lunes, 23 de enero de 2017

EL AUGE DE LA NOVELA AUTOBIOGRAFICA



Diálogos literatura del siglo XXI; la auto ficción.
Gabriela Ibarra es bilbaína. Con su primera novela ganó el último premio Euskadi. En este libro hay una catarsis del dolor causado a su familia. Ella no había nacido aún, pero relata el asesinato de su abuelo Manuel Ibarra y la muerte de su madre por un cáncer, y el relato de ella cuando estuvo acompañándola en su quimioterapia.
Carlos Pardo es madrileño, aunque vive en Andalucía. Es poeta y ha escrito ensayos y novelas, ha sido gestor cultural. Organiza festivales literarios, dirige revistas de poesía y tiene otras experiencias literarias. El año pasado ganó el premio público por su novela los allanadores.
Escribir sobre la propia vida, sobre uno mismo y los más próximos; novios, hermanos, mujeres, hermanos…requiere de una intención especial. ¿hay algo de auto psicoanálisis a parte de la creación literaria? ¿Dónde acaba uno y acaba otro? Gabriela llegó al tema por casualidad. No quería escribir sobre su vida, sino sobre lo que ha ocurrido. Hubo fragmentos mientras escribía que eran puro psicoanálisis, próximos a la autoayuda, “hubo un proceso de intentar entenderme a mí misma”. Eso es una primera catarsis. Pero la parte más literaria la intenta trabajar en sus correcciones. Coge esos textos brutos donde había textos más lloricas o más explícitos de “estoy muy triste por no sé qué”. Quita toda esa paja y se queda con el grano, lo interesante literario. Hubo un vuelco sin filtro y luego mira al texto con un punto de vista más estético y se queda con lo que literariamente le gusta más. Podría escribir un libro con seudónimo de cómo afrontar el duelo, como un manual más psicológico. Hay una moda y cambio antropológico de la literatura en algo más profundo. ¿Valoramos los textos autobiográficos como verdadera literatura? Es una pregunta buena porque da pie a muchas reflexiones. Has opuesto psicoanálisis a creación, pero no están opuestos, el psicoanálisis no se come la creación. El auge de la autobiografía es un género de ficción como el psicoanálisis. En el psicoanálisis cuando uno cuenta su vida de manera ordenada es que está mintiendo, si narra los hechos con cierto sentido se tocan verdades profundas que se construyen con palabras, Surge la conciencia cuando se equivoca, tiene lapsus o usa palabras que repite y no se da cuenta que repite. Eso es más interesante para el sicoanalista para llegar a ver el trauma y el dolor del paciente, que cuando lo cuenta de forma ordenada. Es el mismo género de creación psicoanálisis y autobiografía, igual que el documental no es sólo poner una cámara y grabar sino crear unas tramas. El auge de la autobiografía y el que estemos cada vez más ansiosos de leer textos en que haya una base de verdad tiene que ver con un agotamiento de la novela tradicional del XIX. No ha existido siempre la novela tradicional, nos olvidamos del origen de la novela y hablamos de un tiempo muy concreto. Falseamos los orígenes, el origen se cree más clásico de lo que es. La novela empezó siendo más experimental que clásica. Ha caducado la concepción de lo verosímil y cansan las ficciones empaquetadas en un mundo harto de ficciones. Estamos hartos de que la Pantoja en la cárcel o Bárcenas se retrasmitan como una ficción. La prensa, los medios comunicación, los poderes políticos usan ficciones. Necesitamos reafirmarnos nosotros mismos con ficciones. La verdad es un conjunto de ficciones y la experiencia de uno mismo es un ejercicio narrativo. La ficción no es la fantasía. No es escribir sobre dragones. La americana poeta Carson dice; la ficción da forma a lo que fluye o chorrea en nosotros. La autobiografía y el éxito de estos géneros tiene que ver con la necesidad de redefinirnos con narraciones, literariamente. Alguien cuenta su vida, la ordena como una ficción, y se da cuenta que su vida no es solo suya, no le pertenece. No cuenta su vida porque le hayan sucedido cosas impresionantes sino porque es mediocre. Se da cuenta que no está sola y de alguna forma teje una comunidad. Cuenta sus penurias o de su familia y piensa que su familia le va a vapulear o cabrear por cómo sale por ejemplo su hermano. Hace un ejercicio de tejer unión comunitaria. En la sociedad católica como la nuestra la confesión ha estado prohibida, no solo el psicoanálisis y tiene mala prensa la literatura autobiográfica. Al hilo de lo que dicen los dos quiere plantear el moderador si no es todo un problema de rótulos. Si alguien publica un libro y en una parte del libro pone