domingo, 29 de marzo de 2020

EXPLICACIÓN AL CUENTO DEL FANTASMA

Explicación para que no sobre-interprete la crítica el texto o para quién no haya entendido o quiera profundizar en mis metáforas, citas, mi intención al escribirlo y el pensamiento que late de fondo. 

Todo lo que cuento es real, vivido en mi experiencia (incluso los ruidos por la noche), sentido sensorial y emocionalmente y conceptualizado. Aparecen cosas que siempre salen en mis escritos: la bisabuelay el pasado obrero idealizado; el purito etéreo; el gato muerto;el seguir el hilo dorado por el laberinto mental, estas metáforas con la ilación de un discurso se las agradezco a la poetica de C. M. Gaite Tirar del hilo, hilo a la cometa etc.: mi queja a mi siquiatrización, en el texto “ir a robar a Diógenes” refiere a que todos me reprochen síndrome de Diógenes sin habérmelo diagnosticado nadie, pues este desorden es otro tipo de orden censurado, y lo mismo con la diferencia emocional-mental, que debemos deconstruir al modo de Derrida y sin embargo entraron a casa a robarme y tirarme media casa. Esos sueños dorados, reminiscencias en platón, que me traían recuerdos de tiempos mejores con mi familia, como un Cluedo que me tiraron a la basura y sabido es que un Cluedo o un Parchís une mucho a una familia rota.)Sobre todo vuelvo a incidir en este texto en la tópica dela nostalgia por un edén primigenio de pureza e inocencia, pero no entendida al modo cristiano, sino vinculado a la Infancia con mayúsculas, concreta individual mía que quiero universalizar en la metáfora de Peter Pan o niño dorado. Voltaire, Prometeo, Hamlet, Segismundo, Sócrates…no son personajes citados pedante o arbitrariamente como autoridades sino que sirven funcionalmente a la idea de que están presos quizá de sí mismos, por libre imperativo categórico o libre chaladura mental en su caverna de diosa razón, dudas teleológicas etc. (mejor no pensarlas, ser lo más inconsciente al hecho de que moriremos). Igual que V Woolf (con una habitación propia esquizofrénica), L. Carrington, Nietzsche, Hölderlin o Panero (sabiendo este que la puerta siempre estuvo abierta y podía haberse ido en todo momento) han sido presos por su supuesto irracionalismo. Todo el texto defiende el irracionalismo, saltar la escalera de lo racional, que ha sido útil un tiempo como antagonista que nos ha hecho fuertes en la dialéctica y purga interior, para volver a lo que siempre llevábamos con nosotros, que es un interior latiendo inefable, a lo que no conocíamos, que no podemos aprehender, pero está dentro en lo subjetivo y no en esa universalidad objetiva del antiguo.Volver a esa aproximación al origen en Pániker: al río del pre-socrático Heráclitonocheque baña cada noche un alma distinta” es un trabajo personal, solo se hace colectivo el sueño“arrendado de corazón a corazón”. Volver a la vida y al tiempo circular infinito en el instante del kairós y no el de Urano ordenando el Kronos en un reloj del conejo estresado de Alicia. Volver a la naturaleza o a la infancia o a un regreso a un utópico estado inconsciente. Uno idealiza su infancia, el deseo del Uno en el Todo sin ser consciente del todo, decía Hölderlin, al tiempo perdido en Proust, el tiempo recobrado, los paraísos artificiales, el paraíso perdido de Milton (no como alegoría religiosa sino humana)… que uno va construyendo para recordar el auténtico yo, que es el de “tu sonrisa más niña”, la metáfora final de Nietzsche en sus últimos escritos, los más maduros, y por eso juego un poco con el balbuceo gu gú da dá del bebé. El paraíso cristiano queda convertido en flor del geranio es una hipérbole de la cita original de Coleridgeal despertar de mi sueño en el Paraíso solo halle una flor bajo mi almohada” (en mi texto ni siquiera hay almohada, un asidero de  Ortega al naufrago por su mar de dudas.) Despertar insecto es por La metamorfosis de Kafka. El dinosaurio en el mini-cuento de Monterroso. León y camello son antítesis en Maquiavelo y Nietzsche simbolizando las morales de esclavos/ señores. En ese juego Apolo/ Orfeo/ Dionisio/ Prometeo/ Hermes en que juzgaba Nietzsche trascurría el arte griego finalmente nos encontramos porque nos ha estado esperando ese “niño que ríe”, cercano a la inconsciencia y negrura. El juego de la vida quizá sea un juego verbal Eros- Ares-Hades (Amar, guerrear y morir) que son los temas universales de toda creación porque lo son de toda vida.
Puede verse la obra con el pesimismo de una defensa del nihilismo negativo (en lo más pragmático es un ajuste de cuentas con mi familia, la siquiatría, la estructura académica, los funcionarios…) y el asco con el bicho humano y con los que van de ángeles “divinos”, pero se re-esperanza el fantasma en sus propios sueños, sublimaciones autónomas, en lo inocente de su poesía frente a un lenguaje muy peligroso; demagógico, manipulador…. Al fantasma su palabra le da vaho, aliento, vida y todo loque la palabra inspiración tiene dentro de inspirar vida y eros con su parte de placer y dolor, de crear y no de expirar thanatos ahogado en los principios de Racionalidad-Realidad. La musa en el texto es una metáfora secularizada,un símbolo de la creación más íntima del humano, locura o manía transitoria en Platón queno puede quedarse en lafantasía por la fantasía o el desborde sentimental y se trabaja a posteriori, en un tiempo más sereno de asimilación, superación y sublimación de los traumas, engalanada lo último del proceso con una tekné de recursos retóricos. Mi propia palabra poética (más razón poetica de Zambrano, sintiente de Xubiri, emocional que rescogitas cartesiana) Frente al pedorreo social del lenguaje que soplen los vientos, solo se puede calmar a sí mismo con la palabra más inofensiva del mundo que es la dulce, como una libación, poesía.
