La capacidad narrativa,
latente en todas las personas, a veces no se sacia con la conversación y de
esta reflexión podía nacer el deseo de hacer literatura, cuando aún no tenemos
en mente el interlocutor al que nos dirigimos. Las historias nacen al contárselas
a uno mismo pero el objetivo final es que lleguen a alguien, aunque no
conozcamos a nuestro receptor.
Diferencia la autora entre revivir o recordar y
contar porque al contar hay que seleccionar los recuerdos de una manera
determinada, afectado el recuerdo por el paso del tiempo, el estado del emisor
y del interlocutor, la distorsión del lenguaje, la manipulación sentimental, la
madurez y nuestras habilidades lingüísticas en el momento de recontar lo
vivido. A veces en la escritura podemos ser héroes y atrevernos a decir lo que
no dijimos en el momento por tímidos. escribimos para darnos valor o de valer ante
los demás, para suplir una existencia rutinaria y reinventar un mundo feliz
mejor, "lo importante no es que crea la vida ficticia para vivirla sino
para contarla." Podemos trasformar nuestra vida a través de la narración eros.
Se cuenta la historia personal de cada uno desde el
horizonte experimental, desde lo vivido, pero también desde un canon de
lecturas e influencias (cine, música, palabras dichas por amigos), sueños, emociones,
invenciones... No importa tanto haberlo vivido como el vivirlo mientras se
escribe y se lee. Se suele decir cuando ocurre una catástrofe "quedo uno
para contarlo" porque ese superviviente garantiza que la tragedia no se
quede en el aire, como si no hubiera ocurrido. Algo muy relacionado con la
literatura testimonial.
"pero vengamos ya
a la cuestión (...) que se plantea más tarde o temprano con el deseo de romper
la soledad; me refiero a la búsqueda de un destinatario para nuestras narraciones."
En la conversación oral el interlocutor es condición casi sine qua no, aunque
hay personas que hablan solas o con su caballo (como Calígula.) Como decía el
padre Sarmiento; la elocuencia no está en el que habla sino en el que escucha
(que comparta esa retorica de su emisor y le interese el tema.) Muchas veces el
otro nos inspira contar historias del pasado que ya teníamos casi olvidadas y
que no habrían surgido sin esa improvisada forma delante de ese interlocutor
concreto. sin interlocutor adecuado en el momento adecuado la narración hablada
no se da, afirma tajante. el orador, salvo viejos y borrachos, tiene que
atenerse a las limitaciones del tiempo y el espacio pero el narrador literario
puede quebrarlas, saltárselas e inventar a su potencial interlocutor.
En el siguiente párrafo
habla de la narración dentro de la narración, la meta-literatura es tan vieja y
actual como la literatura o la humanidad y pone el ejemplo de Las mil y una noches, y habla de los
narradores secundarios dentro de una narración, que ella llama interlocutores
interiores. la sed de comunicación viene del deseo del hombre de romper su
soledad, aunque los escritos no la han remediado ni Gaite ve con buenos ojos
esta incomunicación, aunque posibilite la literatura. la literatura sería
siempre un sustituto de lo real, que es la vida. La autora subraya el carácter lúdico
de la literatura, vista como juego, pero no entendida en esa división mal
traída de literatura de evasión o literatura comprometida y politizada. Se ha
considerado herejía el reconocer que uno escribe porque le divierte, parece que
hay que sufrir para hacer un escrito y no es esto. quien asume la literatura
por obligación tarde o temprano acabará dejándola, a la literatura no se le
puede fingir devoción pues es una santa que esclaviza al que de veras es escritor,
y se lo exige todo por escasa recompensa que obtenga. nunca lo escrito sin
especial deleite puede llegar a deleitar a nadie, asevera, pero también hay
personas que disfrutan escribiendo y lo hacen muy mal. Leyendo Don Quijote nos
da hasta envidia el regodeo y goce de quien lo escribió. quienes dicen que
escribir es para ellas como para el obrero levantar ladrillos ofenden al
obrero, al escritor y a la verdad, porque la monotonia, lo rutinario, mata la
literatura, caracterizada por su originalidad y libertad y porque el trabajo
del obrero es un trabajo fisico, aunque exija otro tipo de inteligencia no
verbal. de esta forma Gaite quiere abolir la etiqueta de "escritora obrera"
tan de boga en su época, igual que había renegado del letrero de
"neorrealista" o "novelista social" por su novela Entre
Visillos, que sí bien es costumbrista, lo es como crítica. El buen escritor
escribe a pesar de la vanidad de su aportación personal, aunque vaya a
acumularse en una montaña de libros dormidos, quizá para siempre, en los
anaqueles de las bibliotecas. La autora hace una mención a cómo el amigo de
Kafka salvó sus libros, que estaban destinados a la destrucción en una pira
(aunque ella y su hermana quemaron muchos textos, cuadernos y la
correspondencia personal con su padre y su hija Marta, para que no se lo expropiara un extraño, un pelirrojo de Ohaio)

No hay comentarios:
Publicar un comentario