memorias, los lectores le van a exigir verosimilitud, pruebas de lo que dice es verdad y se va a creer lo que sea datos objetivos. Quizá las justificaciones o digresiones sean otra cosa. Va a creer lo objetivo, la verosimilitud. Si quitamos la palabra memorias ya lo vemos como una ficción. Sea ficción o memorias siempre va a ser una construcción. Por muy pegado al lado de esa persona siempre va a ser su visión y construcción de realidad. Para darle su visión personal contrastas las memorias de ese personaje con las de su mujer, porque sus hermanos seguro que no están de acuerdo con algo, eso no ocurrió así, lo que él dice que pasó no pasó de esa manera. “Soy una persona a la que las etiquetas no le importan mucho”, responde Gabriela. “Me da igual que digan que es una novela o una ficción. Si leo el libro memorias leo con una actitud y visión diferente que si está en narrativa”. Auto ficción es un término que no gusta demasiado. Juega al equivoco, pero la novela siempre ha jugado al equívoco. En el siglo XVII se hacía creer que lo inventado por el escritor había ocurrido en la realidad por ejemplo en el Robinson Crusoe. ¿Cuál es el origen de la novela? El quijote, un libro donde los propios protagonistas encuentran su propio libro publicado. Eso es un juego de espejos y de lo que habla es de los límites entre ficción y realidad que son imprecisos si no son la misma cosa. La locura del quijote es una locura literaria. ¿Cuándo es más el quijote cuando está loco o cuando esta cuerdo? Es un juego entre dos visiones del mundo, entre sancho y quijote. Sancho se decepciona al final cuando pierde la locura. Para que viviera exige la locura, juega siempre al equívoco. Cuando se publica no era un libro de alta literatura. La literatura era otros géneros. Cervantes se sorprende de tener tanto éxito con un género menor. La novela surge cuando se quiere romper con la jerarquía de los géneros, la comedia tragedia, cosas terriblemente separadas. Las novelas empiezan con equívocos, jugando a ser confesiones. El Lazarillo de Tormes es una confesión, una carta. La novela de género epistolar, las novelas ejemplares, son cartas, la novela siempre ha jugado a al ficción y simulacro de realidad. Vamos a dejarnos de literatura y vamos a hacer algo que ya no es literatura sino la verdad y la gente se lo cree. Vemos la evolución que tienen las confesiones o géneros más estrictamente memorialisticos y nos damos cuenta de que es un camino que va paralelo al de la novela y se toca con ella y se confunde. La memoria alemana, Enrique el verde por ejemplo, que parece ser una confesión enlaza con la novela. Son libros influidos precisamente por la picaresca española, por ese modelo. La picaresca surge cuando el concilio de Trento prohíbe que los católicos hablen de su vida si no hay un cura delante. El auto examen estaba prohibido, pero se desarrolla en los países protestantes. Esa confusión lleva siglos existiendo. La vida de Diego de torres Villarroel es una autobiografía y a la vez obra de ficción. Cuando uno cuenta su vida es obra de ficción también. La literatura la verdad no son hechos objetivos. Si lo fueran no existiera la filósofa, ni las discusiones ni el derecho. El derecho es interpretativo, los hechos objetivos no existen. Cuando uno construye un relato está tomando un bando, está tomando partido. Lo interesante del auge actual de la autobiografía o novelas autobiográficas es que obligan a que esa misma duda la tenga el lector, el lector sea consciente y de esa forma rompe el pacto de verosimilitud con la obra y el autor. Un crítico francés hablaba de este pacto. Lo único que diferencia autobiografía de una novela es que la autobiografía se podía demostrar judicialmente, objetivamente. El derecho es también interpretativo como la filosofía. Es lo que se espera de la ficción autobiográfica, las que juegan con la verdad de los hechos son el periodista que bucea en documentos.  