viernes, 28 de diciembre de 2018

REPASO A MIS RE-LOCOS RECUERDOS



Repaso mis re-locos poco a poco. (No son re-cuerdos) La vida pasó de mí.
Re-loco de atar por no saber aún amar.
Fantasioso de la vida por medirla como ella me pida. 
Re-loco de remate por pretender a la muerte ganar el combate.

Re-loco doblemente: no me basta vivir y he de re-cuerdar la vida.
Ni mi cuerpo, que he de re-cuerpar.
Ni mi Existir: he de sentir mi Re-existir sin resentir mi No ser.

Loco por amor pues siento que tuve corazón.
Me fui de casa de locos a jaula de grillos. Pirado, hui y no píe.
Chinado exótico. Flipado por volar. Alucinado de luz. Iluminado de Logos.
Trastornado en el relámpanpigio del sturm und drag.

¡Camisa de fuerza por guerrear la paz!
¡Manicomio por encerrarme en mi reconcomio!
Por verter hacía dentro lo que no pude extro-vertir.
Erótico de mi siquis, siquiatrizado de mi eros
Filico de sueños y farmafobico de drogas psiquiátricas.

Desnortado de mi Norta, lunático de La luna de Bilbao
Quijote de mis sanchos. Enma de mi Bovaría.
Tal es mi locura: me tenga su merced sin-patía, em-patía y com-pasión.
 

CONTRA UN ÁNGEL QUE NOS INSPIRA, NI SIQUIERA COMO METAFORA


Lo siento por estas digresiones con las que os peto el blog, ¡parece mentira que tras 5 siglos de secularismo me vea aun teniendo que defender el ateísmo, arremetiendo contra "la casa de locos" de la religión (según Voltaire)! Me gustaría dedicarme a otros molinos de viento.

Ya lo sabían Heráclito, Parménides y el resto de presocráticos. Luego llegó Platón con sus divisiones en dos y Aristóteles con sus particiones en tres. A lo Herodes y Salomón, tratando de partir nuestro interior. Ya solo como define Sócrates el amor en El banquete por boca de Diotima estableciendo el amor uránico y elevado y el pandémico y propio del vulgo (concupiscente y animal) se las trae. Se las hae censurando el sexo en aquellos esclavos de la tierra de sol a sol que veían en este des desfogue el único desahogo de su alienación y explotación para el señor y el cura. Se las trae hasta el romanticismo. Esa sutura artificial entre el cerebro y el resto del cuerpo es lo que crea la desfragmentación interna de la siquis, y la patología, como Freud ve en la enfermiza religión: una neurosis histérica, negadora de lo verdadero, bello y placentero (más allá de bueno o malo): lo humano.

Voltaire se ríe de Leibniz en Cándido. Rousseau se rie de Hobbes en el Emili Nietzsche encuentra un punto medio entre Baco y Apolo que es Prometeo, el que trae el fuego del Logos, y Hermes, el angelito mensajero y periodista, que nos trae la verdad de los dioses. Es la esencia del héroe trágico-cómico, y no sólo romántico, sobre un peñasco- abismo, y de toda la humanidad. Jung se ríe de Freud y su visión obsesionada con lo sexual, material y la libido, abriendo la mente, el amor y el inconsciente a lo simbólico, a la hermenéutica de ayer-hoy-siempre.

Y es que hay que reírse de estos que se toman demasiado en serio a sí mismos y sus ideas, negando la dialéctica pues solo escuchan su tesis sin permitir la réplica. y la síntesis, la solución consensuada. Sin embargo, era necesaria la negación de Dios, sobre todo tras las dos guerras mundiales como  trágico escenario, porque para afirmar algo primero hay que negar lo anterior (el resumen del pensamiento de Marx y de la tesis-antitesis hegeliana que se contradicen pero se resuelven en una síntesis complementaria y conclusiva, aunque vuelve a ser prevalecer una tesis sobre su contraria, como demostró el marxismo llevado a la praxis en dictadura élite-proletaria)

Es necesario negar a Dios para devolver al hombre a su centro. Más necesario que nunca lo es ahora, que los humanistas escriban ANDROcentrismo en un mundo TECNOcentrista, como antes era TEO. igual que el feminismo necesita negar la masculinidad machista. Por eso considerarse ángel, semidios y hablar directamente a ese dios es el primer paso para negar al creador y convertirse uno en creador de vida y obra. Por eso Unamuno se mete en Niebla así mismo como protagonista antagonista y demiurgo de su creación nivolesca. Y por eso Nietzsche se considera así mismo antidios, antiángel, anticristo, por el mismo deseo de amor y trascendencia que llevaba a los místicos barrocos a considerarse co-creadores con dios de su poética.

Negar al dios que nos ha negado es el primer paso para afirmar al hombre y una vez devuelto el cetro usurpado son bienvenidas todas las buenas nuevas de la metafísica que se quieran. Por eso insisto: el ateísmo es un ejercicio de fe, Blas de Otero es un místico peleándose sangrientamente con Dios, Nietzsche aspira a la santidad y a la autoinmolación socrática por denunciar el borreguísimo sin moral de su época. Que la existencia humana preceda a toda esencia en los humanistas existencialistas no niega, en un nihilismo nunca pretendido por Sartre, la posibilidad de las esencias, pero siendo constantes de que son eso: esencialismos, absolutos que surgen de mentes de unas existencias concretas. Si Sartre, Simone o Camus hubieran negado las esencias no habrían escrito sobre los héroes y heroínas contemporáneas y su tragedia en la fábrica ni habrían afirmado a ese hombre/mujer siempre creándose, haciéndose, auto fundándose...