Es un juego con el espejo de Narciso intentando reflejar mis múltiples yos (partiendo de un ridículo diagnóstico de “esquizofrenia pacífica”) donde rechazo la esencia apolínea y me recreo bailando en la apariencia más dionisiaca, en el juego de roles, la performatividad, el teatro. Pero ojala ni quijotes ni sanchos se reflejaran en el callejón del gato donde se inspiraba Valle Inclán; sino una mezcla de ambos a la vez.
Quiero al cerrar mis persianas sobre todo sellar las lágrimas, de ahí que me reinvente la cita  de Goya la razón produce lágrimas. A mí me hace sufrir el pensamiento a un nivel pasional(y produce ese malestar cultural que vioFreud y siguió la escuela de Frankfurt)Ese cerrar persianas es ponerme limites emocionales con las personas que siempre me decepcionan por esperar de ellas lo que deberían ser y que tampoco son lo que son ¿Quién puede conocerse así mismo en toda su esencia?  Y este cambio, performatividad constante de máscaras y caretas  sociales o propias me lleva a la frustración teórica y a la decepción personal.) También está la idea de fantasmata, de apariencia, de Platón, pero dada la vuelta, ya que hemos dado la vuelta a su ontología y parece que el que tocamos sensorialmente es el mundo real, pero reconocer un origen cerebral al logos no impide seguir esenciando hasta el infinito. Es sólo reconocer humana la creación. Por ello mi texto es existencialista y ataca irónicamente los esencialismos, lo que hago siempre. Extraño en el paraíso es una autoficción de Terenci Moix pero en este texto es extraño al paraíso teológico o incluso panteísta, y de ahí el juego de lenguaje: bichos dentro de Teo-Pan-es. Toda esa imagen de la espuma de afeitar en una concha cara ambigua, múltiple, pandémica y uránica a la par, llena de aristas múltiples, deconstruye el dualismode Afrodita-eros deEl banquete de Platónque separó, sin aceptar su ambivalencia y de ahí que la evasión de su Fedro a un mundo de fantasía intelectual se le quede en plátano de mi frutero de plástico. La morada refiere de nuevo a S. Teresa, pero aquí no sólo es interior.  Esconder mosquitas en la alfombra (reprimir los traumas) y no atreverme a echar a los fantasmas (es necesaria, aunque sea dolorosa, la sublimación) recuerda otra vez a Freud
La señora Lola era la abuela del “bohemio”, antiguos inquilinos de mi piso de alquiler y este último es mi arrendador, al que con un contrato con mi firma falsificada se sigue pagando en negro. Todo en fantasmata. El cuervo del recuerdo y el cuento de la pared con muerto es de Poe, y que sea una pared supuestamente insonorizada es la mentira de mi madre, así como otras alusiones a mi biografía personal: elpadre morosose puede entender en sentido teológico, lo de la Ley Concuera es una ironía ante que mis padres o siquiatra tengan las llaves de mi casa y entren cuando les da la gana etc…) Por estos aspectos personales no lo pienso publicar aun. No sé si se entiende que el oscuro golondrino que vuelve a mi insomnio es mi profesor con su calificación medianina sobre mi sufrido trabajo sobre Gustavo Adolfo y no la inmortal nota de la lira de Bécquer, pues he querido mezclar lo mediocre del uno (con su nombre real cambiado y confundido con Juan Sebastián Bach) con lo sublime del otro.  Hay otras ironías respecto a mis profesores, ya que han ocupado mis desvelos con bastantes injusticias, hasta finalmente expulsarme del master por una falsa acusación de agresión sexista a una compañera, y como estoy harto de defenderme de ella sin respuesta de nadie no se ha merecido aparecer en la prosa poética. Tampoco he reflejado la situación de agresivo acoso que he recibido en este master vocacional y entre adultos, peor que en época escolar (bachiller y universidad al menos era indiferencia, muy de agradecer.) Como diría Wilde: la vida solo es esa vil materia que el escritor moldea para un placer estético, no quería contar mi vida, sino hacer una prosa poetica. Las referencias de los primeros párrafos van todas en la línea del parnaso de los poetas malditos Baudelaire Rimbaud y la poesía pura de Eliot Valery, que como digo en el poema; a mí me dejan frio de tan conceptual y poco emocionales.
Juego dos veces con la cita de Goya “el sueño de la razón produce monstruos”. Pues tiene dos interpretaciones posibles; soñar y dejar de razonar crea monstruos O mitificar la diosa razón produce horrores como la guerra de la Independencia y hasta lágrimas mías tras mis neurosis racionales, que es el sentido por el que ha optado mi texto La divina “comedia” Dante/la comedia humana Balzac. La metáfora de la dádiva maravillosa que un dios da a un mortal pero es demasiado para él y se le escurre entre los dedos no es mía sino de la tradición griega y supongo que ya entonces era una alegoría de esta vida a devolver. Aparecen muchos autores del romanticismo, movimiento con el que más me identifico, y algunos de los que han sido temas de mis análisis en este posgrado. La meta-lavadora es una crítica a la idea de fundamento aristotélico. También me meto con el demiurgo platónico. Y sus traducciones al dios del cristianismo: “Aquí uno tó-do-lo más” es una referencia jugando con el nombre y  grandilocuencia de Tomásde Aquino. Que “no me pueda Torquemar don Tomás” alude a Tomás de Torquemada, a la inquisición y a cómo se excomulgó a Spinoza “maldito entre los malditos”, pues esto del poeta maldito viene de siempre. Gudú es Olvidado rey Gudú de Matute. “Ya no es tiempo de reyes” es la cita original de Hölderlin, pero en mi poesía omitiendo “rey” se le añade la sensación de que tampoco es tiempo de la infancia, Delibes llamó al niño al que le desproveen cruelmente de su jardín de infante “el rey destronado. También le pertenece a Hölderlin “que cambie todo en todas partes” y “ojala no me enseñaran nada las escuelas” añadiendo yo cosas concretas de mi vida personal que le dan cierto humor o menos abstracción al menos. Lo del monstruo marino y todo lo que le sigue es una crítica a Hobbes y su idea del hombre lobo para el hombre en guerra de todos contra todos por un pecado original. Y lo contrapongo  a las ideas que me atraen de Rousseau del hombre bueno por naturaleza, sin propiedad privada, estado, ni juicios del otro (donde empieza el infierno-parrilla del otro de Sartre) que pueden enlazarse con las del Zaratustra de Nietzsche: un estado de unión de Uno con el todo sin conciencia de estar en el (en esas epifanías de trascendencia humana:nirvana, ataraxia, kairós, al nacer balbuciendo sin casi lenguaje diferenciador del individuo respecto al Otro, al morir  sin apenas poder agonizar lenguaje-significado racional…) Autor-inventados es un concepto propio de la autoficción. Intentando secularizar de nuevo el supuesto don que nos da dios y la imagen absurda de un escritor como angelito que solo retransmite lo que le mandan.  