PROLOGO PARA FRANCESES
EL LENGUAJE
TESIS 1 Este volumen os puede llevar
gabachos, amantes de la revolución, a la mala interpretación
Por ejemplo; Entender por el término “MASA”
al obrero. ¿Y por qué? Porque el Lenguaje, esa vieja hembra
engañadora miente, es insuficiente, todo vocablo es ocasional...
TESIS 2 El abuso de la palabra la
desprestigia (El exceso de información desinforma en incomunicación, las
palabras se las lleva el viento aunque nos aferremos a ellas en la tormenta)
TESIS 3 El sinsentido de hablar Urbi et Orbi,
a la Humanité en genérico:Relata la anécdota y comentarios que hacía V.
Hugo a representantes de diferentes
países en su gala. Al ver al ingles, exclamó “Ah... Shakespeare”, con el
español “Ah.. Cervantes”, con el alemán “Ah.. Goethe” y cuando se presentó el
cónsul de Mesopotamia gritó “Ah...la Humanité”
Escribir a la humanidad; demagogia a nadie
dirigida.
EUROPA
TESIS 4 La
Unidad homogénea de Europa respetando las particularidades de cada país
Europa funciona gracias al balance of Power o
equilibrio europeo, la presión de la opinión pública puede controlarse y de
hecho se hace con los medios de comunicación (Ortega es periodista) Es el poder
del periodista que manipula la realidad con el lenguaje, la que garantiza al político
y económico su sistema. A este le bautiza el
gran secreto de los políticos modernos.
Ortega aboga ya una unidad supranacional europea, profecía del realismo histórico y no
del idealismo romántico del que huye en sus escritos.
EL S-NOB
Nos metemos en materia, con la definición del hombre materia o masa.
Un hombre hecho de prisa que vive de prisa, vaciado de historia, carente de
proyecto de futuro, animal prejuicioso lleno de apetitos y los derechos que él
cree propios desde siempre, olvidando que es heredero y lo que se luchó por
ellos.
Al hombre masa no le gusta la opera, no tiene
opinión política, pero reclama para si el derecho a asistir a la opera y votar.
Aunque sea por puro snobismo. El snob – sin titulo- no vive de forma
aristocrática, no tiene nada que ver esto con su renta y nivel económico sino
con su canon cultural. Existe muchedumbre desde siempre, pero antes no tenían
la desfachatez de ocupar los palcos del teatro, llamar cultura al fútbol y los
toros, reducir la minoría intelectual y crear el llamado Mass Media, la
audiencia, la cultura de grupo, la tiranía de las masas que hoy llamaríamos
pensamiento único o ¿Que ha hecho “el Madrid”?.
POLÍTICA EUROPEA El viejo liberalismo no es
bueno, ¡Cómo va a serlo si es viejo y es
ismo! dice, pero es lo menos malo, evita dictaduras, democracias corruptas
y colectivismo (comunismo anarquismo). La doctrina del liberalismo afirma que
la libertad interesa, no al individuo, sino a su sociedad. El secreto europeo
ha sido garantizar las libertades individuales o nacionales creando una común
colectividad.
APOLITICISMO
ORTEGIANO
Ortega no es un viejo liberal, dice, ya por no ser no es ni republicano. “Ni
este volumen ni yo somos políticos” Desengañado de ella, deniega de izquierdas,
derechas y se revela a esa “corriente” que se remite a Pascal de que todo
escritor escribe política sensu stricto. La misma idea que en los 70 tildaba al
poeta que no escribiera novela social protesta de reaccionario. Confiesa que no
le interesa (El aristócrata tiene sus miras + altas). Pero el hombre masa vive
sumergido en ella, no puede desprenderse de este conjunto de creencias como los términos izquierda-
derecha, por qué no tiene visión histórica para pensar por si mismo, sino
consignas. ¡Nunca Maix, No a la Guerra, Beeee!
RAZÓN HISTORICA Y
VITAL Francia,
paradójicamente, tiene una tradición revolucionaria. Ortega rechaza las grandes
revoluciones por violentas y sustentadas en abstractos. El materialismo
histórico (Marx) afirma que los políticos
manipulan la historia (Mediante el lenguaje) y contra esto, se impone la
razón histórica o memoria. Ortega ha conversado con grandes estatuas en París;
con la de Descartes discutió sobre su Raison abstracta. Ortega creía en una
razón vital e histórica, señora de lo concreto e inmanente, regidora de
nuestras vidas, la estatua callaba.
Concluye el prologo resumiendo que ha medido
al hombre masa por su adhesión cultural
(Pasado heredado) y su capacidad para continuar el “Aristocrático” linaje
de la civilización (El proyecto de
futuro) y lo ha encontrado indigno heredero. Define su casi- libro como “Un ensayo de
serenidad en medio de la tormenta” (Las palabras se las lleva el viento, pero
nos aferramos a ellas cuando hay tormenta)
CAPITULO I EL HECHO DE LAS AGLOMERACIONES
Hecho innegable; advenimiento de las masas al
pleno poderío social, a la vida pública. No entiéndase sólo a la política sino
a la economía, religión, ocio. Hoteles llenos, teatros que no dan a vasto,
aglomeraciones urbanas cuando antes sobraban localidades. Ante esto el intelectual se sorprende que es
su lujo y deporte preferido para pretender entender. Por eso, dice, la lechuza
de Minerva tiene dos ojos deslumbrados. El escritor y el filosofo no son
visionarios, sólo observadores, curiosos cual lechuza de Atenea.
Diferencia entre minoría selecta y el concepto de masa
La masa es un concepto cuantitativo y visual.
Las minorías son asociaciones cualitativas, ya que se reúnen con un proyecto y
con un talento. Un grupo de inconformistas se integra de la ausencia de los
conformistas; los integrantes de las minorías necesitan sentirse únicas,
especiales mientras que los integrantes de las mayorías precisan anular su
personalidad por un sentimiento de pertenencia y grupo. En las masas no hay protagonistas, solo coro.
Más que un hecho sociológico, parece un problema psicológico, ¿Por qué esa
persona quiere ser masa, quiere ser normal,
como todos? Esa persona camufla su inseguridad anulando su personalidad, se
sabe mediocre y se sujeta en la mediocridad del resto.
MASA ES TODO AQUEL QUE NO SE VALORA A SI
MISMO. Se siente o necesita sentirse como todo el mundo. Detrás de los grupos
se esconde miedo; al rechazo, a la soledad, a la exclusión del mismo. Aunque insiste que nos olvidemos de las
clases sociales, porque hay obreros con gustos muy selectivos, con talento y
sueños que erguidos del denominador común suelen prosperar (El capitalismo es
el hijo del carbonero vuelto yuppie, pero no se refiere a eso, sino a la élite
cultural)
Siempre la minoría ha regido sobre el vulgo,
hasta la Gran revolución y la revolución industrial en que la masa empieza a
imponer sus gestos, reclamar sus derechos y este factor obviamente positivo
sugiere a Ortega otro negativo; que se pervierta el nombre de cultura, que por
ella se englobe cualquier cosa, se olvide el pasado y nos quedemos sin planes
de futuro, ahogados en el relativismo y la vulgaridad del hotel Glamour y la
tiranía de masas. Y además este
pensamiento único, esta globalización que ya costaba el periodista,
rechaza la divergencia de opinión, como
se decía en los EEUU de la época de Ortega “Ser diferente es indecente”
CAPITULO II; LA SUBIDA DEL NIVEL HISTORICO
Ortega expone
que la única sociedad y cultura sana es la aristócrata, e insiste que no
se refiere al estado político(Es demócrata). Por aristocracia no entiende ese
Versalles decadente, sino al gentlelman; elegante y correcto en sus maneras,
templado y moderado en sus opiniones, selecto y educado en sus relaciones y
gustos (El snob sería lo contrario y peyorativo; El In- noble que vive de
aparentar lo que no es)
El advenimiento de las masas a la realidad
social ha hecho creer que los conceptos de igualdad, los derechos jurídicos y
sociales, son intrínsecos al nacimiento, derechos fundamentales y naturales,
que se gozan desde el nacimiento (El nuevo snob heredero desagradecido con su
herencia, el señorito mimado) cuando no han estado siempre ahí, y basta revisar
la historia para comprobar cuanto se ha luchado por ellos. Basta leer la
historia contemporánea para sacar la conclusión de que desde la revolución, se
ha luchado por la libertad, por el individuo, por abolir la esclavitud del
siervo cristiano y convertirle en señor. (Nietzsche) Ahora que el hombre medio
se cree señor, podemos decir que toda la historia ha subido un nivel, no sólo
por que el ciudadano de la época de Ortega disfrute de una renta mayor, sino
porque incluso en el plano emocional se valora más a si mismo. Ortega habla de
unos españoles que de pronto se sienten nuevos ricos, se americanizan. Y lo que
para él es más preocupante; al surgir la clase media que dirige la vida social,
desaparece la elite. Además de subir el nivel histórico, se nivela la sociedad;
como nos lo colorea el tango Siglo XX cambalache “Hoy
resulta que es lo mismo ser derecho que traidor, ignorante, sabio o chorro,
generoso o estafador, lo mismo un burro que un gran profesor, no hay escalafón,
los inmorales se han igualao ¿Cualquiera es un señor! ¡Cualquiera es un
ladrón!”