Valery y la poesía pura revindican que el poema no nace, se hace. Se va gestando él solo por intervención de un trabajador consciente, y ciertos procesos inconscientes (a los que los místicos llamaban dios, revelación, reminiscencia, iluminación) Pero el poema no lo inspira ninguna musa, ningún ángel enviado por dios ni nadie te lo dicta una noche en el monasterio solo para ti. El poema surge del propio lenguaje y de la propia vida de estos ángeles, caídas sus alas, expulsados por dios al infierno de los otros donde nos ha arrojado (como a los titanes o a Lucifer al reino de Hades.) El primero que nos ha maldito o maldecido, o ambas cosas, ha sido él, si seguimos creyendo en él como fundamento de todo. Nos trae a un mundo sin pedírselo nosotros y nos maldice pues nos nombra indignos, incompletos, carentes. Los filósofos hasta la posmodernidad han calificado nuestro cuerpo de No Ser. Nos regala ese dios un boli, como los bancos cuando abres una cuenta, pero hay que pagar elevados intereses por esta cuenta corriente sin plazo fijo y a cuenta del cliente. Ese es el contrato con Mefistófeles, hecho en sangre de vida. A cambio del Logos, Fausto renuncia a su Margarita, que también es un sueño, aunque sea humano, no por ello menos trascendente e importante. 

El primero que nos dice maldito entre los poetas malditos es nuestro fundamento creador. Es justo y necesario (por seguir en términos cristiano-platónicos) devolverle la moneda de doble cara y doble filo. Después es la sociedad la que nos maldice hasta el lumpen del sistema y nosotros le devolvemos su moneda creando cultura y pensamiento que después instrumentalizarán y asimilarán como creencias fragmentadas y descontextualizadas. Solo de nosotros depende elevarnos al lugar central y superior que nunca hemos dejado de okupar.

Así que cuando viene el ángel, la inspiración me suele pillar con los cascos del walkman puestos y no la hago ni caso, o me pilla trabajando mi neurosis por la calle, como Virginia Woolf paseando su esquizofrenia y personajes por londinenses avenidas, como una señora Dalloway  con demasiadas habitaciones propias abiertas en su mente. O soñando como los surrealistas, o en el baño apuntando ideas en el rollo del váter. No hay que dar mucho crédito a estos “divinos” que vienen a interrumpir y molestar la creación. Si Santo Tomás de Aquino hubiera seguido los horarios cerrados de su orden reglar y se hubiera levantado a los maitines madrugando no habría escrito nocturno la summa teológica. Dios es un impedimento, un padre putativo, castrador, represor de lo humano, que no permite la sublimación ni la aceptación de la muerte como parte del ciclo vital ni de la vida en su ambivalencia. La ambivalencia de la vida, como en las paradojas del Tao, es complementaria de sus partes. No es la contradicción del dualismo en Platón, no es la retórica tripartita de Aristóteles que tan fascista le resultaba al propio Lope de Vega, estrecha y cerrada como la mollera del griego.

La ambivalencia es la summa de partes, la aceptación de las dos caras, en la que la piedra suave sigue siendo piedra pero no por ello menos suave. La dialéctica o es suma de dos tesis y una conclusión compartida bidireccionalmente. O es eso o no es dialéctica. Ambivalencia significa que ambas valen. No se explica la una sin la otra. No se explica el anticristo de Nietzsche sin entender su vocación cristiana. En esto consisten los juegos dadá y surrealistas: dos términos aparentemente antagónicos se unen amorosamente, sin negar la libertad de cada uno. Los llamaban matrimonios de palabras. Si aceptáramos la ambivalencia se solucionarían muchos conflictos bélicos en una síntesis pacífica y amorosa. Hasta en una novelita que nos han sugerido leer en el master, con su obra La mano izquierda de la oscuridad, aparece esta idea del respeto a la pluralidad de las dos caras de la moneda. Una novelita de ciencia ficción escrita en pleno mayo del 68 que plantea la utopía de una sociedad sin género, en la que no habría guerra (pues ya se sabe que Helena nos trajo la de Troya, y que obedece a testosteronas masculinas y a una mística de masculinidad bélica. Si mujeres como esta autora gobernarían el planeta, si se volviera a creer en la diosa femenina de la naturaleza, este mundo sería más pacífico, fructífero, creativo, para poder agri-cultivar nuestra huerta interior, el jardín de Voltaire, y no la tierra del Señor.

Dios no trabaja por mí el blog, no me va salvar de la muerte y no se merece aparecer en los créditos de esta película. Es la peli de mi vida y la protagonizo yo. Cancelo mi suscripción en la cuenta a plazo infinito del Ser hasta que me devuelva los retrasos y atrasos en el pensamiento y en mi Noser. Que se quede con el boli el ángel luciferino. Y una vez saldadas las cuentas y hechas las devoluciones, me plantearé si seguir con la compañía bancaria de Jesús. O pasarme a la competencia con más potencia. 