La verdad no son hechos objetivos sino que se construye en común, alguien da un punto de vista y el lector puede discutirle. Ya no es cosa que viene de arriba y se suelta y tienes que tragar tal cual. No es ya el libro que terminas y te vas a tu casa y has vivido la catarsis, la experiencia ideológica, sino que te vas discutiendo cosas con el autor. Por tanto, hay una retroalimentación y un feedback entre el escritor y el prosumidor de ese contenido que se expresa en redes sociales, da su opinión y crea una pequeña comunidad con un código común donde se patenta la repercusión de la novela. Esto es así o no así, desde cuando es así. Sospechas y así se construye una razón común que es más interesante que la verdad objetiva. ¿Por qué de repente se han puesto de moda tantos libros de autobiografía? Estamos necesitamos de verdades, de cómo se construye la verdad, de hechos fidedignos. La tele se ha convertido en  tele realidad, lo que más se consume en internet son las RSS que es una forma de meterse en las vidas de otras personas. En el periodismo las guerras son retrasmitidas como videojuegos o una especie de realidad virtual. Con internet viene la enfermedad con su vacuna. La gente se pone a bucear e investigar su identidad, pero también la de los demás. Uno se busca así mismo en internet, todo lo que dicen de él. Necesitamos leer otros correos, Facebook, wasap, empaparnos de otras vidas, curiosear y cotillear en las vidas de los demás. Es la cultura del narcisismo total y de los auto exámenes donde uno no queda siempre bien. Es la época de la tele realidad y la post verdad, el adorno y la falacia que acompaña a la verdad. Esperanza Aguirre sale diciendo que al PP. le ha fallado el relato. ¿qué relato?, serán los hechos. El fin metafórico es el de quedar bien en el relato. Cuando se aborda un relato autobiográfico donde el protagonista somos nosotros, sabemos que los lectores nos van a poner cara porque nos conocen si os conocen o porque ven tu foto en la solapa. La lectura es muy diferente si el protagonista es Luisa y no Gabriela. El lector se pregunta cómo coincide tanto este protagonista con el autor. Cuando el lector lee al escritor como personaje su actitud cambia y la del escritor también. Es distinto escribir sobre otros que sobre unos mismos. Sabes que nos van a mirar a la cara y curiosear en nuestra vida. Ella lo escribió con mucha inconsciencia, no sabía qué se iba a publicar el libro. Lo escribió para ella. Tenía presente, aunque le daba un poco pudor, que uno elige que cuenta, se centra en determinados temas y elige donde quiere profundizar y si hay algo que le da mucha vergüenza o no quiere que sepan del tema no lo cuentas. Pero no hay que poner muchas autocensuras porque para eso no lo cuentas. Ella decidió hasta donde se contaba, pero el problema era hasta donde contar sobre los demás. Intentó contar con el mayor respeto posible. Lo que para ella es respetuoso para otra persona puede ser la mayor falta de respeto del mundo. Eres coherente con tu ética profesional posible y a te permites ser más impúdica. En su vida no hay nada que sea súper escandaloso. Contó todo lo que consideraba que era necesario por el bien de la historia. Su novela es buena por la contención en cuanto al narrador. Cuenta su vida, pero no le da importancia. Una de las virtudes de su novela es que es un examen y no es narcisismo o exhibicionismo. Hay bastante pudor, pero hay una necesidad un poco tonta kamikaze, un imperativo moral que lleva a ser más importante contar lo que pasó que falsearlo.  Si Thomas Man escribe los buddenbrooks los lectores piensan que es una novela con una base autobiográfica. Le criticaron que no era una novela porque estaba contando su realidad. Escribe un mini ensayito en el que dice que los grandes escritores no inventan, sino que observan, son realistas. La imaginación está sobrevalorada. Lo interesante es la observación. La sociedad de Thomas Mann de aquella época era mojigata y mucha gente se sintió retratada y hubo pifostios y mucha polémica. Es más peligroso esconder un nombre, es una teoría que se le acaba de ocurrir. Si quita nombre y apellidos de amigos pueden soportar lo que aparece ahí escrito pero si falseo y cambio un nombre en ese nombre se van a identificar todos. ¿Hasta qué punto soy dueño del propio relato de mi realidad para no dañar a los de mi alrededor?  Si cambio el nombre la gente piensa que lo que ha pasado es real. Si no lo cambia la gente dice; ha narrado su punto de vista sobre esta gente y esta realidad. Hay novelas con un narrador y punto de vista engañoso. Voy escribiendo biografía que el narrador sea un idiota que solo dice tonterías y no te puedes identificar. El escritor real intenta quedar bien con todos. Es ambiguo ese terreno. se dice que las mejores autobiografías son las póstumas. Los mejores libros de memorias y autobiográficos se publican cuando ha muerto el autor porque puede contar toda su verdad. Hay diarios excelentes. Debemos pensar, y clavarse estas palabritas delante del ordenador; Hazte a la idea de que todos los personajes que hablen han muerto, incluido el narrador. No intentes embellecer ni falsear nada. Querer salvar las