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Hola, amantes de la cultura. Este blog cumplirá la tiple función de informar, entretener y divulgar contenidos humanísticos. Servirá como agenda de las distintas actividades en el panorama cultural. Publicaré relatos propios, entrevistas a escritores, fotos con ellos, conferencias, presentaciones de libros, artículos sobre filósofos o artistas... https://about.me/gonzalovillar
https://es.wikipedia.org/wiki/Rita_Indiana
Nació en Santo Domingo en el 77. Empezó publicando poesía en la revista Vetas y narrativa, su primer libro fue Rumiantes, relatos posmodernos sobre la cotidianidad en una isla. Publicó La estrategia de Chochueca (2000) y Papi, donde la creación literaria se nutre de los giros coloquiales del lenguaje marginal y popular dominicano, a partir de la voz de una niña. Exploró la música popular dominicana, reinventando el merengue en su forma dance. Canta a la heterodoxia sexual y otros temas sociales. Ha manifestado públicamente su homosexualidad, Julieta Venegas ha cantado sus canciones, o Calle 13. Reside en Miami. Su novela Nombres y animales fue traducida al italiano; la mucama de Ominucie al alemán e inglés. Sus primeros libros -Rumiantes (1998), Ciencia succión (2000)-, así como su performance Azúcal y sus poemas iniciales, fueron compilados por Ediciones Cielonaranja bajo el título Cuentos y poemas (1998-2003).
DACIA MARAINI. (Fiésole, 1936)
La familia se trasladó a Japón en 1938 –su padre era etnólogo- , y estuvieron internados durante cuatro años en un campo de concentración sufriendo condiciones extremas. Al acabar la guerra volvieron en barco a Italia. Vivió primero en Sicilia y luego en Roma. Durante 15 años fue pareja del también gran escritor Alberto Moravia. En 1962 publicó su primera novela, pero el éxito lo encontró primero en el teatro; escribió más de 50 dramas, y en 1973 creó el Teatro della Maddalena, gestionado por mujeres. Algunas de sus novelas fueron llevadas al cine con adaptaciones de la propia Maraini; y de ahí pasó a otra de sus principales ocupaciones: los guiones cinematográficos. Escribió guiones, por ejemplo, para Marco Ferreri (“El futuro es mujer”, “Historia de Piera”…), Margarethe von Trotta (“Amor y deseo”…) o Pasolini (“Las mil y una noches”).
Entre sus principales y recomendables novelas figuran: “La larga vida de Marianna Ucría” (ambientada en el siglo XVIII, narra la vida de la hija sordomuda de una gran familia siciliana y su lucha por sustraerse del destino reservado a las mujeres de su clase social), “Voces” (novela negra en torno a la violencia contra las mujeres), “Oscuro” ( doce relatos que giran sobre la violencia contra la infancia), “El amor robado” ( ocho duros relatos sobre la violencia machista psíquica y física en el ámbito doméstico), “Bagheria” (rememoración de sus primeros años), “El tren de la última noche”, “Pasos apresurados”, “Los años rotos” o el ensayo “Cuerpo feliz”.
resumen de la wikipedia por Josu Montero
https://www.elmundo.es/cultura/literatura/2018/12/10/5c0d535bfdddffeebb8b4699.html
D.M. la escritora que no callaCultura-El País
https://elpais.com/cultura/2013/07/03/actualidad/1372859224_269445.html
Entrevista:DM: Antes las mujeres se callaban, no hacía falta matarlas-El País semanal
https://elpais.com/elpais/2019/04/30/eps/1556616852_299736.html
“amor robado-Traficantes de Sueños”: los dos primeros relatos de los ocho que conforman este libro sobre la violencia contra las mujeres en el ámbito doméstico.
“lee un fragmento-Galaxia Gutenberg”: tenemos ahí las 18 primeras páginas de la novela “La larga vida de Marianna Ucría”, suficientes para ponernos los dientes largos.
“Entrevista a D.M. Entre la escritura y el activismo-Historia de una narradora inconformista. Paola de Susana Solorza-Argus-a Artes y Humanidades”: entrevista con nuestra escritora en la revista de la Universidad argentina con motivo de la visita de Maraini al país en 2015.
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Fotografía de Gerlovina Gerlovin |
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Fotografía de Gerlovina Gerlovin |
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“D.M. Italia-Festival Internacional de Poesía de Medellín”: 16 poemas de Maraini
1
Hacían fiesta esa noche por la calle
se oían las risas, los tacos en el hormigón
las luces encendidas en todas las ventanas,
tenía tu mano en la mía,
noche de fin de año en el hospital,
cuánto que has sufrido, y yo contigo,
mientras las enfermeras intercambiaban regalos
y el arbolito adornado en el corredor
encendía y apagaba sus luces,
tú querías tomar algo pero estaba prohibido,
te dije: toma un traguito, sólo uno
acercándote un vasito de plástico,
en la prisa por beber lo apretaste demasiado
haciendo saltar el agua sobre las cobijas,
los ojos ciegos, la respiración ronca
pedías agua y el agua te la negaban,
la fiesta llamaba a la ventana y quería entrar
pero tú no la oías
no recordabas ni siquiera quién
estaba al lado tuyo,
tu hermana toda despeinada
tu madre con los ojos sufridos
yo que temblaba a tu lado,
abajo en la calle un ruido de coches
impacientes, estruendo de cohetes explotando en el aire,
en las otras habitaciones en cambio había silencio
los enfermos saben cuándo uno de ellos se va a ir,
no se asomaban a saludar como de costumbre
no nos deseaban felices fiestas en voz alta,
el dragón de oro quería arrastrarte del pelo,
pero tú no tenías más pelo, mi amor,
una pelusa tal vez, como decías
pidiendo una caricia sobre la cabeza desnuda,
se acababa de levantar una pequeña luna
blanda y resbalosa más allá del vidrio cerrado
en el olor áspero de vómito y morfina,
una blancura sin fin
me torció el cuello y se robó tu aliento.
(de Noche de Fin de año en el hospital)
2
Está nevando desde hace horas, el cielo está blanco
la casa se cierra como un erizo
el fuego se come el oxígeno
con lenguas azules y anaranjadas
tú te fuiste por esa puerta
en día de fiesta,
pequeño rey sin corona
caminante sin zapatos
músico sin instrumento,
te fuiste por esa ventana
dejando en el closet común
una chaqueta azul a cuadros
con la marca de los codos deformados
un par de zapatos de esquiar
número cuarenta y tres
una camisa roja y blanca
con el cuello gastado que conserva tu olor
un guante solo de lana gruesa azul
y dos camisetas de mangas cortas,
pero ¿dónde está tu cuerpo ahora?
¿dónde están tus pies veloces
caminadores, tu cuello largo
tus hermosas manos con las uñas comidas?
¿dónde tu cara pícara
tu boca de labios delgados?
¿dónde están tus ojos castaños?
Está nevando detrás de los vidrios dobles
y los bosques de Mársica se llenan
de un magnífico y desbordante asombro,
los lobos están en acecho
para comerse un carnero atrasado
los osos duermen dentro de grutas escondidas
la montaña canta con tu voz
un canto lejano de amor.
(de Noche de Fin de año en el hospital)
3
En enero, hace un año,
resolviste ibas a dejarnos
decidiendo que una tumba
era mejor que una casa,
pero no querías morir
yo lo sé, me lo dijiste
en la oscuridad, con voz dulce
mientras te estrechaba una mano
para retenerte aquí con nosotros
en el estúpido mundo de los vivos,
tu sueño sabía de anís
mientras las sierpes te chupaban la vida
eras un querubín sin cabello
querías beber cuando estaba prohibido
querías cantar cuando estaba vedado
querías reír cuando estaba impedido
y querías saltar de la cama
pero tenías ya los pies de mármol
pobres tobillos sin alas
cuánto pesaba la cabeza en la almohada
inútil el sueño de las mariposas
tus zapatos sin suela
ya se habían ido
mientras pedías un poco de agua
y una hora más de vida
(de Noche de Fin de año en el hospital)
4
De noche me despierto con tu mano
sobre el hombro tu aliento sobre el cuello
me levanto asustada
¿todavía estás aquí? te pregunto
pero no me contestas
tienes una risa pequeña
de niño y te escondes
detrás de los hombros
detrás de la almohada
detrás de las cortinas de la ventana
eres arisco como un grillo
y quisieras morderme una oreja
como haría un cachorro
te tengo que recordar que estás muerto
que te has ido sin despedirte
pero qué crueles son los pensamientos
de los vivos mientras los muertos juegan
con sus sombras distraídas
y la nieve cae con gracia
y el agua hierve
y las mandarinas aroman la habitación
cómo quisiera que estuvieras aquí
pero cuando extiendo la mano
para tocarte te me escapas
y te escondes entre las estrellas pálidas
de una noche sin luna
(de Noche de Fin de año en el hospital)
5
Toda la noche ha estado llorando un perro
¿pero era un perro?
¿o era la voz del dolor
a través de las espinas del pensamiento?
mientras te quitabas los guantes
incrustados de hielo
mientras te quitabas los zapatos
tapados de nieve
mientras te quitabas el capucho
y los párpados desafiaban
la noche con alas rayadas
mientras sonreías
y mirabas las estrellas amigas
estabas solo y suspirabas
pero querías reír lo sé
la risa como un leve
chorro de agua
te empujaba hacia
el bosque adormecido
de un invierno de Mársica
6
Una nostalgia dichosa
llamaba con voz de gato
de atrás del armario cerrado
¿Era tu voz, dime?
¿eran las huellas de tus pies
desnudos sobre las baldosas del baño?
todos duermen en la casa en penumbra
mientras cae la nieve
larvaly especiada
blanca e indómita
con la gracia impertérrita
de la naturaleza de fiesta
pero tú ¿dónde estás
dónde has hecho tu cueva
para enfrentar las iras
de la muerte y dormir
los sueños del vivo
en estas jornadas
demasiado largas
y demasiado sabihondas?