Si realmente aún crees en un deísmo simplemente como idea de fundamento, parche intelectual, y no andromorfico, antropomórfico ni intervencionista, lo del ángel inspirador, casi con forma humana y sin pito ni sexo, contradice tanto a tu Aristóteles como a tu Spinoza.

En serio: ¿Cómo va a bañarse en el mismo rio de Heráclito la causa fundamental y la final? ¿Cómo van anteceder las ideas al Platón concreto y homosexual que las imaginó en el mundo de las cosas? El problema es que quizá sigues creyendo en un viejecito de barbas blancas que envía el ángel al poeta inspirado. Eso es como quedarse solo con la imagen por televisión del Franco abuelito ignorando las vulneraciones a los Derechos Humanos y las barbaridades que cometió este criminal, con la santa iglesia apoyándole durante todo el nacional catolicismo. Pero cada uno cree en lo que cree, y tiene fes en lo que las tenga y yo no soy quién para decirte que los reyes magos no existen, o fueron Buda, Mahoma y Zaratrusta. Yo solo creo en lo humano. El pensamiento religioso ha frenado e impedido más que apoyar la creación. Así que me dejaré de musas esenciales y sigue escribiendo mi existencia en este blog: artículos humanos, ya gusten o no a ese dios pasivo, inhumano y destructor. 

Yo creo en lo humano porque no es absurdo, querido tertuliano del blog, pues lo definió muy bien Tertuliano: creo en Dios porque es absurdo. Pero yo no soy tan Pirandello.

jueves, 27 de diciembre de 2018

LEEME ESTE CUENTO: NURIA Y BILBAO LA VIEJA

https://clubdeescritura.com/convocatoria/iv-concurso-historias-la-calle/leer/2031689/nuria-y-bilbao-la-vieja/


Me da un poco igual que me voteis este cuento, pues ya he escarmentado de estos concursos digitales donde gana el de la foto más guapo o con más amigos en el facebook y redes (¡a Goethe no le hicieron pasar por esto!), pero leeroslo. Es el relato social Nuria y Bilbao la vieja que ya publiqué por aquí (en espera de hacerlo en papel), pero resumido de 4 mil palabras a mil: 

NURIA Y BILBAO LA VIEJA

Las calles de Bilbao la Vieja (Bil-vi) siguen asociándose a prostitución y drogas. las bandas y pijos de “la Movida Bilbaína” trapicheaban con costo, hachís, coca, heroína… Se intenta regenerar este corazón del Botxo: pisos baratos, locales culturales, integrar inmigrantes… No es tan mala zona, aunque hay peleas diarias. Mi abuela me advirtió sentenciosa: “Por esas calles de malamuerte sólo encontrarás borrachos, maricones, moros y putas.” “Te olvidas las lesbianas.” 

Cierto: en c/Bailén me robaron móviles. En C/Cortes las prosti-putas se lanzan al coche clavando uñas postizas. Pero alojan el museo de Reproducciones, el Bilborock (iglesia reconvertida en sala musical), el Sarean (bar feminista), galerías artísticas… En octubre celebran sus fiestas con visitas guiadas, performances hípster. Calles atestadas de cibers (allí en vano busqué mi móvil ), kebabs, pizzerías, batidos árabes… Proliferan con esta crisis chinos todoauneuro, tiendas segunda mano y libro viejo. Llevo a Bilvi en mi frente (la cicatriz recuerda mi robo de móvil.) Sigo frecuentando su oferta cultural.

Nuria vive en una buhardilla en 2demayo, donde celebran un mercadillo libresco. Sube ocho pisos sin ascensor, (lo cual me disuade de visitarla.) Decoran el angosto pasillo fotos de Audrey Hepburn (secretamente la imita.) Por el piso paga 40 euros en Etxe-bide. La llenó de baratijas, ropa por el suelo. Le encanta comprar ropa que no se pone, maquillarse… Quedas a las 6, aparece ¡dos horas después!: la sombra de ojos, pintarse labios y recolocarse escote. Ni para un café se permite salir sin este protocolo. Es guapa, tampoco la hace falta. Le preocupa más su apariencia que lo esencial del café.

Quedé con ella para un reportaje fotográfico de la carrera. La acompañaban dos maletas explotadas de ropa. No podía posar en el parque Doña Casilda con el mismo look del Arriaga. Se metió en un baño de bar y cambió. La fotografié bajando las escaleras, los brazos al cielo como por musical de Broadway. El viento removiendo su pelo, ese día rubio platino Marilyn. Lo ha llevado de muchos colores. Teñida de rojo la confunden con Chiqui Martín. Con un moño negro parece Amy Winehouse.
Vivir en Bilvi no es problema. Los emigrantes la respetan. Las bandas la tranquilizaron; “Si tienes líos llámanos, acudiremos en tu auxilio”. Se mete en todo bar y pregunta al camarero más que inspectora de novela negra. Duerme la mañana, despierta a mediodía, come sobras de anoche. Se acuesta tarde; a las 12 tiene que barrer. Muchas pasa en vela; viendo sicoanalistas por YouTube (cualquier charlatán es su gurú). Lee autoayuda esotérica (subraya “vivir el momento” con un lápiz rosa.) Su biblioteca recoge los libros sobrantes de la Plaza Nueva que cargó 8 pisos. Echa siesta larga. Pasea al perro. Su carrito lo llena en diferentes súper, esperando encontrar quien la invite a café. Se abstrae en el reggaetón del walkman. Su figura, perro y carro, se reconoce a distancia.

