La mecánica del cuento. Taller de escritura de Pedro Ugarte
Creación y construcción del
cuento y promoción del libro
Tras la crisis, las editoriales también
se estan recuperando. Hay que distinguir entre un libro con cuentos y un libro
de cuentos. El primero es un almacén recopilatorio y en el otro están
relacionados. Una novela hay que planificarla, saber a dónde va, pero en poesía
y cuentos la ejecución precede a la planificación. Una forma de unificar todos
los cuentos es a través de un personaje como el Chinaski de Bukosky, o un lugar.
Recomienda los reatos de Donald Ray Pollock que surgió de un taller literario y
llegó tarde a la escritura. También se pueden unir con una temática. Baroja hacía
pruebas de cuentos en su primer libro, Vidas
sombrías, y en este caso tenía más sentido almacenar cuentos sin hilo entre
ellos. Tiene que haber una mirada muy clara y concreta del escritor que una sus
historias. Además funcionan mejor editorialmente. Pedro Ugarte ha impartido
talleres literarios pero ni nos va a enseñar cómo escribir ni va a dar espacio
a nuestros textos, por falta de tiempo. Hay distintas formas de aprendizaje y búsquedas,
para las que sirven estos talleres, aunque él aprendió de forma autodidacta,
lenta y trabajosa.
¿De dónde surge la inspiración?
En su caso de una frase, una persona convertida a personaje, un lugar, una anécdota
o una situación. Alguien dice algo que le llama la atención y lo anota en la
libreta que siempre lleva y donde generalmente apunta cosas sin relevancia. Frases
propias o de otros pueden originar un cuento. David Roas en Refleja empieza con la frase impactante:
“No sé cómo explicarle a mi mujer que he perdido a nuestro hijo” y el mismo
Ugarte: “Voy a hablar del periodo más feliz de nuestra vida en que mi a padre
le diagnosticaron un cáncer terminal”, algo que cuesta luego argumentar por qué.
También empezó con la frase: “Soy incapaz de llegar a tiempo a cualquier sitio.
Los que me quieren lo comprenden. Los demás lo permiten” o “De Elsa sé lo que
cualquier esposo de su esposa: nada” También un relato puede surgir al
convertir a una persona en personaje a través de la exageración de alguna de
sus características. Radicalizando aspectos que llaman la atención o un carácter
que absorbe el resto de su personalidad. En Perversiones
sexuales el cuento se lo da una mujer que sólo se excita cuando va a bodas.
En el cuento El hipopótamo todos los
ecologistas han de tener un animal en casa. También se pueden forzar situaciones
de este personaje. Un pollo acaba agonizando en mitad de la sala. No es lo
mismo el fracaso de 14 páginas de un cuento que el de 300 de una novela. Y a veces
te das cuenta de estos errores a las 200 páginas. En el cuento de El imitador un amigo imita en todo
momento a su mejor amigo. Ugarte conoció a una persona así en la realidad. Este
amigo se adelanta con el coche para pagarle hasta el peaje. Podría dejarle el
entierro pagado. O el amigo se podría cansar y hasta matarle para que le deje
en paz. También podría continuarlo con lo que la mujer opina de todo esto, pero
acabó con que el amigo decidió ser él el que le invitara a su adulador. Sus cuentos
no suelen ser truculentos ni acabar en muertes. Esta falsa generosidad del
amigo genera más rechazo que empatía. El poeta también va explorando hasta que
encuentra la culminación estilística, que no es un desenlace. Hay que explorar
una situación y explotarla hasta el último recurso. Correr estos riesgos no se
recomienda en la novela. Nabokov dice que hay que fijarse en los detalles, para
hacer verosímil la mentira, pero no en cualquier detalle, desechar los accesorios
y elegir los que avancen el relato. No describir si el mantel es rojo a cuadros
si no lo pide la historia. Y huir de los tópicos. No se puede empezar “una
mujer…” sino “una anciana con un bastón viejo del marido”. Hay detalles en las
descripciones, en las conversaciones. En el cine es obvio que dibujan la escena
con lo que dicen, pues la mayoría de la veces no hay un narrador externo.
Escribió Ugarte unos artículos
sobre el libro y la mentira. Esta tiene que estar bien construida, no es lo
mismo decir “salgo ahora de viaje” que “he de tomar el billete de las 7.40”. El
relato de la mentira debe estar bien armado y necesita detalles que le aproximen
a la verdad. El narrador es un mentiroso. Hay que exagerar los rasgos de carácter
pero que sean compatibles con la verosimilitud literaria. Él suele escribir en
clave de surrealismo rutinario, pues siempre hay situaciones exageradas en la
vida. Hay otras historias que se caen, por esa falta de realismo. Pero un
escritor puede conseguir que el lector vea verosímil unos elefantes con alas de
mariposa si le coloca en ese mundo. En otro de sus cuentos usa el personaje de
una mujer que siempre acierta haciendo regalos. Y lo lleva hasta el humor. Esta
mujer que no lee y ve TV5 sabe que debe regalarle libros de Milan Kundera a su
amigo. ¿Qué pasa cuando a ella le regalan cosas? El marido no acierta nunca y
le dice que esta vez no ha acertado y se lo devuelve.
