martes, 25 de diciembre de 2018

LITERATURA Y ESPECTACULO. TADENSZ KOWZAN


LITERATURA Y ESPECTACULO. TADENSZ KOWZAN


Kowzan empieza su ensayo Literatura y espectáculo recordándonos que hay una tradición nefasta, pero muy implantada, que cree el teatro solo una forma de literatura. Kowzan es un pionero en demostrar la tesis contrario. Antes de ser un libro, este ensayo eran artículos de revista del año 68 dentro del contexto del mayo francés (y su repercusión internacional) y del movimiento estructuralista y semiótico del teatro, que revindica la autonomía del teatro respecto a la literatura. Es decir, la contemplación del teatro como un espectáculo completo y no sólo verbal. (Los deconstructivistas dirán que cada uno puede hacer su propia lectura, aunque el texto tenga una parte determinada que conduzca, determine u obligue a cierta interpretación) Enlaza esta tesis con lo que habían proclamado informalmente otros autores como Antonin Artaud: lo no contenido en el dialogo (verbal) es, por desgracia, delegado a un segundo plano. Pero es obvio que la puesta en escena constituye algo más que lo meramente texto verbal. Artaud llama “invertidos anti-poetas” a los que ciñen y constriñen de esta forma al teatro occidental... El teatro debe diferenciarse de la palabra pura. Kowzan elige muy bien las citas, podría este ensayo constituir por sí solo una antología preciosa de citas. 

Kowzan sostiene que el teatro no es un género literario o no lo es tan solo. Trata de establecer el lugar del teatro en las artes, englobándolo en la categoría del espectáculo y de definir esta categoría. Carece esta noción de “espectáculo” de unas bases filosóficas y estéticas, y el crítico trata de buscarlas: se debe englobar en un sistema general de las artes. Recurre a la clasificación clásica de las artes espaciales y temporales. La noción tradicional de espacio y tiempo. Las espaciales son las plásticas; dibujo, pintura, arquitectura; las visuales. Las temporales son la música y la literatura; las auditivas. Discute de donde procede esta clasificación, de Aristóteles, ¿quién si no? Lessin verá ya prontamente la dificultad de clasificarlas así. ¿El espacio es suficiente para comunicar un monumento? Necesitamos tiempo para percibir una escultura. Distingue así entre percepción y comunicación. Se vuelve problemática esta división cuando pensamos en la percepción de los objetos artísticos, pues son necesarias las dos coordenadas, se trate de lo que se trate, pero también otras. Deja de lado el plano de la percepción o recepción y se dedica Kowzan de lleno al de la comunicación. Ese mensaje, sea un poema o una sinfonía, podemos entenderlo como un entramado de signos, en términos semióticos. Puede estar organizado con lo que le precede y le sucede, lo temporal. O por reacciones espaciales o simultáneas con los otros elementos del cuadro. Las artes plásticas son espaciales, pero en la música o literatura son también mensajes temporales porque los signos son sucesivos, aunque los tengamos en una página; solo funcionan en la sucesión (el lenguaje o la música son una cadena) Limitándonos a este punto de vista, la división funciona. 

Pero el arte del espectáculo no pertenece a ninguno de los dos grupos mencionados, sino un grupo particular y diferenciado. El arte cuyos productos se comunican necesariamente en un tiempo y espacios determinados. No es suficiente un solo elemento de esta dualidad. Signos plásticos pero sucesivos, que se relacionan temporalmente. La música es un espectáculo. El aspecto social del arte del espectáculo es comunican una obra a un público determinado, lo recibe la audiencia. La confrontación entre actores y públicos es constante. Este reacciona mostrando sus percepciones, apreciaciones, de manera más perceptible o menos, con gestos, silbidos… Los actores se ven influidos por la indiferencia, rechazo o adhesión del público. Se caracteriza el espectáculo por la intensidad de relaciones sociales que convergen en él. Se producen fenómenos de sociabilidad que no pueden ser excluidos. Esos aspectos se encuentran en otras artes. La sociabilidad no la define, pero es característica. En las artes solitarias (pintura, literatura) el texto se compone solo, individualmente (con excepciones) y el espectador lo percibe solo, aunque forme parte de un público. Pero el teatro se sitúa en el otro extremo. La diferencia no es privativa, de todo o nada, sino gradual. Las otras son artes sociales, pero menos que el teatro. El espectáculo implica relaciones complejas, en el trabajo preparatorio o compositivo, en la representación… la salas siente algo vivido en común, las relaciones son inevitables. En la obra y en la representación el grado de sociabilidad es característicamente denso. El espectáculo se define como un arte espacio-temporal y con mayor grado de sociabilidad que otras artes.  Llega por la vía taxonómica, de la clasificación, (la forma o estructura que más le gustaba a los estructuralistas), a una definición del espectáculo sobre lo literario: 



