domingo, 31 de enero de 2016

VARGAS LLOSA CONSIGUE EL NOBEL Y A LA PRESLEY

Leer a Vargas Llosa sin amor pero con hambre - Cultur Plaza
Vargas llosa recibió el premio Nobel de mano del rey de Suecia, pronunciando un discurso que llenó de lágrimas y sonrisas a sus interlocutores. Aprendió a leer a los cinco años en el colegio la Salle, con el hermano Justiniano en Cochabamba Bolivia. 70 años después afirma que la literatura convierte el sueño en vida y la vida en sueño. Inventaba finales para las novelas de Verne. Su madre leía a Neruda, y sus familiares le animaban a seguir escribiendo. Ahora tiene 4 hijos y 6 nietos. Y una mujer que cocina, soporta sus manías y neurosis y decide sus viajes y citas con periodistas y le riñe; Marío sólo sirves para escribir. Sin ella su vida sería un caos.  

En su Juventud fue marxista, el socialismo era la solución de América latina y del 3 mundo. Militó en el comunismo hasta ser un demócrata liberal. Un tránsito paulatino al desencantarse de la revolución cubana, rusa y la cultural china, aquelarre de sangre. Defiende el idealismo del quijote frente a las dictaduras. Nuestra era es la de los camicaces suicidas pues todas las épocas han tenido sus espantos. Los fanáticos creen que matando ganan el cielo, aferrados a sus verdades absolutas. Él quiere paz, pluralismo, derechos humanos en un mundo de y guerras de exterminio. La democracia liberal de las elecciones libres que también tiene sus limitaciones. 

Vargas Llosa tuvo muchos trabajos “alimenticios” antes de dedicarse de lleno en la literatura. Huye de su país analfabeto donde la cultura era patrimonio de minorías, y se va al París de la libertad y los ideales. Respiró el aire de Sthendal, Baudelaire, Proust, Rimbaud. Conoció a Sartre y Camus (y el compromiso moral de que las palabras son actos), a Ionesco, Beckett, Cioran, Bataille... el teatro de Brecht y el cine de Ingrid Bergman, la novele vage y el nuevo roman, las piezas literarias de Malraux…. Aprendió de los maestros; la disciplina, talento y paciencia en Flaubert; la importancia de la forma y la estructura en Faulkner… y Dickens, Tolstoi, Cervantes. Malraux le enseñó que la épica y el heroísmo caben en la actualidad tanto como en el tiempo de la odisea e Ilíada. En pequeñas circunstancias hay esperanza, merece la pena vivir y fantasear e inventar historias.

El boom latinoamericano y el realismo mágico fue un invento comercial de las editoriales españolas durante la transición. Borges, cortazar, Benedetti, el recién fallecido García Márquez,  Octavio paz, Carlos fuentes, Cabrera Infante, Rulfo, Onneti Carpentier, Edward donoso. Estas novelas denunciaban la América de guerrilleros barbudos. Hoy en día hay dictadura en Cuba y Venezuela. Y crisis democrática en Argentina, Bolivia y Nicaragua, chile, uruguay peru, México, centro América. Los tiranos han llenado el mundo de infiernos. La literatura nos sume en el cielo de la libertad, la belleza y la felicidad, nos alerta contra la opresión. Los caudillos controlan la conducta de los ciudadanos y establecen sistemas de censura para reprimirla, vigilan con suspicacia a los escritores independientes. La imaginación discurre por los libros, ilumina el oscurantismo. La fantasía vuelve al ciudadano más libre. Prende puentes, rompe fronteras, y nos encoje el corazón.

En sus viajes por Ny o Brasil siempre se sintió como en casa. Siempre ha tenido amigos, lecturas y temas para escribir. Habla del exilio y la nostalgia. Amar su país. Pidió que sancionaran la dictadura de Perú, se puso en contra de Pinochet y los talibanes en Afganistán, los imanes en Irán, áfrica del sur, armenia, la cuba de Fidel. Siempre en contra del resentimiento, cerrando heridas. Heredero de las culturas pre hispánicas (el machu pichu) y la multi culturalidad pero también de la tradición judeocristiana y española. Peru como el aleph de Borges es el mundo entero, No tiene identidad porque las tiene todas. La conquista de América fue cruel y violenta. Nuestros abuelos se acriollaron al independizarse de España hace 200 años. Se sigue explotando al indio diezmándolo y exterminándolo, los indígenas deberían emanciparse.