Trabaja voluntaria en la librería book-crossing, de libros gratis. Milita en una sociedad antirracista. En Arroces del mundo prepara paella con receta marroquí, disfruta sirviendo platos a quién quiera probarlos. La gustan los bailes africanos. Si le sobra comida la lleva a estas personas sin-nada, como ignorando su también precaria situación, Va a comedores sociales, no por necesidad sino por vagancia: se levanta tarde, con pereza de cocinar. Vive de una RGI: le da para comer, no para cenar.
Pasa Navidades sola; su familia vive lejos. A su novio le han metido en la cárcel de Basauri. Servicio Social lo arrestó la tarde del Arenal al gritarla. Montaron un show y tenía antecedentes: robaba en el Carrefour cosas sin importancia, crímenes sin víctimas. Llenaba la gabardina de comida, perfumes, que la regalaba. Discutían sí volvía borracho de Barrenkalle. La pegaba porque se pone pesada. Recuerda las bofetadas paternas; mano de santo. Cristian tiene lo suyo: se crio en un orfanato. Le añora al masturbarse. Le visita con su plato favorito, lasaña, en táper. Dos años hará ya. “Una no es de piedra. Distingue mi follalidad del amor”. Tiene sus amantes. Él lo sabe.

Se enamoró del drogata Toño, que se mete caballo en La Ribera. Si me lo encuentro en su esterilla hablamos horas de Nietzsche y curas capullos. Me muestra pinchazos del brazo picado, general orgulloso de sus condecoraciones. Nuria se cansó de él: “Deberías haberle visto desnudo. Da asquito, hasta pena, la cara demacrada. Los niños se asustan y agarran a su mami. ¿Cómo pude acostarme con ese yonqui?”. Ahora ha instalado en casa un cubano atlético; no paga el alquiler, pero sí noches de sexo bestial. A Cristian le escribe largas cartas, tópicos ripios de carpeta adolescente sin calidad. Ilustran sus poemas flores, corazoncitos. Se cree más erótica que Anais Nin: la poesía consiste en rimar. Tras su poema taladrador de oídos, despedazó una rosa, tirando pétalos en performance. En chirona se lo encuentra hablador. Otras apagado. “Le drogan las farmacéuticas” Esas pastillas lo matan. Cumple con los talleres, recorre el cuadrado patio, sin curiosidad ni por el nuevo amante de Nuria. Les asusta casarse. Mejor pareja abierta. Nuria, excitada siempre, ve símbolos fálicos por doquier; farolas, barandillas… Se enamora de hombres inconvenientes, alcohólicos, como el padre. Nuestro amigo psicólogo diagnosticó un complejo de Electra, fijación paterna.

Tampoco está tan sola. La perra ladra más que nunca. La acaban de robar el móvil. Ansioso por los aperitivos navideños, se puso anoche Toño pesado, baboso, empeñado en un CD de villancicos horribles. Con hambre de posguerra, atendía más a la pitanza. No ha tenido otra que echarle. Se acuesta hoy muy pronto. No duerme, con música de bar toda la noche. Despierta en Navidad resacosa. Bebió dos lambruscos. El año acaba sin Cristian. A la tarde me lleva a La Ría: “Piensa algo traumático. Tira la piedra, no se repetirá. Pide un deseo” Preocupado por el perro internándose en el agua, protesto: “Tonterías de tus libros”. No escucha, embobada, en un lugar inaccesible para todos.

martes, 25 de diciembre de 2018

LITERATURA Y ESPECTACULO. TADENSZ KOWZAN


LITERATURA Y ESPECTACULO. TADENSZ KOWZAN


Kowzan empieza su ensayo Literatura y espectáculo recordándonos que hay una tradición nefasta, pero muy implantada, que cree el teatro solo una forma de literatura. Kowzan es un pionero en demostrar la tesis contrario. Antes de ser un libro, este ensayo eran artículos de revista del año 68 dentro del contexto del mayo francés (y su repercusión internacional) y del movimiento estructuralista y semiótico del teatro, que revindica la autonomía del teatro respecto a la literatura. Es decir, la contemplación del teatro como un espectáculo completo y no sólo verbal. (Los deconstructivistas dirán que cada uno puede hacer su propia lectura, aunque el texto tenga una parte determinada que conduzca, determine u obligue a cierta interpretación) Enlaza esta tesis con lo que habían proclamado informalmente otros autores como Antonin Artaud: lo no contenido en el dialogo (verbal) es, por desgracia, delegado a un segundo plano. Pero es obvio que la puesta en escena constituye algo más que lo meramente texto verbal. Artaud llama “invertidos anti-poetas” a los que ciñen y constriñen de esta forma al teatro occidental... El teatro debe diferenciarse de la palabra pura. Kowzan elige muy bien las citas, podría este ensayo constituir por sí solo una antología preciosa de citas. 