El primer criterio diferencial es la persona, su presencia visual en el espectáculo. Luces, sonido, juegos de agua, fuegos artificiales, ciertas proyecciones…son formas del espectáculo, que ha ido clasificando y que pueden prescindir de las personas. Entre los que salen personas estan las obras que requieren al actor en carne y hueso, las que la imagen del hombre se comunica por modos mecánicos (cine, proyección) y los que son representados con artefactos (marionetas, autómatas, sombras chinescas) El segundo criterio es auditivo; sonido con voz humana, sonidos sin presencia del autor… Un criterio sería la presencia o ausencia de seres humanos actuando y sus diversas maneras de estar presentes.  El tercer criterio varía la obra según su fabulación o no. Toda palabra es articulada, pero muchos espectáculo prescinden de la palabra (pantomima, balada, cine mudo, concierto, patinaje artístico, desfiles, comitivas, fiestas, music hall, acrobacia, predegistización…) pero se da el principio de la afabulación, al margen de lo sensorial (expresarse por medios auditivos o visuales, temporales o espaciales) Este criterio es más difícil de definir. Una anécdota, historia o una fábula se define por los valores sucesivos que se encadenan causa efecto.  Distingue entre fabula y fabulación. Es un matiz diferente. La fábula es el resultado de la ordenación de elementos. La fabulación insiste en el proceso de organización de los elementos en una fábula. Parece más adecuado al definir y establecer relaciones mínimas que no llegan a ser una fábula en sentido propio, pero forman elementos micronarrativos. En vez de argumento o fabula, habla el autor de fabulación. Hay géneros ricos desde la fabulación, pero esos autómatas que marcan campanas tocando las horas también tienen un elemento narrativo. Es un género más amplio. Una canción a través de la palabra y la mímica tiene una narración, que le convierte en sketch o escena dramática. Una comitiva con movimientos puede contar una historia.

Son tres criterios; actuación de personas o no, el uso de la palabra o no y la presencia o no de afabulación. Este ensayo académico tiene su propia afabulación interna. Trata Kowzan de establecer un sistema mixto con estos tres criterios. Aplicando conjuntamente, se obtienen 9 grupos: 

1 con actores, fabulación y palabra: teatro dramático, opera, recitación, oficio religioso (él ha establecido antes que es arte y que no)

2 Con afabulación y actor, pero sin palabra: ballet, pantomima, cine mudo, comitivas…

3 Afabulación solo, sin palabra, sin actor; teatro de sombras, dibujos animados, proyección figuras no humanas, espectáculos de luz y sonido…

4 Espectáculos con presencia física del actor y con palabra pero sin afabulación; ciertos ritos, recitación texto sin fabula, poema dada…

5 Presencia humana solo; gimnasia, manifestación de fuerza y destreza, algunos bailes y ciertos conciertos

6 Espectáculos con palabra, sin afabulación ni actor: proyecciones móviles, construcciones cinéticas, juegos agua y fuegos artificiales.

7 Ni fabulación ni actor ni palabra: Exhibiciones de gimnasia pero con condición de ciertos ritos. O directamente sin nada: la mayor parte de las proyecciones móviles, construcciones cinéticas, juegos de agua y fuegos artificiales. Estos grupos carentes de fabulación son géneros ambiguos pocos desarrollados o zonas marginales de otros géneros de teatro. La fábula no es el denominador común de las artes, pero es el que más contribuye a delimitar un espectáculo. Hay límites difusos. Ni toda la literatura dramática es teatro ni todo teatro es espectáculo o llega a serlo. 


La historia de Lisistrata se repite en 7 sectores desde la literatura dramática a los varios espectáculos posibles:

1-De un relato o dialogo libresco se hace una adaptación dramática con parecidos o mismos signos. Se coge “Lisístrata” y se representa fielmente en Mérida con Nuria Espert. Siempre hay elementos no verbales.  con actores, fabulación y palabra.

De una obra se lleva a una representación con los mismos signos lingüísticos y otros diferentes. Nuria Espert decide llevar el pelo morado.///             De una obra literaria al cine, teatro, la tele, la radio, el mundo audiovisual, telemático, trasmedia, internacional. Nuria Espert sale por el Netflix. Puede ser fiel a la historia-fabula o no, pero cambian casi todos los elementos, sin dejar de ser drama ni espectáculo.

2-De una obra literaria a una pantomima, todos los signos cambian, los significados los mismos si se traduce fielmente, pero cambian los significantes. Nuria Espert se niega a hablar, aunque la historia se mantiene. Con afabulación y actor, pero sin palabra.

