saber, leyó en Foucault, y la mujer ha desconocido la suya hasta hace bien poco. La sexualidad es un juego añadirá  ella, un acto performativo (siguiendo este feminismo deconstructivista) que tiene valor por su performance en sí, por la interpretación de estos roles del filerasta y el pederasta que pueden ser intercambiables en cualquier orientación o tendencia sexual. Es lo natural; lo libre del placer y también lo impuesto del instinto, pathos y ethos hasta en el sexo, no inventamos nada, ni las posturas, que ya aparecían en las obras más remotas (en Aristófanes x ejem.), pero jugamos a contarlas  otra vez, de otra forma, con más ganas.  Más que el sexo le interesa el  discurso de la sexualidad (Foucault), cómo nos han contado esta historia. Y nos la han contado mal por ejemplo desde la censura carnal de Platón hasta la escolástica tomista. No quiere a la Laura esencial de Petrarca o a la Isabel Freyre de Garcilaso, sino conocerlas a ellas como mujeres reales, y no a través de los ojos de un interlocutor que no  les deja intervenir en su discurso entusiasta de idealización.
 Resultat d'imatges de carmen martin gaiteResultat d'imatges de carmen martin gaite
Le preocupa el tema de dios como la creación de otra ficción, otra construcción cultural por motivos de ordenación de la polis y  sus derivados pragmáticos y comerciales, y mal  contada. Lo que le preocupa es  que la gente se tome al pie de la letra este sueño sin atreverse a contarse sus propios cuentos y fantasías. Parece tenerlo todo claro desde los 8 años  cuando empieza a leer y escribir; sigue una línea barroca (cervantina, calderoniana) pero dicho en toda su sustancia fantástica, es una  surrealista cotidiana, costumbrista mágica, intimista, crítica social…¡letreros que otros le hemos puesto! Y otros con los que ella misma se adornó: ventanera, soñadora, fantasiosa, en las nubes, buscadora de nenúfares-esencias platónicas-, costurera de  sueños, cazamariposas (como le decía su profesor y le  dice el profesor a Sofía en Nubosidad variable: “no deje de perseguir mariposas con su red” Su escritura trata de ordenar el caos, recomponer fragmentos, retales, botones, costuras, retahílas dispersas, cristales mágicos, versiones, interpretaciones de un espejo desfragmentado  donde ya no puede reflejarse la madrastra de Blanca nieves. Recomponer el espejo hecho añicos de Narciso buscando la flor, lo más esencial de  sí misma, sin caer en el ego (en la narración egocéntrica, de victima  autocompasiva, gastronómica, insustancial de un saludo fatico en el ascensor…de la narración thanatos)
Resultat d'imatges de carmen martin gaiteResultat d'imatges de carmen martin gaite
Ella apuesta por la narración eros, desde los textos del entusiasmo platónico (El banquete, el Fedro), desde su profundo conocimiento sicoanalítico (Freud para olvidarlo, con sus histerias femeninas, sus envidias al pene, sus homosexuales enfermos de la lívido. Jung para resoñar a Freud. Lacan para solucionar los traumas familiares….incluso presta atención a obras que alguien podría considerar menos serias como El héroe de las mil caras de  Campbell buscando esos arquetipos, símbolos, estereotipos, signos del inconsciente, del cuarto de atrás, un cuarto que no es de su propiedad sino de todos los que se acerquen a un libro bien contado.) Busca adherir con pegamento de cola un mosaico interno, un fresco  collage, un macramé de telas con sus fantasmas y demonios de Dostoievski, una interrelación alejandrina, borgiana, tejida de sueños (decía Shakespeare) “todos vivimos de sueños, unos de los propios y otros de los ajenos  Su mirada retrospectiva se construye en el presente inmediato, desde su cuerpo, sólo desde él es posible toda trascendencia, la metafísica no es más que una materia reflexionando sobre sí mismo, soñándose, la metaliteratura es la literatura hablando de sí misma, del hecho de sumergirse en la lectura, del por qué a  veces la abandonamos y dejamos para el día siguiente, por qué con unos textos necesitamos fumar (evaporarnos, irnos de nosotros mismos, sobre  esto reflexiona cuando trata de dejar el vicio)

sábado, 12 de octubre de 2019

Erase...

Resultat d'imatges de picasso guitarra azul
Erase una vez un mundo de fantasía al que nadie podía acceder, ni siquiera su autor, tierra de nadie y de todos. En un torreón vivían dos brujas, buenas o malas, según les diera la gana, con sus hechizos trataban de educarle moralizando rollos y rollos de pergaminos. El castillo tenía formas cubicas perfectas y era azul, como el de Picasso, se oían lloros de niños, gritos y esclavos en cavernas torturados. Mas también miraba por la ventana la hija del sol, la princesa de la primavera y el niño hombre de ojos tristes. Por la noche vampiros asustaban al señor, o fue mi insomnio el que le despertó. Mamá tampoco podía dormir por las noches en la casita del perrito de papá, la luna la perseguía sin llegar nunca a atraparla. Y así hice de ella mi casa de los fantasmas, y me convertí en alegre vampiro emocional, pues ya se sabe que no hay familias/mundos felices pero que seguirá habiendo cuentos de hadas.