Kowzan sostiene que el teatro no es un género literario o no lo es tan solo. Trata de establecer el lugar del teatro en las artes, englobándolo en la categoría del espectáculo y de definir esta categoría. Carece esta noción de “espectáculo” de unas bases filosóficas y estéticas, y el crítico trata de buscarlas: se debe englobar en un sistema general de las artes. Recurre a la clasificación clásica de las artes espaciales y temporales. La noción tradicional de espacio y tiempo. Las espaciales son las plásticas; dibujo, pintura, arquitectura; las visuales. Las temporales son la música y la literatura; las auditivas. Discute de donde procede esta clasificación, de Aristóteles, ¿quién si no? Lessin verá ya prontamente la dificultad de clasificarlas así. ¿El espacio es suficiente para comunicar un monumento? Necesitamos tiempo para percibir una escultura. Distingue así entre percepción y comunicación. Se vuelve problemática esta división cuando pensamos en la percepción de los objetos artísticos, pues son necesarias las dos coordenadas, se trate de lo que se trate, pero también otras. Deja de lado el plano de la percepción o recepción y se dedica Kowzan de lleno al de la comunicación. Ese mensaje, sea un poema o una sinfonía, podemos entenderlo como un entramado de signos, en términos semióticos. Puede estar organizado con lo que le precede y le sucede, lo temporal. O por reacciones espaciales o simultáneas con los otros elementos del cuadro. Las artes plásticas son espaciales, pero en la música o literatura son también mensajes temporales porque los signos son sucesivos, aunque los tengamos en una página; solo funcionan en la sucesión (el lenguaje o la música son una cadena) Limitándonos a este punto de vista, la división funciona. 

Pero el arte del espectáculo no pertenece a ninguno de los dos grupos mencionados, sino un grupo particular y diferenciado. El arte cuyos productos se comunican necesariamente en un tiempo y espacios determinados. No es suficiente un solo elemento de esta dualidad. Signos plásticos pero sucesivos, que se relacionan temporalmente. La música es un espectáculo. El aspecto social del arte del espectáculo es comunican una obra a un público determinado, lo recibe la audiencia. La confrontación entre actores y públicos es constante. Este reacciona mostrando sus percepciones, apreciaciones, de manera más perceptible o menos, con gestos, silbidos… Los actores se ven influidos por la indiferencia, rechazo o adhesión del público. Se caracteriza el espectáculo por la intensidad de relaciones sociales que convergen en él. Se producen fenómenos de sociabilidad que no pueden ser excluidos. Esos aspectos se encuentran en otras artes. La sociabilidad no la define, pero es característica. En las artes solitarias (pintura, literatura) el texto se compone solo, individualmente (con excepciones) y el espectador lo percibe solo, aunque forme parte de un público. Pero el teatro se sitúa en el otro extremo. La diferencia no es privativa, de todo o nada, sino gradual. Las otras son artes sociales, pero menos que el teatro. El espectáculo implica relaciones complejas, en el trabajo preparatorio o compositivo, en la representación… la salas siente algo vivido en común, las relaciones son inevitables. En la obra y en la representación el grado de sociabilidad es característicamente denso. El espectáculo se define como un arte espacio-temporal y con mayor grado de sociabilidad que otras artes.  Llega por la vía taxonómica, de la clasificación, (la forma o estructura que más le gustaba a los estructuralistas), a una definición del espectáculo sobre lo literario: 

ANATOMIA DEL DRAMA. MARTIN ESSLIN




            

            ANATOMIA DEL DRAMA. MARTIN ESSLIN 

          

Me propongo extraer en este resumen las ideas más importantes del ensayo Anatomía del drama de Martin Esslin. En ciencias humanas la fecha de publicación de un ensayo crítico literario como este tiene relativa importancia: la última bibliografía no hace caducar los ensayos anteriores, aunque este libro sea del 77, y sea antiguo. Esslin desconocía la telemática de ahora. Si quieren conocer algo de La celestina bastará leer los últimos 100 ensayos publicados, pero el estudio de María Rosa Lida de los 70 seguirá siendo una monografía imprescindible aunque hayan pasado 60 años. Es una pena que este libro no esté traducido al castellano. Martin Esslin anuncia que va a reflexionar teniendo en cuenta su saber académico (es crítico y profesor y autor de otros ensayos) pero también practico (es productor y director teatral) Debe decidir diariamente qué obras representar como director y cuales enseñar a sus alumnos. El estilo está redactado maravillosamente.  “Una cosa es que un universitario o critico diga que una obra de teatro es excelente y otra tomar la decisión de escoger esa obra y representársela al público” El auto de La Sibila Casandra es maravillosa, nos lo dice nuestro profesor como crítico erudito, pero debe conectar con el público, y que produzca unos beneficios en condiciones normales, pues el teatro no deja de ser una industria. Frente a la perspectiva erudita y crítica desinteresada, está la mirada interesada comercialmente del productor y en medio se halla la del director. ¿Cómo trasformar El perro del hortelano a algo interesante para el público (como hizo Pilar Miró)? 