Las palomas de Teresa de Castro son un cruce entre Teresa de Ávila y las morriñas de Rosalía de Castro, pues es la misma ventana que se dejaba patriarcalmente la literata para sentir un éxtasis pasivo, sin protagonismo activo en su vida, como el de la princesa de epopeya—épica-hasta el romanticismo. Realidad y deseo va por Cernuda. Y Necesidad y Voluntad es lo que contraponía Schopenhauer: eliminando el deseo eliminas la necesidad que es una carencia, pero eliminar el desear, el soñar, el placer (por evitar el dolor) me parece antinatural. Y lo enlazo con los conceptos de libertad-igualdad de la revolución francesa. El de Fraternidad sigue, como en la época  ilustrada, brillando por su ausencia: la falta de algo emocional, de un corazón… sólo con respeto no se consigue ninguna utopía social. Podría haber insistido en el concepto de igualdad, pero por este problema con estas “feministas” concretas no lo he hecho. Hago un largo encadenamiento de metáforas relacionadas con Alicia en el país de las maravillas que creo que se entienden sin explicación, como defensa de lo irracional.
Recurro a varios cuentos de hadas de los Grimm mezclándolos y de construyendo su esencialismo aún platónico-cristiano y con mística de la feminidad. Efectivamente Leonora Carrington trató de escapar de su siquiátrico de Santander por la ventana anudando las sabanas de su cama y la princesa que dejaba crecer su melena a modo de escala de los príncipes es de la tradición trovadoresca. El fumando espero pertenece a Sara Montiel. Mezclo un nivel culto y otro más popular. Podría haber añadido “ya no espero al fontanero teleológico que me arregle las cañerías” con un sentido erótico pero me pareció demasiado burdo. Casterville es por la historia de Oscar Wilde: un fantasma ridículo que a nadie asusta. Hay referencias a la tragedia griega (toda esta historia, aunque el humor de jugar con el lenguaje le reste drama emocional y el fantasma solo se asuste de sí mismo; no deja de ser un cuento de terror, al menos como yo lo he vivido y sentido.)  Hay mucha intertextualidad con el mundo griego, un lector medio culto las captará, pero quizá deba aclarar que la luna con piel de naranja y navaja es un intercambio de metáforas que me he tomado con Lorca. Su luna de navaja antes de cada reyerta gitana se une a mi naranja para que pueda leerse a dos niveles: uno verá que es poesía concreta, por lo sensorial de la fruta y de lo objetual y quizá a un lector más avispado esta partición en dos medias naranjas le recuerde la del andrógino de El banquete de Platón, pues el fantasma que ni puede afeitarse no tiene genero al ser fantasma, o un género ambiguo, Queerno binario o fluido como se llama ahora. Madre araña llamaba la artista Louise Borgeous a su sobreprotectora madre. Madre parturienta era la de Sócrates, enfermera como la mía, en el fondo los padresnos traen a una vida racional y finita y a esto alude la cicuta, más que un ataque directo a mi madre, lo de castradora es de Freud, también esa alusión a la madre de la Conjura de los necios, visión pos-moderna del quijote, otro tópico recurrente en mi poesía, como todas esas referencias de Borges perdido en laberintos, unidas a las de un Kafka perdido en Procesos (de igualdad feminista, problemas con la justicia terrenal)y Castillos y a las deLarracuando la burocracia de su época le pedía “Vuelva usted mañana” (nada ha cambiado.) La prosa está llena de bichos (serpientes que no llegan a metáfora de demonio, moscas zumbando la conciencia, los gatos que juegan con el hilo, arañan, son suaves y sonríen)La metáfora de la araña da de sí, y la enlazo en por qué castigó la racionalidad de atenea los sueños tejidos por una mortal humana, quizá mejores que los intelectuales. La paradoja es aproximarse al verdadero origen infantil a través del lenguaje de la vía reflexiva (Hegel) Para mí ni todo lo real es racional ni viceversa) Esa reflexión racional adulta lo enfría, la inocente palabra poética lo intenta hacer algo mejor. El lenguaje será circe engañadora, insuficiente para expresar un interior, manipulador y sofista, tergiversador y sujeto a la manipulación en cada receptor (ahora que tiene casi más poder que el autor), pero en mi texto quiero que este muy presente mi escritor implícito, aunque sea un fantasma, y acompañe más que conducir hacía una significación compartida con el intimismo que pretendo y no a sobre-interpretaciones. He intentado equilibrar la parte conceptual con la emocional (razón vital), y mi tragedia con el juego humorístico con las palabras y también un tono elitista culto con groserías a lo Bukowsky como que “el coco, satán y los reyes venían todos a tocarme los cojones.” Se trata de cerrar persianas para protegerse de las personas que me hacen daño no dejándolas entrar en mi vida y estar como en casa en una línea más íntima con el lector y conmigo mismo, bailar desnudo a oscuras siendo este emperador destronado, y no como el del cuento de Andersen, de que va desnudo de la vida a la muerte, y que apenas le dan halo estas 4 fundas (fundamentos) en los que escéptico cree y además seguramente mal hilvanados. Supongo que mucho de lo que ya he explicado ya se ha captado en el poema, pero por si acaso quería asegurarme que se sentía al leerlo casi yo me sentí al escribirlo

