Visitamos la ciudad de Barcelona, una galería de arte, la librería Fnac, el museo Tapies que está cerrado, el museo egipcio en que ya había estado y el museo Picasso. El primer palacio modernista que visitamos es la casa Milá o La pedrera, allí el ingeniero y arquitecto genial Gaudí quiso hacer una imitación de la naturaleza; los balcones son de hierro forjado, se trata de una estructura orgánica, hay maquetas funiculares, carteles, cadenas, arcos como el catenario, saquitos de perdigones y arenas, se voltea la perspectiva, en las rocas observamos el paso del tiempo y un gran monolito natural. La casa Milá fue declarada Patrimonio Universal en 1984, los elementos de las fuerzas naturales le dan esa originalidad que no tiene que buscarse. los reptiles nos vigilan desde los cañizales. hay cajas de escalera, cerámica y mármol, arcos adosados, desde aquí se ven los dos templos de Cataluña, el Tribidabo y la Sagrada Familia, guardianes míticos de la azotea, junto a las chimeneas, guerreros y gigantes que cobran vida en las noches de luna llena, pactos en catalán de Joan Maragall, Jacint Verdaguer, Góngora, Borges, Lord Byron, Tennyson…. El desván de la pedrera es la parte más secreta, con doble encubierta, grandes personalidades llevan sombrero y sombrilla, representa la fisonomía de un espacio peculiar, con arcos como el vientre de una gran ballena. La casa Milá se construyó entre 1906 1912, se trabajaba con maquetas extereofuniculares o polifuniculares, dibujaba la planta del edificio en un gran tablero, los saquitos de perdigones son una forma artesanal muy metódica del arquitecto. Realiza cálculos exactos, que los da la naturaleza, en el mundo no se ha inventado nada. Los hombres solo hemos construido los aeroplanos, Gaudí será recordado por sus obras, por su belleza y originalidad, y por sus innovaciones técnicas. La iglesia fue colonia textil de 1898 a 1917. La sagrada familia se empezó a construir en 1883 sobre una planta neogótica ya construida, fue edificio para la escuela, seguía las propuestas estéticas estructurales de Gaudí, un árbol aguanta sus ramas y de las ramitas salen hojas. Dios, el artista, lo creó.
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