3-Sin obra literaria, Nuria Espert se inventa su Lisistratra. Todo cambia. Hay actriz y palabra, pero no historia o fabula, (a menos que tenga Nuria idéntica imaginación que Aristófanes.)

4- Puede manteniéndose la afabulación e historia apalabrada, a traves de la palabra (aunque sea porque hay una voz mecanica en voz que lee y va narrando el libreto fiel o adaptado o porque Nuria Espert interpreta escondida tras un doble telón) Espectáculos con palabra, fabulación, sin actor -presente-)

5- Nuria Espert es sustituida por un juego de luces- floral versallesco, por unos dibujos animados o el teatro cavernario de sombras de Platón, pero se mantiene la historia inmortal. … que se narra así mismo Solo fabulación, pero sin palabra, sin actor. 

6- Nuria Espert se convierte en una religión que adora a las camaradas de Lisistrata e intenta respetar el texto de Aristofanes. Sin actor ni palabra pero con historia. 
 
7- las variaciones que queramos, pero comprendamos si no hay fabula-historia ni palabra ni actriz, ya no sería Lisístrata, apenas nos queda na.


Veamos en un ejemplo sencillo como no todo el teatro literario es espectaculo ni todo espectaculo una obra literaria: La celestina es literatura dramática, pero no es teatro, porque es complicada de cojones. Se puede contar si hacemos una adaptación, pero en términos formales es un dialogo puro, que no se pueda representar, montar. Y todo el teatro no es literatura dramática. Hay montajes teatrales que no parten de un texto de literatura dramática. El teatro es un espectáculo que no pertenece solo a la literatura dramática: hay un texto que contribuye al espectáculo, pero muchos más elementos. Hay muchos ejemplos contemporáneos. Desde texto hasta la representación hay una serie de pasos y factores que engrandecen el puro texto verbal y lingüístico a calidad de espectáculo. 

El segundo capítulo no lo vamos a leer, nos dice el profesor. Plantea la tesis de cómo todos los temas de la historia del teatro tienen fuentes literarias y la relación teatro-literatura es incontestable, pero son disciplinas artísticas diferentes. La literatura es un componente de ciertos o la mayoría de espectáculos, y el espectáculo la posibilidad de ciertas obras literarias. Este esquema cae en el examen que no hay, bromea el profesor. Lee la tercera parte del libro de este hombre, vamos alternando teoría y textos (El Misterio de Navidad, La sibilina Casandra, el juego de Cañas, La Mandrágora de Maquiavelo)  El teatro como espectáculo coge sus temas de la literatura dramática. Hay una relación y diferenciación formal entre espectáculo y la literatura. El espectáculo hace de “nexo entre mi pensamiento y lo que toma mi mano. Al menos puedo ver que mis palabras corresponden a gestos, aunque no los dibuje mi cuerpo”. (Max Frisch, abril del 48) Y el autor pone un ejemplo. Al ver y oír a Hamlet con el cráneo de Yorick van dos estímulos al cerebro: Uno relacionado con la imaginación, la palabra, en el monologo de Hamlet. Otro relacionado con los sentidos, lo que vemos, el cráneo objeto. La diferencia de lo que pasa en la literatura, donde todo se comunica con la palabra, es que aquí se comunica con otros medios de expresión no verbales. Hay relación entre esos dos códigos. Se reparten entre la percepción visual y la imaginación a través de lo verbal y los códigos no verbales. Hay interacción, relación, no serían nada sueltos los dos elementos.

Gaetan Picon dijo: “Leer es asistir a un movimiento de creación más que a los resultados. Al lenguaje modelándose, imaginándose, proponiéndose y planteándose. Es movimiento gracias a nosotros, a una activa intervención. Las imágenes solo existen virtualmente, las recreamos. La obra en el escenario es algo más que participar en las estructuras, moviéndose un logos por un espacio tiempo y recibir sus resultados. Las imágenes no podemos dejar de recibirlas, a menos que cerremos los ojos o giremos la vista. No hay que imaginarlas, nos basta abrir los ojos y percibirlas. Si solo aparece una vez la imagen quizá el público no lo ve o se lo olvida. Toda comunicación se juega en el instante. Es una diferencia con otros medios de expresión y comunicación: en los significantes, no en los significados. Hay medios de expresión que acompañan a la palabra o la sustituyen, visualmente van comunicando a la vez en el espacio y el tiempo. La ausencia o escasez de palabras no es pobreza o inferioridad semántica de significados.