En España acogieron sus novelas,  Carlos Barral y Carmen Balcells le publicaron y empezó a tener lectores. Se siente tan español como peruano. Sufrió la censura. En la Barcelona de los 70 se cocía el ambiente bohemio de pintores y compositores. Igual que París, Bcn fue una ciudad cosmopolita y universal, torre de Babel. Vivió la transición del autoritarismo a la libertad, del subdesarrollo a la prosperidad, de la desigualdad tercermundista a un país de clases medias integrado en la Europa moderna. Detesta el nacionalismo, las ideologías y religiones excluyentes y el negocio de las armas, las banderas, himnos, discursos heroicos y la violencia pero no el patriotismo. Este es un sentimiento sano, amar a la tierra natal donde se forjaron sus sueños.

La infancia es un mito literario; su primer cigarrillo, sus amores, sus bailes. Empezó en el periodismo a los 16. Su padre había muerto y él besaba la foto de un señor con traje de marino. A los 11 años su madre le revela que estaba vivo y se fueron a vivir con él a Lima. Perdió la inocencia y descubrió la adultez, la soledad y el miedo. La literatura lo salvó, le permitió vivir mundos de aventura, y escribir a escondidas, un vicio inconfesable, una pasión prohibida.

En sus libros meta literarios (la verdad de las mentiras) la ficción es el refugio ante la adversidad pues vuelve extraordinario lo ordinario. El escritor inconformista y desencantado crea la fantasía.  Los contadores de historias humanizan un mundo cruel con sus fabulas. El espíritu crítico es el motor del progreso. Escribir y leer es protestar contra las insuficiencias de la vida. Buscar en la ficción lo que uno no tiene. La vida tal como es no colma la sed de absoluto, condición de la vida humana y en la ficción vivimos varias vidas. 

Una forma de rebelarse, su razón para vivir y denunciar lo intolerable. Fue su tabla de naufrago, la luz al final del túnel. Escribir le cuesta esfuerzo, sudar la gota gorda, construir una historia, bucear en su memoria experiencias vividas. Escribir es vivir, sacar una niebla de fantasmas, amaestrar y pelear con las palabras díscolas, alimentar la pasión, gestar novelas donde los personajes respiran y sienten y tienen libertad. Escribir es un hechizo, como hacer el amor con su mujer amada. El teatro le apasiona desde que vio en Lima muerte de un viajante de Arthur Miller. A sus 70 años acaba de interpretar un texto suyo con Aitana Sánchez Gijón.

La literatura es un laberinto, jeroglífico donde hay más dudas q certezas. Es sentirse perplejo ante el sinsentido de la historia o la trascendencia irracional. Nuestros antepasados prehistóricos inventaron cuentos en el fuego de las hogueras. En aquellas noches de truenos los primitivos empezaron a escribir, y comenzó la civilización.  En esas tribus surgieron los mitos y el logos. Superar la inmanencia de comer, matar y fornicar. Desatarse de la inmanencia y levedad de la vida para elevarse, desear, ambicionar y revolucionar. Escribir es un ejercicio intelectual, fomentar el espíritu crítico, un entretenimiento, aguzar la sensibilidad. Eleva al ser humano sobre su barbarie e incomunicación. Los especialistas ven las cosas pragmáticamente y en profundidad pero no las relacionan. Nos estamos automatizando.


Y ser humano es salirse de uno mismo, mudarse en otro. Hemos pasado de la caverna al rascacielos y del garrote a las armas de destrucción masiva pero seguimos preguntándonos las mismas cosas. La literatura nos hace vivir pasiones que en la realidad no vivimos. Ser lo que no somos. Sentirnos dioses eternos y terrenales. Ser inconformistas y rebeldes, derrotar la carcoma del tiempo, convertir en posible lo imposible.  

No hay comentarios:

Publicar un comentario