Rosa montero ha ganado premios como
que leer, o primavera. Ha estudiado periodismo, psicología y teatro. Formaba
parte en grupos de teatro cuando estudiaba en la universidad Complutense. Habrá
un coloquio después de esta charla. La conferencia durará 50 minutos, en forma
de entrevista. De esta forma presenta Rosa Montero su último libro “La Carne”
que abarca muchos temas. Rosa Montero ha estado varias veces en Bilbao, no sabe
cuántas. Es maravillosa la capacidad de movilización que tiene está escritora
pues la sala del aula de cultura del correo estaba llena a rebosar. La autora
dio las gracias a la organización que la trae hoy aquí y a los que han leído el
libro. El libro nace de dos conjunciones, de casualidades. No sabe de qué va a
escribir hasta que escribe. Por eso no se dice “voy a escribir una novela negra
o una de fantasía” sino que va surgiendo y además su estilo de escribir es
hibrido, una mezcla de muchos géneros; político, amoroso… utiliza sus personajes como mascaras de
alejamiento. No le gusta la novela autobiográfica, lo que se entiende por tal.
El escritor vive otras vidas que no son las suyas. Parte de personajes y mundos
en apariencia lejanos a ella aunque los sienta intensamente. Se acerca a la
universalidad con sus personajes. Los protagonistas son una cantante de boleros
analfabeta, un taxista de mediana edad al que se le murió la mujer, una sierva
de la rebla del siglo XIII que se trasviste de guerrero, o un replicante del
siglo veintidós. Lleva 7 años sintiendo el runrún y deseo de volver a su mundo cotidiano.
Se propuso hacer una novela que partiera de lo cercano, que sucediera en
Madrid, que fuera contemporánea. Los personajes son de su edad, y de un ámbito
cercano a lo intelectual y artístico que es a lo que ella se dedica. Rosa es ahora
lo suficientemente mayor y madura literariamente para poder hablar del mundo más
cercano “sin que mi vida empequeñezca la novela”. Habla del mundo literario sin
hablar de su vida. Envejecer es bastante desagradable, reconoce la autora. Vas
perdiendo muchas cosas. Si te esfuerzas aprendes en tu oficio o vida, a
conocerte mejor y tú y el mundo, eso no viene sin lucharlo. La novela es un género
de madurez. Las novelas que más le gustan están escritas en la etapa de madurez
de los escritores que le gustan. Ha hablado Rosa de la crisis de los 45 a 50, del
50 al 60, del 60 al 65…y ahora está en la del 60 al 70. No encontraba anécdota
para empezar su novela y se la dio una amiga. Una conocida había contratado un gigolo
para dar celos al ex amante en una cena de gala. Ahí se forma la novela a partir
de la anécdota como un huevecillo con forma orgánica, como un árbol que echa ramas.
Parte de la historia de Soledad que es una comisaria de exposiciones que
prepara una conferencia sobre escritores malditos. La protagonista atraviesa la
furia loca y pueril, la furia como pasión rota del despechado o despechada que
nos vuelve a todos niños. De hecho, se personifica el amor en Cupido, un niño que
nunca crece y ciego pues no ve nada, ni entiende de físicos el amor. Lleva al
gigolo a una ópera para dar celos a su ex novio. 600 e por 4 horas que esta con
ella es lo que cobra el gigolo, carísimo, (son precios reales pues la autora los
ha mirado en una página de contactos). Por el mismo precio se puede acostar con
él pero ella solo quiere esa cosa de niña de 14 años de lucir a ese chico bombón
guapísimo de 32 años ruso. Lo contrata. Le lleva a una ópera de Wagner. Hacemos
miles de planes y la vida burlona nos da un golpe que salta los dientes.
Siempre hay un suceso violento imprevisto que trastoca todo. Y esto es lo que
le pasa a la protagonista. Establecen una relación complicada, rara, y
naturalmente peligrosa. Hasta ahí puede leer sin destriparnos el argumento. Es
una novela de intriga con una carga emocional muy grande.