El teatro indio era un drama bailando, el Kathakali. Es una mezcla de pantomima, ballet y opera. Se basa en la epopeya sanscrita Mahabharata Ramayana. Los actores aparecen en escena callados, y un bailarín va sincronizando palabras con gestos, hace de mimo, en otras escena sigue el texto original y en algunas se muestra más libre. El actor o bailarín improvisa estos textos, apoyándose en las manos –moundrá- y en las caras, en bailes sugestivos, y canta un verso pada, junto a una pantomima. Luego interrumpe el canto, imitando con gestos la escena, con música de persuasión de fondo. Se maquillan, entrenan los ritmos. Requiere mucha preparación y puesta en acción. (El profesor amenaza con poner todos los videos y así fumarse la clase.) El guion principal consiste en versos o salmos por ese coro recitados, pero ves todos los movimientos en unión como una danza y los gestos de los actores amplifican y concretan el mensaje determinado, usando modos de expresión no verbales. Se mezclan signos de diversa índole, material y sensorial, inspirados en una misma fuente preexistente. La palabra es el vehículo principal de la leyenda escrita, pero secundaria en su representación. Está escrito en sanscrito, lengua ignorada por mayoría de espectadores hindús. Hay mucha diferencia entre lo que dura el texto Nala Charita y el resumen representado para las giras de 9 páginas como mucho. No es igual la afabulación, y expresan más que el texto original. Lo expresado por la palabra es mínimo. La epopeya leyenda consiste en un conjunto d palabras, signos lingüísticos, pero se reproduce y modifica esta secuencia, fragmentaria, con elementos no verbales. Los que proceden de la épica se convierten en signos no lingüísticos principales.

La epistemología hermenéutica desde Hipócrates, Platón, Aristóteles, los estoicos, san Agustín, Guillermo de Occam, Descartes, Leibniz, Locke, Hegel, Humdilt, Pierce… dejan un espacio marginal a la teoría del teatro y el espectáculo. Roland Barthes en el 63 dirá: “el teatro es una maquina cibernética parada, tras un telón, que emite mensajes múltiples simultáneamente. Algunas de estas significaciones se mantienen, como el escenario, y otras cambian. Hay por tanto una polifonía de significados, espesura de signos. Frente a la monomia de la literatura, dejando al lado el cine, el teatro espectáculo viene connotado de signos. No tienen los mismos significantes literatura y espectáculo, pero ¿tienen el mismo significado estos signos? ¿Concurren en un sentido único final, retrospectivo, que solo queda claro una vez acabada la obra? Hay relación entre el código (lengua) y su juego (palabra), constituyendo un signo analógico, simbólico, convencional, con unas variaciones de signos, en un encadenamiento, basado en el juego entre la denotación y la connotación del mensaje. Es polifónico, una polifonía informacional, frete al signo de la lengua que es lineal. Kowzan dio la intuición, pero no los explicó del todo. En la clasificación de sistemas de signos no verbales, sin embargo, Kowzan fue el pionero. No todos los críticos y teóricos coinciden al clasificarlo. Ese hombre estudia el arte teatral en sentido amplio (contempla el drama, opera, ballet, pantomima, marionetas, y hasta donde llegaba la tecnología de la época)Y así divide los elementos fundamentales del teatro:

La palabra se da en todas las obras- espectáculo, salvo en el ballet y la pantomima. Dentro de lo discursivo verbal, en lo relativo a lo fonológico, gramático-sintáctico, prosódico; una sobreabundancia de consonantes sibilantes fricativas puede mostrar el estado de enfado e irritación del personaje. Puede haber palabras arcaicas de una época histórica o de un personaje anacrónico. Hay alternancias rítmicas, prosódicas o métricas que significan cambios de humor y sentimientos. No solo es denotativo sino connotativo en el lenguaje lo semántico. Lo que significa y el significante. Forma y fondo. Contenido y continente.  Las palabras no las dice a veces el actor sino el coro, clásico en el teatro griego. En los teatros de feria de París, provenientes de la juglaría medieval, el público repetía el texto que aparecía en los carteles móviles mientras los actores hacían mímica. En las marionetas representan las marionetas unas acciones, pero los actores están escondidos, y el movimiento de los títeres es el que se relaciona con quien habla, con el lenguaje y con el público.

Luego hay una introducción de elementos lingüísticos en la representación mediante su imagen gráfica-VISUAL-PICTORICA Saussure diferencia entre lengua y escritura. La escritura es el decorado. O se puede proyectar simultáneamente el texto hablado o cantado mientras hablan o actúan los actores. Puede darse una traducción de una canción en otro idioma. Constituye una redundancia semántica dos secuencias paralelas de signos con significados idénticos y significantes diferentes. En una tradición entra en juego el código lingüístico.

