Aixa de la Cruz nos habla en la biblioteca de la Diputación Foral de Vizcaya en Moyua
este jueves 27 de octubre de setiembre del 18 de la reescritura. Se trata de recontar
las historias, reformular conceptos. Homenajear y cuestionar obras canónicas,
revalorarizarlas. Pensamos al hablar de literatura en manuales y respecto a las
mejores obras literarias en listas, lo mejor del año como las estanterías con Bestsellers
de los centros comerciales. Al hacer un corpus de obras cumbres de la literatura
entroncamos con la noción kantiana de la estática, pretendiendo ordenar las obras
artísticas según un valor objetivo. El mérito artístico es evaluable según diferentes
criterios. En realidad, es poco objetivo este canon. Siempre hablamos de
novelas creadas y protagonizadas por un hombre blanco heterosexual. En el Canon de Harold Bloom del 94 figuran
22 hombres, 4 mueres, todos blancos, y 50 anglosajones, angloparlantes como el
propio intelectual que los refiere. Entre los libros cumbre encontramos a Dante,
al autor de los cuentos de Canterbury, Montaigne, Cervantes….
En los países colonizados había
intereses y fines no muy éticos. Hay también que descolonizar la mente. Ngugi
wa Thiong'o en el 86 analiza las
políticas lingüísticas del imperio británico, las colonias que perdieron su lenguaje
nativo desplazado por el inglés. El dominio económico político de un pueblo no
es completo sin un control cultural. No solo se necesita la presencia militar, sino
que los súbditos interioricen la colonización, que el hombre indígena piense que
el europeo es superior y su cultura androcéntrica la mejor. Este autor era
africano y se queja de que solo estudiaban en la escuela a Shakespeare, Milton,
Samuel Johnson. Les decían en el colegio que los valores universales (amor,
muerte) no importaba donde ocurrieran. Pero de esta forma, silenciamos la experiencia
de los lectores keniatas. Le sorprendían esos pasajes en que no dejan de llover
viviendo casi en el desierto de áfrica. Los protagonistas son todos hombres
blancos. Hay una visión racista, heteropatriarcal. Se veían reflejados, pero de
forma degradante, sembrando el auto odio, la baja valoración de uno mismo.
Experimentan el mundo desde Europa. La tierra entera se movía en torno a esta
intelectualidad. Las escrituras poscoloniales tratan de mover el eje a las experiencia
de estos países marginados.
La mujer es también borrada de la
historia literaria. Hay personajes femeninos escritos por hombres, pero
encontramos una anulación de la mujer como sujeto de enunciación, la mujer es objeto
sexual o de la inspiración, la musa. Enlaza con el sistema opresivo colonial el
hetero patriarcado. La mujer o el hombre con otra sexualidad o género no es
generalmente sujeto del discurso. Oriente es lo que no es Europa, el Sur es lo
que se margina del Norte. La mujer aparece
como negación y oposición del Hombre. Hay paralelismos entre los dos discursos
que silencian la experiencia femenina y la proyectan como deseo masculino y los
que silencian las culturas indígenas. Se trata de revindicar el discurso de la otroidad, del otro. Y
en esto coincide la crítica feminista y poscolonial de la literatura. Al hablar de reescrituras debemos hablar de hipotextos. No solo se trata de la reinterpretación de las grandes
obras. Se pueden hacer secuelas de los textos bases, recuperaciones de otros
personajes para ficciones alternativas, nuevas versiones del mito y en esto
tiene mucha participación la fans-media
de los tras media. La obra surgida es
una revisión y trasformación del texto original. Se llama contraescritura si va contra el discurso hegemónico del original.