Envejecer es bastante desagradable. Soledad se apellida alegre pero no está en el periodo más alegre de su vida. Cumplir 60 años sea un hombre o una mujer siempre es algo desagradable. Rosa Montero reconoce su obsesión es el paso del tiempo. La literatura existencial y la novela del siglo XX XXI está muy centrado en la muerte. Soledad Alegre parece un nombre que se burla de su existencia. Es una condena llamarla así. La madre de soledad es una malvada por haberle puesto ese nombre, que lo es. La novela habla de cosas graves tremendas, a veces trágicas, pero con sentido del humor. El humor es la vía de expresión especialmente hábil, inteligente y elocuente que tenemos. A la hora de entender el mundo el humor quita estupidez y atontamiento y coloca las cosas en su lugar. El sentido humor aleja el problema y lo relativiza y sobretodo socializa. Dolores compartidos son menos dolores. Quita egocentrismo el humor.
¿Qué es la juventud?, no es tener
la piel persa y las nalgas duras. Juventud de verdad es la convicción de que
mañana podrás empezar la vida desde o, inventar otra realidad y existencia
desde 0. Tenemos el infinito y todo el día para crear la vida que yo quiero. A
medida que creces eso se va perdiendo. Es la crisis de los 40. Te das cuenta de
que ya no puedes empezar de 0. No puedes inventar otra vida, llevas la vida a
la espalda, como una mochila de piedras, de sueños rotos. Acarreas el daño que te
han hecho, el daño que has hecho. Acarreas los momentos de cobardía que han
impedido hacer lo que querías, lo vas cargando a la espalda. La mochila se
carga, cada vez es más pesada. El futuro es el tiempo que queda para redimirnos
y enderezar lo torcido, cumplir los sueños que no hemos hecho, reinventar lo
que hemos fallado, poder perdonarnos y a los demás. Cada vez es más escaso ese
futuro. Eso es ser viejo. Eso tiene Soledad, esa crisis. Hace a los personajes
con una edad resbaladiza cercana a los 60. Por circunstancias se va sabiendo que
la protagonista tiene una vida amorosa especial. Ha tenido muchos amantes, pero
nunca una historia de amor, de pareja, ni ha convivido con nadie. Siente un agujero
tremendo en su interior. Tiene angustia, ya no podrá vivir ese amor. Es un personaje
extremo. Queda más claro, pero no era necesario irse tan lejos. La mayoría de personas,
aunque hayan vivido jutas 20 años, hayan tenido ex maridos o hijos tienen la piedra
en el pecho de sentir que nunca les han querido como ellos necesitaban o
querían ser queridos. Eso llena de amargura. Crea una nuez en el pecho; del
amor que querían dar y no han dado a nadie. Amor intenso. Llegas a los 60,
elige esa edad porque queda muy redondo. Vas avanzando el camino de la vida con
la mochila de piedras y el camino es cada vez más corto. ¿Y si ya no lo consigo?
Me voy a morir sin haber hecho esto. Es una ridícula forma. La Vida nos roba
vida sin darnos cuenta. Nunca sabes dónde va a acabar .la vida. Tiene Rosa una
amiga buceadora, que ya no buceará nunca más porque lo ha dejado, es mayor. La última
vez que buceé, ya no volverá a hacerlo y no se acordará del día que dejó de hacerlo.
La última vez que estuve en París, la última vez que subí una montaña, o hice el
amor. La última vez nunca sabes cuándo será. El amor es resbaladizo. Soledad
piensa en las relaciones que ha tenido, como se comporta, lo que le han hecho. En
las 100 primeras páginas conoce al gigolo. Al principio cree que es sexo lo que
busca en él; eso ha acabado con los amantes, los momentos de amor y ternura de
ella hacia sus novios, pero luego se percata de que lo que busca es el amor
desde el primer momento. Sucede un accidente violento que hace que acabe en la
cama. Ella le llama, lo que busca es la entelequia que se produce en la imaginación
de creer que somos dignos de ser amados. Sentirnos amados nos da un lugar en el
mundo y si no; no estás en el mundo. Sus amigos la dicen; que tonta ¿cómo no te
has dado cuenta antes? El amor es importantísimo no solo de un punto de vista
pasional. Es importante en la pasión personal pero también desde un punto de
vista existencial. La angustia de no sentirse querido es un veneno metido en el