CAPITULO III; LA ALTURA DE LOS TIEMPOS
La vida media se mueve a una altura mayor que
en el pasado y a un tempo demasiado vertiginoso, ya que enseguida – confiesa
Gasset- le consideran a uno anacrónico, carca, o que no estás a la altura de
los tiempos, y te anclas en tu cátedra de Madrid. Pero no podían decir que este periodista
viviera anclado en el pasado ni tacharle de conservador; vivió su tiempo,
asistió a la vida cultural de los cafés, tertulias y ateneos del Madrid de la
república y franquismo e incluso colaboró con el moderno instituto libre de
enseñanza(Giner de los ríos; Dalí, Lorca, Buñuel). participó en el circulo de bellas artes, el liceo, el ateneo... Rechaza por tanto “El
cualquier tiempo pasado fue mejor” de la copla de Manrique, pero tampoco esta
de acuerdo con la arrogancia con la que el hombre de su época se tilda superior
a todo hombre del pretérito.
Para seguir con esta tesis, nos relata el fin
del imperio romano, la decadencia a la que se llegó y la compara con la época
actual. Sin embargo, en los tiempos de Nerón no tenían constancia de esta
involución, al contrario; se creían en
el cenit de la humanidad, igual que ahora. El romano y el hombre del siglo XX
ya no tienen ideales, pues creen todo logrado, y su realidad inamovible. Ya
decía Cervantes que el camino es siempre mejor que la posada, y Kavafis que lo importante del viaje es el viaje en sí, pero al hombre
decadente, acomodado en la posada, se le olvida andar, se aburguesa, muere
frente a su televisor. Ya es paradójico que el hombre llame a su época
“moderna”, superior a todo pretérito, como si ya no fuera a haber más futuro
pos- moderno por delante, se ha quedado sin proyecto de futurición, sin
esperanza.
Cuenta que a Lucano o a Séneca se les
contraía el corazón al ver las majestuosas construcciones en Roma pues Roma era
eterna y nada nuevo habría bajo el sol. Ortega lo llama melancolía de edificios eternos. Aquí ve Ortega la
sustancial diferencia con nuestra época; La decadente Roma se creía eterna, y
nosotros sin embargo no sabemos lo que ocurrirá mañana, navegamos en un mar de
inestabilidad, en un mar de dudas. Hoy pueden caerse las dos torres gemelas y
mañana desaparecer el mundo. Así que aunque la masa vive sujeta a un conjunto
de creencias inamovibles y se siente segura, más prospera que cualquier tiempo
pasado, lo cierto es que la tierra se tambalea, Europa cambia y nada es fijo o
seguro bajo nuestros pies. Así que concluye que en la decadence, de la que ya
hablaba Nietzsche, habitan unos hombres
tan paradójicos que se creen en la mayor época de la humanidad. Ante esto su
corazón también se encoge cual Cicerón en Roma. En resumen; No es esta la
plenitud de la historia, pero nos creemos más que cualquier otra época,
superiores, señores acomodaticios decadentes y sin ideales aunque la juventud –
nos guiña Ortega- se siente como un
nuevo comienzo, sin estar seguro de no ser una agonía, con fuerza y con temor a
esa misma fuerza, críticos consigo mismos. Ese es el hombre por el que aboga
Ortega.
CAPITULO IV; EL CRECIMIENTO DE LA VIDA
La vida crece. Con la globalización aumenta
nuestro horizonte, nuestras miras espacio- temporales. Por eso su – nuestra- época es la era de la
velocidad, forma de matar el tiempo y el espacio. Sugiere que lo que ha
aumentado son nuestras circunstancias, el mundo; entendiéndose por mundo al
repertorio de posibilidades vitales. Y así frente a ese enorme mundo, nos
achicamos como el superhombre ante la voluntad de poder de su realidad, o el
Hamlet ante su mar de dudas.
Vivimos una sociedad decadente, vuelve al
mono tema, sin conciencia de serlo. “Vivimos en un tiempo que se siente
fabulosamente capaz para realizar pero no sabe que realizar. Domina todo el
Mundo (Circunstancias) pero no es dueño
de si mismo (Yo).Con más medios que nunca; va a la deriva”
Vivimos tiempos de incertidumbre en esta
época más que en la de Ortega por haber avanzado la mundialización de la que ya
habla. A los fascistas y a los marxistas se les ha escapado la vida de sus
ideales cerrados, y hoy anda, por ahí suelta, sin ideales. El mundo, dice
Ortega, esta carente de proyecto, olvidado de la historia, vacío de pasado y
futuro. Y la juventud se entrega al nihilismo, a la apatía y el desencanto de
un mundo tan tejido y asentado que carece del más nimio ideal. La vida decrece.
CAPITULO V; UN DATO ESTADÍSTICO
El pasado, historia, no nos dice que hacer,
sólo que evitar. Debemos inventar nuestro destino. La vida soy yo y mi mundo,
destino y voluntad, circunstancia y decisión. Vivir es hallarse en un mundo de
fatalidad, pero no de forma mecánica determinista y predeterminada, sino con un
margen de elección. Vivir es estar
condenado fatalmente a la libertad, a la decisión. La política, no es, sino un
proyecto de vida colectivo. Antes la élite” invitaba” a las masas a este
proyecto. Ahora las masas arrastran a la élite y eliminan toda oposición.
Sobretodo en los países mediterráneos. Sé que Ortega se refiere al fascio
italiano, pero aquí no estoy de acuerdo. Afirma que la masa arrastra a la élite
y a los políticos en su proyecto, o mejor dicho su carencia de proyecto. Y yo
creo que es al revés; Hitler ganó democrática mente las elecciones, le votó la
masa, pero gracias a sus campañas de propaganda. Creo que la minoría siempre
consigue encauzar a las masas. Por ejemplo; Ortega nos diría que el actual
consumismo o la tele basura son efectos de la dictadura de las masas, pero tras
los anuncios de publicidad y los programas voyeuristas se esconde una élite de
profesionales, quienes de verdad dirigen la opinión pública de la masa;
guionistas, políticos, economistas, periodistas...
Vayamos ahora con la estadística; Del año I
al 1800 la población no excede los 180 millones. (12 siglos) De ese año a 1914, tenemos ¡460 millones! (No
pasa de un siglo)
Ese crecimiento demográfico es la causa
primera del advenimiento de las masas, del desbordamiento de todas las
infraestructuras culturales y políticas que la civilización había asentado. No
era fácil saturar a esos nuevos habitantes del bagaje cultural de sus
antecesores, y así nos ha nacido un prehistórico en palacio. Rhatenau lo llama
la invasión vertical de los bárbaros.
