A la ventana se asoma la lluvia
lágrimas que no me dejan verter
fumo, me consumo, como un joven Werther
dicen que exagero, que mistifico
que todo es mito
que son berridos de niño consentido
y que todo esto no lo he sentido
que solo fue un sueño
que me lo inventé
que los reyes son los padres
que en mi fantasía lo creé
que la abuela nunca ha tenido muñecas de porcelana
que no me ha siquiatrizado la tía Ana
que todo lo soñé
que nunca me maltrataron
que nunca me marginaron
que todo lo exagero
y que ellos no me quieren conocer
pero sí no fue real
sí aquel campamento con la avispa…
si todo fue mentira, y yo solo un artista…
sí aquella tarde en la barca no fue real..
y sí es que a mí me da por inventar
y siempre he tenido mucha imaginación
y nunca he sido un hombre de acción
no me queda más que apagarme
como te fuiste tú una noche a la tarde
después de pasear por el botánico
y que te diera otro de tus ataques de pánico
y que me enseñaras una flor
y me perdieras en el laberinto
en el abismo de mí mismo
y me decías; te gusta perderte
¿no quieres encontrarte?
Y yo te paseaba en silla de ruedas
como a la silla la reina
como a Matute la Sinde y la reina
aquella tarde de sol
entre las moras agraces
este poema ha de tener ritmo
y no hay que ser siempre el mismo
así que me voy reinventando
recordando todo lo que me fuiste amando
desde que en la cuna me besabas
hasta que la muerte nos separara
jugábamos al escondite, me ves, ya no me ves
contando uno, dos, tres
paseamos por el frondoso bosque de ramas al revés
leíamos juntos cuentos y veíamos películas de amor
me acurrucaba en la manta y te hacía el café
mientras papá estaba en marina dor
suenan los últimos gorjeos de pájaro
en mi noche de insomnio fatal
os escucho a ti y a la abuela hablando tras la pared
me siento, en todo su sentido, mal
a la abuela se la oye porque pega voceríos
a gritos habla de lo mal hijo que soy
que me he pasado la vida drogándome
pero de fumar, de eso no sé
decías que te tenía idealizada
normal, sí es que eras un hada
y de peter pan brindo mi espada
a toda princesa encerrada en su morada
me vestías de primera comunión
me regalaste la cruz de la bisabuela
y yo leía a umbral o a cela
mientras sonaba nuestra canción
me susurraste la nana de la derrota
me cantaste las mañanitas del rey David
y como un rey olvidado y la reina ardid
jugábamos a nadar en Aizerrota
y a botar como Albertí la pelota
aunque se te fuera la chota
siempre te llamaron la ida
fuiste toda mi vida
como una araña que estrangula
mi madre mágica, mi madre chula
decían que estabas loca
que eras fuerte como las rocas
que te querían en todo el pueblo
y yo quiero seguir tu sendero
papá y yo íbamos al juzgado
a hablar con un abogado
y te vi paseando con la abuela
te llevaba de la mano como a una niña pequeña
tomamos un café escondidos en una terraza
llevabas en el cuello un pañuelo
disimulando tus hoyuelos
estaba allí mi familia, un fin de raza
un negro nos vendía calcetines
compraste unos para darme una lección
hay que ser generoso me dices
y seguir tu corazón
tomabas el café misteriosa
aunque el cáncer te había vuelto una mujer rota
tenías solo 56 años y toda una vida por delante
acababas de comprar un piso, ibas a jubilarte
pero el cáncer no perdona y a la muerte van todos los ríos
se llevó primero a tu amiga Olga
con la que compartías primeros libros y amoríos
y luego el mar te arrastró entre las olas
a Bermeo van los irrecuperables
sí, fue un cáncer fulminante
no sé cómo homenajearte
quizá baste con seguir vivo y adelante
te levantabas de la silla de andar
para demostrarme que hay que seguir adelante
la función debe continuar
dar pequeños pasos de gigante
suspirabas la que después fue mi brisa
me besaste con tus labios de café humeante
nos escondíamos en una casa de muñecas
me vestías de pitiminí para ir a misa
en las fotos apareces triste
quisiera seguir el surco de tus ojeras
no sabes lo que te quiero de veras
ni el daño que me hiciste
te encerrabas en el baño
amenazabas cortarte las venas
la sangre salpicando las penas
Sí, la vida es una condena a muerte
Una prorroga cruel de un dios sádico
Los demás son como nosotros
Y no saben qué decir
O quieren decirlo todo y no dicen nada
Pero necesitan que alguien los escuche
No esperes nada de nadie, y no te dolerá
Que la vida te pase sin calarte
Un adulto no se sorprende
Ha renunciado a soñar
De vez en cuando sentirás algo
Entonces corrígelo
Pasa por la vida sin inmutarte
Recordarás calles y personas
Pero no lo que sentiste por ellas
Todas las palabras de amor al final se vuelven en nada
Como polvo diluyéndose en la arena
Pero quedan a veces los recuerdos de mamá
la persona no se va del todo
quedan sus herencias, sus cicatrices, su maná
no ha muerto en el fondo
la eterna vida es una lucha contra el olvido
de que no se ha perdido del todo lo que se ha ido
no voy a escribir de ti
te lo prometí
pero a una madre no se le olvida
te marca toda la vida
una menos con la que pelearte
era tan doloroso amarte
¿puedes esperar dos segundos
antes de perderte por la taberna de los mundos?
lo que queda es un gran vacío
que todo lo que quise pudo ser mío
pero viviendo en el mismo portal
éramos incapaces de hablar algo real
hace tiempo que no lloras de verdad
pero ¡Cuánto lloré cuando te abracé en el hospital!
conocías todos mis secretos
que quería conservar todo de mi infancia
que me encantan las berenjenas y los pimientos
las aceitunas, las hadas, las baladas
que comprara papá un pollo para olvidar
cuando llegara la hora fatal
escribí en un mensaje te quiero mamá
y luego ya nada más
me has dejado huérfano
me has ido dejando
paulatinamente, te ibas alejando
hasta caer todo en vano
te reías aún en la tragedia de tu muerte
solo protestabas que no querías tener dolor
tanto como conocías a tu doctor
tanto como echo de menos verte
la muerte de Olga fue una premonición
tengo que contarte una noticia terrible
me decía la abuela cargada de emoción
y yo que nunca he sido un hombre sensible
Hay algo que nos unía, mamá
un cordón umbilical, una flor
la bolsa de hadas que no me querías dar
la tablet, los libros, los cds, el ordenador…
no es más que basura en el estante
porque no puedo besarte
no son más que trastos
que se pueden encontrar en los rastros
pero tú te has ido
como en un suspiro
te has ido como una hechicera lanzando su último hechizo
conjuro en tu sonrisa llena de rizos
te has ido mamá como en pompas
siempre recordaré nuestros cafés
cuando íbamos de compras
paseando por centros comerciales
te daba vergüenza ir conmigo
de cuanto había crecido
pero seguía leyendo tebeos
seguía de los libros reo
y eso nunca lo entendiste
cuando decía que me iban a dar el nobel
te enfadabas mucho, no me comprendiste
siempre fui tu niño de cobre
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