Traducciones de Martha Canfield
si amando demasiado
si amando demasiado
se acaba por no amar en absoluto
yo digo que
el amor es una ficción amarga
esos ojos como velas
que pasan y pasan sobre olas de leche
¿qué se esconde dios mío
tras esos párpados azules?
¿un pensamiento de huida
el proyecto de un desafío
la decisión de poseer?
la nave de negras velas
gira ahora hacia occidente
corre sobre olas de tinta
entre rizos de viento
y gaviotas hambrientas
en aquel puente ya lo sé
abandonaré un zapato, un diente
y buena parte de mí
el murciélago vuela bajo
el murciélago vuela bajo
se posa sin aliento
sobre una fuentecilla seca
el plátano agita
sus hojas enfermas
se cubre de gotas viscosas
nosotros tendemos las cuerdas
de un teatro de hierbas
en este verano terminal
de contornos deshilachados
un teatro de verano
en el vientre de Villa Borghese
entre ajados papeles y otros ciudadanos prodigios
un tenaz sueño romano
el teatro de la verdura
con sus telas marrones y celestes
el suelo de tierra
atravesado por raíces amarillas
como codos encallecidos
nuestros pensamientos vuelan
al encuentro de la luz de una razón descuadernada
mas ya dispuesta a convertirse en carne y en palabra
bajo el juego irresistible de los reflectores,
Villa Borghese se toca con un aire lánguido
hacia las siete de la tarde
en la leche de hojas durmientes
nos alcanza el grito del león
desde detrás del muro del zoo
en la pajarera gigante
vuela furiosa un águila prisionera
nosotros levantamos la tela
con sus franjas ribeteadas
para cubrir el escenario
de nuestros desmedidos artificios
una mariquita se posa sobre un dedo
leve, esmaltada, roja y negra
se parece al dorso
de una cucharilla de Sévres,
apuesto a que nos traerá suerte
mis noches
mis noches
de naranja amarga
estaban habitadas
por toscas ballenas blancas
y serpientes voladoras,
sabía del balanceo
de las cortinas de color de leche,
planté un níspero
en el cuenco del perro muerto
y brotó un arbolito
retorcido y enojado
que llamaré extinción
mis noches
de jazmín dulce
qué sólidas eran aquellas alas
y líquidas aquellas memorias
en la isla lejana y fiera
donde cada mañana
me despertaba un palmo
más alta y más alegre
mis noches de valeriana
han acabado siendo oscuras e insolentes
y por más que vaya apoyando
la cabeza en almohadas de plumas
en ciudades abatidas
en habitaciones que no conozco
ya no sueño con ballenas
mis noches
de diazepan
me vienen estrechas de hombros
¿qué nombre le pondré a esa golondrina
que se lleva en el pico mi vida?
guerra dentro de un plato
pero sólo para ojos curiosos:
una mujer arrastra de un brazo a una niña muerta
una casa se hace pedazos
se derrumban las paredes de yeso
¿cuántas veces hemos hablado de la guerra
pacíficamente sentados
a uno y otro lado de la mesa?
salta un coche por los aires
encima de la ensaladera
un hombre grita clavando la mirada en el vacío
de un pantalón ensangrentado
una guerra de ultramar
fluctúa en la pantalla gigante
explota, se deshace, desgarra
nuestros pensamientos violados,
los fantasmas de los dolores ajenos
¿cómo los llamaremos, dios mío
sino ramales, secreciones
de un corazón festivo?
una guerra sin contar con el pan
se consume en lo que se tarda en cenar
arden los campos
arde una escuela
arde un bosque
arden las terrazas
de un hotel de lujo
mientras mondamos la espina de un pescado
un muchacho ríe triunfal
ha perdido todos los dientes,
una guerra de ultramar
y nosotros que curioseamos, recelosos
al otro lado de un cristal empañado
bebemos cerveza
dentro de una noche violeta
y escuchamos sorprendidos
el ruido de un motor,
¿será en la guerra o fuera?
¿explotará el avión
o se deslizará entre las nubes?
una muchacha huye, descalza
un niño llora sin hacer ruido
no somos nosotros los que miramos la guerra
sino que ella nos espía
desde el otro lado de las líneas de la pantalla doble
otra granada
un casco que vuela
el cuerpo de un soldado
blando e inerte levemente pende de sí mismo
una guerra de ultramar
nos cae dulcemente en el plato
y nos la comemos con patatas
¿o es ella la que nos come
a nosotros hijos descabalados
arruinándonos para siempre
la experiencia carnal del dolor?
la mañana
por la mañana me bebo un té con miel
por la mañana me peino
por la mañana pienso en lo que he soñado
por la mañana arreglo la cama
por la mañana me pongo los zapatos
por la mañana me ciño el cinturón
por la mañana saco a pasear al perro
por la mañana compro el periódico
por la mañana abro un libro
por la mañana cierro un libro
por la mañana miro por la ventana
por la mañana me como una mandarina
por la mañana de cada mañana pienso
en la mañana que será la de mañana
soñé que volaba
soñé que volaba
muchas veces en una
una vez en muchas,
ligera sobre los tejados
con un suspiro de negra felicidad
posándome en las cornisas
sentada en equilibrio en una chimenea
cuánto cuánto cuánto
caminé por calles
de aireados horizontes
entre nubes saladas y rayos de sol
una gaviota de puntiagudo pico
un gorrión de amargas plumas
eran los únicos acompañantes
de una conciencia dormida
querría saber volar
en sueños todavía,
como una golondrina,
de una teja en otra
y escupir luego sobre las cabezas
de los transeúntes y reírme
de su sorpresa, ¿llueve?
¿o son las lágrimas de un dios enfermo?
todavía vuelo, pero en las treguas del sueño
el pie
ya sin ligereza
resbala, una mano se agarra
al canalón y huye
querría volar volando
y llenar de alegría
las espinas de la oscuridad
viajando con paso de zorro
viajando con paso de zorro
qué amargos son los aires
de una mañana en la que se parte
qué insensatos esos pasos
entre una estación y otra
entre un sorbo y otro
mientras vamos
yo vagabunda
tú sedentario indolente
viajando en un avión
que evoca plátanos y nubes negras
nos llamamos desde lejos
¿cómo estás? ¿y tú?
tengo miedo del futuro
por eso me lo como
mientras con pasos púdicos
me doy una vuelta al mundo
querría llevarte conmigo
pero no apareces
tú que estás siempre en casa
tú que conoces la ausencia
yo hago las maletas
yo parto
tú te quedas
y mañana adiós
pero dónde voy
si ya no hay aviones
ya no hay trenes
ya no hay estaciones
ya ni siquiera hay viajes
¿estás bien? ¿y tú?
yo mañana me voy
con maleta o sin ella
porque allá allá me espera
la nostalgia del regreso
grandes deseos de viajar
grandes deseos de viajar
mi niño
¿vendrías a Perú
conmigo sin maletas,
calzando
las zapatillas celestes de gimnasia?
si al menos partiéramos
si al menos partiéramos
de aquí al anochecer
si al menos partiéramos
no podríamos sosegarnos
y partiríamos desarraigados pero partiríamos
bien esta es la teoría de la partida pospuesta
si al menos la partida tuviera el aliento de un ladrón
nosotros partiríamos al anochecer
lengua en boca
la partida tiene un vagón en medio
que no para en las estaciones habituales
siendo la partida una parada
nosotros entendemos de viajes demediados
más que nada de partidas y regresos
quizá no tornaríamos si la casa no fuera
otro viaje que se entrevé por la ventana
y entre ir y venir
en medio quedarse es un modo de empezar de nuevo
allí de donde nunca se ha partido
ciertamente nos fuimos pero no volveremos
pues el regreso tuvo lugar ya hace años
y nuestro viaje ahora nos agarrota los pies
si no hubiéramos ya partido
podría yo ahora partir contenta
porque sé que volvería,
para nosotros viajeros de nacimiento
el olor es ése, inconfundible
del regreso ya iniciado e inconcluso
mañana a las siete
mañana a las siete
haremos las maletas
mientras la noche duerme
y las cortinas vuelan
y el tilo respira
y la hierbabuena monta la casa
en los pesebres de los lobos
y las rosas se abren lentas
y las tórtolas se posan en el alféizar
y tú no telefoneas
y nada sale a derechas
me pongo un dedo en la boca
doy un paso en falso
me caigo para levantarme
me levanto para caerme,
qué demonios pasa
que me ofusca los sentidos
qué es lo que exhala
en mi cuello como el aliento frío
de un amable vampiro
de viaje en viaje
de viaje en viaje
se descubrió que
había cruzado ríos y selvas
pero de aquella mujer
que dormía en su cama
que tenía nombre de flor
ni se había enterado…
Traducciones de Miguel Ángel Cuevas
http://silaba.com.co/resena/dacia-maraini-poeta-de-la-memoria-los-viajes/
“D.M.-Poemas del Alma”
https://www.poemas-del-alma.com/blog/especiales/mujer-siempre-protagonista
, “D.M.: La discriminación viene de arriba-Cordópolis” o “D.M. presentó sus poemas en español-El Mundo.com” pero no contienen poemas; son información, reseñas o crítica.
"AMA Y HAZ LO QUE PUEDAS". (ANDRES ORTIZ OSES).
.