CAPITULO VI; DISECCIÓN DEL
HOMBRE MASA
El
hombre masa a examen:
Ya profetizaban: Hegel “¡Las masas avanzan!”, Comte “ La
revolución se destruirá a si misma” Nietzsche “Sube la pleamar del
nihilismo” Ortega me dice que si quiero
entender mi época la distancie, mirarla con alejamiento ¿Cuanto? El que justo
le impida ver la nariz de Cleopatra. Así, de lejos, observa como estos siglos presenciaron la
lucha del liberalismo (Política liberal e industrialismo, y también la ciencia
técnica. Los 3 pilares que sustentan el nuevo mundo) por su libertad,
habitación propia. La masa halla libertad en todos los ámbitos. Y una vez
lograda; “Ancha es Castilla” ironiza Ortega “Viejos liberales entregados al
libertinaje”. Antes Vida sólo era Mundo, sólo circunstancias, malas cosechas y
dioses que les castigaban. La historia que tiende a la libertad, les ha
concedido el señorío, la valoración de si mismos, el giro cartesiano de la
realidad al sujeto. Pero se ha “crecido” tanto, que ahora no reconoce haber
sido nunca siervo, y cree que los privilegios de los que goza son inherentes a
su naturaleza, no agradece la herencia y por tanto, no sabe que herencia dejar.
Tras luchar por el feminismo, la mujer- masa actual cree todo conseguido y no
sabe que más reclamar, puesto que ha olvidado lo que se reclamaba.
CAPITULO VII; VIDA NOBLE O VULGAR ESFUERZO O INERCIA
Somos lo que el mundo nos invita a ser, pues vivir es tratar con el mundo. Antes vivir era sentirse limitado, y por ello el hombre se revelaba, sacaba toda su fuerza de voluntad contra el piélago de calamidades del insultante infortunio (Hamlet). Ahora vivir es sentirse expandido, libre, abandonado de si mismo, naufrago en un mar de dudas, ahogado en nihilismo, en la apatía y la inercia. El hombre actual esta satisfecho de si mismo, se siente soberano, puesto que las circunstancias no le aprietan. El aristócrata es el siervo de una instancia superior a él (su trabajo, el arte, los modales, la corrección...) y jamas esta contento consigo mismo, es un gran critico de sus propios defectos, acerrimo perfeccionista e incansable esforzado, quizá esclavo por propia voluntad.
¿Y que es lo justo; el igualitarismo
comunista que otorga al currante y al parásito el mismo pan o el liberalismo
que premia el esfuerzo? Ortega distingue entre derechos comunes, como a la vida, que son naturales (pero gracias al
esfuerzo histórico) y generales, de los privilegios, especie de premios para
los voluntariosos. El problema es que la masa reclama además de sus derechos
los privilegios, como la fama y el reconocimiento social.
Por nobleza se malinterpreta lo estático; el
señorito heredero y encima desagradecido,
cuando significa lo contrario. Nobleza o aristocracia son conceptos dinámicos;
el reconocido socialmente, el intelectual. Implica esta definición un esfuerzo insólito, un desarrollo de las
virtudes, aunque lo pervierten ciertos “famosos” que ya en época de Ortega se
mezclaban en la vida cultural madrileña; los snobs los sin titulo que se
pretenden nobles, los pseudo intelectuales.
Nos percatamos de que la mayoría de personas
son incapaces de desligarse de su animalidad, y sus necesidades fisiológicas,
sólo viven sujetos a las necesidades externas a su propia individualidad, a las
circunstancias del mundo. Ortega concluye que el que vive de forma noble es tan
esclavo como el que vive de forma vulgar, sólo que el noble- esforzado 1) es
consciente de su esclavitud 2) Es esclavo por voluntad propia 3)Es esclavo de
su voluntad, y no de sus circunstancias como el vulgo.
CAPITULO VIII; POR QUÉ LAS MASAS INTERVIENEN EN TODO VIOLENTAMENTE
Ortega sabía que en algunas cosas iba a estar
en desacuerdo con él, Nadie piensa lo mismo que otra persona, evidente, pero el
problema es cuando esto deja de ser
evidencia y se da el pensamiento único. El hombre- masa se siente completo
intelectualmente, ya que esconde su mediocridad como ya hemos dicho con esa
falsa y arrogante superioridad. El amor al saber, la filosofía, empieza
sabiendo que no sabes nada, el mar de dudas al que se somete cualquier
acontecimiento, esos ojos de lechuza siempre atentos del intelectual, pero el
hombre- masa al vivir en un mundo de creencias, no se cuestiona nada (No tiene
imaginación y no puede tener ideas o ocurrencias, sólo retener ideales) y juzga
su circunstancia como verdadera realidad.
Anatole France decía que un necio es peor que un malvado, el malvado
descansa a veces, el necio jamas. Y el vulgar proclama el derecho a esa su
vulgaridad. cuando todos piensan igual nadie piensa demasiado.
Hasta ahora el vulgo no había creído tener
ideas ni opiniones teóricas, sólo creencias, experiencias... y ahora pretende
imponer sus ideas, y no escuchar las demás. La masa es ciega y sorda, cree
siempre estar en la razón cuando en la razón no se debería estar de forma
estática, sino ser en dinámica, al menos en la razón histórica y
circunstancial, en la razón vital de Ortega. El grado de cultura de una
sociedad se evidencia en las normas, cuando estas desaparecen (en la libertad
artística y la libertad de critica estética) asistimos a la barbarie. Nos
compara a ese cura de aldea que rebate al maniqueo sin saber ambos que se
dicen. Pero lo peor de esta masa sonámbula es su pretensión de no querer tener
razón; la razón de la sinrazón.
Tener una idea es creer en sus premisas, supeditarse a ella y a una instancia
superior como es el dialogo porque en teoría lo importante no es llevar razón,
sino llegar a la verdad. Pero en Europa la última moda es cortar las
discusiones por lo sano, imponer la ley del silencio y la violencia.
El hermetismo de su alma de masa gregaria le
lleva a rechazar las normas sociales, las reglas del juego de la cultura, dejar
de ser civilizado, convertirse en bárbaro e intervenir en todo de forma directa
(El poder de las masas; la violencia, las revoluciones...) Antes la violencia
era la última instancia – el último ratio- de un discurso agotado (La razón
exasperada), ahora es el pan diario, el primer ratio (La exasperación por si
misma) la charta magna de la barbarie.
Ortega concluye con el concepto de
Civilización que hoy parecemos olvidar; es el deseo de contar con las demás
personas, la voluntad de convivencia, la renuncia a ciertas libertades
individuales en provecho del bien común, donde empiezan las libertades del
resto, la Polis. Y que la democracia es
el mayor gobierno civilizado, en cuanto se expresa unánimemente de forma
directa, y el liberalismo la suprema generosidad; el derecho que las mayorías
otorgan a minorías, algo antinatural (+ allá de la ley de la selva) y
acrobático dice, pero paradójica mente más elegante y aristocrático que la
oligarquía (Y se puede aplicar a Franco, por ejemplo) Una democracia es sana en cuanto puede
convivir con su enemigo, pero el advenimiento de las masas rechaza toda forma
de oposición, todo lo que no sea ella misma.