EN ESTA CASA HABITA UN FANTASMA


En esta casa habita un fantasma. (Muchos, pues arrastra con cadenas su diagnóstico: “esquizofrénico de múltiples yos, incurable pero pacífico.”) No el fantasma de la señora Lola, ya en paz de dios se la dejara. (A veces nos hablamos, ¡está muy sola y muerta la pobre!
No el des-aparecido del bohemio que insonorizó el gotelé por no molestar con sus soledades de jazz a la man-comunidad (según el cuento del muerto emparedado a las paredes, que tienen oídos y en sus montes: ojos y antena parabólica de espionaje internacional. Lo creen de Allan Poe, pero se lo ha inventado mi madre-vecina.) 
Es un medio licenciado Vidriera a quien ni refleja su pálido espejo ceniciento de bella madre putativa, y que no acierta a afeitarse. No es la más guapa del reino de lémures. Es torpe, rompe todo lo que toca, toma relajantes suaves para dormir reflexiones o sus reflejos, pero tira “las druges” benzodiacepinas por el váter, allá donde no habita la musa; solo la mierda.
¿Qué decir de la musa? Es mi fantasma más cabrón: el profesor-músico Juan José Bach ocupa un lugar intermedio entre la pesadilla erótica y lacalificación- la nota de la lira de Bécquer que regresa, ¡vuelve y vuelve ese oscuro golondrino por mi ventana a cerrar!   Laforet me trae la Nada de mi familia con su fantasmata de tenue arpa.   Las tierras baldías, las tierras bäjas de Nörta (con los dos puntitos que no pueden faltar en Herta Müller para los profesores que solo se fija en las formas y no en el fondo doloroso sin diéresis) con sus Cementerios marinos de lágrimas fluyen en poesías puras que me enfrían, sé que Naturgas cobra caro el corazón. ¡No quiero La flor del mal, rara y muerta, de la poesía, sino aún la revolución! Tanta Temporada en el Divino infierno, sin Parnaso siquiera, precisa ya una Comedia humana ¡Y mi risa de niño!  
Este fantasma no ve la luz del Logos. No le reflejan ni los espejos ni reflexiona en contrición los exemplos. No madruga su ironía de Voltaire ni ilumina nada. Vive con las luces apagadas para ahorrar, con candelabros sujeto a otros siglos, y si viene el divus disco solar cierra fuerte los ojos. De niño venía el coco, el ratón Pérez, satán, los reyes magos ¡y todos a tocar los cojones! No quiere despertar de su sueño, entre vivir soñando y soñando aletargarse, de su siesta de fauno de la que aún puede despertar. 