Definición del drama. Drama no es solo sinónimo de teatro ni es el del todo el concepto de espectáculo del ensayo de Kowzan.  Abarca teatro, cine y televisión y radio. Se notan las imprecisiones de las definiciones del diccionario para definirlo. El drama es un fenómeno difícil de delimitar conceptualmente, cuyos bordes son porosos. De una manera aparentemente informal, Esslin introduce tres maneras de mirar el teatro: (Tres bordes porosos del triángulo dramático que lo comunican con la vida (juegos de simulación de pc, rituales y espectáculos pueden ser o no ser drama) ¿dónde empieza uno y otro?)  El drama es la manifestación del instinto de juego. Los niños juegan a ser niños, indios y vaqueros, papas y mamas haciendo cocinitas y cochinaditas, y también están improvisando al juego, al play, al rol, al drama de simulación. Es la manifestación del ritual: la danza tribal, los oficios religiosos, las grandes celebraciones de estado. Y es un espectáculo; algo que uno va a haber, algo para ser visto y oído (radio) En griego drama es el lugar donde uno va a haber algo.  

lunes, 24 de diciembre de 2018

ESTAR EN ALQUILER ENTRE PISOS Y SIQUIATRICOS


                     ESTAR EN ALQUILER EN NAVIDAD


Mi alma no está en alquiler, aunque mi cuerpo haya ya encontrado uno. Estar alquilado es estar aún en venta (la morada del alma aún se puede vender-timar a otro), como los filósofos griegos que debían demostrar en el ágora la Episteme más popular, la verdad menos amarga para la plebe, y así salvar su vida y quizá pasar a manos de un patricio romano, a formar parte de su domus, quizá educando a sus hijos en la gramática y retorica clásica, en aquella casa que tan distinta era de su oikos. Los romanos son quizá los primeros que insisten, ¡y de qué manera! en la propiedad privada. Ya sabemos que por mucho que le llamaran mono de los árboles, a Rousseau todo esto le parecía tan absurdo como poner un palo en medio del Edén o paraíso para delimitar lo de uno y lo del infierno del otro. Ya no sé mi alma a qué arrendatario pertenece, pero sigo cultivando mi huerto interior, el jardín de dudas de Voltaire, sin preguntarme si lo auto cultivo, como la marihuana en la ventana, o si solo trabajo para el señor. Aquellos siervos de la tierra trabajaban una tierra alquilada, no les pertenecía, como tampoco sus vidas o la noción de ciudadano o individuo. ¿De qué les había servido pasar del nomadismo al sedentarismo si seguían de paso, cultivando tierra ajena y extraña?(y sobretodo cultivando interiormente, en su sique, histerias de redención, miedos al infierno y culpas que otros les habían hecho crear-creer) 

Y así me siento: de paso, como el pensamiento, que siempre vuela por altas alturas y no se detiene ante unos simples mortales. Hay que perseguirlo al vuelo, porque nos sobrevuela y sobrevive, pero el logos no se deja aprehender tan fácil por nuestras humildes razones, sentidos y emociones. Debería sentirme feliz de ser gaviota sobre la línea de playa, golondrina que emigra a tierras mas calientes, fuerte águila que (como Nietzsche) vuela sola, no por elección sino porque las demás aves la marginan. Siento que no solo me tima en dinero quien me alquila el piso, sino que también me ha robado mis dias. De repente han desaparecido del calendario, incluso el kairós, el día que hemos ganado, eso también me lo han robado, o al menos no me pertenece, porque solo me lo han alquilado un tiempo del instante presente eterno, pero fugaz, en ambivalente tao. Me han alquilado esta vida.

Ya para lo que me queda en el convento me cago dentro, reflexiono mientras salgo de permiso del siquiatrico en el que me han secuestrado 15 dias. ¿Quién me devolverá mis dias, mis horas, mis trabajos y mi dias? ¿Este tiempo perdido como podré recuperarlo? ¿Qué otro guapo recobrará los tiempos felices de mi infancia? Quizá estos dias que me han robado no me los cobré el casero. Sé que acabaré matando a la casera, como en Crimen y castigo, que en este caso además es mi madre y así habré cumplido con Freud y habré matado a la madre fálica; más vale tarde que nunca. La reina madre en el primero derecha y yo, más a lo jacobino como siempre; en el 1 izda. Pero nadie te los devuelve los días, se han perdido. Te han tachado a ti junto al calendario de unos trabajos para el master fuera ya de plazo. Estimado alumno; no puedo hacer con usted la excepción, ya que concederle este privilegio (más tiempo en el análisis de las rimas de Bécquer) iría en detrimento del resto de la clase. Y te lo tienes que tragar como una pastilla de droga farmacéutica en un psiquiátrico, que si no es por boca, va en sonda o inyectada al culo, como mierda que es. 

Estar alquilado es también un contrato, pero no el de una voluntad popular o general, no es un Contrato social de Rousseau, nada hay de democrático, comunista, marxista o anarquista en él. Es un Contrato con el demonio, ¡hecho con tanta sangre humana! ¡y no sola la tuya! Es una relación contractual en forma de laberinto donde Borges se pierde con sus ojos ciegos de erudito, y Kafka no encuentra la puerta de El castillo, en medio de EL proceso. Es un contrato feudal, y por tanto infernal, un contrato con tu firma falsificada por una madre con prisa (ya que tú te negaste a firmarlo cuando fueron a despertarte a las 7 de la madrugada para que lo firmaras, con una carolina vasca como anzuelo) Empiezas firmando un Contrato y nunca sabes en qué burocracia del sistema acabarás o qué ventanilla te llevara a una nueva ventanilla. Vuelva usted mañana para que le demos su yate, su ya- te llamaremos