CAPITULO IX PRIMITIVISMO Y TÉCNICA
Ortega explica que este ensayo, aunque
sociológico, se impregna de sus propias convicciones filosóficas y confiesa que
él no cree en el determinismo histórico, la fuerza del destino escrito al que
los títeres humanos no podrían revelarse, sino que lo único que determina
nuestra vida es nuestra voluntad y acaso el azar. Concibe la vida como la única
entidad sustentada de peligro, un drama. Vivir es sentirse vivir (La conciencia
de si misma) el descubrimiento incesante del “Conócete a ti mismo” y la
realidad social en derredor. Se refiere a la vida como biografía, la que
nosotros gestamos en nuestros acciones, y no a la biológica, que nos viene determinada
en la sangre, en las circunstancias. Y la historia, como súmun de vidas, es por
ello inestable, circunstancial, drama. Y haciendo repaso de ella, comprueba el
signo inequívoco de nuestra involución decadente; Desde el renacimiento el
hombre ha experimentado interés por las ciencias físicas, pero actualmente los
laboratorios encuentran dificultad para captar nuevas mentes, porque el hombre
actual es un neardhental emergiendo en un mundo civilizado ya tejido que amenaza
derrumbe. El hombre de su tiempo ama el coche, pero cree que nace en los
árboles, manifiesta un desprecio hacía la civilización y las ciencias que hacen
posible sus privilegios, pero no renuncia a ellos. Splenger cree que la técnica de la civilización
prevalecerá sobre los resquicios y ruinas de la cultura, pero olvida que la
técnica también es ciencia y esta se
sujeta en los principios generales de la cultura. Se cree que mientras haya
dólares habrá ciencia, esta sólo preocupa en cuanto sus realizaciones
practicas, pero la física- química necesita mentes y estas escasean en los
circuitos experimentales de Londres Berlín, Viena y París. Si la cultura europea se pierde, la técnica estadounidense será
continente sin contenido.
Ortega no entiende que ante la incertidumbre
que en su tiempo sufre el arte o la literatura (A todo se le llama arte) el
español no sienta deseos de refugiarse en algo sólido, objetivo y eficiente
como la ciencia empírica. La filosofía, dice el autor de ¿Que es la filosofía?,
no necesita ese respeto de la sociedad pues se retroalimenta en si misma, cuida
su aspecto de perfecta inutilidad (Aristóteles lo dijo) ,mas la física si
necesita la simpatía de la población, como la población la requiere a ella. El
invasor vertical se aprovecha de la ciencia y no confía en ella, ni se preocupa
en continuarla, y esto sólo se lo explica el autor pensando en que los
africanos también usan automóviles y se aspirizan. Ha muerto la civilización,
la han sustituido sus productos tecnológicos, sus monstruos de Frankenstein.
CAPITULO X PRIMITIVISMO E HISTORIA naturaleza y civilización
Esta sociedad se cree solo naturaleza, al
olvidar el pasado, olvida la civilización y por eso vivimos la ley de la selva
y del más fuerte que vivimos. Son los
pueblos de la perpetua aurora; se creen consolidados mientras se derrumban,
igual que el hombre masa se cree ya satisfecho intelectualmente mientras vive
en un mundo de creencias, y no sus propias ideas, sin percatarse de ello. La
civilización es artificial, no se sostiene a si misma y necesita artistas y
artesanos con proyectos. El romántico idealizaba el retorno a la naturaleza, en
el Walden de Thoreau, el cisne de Leda. De hecho al ver unas ruinas lo primero
que sus ojos buscan es la tonalidad verdosa, la incidencia de la luz, lo que
recuerda que todo es tierra.
Sería estúpido reírse del romántico, porque
también tiene su porción de razón; tras sus oximorones se esconde un problema
de adaptación de su individualismo extremo con la sociedad. El romántico olvida
la sociedad, por eso deniega de la civilización, constantemente enfrentado a si
mismo y al mundo. Pero no es
romanticismo lo que lleva al hombre masa a desechar su civilización, es su
propia estupidez crónica. Todas las civilizaciones, dice Ortega, han fenecido
por la decadencia de sus principios, excepto la nuestra, que amenaza caer por
la insuficiencia e ineptitud de sus habitantes, Roma murió por falta de técnica
y Europa porque, aun teniéndola, la aborrece. La vida se complica cada vez más,
y dando el espaldarazo a la historia, recaemos en los antiguos errores.
Bolchevismo y fascismo, son en su opinión, dos ejemplos de cómo el hombre masa
retorna a lo que ya la historia había digerido y superado.
La revolución de Octubre repitió todos los
errores de las anteriores; persecuciones, depuraciones internas, cual Francia
de Robespierre, fue lo contrario a un principio de vida, fue un régimen de
muerte. La revolución devora a sus hijos, ¿Tal era el
analfabetismo de Rusia que no lo sabía?
Esto sucede porque fascistas y comunistas se
declaran antiliberalistas, es decir; abogan por un mundo anterior al
liberalismo; una involución. Tampoco estoy de acuerdo ¿El demócrata griego
retrocede porque deseche la corriente anterior de la oligarquía? Eso si sería
suponer al liberalismo como lo máximo a que la civilización puede optar, ¿No
sería en cierta forma renunciar al proyecto de futurición, a nuevas formas de
organización de la sociedad? Ortega afirma que Europa debe conservar sus raíces
liberales para después superarlas, eso responde a mi duda. Debido a que el futuro es mucho más
importante que anclarse en el pasado, necesitamos aprender de la Historia y
evitar recaer en ella, y así superarla.
CAPITULO XI LA ÉPOCA DEL SEÑORITO INSATISFECHO
El hombre masa tiene la sensación de que la
vida es más sencilla que antes, cuando en realidad se ha complicado y dejado en
manos de cada vez menos élite. Y por ello camina por esa vida con aire de nuevo
rico, satisfecho intelectualmente, cerrado a cualquier instancia superior,
lleno de prejuicios, cabeza cuadrada. Invasor vertical, bárbaro, menor de edad,
niño caprichoso o mimado, indigno heredero, vulgo, masa... Insultos que Ortega
dedica a quien olvida que la vida es lucha por si misma, esfuerzo. Ante un
mundo con amplio confort y bienestar social, el insaciable hombre masa quiere
más y más, y ¡ya!, es objeto del consumismo aunque se crea sujeto en el sistema
capitalista que lo devora y alinea. Se divierte a costa del intelectual que
intenta sacarle de su inconsciencia y aportar luz, porque en el fondo se
aborrece a si mismo y detesta ser critico consigo, y de ahí que se escude en la
idiosincrasia mediocre. El señorito es
un libertino que enturbia la palabra libertad, todo se lo han dado hecho desde
el nacimiento y al no ponerle limites, sus ansias de infinitos jamas se sacian,
más que un inconformista; es un caprichoso.
Todo se le ha permitido, y cree que puede hacer lo que le venga en gana.
Ortega opina que no es que no se deba hacer lo que a uno le de la gana, es que
no se puede hacer más que lo que se tiene que hacer. La Voluntad es lógica y madura cuando no
lucha contra los avatares del destino, sino que en él se integra; cuando lo que
nos estaba destinado y lo que queremos hacer en esta vida coinciden. También
poseemos una libertad negativa de albedrío, la que llama Noluntad, negarnos a
ver la realidad cual romántico, enfrentarnos al sino contrapuesto a la
voluntad.
El destino; lo que tiene que ser y será, no
se discute, se acata o no, se acepta o se arrastra cual penosa carga. El
destino obliga a hacer determinadas
cosas que tal vez no deseemos, pero en ello consiste ser adulto. El señorito
pasa de estas obligaciones, en patética confrontación con el inamovible
destino. Pero no pensemos que se revela
al destino con su fuerza de voluntad, no, se deja caer en vagancia y la dejadez
escudándose en la libertad de no hacer nada, cuando la libertad siempre es
elección entre varias tareas. “Lo peor
que puedes hacer es no hacer nada” dijo cierto poeta beat. En realidad aunque no
quiera, el señorito se deja arrastrar por su vendaval de circunstancias, del
destino. Igual que el cínico Diogenes que saboteaba la civilización griega, el
superrealismo o el surrealista (En opinión de Ortega) afirman su derecho a
perderse en el nihilismo, la apatía, el mar de dudas, como ese caprichoso cuyos
designios no han sido atajados y se entrega al berrinche.