cosas que han pasado es algo casi religioso y el escritor es un hereje. Los libros con carga autobiográfica explotan como bombas de relojería alrededor porque alcanzan a personajes de los que hablan. No les gusta lo que cuentas o uno tiene más protagonismo que otros. ¿Por qué dices que hice o dije no sé qué si no lo hice? o que te mire raro o no. Su marido le pide que no escriba sobre él. No escribas sobre esto. A su padre es la persona que más le impresiono. En su familia ha habido diferentes reacciones. Son temas personales y a veces hasta dolorosos. Cada persona procesa el dolor de forma diferente. La historia de mi abuelo para muchas personas es reabrir una herida que ya creían estaba cerrada. Que aparezca en los medios criticándolo y en las entrevistas para ellos es doloroso y para la escritora es duro. “Para mi es importante necesario contarlo y para otras personas es algo doloroso”. Fue más bomba para su padre porque era uno de los protagonistas del libro, pero con el tiempo es su mayor fan. Se escribe en el sentido de catarsis. A su alrededor han sido generosos bastante todos. Tiene utilidad terapéutica y social su libro. Parte del éxito que ha tenido eso que implica a otras personas o que puede verse como airear los trapos sucios. La verdad es que da mucha tranquilidad a la gente que no te conoce o puede tener un criterio parecido. Vivo en el mismo mundo que esta persona, comparto no sé si sus opiniones o su forma de sentir. Eso es tan importante como que de repente se pueda enfadar alguien. Se desenfada la gente continuamente. La familia es una especie de polvorín. Hay proyecciones de lo que es la realidad de muchas personas distintas. En el último libro de Sebastián creyó que podría contar tranquilamente la historia de su familia. Tuvieron que cuidar entre sus hermanos a sus padres mayores. “Es un libro aburridísimo, solo me interesa a mí, es un libro terapéutico. Soy el pequeño, pero cuido a mi madre, tengo derecho a contar mi historia, las cosas como son, como hemos llegado a esta ruina, que ha pasado con esta familia. Intento también no contar miserias sucias sino contarlo de la forma más elegante posible”. Uno de sus hermanos le dejo de hablar. Otra gente y amigos suyos dicen; que bien quedas en la novela, eres el único que queda bien. Si uno queda mejor que los otros personajes es terrible, pero haces el esfuerzo de que los demás personajes tengan su propia voz. Debería incluir el fragmento de una novela de un hermano suyo o de su madre. El hermano estuvo en psiquiátrico, le daba vergüenza que lo contara, tenía que pedir permiso obviamente pero siempre es una cosa muy complicada. Lo haces sabiendo a lo que te arriesgas. Su primer libro lo escribió ingenuamente, escribía poesía desde hace mucho tiempo, tenía una pulsión biográfica y quería escribir en otro registro, habla de Pablo, sus amigos y su relación con su mujer en Córdoba. Lo escribió en su casa solo y pensó que a nadie le iba a interesar, no pensó que le iba a interesar a nadie, lo público en una editorial. En Córdoba le llamaban inmoral por la calle. Le llamaba inmoral el borracho que tiene su edad, al que aguantas tu vida dándote la chapa un día y otro, ese es el que te llama inmoral. Hay que exponerse a la crítica. Estas cosas son versiones de los hechos y hay que hacer ejercicio de hacer valer una voz común. Los que le quieren le siguen queriendo y los que no le siguen sin querer. Su libro cayó como bomba al principio, removió e hizo que se hablara de cosas que no se hablaban antes. A su familia directa, hermanas y padres, les ha unido más, para ella ha sido muy útil. Su libro está unido a los suyos.  Algunas de esas personas aparecen con un papel relevante. No es como el extra de cine que sale y luego se va. Se lo ha enseñado a los protagonistas que aparecen en la novela. Lo leyeron su padre y hermanas-. A una le encantó y otra dijo que no lo leería más en su vida. Si no hubieran leído el libro antes lo habrían vivido como una traición. El haberlos hecho participes fue impórtate. Tuvieron participación. No cambio más que en algo muy menor. Se ofenden por tonterías, esto te molesta.  