corazón de la gente. Es un ingrediente más causal en las catástrofes sociales, las
guerras y cataclismos. El amor mueve el mundo lo dice en esta novela; el amor y
la ausencia de amor. Y el desamor y la angustia de no sentirse querido también
mueven el mundo. En esta novela está presente el amor, el sexo, el erotismo, la
carne. Si todo va bien se le ocurre el título de la novela que está escribiendo
en el tercer párrafo del libro. Se le ocurre al principio. El titulo necesario
emerge del mismo texto. ¡Qué maravilla de título, corto, fuerte, verdadero!, se
dice la autora. ¿Cómo no haya miles de novelas tituladas así?. No se lo decía a
nadie para que no se lo pisaran. Le parecía deslumbrante, perfecto. La carne
nos aprisiona, no hemos escogido el cuerpo ni el sexo en que nacimos. La
historia del ser humano habla de ese conflicto entre el yo, el alma o el
espíritu pensante y la carne y el cuerpo. Somos presos de la cárcel de nuestra
carne. La carne nos envejece enferma y nos mata. Rozar la gloria con el sexo, eso
es la pasión amorosa; sentirnos eternos por un instante. El estallido de un
amor ideal en el que te fusionas con el otro y con el universo. La carne se
siente fundida con el otro, sales de ti y te unes al universo atemporal. Nos salva de ser sólo humanos. Bailamos un zapateado
de estar viva. La carne nos salva y nos condena. Es la gloria y el terror de la
vida. Envejecer es bastante desagradable. Soledad se apellida alegre pero no está en el periodo más alegre de su vida. Cumplir 60 años sea un hombre o una mujer siempre es algo desagradable. Rosa Montero reconoce su obsesión es el paso del tiempo. La literatura existencial y la novela del siglo XX XXI está muy centrado en la muerte. Soledad Alegre parece un nombre que se burla de su existencia. Es una condena llamarla así. La madre de soledad es una malvada por haberle puesto ese nombre, que lo es. La novela habla de cosas graves tremendas, a veces trágicas, pero con sentido del humor. El humor es la vía de expresión especialmente hábil, inteligente y elocuente que tenemos. A la hora de entender el mundo el humor quita estupidez y atontamiento y coloca las cosas en su lugar. El sentido humor aleja el problema y lo relativiza y sobretodo socializa. Dolores compartidos son menos dolores. Quita egocentrismo el humor.
Soledad es racional, o lo
intenta. Es una mujer mayor y él un chico joven. Ella puede tener unos 60 y él
unos 32. Es natural que hombres y mujeres se sientan atraídos por personas
mayores. Más fácil es que suceda eso que que no suceda. Muchos hombres se van con
mujeres jóvenes. Mucho tiempo ha parecido casi como un deber ser social. Sigue
siendo así en muchas partes del mundo. Se casan monstruos de 60 con niñas de 12
en el oriente. Es evidente, es así. Funciona así. Lo contrario también; mujeres
mayores con jóvenes. Escribió Rosa Montero la historia de las mujeres hace 25
años. En ese libro habla de George sand, o de la viuda de Stevenson que cuando
muere su marido se casa con un chico de 30 años. La reina Victoria de
Inglaterra cuando murió marido se lio con Mr brawn hasta que murió, y fue amante
de un paje 40 años menor que ella. Siempre ha habido mujeres con amantes
jóvenes. Pero es algo que se oculta, permanece en la clandestinidad. Ahora empiezan
a salir. Sale pero sólo la punta del iceberg pues las parejas que salen suelen
ser las del mundo de la farándula; Madona, Susan Sarandon… Las mujeres ocultan
sus amantes, molestas por la presión social. Temen los hombres que les tomen
por unos aprovechados. No se piensa eso de los hombres que gustan de jovencitas,
a no ser que el hombre este en decrepitud absoluta y a veces ni así. Ahí
tenemos la Lolita de Nabokov. Dicen que el hombre mayor es atractivo e
interesante. La mujer no tiene nada que aportar. Muchas mujeres se lo creen y
no es verdad. La mujer envejece mejor que el hombre, eso está claro. Una mujer
mayor maquillada, con liftings, puede parecer una chica joven. Que se lo digan
a la Presley. En cambio, los hombres se hacen mayores y envejecen peor. Luego
están los malditos.