Kowzan estudia las especificidades del lenguaje; el rendimiento del lenguaje en el teatro. La lengua dramática, publicada en París en el 72 por Pierre Larthomas, constituyó la revelación de que el teatro no es solo palabra, sino una parte que convive con otras. Esto supone un cambio, si no una revolución, en el estudio del teatro por los críticos literarios teatrales, que empiezan a analizar estos medios no verbales. Deberíamos dedicarnos a lo que somos más competentes; al lenguaje teatral, pero desde los revolucionarios 60 70 80 a todos les ha dado por estudiar los elementos no verbales de espectáculos que conviven con otras artes; cine, audiovisuales, hasta videojuegos, la telemática, el trasmedia de los 90 2000… Todos los ejemplos de esta obra de Larthomas están en francés y los ejemplos son obras de allí. Quizá su error, no son tan universales como quisiéramos. Su lenguaje es específico, lugar intermedio entre la oralidad y la escritura, con un funcionamiento propio, como la épica antigua. Relaciona la lengua con sus elementos paraverbales: prosodia-.entonaciones, melodía, inflexiones-, hecho de acentuación, la cantidad, los cortes, las pausas, que no existen en el lenguaje literario… el temple, la respiración, las exclamaciones… los gestos, el decorado (en su relación con el lenguaje), la acción y situación y el tiempo. Entre lo dicho y escrito medían abismos. Estudian también estos críticos de la protoposmodernidad los accidentes y deformaciones del lenguaje, que se rectifica, corrige errores, interrupciones, inacabados, ejemplos, comentarios, alguien se equivoca al expresarse… Eso no pasa en la literatura. Se recrean estos nuevos críticos en las incertidumbres e imperfecciones del uso del lenguaje, los valores expresivos… En una novela el dialogo es un componente dramático, puede reflejar titubeos, aunque se integre en la narración. 

Es parecido a las representaciones: el dialogo en sí mismo ya es drama, pero sin elementos no verbales, no sería espectáculo. El ritmo, articulación, influye en cómo está representado. La cohesión de las réplicas, los encadenamientos del dialogo, las funciones de la interrupción, las réplicas, el encadenamiento sintáctico, repeticiones…  La concentración de los efectos, las sorpresas. Todo esto lo separa y une del lenguaje corriente. El del drama espectacular es un lenguaje mucho más brillante que el habla. El monologo, el aparte, la tirada (discurso amplio de un personaje), la sentencia, el dialogo deben estudiarse como literatura y como espectáculo. Los enunciados teatrales producidos tienen dos destinatarios o receptores. Un personaje produce un enunciado, destinado a otro personaje, y al público, o a uno mismo y al público cuando es un monologo. El público condiciona al actor y hasta al autor.  Otra diferencia con el dialogo, es que el teatro funciona en un contexto, en una situación. En la vida corriente no decimos cosas que se sobreentienden en el contexto o cosas que solo se explican en esa escena. El autor tiene que pensar las palabras del personaje teniendo en cuenta la situación, incluso el escenario. Pero en la literatura, en la novela el contexto es verbal. Un dialogo en una novela necesita a veces o siempre que un narrador describa la escena. A veces puede dejar solo diálogos, y el lector rellena ese espacio vacío, en la novela sobre todo. También hay espacios indeterminados, y vacíos, en el teatro. Pero la diferencia es obvia: el teatro es ficción y la vida es real o se pretende.

Richard Andrews en su obra Scripts and escenarios, estudia la representación de la Comedía italiana renacentista o la comedía del arte. Es una obra del 99 publicada en la universidad de Cambridge. Hace la síntesis de esta historia teatral, pero la enfoca desde la puesta de escena. Los dramaturgos italianos van ensayando, perfeccionando estrategias verbales para configurar los diálogos verbales en el teatro que resulten eficaces en el público, representables. En las primeras adaptaciones de las comedías latinas se hacía en verso, pero cada replica tenía que durar una estrofa. Ahora también hay comedias en octavas, estrofas de 8 versos. Ellos no veían la posibilidad de dividirlas en dos o más replicas, incluso un mismo verso.

EL TONO La palabra no es solo signo lingüístico. La manera de pronunciación le da valor semiológico suplementario. El tono hace la canción. La compañía de Stanislasky era celebre por decir de 40 maneras diferentes “esta noche” y los oyentes adivinaban el contexto dramático de esa pronunciación. Entonación, ritmo, velocidad, intensidad, sonido, timbre. Acentos (regionales, dialectos, idiolectos…) La retórica antigua lo denominaba “vox” o voz. En la ejecución del discurso había que preparar el contenido del discurso, Preparatio, y la actio, la representación del discurso. Un elemento principal era la dicción, la pronunciación. Esto adivina que hay signos de quinésica, quinestésicos, cinéticos, ósea del movimiento y también prosémicas o del espacio. Sujetos ambos a tiempos y espacios concretos. 