Es más importante editar que auto
publicarse. Aramburu destacó la lealtad que le tiene a su editor Juan Cerezo en
Tusquets. Pedro Ugarte ha sido jurado en varios premios y a veces se tiene que
leer 30 cuentos y no hay tiempo. Con suerte vas a ser uno de los 5
seleccionados y hay que enganchar al jurado desde la primera página, dar allí
el do de pecho, arrancar bien, y seguir estilísticamente bien para que el jurado
se enganche. No conviene empezar dando el parte meteorológico salvo que
describas brillantemente el amanecer como nunca se ha hecho antes. La editorial
se encarga más de la parte promocional. Él no se mueve a los niveles de Patria que puede vender 800 mil
ejemplares sino en 300 mil. Las editoriales a veces tienen sus propios
concursos. En un concurso al que se presentaron 551 novelas la editorial le seleccionó
a él las suyas, aunque le dieron unos informes editoriales de por qué
rechazaban las de los demás. La mayoría de estos concursos están teledirigidos.
El jurado suele hacer una horquilla con las novelas y Juan Marsé se marchó de
una mesa como jurado ante esta intervención de la editorial en el fallo. Lo que
pasa en los concursos de manuscritos es más oscuro, como el tribunal
inquisitorial, no hay exposiciones públicas, pero los concursos de editoriales tienen más que
ver con el derecho procesal de una democracia donde el juicio oral es abierto y
en trasparencia. Muchos no leen las 500 novelas que se presentan. A veces no es
incompatible publicar en una editorial y recibir un premio si estos no publican
los textos de los ganadores. A veces un autor se va con mejores perspectivas a
otra editorial y otras es el editor el que traiciona a su escritor o saca su
libro a ver si funciona, probando. Cerezo dijo que eran antes socios que
amigos. Uno tiene interés en vender libros y el otro en que le reconozcan el
nuevo Cervantes. A Aramburu le iban publicando todo, pero otros editores se olvidan
del escritor al que le han hecho una presentación y luego no han movido el
libro.
Ugarte ha sido concursante y juez
pero no se ha dado un premio así mismo. La mayoría están amañados por las
editoriales. Y hay muchos jurados que ni leen las novelas. Hay que mantener la
esperanza en el lector. A Ugarte le gustan los cuentos terroríficos, en los que
en dos páginas ya sabes que no hay por dónde cogerlo. Hay personas que se presentan
con cuentos infantiles, como si no hubiera cuentos para adultos para ellos, y
cuando empiezan “la vaca Pastora” va a la basura directamente. También le gusta
encontrarse libros buenos. Pero si encuentras uno bueno el problema lo tiene el
siguiente. Igual el otro es tan digno en relación a los demás pero viene después
de un Sputnic. Hay que mantener la tensión hasta el final, que sea rompedor estilísticamente.
No se trasgrede poniendo cuatro tacos, sino que tiene que ser atrevido, no sólo
en su jerga. Pueden ser historias sencillas, pero con una prosa elaborada. Los cuentos
de Chejov son historias de lo más sencillas pero contadas con cambios de cámara
y atención, como luego ha hecho el realismo sucio. Y quizá solo habla de una
campesina rusa a la que sobrevuelan unos pájaros. El jurado no lo constituye
profesionales y van a estar a las 2 de la mañana leyendo una torre de 200
relatos y los 30 que les quedan y están
ya cansados. Es injusto, cruel, pero es así. Hay que dar mucho al principio
pero una buena novela empieza arriba y se mantiene arriba. Hay que escribir tipo
ortográficamente bien, como nos decían en primaría. A veces mandan relatos
escritos a máquina o fotocopias de miles de fotocopias anteriores de un
original del 78. Hay que ponérselo fácil al que lo lee, realzar la letra.
Cuando estuvo en un jurado eran 7 y hacían descartes. De 1400 participantes debían
elegir un premio y dos accésit. Y le escribió a uno de los concursantes en
Facebook: “Aunque reduzcas al mínimo la letra de tu novela de 50 páginas y no
pongas puntos y aparte, ni título en una hoja aparte, ni espacio entre párrafos
y líneas no leeré tu novela corta de 50 páginas que has presentado a un
concurso de 15, aunque seas un escritor fenomenal”. Todos escogen el mismo tipo
de letra, Times, que viene con el Word por defecto, pero tu cuento resalta si
lo pones a otra. Has de destacar tu cuento y que llame la atención. Conviene mandar
varios envíos si vas a mandar varios cuentos. Si el primer cuento no ha gustado
el jurado está predispuesto en tu contra. Ya solo con la tipografía ves que es
el mismo autor y suele repetir el estilo. Si mandas varias veces tu relato
tiene más oportunidades. Martínez Pisón mandó su primer cuento a Anagrama y si
el libro es bueno asumen el resto de tu obra. Páginas de espuma se dedica al cuento y la
narrativa breve. O las editoriales Salto de página y Menos cuarto. En muchas cláusulas
de contratos hay que esperar un año para enviarla a otro concurso o no haber sido
premiado en otro. O la cláusula contraria; avisar si ya lo han premiado. El triunfo
es que te publique una buena editorial y no ganar un concurso. Si envías
relatos y no ganan no se cae tu mundo personal como con una novela, en la que
tienes que esperar año y medio para presentarlo a otro. Si ganas dos a la vez emprenderán
un proceso legal contra ti y te anularán uno o los dos. Cuando empezó a
escribir no estaba pensado en sus derechos. Tarde o temprano te encuentras en
la situación de mover dinero de verdad. Antes hacían contratos de 20 años sin
moverte de esa editorial y ahora te hacen una presentación y luego se olvidan
de ti. Ahora se publica en papel y digital. Hay que ser brillante porque todo
está inventado en literatura, pero a veces encuentras cosas que no estás seguro
de haberlas leído nunca. El jurado te odia. Eres un novio feo, y tienes que
tener muy buena conversación. Y en una novela de partida el lector no te cree,
y lo fascinante es que se crea tu ficción y fantasía y que literariamente sea verosímil,
como lo es Blade Runner aunque sea ciencia ficción.
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