Primero el oscuro mare
comienza a respirar suavemente en verde
en luz y luminosos verdes
hasta que hay como un azul
de nervios sobre el agua. soñando
y los nervios del color del agua son las branquias
del primer pez que respira
la primera tierra el primer ojo
-térreo
hasta que hay lo que no debiera haber aquí
en las aguas
blancas
huellas en la arena desde el fondo del océano
se convierten en el estrecho camino a Eleuthera
largo y fino sobre el agua caminando
hasta que de repente hay una piedra negra
un oscuro
velo de kábala rodeado por espiras
de culto agua verde vieiras
replegándose en sí mismas como suaves
joyas el primer pez enorme
desde la creación
con nervios venas vislumbre
de una cola y profundos canales en medio
donde habrá montañas y crestas
y pueblos e índigo azures puestas de sol de
lapislázuli y blanca sal marcando sus bordes levemente estriados
y extendiéndose en miles de idiomas. millas
de labiales fluyendo suaves. como amor translúcido
en el agua. este pez
del aire de tantos y tantos esclarecimientos
y 10 mil años más tarde hay árboles
brilla el sol y se oye lluvia y calles blancas y casas
y gentes caminan y hablan entre sí en el agua y a través
de su eco azul y piensan en caballos
y casas y ahora poco después de mediodía hay grandes ob
-longas rojeces como una mancha de leche y una
gran araña se extiende a lo largo del pálido y vidrioso fondo
del agua. y este gran planeta llevándonos hacia arriba hacia abajo
fuera de este silencio y flotando y bendiciendo el agua.
https://es.globalvoices.org/2020/02/22/poeta-barbadense-kamau-brathwaite-deja-legado-de-un-idioma/
El poeta barbadense está considerado como uno de los más reputados escritores caribeños. Estudió con una beca en Cambridge Inglés e Historia, centró su vida en el estudio de las formas culturales de la gente de raza negra, tanto en África como en la diáspora, sobre todo del complejo patrimonio caribeño. Comenzó escribiendo sobre jazz, blues o los ritmos africanos llevados al Caribe por los esclavos. También le interesaron mucho las lenguas mestizas del Caribe, tan distintas del inglés, francés o castellano oficiales. Vivió y trabajó en otros países antillanos, como Jamaica y Guyana, y africanos: trabajó para el Ministerio de Educación de la recién independizada Ghana en la elaboración de libros de texto; y en la otra punta de África, trabajó así mismo en la Universidad de Nairobi, en Kenia, donde por lo visto fue la abuela del escritor keniata Ngugi wa Thiong`o quien le otorgó el nombre swahili de “Kamau”, porque el nombre real de nuestro escritor es Edward. En 1966 fue cofundador del Movimiento de Artistas del Caribe. Dio clases de Literatura Comparada en la New York University.
Brathwaite,
Edward Kamau (1930-2020).
Poeta, narrador,
dramaturgo, historiador, crítico literario y profesor universitario de
Barbados, nacido en Bridgetown el 11 de mayo de 1930 y fallecido el 4 de
febrero de 2020. Aunque su auténtico nombre era el de Larson Edward Brathwaite,
desde los orígenes de su carrera literaria firmó sus obras como Edward
Brathwaite, y a partir de los años sesenta incorporó el apelativo de Kamau entre
su primer nombre y su apellido (Edward Kamau Brathwaite). Excelso
representante de lo que se ha dado en denominar literatura de la
negritud, fue una de las figuras más brillantes -y de mayor proyección
universal- de la literatura antillana.
Hijo del funcionario Hilton
Brathwaite, recibió desde niño una esmerada educación en el Harrison College,
uno de los centros de enseñanza más prestigiosos de su pequeña isla (a la
sazón, dependiente de la Corona británica). Allí tuvo ocasión de demostrar
precozmente su asombrosa capacidad intelectual, que le valió para obtener, a
los veinte años de edad, una beca de estudios en el Pembroke College de la
Universidad de Cambridge (Reino Unido).
Coincidiendo con la
obtención de esa ayuda que habría de cambiar decisivamente el curso de su vida
(al abrirle un sinfín de caminos que, desgraciadamente, no pasan nunca por el
reducido ámbito geo-cultural caribeño), el joven Brathwaite empezó a darse a
conocer como escritor por medio de una serie de cuentos y poemas primerizos que
vieron la luz entre las páginas de la revista antillana Bim.
Ya en Inglaterra -donde
jamás dejó de sentir una amarga sensación de desarraigo, a pesar de que, por
aquel entonces, era un ciudadano británico de pleno derecho-, cursó con gran
provecho sus estudios de Artes y Letras y, tras graduarse con máximos honores
en 1953, realizó un curso de especialista en Ciencias de la Educación que le
facultó para impartir clases en cualquier rincón de la Comunidad Británica de
Naciones (Commonwealth of Nations). Decidió, entonces, ganarse la vida como
profesor, pero sin regresar de momento al territorio caribeño que había dejado
atrás por esa necesidad de emigrar que -según dejó escrito, poco después, en la
revista Bim- se le antojaba inherente al espíritu antillano. Y así,
envió numerosas solicitudes de empleo a múltiples instituciones docentes de los
diferentes países que tenían relaciones con el servicio colonial británico
(British colonial service), hasta que, en 1955, le concedieron un puesto de
funcionario del Ministerio de Educación en el territorio africano entonces
conocido como Costa de Oro (Gold Coast).
Se trataba del actual
estado de Ghana, que por aquel tiempo estrenaba independencia y se incorporaba
a su vez a la Commonwealth (1957). Allí, acogido por una jovencísima nación en
la que no se sentía extranjero (al contrario de lo que le había ocurrido en
Gran Bretaña), Brathwaite asimiló a la perfección el ritmo y los temas del
verso africano, así como los mitos precoloniales del Continente Negro.
Claramente influido por Kwabena Nketia -director del Instituto de Ghana para el
Estudio de la Cultura Africana-, el joven escritor antillano estudió a fondo
las raíces de la negritud y empezó a incorporar estos saberes a su propia obra,
al tiempo que desplegaba una intensa labor dentro de esa parcela educativa que
le había atraído a aquellas tierras.
Volcado, en efecto, a la
docencia, inventó juegos educativos y escribió libros destinados únicamente a
favorecer el aprendizaje de los niños de corta edad. Fundó, además, un pequeño
teatro para menores, en el que, entre otros divertimentos literarios menores,
estrenó su interesante pieza infantil Odale's Choice (La
opción de Odale), que más tarde habría de ser puesta en escena también por
el Taller de Teatro de Trinidad (Trinidad Theatre Workshop).
Plenamente integrado, en
fin, en la vida social y cultural de Ghana, contrajo nupcias con Doris Welcome
-con la que habría de tener un hijo- y permaneció en aquel rincón africano
hasta 1962, fecha en la que por fin creyó oportuno regresar a las Antillas,
donde se le ofreció el puesto de tutor en el Departamento de Estudios para
Alumnos Externos (Department of Extra-Mural Studies) de la sede ocupada en la
isla de Santa Lucía por la Universidad de las Antillas (University of the West
Indies).
Tras un año de estancia en
la bellísima isla de Santa Lucía, Brathwaite fue destinado por su universidad al
campus de Mona, en Kingston (Jamaica), con el nuevo cargo de Profesor Titular
de Historia. A partir de entonces, felizmente radicado en Jamaica, el escritor
de Barbados tomó plena consciencia de la necesidad de emprender un vasto y
ambicioso proyecto de promoción cultural interna de las islas antillanas y, a
la par, de divulgación hacia el exterior de sus propias señas de identidad,
claramente entroncadas con el remoto pasado africano de sus pobladores.
Miembro del equipo
editorial de la revista Bim (de su Barbados natal) desde mucho
tiempo atrás, Brathwaite fue uno de los fundadores y principales animadores del
Movimiento de Artistas del Caribe (Caribbean Artists' Movement), del que fue
Secretario entre 1966 y 1970; y participó también de forma activa en el
lanzamiento de la revista Savacou, el órgano portavoz de dicho
movimiento. Atento, además, a sus funciones de pedagogo, preparó varios
programas didácticos para diversas instituciones educativas oficiales, como el
Windward Island Broadcasting Service. Brathwaite ya había tenido ocasión de
ejercer como animador cultural en su juventud, antes de su marcha a Gran
Bretaña en calidad de becario, cuando logró acceder a una emisora de radio de
Barbados para lanzar un programa de jazz (modalidad musical
que le apasionó a lo largo de toda su vida, hasta el extremo de imbricarla
explícitamente en muchas de sus composiciones poéticas).
En 1965 volvió a abandonar
las Antillas para partir nuevamente hacia Inglaterra, esta vez para gozar de
una beca otorgada por el Arts Council of Great Britain. Matriculado en la
prestigiosa Universidad de Sussex, realizó allí una brillante tesis que le
proporcionó el grado de doctor en Filosofía y Letras en 1968, y que al cabo de
tres años fue publicada en forma de libro bajo el título de The
Development of Creole Society in Jamaica, 1770-1820 (El desarrollo
de la sociedad criolla en Jamaica, 1770-1820 [Oxford: Clarendon Press,
1971]). Convertido, ya por aquel entonces, en la cabeza visible de ese vasto
movimiento en defensa y promoción de la identidad antillana, consiguió, entre
otros logros, que el dialecto criollo empleado por las clases populares de
Jamaica (el creole, tradicionalmente despreciado por la cultura
oficial) entrase a formar parte de los programas de estudio de todas las
escuelas de la isla.
Coincidiendo con aquel
período de estudio e investigación que dedicó a su tesis doctoral, Edward Kamau
Brathwaite completó el ambicioso trabajo poético que habría de otorgarle fama
universal. Se trata de su trilogía lírica conocida por el nombre de The
Arrivants (Los recién llegados), e integrada Rights of
Passage (Derechos de pasaje [London: Oxford University
Press, 1967]), Masks (Máscaras [London: Oxford
University Press, 1968]) e Islands (Islas [London:
Oxford University Press, 1969]). Este último poemario fue galardonado en 1970
con el Premio Cholmondely, uno de los más relevantes de las Letras en lengua
inglesa, lo que supuso una enorme proyección internacional para la obra y las
ideas del poeta y profesor de Barbados.
Fruto de esta divulgación
mundial de sus versos y sus ensayos sobre la identidad antillana fue la beca
que, en 1972, le otorgó la prestigiosa Fundación Guggenheim para que pudiera
consagrar la mayor parte de su tiempo a la escritura poética. Aquel mismo año
se terminó de grabar, en varios discos, la trilogía The Arrivants,
trabajo emprendido por la División Argo de la Decca Records Company. Brathwaite
veía así cumplido su viejo sueño de unir, por medio de su propio talento, la
poesía y la música.