LA MIMICA DEL ROSTRO. Hay signos mímicos que se trasmiten al articular, en el límite entre lo espontaneo y lo voluntario: en la opera la mímica de la cara es determinada por la voz y la articulación. ¿Son estos signos redundantes, pertinentes o contradictorios? La mímica del rostro puede contradecir el enunciado de las palabras. Los signos mímicos dependen del valor semántico del texto pronunciado. Son signos artificiales que significan más que la palabra. Los signos mímicos son medios expresivos no verbales, creados en el espacio, pero que se modifican en el tiempo. Hay signos mímicos estables, que con ayuda de maquillaje o no, contribuyen a formar una máscara, signo permanente que caracteriza al personaje. La comedia aquilana del XVI, entre el renacimiento y el barroco, por ejemplo de Torres Navarro, representa a un galán enamorado, del tipo de Calixto: Aquileo. Aparece el burgués ridículo con un criado. Y dos hortelanos ridículos que adoptaban una mueca y su careto era un signo permanente.  Ponían una cara bien visible de ignorantes, tontos, para indicar quién hablaba y esos dos papeles se mostraban y daban “valor” formal en contraposición con los otros dos papeles que los mismos actos representaban en esa actuación.

EL GESTO. Luciano hace al príncipe de Pontus pedir a Nerón un mimo para usarle de intermediario ya que no entiende el idioma del ejército contrario. Después de la palabra, el gesto mímico es el medio más dúctil y rico. Debe haber unos 7000 mil signos posibles, según Piaget. Los movimientos del cuerpo entero o de partes de él sirven para crear y comunicar signos. Puede haber una obra teatral representada en lenguaje de sordomudos. Algunos gestos acompañan a la palabra o la sustituyen. Todo trascurre en el escenario o fuera (abrir una puerta imaginaria) con un elemento de vestuario que puede añadir verosimilitud. Responde cada gesto a un código conocido por autores, actores, espectadores, por lo que tienen que ser convencionales, como todos los signos humanos. Constituye un problema al reconstruir representaciones teatrales antiguas, también en la dicción y pronunciación y en el mismo lenguaje, porque no sabemos los signos convencionales concretos que usaban los actores. Hay signos de cortesía, codificados y trasmitidos de generación en generación, accesibles solo a un público iniciado, el de la época o los eruditos que lo estudien diacrónicamente y sincrónicamente. 

Ya hemos adelantado que la KINESIKA es el movimiento de actor en el escenario. El espacio es el lugar de juego (escenario, decorado, lugares que ocupan los espectadores) Hay maneras en el desplazamiento de los actores, posiciones, entradas y salidas, movimientos colectivos… Cuando leemos teatro, aunque solo tengamos el texto, tenemos que imaginar siempre la puesta en escena, con el mayor detalle posible. El solo o el aparte lo indica parcialmente en las acotaciones que acompañan a los diálogos. Hay que marcar distancia entre las relaciones de los actores y respecto al escenario y al público.

El MAQUILLAJE sirve para destacar rasgos de la cara condicionados por las condiciones de la luz, o el maquillaje en otras partes del cuerpo. Junto a la mímica, configura la fisonomía del personaje. La mímica con los gestos y movimientos son signos móviles y los del maquillaje, permanentes o más duraderos. Se refuerzan mutuamente. Puede el maquillaje obstaculizar la expresión mímica. La máscara es propiamente y formalmente maquillaje, materialmente es vestuario, y funcionalmente mímica. La comedia del arte, el teatro No de Japón, el teatro clásico griego… la empleaba. En la comedía italiana dejan al actor una parte de la cara libre para que se exprese la mímica, pero en los otros actores asume todo el significado.  

EL PEINADO sirve para indicar el área geográfica, la cultura, la época, la clase social, una generación rebelada a las costumbres de sus padres y abuelos, la valoración histórica o su cuidado (descuidado el cabello indica desorden, o que acaban de salir de la cama, del baño, de una pelea, de los brazos de una amante) Indica una condición social histórica y la situación sicoafectiva, intelectiva y social en que se encuentra. Siendo natural en la vida real, los peinados se vuelven artificiales en el teatro. En la tragedia griega si esta despeinada la actriz-personaje es que está loca o ha visto presenciado un asesinato o aparición mística divina. En Lope de Vega, en Fuenteovejuna, la protagonista cuando está despeinada es que ha sido víctima de la violación del comendador y esto Lope lo repite en otras obras, repetitivo que era.  