CAPITULO XII LA BARBARIE DEL ESPECIALISMO
La civilización se sustenta en política liberal y economía científica, de ellas nace la técnica industrial europea. Esto ha sido la especialización de la ciencia. Desde que nace con Galileo en el XVI hasta Newton no se había producido esa necesidad de especialización, se vivía en el dilettanismo (Interés por el conjunto científico en su totalidad, cual hombre renacentista), que a partir de la ilustración nos segmento la ciencia, de tal forma que no hace falta conocer el contenido para aplicar el continente. Un ejemplo; los mecanizados. El nuevo hombre científico resulta ser un ejemplo de hombre masa, hermético y lleno de prejuicios, desconocedor de lo que escapa a su especialización. Es una mezcla extraña de elite cualificada sólo para una tarea y masa cuantitativa, e ignorante del resto de disciplinas. Desconoce la fisiología interna de la ciencia que practica, cual autómata que no piensa por si mismo, y por tanto vive en un conjunto de creencias y en el error de creer su circunstancia realidad y su civilización selva.CAPITULO XIII EL MAYOR PELIGRO, EL ESTADO
Aunque no iba a ser político este tratado, la
política no es más que la forma de ordenación social, y la afecta el
advenimiento del hombre masa tanto o más que a la cultura. La política siempre
ha estado en manos de una oligarquía y de la élite hasta ahora, y así debe ser,
opina el periodista, pues estas conocen la historia lo suficiente para no
repetir errores, o deberían conocerla. Afirma así en cierta forma la idea de
república dominada por los sabios que pretendía Platón, aunque opina que el
filosofo debe encargarse de la filosofía y olvidarse de sus pretensiones
políticas. Los filósofos son pedagogos, literatos, todo menos filósofos. La
masa se ha revelado al estado, a la élite con la intención de sustituirla, como
Nietzsche o el arcángel Luzbel pretendían emular a Dios. Las masas solo pueden
manifestarse con la acción directa y la violencia, fomentada por los cínicos
que la convierten en primer ratio como ya hemos visto.
La revolución francesa fue posible por la
contradicción entre el estado y la opinión pública, la fuerza social. La
burguesía se adueña de ambas y hace creer al vulgo que es su
representación.
El Estado, otra técnica más, también se
especializa y paulatinamente se va impregnando en cada estrato social, se
estatifica la vida anulando la espontaneidad de las masas que se abrazan al
conjunto de creencias políticas, a las ideologías, dejando para mañana el
pensar por si mismos porque cansa. La masa se cree estado, que juzga como gobierno del pueblo, y hace suya el
conjunto de ideas de la élite, llegándose a matar “por la patria” al
convertirlo en un asunto personal. Esta burocratización de la vida,
militarización de la sociedad, politización de la cultura, intervencionismo
estatal, ese nacionalismo, hace posible los fascios y los totalitarismos
comunistas. “Todo por el estado, nada fuera del estado, nada contra el estado”
El estado se aprovecha de su fascinación de masas, y estas lo elevan creyéndose
en el poder para después ser traicionadas, reprimidas. Así tras el advenimiento
de las masas al pleno poderío social se esconden unos interés de una elite más
malvada que necia.
SEGUNDA PARTE CAPITULO XIV ¿QUIEN MANDA EN EL MUNDO?
¿La Globalización económica, las
multinacionales, EEUU o esa Europa renovándose?.
En Política lo importante no es la
acumulación de fuerzas, pensemos en que Napoleón fracasó en España aun teniendo
mayor fuerza de presión y represión, sino el control de la opinión pública para
que se acate la autoridad. “Con las Bayonetas, sire Napoleón, se puede hacer
todo menos una cosa; sentarse sobre ellas” Ningún golpe militar, ninguna
revolución violenta consolidará un gobierno, lo pudrirá.
Todo mando tiene carácter sacro, pues se
enraíza en lo religioso, lo trascendental, que sería su trasfondo ideológico.
Pensemos en el matrimonio religión- estado del sacro imperio romano de
Carlomagno, Napoleón, Franco... incluso las tribus y sus chamanes, o la
república, aun laica, con sus
intelectuales.
Por eso es tan importante controlar la
divergencia de opinión, lubricar el “Espíritu” a cada súbdito. El romanticismo, el nacionalismo, el
comunismo... nacen de una élite como ideas y se convierten en ideologías de la
masa creyente y gregaria, incluso estas ideas de Ortega, porque la vida no
puede desligarse de sus influencias externas, como la política no puede
despegarse de lo social.
Asistimos a una época de cambio, tras las
guerras mundiales se afirma que Europa ya no controla la opinión pública que se
ha liberalizado y pone sus miras en la Way of Live americana, el paraíso de la
libertad y las masas. ¿Quien será ahora la nueva Roma mandona? se pregunta Ortega.
Tras el giro cartesiano, el hombre deja de
preocuparse por el objeto de su realidad y se cuestiona a si mismo, sujeto del
mundo; Vida. Por ello todo vocablo es ocasional, empieza a desengañarse de
Dios, del lenguaje como represor de lo instintivo, y desconfía hasta del
concepto que no refleja el objeto real sino la idea que de él formamos. Este
viene a cuento de que tampoco podemos llenarnos la boca del concepto de
Decadencia Europea y Hegemonía Estadounidense, pues no dejan de ser conceptos,
y la realidad va por encima de las ideas, supera la ficción. Ortega no quiere
discípulos que tomen sus ideas cual creencias y menos augureros del ocaso de
Europa. Lo único cierto es que vivimos en una época de incertidumbre, mar de
dudas, y que ante el cambio de liderazgo y el consiguiente vacío de poder, el
vulgar se entrega a la cabriola alentado por su paternalista estado, cual patio
en la hora del recreo.
La situación actual del mundo se resumiría en
el chiste (Ortega no olvida el humor en sus escritos) del gitano desconocedor del padre nuestro, que le dice
al cura “ Miré, padre, yo loh iba a aprendé, pero oí un runrún de que lo iban a
quitá” Los pueblos viven sin imperativos; ha muerto la razón, Dios, el
lenguaje, la moral... y las ovejas gregarias ya ni se comportan como tales;
ahora parecen las cabras del gitano.
Todo el mundo, asevera preocupado, esta
inmoralizado. Es lo que yo me atreví a sugerir en la redacción de por qué creo
que el hombre actual se cree nietzsiano
sin haber leído Nietzsche, cómo critica lo apolineo e ideal, y es incapaz de
superar su inmanecia y estupidez congénita, reafirmada señorialmente.
La élite se relaja, ya que antes mandar era
una carga, preocuparse por el pueblo cual déspota ilustrado. Pero ahora los
fascistas sólo se ocupan de sus campañas de propaganda y dejan gobernar – o
creer gobernar- a las masas. Y las masas
se sienten por primera vez en la historia señores y libres, pero esta libertad
les ahoga, ya que la libertad a la que estamos condenados es elección y no
saben que elegir. De sentirse exentas de trabas, se sienten vacías. Esto es lo
que sucede a mayor prosperidad económica; mayor disconformidad o apatía, esto
es lo que explica que los grandes revolucionarios y los nihilistas vengan de
las clases más holgadas. Europa ya no manda, vale, pero Nueva York y Moscú no
la han sustituido, dos potencias que vivían del camuflaje histórico; es decir;
que aunque provenían del librecambismo y marxismo europeo respectivamente se
creen nuevas, diferentes alternativas al modelo europeo.
Ha bastado un ápice de inseguridad ideológica
e inestabilidad política (La caída de las torres) para que el mundo sienta
desmoronarse en la tierra sobre la que pisa su conjunto de creencias.
La sociedad se ha desmoralizado, porque al
fallarle las islas en las que se aislaba (Sea Dios, la moral cristiana o la
razón) no ha encontrado mejor refugio que el desarraigo, la confusión.