En 1973 salió de los tórculos
la primera edición conjunta de los poemarios que conforman la mencionada
trilogía, edición publicada bajo el título de The Arrivants. A New
World Trilogy (Los recién llegados. Una trilogía del Nuevo Mundo [London:
Oxford University Press, 1973]). Tres años después, Brathwaite se consagró
definitivamente como una de las voces poéticas más relevantes de la segunda
mitad del siglo XX, al obtener el renombrado Premio Casa de las Américas (de
Cuba) por una nueva colección de versos titulada Black Blues (La
Habana: Ed. Casa de las Américas, col. "Premio", 1976), que fue
publicada simultáneamente en dos ediciones distintas: una en el idioma en que
había sido originariamente escrita (inglés), y otra en una traducción al
castellano supervisada por el propio Brathwaite. Al cabo de diez años, el
escritor antillano habría de obtener nuevamente el Premio Casa de las Américas,
aunque esta vez en su modalidad de ensayo, por una obra titulada Roots (Raíces [La
Habana: Ed. Casa de Las Américas, col. "Premio", 1986]).
Tres años antes de la
aparición esta colección de textos ensayísticos, Edward Kamau Brathwaite había
sido designado Profesor Titular de Historia Social y Cultural de la University
of the West Indies (Universidad de las Antillas), empleo docente que desempeñó
hasta 1991. Luego, ya jubilado, se dedicó a recorrer diversas universidades de
América en calidad de profesor invitado, y llegó incluso a aceptar en 1993 un
puesto de Profesor de Literatura Comparada en la Universidad de Nueva York. De
aquel mismo año data también su libro The Zea Mexican Diary (1993),
escrito en 1986, cuando supo que su mujer iba a morir víctima de un cáncer
incurable.
En sus tres primeros
poemarios -Rights of Passage (1967), Masks (1968)
e Islands (1969)- Brathwaite plasmó todas las vivencias, los
anhelos y las inquietudes de la población antillana, con especial interés en el
reflejo de una identidad específica que, tras haber buscado y hallado sus
propias raíces, decide que la tierra donde tiene que asentarse definitivamente
no es la remota África de los ancestros ni la omnipresente Europa que le dejó
su legado cultural, sino el genuino territorio antillano. Esta excepcional
trilogía se abre, en efecto, con un viaje iniciático que habrá de permitir, a
quien lo realiza, regresar al Caribe con una perspectiva mucho más amplia,
capaz de brindarle una nueva conciencia de sí mismo, después de haber recorrido
Europa y África y haber comprendido allí que la idiosincrasia antillana tiene
una personalidad propia y específica, independiente de las identidades de sus
ancestros.
Pero, además de ahondar con
asombrosa lucidez en este asunto de la identidad antillana, Brathwaite ofrece
en estos tres poemarios un asombroso repertorio de las costumbres, los
paisajes, el arte, la cultura, el pensamiento y las formas de vida
características de las islas de donde procede. Particularmente notable es la
importancia que cobra, dentro de su poesía, todo lo relacionado con la música:
el jazz, los ritmos africanos, los himnos religiosos, los cánticos de trabajo,
la canción folklórica caribeña, etc. Brathwaite puso de moda, entre los poetas
de su ámbito geo-cultural, el recitado en público de sus versos acompañando la
declamación con el toque de tambores y otros instrumentos típicos de la música
popular; y llegó, incluso, a imitar en su propio estilo de escritura poética un
ritmo irregular, de quiebros e interrupciones sincopadas, que recuerda, por un
lado, la improvisación característica de una banda de jazz, y, por otra parte,
los sonidos típicos de la música folklórica africana.
Al mismo tiempo, Brathwaite
hizo alarde de un poderoso aliento cosmopolita que, sabiamente combinado con
esas reminiscencias de la cultura negra ancestral, convirtió su obra poética en
una de las muestras más acabadas de lo que puede denominarse mestizaje
literario o, sencillamente, sincretismo cultural. En efecto, durante sus
estancias en Gran Bretaña el poeta de Barbados asimiló a la perfección algunos
de los rasgos más destacados de la moderna poesía inglesa -fundamentalmente, de
la escrita por T. S. Eliot-; y adaptó también a su
escritura elementos temáticos y formales propios del psicoanálisis, la
escritura automática y el culturalismo literario (con todo su bagaje de
referencias bíblicas, históricas, artísticas, etc.).
Además de los tres
poemarios que conforman The Arrivants, Edward Kamau Brathwaite
publicó una densa y variada producción poética en la que caben reseñar títulos
tan notables como Panda No. 349 (1967), Other Exiles (1975), Days
and Nights (1975), Black and Blues (1976), Mother
Poem (1977), Soweto (1979), World Making Man:
A Poem for Nicolas Guillen (1979), Sun Poem (1982), Third
World Poems (1983), X/self (1987), The Zea
Mexican Diary, 7 September 1926 - 7 September 1986 (1993), Trenchtown
Rock (1993) y Roots (1993).
Entre sus numerosos libros
de ensayo e investigación, sobresalen los titulados The People Who Came (1968-1972), The
Development of Creole Society in Jamaica, 1770-1820 (1971), Folk
Culture of the Slaves in Jamaica (1972), Caribbean Man in Space and Time (1974), Contradictory
Omens: Cultural Diversity and Integration in the Caribbean (1974), Our
Ancestral Heritage: A Bibliography of the English Speaking Caribbean designed
to record and celebrate the several origins of our structural, material, and
creative culture, and to indicate how this is being used by us to mek ah-we (1976), Wars
of Respect: Nanny, Sam Sharpe, and the Struggle for People's Liberation (1977), Barbados
Poetry 1661-1979: a checklist: books, pamphlets, broadsheets, 1686-1978 (1979), Jamaica
Poetry, a checklist: books, pamphlets, broadsheets 1686-1978 (1979), Afternoon
of the Status Crow (1980), Gods of the Middle Passage (1982), National
Language Poetry (1982), Kumina (1982), The
Colonial Encounter: Language (1984), History of the Voice: the
Development of Nation Language in Anglophone Caribbean Poetry (1986), Roots:
Essay (1986), Jah Music (1986), Visibility
Trigger / Le detonateur de visibilite (1987), The Poet and His
Place in Barbadian Culture (1987), Sappho Sakyi's Meditations (1989), Shar (1990)
y Middle Passages (1992).
Autor de algunas
interesantes antologías como Iouanaloa: Recent Writing from St. Lucia (1963), New
Poets from Jamaica (1979) y Dream Rock (1987), Edward
Kamau Brathwaite publicó también dos libros con piezas teatrales salidas de su
pluma: Four Plays for Primary Schools (1964) y Odale's
Choice (1967).
El escritor Edward Kamau Brathwaite
El escritor Edward Kamau Brathwaite, una de las grandes
figuras de la literatura caribeña anglófona en el siglo XX «nacido en la isla
de Barbados en 1930», quien acaba de fallecer este 4 de febrero, de 2020, en su
país natal, fue acreedor de dos poremios Casa de las Américas, trajo a Cuba su
voz y su presencia de aliento liberador
El escritor Edward Kamau Brathwaite, una de las grandes figuras de la literatura caribeña anglófona en el siglo XX «nacido en la isla de Barbados en 1930», acaba de fallecer este 4 de febrero, de 2020, en su país natal.
Acreedor de dos premios Casa de las Américas, este poeta, trajo
a Cuba con su voz y su presencia el aliento más liberador pues sus versos nos
invitaron, como pocos, no sólo a la reflexión sino a la danza más rutilante,
pues había encontrado un equilibrio espiritual reconociendo su pertenencia a
casi todas las islas antillanas. Sus dos premios, abrieron nuevas rutas y
desbrozaron el camino que recorremos en este 2020. Así lo revelan su poemario
Black + Blues (1976) y un volumen de ensayos Roots (1986).
En su extensa carrera literaria, Kamau cultivó casi todos los
géneros literarios y se desempeñó en los más prestigiosos centros docentes de
la región, Inglaterra y Estados Unidos. Historiador, poeta, crítico y profesor su
labor principal fue la escritura cuyos resultados siempre le sirvieron de
herramienta para despejar la incógnita de su identidad y de la nuestra. Esos
fueron los signos vitales de su incesante producción a través de la cual sentó
las bases de su visión acerca de los fenómenos culturales, sociales y políticos
de una literatura emergente con una vocación descolonizadora innegable.
Entre las contribuciones más importantes de su obra, cualquier
lector advertirá, a primera vista, un indefinible amor hacia las costumbres de
los suyos así como a sus orígenes. El Caribe y sus islas transcurren como el
agua de sus ríos y de su mar. Pero lo que más trasciende en su expresión es
haber colocado la palabra hablada en el centro de su proyecto intelectual. El
habla de los antillanos, seleccionada por él con gran astucia; su auténtico
modo de proceder es el surtidor de una estética que siempre miró hacia la
experiencia histórica común que suministraron la trata y la esclavitud de los
africanos traídos a todo el continente de forma violenta, despojados,
brutalmente, de sus tierras, de sus comunidades, de sus familias. Para el gran
crítico y profesor Edward Baugh, fundador de revistas y testigo excepcional de
los más significativos movimientos del arte y la literatura caribeños, Kamau
representa una eficacia, un fervor y una voluntad que lo sitúa junto a la
jamaicana Lorna Goodison y Derek Walcott (Premio Nobel, 1992). Asimismo, los
cubanos Emilio Jorge Rodríguez e Ileana Sánz exaltaron «en sus estudios sobre
Kamau» esa preferencia suya por la oralidad, por lo autóctono, no así por
cierta corriente en donde prevalecieron falsos valores cosmopolitas.
África y la travesía forzada de sus hijos transita por los
poemas, los ensayos y las investigaciones de Kamau. Fue un estudioso sistemático
de las diásporas africanas sobre todo en América. Ahora podemos repetir con él
su eterna divisa: «Uno de nuestros propósitos es crear nuestra propia
autoridad».