Los malditos es la parte meta literaria
dentro del libro. La protagonista es comisaría de una exposición de escritores
malditos que se va a celebrar en la Biblioteca Nacional. Cuenta anécdotas
suyas; estrafalarias, increíbles. ¿Qué mente febril se ha inventado esto? Todas
las historias son verdaderas, salvo una que se ha inventado. Las que parecen más
locas e imposibles son todas reales y documentadas. Personas que se cortan los
dedos por amor. Uno de los trovadores; estaba enamorado de su dama, una
duquesa. Se cortó el labio, un delirio total. Su dama se burlaba cruelmente de él,
le parecía feísimo, decía que tenía boca fea. Así que se la cortó y el dedo también
y se lo dio a la dama para ser puntero. En el siglo 15 el personaje este era
guerrero y quería enamorarla contándola batallas de guerra. Hizo el periplo de
Venus por Europa, retando a caballeros para luchar en justas de torneos. Combatió
con 700 caballeros y ganó un poco más de la mitad de estas justas y perdió la
otra parte. Iba con su armadura viajando por Centroeuropa. Iba vestido de
venus. Encima de la armadura llevaba una túnica de gasas con florecitas. Bajo
el casco ocultaba unas trenzas doradas adornadas de perlas. Todo es verdad. No
es fabulación de la autora, todo es auténtico. El amor te convierte en ser
patético, dice el personaje, no es obligatorio, pero suele ser así. El amor nos
esclaviza al otro, siempre uno que domina, otro que obedece. El amor como
voluntad de poder.
Este libro habla mucho de la
locura. Los relatos de los personajes malditos le sirven de espejo donde
mirarse ella misma. Por razones que se irán desvelando se siente en el borde de
la sociedad, no la admite la sociedad. Resbala a la oscuridad de la nada, la
locura y marginación. Es comisaria con un éxito aceptable. Se encarga de la exposición
del arte y la locura. Tiene éxito y una posición económica desahogada. Una
bonita casa. Pero se siente al borde del principio de desaparecer. Se mira en
los malditos como un espejo. Soy un monstruo y Adam también (el gigolo) tiene
la sensación de no pertenecer a la sociedad, teme el riesgo a caer y desaparecer
y a fracasar. En la exposición tiene de enemiga a otra mujer que quiere comerle
los pies y echarle de la exposición. Es una lucha laboral muy dura. Se siente
débil en muchos aspectos. La mujer mantiene la apariencia, parece capaz y
segura. A Rosa Montero le encantan los animales, vive con perros desde hace 40
años. Te acercas al cachorro y chilla para que los mayores le ayuden, no le
pisen y no le hagan daño. Sin embargo, un animal viejo nunca se queja, no
chilla. No sabes si les duele algo o nada porque jamás se quejan. También en el
ser humano es así; Eres viejo, frágil, no puedes mostrar tu fragilidad, tu debilidad.
Los humanos hacemos parecido. Los que van con la fragilidad abierta es un truco
para que los adopten. Esas personas que te cuentan la vida y se quejan y son
victimistas. Esta no es la verdadera fragilidad. La protagonista es una mujer
rota, parece dura y tiene mal genio. Sale de la novela pues le gusta las
fronteras borrosas entre la realidad y la fantasía que se mezclan. Sueños
delirios forman parte de la realidad. El nazismo fue un delirio y cambió la humanidad.
La autora recuerda algo sucedido hace 20 años y le cuesta distinguir si lo que recuerda
lo ha vivido, soñado, escrito o imaginado. No se fía de su memoria. La de todos
es una memoria inventada pero la suya más.
De hecho, la escritora dedica su conjunto de artículos la loca de la
casa a una hermana gemela que desapareció en la infancia. Todos le preguntan
por esta hermana ficticia, que nunca existió. En el Corazón del tártaro inventa
una leyenda, que ha encontrado un supuesto texto de la leyenda del caballero de
la rosa, pero todo es inventado. Inventa incluso un cuento de Borges que era suyo
y no de Borges. A Rosa Montero le gustan ese tipo de juegos. Ha cambiado el mundo
en tan poco tiempo… Entonces no se podía googlear. No estaban los algoritmos de
“San google” aún. Hacías juegos. Leías en las críticas; en esta novela la
escritora narra la leyenda. Salen varios personajes reales en su último libro;
Ana Santos Aramburu es la directora de la biblioteca nacional, eso es real. La
bibliotecaria no sabía que le estaba sacando en una novela. Se lo dijo en el
segundo borrador. Le pareció bien, no cambio nada, ahora tuitea y dice; ¡y
sucede en la biblioteca Nacional! Soledad es una misógina, una misántropa. Y
Rosa Montero detesta a las mujeres misóginas. Sin embargo, a su personaje de Soledad
la ha entendido y llegado a querer. “Espero que el lector también la quiera a
pesar de esa ira, furia y dolor”, dice la autora. La protagonista cree que
todas las mujeres son más felices que ellas. La hierba es más verde al otro
lado de la verja. Detesta a las escritoras porque no se ha atrevido a escribir ella
una novela. Sale la propia Rosa Montero en una escena. La comisaria de la
exposición para unos datos que necesita de sus escritores queda con la
escritora Rosa Montero en un café. Llega tarde y arroja todo su bolso en la
mesa cubriéndola de libros, papeles… es meticulosa, ordenada, controladora
porque está sumergida en el caos. Helena es elegante, fina, refinada, como se
espera de una comisaria de arte. La
protagonista se siente fastidiada por la escritora. Piensa; llega tarde y me
desordena todo, que desastre de mujer. Además, que bolso más feo…. Rosa Montero
pide en la cafetería varias cosas. Y la comisaria piensa; no podrá pedirlo todo
a la vez, las pastas, el pastel… ¿qué
edad se creerá que tiene?, va vestida
como una niña, y va vestida de zara o peor, de esas tiendas baratas para
adolescentes, ¿a quién creerá que engaña? si tiene mi edad… Rosa Montero es un
poco Peter pan y la saca de quicio a la comisaria.