No se molestan en el eje sino en algo que ni se te cruzaba por la cabeza. Hay que enseñárselo a la gente implicada para no meterte en un berenjenal. Escribes con libertad y cuentas cosas que son brutas. Te atas a los hechos, hay una forma de novela que no existe a la pre escritura del libro. Escribirlo es hacer una estructura y cambiar anécdotas o inventar otras. Te inventas personajes. Su mujer le prohibió salir en el segundo libro y desarrolla una trama con un personaje ficticio que era interesante. La gente cuando lo lee al final, muchas de las anécdotas que has inventado se las cree y las vive como algo real. Es consiente que se lo ha inventado, nunca estuvieron en ese restaurante hablando de eso. En el fondo son terapéuticas las novelas autobiográficas. Como nos construimos a nosotros mismos, como construimos la amistad. Un hermano le dejó de hablar. Todos respetaron que era publicable y que el arte está por encima de cualquier cosa. En el libro no todo es verdad, hay huecos que te tienes que inventar o para que encajen en la historia. Igual tienes que adelantar una cosa que ocurrió más tarde. Algo sucedió 10 años más tarde y lo metes para que tenga sentido, pero acabas creyendo que todo sucedió como yo me lo invente, acabas creyendo tus propios libros. No quiero saber más de Córdoba, ya lo escribí y a veces es trola total. Te ayuda a entender tu vida. escribes sobre esos vacíos en los que no pasa nada importante, pero se ha roto todo porque quizá ha empezado el amor. Construyes relatos con gente real y hechos ficticios para comprender lo que en verdad sucedió. Necesitas inventar el relato para lograr el momento emocional de esa experiencia. En el famoso cuento del beso de Chejov un chico bajito gordito nunca ha besado a nadie, para su escuadrón y les invitan en una casa de campo por obligación una familia acomodada. Bailan en la casa los dandis de la época, la familia cae muy bien y él se pierde por el palacio y llega a una gravitación oscura y una mujer llega corriendo y le da un beso. Y huye horrorizada. Está muy bien como el construye en su cabeza esa ficción y lo que ha vivido y llega un momento que no puede más y necesita contarlo a sus compañeros y lo cuenta de una manera que cuenta lo que sucede, pero no da con las palabras. Es una anécdota demasiado pobre narrativamente para toda la experiencia que ha vivido. Es un narrador torpe y pierde lo que ha sucedido. El narrador hábil es Chejov. El torpe es el oficial al que le han dado el beso. El lector quiere convertirse en el narrador hábil que de experiencia del mundo. Hay autores de auto ficciones clásicos que deciden que se publique tras su muerte y de todos los que salen. Se evita que le dejen de hablar a título póstumo. Los libros hacen daños colaterales pero el enfado se le pasaría al hermano y la hermana leería más libros de ella. Congoja en el alma queda porque la gente más importante, la familia, está descontenta. De pronto les he dañado y esto deja un sabor muy amargo. Era una bomba necesaria. No se podía mantener el trauma del asesinato de su abuelo metido en el congelador. No podían vivir como si aquello no hubiera ocurrido nunca. Fue necesario contarlo y aunque tuviera este efecto negativo a veces hay que pasar un poco de sufrimiento para llegar a algo bueno. Eran temas que hacían falta que se contaran y hablarlos. No hubiera sido bueno haber esperado a que me hubiera muerto, hay que aceptar la responsabilidad, saber el riesgo que se tiene. Volvemos al psicoanálisis, si consideras que hay un trauma no familiar sino social tienes que contarlo. Sus hermanos eran músicos de rock, era una familia venida a menos. Es una familia mediocre, la mediocridad es una virtud no valorada. Todo el libro va contra la cultura del emprendedor e individualidad distanciada, va en contra de la propia construcción que su hermano se hizo como músico de rock, va contra el mismo y los mitos que han construido. Tiene que ver con que los mitos de contracultura han hecho juego a un sistema capitalista. Tarde o temprano eso tiene que experimentarlo y sentir culpa. La construcción de su vida es como hablar de sus intimidades en público, como hace en sus novelas. Esto le iba a pasar de todas las maneras. Uno se siente responsable y eso te lo llevas. Algo que es tan importante para ti ¿cómo puede hacer daño a otros? En la vida hay cosas buenas para uno que hacen daño a otro. Soy buena persona y ciudadana y no quiero hacer daño a los demás, pero vas a una entrevista de trabajo y para progresar y mejorar dejas a gente sin ese puesto. No hace falta ser un trepa o que vayas con el puñal por ahí. Puedes estar enamorado de alguien y esa persona te deja porque le haces mal o se va con otra. Estamos haciendo daño sin querer siempre para avanzar. La literatura es un ejercicio de violencia, estas obligando a tragarse el lector el discurso que te inventas. Ha perdido el discurso de la autoridad. Antes era un autor. Al confundirse autor con personaje