El Cerro, 5 de febrero, 2020
Escrito porJanine Mendes-Franco
Traducido porAnalia Brambilla
Poeta barbadense Kamau Brathwaite dando lectura a su poema «Calypso» en «Calypso» en la Universidad de Virginia, abril de 2008. Captura de pantalla de un video de YouTube publicado por RJ Ramazani.
El querido poeta barbadense Kamau Brathwaite, cuya voz única fue reconocida
universalmente como parte integral del canon de la literatura de las Indias
Occidentales de la posguerra, murió el 4 de febrero de 2020 a los 89 años.
Nació como Lawson Edward Brathwaite, su evolución a Kamau
Brathwaite —la deliberada unión de su nombre africano elegido y su
apellido británico– es representativa del espacio que creó para la coexistencia
de ambos. Su trabajo, reconocido por la innovadora «criollización» del
lenguaje, fue esencial para ayudar a forjar un sentido de identidad regional
tras las dolorosas secuelas de la esclavitud y la colonización. Junto a
escritores como Derek Walcott y V.S. Naipaul, Brathwaite ayudó a elevar la voz
caribeña para que llegue a oídos de todo el mundo.
Comenzó en
la audaz revista literaria Bim de Frank Collymore, que dio lugar al trabajo de
escritores emergentes junto con otros autores más establecidos y publicados de
la India Occidental. Memo del blog La-La
Land sugirió:
Pero si el aliento de [Frank] Collymore mantuvo viva la vena
poética en Brathwaite, su tiempo en la Costa Dorada (actual Ghana) de 1955 a
1962 fue lo que construyó la vívida imagen en su mente de la estrecha relación
entre los africanos y las experiencias caribeñas. En mi opinión, la búsqueda de
toda la vida de Brathwaite se basa en la premisa de que la cultura caribeña se
encuentra intrínsecamente conectada a la cultura africana, no a través de una
conexión etérea o genética, sino por medio de una transformación activa de las
normas sociales que tuvo lugar durante más de tres siglos de esclavitud […]
En una región donde décadas más tarde todavía existe
un debate sobre
el uso del inglés
«adecuado» versus el «dialectal», Brathwaite acuñó el término «idioma de la nación», al que definió
como «el tipo de inglés hablado por personas que fueron llevadas al Caribe, no
el inglés oficial actual, sino el idioma de los esclavos y trabajadores, los
sirvientes que fueron trasladados”.
Su inteligente y amorosa defensa de este híbrido no solo
es válida en términos de lenguaje, sino que es parte integral de la identidad
caribeña que inspiró a muchos otros escritores de la India Occidental,
incluidos Sam Selvon y Louise Bennett. Logró también
agregar valor a la tradición oral de la región, a través de la cual se mantuvieron
y transmitieron muchas costumbres africanas en el transcurso del comercio transatlántico
de esclavos.
Como expresó en Facebook
la usuaria Tara Inniss-Gibbs:
Leer a Kamau es lo más cercano a sentir en una página la intensa
emoción del trauma y el amor por un idioma que no es el tuyo …
Memo del blog La-La Land explicó más
detalladamente:
Brathwaite afirma a través de su poesía que el discurso oral es
el rey. […] Por ejemplo, en 1992 Brathwaite publicó una selección de poemas,
principalmente de sus dos primeras trilogías, ‘The Arrivants’ (“Los Recién Llegados”,
1972) y ‘Other Exiles’ (“Otros Exilios”, 1975), en esta etapa había descubierto
las ventajas de trabajar en una computadora, que lo llevó a desarrollar los
textos de ‘estilo de video Sycorax’, otra forma de describir el uso de varios
estilos y tamaños de fuente en todo el libro. Los cambios ocurren tanto dentro
de un poema como desde un poema hacia otro, y el espectacular efecto gráfico se
presta a ser descartado como un capricho estético, o una oda a las maravillas
de la tecnología. Sin embargo, tras un segundo escrutinio, se hace evidente que
las innovaciones gráficas en realidad se incluyen para resaltar y reproducir el
énfasis natural y la modulación pertenecientes al discurso caribeño.
Las primeras tres colecciones de poesía de Brathwaite –
«Rights of Passage» («Derechos de paso»), «Masks» («Máscaras») e «Islands»
(«Islas») – publicadas en rápida sucesión en 1967, 1968 y 1969, le valieron el
reconocimiento mundial y la aclamación de la crítica. Posteriormente, se
volvieron a publicar como «The Arrivants» («Los Recién
Llegados»). Su trilogía posterior – «Mother Poem» («Poema Madre», 1977), «Sun
Poem» («Poema Sol», 1982) y «X / Self» («Ser/X», 1987) – también profundizó en
cuestiones de identidad.
Una vez comunicado su fallecimiento en redes sociales, los internautas
locales comenzaron a compartir sus recuerdos. Al publicar
las palabras de su poema «Calypso» («Calipso»), la artista multimedia y
conservadora barbadense, Annalee Davis, escribió en Facebook:
Recuerdo su conferencia en Frank Collymore Hall hace muchos años: esa hermosa entonación en su voz, una cadencia que solo podría ser de Barbados, y una forma única de usar su propia lengua que honró nuestra identidad. […]
El uso que hacía del idioma de la nación y la magnitud del
trabajo que produjo nos deja una huella imborrable y sé que los habitantes de
todo el Caribe y quienes viven fuera llorarán su fallecimiento como lo haremos
en Barbados.
La primera ministra del país, Mia Mottley, rindió homenaje a Brathwaite
definiéndolo como «fácilmente, uno de los titanes de la literatura y las artes pos
coloniales». En tanto que el Instituto George
Padmore lo describió como el «tercero de un trío de fundadores
pancaribeños del seminario Movimiento de Artistas Caribeños ”(los otros dos son
el trinitense John La Rose y Andrew Salkey, de Jamaica).
En Facebook, Candace Ward escribió que «como
caribenista, la influencia de Brathwaite en [su] trabajo fue profunda»,
mientras que el académico Bartosz Wójcik lo recordó por su
amabilidad y el profesor Kenneth Ramchand destacó la gran contribución de Brathwaite:
Kamau fue versátil y siempre interesante. Escribió un libro muy
importante sobre la criollización, brindó un amplio discurso sobre el «idioma
de la nación» que demostró de manera brillante en su poesía, y fue la principal
influencia en el eventual descubrimiento de la región sobre las poderosas
tradiciones populares y orales. Su trabajo y sus teorías se alimentaron de los
vínculos subterráneos entre el Caribe, África y la expansión africana, y fue
especialmente sensible a la música, los ritmos y las imágenes de la cultura
afroamericana. […] Nunca he vacilado en mi admiración por su apasionado interés
en nuestra cultura y sociedad, la revelación de su nativo Barbados como raíz y
símbolo resplandeciente, sumado a la incesante experimentación formal en su
verso. Es un consuelo saber que, como Walcott y [Wilson] Harris, no lo
olvidaremos, porque ha pasado a la conciencia de nuestra civilización.
Kamau Brathwaite también fue un respetado educador de
nivel académico; estudió en el Pembroke College de la Universidad de Cambridge
y obtuvo un doctorado de la Universidad de Sussex. Recibió las becas Guggenheim
y Fulbright y publicó muchos libros sobre cultura e identidad africanas.
El tiempo que pasó en
Ghana como funcionario en el rubro área de educación tuvo gran
impacto en su comprensión sobre la experiencia de los negros. Algunos de sus
importantes trabajos académicos incluyen «Folk Culture of the Slaves in
Jamaica» (“Cultura popular de los esclavos en Jamaica”, 1970), «Afternoon of
the Status Crow» (“La tarde del cuervo del estado», 1982) y «History of the
Voice» (“Historia de la voz”, 1984) en la que presentó sus teorías sobre el
idioma de la nación. También tuvo períodos como catedrático en la Universidad
de Nueva York y en la Universidad de las Indias Occidentales.
Muy reconocido en el mundo literario, Brathwaite fue
el ganador internacional
del Premio de Poesía año 2006 Griffin gracias a su
colección «Born to Slow Horses» («Nacidos
para Caballos Lentos»). También ganó el Premio Internacional de
Poesía Neustadt (1994), la Medalla de Oro Musgrave
de Literatura del Instituto de Jamaica (2006), la Medalla Robert Frost de la
Sociedad Americana de Poesía (2015) y el Premio de Poesía
PEN/Voelcker (2018).
Sin embargo, por mucho que sus escritos académicos
relataran la experiencia caribeña posterior a la colonización, es la poesía de
Brathwaite la que captura la imaginación de la región y del mundo. En palabras
que Richard Drayton publicó en
Facebook:
.[Era] un poeta o chamán, su nombre resonará para siempre cada
vez que los caribeños traten de entender el sentido de sí
http://f1.telesurtv.net/news/barbados-poeta-edward-kamau-brathwaite-deceso-20200205-0014.html
Kamau, como se le conocía familiarmente, dejó una marca indeleble en el paisaje cultural de Barbados y en todo el mundo literario.
Uno de
los mayores poetas de
Barbados, Edward "Kamau" Brathwaite, ampliamente
considerado como una de las principales
voces literarias del Caribe, murió a los 89 años de edad, reportó
este miércoles la prensa local.
Kamau, como se le conocía familiarmente, nació el 11 de mayo de 1930 en Bridgetown, y fue nombrado inicialmente como Lawson Edward Brathwaite, y dejó una marca indeleble en el paisaje cultural de Barbados y en todo el mundo literario.
El también historiador se educó en el Harrison College, en
Pembroke College de la universidad de Cambridge y un doctorado en filosofía en
la Universidad de Sussex, además recibió las becas Guggenheim y Fulbright en
1983.
El intelectual barbadense fue cofundador del Movimiento de
Artistas del Caribe (CAM) en Londres , un grupo activo entre 1966 y 1972
con el objetivo de construir una identidad cultural común y lingüística.
De acuerdo con expertos de su obra, Brathwaite ha
reevaluado una tradición cultural que, habiendo sobrevivido a todas las formas
de opresión, se ha perpetuado en formas orales (relatos de hadas, cuentos,
mitos) y canciones populares.