Asistimos al advenimiento de unas masas que
andan perdidas en el laberinto de si mismas, porque no les queda otro asidero
al que aferrarse. Ya no hay normas ni reglas del juego, ni cultura, ni
urbanismo, ni moral, y el hombre esta tan libre que reclama al cielo cadenas,
que grita desgarrada a una instancia superior que por favor le devuelva la
lógica a su vida, el sentido, el camino, la brújula de orientación, el proyecto
de futuro. Porque necesita agarrarse a algo se sujeta en su egocentrismo,
egoísmo laberíntico, ya que en la realidad no va a encontrar esa meta, ese fin
teleológico, ni logrará calmar su sed natural de trascendencia e infinito. La
masa se refugia en si misma, proclama sus derechos a los cuatro vientos, con lo
cual sigue sorda y ciega a los derechos de los demás. La masa tiene miedo a esta libertad, a esta
elección, y se supedita a un estado que le ofrece un fin, una empresa que dará
sentido a ese vacío en el que se nota naufragar. Una anécdota que ilustra esta
desorientación actual es que cuando un transeúnte pregunta a un español por tal
edificio, este se presta a conducirle hasta él, como si no tuviera nada que
hacer- Esta deseando un viajante que le llene la tarde, y de igual forma las
masas confían en el estado para que les reconduzcan hacía un objetivo, fin, su
misión, su sentido de vida y esperanza.
Por lo tanto, la frustración del europeo no
es tanto que se vea incapaz como que se cree muy capaz pero le fallan los
proyectos, y prefiere dejarse gobernar por el estado. Así se da la paradoja;
Nunca cómo hasta ahora Alemania ha tenido ese cáliz de gran potencia, y sin
embargo la masa obedece a un fübher.
Todo nacionalismo es una jaula de creencias y
mientras el hombre masa “Vive” esa ideología, como si su vida dependiera de
ello (En las creencias nos movemos, algunos logran distanciarse de ellas con
sus propias ideas), el hombre de letras se siente un pájaro sin alas, y se
afirma en el pluralismo europeo donde cabe toda cultura regional, pero ninguna
prima sobre otra, cual comercio de ideas.
Se encuentra con que se creía ombligo del
mundo, y no es ni insignificante hormiga de algo mucho mayor. Este es el sentido
de la nueva Europa; respetar las divergencias autonómicas, apostando por una
instancia mayor, lograr entre todos un fin, un proyecto de futuro.
La historia de Europa ha sido, y es, la lucha
entre el campesino sin miras (La masa)y el aristócrata abierto de mente, entre
la domus y la polis, entre el ius y el rus, ciudad y campo, naturaleza y
civilización. Ahora se pretende un agora común, un espacio donde confluyan.
Pero para ello tenemos que dejar de ver al estado como una infraestructura
estática, y empezar a verlo como lo que es; una representación del pueblo pero
representación al fin y al cabo, que continuamente ha de hacerse a si mismo,
dinámica creativa.
Pero el estado fascista carece de
imaginación, igual que la actual multinacional, y no sabe qué inventar, qué
proyecto de futuro entregar a su población. De la misma forma que la Roma
decadente, simbolizada por Brutus, asesina a Julio Cesar, soñador de un futuro
para el Imperio.
La vida es por lo pronto un caos donde
nacemos. El cobarde se refugia en sus ideas y creencias, islas de aislamiento,
y de pronto las nota tambalear, se derrumban sus castillos en el aire, se
pierde durante un tiempo en un mar inmenso de pesquisas y al fin, se aferra a
una nueva idea, a otra creencia y vuelta a empezar. Tarde o temprano se dará
cuenta de que vivir es sentirse perdido y que ninguna idea es mejor que otra,
entonces se agarrará a la que más verosimilitud aparente y más pueda permitirle
ordenar su vida, vivir de acuerdo con una falsa pero necesaria cosmología, de
una nefasta pero necesaria civilización.
“Las
verdaderas ideas son las de los náufragos, estos las valoran realmente” En
resumen; Ortega sonríe a un hombre consecuente con sus ideas, critico consigo
mismo y la sociedad, perfeccionista, acérrimo esforzado, educado y correcto,
que no cree ninguna idea absoluta, que abierto de mirás contempla al mundo sin
prejuicios ni creencias o ideologías grabadas entre ceja y ceja, pensando por
si mismo, e inventando su futuro diariamente, sin desestimar su pasado,
aprendiendo de su experiencia y errores, con las alas volátiles de la
imaginación y las raíces terrenales de su razón vital (circunstancial en cuanto
histórica y cambiante)
Ortega nos confiesa que todos nos sentimos a
veces huérfanos de nuestras ideas, náufragos en nuestras creencias, perdidos
navegando en mar de dudas, pero “DE TODOS LOS POZOS SE PUEDE SALIR CUANDO SE
ENCIENDE LA CURIOSIDAD POR SABER LO QUE PASA FUERA MIENTRAS UNO SE HUNDE",
y sólo supeditándonos a una instancia superior, un proyecto de futurición, un
aliento de esperanza, agarrándonos al trabajo
que es lo “que tiene que hacerse”, sin revelarnos al destino ni
denegando de nuestra fuerza de voluntad, autovalorandonos sin caer en ese
complejo de inferioridad del hombre de su tiempo que se cree en la mejor época
y señor de todo, que siendo tan capaz no sabe a que someterse y se refugia en
la mediocridad de la masa, en la normalidad. Sólo así; acatando la vida con
animo y esfuerzo, las ovejas descarriadas, los perdidos en sus laberintos de
egocentrismo o nihilismo, lograran
encontrarse.
Las democracias, la suprema generosidad de la
elite hacía las masas desagradecidas, depende de un factor técnico y
especializado; las elecciones. Decía Cesar que sin el sufragio universal, sin
comicios verídicos, la República no sería más que una palabra. Roma vivía en el
pasado(República conservadora), y ahora la concebimos de forma anacrónica, pues
miramos siempre al fururo. Cesar tuvo un sueño, un proyecto de futurición,
donde promulgaba un estado supra- nacional, no una colonia dirigida por Roma,
sino un autentico Imperio, y esa fue la primera idea de una Europa unida. El
Estado no es esa infraestructura estática, sino el dinamismo de unos
ensimismados que han de inventar su futuro y el de la sociedad que representan.
No es el estado ciudad, sino un ente abstracto que no se ve, que incluye
toda la aldea global, todas las regiones
pero no se ancla en ningún regionalismo excluyente. Igual que Castilla se une a
León, después a Aragón, hasta crear el concepto de España... las naciones
tienden a la concentración, a la integración y no a la exclusión, como el
hombre necesita a las personas en cuanto animal social. Es un error fundar la idea de patria en la
lengua pues esta puede hablarse lejos de ella o darse otras dentro del país, en
torno al territorio pues las fronteras cambian, tampoco desde luego a la raza
pues es mestizaje... ¿Entonces que es el estado? Para Ortega nada determinado,
es decir; Biológico, geográfico, estático (la lengua, los usos...) , sino
indeterminado, voluntarioso, invento que día a día se crea dinámica mente. En definitiva; la nación, decía Renan, es un
plebiscito cotidiano, un ocuparse el hombre de la política no sólo en las
elecciones sino siempre, cual antigua democracia griega, puesto que la política
es la organización de la sociedad, a la que el hombre no puede desligarse. Lo
contrario a hacer de la política otro conjunto de creencias que rigen la vida
de la masa, a crear demagogia ideológica, es la invitación a la critica.
Como todo enamoramiento, el nacionalismo se
ceba en las naciones con un pasado común y un porvenir por delante, un programa
que realizar. Hasta recordar el pasado es hacer memoria, es crear en el
presente, y el nacionalismo es la perduración del pasado en el futuro. No
pueden faltar ninguna condición (pasado y también futuro común) para que los
nacionalistas logren fundar su nación. España cuenta con un gran pasado en
Latinoamérica y tiene una raza común, una lengua común, incluso proximidad
geográfica. Comparte el pasado, pero no se consolidan como un único estado pues
carecen de proyecto de futurición conjunto de programa de vida, porque la
política es un plebiscito diario y no sólo glorias del pasado, por eso; el
nacionalismo se encasilla en la ideología, el pasado y se olvida del programa y
futuro.