Escribir es un ejercicio de
esquizofrenia. La novela es la autorización de la esquizofrenia. Sergio Pitol
decía el escritor es una persona que oye voces y eso le asemeja con un demente.
Menos mal que vendéis libros, dice la presentadora. Menos mal que nos leen,
apostilla la escritora. Que haya lectores nos une al mundo. La historia de la
literatura está llena de escritores que han perdido el favor del público por lo
que sea. Melville el maravilloso sacó Movy dick y vendió 10 libros. Ni a su
mejor amigo, que le gustaba todo, le gustó esa novela. A causa de su fracaso, de
su vida hizo un disparate. Se convirtió en ser terrible, borracho, que pegaba a
su mujer. El hijo se suicidó ante ese ambiente horroroso de malos tratos. Ha
habido muchos escritores fracasados que se han suicidado o vuelto locos, por no
tener interlocutor soñado. Necesitamos alguien que comparta o lea lo que
soñamos. Te pasas años inventando personajes que no existen, que atraviesan
puertas que no existen, zapatos que no existen. Si no hubiera gente que lee y esto
lo hace suyo… ¿qué sería de los escritores? Sin nadie que nos lea las novelas
de los escritores se convertirían en un delirio del loco. Es necesario que te compren,
que te lean. La locura es la ausencia de complicidad, de gente que te entienda.
La delimitación de la locura es un problema social. Si ahora es digo; antes de
entrar me he llevado un susto, me he topado con el demonio. A todos parecería
una loca, una chiflada. Si fuera el siglo XIII os asustaríais y sacaríais los crucifijos.
Jon Nass, el genial matemático esquizofrénico, en el discurso de aceptación del
nobel aseguró que los efectos de la esquizofrenia los había remediado con la medicación,
pero que no le gustaba haberse curado de la enfermedad. ¿y si al esquizofrénico
le encanta ver fantasmas, cree en las hadas? ¿Quiénes somos nosotros para
imponerle un principio de racionalidad y realidad? ¿Quiénes somos para juzgar
si se ha quedado en la fase oral o anal? La esquizofrenia no es una enfermedad
como una hepatitis. Al quitarme esos delirios me han quitado una parte de mi
que es esencial. Me han privado del chute de fantasía. Zaratrusta tenía
delirios también pero no fue un loco porque tenía seguidores. Nietzsche corrió
peor suerte. Esta novela habla también de la locura. Hasta Hitler tuvo
seguidores. ¿cómo medidos lo que es locura y lo que no? ¿qué es la realidad y
cual la razón común para todos? Es difícil clasificar, sistematizar y saber lo
que es racional o locura. Después de la conferencia la autora respondió a las preguntas
breves, claras y concisas. Que lo que escribes pueda interesar a alguien es un
éxito. Calma la ansiedad e inquietud. Escribir algo para que la gente lo
entienda. Pero también hay artículos que ella ha escrito que se han
malinterpretado. Gente entendió al revés lo que estaba contando. 3 veces
en su vida le han dado ataques de ansiedad y angustia; con 17 años, con 20 y con
30 años. En esos ataques de ansiedad, o de agorafobia, eres incapaz de hablar y
decir lo que te pasa. Rosa estudió psicología porque creía que estaba loca de
atar tras el primer ataque de angustia.
La mayoría de los que estudian psicología lo hacen porque creen que
están locos y los otros restantes porque son hijos de psiquiatras. La
enfermedad se acostumbra a llevarse. Es una enfermedad que no se cura, es
crónica, pero se puede regular, para que no haya recaídas o descompensaciones.