el narrador cae del pedestal, ya no habla de personajes objetivos, parece que no está el narrador, pero mueve los hilos. El autor se cae del pulpito, de la superioridad que tenía el autor clásico. Reconoce ser un autor parcial, con una visión parcial de los hechos. Hace dos años después de que la protagonista publicara sus propias memorias, sucedió esto; Tusquets cuenta su vida después de la muerte de su madre y habla mucho de su madre. Una cuñada cuenta la vida de Tusquets y de ella en tercera persona. Son libros muy distintos, antagónicos y no ha sentado bien a la familia esta bronca que hay en la ficción sobre la muerte de un personaje. Temes que esa hermana a la que no le ha gustado la novela cuente su versión de los hechos. “Va a quedar claro que el único mediocre de la familia eres tú”, toma el relevo su hermano. La literatura de ficción habla de dragones o aventuras en el Sahara o mares del sur pero esto no pasa nunca, no es creíble. En esto de la autobiografía se imponen secuelas. A su hermana no le gustó y le resultó muy dura, y casi la odia. En su caso no le importaría nada que su hermano o su hermana, que es poeta, decida escribir algo sobre su abuelo o sus padres. Le parecería estupendo. Seria otros libros radicalmente diferentes pues contarían desde su lugar o punto de vista y no lo vería como una guerra. A menos que sea un libro escrito contra su hermana. Si lo escribe con ese fin no va a vender nada. Si lo hacen honestamente porque cre que tienen algo que contar a ella le parecerá estupendo y enriquecedor. A la gente le gusta la autobiografía por ejemplo de poetas. Hay un poeta anglosajón de los años 20 40 que cuenta una cena en casa de otro poeta en Nueva York. Los demás poetas escribieron de la misma cena. Los les por separado. Han hecho un libro de como diferentes poetas narran esa cena en los años 40 en Nueva York; lo narra Splender, Dylan Thomas, el poeta Avión, el sudamericano moreno coronel Urktesu que narra sus propias memorias. Es interesante. Tiene que ver con la razón común, la verdad es un ejercicio común, no de uno solo. Va más allá de incluir el yo en una serie de novelas sobre familias que pueden tener nombre o no y se han puesto de moda. Esto se ha hecho siempre. Muchas de las novelas clásicas de antes serian ahora auto ficción. En nombre del busca perdido es su autobiografía en clave de ficción, son experiencias reales, personajes trasmutados y defensa de lo biográfico, de la falsa autobiografía. También se puede considerar auto ficción el hombre sin atributos de Musil, conciencia de seno de Italo Svelo, los libros de Robert Walser que tienes ahí, Thomas benjhard, Peter Handke, Natalia gisburg… muchos libros han jugado con eso y con el agotamiento de las formas de verosimilitud como concepto de cierta novela del siglo xix, artefacto idealista, novela que aparece un mundo cerrado. El relato autobiográfico es algo con más potencia que contar simplemente lo que le pasa a tu familia, tiene más opciones y posibilidades. Hay una moda de gente y escritores contando su vida protagonizado por escritores que es eso que viene de la vanguardia de años 30 o en Azorín y Unamuno. Niebla, por ejemplo. Es un género que viene de hace mucho tiempo, que es una confusión fértil profunda que tiene la novela desde hace muchos siglos, desde que empezó. Es algo más que historias de familias.  En la novela “basada en hechos reales” se cuenta la historia de una escritora que ha escrito autobiografía y que el editor no quiere que escriba novela, quiere que siga escribiendo auto ficción. La autobiografía tiene autenticidad. Muchas novelas sabemos que son ficción y han dominado la literatura, pero ahora está perdiendo público. La Metamorfosis de Kafka la habían leído 3, tuvo problemas para extenderse y divulgarse. Las novelas de ficción no gozaban el favor del público sino solo de la crítica más exquisita. ¿Por qué la vida de los escritores contado de forma abierta su vida interesa tantos y no la novela de espías dominante en la guerra fría? La metamorfosis de Kafka con este auge de la auto ficción se puede entender como una autobiografía onírica, de sueños. No conviene limitarse a lo autobiográfico o a los experimentos con auto ficción ni limitarnos a un tipo de novela realista. Se han agotado ciertas convenciones de la novela realista. Uno tiene claro que es solo una novela. El público quiere que el libro le sacuda e inventa la novela su propio género. ¿Es autobiografía, ensayo, qué es? Debemos ser capaces de distinguir que cambio antropológico hay para que el público