Europa superará sus nacionalismos
separatistas y se consolidará en unidad continental que respete todas las
culturas regionales. Ahora son tiempos de incertidumbre, de expectativa, no se
sabe quien manda en el mundo, pero si quien no debe mandar. Los nacionalismos
son callejones sin salidas, proyéctense hacía el futuro y se sentirá el tope.
Es siempre un impulso opuesto al principio nacionalizador que mueve a Europa a
incluir y no excluir.
CAPITULO XV (Último) SE DESEMBOCA EN LA
VERDADERA CUESTIÓN
¡Europa inmoralizada!. No creáis a esos
jóvenes, dice, que hablan de la nueva moral, o que son amorales porque
realmente ser amoral es ir contra la moral, ser inmoral. No estoy de acuerdo
con esta idea; Carecer de un tipo de moral no implica estar en contra de ella,
igual que no ser cristiano no significa ser ateo, se puede ser de otra religión
o agnóstico, y esto debería saberlo Ortega que introdujo el término agnóstico en España.
También critica el excesivo culto a la juventud
de nuestros días; las señoras se disfrazan de adolescentes, la moda viene
dictaminada por sus designios, pues ser joven esta de moda, han oído que los
jóvenes sólo tienen derechos y no obligaciones y todo el mundo se apunta al
carro. Los adolescentes emplean el chantaje emocional, y ahora toda la sociedad
sufre una época chantajista en que el hombre vulgar, la masa, reclama para si
los privilegios de la elite intelectual, poniendo en peligro no sólo el sueldo
y las alubias de Ortega, sino todo el saber universal.
EPILOGO PARA INGLESES
El pueblo ingles funciona diferente al resto
de Europa; mientras Europa se poblaba de revolucionarios, el regio ingles no
abandonaba su corrección, sus pacificas
maneras, su parlamento y democracia moderada. La originalidad británica radica
en su forma de ser sociedad, aunque las molleras cerradas de España no tomen
nota de esta ejemplar nación, que no nace, sino que se ha hecho a lo largo de
la historia. Inglaterra es la nación del silencio, sus habitantes insinúan lo que
no se dice, son discretos y prudentes, su idioma consiste en un “maullido
discipliente” que nunca se sube de tono.
Ortega ve en Inglaterra el modelo, un pueblo totalmente aristócrata.
El pacifismo ha consistido en su único
error, opina, porque ha subestimado al enemigo, y olvida que la guerra es un
“excelente esfuerzo de los hombres para resolver conflictos”. Ortega sigue
expresando que la guerra no es instinto, sino invento, y que tiende a la paz.
El pacifista cree que para acabar con la
guerra no hacer falta sustituirla por una alternativa mejor; LA PAZ. La paz
como esfuerzo colectivo diario, no como el simple hueco que deja la guerra. Si
la guerra se ha hecho, la paz debe de hacerse en la práctica y no sólo llenarse
la boca de ella en los discursos teóricos. El tratado de Versalles, la Sociedad
de Naciones han sido dos cadáveres, intentos fallidos de alcanzar una paz
“objetiva” y no delimitada por los deseos de las naciones ganadoras. Su error
ha sido perderse en un concepto de paz abstracto y estático, cuando se
reclamaba un término más dinámico y acorde con la realidad política social del momento.
El problema de Europa, el obstáculo para
alcanzar la paz, es que esta desocializada, incivilizada, que los individuos
reclaman su privilegio de paz sin poner nada de su parte para conseguirlo.
También opina que es una injuria el que EEUU e Inglaterra y las Brigadas
Internacionales se hayan permitido opinar sobre España, están en su derecho,
sin informarse bien de la realidad social, esa era su obligación. El partido laborista ingles rechazó un pacto
con los comunistas, un frente común, pero internacionalmente lo pretendía en
España, no predica con su ejemplo. Y eso ocurre porque Inglaterra se siente una
nación diferente y bien diferenciada del resto de Europa, y se permite, cual
EEUU, la intervención internacional, que al igual que el nacionalismo, es un
obstáculo al proceso unificador de Europa.
DINAMICA DEL TIEMPO
Los Escaparates
mandan.
La perogrullada de “poderoso caballero es don
dinero” suena cual lamento eterno, no nos acostumbramos a esa fuerza social que
ejerce. La visión marxista, el materialismo histórico que pone en su lucha de
clases como motor de la historia al dinero y a la economía es sólo un punto de
vista, una perspectiva, con sus muchos errores de percepción. Los judíos ahora
amasan el dinero y son los amos del comercio y mecenas de la cultura (Sólo
pensemos en los directores de cine; Spilver, Roberto Fellinni, Boody Allen...)
Tienen dinero y son los amos del mundo, pero en la edad media tenían dinero y
eran ratas de la corona católica. El dinero no lo es todo, no es la única
fuerza social ni el motor histórico. En tiempos de Cesar los “caballeros”
(Burgueses ricos) no accedieron nunca al poder de la república. El idealismo de
Hegel contradice esta tesis, y piensa que la necesidad económica antes de
serlo, ya ha sido una idea. Ha habido
religiosos, como santa Teresa de Jesús, que pudiendo vivir holgadamente han
preferido el recato y la vida austera, esclavos de su vida intelectual o mística,
de sus ideas. Ortega sintetiza ambas corrientes, cree que ha habido épocas más
volátiles e idealistas que el actual materialismo y consumismo, y se pregunta
si un robot con prótesis de silicona se vistiera de joyas ¿Sería la mujer más
envidiada de nuestra sociedad?
LA JUVENTUD
Las formas biológicas, masculino o femenino,
joven o viejo, son las primeras instituciones a la que la civilización somete.
Resulta curioso analizar en que época histórica ha primado más el afeminamiento
(Egipcios maquillado, matriarcados, diosas madres), la vejez (Grecia de
filósofos que sólo lograban serlo en su senectud) La adolescencia como se entiende hoy, una
época vital llena de privilegios y derechos sin más obligación e imperativo
que “vivir a tope sin el pensar en el
mañana ni en el pasado, ni escuchar la experiencia”, surge en 1890 en
vertiginoso ascenso hasta hoy. Desde los románticos (Con su culto al viaje
iniciatico, las peregrinaciones de Childe Harrot, Werther...) , pasando por
Arthur Rimbauds prodigios hasta desembocar en Lluvia de Estrellas y las series
de adolescentes de institutos.
Cualquiera nos dirá que vaya tontería eso de que la adolescencia como
tal nace a finales de siglo XIX, pues
recordará a los efebos griegos. Todo se organizaba en torno a ellos, como
ahora, pero a ellos se les exigían obligaciones (Participaban en las
Olimpiadas, se educaban en la rígida disciplina Espartana) y tenían un tutor
homosexual que los conducía por su senda de aprendizaje. El patriarcado romano
del pater familis les somete al núcleo familiar y tampoco pueden revelarse. El
romanticismo tampoco fue un tiempo de jóvenes pues aunque hay rebeldía y
peterpanismo, se mira hacía el pasado idealizado cual viejo con añoranza, se
suicidan en masa, se vestían de modo caduco y palidecían cual crisantemos
muertos. Los románticos eran niños viejos.
La era de la razón era la era de la razón de
la experiencia, del rostro de Voltaire pellejo de calavera, ¿donde andaban los
jóvenes? A los jóvenes les preocupaba ser adultos, se esforzaban por emular a
sus mayores, esperaban su aprobación, temían su enojo. ¡Cuan distintos a los de
ahora! Y el cambio acontecido es sorprendente; ahora los adultos quieren
retornar en su pegaso alado a la niñez, las mujeres se visten de quinceañeras,
la cultura de la juventud eterna impera en todos los estratos sociales. Y este
triunfo se presiente en la actual dictadura del cuerpo y la moda. Antes se
rendía culto al espíritu, al intelecto, a las ideas, a lo apolineo y hoy es a
lo inmanente, a lo corporal, a lo tangible. Nadie quiere ser mayor, ser viejo
no mola, la voz de la experiencia raya cantidá. Ortega no le parece mal que se
viva el momento, pero si que no se piense en el futuro ni se aprenda del
pasado, y deja una pregunta retórica muy ilusa ¿Qué será de los futbolistas
actuales cuando cumplan cuarenta años? y le respondo yo; montarán una tienda de
artículos deportivos, seguirán forrados de pasta, se comprarán una isla y se
reirán de Ortega.