Brathwaite ha identificado en el "idioma de la nación",
una especie de criollo mezclado con inglés, africano y dialectos, la riqueza de
la cultura antillana, resultado de una fusión única y original de grupos
étnicos que han vivido juntos durante siglos.
Al sustituir el "idioma de la nación" por el inglés
culto, pretendía expresar una realidad violenta y apasionada en recuerdo de la
diáspora africana que durante siglos fue víctima de esclavitud en países de lo
que es hoy América Latina y El Caribe.
Kamau consiguió, entre otros logros, que el dialecto criollo
empleado por las clases populares de Jamaica (el creole, tradicionalmente
despreciado por la cultura oficial) entrase a formar parte de los programas de
estudio de todas las escuelas de la isla, según una reseña del sitio
mcnbiografìas.com.
Los premios que obtuvo durante su larga carrera incluyeron el
Premio Internacional de Literatura Neustadt de 1994, el Premio Bussa, el Premio
de Poesía de la Casa de las Américas y la Cita de Charity Randall de 1999.
Fue funcionario de educación en Ghana desde 1955 hasta 1962 antes
de regresar al Caribe para enseñar en Santa Lucía y más tarde en la Universidad
de las Indias Occidentales, Jamaica.
La primera ministra de Barbados, Mia Mottley, expresó sus
condolencias a su familia y expresó que Kamau "arrojó una luz
poderosa sobre las realidades de nuestro presente y, a su vez, guió nuestro
sentido de identidad propia y nacional".
"Su alcance e influencia no se limitaron a su amado Barbados
y el Caribe. Su mandato como educador en instituciones desde Ghana hasta
América permitió a estudiantes de todas las etnias y antecedentes experimentar
su magia con las palabras", indicó en un comunicado.
"Sin embargo, en última instancia, el legado de Kamau y el
regalo intemporal para todos nosotros es su trabajo poderosamente
conmovedor", recalcó Mottley.
Desde "Odale's Choice" y "The Arrivants" hasta
"Mother Poem" y "Born to Slow Horses", nos deja valiosos
tesoros literarios que deleitarán y moldearán nuestras mentes para las
generaciones venideras, remató la primera ministra.
como
los principios —oh odales oh adagios—de las islas
bajo las nubes donde escribo el primer poema
su calor marrón ahora que las reconocemos
aún a esta distancia de tormenta
todavía sin sonido. tanta esperanza
ahora en torno al corazón rayo que empecé a llorar
con tanta felicidad de un paisaje conocido
tal genio del color. forma de la bahía. cabo
los oscuros yermos de las cadenas de
montañas. una puerta abriéndose en el cielo
hasta bien abajo penetrado estos nuevos azules y
dormidos amarillos verdes — como el abrazo
de una madre como el cercamiento
de un amante. como bancos
de peces emigrando hacia su patria. adentrándose
en la luz brillante de la expectativa. nacimiento de
estos largos caminos a lo largo de la orilla de Eleuthera
ahora hundiéndose en su memoria detrás de nosotros
Para
Miles Davis
Se marea
con la altura
berrea el sol
oye
sólo el bronce
de su ánimo
si volara
sería
águila
miraría
yacer la
tierra suave
contornos
yacen campos
rayados
las casas encajan en los valles
podría ver nubes
sobre el agua
bogar por tierra como cascos de enormes barcos
pero es sólo
un gallo
no ve
nada
no oye
nada
aspira
al cielo
con ojos
cerrados
el cuello
hinchado .
&
trinó hasta que un ojo
se A
brió a la luna
&
azules notas osci.
laron osci.
laron de las tres.
esquinas del útero
.
cuando se acabó
el
clic cloc
el
reloj
paró
. & la
roca de su
cráneo se cayó
Así desvalido
así
sin guía,
sin héroes,
te encontramos: amante
guerrero, tú que odias,
llegando por las hileras
del bosque
pie suave
al suave suelo
del silencio:
nos encontramos en el túnel
sucio de hojas.
Artilla
tu mosquete apun
ta sonó
fuego y nuestros
guerreros de firmes
carnes, cálidos,
picados por
moscas
cayeron.
Cuánto
Cuánto
Oh Señor
Oh demonio
Oh fuego
Oh flama
hemos andado
hemos viajado
hasta aquí
a este encuentro
este susto
y vergüenza
en el sucio
silencio.
Cuánto tiempo hemos
viajado por
cuestas jaspeadas
de sílice, piedras
secas como agua,
a este centellear
de flama en el bosque.
Oh quién nos ayudará
Ahora, des-
validos, sin
caballos, sin
guía, sin
esperanza, sin
Hawkins, sin
Cortés por venir.
Encarcelado Prempeh,
muerto Tawiah,
reprimido y colgado
Asentawa.
Oh quién nos ayudará
Ahora: Jerónimo, Tackie,
Moctezuma por venir.
Y el fuego, nuestro
fuego, forjando candados,
rocas más negras que hierro;
el fuego nos traicionó ya
en nuestra aldea; ahora
en el bosque, el fuego nos
tira como pájaros; nos arden
vainas en el vientre. El fuego
tira muros, forja
estos candados fogosos
más negros que el hierro
y en fila recorrimos el sendero
eslabonados en un nuevo
silencio de sonoro hierro.
2
Pasaremos mucho tiempo sin ver
otra vez esta tierra, estos árboles
de nuevo, vagando tierra adentro con el sonido
del rompiente, el humo subiendo
Pasaremos mucho tiempo sin ver
otra vez estas granjas, suaves húmedas lentas verdes
de nuevo: Aburrí, Akwamu,
sube la niebla
Ahora mira estos duros hombres, fríos
ojos claros como el agua que montamos
hábiles con la vela y la soga y los aparejos
Ahora mira estos fríos hombres, audaces
como el agua golpeando la proa en súbita ola feroz,
indiferentes, al parecer, a la batalla
del viento en el agua;
pues nuestra sangre, pronto
mezclada por capricho con su pasión,
por indiferencia, por furia,
creará nuevos suelos, nuevas almas, nuevos
ancestros; fluirá como esta marea fija
a la estrella que mantiene a flote la nave
a nuevos mundos, nuevas aguas, nuevos
puertos, el orgullo de nuestros ancestros mezclado
con el viento y el agua
la carne y las moscas, los látigos y el fijo
miedo al dolor en este puerto encadenado que nos recibe.
Los orígenes de la
literatura caribeña en lengua inglesa se remontan a los siglos XVIII y XIX, en
los que se encuentra una literatura fundamentalmente imitativa de la literatura
inglesa, dado que las personas que escribían en esta época eran, sobre todo,
colonos ingleses establecidos en las islas de manera más o menos permanente.
Así, la experiencia
caribeña se contempla, durante esta época, fundamentalmente desde la
perspectiva colonial y desde modelos literarios ingleses. En la primera mitad
del siglo XIX cabe destacar dos textos importantes, ambos de autoría
femenina: The
History of Mary Prince, A West Indian Slave, Related By Herself (1831),
la autobiografía de la esclava Mary Prince, el primer texto caribeño en prosa
escrito por una mujer y la única autobiografía de esclavitud caribeña que se
conserva, aunque probablemente existieron otras. Se trata, además, del primer
testimonio femenino sobre la esclavitud, ya que las autobiografías que habían
aparecido antes en otros territorios esclavistas eran de autoría masculina.
Unos años más tarde,
la jamaicana Mary Seacole publicaba también su autobiografía, Wonderful Adventures of Mrs Seacole
in Many Lands (1857), en la que da cuenta de su intensa
actividad como enfermera en Jamaica, Panamá, Colombia y, finalmente, en la
guerra de Crimea, donde estableció un hotel para los oficiales británicos y
pasó mucho tiempo cuidando a los heridos y moribundos. Mary Seacole desafió los
roles de género tradicionales viajando sola por medio mundo, practicando la
medicina y estableciendo su propio negocio. Su autobiografía presenta a una
mujer negra autoafirmativa e independiente en un contexto tanto colonial —el
Caribe— como metropolitano —Gran Bretaña— dominado y controlado por los hombres
blancos.
Ya en las primeras
décadas del siglo XX destaca un nombre que ocupa un lugar de honra en las
letras caribeñas: el jamaicano Claude McKay. McKay cultivó la poesía y la
novela, aunque es en sus novelas donde consigue su mayor valor literario. En
Home to Harlem (1928), Banjo (1929) y, sobre todo, en la clásica Banana Bottom
(1933), aborda uno de los temas más productivos de las letras caribeñas: el
dilema de la persona negra que debe tratar de preservar su identidad en un
mundo donde la norma imperante es blanca. La figura de McKay es significativa
por otro motivo, ya que fue el primer escritor importante del Caribe anglófono
que se exilió por motivos profesionales, un camino que en esta misma época
siguieron muchas otras personas.
Las décadas de los
años 30 y 40 del siglo XX constituyen una preparación para la gran eclosión de
la literatura caribeña que va a tener lugar en los años cincuenta. El
movimiento literario que se inicia durante estas décadas está firmemente
asentado sobre los acontecimientos económicos, sociales y políticos de la
época. La Primera Guerra Mundial, la Revolución rusa y la depresión económica
de finales de los 20 parecen haber ejercido una gran influencia sobre la
literatura, así como el comienzo del nacionalismo cultural y político que
finalmente desembocará en la independencia de los países caribeños.