Se ducha a oscuras para más inefable intimidad. No le gusta su cuerpo etéreo, sin arché ni rex ni ente ni onto ni “sé”   ¡Y es que ni carne ni hueso este fantasmata lo que se ahorra en agua!... El dios de la Razón produce lágrimas
Doña Musa crea monstros sin razón. Unos sin alma, ¡y a este le tuvo que poner un puto corazón! Es Humano, demasiado humano hacerle esto a un fantasma. Su espejo de Narciso se rompe, tanto no poder reflejarle. Y en añicos caen restos de alma (si alguna vez la tuvo o la fue) escurriéndose entre los dedos.  ¡Demasiada dádiva le prestó dios con interés a devolver por cobro revertido! ¡Demasiada fresa envenenada la arpía madrastra!  
La bisabuela en un marco Ikea es la única atrevida a sonreír al fantasma,  preocupada si se acuesta a la madrugada leyendo pornografías de John Keats con sus sátiros. Para todos los demás: he muerto. El fantasma ha cerrado sus persianas en su zulo del comando – Bagaza.

Los fantasmas siguen teniendo problemas con la Justicia divina, con Lanbide y ajustes de cuentas con el pasado, con un padre muy moroso y sin idea de la Themis. Están más vivas estas sombras que los auto-llamados humanos, flotan y tienen menos memoria de pez. Sienten las cosas más adentro al haber menos carne en su congelador, menos ropa en la meta-lavadora a a-tender. Los fantasmas solo se envuelven de ellos mismos, entre corroídas sábanas, pero quieren olvidarse de sí, como se olvida a un rey, ser la ausencia de unGudú este príncipe destronado ¡ya no es tiempo de! 
Ha cerrado sus ventanas y persianas a las palomas de Teresa que vienen sus morriñas a colgar desde Castro. Una vecina y su abuela le espían, la juna desde su alcoba de bruja, la otra desde su próximo castillo de la tercera edad, Entre visillos a lo Sicosis, ¡parturienta de cicuta socrática, castradora presidenta de mancomunidad! Esta vecindad del Otro no permite a los fantasmas alzar sus carteles: “¡Cambie todo en todas partes: no dejen publicidad en el buzón ni basura electoral!” Se lo han quitado sin piedad, y ya no confía en ser un “ser social.” Ni siquiera en “ser.” No abre los tragaluces: entra mucho bicho humano y se toman con uno mucha familiaridad.  No son monstruos marinos con cara de Cromwell y muchos ojos observándole en Gran Hermano su pecado natural. No dan la talla de Mefistófeles para este Fausto, ni siquiera de lobitos feroces Sólo llegan a rebaños de bichos buenos en parrillas que a un fantasma ya no le competen. Los fantasmas ya estánmalditos malditos, y no les puede Torquemar Don Tomás.Aquí-Uno, Tó-lo-más, que ahorra en Naturgas iluminado con candelabros, apagando en chorros su dúctil sangre de cera. Un posmoderno quijote arrastrando su auriga por el súper, Conjurado necio contra el fantasma del capital y la necedad.
Los otros fantasmas no me tienen ningún respeto. Entran sin llamar con La Ley Corcuera, sí con-cuerda o no. Pretenden quedarse aquí toda la vida, se te auto-invitan esos amigos autor-inventados cuando saben que tienes piso nuevo,  y te llegan mensajes de móvil que parlan del vacío, mientras tú le hablas a la Nada de la nada.  

