miércoles, 11 de octubre de 2023

suro criticas

 

Crítica de 'Suro': De la ciudad al campo y del campo a la selva

Procura escabullirse de la negrura del thriller para dibujar, al final, una especie de parábola sobre el corcho que flota y la adaptación al fragor de la selva

Vicky Luengo en 'Suro'
Oti Rodríguez Marchante

El estreno de esta película, la primera que firma Mikel Gurrea , insiste y confirma lo que es una regla de la buena añada del cine español que se podría calificar como del género ‘lejos de lo urbano’, una historia planteada en el campo, en lo rural, y que desarrolla diversos conflictos personales, de pareja, medioambientales y sociales. Este patrón argumental, o ambiental, de la cosecha cinematográfica de 2022 se aprecia en sus dos cimas, dos títulos muy separados en lo narrativo pero unidos por ese hilo común, ‘Alcarrás’ ‘As bestas’ ‘Suro’ está más cerca de la segunda que de la primera y busca para sus personajes y sucesos el envoltorio de una atmósfera ambigua, una promesa de intriga y un anuncio de fogonazo.

Una pareja joven de arquitectos, ella embarazada, asume el doble riesgo de abandonar su vida en la ciudad y tener un hijo, y se instalan en una casa de campo, rodeada de un bosque de alcornoques y con la idea de una existencia tranquila y ecológica. Gurrea nos ofrece numerosos detalles de ellos y de su relación entusiasmada ante el proyecto; todo natural, solidario, sin reproducir las rutinas burguesas que los han llevado allí. Pero el buen uso de la cámara, inquietante sin aparente motivo, y la escurridiza mirada del director dejan entrever que los conflictos acechan: laborales y sociales en su tarea (pelar la corteza de los alcornoques, el mayor activo de la explotación de la finca) y personales y psicológicos en los sutiles cambios de actitud y punto de vista que se irán descubriendo.

FICHA COMPLETA

Suro

Suro

En este sentido es muy importante el tipo de interpretación de sus dos protagonistas, Vicky Luengo y Pol López , pues ambos asumen perfectamente en su rostro, gestualidad y mirada las contradicciones que les germinan en su interior. Se escurren con sigilo en un alarmante movimiento (alarmante para el espectador) de aproximación y distanciamiento entre ellos, incrementado por las circunstancias externas, los trabajadores del corcho del pueblo y los temporeros magrebíes, la situación laboral de unos y otros, los conflictos raciales y de clase…, el aroma a peligro y brutalidad.

La película engorda lentamente en interés y empiezan a tomar cuerpo esas contradicciones, la fragilidad (el hecho de que ella esté embarazada ocupa el pensamiento en ese terreno) y la dureza del trabajo y de los acontecimientos; la tensión de la trama y el relajo del paisaje, que también se oscurece y endurece. Se maneja muy bien en los paréntesis y elipsis (tiene gracia alegórica el panel de corcho que vuela en el monte y el que cae en la piscina). Y, en fin, es una película que procura escabullirse de la negrura del thriller para dibujar, al final, una especie de parábola sobre el corcho que flota y la adaptación al fragor de la selva.



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