Desde el punto de
vista literario, lo más destacable de estos 20 años es la proliferación de
revistas literarias en casi todos los territorios. En estas revistas se publicó
una parte muy considerable de la literatura caribeña de los años treinta y
cuarenta. Algunas de ellas tuvieron una difusión muy limitada o duraron muy
poco tiempo; unas estaban muy integradas en la vida local mientras que otras
tenían una vocación pancaribeña e internacional. De todas estas revistas
destacan cuatro por su repercusión en la vida cultural caribeña y por la
importancia de las plumas que participaron en ellas: Bim, en Barbados; Focus,
en Jamaica; Kyk-over-al, en Guyana, y The Beacon, en Trinidad. Esta última
marcó el comienzo del desarrollo del género del cuento en el Caribe, un género
que hoy en día continúa teniendo un gran auge. La revista seleccionaba para su
publicación solo aquellas obras que contenían personajes, escenarios,
situaciones y hablas propias de la región, y rechazaba aquellas obras que
imitaban modelos extranjeros y, por lo tanto, carecían de autenticidad. Esta
política editorial revela el profundo compromiso de las autoras y autores de la
época con la definición de una identidad cultural distintiva que solo se podría
conseguir mediante la ruptura con la tradición inglesa.
Entre los miembros
del denominado "grupo de The Beacon" (The Beacon group) figuran tres
nombres de gran relevancia en el canon literario caribeño: C.L.R. James, Alfred
Mendes y Ralph De Boissière. Estos tres autores fueron los únicos miembros del
grupo que publicaron novelas, y también fueron de los primeros, junto con
Claude McKay, que abandonaron el Caribe para convertirse en escritores
profesionales en el extranjero.
Resulta paradójico
que el llamado "período boom"
de la literatura caribeña, acontecido en la década de 1950, fuera un fenómeno
principalmente británico, con base en un Londres que contaba con una
importantísima comunidad intelectual caribeña. Muchas autoras y autores
eligieron el exilio debido a las oportunidades limitadas que ofrecía el Caribe
para el desarrollo de una carrera literaria: en los años cincuenta había muy
pocas editoriales y el público lector con posibilidades de acceso a los libros
era muy escaso. Así, resulta aún mucho más admirable la profusión de
creatividad y la cantidad de obras publicadas durante la década. Esta eclosión
no tuvo lugar solo en la literatura en todos sus géneros —poesía, teatro y
narrativa— sino también en las demás artes, sobre todo en escultura y pintura.
El interés creciente por parte del público lo fomentaron y lo dirigieron nuevas
instituciones que se fundaron para impulsar la cultura autóctona: compañías de
danza y de teatro, escuelas de artes y oficios, etc. Al mismo tiempo, florecían
también el calipso y el steelband,
y Louise Bennett estudiaba y difundía el folclore y la historia oral de
Jamaica.
En todas estas
manifestaciones culturales diaspóricas el centro lo constituía la sociedad
caribeña: intelectuales y artistas pugnaban por conseguir el autodescubrimiento
y la autodefinición, y este interés iba en paralelo a la conciencia política
cada vez más extendida que estaba forjando la independencia. Los movimientos
sociales y políticos son claves para comprender el verdadero sentido de la
literatura de la época, ya que, a pesar de las muchas autoras y autores que se
exiliaron voluntariamente, todos ellos permanecieron vinculados al Caribe y
examinaron en sus obras los procesos de cambio social que se estaban dando. El
exilio masivo suscitó un debate sobre la responsabilidad de la persona escritora
hacia su comunidad. Así, mientras Kamau Brathwaite manifestaba su temor de que
el exilio alejara a los escritores de sus raíces y los condujera a la
incapacidad para explorar el territorio físico, social, moral y emocional que
constituía su lugar de origen, George Lamming —en The Pleasures of Exile (1960)
— se mostraba convencido de que, desde su exilio, los autores permanecían
firmemente anclados en la cultura caribeña con un sentido de responsabilidad
hacia esta idéntico al que preconizaba Brathwaite.
Por tanto, toda la
literatura de los años 50 es muy sensible a la condición social y cultural del
Caribe contemporáneo. A menudo, la exploración del yo personal o de la
experiencia individual está ligada a la exploración de la interdependencia de
los mundos personal y público, y a la exploración de la relación del individuo
con la estructura de valores heredada que domina su sociedad. Los escritores
tenían un sentido de compromiso social y político muy fuerte, que heredaron
después las siguientes generaciones. Este período de la literatura caribeña se
contempla como el canon literario de la región. Los siguientes autores son
algunos de los que nutren los cursos de literatura caribeña en las
universidades: Sam Selvon, George Lamming, Andrew Salkey, Wilson Harris, Edgar
Mittelholzer, Kamau Brathwaite, John Hearne, Jan Carew, V.S. Reid, Derek
Walcott (Nobel de Literatura en 1992) y V.S. Naipaul (Nobel de Literatura en
2001).
Significativamente,
todos estos autores son hombres, con educación superior, de clase media y,
salvo escasas excepciones, establecidos en Inglaterra durante este período. Sus
obras contribuyeron a fijar un canon y una agenda crítica que aún hoy se sigue
aplicando, y que muchas veces limita el estudio de la producción literaria
caribeña en su conjunto, ya que resulta inaplicable a otra clase de escritura,
como, como por ejemplo, la de las mujeres. Entre las obras más destacables de
este período se encuentra The Lonely Londoners de Sam Selvon (1956), uno de los
primeros experimentos narrativos en criollo como lengua de la narración y no
solo del diálogo. Selvon utilizó una versión modificada del habla de Trinidad
para narrar las duras experiencias vitales de un grupo de inmigrantes caribeños
en Londres y sus dificultades de adaptación e integración en una sociedad
racista que está muy lejos de considerarlos, como ellos esperaban al llegar
allá, ciudadanos británicos.
En 1953, George
Lamming publicó su célebre novela In
the Castle of My Skin, uno de los máximos exponentes de la novela
de infancia, que experimentó un gran auge en este período. La novela de
Lamming, situada en su Barbados natal, es una exploración del proceso de
crecimiento de un niño barbadense en paralelo a los cambios que llevan a la
isla de ser una sociedad feudal basada en el sistema de plantaciones hasta los
inicios del movimiento independentista. La alienación y la desposesión que se
ponen de manifiesto en este proceso de cambio están también presentes en The Hills Were Joyful Together,
que publicó el jamaicano Roger Mais en el mismo año, aunque Mais no sitúa la
acción en la Jamaica rural sino en los suburbios deprimidos de Kingston.
En esta década
comienza también a publicar sus primeras obras V.S. Naipaul, un autor que se
exilió para no volver nunca a residir en su Trinidad natal. Esta obra temprana,
a diferencia de la mayor parte de su obra posterior, está ambientada en el
Caribe en su totalidad. A esta etapa pertenecen las novelas The Mystic Masseur
(1957) y The Suffrage of Elvira (1958), y la colección de cuentos Miguel Street
(1959). En estas obras, Naipaul describe la sociedad de Trinidad en su
diversidad racial y cultural, pero con una lógica atención al grupo étnico de
origen asiático al que él mismo pertenece. Más tarde, en 1961, la novela A
House for Mr Biswas marca un cambio en la orientación de su producción
literaria, que adquiere una mayor complejidad y un tono más filosófico y
alegórico, al analizar la busca de la identidad propia por parte del individuo
poscolonial a través de la simbología de la casa en construcción como espacio
de identidad.
Naipaul, que recibió
el Nobel de Literatura en 2001, es uno de los autores caribeños más prolíficos
—también posiblemente el más polémico, debido a su ambivalente relación con la
cultura caribeña—, y su producción literaria se extiende de manera regular
hasta la actualidad.
En las décadas de los 60 y 70, al mismo tiempo que los autores canónicos se
consolidaban, otros nombres nuevos hacían su aparición —entre ellos Michael
Anthony, Austin Clarke, Roy Heath, Marion Patrick Jones, Earl Lovelace, Merle
Hodge y Shiva Naipaul—, y todos juntos establecían una presencia sólida de la
literatura caribeña en el mercado editorial internacional. En este período se
produjo un fenómeno de recentralización de la actividad cultural y crítica en
el Caribe, y no en el exilio como había sucedido en los años 50. Se inician así
la búsqueda y la definición de una estética caribeña y tienen lugar hondos
debates sobre la experimentación lingüística y formal en la literatura, sobre
todo en relación a la nueva generación de escritores. Esta intensa actividad
dio lugar a que la década de los 70 se conozca como "la década de la
crítica". Se produjo un cambio de orientación crítica, pasándose de las
falsas nociones de universalidad a una mayor apreciación de los contextos
culturales y políticos de la región.
A mediados de los
años 70, se produjo una eclosión de voces nuevas en la poesía dub y
performance, tanto en el Caribe como en Gran Bretaña. Esto fue debido en parte
a la nueva apreciación de la obra de poetas como la jamaicana Louise Bennett,
que propició una mejor recepción de la poesía oral como literatura. También
influyó mucho Kamau Brathwaite, con su trilogía The Arrivants (1973),
construida como poesía experimental y que exploraba las posibilidades de usar
ritmos y formas musicales negras (cantos de trabajo de la época de la
esclavitud, espirituales, mento, ska, reggae, steelpan, calipso, jazz, blues).
En este período surge
el debate sobre la clasificación de la producción literaria diaspórica. Aunque,
como vimos, en décadas anteriores un número significativo de autoras y autores
caribeños se habían ido asentando en Europa o Norteamérica, y aunque hay
presencia y textualidad negras documentadas en Gran Bretaña desde hace muchos
siglos, es en esta época cuando encontramos por primera vez una serie de
escritoras y escritores, británicos de nacimiento o nacidos en el Caribe y
residentes en Gran Bretaña, que se comienzan a identificar como británicas y
británicos, algo que nunca hicieron ni podían haber hecho los autores caribeños
que llegaron a Inglaterra en los años cincuenta. Esto no quiere decir que la
etiqueta "literatura afrobritánica" (o Black British literature)
fuera aceptada universalmente —al contrario, siempre ha sido un término muy
debatido— pero, no obstante, se puede afirmar que fue en este período cuando
nació la literatura afrobritánica contemporánea.