EL VESTUARIO puede ser realista, simbólico, el hábito que hace al monje, e indica su sexo, edad, clase social, profesión, posición social, jerarquía, nacionalidad, religión… Define al personaje, pero puede indicar hasta el clima o estación del año, el tiempo que hace (si lleva un abrigo impermeable), el lugar (el traje de baño). El disfraz es un signo engañoso. Puede disimular el sexo del actor, indicar transformismo, hay actores que representan ambos sexos, lo cual fue habitual hasta el barroco, pues el hombre interpretaba los papeles femeninos. Si aparece con ropa húmeda el personaje es que ha sufrido un naufragio, viene del mar y está mojado, como en La tempestad de Shakespeare. Si va con botas va de camino, está de viaje.

LOS ACCESORIOS tienen en sí mismos propiedades escénicas. Constituyen personajes apasionantes, instrumentos de la acción. Claude la Barrault los define como los objetos que usan y muestran los personajes: Pañuelo, pulseras, todo lo imaginable. Andan entre el vestuario y el decorado, vinculado a uno o a ambos de estos sistemas. Todo elemento de vestuario puede convierte en accesorio del decorado. El bastón del dandi que usa Musset, por ejemplo. Revelan, a su vez; profesión, gustos, intención... en La gaviota de Chejov son tan importantes como los actores, por accesorios, nunca mejor dicho, que parezcan. O en Madre coraje de B. Brecht.  

EL DECORADO es el dispositivo escénico, la escenografía, representa e lugar de la acción. Pero también el tiempo, la época histórica, que es acción y tiempo. Depende este escenario de la tradición teatral, las corrientes artísticas, la época, los gustos personales y las condiciones materiales del espectáculo. Hay clara diferencia entre la puesta de escena naturalista realista y la simbólica. El decorado puede ser pintado, construido, usando plataformas (ornamentales o funcionales) Puede ser detallista o simbólico. Dar informaciones fieles del texto, emplear letreros, carteles, calendarios. Puede llegarse a sustituir el escenario con pancartas, como en el teatro isabelino de Shakespeare, que indicaban el lugar de la acción y el tiempo: Venecia 1562. Puede prescindirse de decorado, como intenta el teatro minimalista o ser proyectado con la iluminación y juego de luces. 

LA ILUMINACION resalta otros medios de expresión, delimitando el lugar teatral. Se hace a veces un contraste entre el escenario y la sala oscura y con ello se juega en el mismo escenario. Las iluminaciones que se concentran en una parte indican el lugar en ese momento. Un decorado minimalista o vacío puede ser un espacio vacío, o aislar con un proyector a un actor- personaje. No solo sirve para delimitar un lugar físico sino para acentuar y poner de relieve este actor o ese objeto en su relación con el entorno. La iluminación, con los adelantos lumínicos y técnicos, es clave en el teatro del siglo XX, contemporáneo hasta hace 20 años. En el anterior no había luz eléctrica. Así de sencillo. Era solo una luz para que se viera más el escenario, pero no con esa misión de focalizar, más sutil. Se hacía de forma rudimentaria: candilejas, luces laterales, focos…servía y sirve para moldear una cara, un cuerpo, un decorado fragmentado… 

LA MUSICA es esa onomatopeya que reproduce sonidos naturales como el canto de pájaros, o artificiales, desde la clásica al rock más radical vasco. Hay que contemplar dentro de ella: ritmo, línea melódica, armonía, altura, duración, entonación, sonido, timbre, intensidad. Marca el estado de ánimo o humor. Pueden partir una obra y un espectáculo de una música, como en la ópera y en el libreto del ballet. Subraya, amplifica y desarrolla e invierte los signos. Interludios, arpas, órganos. Siempre sugiere el lugar. Es importante la introducción de la electroacústica en la dramática contemporánea. 

Y por último; LOS EFECTOS SONOROS, incluidos los ruidos, que Saussure estudia en un aparte en su esquema comunicativo.  No son los sonidos y ruidos ni palabra ni música. Son movimientos involuntarios y secundarios de comunicación. Nos interesan, los que ya siendo naturales o artificiales en la vida, son reconstruidos artificialmente para una representación. Hay efectos sonoros creados en el propio escenario o grabados mecánicamente. Pueden marcar la hora (las campanadas), un tiempo atmosférico de lluvia, un lugar con ese canto armónico o desarmonizado de los pájaros, voces de animales domésticos o salvajes, desplazamiento de un coche que se aleja o acerca, acontecimiento solemne o nefasto. Habría que incluir entre ellos el alfabeto morse, los golpes pares de unos prisioneros que se comunican así y entre sí… Una voz que imita en bastidores el canto de gallo, procedimientos mecánicos (lamina del trueno, aparatos, cinta magnetofónica)