Se trata de cuestionar y rebatir el discurso. Dar voz y revindicar figuras
silenciadas
Foe de J M Coetzee 86
hace una revisión del Robinson Crusoe de Defoe. Es el texto
central del colonialismo. Los salvajes, el otro colonial, siempre es un
caníbal. Aunque los vestigios arqueológicos demuestran que estos eran muy
escasos. El náufrago cree que no hay nadie en la isla paradisiaca y opresiva,
pero se encuentra al otro. El conquistador extermina a la tribu y libera a Viernes,
que no comprende su idioma, pero él le enseña modales y la religión católica en
mitad de la isla. La obra de Coetzee es una secuela y adaptación. Susan es la
protagonista que busca a su hija y se reúne por accidente en esta isla con
Crusoe y Viernes al naufragar. Se cuenta desde un personaje femenino, que no
aparece en la novela original. Conviven los tres hasta que son rescatados.
Viernes es un esclavo negro, y le han cortado la lengua los caníbales o el
propio Crusoe. Es probable que el propio esclavista le cortara la lengua. Están
20 años viviendo alli y cuando llega Susan a Inglaterra no tiene nada y cuenta
su historia como mendiga para que se apiaden de ella y la ayuden. Se encuentra
con Defoe, el escritor, que está buscando una musa y escucha su fantasía de náufraga
y de isla desierta y le da sustento y una casa a cambio de que le cuente la
historia. En esta interacción escritor y musa, la pareja acaba mal y por ello
Defoe en su relato hace desaparecer a su musa y protagonista y edulcora la historia
del esclavo sin lengua. Robinson o el propio escritor Defoe son el símbolo del colonizador.
Se habla de un hombre mimo, pues el
hombre blanco crea negros a su imagen y semejanza y le hace ver que no están a
su altura, pero los negros son una copia tan buena que acaban desvelando las contradicciones
del sistema de estos blancos.
El ancho mar de los sargazos
de Jean Rhys de 1966 reinterpreta el hipotexto de Jane Eyre de Charlotte Bronte. La loca encerrada en el ático es el
misterio de la trama de Charlotte Bronte. Jane Eyre está enamorada de Rochester
pero la boda es imposible, porque él está casada con esta mujer aunque la tiene
encerrada en el ático. Él era un señor con buen apellido pero necesita dinero y
le medio engañan para casarse con una mujer de una familia esclavista adinerada,
pero que también proviene de una familia de histéricos. Cuando se empieza a comportar
como una loca no tiene más que remedio que encerrarla. Charlotte justifica este
encierro dando veracidad al relato, pero no deja de ser un encierro. La loca es
la antagonista de Jane Eyre, y acaba quemando la casa. Con su muerte consiguen
la boda. Lleva 25 años encerrada la mujer y solo se expresa con gritos,
gruñidos. Responde al tópico de la salvaje encerrada. Además tiene un pasado
caribeño. La idea del otro ya sea en el Caribe o mujer. En los años 60 esta
escritora de Martinica, Jean Rhys, cuenta la historia desde el punto de vista
de la loca. La historia de Marce Preston antes de entrar en la casa, así que
sería una especie de precuela. En este nuevo relato, Rochester la ha comprado
para quedarse su dinero, para explotarla como ganado, la ha engañado él a ella,
y la encierra para quedarse sus bienes y se queda tan pancho. Era impensable
una mujer hablando en primera persona en la época de Defoe y Charlotte Bronte
tiene prejuicios hacía las mujeres colonizadas aunque fuera mujer del
romanticismo, ya que no parece una denuncia sino que justifica este encierro.
Una tempestad de Aime Cesaire,
de 1969, se basa en La tempestad de Shakespeare. Ese artículo determinante “LA” habla
ya de historia universal, de canon, objetivo y él articulo indeterminado “UNA”
le da ciertas coordenadas históricas, como si fuera una más, no la única. En
1656 muere Shakespeare y su última obra es una obra racista y colonial. Por suerte
murió antes de seguir por esta línea. Sigue con el mito del salvaje americano.