Se lleva mejor cada vez lo de discernir donde empieza lo real y donde lo
fantástico en el día a día. Los psicólogos estudian sicología por miedo a estar
locos.
¿Qué pasa desde que te cuentan la
anécdota hasta que ves el libro hecho?, ¿cómo es la estructura del proceso de gestación?
Rosa Montero lo compara a la metáfora de un huevecillo, algo pequeño, que se va
haciendo grande hasta que nace un polluelo. Una imagen, una frase, algo que te
emociona y no sabes ni por qué, es el comienzo de la gestación de esa novela.
Intuyes cosas que no sabes decir, que pueden estar ahí, se apelotonan en cabeza,
esto tengo que escribirlo. Tarda en la ejecución de la novela un año o año y
medio. Escribe en cuadernitos y en la cabeza. Aparece el personaje, ¿a esa edad
quién no ha tenido una tragedia o una relación sentimental? Va apareciendo como
quien conoce a una persona o va viviendo; una novela es ir viviendo, se va desarrollando
el mundo, acaba ese año y medio y ya tienes la idea de la novela. Como Rosa
Montero es bastante caótica le gusta las novelas arquitectónicas y organizadas.
Lo ordena en papeles y organigramas. Establece relaciones, e interrelaciones de
los personajes y termina haciendo mapas. Al final decide; habrá 26 capítulos y pasará
cada cosa en el capítulo. Al cabo del año en vez de 26 capítulos son 42. Va
cambiando hasta el final. Uno de los asistentes, Jorge León se presentó como periodista,
que colabora en medios y escribe en el correo. También la hicieron preguntas
una psicóloga y un economista
La autora habló de la tiranía del
amor. El economista se ha leído esta novela que le han regalado en su cumple. Le
pregunta si podría haber sido esta novela protagonizada por un hombre y si le
afectaría lo mismo la tiranía del amor y el paso del tiempo. “En lo básico si y
en lo accesorio no”, responde la escritora. “las mujeres nos conservamos físicamente
mejor que los hombres. Es un imperativo tiránico y categórico el estar guapas y
presentables. Pero cada vez a los hombres se les exige más. Ese refrán del
hombre como el oso cuanto más peludo más hermoso no va con ella. Para nada.
Esos adanes que se abandonan no le interesan. Hay una imposición y tiranía del
cuerpo seas del sexo que seas. La autora recordó la diferencia entre las maletas
de antes (el cepillo y la muda) y las de ahora; llevas el crece pelos, los jabones,
las cremas, el after shave…la mujer siempre arrastra con la inseguridad de si
va a gustar. Tampoco importa el hecho de que la chica sea joven o mayor. Lo
esencial es lo mismo. Si lo hubiera cambiado y hubiera hecho a un hombre el
protagonista hubiera incidido en otros detalles; el miedo, la impotencia… pero
en lo esencial es igual. Conoció una señora, con una buena fortuna. Tenía buena
salud (murió con 100 años) y gran talento. Pasaba los inviernos en las Bahamas.
Su administrador le metió en el hotel grand life (larga vida). Se llamaba
Regina esta señora. Todo el mundo del hotel eran viejas cacatúas como ella. Tenía
90 años cuando fue. El hotel había sido tomado por señoras ancianas o muy
mayores. Sentada en el loby o salones unos jóvenes de 40 y 50 años, morenos y
cachas, empezaron a ligar con estas señoras de 90 años. En cambio, con ella no.
¿por qué ligan con esos vejestorios y no conmigo? Tenía un inglés perfecto y habló
con el gigolo. Este le contó la historia. Se acababan de operar de cirugía
estética. Para demostrarles que la operación había sido un éxito le incluían en
la factura de la operación 30 gigolos que intentaban ligar con ellas. Estos hombres
en venta eran arquitectos, ingenieros a los les pagan 15 mil dólares para
camelar a estas señoras y decirlas que son tan atractivas que pueden obtener el
amor temporal de cualquier hombre, de un gigolo. Tenían 2 mil dólares de
presupuesto para hacerles regalos a estas señoras. Ellas no sabían que los
regalos de sus amantes los pagaban ellas en sus minutas. Cuando vuelven a casa
no verían ningún cambio con su situación anterior al saludar al portero. Aquello
era un timo. Se aprovechaban de ese deseo de gustar, de ser reconocidos,
escuchados, leídos, que tenemos todos.
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