Resumiendo este interesante ensayo, en una obra llevada a espectáculo, no sólo contamos con el texto, casi siempre el elemento primordial sino una serie de elementos de Comunicación no verbal (como estudia Flora Davis en su obra en ese contexto de la escuela de Frankfurt centroeuropea llevada y exiliada por la escuela de Chicago funcionalista y capitalista a  ese contexto del EEUU más cibernético y tecnológico de Palo Alto) Entre ellos; la expresión corporal, la interpretación (con si dialogo, gestos, mímicas, el rostro, su tono de voz, prosémica, su kinésica o forma de moverse por el escenario) y la propia belleza o repulsión del actor, adornado por peinados, vestuarios, maquillajes, máscaras y disfraces. El escenario con sus elementos de decorado, de attrezzo y todos los elementos de prosémica o teoría del espacio temporal. Y todo el aparato de iluminación, juegos de luces, sombras y contrastes. Los efectos sonoros desde la música más atmosférica al ruido más accesorio.  Los intérpretes y actores son los elementos más importantes sobre el escenario. Los factores que no dependen del actor humano son los más prescindibles. Pero vemos que todo es una combinación de signos visuales, ópticos, sonoros, auditivos y acústicos. Ósea una enorme sinestesia. El teatro espectáculo es un enorme orgasmo para los sentidos.

Hay elementos emitidos por actor, otros localizados en actor, externos al actor. Los hay voluntarios o no (el actor, aunque no improvise ni sobreactúe, hace cortes, añadidos, cambios a otros textos, cambios al propio texto...) Al actor le dejan la libertad, según el director, de las improvisaciones. Al decorador cierta libertad. Todo tiene carácter intercambiable e improvisado, por ensayado que esté. Es la magia del teatro. La palabra puede sustituir a todos los signos, pues hasta la luz se puede narrar. Los elementos más materiales (decorado, ropa) se sustituyen unos a otros. En Sueño de una noche de verano, un actor representa la pared y la grieta de Príamo y Tisbe. Hay signos confusos, con dobles sentidos, voluntariamente confusos o herméticos. Hay que analizar la percepción e interpretación y la recepción y no sólo desde la teoría de la información o comunicación, como código, sino incluso desde la relativamente moderna teoría del receptor. Se puede analizar una obra según la prodigalidad o parquedad semiológica son sus dos caras ambivalentes. Un calendario nos puede dar la fecha exacta. Estamos en 1800, lo sabemos porque pasa un diario luminoso sobre las cabezas de los actores o del público, mientras que unas imágenes proyectadas simultáneamente nos hace imposible ver simultáneamente ambas realidades. En la representación de un manicomio, salen enfermos paseando, pero el decorado se plantea en varios niveles, con ruidos y gestos muy elaborados que indican locura. 

Vemos la duplicación y multiplicación de un mismo signo, basado en la repetición y reiteración. La yuxtaposición de signos con significados idénticos o muy cercanos. La noción de redundancia de la teoría de la información o explica todos los problemas de la prodigalidad de signos del espectáculo: Escenario vacío, cortinas negras…Un actor que se separa del resto, coge un sombrero, habla… es un personaje ya creado. El teatro se vuelve ya un microcosmos con solo sus accesorios. Una puesta en escena sobria da idea de la parquedad semiológica que permite subrayar cada signo, o permite acumular varios signos diferentes. En otros hay economía de signos, y solo los más relevantes para la comprensión de la obra, aparecen. También se da el signo cero: la extinción de la iluminación indica fin de la obra. Hay que dosificar sabiamente el uso de más o menos signos para que la comunicación sea más eficaz y económica. Todo se vuelve significativo, pero no puedes atender a todo al mismo tiempo. Puede ser contraproducente un exceso de acumulación de signos.   

Todos estos temas se han empezado a estudiar desde los filósofos de la sospecha (Marx, Nietzsche, Freud, con sus escuelas en Lacan, Yung, el conductismo como reacción, tan importante en estudios de conducta no verbal…) y desde Russel, Wittgenstein (EL silencio comunica. Los límites de mi mundo son los de mi lenguaje. De lo que no se sabe se debe callar)   Y por tanto, a partir del círculo lingüístico de Praga y de Oxford, de los años 30, en el contexto angloparlante y de Centroeuropa, que como reacción al fascismo, hace posible el funcionalismo ruso (Jakobson) y la escuela sicomarxista de Frankfurt (Adorno, Marcuse, Habermass, Fromm…), que a su vez se exiliará al estructuralismo francés. Todo explota en aquel mayo francés, exportado a esos EEUU funcionalistas-capitalistas de Chicago, Nueva York, Palo Alto, iniciándose así la apocalíptica o resperanzadora posmodernidad neoliberal (Barthes, Foucault, Vattimo, Lyottard, la deconstrucción de Derrida y los posfeminismos…) Todo es ruido y furia, lo demás silencio. La frase de Shakespeare con sus muchos ruidos y pocas nueces.


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