Mi comedía de antiángel es que solo la febril fantasía limita mis alas.
Nadie puede rompérmelas, pues su
vuelo es el de la vida natural.
Nadie caerá ni dirá “maldito” a otro
antihéroe que exista como existí.
En nombre del Ser, nadie podrá matar el instante de
este mono,
que, subiendo y bajando, de árbol de
vida en árbol de verbo, ,
alza su vista un milímetro más por quienes
abajo la agachan,
cultivando infernal tierra de
culpa y pecado del Señor.
No obedezco a más musa que a la de mi
neurosis y su sueño.
Sólo hablo en boca del callado por
el monstruo necio codicioso.
Algún día escuchará el enmudecido que su
pobreza es su bello tesoro,
que su necesidad el mismo deseo y su carencia
infinita potencia.
No sabes aún que un sueño es más poderoso que cualquier Dios.
Que una palabra profana puede crear y
destruir tu vida y al Señor.
Que sólo te faltan palabras, que el
corazón libre lo tienes,
ni que yo sólo soy un mono subido al árbol
para contarte tu propio cuento.
No hay comentarios:
Publicar un comentario