¡Paciencia! que es una para ciencia y no una ciencia. Calma y sosiego, que las cosas de palacio van despacio (ralentizadas por la burocracia de tu reina madre) y aún estoy esperando todas esas ayudas sociales que El Sistema me prometía, según los engaños, mentiras y edulcoraciones de mi familia. ¡No son mentiras, que son posverdades! También el animal ermitaño habita el alquiler de otro animal, por no hablar de pulgas, insectos y todos los parásitos que se toman tan en serio lo de ser okupas en nuestro cuerpo. Kafka se sentía así: un insecto, pues su familia solo le requería para comer, y como era cucaracha le pasaban la bandeja con la minimalista comida bajo la puerta (como me han hecho en estos encierros y aislamientos psiquiátricos cerrado con llave y sin ventanas, entre 4 paredes) Gregorio Samsa tenía que cumplir con su Trabajo y venia el jefe a hacerse en ética en situación de por qué no cumplía G. Samsa con su horario laboral de funcionario. De 9 a 2 no hay espacio, lugar común o utopía, para los sentimientos. Y si luego vuelves a un estrecho dúplex de una urbanización residencial alejada del Bussinnes Centro distrito (tras 4 horas de metro interurbano-periferia) o a una barriada posobrera posindustrial… pues ¡ni te cuento!  Los emigrantes están en nuestro país en alquiler y no de vacaciones como nosotros en los suyos, porque esta burocracia no les arreglan los papeles para que puedan ser propietarios de su vida y ciudadanos de nuestra polis. El éxodo rural fue otra forma de alquilar de nuevo a las personas: de campesinos a obreros en nuevas fábricas para ellos, y con firmas falsificadas por la madre si hacía falta. Soy okupa del SER que nunca me pertenecerá, pues me tendré que contentar con VIVIR y acaso EXISTIR. Ni fui ni seré, mas aún existo. 

Estar alquilado es también la posibilidad de participar solo tangencialmente, colateralmente, en el sistema capitalista. Aun no has comprado la idea, como dicen ahora las petulantes economicistas: muy bueno, te compro la idea. Te patento el invento. Es no darle crédito aun del todo a ese pensamiento que te están imponiendo. No lo crees del todo sino el rato que pagas por ello, en estoico sufrimiento. No es como ir a un hotel, claro, no solo porque no te ofrecen un paraíso en tierra, sino porque no vas de vacaciones sino a cumplir con Los trabajos y los días, todos los meses con la cuota.             

Estar de y en alquiler es tambien mejor que  Una habitación propia, la holgura económica que pedía Virginia Woolf en la mujer escritora, y en la de todo escritor que se perciba libre y emancipado, porque no es propiedad británica y porque no es un cuartico sino una casa entera. Parcia haber matado al padre a las 6 y 35 de la tarde y 45 segundos del día 24 de diciembre del 2018, pero el fantasma sardonico no se va de este Hamlet. Ya lo intenté en San Sebastián, pero a veces los sentimientos, aunque sean los de despecho y rencor, no entienden de horarios, fechas y calendarios. ¡Con qué ilusión vas poblando el piso de recuerdos, de objetos de decoración, de tus Cosas queridas…! ¡Y con qué rapidez te lo tira todo a la basura o a Cáritas una madre intrusa, y vecina (que se ha hecho con copias de las llaves de tu nidito de libertad.)! No hay nada más patológico, en sentido freudiano, que tener a tu madre de casera y formar juntas la extraña parejita perfecta, y que parece feliz, de porteras cotillas del inmueble. La ventana de su salita de estar da justo a la de mi habitación y así cuando se aburre del programa de salseo rosa se puede entretener por la ventana a ver con qué libro me acuesto hoy.

No es la ventana de Rosalía en Valladolid añorando Galicia, ni la de la mujer que cose y canta (ve, oye y calla) esperando al príncipe azul de la épica medieval, como se dolía Isabel Escudero, ni desde la que Teresa de Jesús se sentía más cerca de su dios a cada pío de jilguero. No, es la ventana de maruja cotilla. No es la balconada con oscuras golondrinas desde la que Bécquer cortejaba a las damas de sus versos. No, insisto, es la ventana de la bruja del cuento que se asegura que la bella durmiente sigue dormida con la droga psiquiátrica. El espejo que le devuelve en su narcisismo que sigue siendo la más guapa del reino y que cenicienta sigue limpiando las cenizas de sus depresivos y menopáusicos cigarros rubios y que caperucita no se pierde por oscuros claros del bosque de extrañas sexualidades. Ya se ha enterado la bruja madastra a qué ahora me acuesto, cuándo apago o enciendo la luz. Me siento vigilado y acosado, pero este gran hermano es reciproco, pues esta tarde la reina bruja ha salido a las 5 al Eroski y a las 6 ya estaba viendo un programa de marujeo. 