A los fantasmas la nube de afeitar se les escurre entre los dedos, pero llevan pesadas cadenas de racionalidad, grilletes de neurosis y la bola de Atlas, que son una lata. Cuentan rayas en el calendario y arañas en la telaraña, rayuelas de tiza en la pared. Este presidio es mi Realidad y deseo, desde cuando Voluntad y necesidad fueron libres en Igualdad.  ¿Pero sin fraternidad que queréis conseguir?
Yla puerta siempre está abierta. Para todos. ¡Lo sabéis!Todos tenéis llaves de mi casa, toda Norta, mis padres, mi siquiatra… Por si me pasa algo, pero se me pasa todo y la nada, y nadie viene, y me dejan para algún dios que me aguante, como dejó la mans-comunidad de parlar con Lola solo porque hubiera fallecido, ¡runrún de rumores aún se ronronea sobre ella y sus gatos! A veces viene mi familia a robar a Diógenes y por ¡sí aún quedan sueños dorados en mi desván!
Tengo un armario más amplio que la Presley y más vacío que el nihilismo. Ahora caben más libros que nunca,  tengo menos, y me los leo. Juego a veces con los juegos que robaba en los supermercados del Capital que antes no había sacado de su plástico. Y desaprendo lo que ojalá no me enseñaran vuestras escuelas de San Vicente de Paul-Bagaza, para balbucear, por primera vez, y como siempre, gugú da dá.
Mi habitación propia no es propiedad británica de Virginia Woolf sino de un casero al que pagamos en negro, mi firma en el contrato es otra fantasmagoría más. Nada racional es real, todos mentimos, he expulsado a los filósofos de mi Republica, no es invitada la realidad racional a mi agujero de conejo de Alicia, con las agujas de reloj al fin off, ¡le cortaré la cabeza a la reina sin corazones, pero no negaré un victoriano té de locos a la sonrisa suave de mi gatito! 
Siempre he vivido aquí sin saberlo. Nací en este barrio, entre unas cuestas verdes de Norta, en unas casas obreras cayendo del cáncer de su especulación explotada, los gatos de Cheshire se metían por las hendiduras de sus paredes enfermas de aluminosis, sonriendo blancura. Ahora moscas zumbonas tratan de entrar por mis persianas cerradas, seseantes sierpes susurrando sigilos, y así siseando ¡siglos y siglos!, en reconcomios rocosos, rotando y rayando.
Mi puerta sigue abierta con la llave de mi libertad, pero he cerrado los parpados de la ventana a canto y cal. Esta princesa ya no espera al fontanero teleológico ni le molesta  un guisante en su colchón de piedra. Ya no deja crecer su melena para que trepen por ella los príncipes piojosos, ni anuda sus sábanas de fantasma para escapar por ella del siquiátrico. Ha sellado sus labios de fresa tóxica al príncipe azul desteñido en sapo verde, y todo le sale rana. Mi gótico castillo de hadas os defraudaría. ¡No vengáis! Y no nos confundáis con ángeles, ellos tienen alas, pito desde no sé qué siglo, a veces las alas caídas, a veces cosidas a mordiscos… pero nuestro halo lo mueven apenas cuatro viejas fundas mal hilvanadas. Flotamos en un éter intermedio entre el aire contaminado de Norta y la ambrosía de infancia enmohecida, con su teatrillo de marionetas apolilladas y sus hilos enredados meciéndose solos, sin demiurgos de trasfondo. La función debe continuar aunque no queramos, nuestro público lleva siempre la razón, y no le deja al fantasma quitarse sus caretas y cadenas. Mi escualidez de humo de purito no aspira a la taciturna santidad, fumando no espera a Apolo, sólo espera ya un cigarro más, ¡y  ya! A los otros guiñoles en la mascarada les ha descoronado el trono de “ser”, siempre andan performando, y nunca son lo que son o deberían ser.  Los libros me hacen compañía. Si uno no me gusta lo aplasto al suelo sin sentirme mal. No me gusta pisar bichos por bichitos que parezcan. Las sombras dan mucho palique y además los libros me respetan: ya no se derrumban sobre mi cama de quijote mientras hacía el eros con un fantasma retrasado a lo sancho. Ya no soy ese.

Me siguen tratando como a un loco, pero yo no ya no trato con “cuerdos.”  No me verán en actos de Culturas de Norta, quizá intoxicado de libaciones energéticas "que dan alas" aún un poco. Me cubro con mis sábanas lívidas, y sigo rodando, rotando de roles, la vida es puro teatro, danzo por la casa con Dionisio de la mano, ¡y esencio libaciones onanistas de mi libido existencial!   A ningún otro fantasma le importa que baile errante y desnudo por la casa. Ni a mí me avergüenzan mis impúdicos y pandémicos trajes, ¡son solo un par de retales mal cosidos a retazos!, pero este emperador sabe que va desnudo. Si en esencia ya soy invisible a nadie le importará que siga sublimando el vacío, revestido de nuevas nadas, o si mi apariencia se aparece por Casterville, por más que todos los vecinos tengan su parabólica encendida para el partido de mi vida. O la señora Lola aún me quiera escuchar con su sonotone, la mujer no distingue que está muerta y no puede hablarnos a los fantasmas. 

Los fantasmas nos inventamos a otro, trabajamos en olvidar, en pelear con la sombra de Peter pan, con una espada de palo, afilada de letra armada. Mi vecina putativa insiste en conocer con que libro me acuesto cada noche. Pero yo, cada vez más vampiro, duermo por el día, y la noche me atrae con su hechizo de loca: con sus ruidos de niños jugando en el parque y en el parquet, con sus muebles arrastrados por espectros en la hora del lobo, ¡será que no toma la pastilla! Mi sombra persigue coserse a Peter Pan. YouTube se enciende solo, y me pone a Chopin aunque no quiera. El ordenador tiene vida propia, le ha entrado un virus fantasma, y escribe solo. Y por la noche sigue escribiendo en mi cabeza amenazas fantasmas. La Moira habita mi morada, interior y  en sus acondicionados exteriores, viene modosita al principio y acaba oliendo a hado, fatal.  Me cubro con la tela de cuna, ya no hay nanas de ayas ni leche en la nevera, ni siquiera canciones de mamá a la mañanita, solo un cuento de terror sobre la luna de piel de naranja y navaja. Me afeita Selene a tajos la tez, mientras me canto mi balada de muertos con nocturnidad y alevosía, empapando de espuma la bella concha de mi múltiple cara.

