Sísifo, aceptando con gratia
(humana) irónica la libertad-condena de lastrar la roca/cruz cotidiana de
nuestra finitud para transgredir en trascendente rebelión el cinismo de Zeus Teo
con sus falsas promesas de metas físicas y tele-ilógicas. Sócrates-Cristo
serenos en su "creo porque es
absurdo" con su dejarse matar; el quijote o Emma boba-ry
viviendo los absurdos de la ficción en esta ficción absurda de la vida; los personajes
de Dostoievski sin dios pero con ética; Kafka asumiendo lo supra-real en su día a día; Edipo con su conciencia y la de toda su
greca tragedia rebelada en hybris a
sus pan/poli-mitos y sobre todo la de/construcción del mito de dios con ese
sentido de humor cabrón y absurdo que se gasta nuestro demiurgo; Kierkegaard, Jaspers, la
náusea de Sartre, Nietzsche…. para demostrar la absurdez de esta
vida: su fin y lo que es peor; su eterna repetición “en eterno retorno” (comer para cagar, dormir para despertar y
volver a hacer la cama que será deshecha),o los horrores absurdos de la guerra
y del obrero héroe moderno en la época de Camus (ahora que todos somos una
clase media con conciencia de clase) y solo dos salidas: El suicidio intelectual
de la razón en la abstracción a lo Fausto (Fedro), a lo Werther (por el amor
sublime), el suicidio carnal donjuanesco (por la conquista y aventura terrenal)
o el de Hamlet (por lo mundano de aceptar el no-ser y que ya no es tiempo de
reyes, como decía el errante Hölderlin). O la mejor opción
elección de nuestro ethos: sentirse parte,
como actores, de este teatro del absurdo
existencial, de La melo-tragi-comedia
humana.
No hay comentarios:
Publicar un comentario