Prospero es un noble traicionado por su hermano y tiene que huir de Italia y su
barco acaba en una isla desierta y allí vive Calibán. Su nombre suena parecido
a caníbal. Es un salvaje que intenta violar a su hija. Apenas sabe hablar, es
bruto, ladino y supino. Siempre se comporta como un idiota. Ninguna de sus argucias
llega a ningún lado y besa las rodillas al amo. Shakespeare emplea todos los estereotipos
que se manejaban en occidente de los nativos. Es una adaptación pura, la trama
no cambia, mantienen los actos, pero revindica la figura de Calibán. Es la reivindicación
lícita de que estos señores han llegado a su isla, le han colonizado sin su
consentimiento y que a él solo le guía la libertad y el deseo de defender su
tierra. Filosóficamente se puede relacionar con el Zaratustra de Nietzsche, el
monstruo interior, nuestra sombra, el inconsciente freudiano que hay que
sublimar y no reprimir etc. Es una nueva reinterpretación del clásico ciclope
Polifemo de Ulises, idiota y engañado por Odiseo, como el que hace Picasso. En
Shakespeare vemos mucho más racismo en sus obras. Ya sólo en el título; Otelo,
el moro de Venecia. Describe a los judíos como comerciantes engañadores. Y el
amor de Romeo y Julieta tampoco puede escapar del amor romántico
heteropatriarcal.
De Ángela Carter, Aixa de la Cruz nos cita La cámara sangrienta, pero podría recomendarnos toda su obra. La
obra de 1979 es una adaptación feminista de los cuentos populares; la Bella y
la bestia, caperucita roja, barba azul… Se cuenta la historia original siendo
fiel al tono y estilo de los cuentos clásicos, pero la victima indefensa que
aparece salvada por el héroe aquí deja de serlo, pues vence su deseo sexual de
alguna forma. La niña que se pierde en su bosque de sexualidad interior y
misterio iniciático encuentra al lobo encima de la cama de su abuela. Se
reinterpreta la conversación en un tono sexual, en la cual caperucita seduce al
lobo y se lo folla, en vez de al revés. La bella es comprada por la bestia,
pero domestica a la bestia y luego ambos se dedican al sexo salvaje. Son retratos
de emancipación, representan a mujeres como personas que desean y que no son
violadas y agredidas. No es una feminista que todos secunden. La reprochan que
darle la vuelta a la historia y que sea la mujer la que desea no es fiel al
cuento original ni es feminista del todo, si respetamos el derecho a la a
sexualidad o menos sexualización en la heroína. Todos hemos escuchado estos cuentos
dulcificados para niños, sobre todo por la factoría Disney, pero los originales
de los Grimm eran cruentos, aunque los de esta autora tienen un imaginario de
terror gótico que en los autores románticos no se ve.
Toda adaptación cinematográfica
es una reinterpretación, no deja de ser la lectura personal de un lector
concreto volcada al cine. Aixa nos habla de contraescrituras cinematográficas Mansfield Park de 1999 de Patricia Rozema
nada tiene que ver con la serie o la película oficial y conocida de esta novela
de Jane Austen. Sin cambiar el texto
en el guion hay un toque lésbico, como se ve en el fotograma en que ella está
mojada y su amiga la seca. El padre se va en la novela y hay escándalos entre
sus hijas cuando él se va a gestionar sus negocios. Jane Austen no nos dice de
dónde proviene el dinero que amasan. En la película se dice explícitamente que
el señor va a echar un ojo a los esclavos en las plantaciones de las colonias
de Jamaica. En las novelas solo se podía insinuar esto.
Aixa nos habla finalmente del estado
actual de la reescritura. Los clásicos estan olvidados. Pero vienen las Slash fiction. Escrituras basadas en
hipotextos. Y dentro de ellas, sobre todo las fan fiction y las fan historys de los fans tras media. No son escritores
profesionales sino comunidades de fans que comparten sus textos, en que
imaginan tramas posibles secundarias. Crean así subgéneros. ¿Qué pasaría si la
protagonista del cuento de la criada amanecería en 1700? Y crean un relato de ciencia
ficción y fantasía del cuento original.