se plantee una literatura de verdad común. Las confesiones surgen cuando fracasa la sociedad. Hay un ensayo muy bonito que es dar cuenta de sí misma, ¿en qué momento uno da cuenta de sí mismo y se constituye como relato? Uno tiene que dar cuenta de si mismo cuando la sociedad le excluye y se siente fuera de su sociedad. La sociedad que rodea a san Agustín no es la de Dios, y está descontento con la ciudad del hombre y dialoga con un lector que aún no existe. Roseau escribe las confesiones cundo se siente juzgado por sus amigos malvadísimos porque él era demasiado sensible. De esas confesiones concluimos que malo era Diderot. Uno escribe esto cuando tiene que inventarse su comunidad. Cuando fracasa la comunidad surge este yo. Las autobiografías no han existido siempre, es un género moderno que tiene que ver con la ruptura y desaparición de esas sociedades. Antes de san Agustín igual hay autobiografía de un romano al que acusan de robar dinero. La confesión autobiografía estaba en la poesía de Horacio, lo bien que se lo pasaba con los amigos. Este género surge cuando fracasa lo comunitario. Lo comunitario ha fracasado. El modelo protestante ha vencido. Todos somos responsables de nuestros éxitos y nuestros fracasados y no tiene nada que ver con la cultura católica y el libre albedrío. Ahora creemos en la Libertad y la Voluntad. La cultura católica es rica en literatura erótica. Tener que contar a un confesor tus pecados es maquillarlos por si horroriza a alguien y contárselo con todo lujo de detalles. Esto lo decía Foucault y se suma el ponente. Cuentas al confesor pecados y empiezas a deleitarte en esas escenas intimas, hay alguien que escucha, lo exageras. Es una cultura propicia para ello la católica. El liberalismo económico y el capitalismo proviene de la ética protestante. Estamos aislados, responsables de nuestros fracasos y éxitos, libres. Hay mucha gente escribiendo para tener un lugar donde partir, aunque sea del propio nombre. El lector quiere que no sea un artista o ministro sino alguien común como ellos que les hable de sí mismo y se sienten identificados. “No soy ninguna teórica de la literatura, pero los lectores lo que más te dicen si les ha gustado es que se sienten muy identificados. Si tú te confiesas ellos encuentran un lugar para proyectar sus propias historias que tienen como escondidas”. Le dan la enhorabuena por el libro y les cuentan una historia larga sobre su vida de la que ya les hablaba el libro. Es una forma de terapia psicoanalítica. Hay una confesión y el lector te devuelve una confesión. Buscan expresarse, proyectar sus propias historias. ¿Cómo huir del estereotipo? Esta lleno el mundo de esto. Uno cuenta su vida, pero no es un estereotipo, no es el discurso asimilado. Es evidente en la parte política y familiar. Hay que narrar estas cosas sin dramatismo ni recurrir al cliché de lo que tienes que sentir en cada momento. Eso libera. Cuando murió su madre, con mucha tristeza por supuesto, sintió cierta libertad. Se va alguien en tu vida que ha tenido mucho presente e influencia y se van las normas que establecemos con esa persona. Rompes con una pareja y es muy típico que, si a esa persona le molestaba que hicieras ruido por la noche, lo rompes, de repente se cae, da sensación de libertad, te mueves por toda la casa aunque sean las tres de la mañana y haces ruido por la casa. Sientes ciertas libertad, cuando se va alguien que adorabas o querías. Los lectores confiesan sus propios alivios. Esa niña le contó que había muerto su madre, y en su diario escribía; siento mucha paz. Sentirse bien después de una muerte puede resultar incómodo. Te sales del cliché. Hay personas que dicen, esto que creía que no le pasaba a nadie a esta también le ha pasado. Es un libro de duelo, porque es el acompañar a morir. No señalan lo que tienes que pensar o sentir, sino que te acompañan. Es  una virtud grande literaria el de acompañar al lector. Uno no puede dar más que tranquilidad, aunque sea la muerte de tu madre. Comprendes como son las cosas y eso lo logras con la buena literatura. Le tocó hacer la reseña de su libro cuando no se conocían, le encantó su libro que leyó, fue la primera reseña que salió. Le gusta mucho su libro y tiene esa virtud de acompañar, de que de repente comprendas que alguien te cuenta su vida, que nada tiene que ver con tu vida, son sus confesiones, pero te da tranquilidad. Te hace aceptar, comprender y disfrutar de pronto el sentido de las cosas. De repente las experiencias tienen sentido. Es una de las funciones de la literatura.