¿MASCULINO; FEMENINO; AMBIGUO?
Ortega
ha vivido siempre esclavo confiesa, ya dejamos claro que un intelectual es
esclavo de su propia voluntad y curiosidad, de los ojos de la lechuza de
Minerva, pero se refiere a que en su época aun regían los adultos y debía
someterse a ellos, y ahora que se han invertido los roles, es viejo y por tanto
no existe para la sociedad.
Ahora se ocupa, ¡Vaya entretenimiento!, en
darle sexo a cada época histórica. Con el inicio de la escritura y la historia
se acabó el matriarcado de la diosa madre- naturaleza, y comenzó el
sometimiento. Aunque se idealice a las damas en los sonetos (Siempre la mujer
vista por un hombre, no por ella misma), lo cierto es que en la realidad se las
maltrataba. En Grecia desde el gimnasio hasta el agora, desde las orgías de
efebos hasta las comidas familiares, todo eran hombres, la mujer no podía ni
salir de casa. Safo o Aspasia, mujeres que se destacaron entre ellos, lo
lograron al “masculinizarse”, al adoptar la visión de los hombres y no marcar
su propia diferencia. Hasta la Venus de Milo es una figura ambigua, un atleta
con pechos. La edad media por supuesto fue varonil, guerrera y la mujer intenta
emularle, ser la Walkiria, la amazona musculosa, pues las damas de Camelot,
femeninas, son fruto del romanticismo y no de la edad media. A finales de la
edad media y en el renacimiento la mujer crea “la corte”, el amor cortes, sin
saber que con esa “cortezia” frente a la “clerenzia” varonil anterior,
inauguran la edad moderna y el concepto de sociedad actual. Los trajes de los
hombres empiezan a imitar a los femeninos. Impera la peluca, los polvos, se extienden los trovadores, los enamorados
(Celestina), surge el amor en Occidente, se extiende el culto a la virgen
María. Este culto a la mujer no llega a ser matriarcado, es sólo afeminamiento
del hombre. El culto al físico masculino no se había extendido desde la época
griega tanto como ahora, pero no es porque la mujer encuentre atractivo la
figura musculosa y atlética del hombre, sino porque al igual que en la época
griega es el hombre quien empieza a sentirse atraído por el efebo. Y la mujer
olvida su feminismo (Ortega esta a favor del feminismo, pero sobretodo de la
feminidad) y se “masculiniza”, adopta el rol de la guerra, el fútbol y los
automóviles.
MAS SOBRE ORTEGA
Nos interesamos por las ideas del hombre, no
por las creencias que asientan su vida; nos perdemos su historia personal, sólo
escuchamos sus abstracciones. Las ideas, sean axiomas científicos o ocurrencias
disparatadas, brotan del asomo de duda, que se sustrata de creencias y fe que
no pensamos. Tenemos ideas pero somos creencias. Son nuestro mundo y ser. En
ellas nos movemos, vivimos y somos.
Al pensar las creencias las convertimos en
ideas y nos hacemos consecuentes con ellas. Son el resultado de nuestro
quehacer intelectual frente a las creencias que tomamos como realidad misma. No
recaemos en que se originaron como ideas. El científico no basa su vida en los
prefectos de su ciencia sino en las creencias que no se plantea. Si hacemos
inventario de sus creencias, esclarecemos su historia vital.
Consideramos verdaderas (O al menos
verosímiles) las ideas cuando corresponden con nuestra política interna,
nuestra inteligencia que sobretodo es imaginación. La humanidad tras siglos de
“Cultura de ideas” no sabe que hacer con ellas, a que fin, causa teleología
dirigirlas. Brújula, sentido, asidero....
Separemos la vida intelectual dictada por
nuestra fuerza de voluntad de la vida determinada por la fatalidad.
El abuelo materno de Ortega fundó El
Imparcial. Este nace en 1883 en Madrid, hijo de periodistas. Estudió en Deusto
y en Madrid, donde se doctora en Filosofía y Letras. En 1905 viaja a Alemania
para estudiar filosofía y conoce a Simmel, Cohen, Natorp (Escuela neokantiana)
Aunque se dice que pertenece a la generación del 98, pertenece a la de la
república; Gabriel Miró, Azaña, J.Ramón Jiménez, Picasso, Ramón Gómez de la
Serna... Con su cátedra en la Universidad de Madrid, estalla la guerra civil y
se exilia a Francia, Holanda, Argentina, Portugal... En 1948 funda con su
discípulo Julián Marías el instituto de Humanidades. De ideas liberales, cree
en un liberalismo socialista, simpatiza con Pablo Iglesias (con el de entonces). En 1914 crea la
Liga de Educación Política Española a favor de la restauración y el 33 la Agrupación al Servicio de la
República, con Gregorio Marañón y Pérez de Ayala.
“La cortesía del filosofo es la claridad, yo
me confieso de esos; que de lo oscuro hacía lo claro aspiran”
Su influencia en la lengua española es
inconmensurable. Intentó con su racio vitalismo superar tanto el idealismo de
Hegel como el materialismo histórico de Marx, compaginar el racionalismo y el
empirismo, acercar Nietzsche y a Kant, consolidar la idea de una razón
circunstancial y vital. La filosofía no es sino el estudio de la realidad
–Mundo- por los ojos, la perceptiva (De un caleidoscopio de múltiples prismas o
un espejo de infinitos ángulos) de su interlocutor – Yo -. Yo y mis
circunstancias. Cogito, ergo sum; pienso, luego existo. Las cosas dependen del
sujeto (Cierto) pero el sujeto pensante es independiente de las cosas, de su
realidad (Falso) La realidad radical no es otra que la vida de cada cual, en el
sentido de biografía y no de biología, la vida de cada cual. Yo soy yo y mis
circunstancias y si no la salvo a ella, no me salvo yo. (Meditaciones del
Quijote)
La Antigüedad y edad media fue realista
(Confía en ese Dios omnipotente que dirige sus vidas, y anula el sujeto. La
naturaleza supera al hombre) y desde el giro cartesiano la edad moderna se
convierte en idealista, cree más en el sujeto pensante que en su realidad.
Por otra parte, no cree en el determinismo
(Escrito en el destino, los genes...) de esta vida sino en la fuerza de
voluntad, que no se revela al destino. “El hombre es forzosamente libre; debe
elegir y decidir” decía 20 años después Sartre “El hombre esta condenado a ser libre
y los otros son el infierno”
La razón vital es narrativa (El hombre esta
condenado a ser novelista) y siempre
actúa contando.
Ortega aporta la visión de su realidad
fragmentada en artículos de periódicos, quizá porque ni él se atrevía a dar una
visión total y absoluta de su sistema filosófico.
Julián Marías, su discípulo y amigo, confiesa
que él empezó a leerlo con este libro en 1928. Lo cuenta igual que yo lo he
sentido al leer su Rebelión de las Masas "No sabía exactamente que era un filósofo,
y su nombre me llegaba unido de vago prestigio. Iba por primera vez a leer a
Ortega, era una aventura. El adolescente se va dando de alta” al mundo de la
literatura. Sentía un oscuro temor de no entender bien, de que aquella lectura
superara su bachillerato” Marías destaca la intima proximidad del autor cuando
se dirigía su público “Me esta hablando” , hacía pensar y se llegaba a la
conclusión de que descubría evidencias. La filosofía esta más cercana del
joven, que en ella ve un sentido. De los 17 a los 22 años. Justo. Tras leer las
notas de Arte y Filosofía del Espectador se agrandó su mundo, tembló su tierra ante lo que Ortega llamó la
ciencia general del amor.
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