Lloro mucho más, eso, como ir en bici por el bidegorri, nunca se olvida, pero lágrimas más de verdad, sonajeros cayendo dulces por la poca gente a quien amo. Nunca se llora por los malos de este cuento, sólo por sus rastros de muertos que nos dejan por perdida la alfombra. Reclaman su presencia, ¡son unos plastas de plastamatas! Por quien menos lloro es por mí mismo, dado que soy mi peor antagonista. Así que supongo que lloro por las hermanitas Brönte esas ¡o yo que sé!
A mi casa quiere entrar la vida, fontaneros, las facturas y abogadas, pero solo está hecha para seres de otro mundo, apariciones que ni son, ni no-son. Y solo suenan como sonajeros de plata y hombres de hojalata. Jamás he sido tan libre y por supuesto jamás he estado más solo, viene junto por lo inefable de las sendas. Nunca me he sentido más preso de mi existencia ida, ni más rodeado de buena gente de papel. No abro la ventana: paso de bichos, de madres-arañas, de brujas del cuento con fármacos y manzanas podridas ¡ay, dulce traición de fresas envenenadas por la bruja! ¡No me pudráis el bicho del alma!
Errante en la noche deambulo, me asusto… y lo acostumbrado en unas perezosas visiones vagando ociosas y maleantes... no quiero daros más el turre di-vagando. Mediréis "no me seas fantasma" por colarme en vuestras noches desanimando como esas otras animas. No soy bicho ni ángel, solo un fantasma; ni escondo mosquitas muertas bajo la alfombra más recóndita, ni me atrevo a echar a los cándidos blanquecinos de casa. Sigo barriendo las heridas, bailando con la escoba que me prestó mamá.

Quizá un día a Prometeo, Segismundo, Hamlet, Sócrates, Edipo y a toda esa gente les dé por liberarse de su condenada alma errante, de sus cavernas de la razón, de sus dioses de barro lógico y arcilla primigenia, ¡pobres becerros deslucidos! ¡Corderitos que no podían desprenderse la piel del lobo! A quienes carecemos ya de piel nos la pela. Lo goza uno en su martirio, quemado de vuestra frialdad fantasmal y algo pesimista con el optimismo de esos bichos en insistir viviendo. ¡Vosotros a vivir, Sócrates a morir, y yo a ser fantasma, es lo que toca!

¡La serenidad con la que un espectro asume la placidez  de la cama…! para despertar gritando ¡Eurekas! entusiasmadas, que luego son ¡chorradas! ¡Paraísos que tornan al alba vulgares flores del geranio! ¡Jardines de Artemisa que solo son plátanos en el frutero de plástico de Fedro! ¡Edenes que solo son recuerdos recobrados, paraísos artificiales, tiempos perdidos aún por recuperar! Un espíritu es extraño al paraíso lleno de bichos dentro de barras de Teo-Pan-es. Solo hubo un paraíso, dorado, el de niño, y ese jamás volverá... y siempre vuelve. Distinto, bañando cada noche un alma diferente, pura o sucia ¿Qué más da? ¡Si meo en la ducha polvo de hada y nadie se percata…! ¡Si aquí ya no soplan vuestros pedorreos en eco, y me acaricia el vaho de mi palabra!  

Este minotauro ha roto todos sus espejos y se niega a salir del laberinto, al monstruo bueno ya no le asustan los tigres, los Castillos, los Procesos, los “vuelva usted mañana”, quizá no lo haya. Y solo tengamos un corazón por custodiar. Por su jardín infinito de Alejandría trata de regresar con el hilo de Ariadna a esa noche de sueño placentero en que se recobra algo que perdimos. Donde Atenea no nos ha convertido aún en Ariacné por tejer sueños mejores, y no hay necesidad de escudos ni lanzas, de sanchos ni de quijotes, donde el espejo al fin te refleja sin distorsiones refractadas en el Callejón del gato, en la que solo hay tiempo infinito, y no es perdido, ni una cuenta atrás, y todo retorna eterno aproximándose a su origen vacío.
El recuerdo es un tic tac, un cuervo de Poe pesado, un ¿para qué despertar? La cama siempre está deshecha para no hacerla gran cosa, los desechos habitan mi musa, que no se lava los dientes, tarde o temprano se pudrirán.
¡Despertar un día lo mismo insecto que dinosaurio, camello que león! ¡Bicho que ángel!, nos da igual a los fantasmas: jamás despertaremos del sueño entre el vivir y el morir, existimos en este más acá; con visos y avisos de allá. Y quizá alguien nos llore al descansar de nuestra condena, como a quién le da por llorar por las Brönte, resucitando sus borduras, robando sus madejas a las parcas para que dejen de tejer hilos de serpientes en sus trágicos macramés. Sé que hay gente así, llorando por las hermanitas esas, y sólo ellos merecen volar en su fantasmagórico instante. Con alas de Hermes mis cadenas me atan a mi suelo de madera, pero mis mantas toledanas ceñidas al cuerpo no me hacen olvidar que Peter me enseñó a volar. 