Se abre el tiempo de preguntas breves y concretas para tener tiempo para varias. Nadie se anima a preguntar.  “Gracias al moderador por las preguntas y a los dos por la respuesta. Te identificas con el libro es algo que ya nos ha pasado, puedes comprender que a los demás también le pasa, da tranquilidad. el guion pregunta lleva a la reflexión. ¿pensáis que vuestra literaria puede dar lugar a que después de la compresión reflexión haya una función social de trasformación? ¿puede la literatura trasformar esta realidad? Vemos y comprendemos el mundo de esta manera, cómo funcionan las cosas. Queremos cambiar las cosas que no nos gustan tanto. Los libros no pueden trasformar sociedades, por desgracia. Tienen impacto en el día de hoy muy pequeñito. Son como impactos pequeños en personas pequeñas, no tienen gran impacto.  Tienen más repercusión las entrevistas que nos hacen que el libro que hemos escrito. Hacen más valor de concienciación social las entrevistas y actos que va que la novela. Aunque la novela trate sobre su madre lo que más le preguntan es sobre terrorismo, no es una experta y solo puede contar su experiencia personal, un testimonio oral que puede tener impacto social y hacer reflexionar a las personas. Soy muy utópico en esto sí. Pienso como tú en las entrevistas. La guerra ideológica se da en la construcción de la identidad, la verdadera construcción política es a través del deseo.  Hay un partido que está formado por directores de recursos humanos. Es un partido creado en castin, parecen jefes de recursos humanos de una empresa. Es un partido que apela al deseo y no a la realidad. Tiene ver con la construcción social de los que le votan. Votan al país moderno y a esta gente que parece de una empresa. Ahí se da la literatura política. Te lee muy poca gente. Esto es minoritario. Han salido hace poco en España estudios de cuanto se lee, es minoritario. En poesía no hay publico sino lectores, hay que convencer uno a uno, es interesante eso. Hay momentos en que hay que decir la verdad y eso va a molestar, escribes lo que te sale de dentro, pero lo cambias por miedo a la reacción del público, a lo que piense tu mujer. Eso no le ha importado nunca a la escritora. Llegará un momento que te digan cuidado con esto. El riesgo de que te den tortas por todos los sitios. Le han metido tortas, queda mal en los libros, hace el ridículo y dice cosas de las que luego se arrepiente. No hemos hablado de las novelas de Filip Roth o pelis de Allen; están llena de gente dolidas por haber salido en esas novelas y películas. El director usa a su propia familia y la familia le odia. Es algo a lo que te tienes que arriesgar. Te pones donde quieres. No tienes que cortarte. Está bien que cuentes cosas siempre con un límite. El limite lo pone cada uno y es un sentido moral que cada uno lo tiene en un sentido diferente. Si es coherente con lo que crees que se debe contar escríbelo y si no pues no. Hay trasformación social en los libros y en el cine. Ha leído una reseña pequeña en el periódico de que Obama en una de sus despedidas comentaba los libros que había leído y le habían ayudado a gobernar. Ahora se lee bastante, más que antes. Estas charlas ayudan a cambiar la sociedad. Aunque sea una sola persona. Si das una conferencia y solo hay una persona entre el público que no te siente mal, una persona es muy importante. Es más importante llegar a una persona que a una masa abstracta porque eso no arraiga. Puede transformar, pero es un proceso pequeñito y va poco a poco, paulatinamente. Una persona se queda con una idea y eso es importante. Tiene más importancia que Obama lea un libro de política que el que me lo lea yo. Creemos que tienen impacto nuestras novelas porque si no no escribiríamos. Lo pasado de moda es una fuerza política que se resiste al imperio de la actualidad. Parece que todos tenemos que tener los mismos gustos y opiniones. Esa labor de resistencia es muy importante, por eso está bien que los libros estén un poco pasados de moda, un poco anacrónicos. Es un elogio de lo pasado de moda, no de las reactualizaciones descafeinadas de cosas del pasado, sino lo que ha sido dejado de lado, como la literatura. Lee más gente en el mundo porque hay más gente en el mundo.


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