Entre sus pioneros
estaba el poeta y activista Linton Kwesi Johnson, que publicó una innovadora
colección en Londres en 1975 bajo el título Dread Beat and Blood. Su poesía se
caracteriza por el uso del criollo jamaicano, una fuerte estética de
representación (o performance), la influencia formal y temática de la música
reggae, recursos estilísticos como el uso de las referencias bíblicas y un
contenido altamente politizado. La poesía de Johnson está firmemente asentada
en las realidades de la vida en un contexto urbano británico, en vez de en el
concepto abstracto de la "Babilonia" rasta —es decir, la cultura
occidental capitalista— que muestran otros poetas dub. El radicalismo de su
trabajo, sobre todo en cuestiones lingüísticas, abrió caminos para la
consolidación de una nueva generación de poetas negras y negros en Gran Bretaña
a partir de los años 80, como Valerie Bloom, Jean Binta Breeze, Benjamin
Zephaniah, John Agard, Grace Nichols o Jackie Kay, entre otros.
Además, las décadas
de los 80 y de los 90 se caracterizaron por la eclosión de la literatura
escrita por mujeres, tanto en el Caribe como en la diáspora. La publicación en
1970 de la primera novela de Merle Hodge, Crick Crack Monkey, sirvió de
inspiración y modelo a muchísimas autoras, que reconocen que esta fue la
primera obra literaria que apeló directamente a su experiencia personal y les
permitió identificarse con una protagonista.
Crick Crack Monkey
narra la historia de Tee, dividida entre la seguridad que le proporciona el
mundo rural tradicional representado por su tía paterna Tantie, y la alienación
que siente en el mundo de clase media y valores occidentalizados que representa
su tía materna Beatrice. Cada una de estas mujeres simboliza un conjunto de
valores de clase, raza, lengua y género, y Tee debe escoger uno de estos dos
modelos en conflicto. Al final, Tee terminará por pertenecer a ambos mundos a
la vez pero a ninguno de ellos por completo. La novela refleja así la
alienación cultural derivada de la yuxtaposición de dos sistemas de valores
opuestos y relacionados jerárquicamente, un tema que Hodge aborda también en su
segunda novela, For the Life of Laetitia, publicada en 1994.
Además de las
características generales de la literatura caribeña que se han ido mencionando,
la literatura escrita por mujeres muestra rasgos específicos, el más destacable
de los cuales es la incorporación de la perspectiva de género. Las escritoras
ofrecen textos que tienen mujeres como eje central, en un intento de compensar
la ausencia o la tergiversación de la experiencia femenina en la literatura de
autoría masculina, que en muchos casos se nutre de imágenes estereotipadas y
representaciones arquetípicas que poco tienen que ver con la realidad de las
mujeres caribeñas. Así, algunos de los temas recurrentes abordados por las
autoras son la sexualidad femenina, las conflictivas relaciones entre mujeres y
hombres, la maternidad y los vínculos afectivos entre las mujeres.
El desarrollo de la
literatura femenina caribeña está especialmente vinculado al género del cuento
y la poesía, aunque en los últimos años se ha producido un incremento en el
número de novelas. También fueron fundamentales las antologías que, a partir de
los años 80, permitieron visibilizar la creación literaria de las mujeres. Dos
de las antologías pioneras en este sentido, que coinciden en incluir trabajos
de autoras de diferentes ámbitos lingüísticos del Caribe con voluntad integradora
y pancaribeña, son Her True-True Name, editada por Pamela Mordecai y Betty
Wilson en 1989, y Creation Here: A Cafra Anthology of Caribbean Women's Poetry,
compilada por Ramabai Espinet también en 1989. En estas antologías encuentran
cabida no solo autoras contemporáneas sino también escritoras de décadas
anteriores, como las autoras criollas de Dominica Jean Rhys o Phyllis Shand
Allfrey, que muchas críticas reivindican como precursoras de la literatura
femenina caribeña.
Durante las últimas
décadas se han dado a conocer una gran cantidad de nuevas escritoras y
escritores de novela, muchos de los cuales escriben y publican en la diáspora
europea o norteamericana. La diversidad de estas autoras y autores, tanto en
los temas como en su tratamiento literario, es demasiado inmensa para recogerla
en esta breve panorámica. Baste decir que sus intereses literarios van desde la
articulación de la identidad, tanto caribeña como diaspórica en narrativas de
infancia, hasta la revisión del pasado colonial y esclavista y de sus
repercusiones en el Caribe contemporáneo, pasando por la novela de detectives;
y todo ello en estilos que abarcan desde formas de narrar más o menos
convencionales, hasta narrativas polifónicas y posmodernistas. La aceptación
creciente de la literatura caribeña por parte del público lector y el
reconocimiento crítico cada vez mayor que tuvo lugar especialmente a partir de
los años noventa tiene, como es lógico, mucho de positivo para la propia
literatura de la región y también para las personas que tienen acceso a la
riquísima aportación cultural que supone una tradición tan diversa e
hibridizada.
No obstante, como
indican Alison Donnell y Sarah Lawson Welsh, editoras de un importante manual
de literatura caribeña anglófona (The Routledge Reader in Caribbean Literature)
aparecido en 1996, esta circunstancia supuso también que la literatura del
Caribe se viese absorbida por el canon poscolonial, ya que en estas últimas
décadas la literatura poscolonial se ha establecido como un campo muy sólido de
investigación académica en el mundo occidental, y es desde la teoría
poscolonial como se suele interpretar la literatura caribeña fuera de la
región.
Como consecuencia,
las peculiaridades culturales del Caribe —como es la ausencia de una lengua
nativa o de una cultura precolonial, o la extraordinaria diversidad étnica y
cultural— corren el riesgo de ser homogeneizadas o incluso eliminadas en el
seno de este marco global que es el mundo poscolonial. Por otra parte, en estos
últimos años se ha dado una apropiación de las literaturas periféricas, entre
ellas la caribeña, por parte del centro cultural que es occidente —piénsese en
la reclamación de los premios Nobel no blancos del "Tercer Mundo"
(los caribeños Derek Walcott y V.S. Naipaul, o el nigeriano Wole Soyinka) como
parte de una literatura canónica "universal"—; a esto contribuye, sin
duda, el hecho de que tantas autoras y autores del Caribe escriban y publiquen
en un contexto de emigración. Así, Donnell y Lawson Welsh reflexionan que esta
situación de la literatura caribeña en el centro representado por las
instituciones académicas occidentales podría responder no tanto a una tendencia
contemporánea a la globalización, como a un movimiento perturbador propio del
neoimperialismo cultural. Esta usurpación cultural ya la puso de manifiesto en
su día George Lamming, cuando en 1960 criticaba la apropiación por parte de
Inglaterra de los autores caribeños de los años 50 y se preguntaba para quién
escribían estos autores. Más recientemente, la escritora y crítica de Trinidad
Merle Hodge ha denunciado también la falta de soberanía cultural de los países
caribeños, invadidos por el turismo y por los medios de comunicación
occidentales, y ha subrayado la necesidad de crear modelos culturales
alternativos que sirvan para definir la identidad caribeña sin recurrir a
patrones extranjeros neocolonialistas.
Es difícil anticipar
qué rumbo va a tomar la literatura del Caribe —o cualquier otra literatura
poscolonial— en los próximos años y cómo va a responder ante las presiones
culturales y editoriales del mundo occidental. Lo que es evidente es que la
cultura caribeña continúa siendo tan vital y creativa como lo fue en fases
anteriores de su historia, cuando se supo enfrentar y sobreponer a la
explotación económica y la denigración cultural que supuso el colonialismo más
atroz. Por lo tanto, es de esperar que su reacción ante este nuevo desafío sea,
una vez más, la de regenerarse y redefinirse desde la diversidad cultural que
constituye probablemente su mayor riqueza.
Poema del Ébola
Líbranos del INFIERNO Oh Señor y Redentor Mío
Llama a todas esas víctimas del bosque
y el monte
donde ahora se marchita la hierba mucho antes de que nos lleven
donde no hay sueño de la mañana sino que se pudre la carne de murciélago
sobre las mesas de los callejones de la makola
ESTO NO ES CIERTO
Pero llamemos a la compasión ahora
por lo que esto es y cómo nos ha traicionado y pasado a nuestro lado
descalzo
y sin sandalias en nuestros pies
Gritemos vergüenza una vez más a las espirales de escándalo de las cúpulas de
mármol
de las metrópolis nos privan de nuestros humildes hogares
aunque esta conspiración volverá a esconderse como el Sida de
la culpa
‘te amo pero no puedo tocarte, un simple roce mío te pudrirá hasta que te
corrompas’
Estas limpias sábanas a rayas almohada blanda para mi cabeza
Este terror debajo de mi lengua
Dios nos dio vida para amar no para termitas sangrantes que nacen
del basilisco inventado en nuestra piel
Este hombre noble reducido a sangre andante que aúlla
Estos ojos bulbosos de cebollas parecidos al pus
que crecen en cada uno de tus miembros y en todas tus entrañas goteando esta
muerte que haces tú mismo dentro de ti como baba
como jalea ectoplásmica chorreando por las paredes del tiempo
“Han tronchado mi vida dentro de la celda
y puesto una lápida sobre el lamento de mi nombre”
Hasta el momento el origen del ébola es desconocido o
secreto. Los médicos/científicos dicen que
viene de los murciélagos y de comer carne de murciélago y se contrae –y solo
quedan tres días más de vida– por el contacto de la piel-con-la-piel –
sencillamente con un estrechón de manos
Río Congo . centro de la legendaria «África Negra» uno
de los grandes ríos del mundo con sus innumerables afluentes .tanto al norte
como al sur del Ecuador .se levanta desde el Valle de Rift en África Oriental y
los lagos Tangañika y Mweru y corre 1 500 millas al norte y al oeste hasta la
punta de su curva colosal en sentido contrario a las manecillas del reloj en
Ébola (República Democrática del Congo) antes de girar al sur y al oeste hasta
Banana en la costa del Atlántico
(KB 21-23 de agosto de 2014. ‘Psalm and Lamentation’,
fragmento de For all who love the deads and living)
Edward Kamau Brathwaite (Bridgetown, Barbados, 11 de mayo de 1930-4 de febrero de 2020)
Fuente: http://casadelasamericas.org/publicaciones/revistacasa/278/letras.pdf