Dicen que los fantasmas no existen, ni mueren, ni viven, no sé entonces qué cielos hacemos en esta vida, solo servimos para fantasear con nuestro carné de chalado en verborrea,  licenciado para matar.  Es mi casa de los espíritus y me gusta. Era eso o que devoraran mis tripas las fresas del divino Otro, Prometeo en cada noche. Era eso o lastrar la absurda piedra de Sísifo del comer para purgar la roca en diarrea y destruir construir deconstruir camas sin almohada…y así hasta aburrirme sereno de mi absurdo. Era eso o hacer trabajos a la comunidad en una ONG monjil. Era eso... o morir, sin remedio luego. Prefiero mi encierro preventivo que vuestros manicomios: mi casa de locos no es propiedad británica de Leonora Carrington. Ni siquiera mía, los fantasmas vivimos arrendados. Ni de Hölderlin, ni de Nietzsche, ni de Panero, ¡aunque a todos les siga pagando en negro alquileres atrasados!
La puerta siempre estará abierta y lo sabéis, venir cada noche a aseguraros que la droga se ha ingerido por la garganta hasta el más chillón estómago. Sí, me he tragado  vuestra toxica mentira y vuestros cuentos de fantasmas, son historias para no dormir. Otros que habitaron esta casa escondieron sus facturas en mis armarios por no pagarlas y ¡las creía poemas de amor! Sólo eran morosidades del Padre con nosotros. Los fantasmas moramos también morosos de calor humano, nos arrendamos de corazón a corazón. Sólo tú me puedes resucitar, o al menos, ya que no he muerto aún ni he sido nunca en esencia, aliviar mi libre condena con tu risa más niña, no me tengas miedo.  Los fantasmas pagamos el precio de apegarnos a nuestras latas energéticas, sabiéndonos con sábanas para volar pero con grilletes por abrazo.  ¡Recordar cómo volaba mi niño dorado, y no poder ya... con mis ventanas cerradas, a cal herida y llanto! Aún soy joven y mi casa vieja, sigue plañendo libros tristes por sus grietas. Mi morada es tan antiquísima como la lumbre ardiendo en un corazón, latiendo cansado ya de ser primate pretérito en la primigenia noche perpetúa, con todas sus estrellas por nombrar de nuevo. Es lo único que permiten a un fantasma: volar.

jueves, 5 de marzo de 2020

Visita teatralizada al ateneo de Madrid

 Valle Inclán, Azaña, Unamuno, Madame Curie, Einstein, Ortega y algunos otros nobeles dieron discursos en esta institución. surgido durante el trienio liberal, con Larra como primer socio honorifico, Emilia Pardo Bazan fue condesa del ateneo y Valle Inclán vivía aquí, muchos se quedaban a dormir en esta casa donde a veces se escuchaban ruidos y se creía habitaban fantasmas. También se refugiaron los maquis durante la guerra civil. Los falangistas intentaron robar todos los libros de la biblioteca, pero como se necesitarían 400 camiones para llevárselos desistieron de este empeño chulesco, tan hoguera de las vanidades. Los retratos de los presidentes decoran el techo, dividido en la civilización griega, romana y castellana. Donde se juntaban tres intelectuales (forma mas modesta por no decir inteligentes) había un ateneo. La actual presidenta del ateneo nos habla de cómo las mujeres instauraron los debates feministas en una institución que durante el xix fue siempre machista, con presidentes masculinos. Y nos enseña la institución en una visita guiada y teatralizada. de pronto aparece una mujer caracterizada como Emilia Pardo Bazán contándonos que lo que no vendían sus ensayos feministas o la tribuna o sus novelas naturalistas lo vendía su libro de cocina. Valera a Menendez Pelayo decía que no había asientos para mujeres, que no lo permitían las academias y que si la dejaban entrar a la obesa condesa luego querría entrar Carolina Coronado, Gertrudiz Gómez de Avellaneda, Clara Campoamor, Victoria Ken y se convertiría en un akelarre de brujas. Pardo Bazán le escribió a María Teresa León Goiri por su comunión que nunca dejara de escribir. su tía Maria Goiri y su esposo Menendez Pidal fueron otros maestros de  la compañera de Alberti, que no su sombra. Se muestran cuadros de Fortuny, Sorolla y otros pintores de la época. En el ateneo se podía hablar de cualquier todo, acaloradas discusiones en torno al tema de dios (por un voto ganó la postura atea, que dios no existía), políticas, feministas, sobre literatura...exiliada de su patria y de alberti. Fue una de las sin sombrero.