El canon también es heterosexual.
Por eso era necesario crear tramas
homosexuales basándose en estas historias. Nace este género en el Japón del
manga y los EE.UU de los años 80 y 90, a raíz sobre todo de la serie Star Treck.
Nos puede extrañar porque la serie se basa en héroes muy masculinizados pero
los frikis seguidores de la serie se imaginaron ficciones eróticas entre Kirk y
Spock. Esta forma de relato homosexual
es originalmente gay, aunque ahora existe la de homosexualidad femenina. Se
centra en series de ficción con heroísmos masculinizados, sin personajes
femeninos. Pero le da una nueva visión subversiva frente a los significados
internos de las series más viejas. Ahora las series de televisión han mejorado
en su representación del género. Ahora hay heroínas mujeres, según interpretaciones
liberales del género. Se hacen sagas de televisión, cinematográficas con las
novelas y estos mismos géneros audiovisuales son una forma de literatura.
El de Bloom terminaba con autores
nacidos a principios del siglo xx y aquí llevamos un siglo de ventaja. Tiene
que ver con la tras media pues desde los ordenadores se da este dialogo desde la
palabra, la imaginación, la reescritura. Está arraigado entre escritores no
profesionales, los fans, por lo que es positivo que todos lo intentemos. La
propia Aixa de la Cruz imaginó una escena lésbica entre la loca y Jane Eyre, en
la que la protagonista no la criminaliza sino que hasta se acuesta con la loca.
Es importante dialogar con los textos que leemos. Es un ejercicio que lleva a
su taller femenino de escritoras y nos lo propone a nosotros: Ser crítico con
lo que consumimos y vemos, y en eso está también la reescritura. Leer y
escribir van de la mano.
En las nuevas heroínas, hiper sexualizadas,
no veo en mi opinión feminismo sino más bien cosificación. ¡Heroínas sí, pero Tomb Rayder no! Pero Tomb Rayder es una heroína
de videojuego de los años 90, en las que el precio que tenían que pagar por
llevar armas y superpoderes de los Increíbles eran tallas perfectas y senos
prominentes. En el 2000 las heroínas son distintas, Jessica Jones trata las
escenas de sexo con respeto y le da otra interpretación a los comics de Marvel. En la serie Freens es distinta la agente Dana Scully de Expediente X y ya no lleva esa ropa tan rígida. En estos últimos diez
años las heroínas son más feministas o al menos más progresistas. Esta reinterpretación
tan posmoderna de las obras clásicas es una reunión con las grandes obras para
recomponerlas en pedazos. En el fondo lo que hizo Mary Sheley con su Frankenstein,
su nuevo Prometeo Encadenado. Se está
borrando la literatura. La autora nos habla también de su novela La guía del frente. ¿Cuál es la cárcel
de Sofía, su protagonista? Ella encuentra a Jokin, que hace de cristal con
ella. Está encarcelada. Sale a correr, se va encerrando más, entra en rutinas,
deja de salir a la calle, se encierra en un espacio que recuerda al
carcelario. Pero como metáfora y
símbolo, Sofía está encerrada en la culpa. Aixa tiene amigas escritoras obsesionadas
con escribir ficción pura pero estas van a perder la batalla, porque ahora se
lidia en internet y en los medios audiovisuales. El arte figurativo vende bien,
pero el arte en general no. Se utiliza mucha literatura para hacer series,
pelis. Las novelas de Dan Brown
tienen un lenguaje cinematográfico, las imágenes tan cinematográficas te hacen
casi verlas en fotogramas cuando las leen. Las de Ken Follet se llevan al cine con éxito. Pero ella se refiere a que
las novelistas al estilo de Margaret Atwood
están en peligro de extinción. Todavía hay escritores que venden, pero más
éxito tiene sus versiones a los medios audiovisuales. ”No obstante, no dejéis
de venir al taller, que ya pondré películas si acaso”. Y así termina esta
interesante charla.
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