Además el contrato dura un año, y si me quiero ir antes debo pagar la cuota de los dias no gastados, ganados, perdidos, consunidos o robados aún. No entiendo por qué esa insistencia en echarme de casa y ahora de aquí también. Una vez que ponen las facturas y el contrato de alquiler a mi nombre (tras mucha insistencia de cafés dulces con leche) me quieren echar también de aquí, de mi morada transitoria, finita y mortal. Me echan de casa y ahora quieren echarme de este piso, mencionando al pobre filósofo cínico ¡que bastante tenía con vivir entre dos cartones para dar ahora nombre a la actitud acumulativa!, (que para Freud tenía que ver con la retentiva de heces. ¡dios tuyo! ) ¿En qué casa de locos me han metido, en qué casa teológica me hallo, en qué jaula de grillos? Porque esto no es más que eso: otra jaula de oro desteñido, oro del moro, un palacio de marfil y algodones para crear, que me quieren también quitar y al final una jaula de hierro, como esas de las que Weber se quejaba. Y una vez metida la víctima en la madriguera o ratonera, las condiciones de este contrato verbal (porque el escritor ha suplido el papel higiénico que se negaban a pagar mis padres) han cambiado y ya no es el 100% lo que me financian del piso sino la mitad. Ahora me sacan también de este piso y me llevan en un ingreso formado a una unidad de agudos, (los de agudas inteligencias) también de alquilado transitorio.

Jamás alquilaré mi cuerpo, y aún menos por vil metal. Mi corazón lo entregaré del todo, sin condiciones. Ambos seremos los propietarios del Amor en mayúsculas, sin más contrato que el de respetar nuestras libertades, para que el amor sea posesivo por ambas partes. No quiero más mentiras, prohibiciones, órdenes, más escondites y llaves que encierran secretos y desvanes con libros a los que El quijote no puede acceder, pues hay que apartarle de aquello que más le pertenece y a la vez es lo menos suyo: el Logos. ¡Qué no se acerque a los libros! ¡He gastado tanta saliva intentando que mis enfermeras-guardianas comprendieran que tenía que cumplir unas fechas de entrega de trabajos para el master!, ¡suplicando que me dejaran por piedad el portátil para escribir mis ensayos! Apelando a la poca humanidad que les quedase tras sus batas médicas. ¡Que no estoy hablando de faltar 15 dias a un cole y enseñar el justificante al profe! Pero nada, no ha habido forma, con ese miedo que tienen a que fotografíe su lugar de torturas o me comunique con el mundo exterior a través de internet (pero mi ordenador no tiene cámara y si no hay wifi tampoco internet.)

Beatas monjas, sor hermanas de la Normatividad, que se excusan, como los nazis, en el mal compartido, la culpa repartida en una conciencia grupal que las deja libres de juicios de Núremberg. ¡Mal de muchos: consuelo de tontas! ¡Quizá algún día se haga justicia poética con esto! y se lleve por vía penal y judicial a todos estos asesinos de la farmacología, y a toda la estructura psiquiátrica que han montado en torno al loco. No les importan nuestras enfermedades ni nosotros: a las monjas de bata y hábito rosa solo cobrar su sueldo; a la macroindustria farmacéutica dar salida a su excedente de drogas (o drugs, perdón, pues hacen una mala traducción del inglés de estos fármacos legales) y a todos estos siquiatras que, mercenarios de ese capital, se inventan nuevas enfermedades con titulos ridículos como esquizo típicos, tópicos, afectivos…para dar salida a las “drugs”. 

Ahora el trabajo doble de pasarlo todo a ordenador, aunque sarna con gusto no pica y así lo corrijo. Pero ¿por qué ahora sacar algo positivo y positivista de todo esto? Ha sido volver al infierno del psiquiátrico, llevaba 6 años o más sin pisarlo, pero mi consuelo es precisamente ese: que estoy en alquiler. Las cosas me afectan un tiempo transitorio y no fatalmente, sino tan tangencial como el pagar este mes mi cuota y punto. 
 De momento he vuelto al piso, pero la siqiatra me ha pusto como condición para mi alta que celebre con esa familia maltratadora, que me humilla cada navidad, estas entrañables fiestas y el nacer de Cristo como logos. No sé que tendrá que ver mi diagnostico, en el que ni cree la doctora, con el que yo, a mis maduros 33 años, quiera romper todo lazo y vinculo con mi familia. En este momento la única relación que hay es economica: creo poder tirar de mis ahorros personales (de tanta beca) y así poder vivir otros 6 años más o menos, sin ninguna ayuda por parte de ellos. Hace mucho que se perdió el vinculo emocional y ya no lo busco ni espero. No asistir a estas hipocritas cenas navideñas era mi forma de dejar claro, como una declaracion de intenciones, que no quiero nada de esta familia. Los protagonistas de las novelas e historias Kronen solo querian dinero de sus padres. y yo ni eso. Pero, en fin: habrá que ponerse la careta y el disfraz, (al fin y al cabo he estudiado muchos años teatro en varias escuelas), y fingir fraternidad cuando ni siquiera hay respeto. Si todo va bien en estas cenas de apariencias y hogueras de vanidades, el miercoles tendré el alta definitiva.
Y siempre en esta incertidumbre de ambivalencia tragicómica: ¿qué destino me reservará mi fatal hado materno y paterno? Y tratar de adelantarme a la nueva artimaña de mis padres, ¿Cuál será la siguiente morada de mi dios interior?, ¿Qué nueva encerrona habrán preparado para mi, cara al 2019? Con este intríngulis, y aunque me droguen de neurolépticos hasta el gaznate, no va a ver quién duerma esta nochebuena. 
Cierto es que crucificaron a Jesús con mi edad, pero a mi ya me lo han hecho durante toda mi vida y creo que en este 2019 voy a resucitar.

        ¡Feliz Navidad en el Logos para todos mis lectores!