Esos realistas que retrataban burgueses...
BALZAC
Una vez más vemos en la obra de
Balzac que la literatura está abierta a otras disciplinas como la psicología,
la sociología o la filosofía. Solo con el título nos deja ver que cuando el
narra lo que le interesa es entrar en múltiples campos para que veamos las
perspectivas de lo que él nos quiere decir. Balzac habla de las pasiones
humanas, de la lucha de unos contra otros por la ambición, por el poder.
Aparece la corrupción, los deseos de utilizar al otro como si fuera solo
objeto, nunca sujeto. Retrata la historia y el día a día en esa lucha de unos
contra otros, esa lucha de clases como diría Marx. Él hace un análisis
exhaustivo del alma humana. Lo más interesante de este autor es ver sus
registros estilísticos; él es bastante barroco a la hora de escribir. Explica con
muchos detalles situaciones que en un momento pueden ser situaciones secundarias,
pero las describe con tanta pulcritud que parece lo prioritario del relato. Lo
verdaderamente prioritario es el estudio psicológico que deja ver desde el
momento primero. El libro forma parte de su análisis de la comedia humana. La
Comedia Humana surge en Balzac como una continuación de la Divina Comedia de
Dante. En Ferragus el protagonista es Ferragus, el príncipe de los devorantes,
el que devora. Por tanto, la obra habla de la ambición, hay dosis de mentira y
corrupción en la novela. Escribe una especie de relato de novela negra,
enigmático por los personajes que trabaja. En otros trabajos de Balzac siempre
aparece esa burocracia. Los personajes de Balzac buscan conseguir un bienestar
o reflejan un mal estar en el mundo. Sus personajes se dejan arrebatar por las
posesiones y el dinero o la herencia camuflada en litigio entre familiares.
Balzac ve que en lo social hay una parte de podredumbre, de malentendido, del
freudiano malestar cultural que afecta a la convivencia de los seres que
aparecen por sus relatos. Describe relaciones de poder, personajes que quieren
salir del fango. Muestra como es el alma de los que bien están en el fango o
bien procuran estar en la luz. Es un muy interesante autor de gran pureza
psicológica. Es un autor de filosofía porque nos habla en sus novelas de
psicología y sociología. Deja la puerta abierta a muchos estudios humanísticos en
sus relatos. El realismo del siglo XIX es un periodo de compartir otros ámbitos
del humanismo. Autores como Sthendal, Emile Zola, o Flaubert triunfan en
Francia junto a Balzac. Jane Austen, Stevenson, Dickens describen la realidad
en Inglaterra. Oliver twist nos retrata mundos de marginación social,
industrialización y lucha de clases sociales. En David Copperfield aparece la clase
alta. En España triunfará Galdós y su amor epistolar Pardo Bazán, Azorín o
Clarín con la Regenta, pero también Pereda o Etxegaray o Trueba o Blasco Ibáñez
con sus retratos de la burguesía y los obreros en entre naranjos, cañas y
barro, la barraca, el intruso, los 4 jinetes del apocalipsis o la vuelta al
mundo de un novelista. En Rusia los autores realistas del momento son Bulgakov,
Gorki, Gogol Dostoievski Tolstoi Ibsen o
Chejov. Las clases sociales están muy bien definidas. Aparecen las
revoluciones, la lucha de clases. Esa narrativa nos deja ver lo que es la propia
historia como forma de convivencia entre los hombres. Trascienden la mera
literatura para entrar en otros campos de humanidades, de lo social, de lo
político. Hacen interpretaciones de lo que aconteció en la historia como en los
episodios nacionales de Galdós. Son 100 y pico libros la comedia humana y refleja
los caracteres de los personajes humanos en Francia en esos tiempos; el cura, la
hija casadera, el estraperlista, los criados, los siervos, los ricos… En Balzac
está siempre my presente el dinero y los matrimonios no lo son por amor
romántico y pasional sino por el matrimonio realista, como convención social,
como forma de la mujer de asegurarse una posición social y económica. Deslizarse
por las páginas de Balzac es sinónimo de deslizarse por la sociología del
hombre. Su técnica de escritura es totalmente behauvorista o conductista;
refleja al hombre según sus acciones, sus conductas. Hechos son amores y no
buenas razones. El escritor realista retrata lo que ve, lo que oye, lo que
acontece en la realidad. El escritor realista sigue la mimesis de Aristóteles,
reflejar de la forma más mimética posible la realidad. El escritor realista
hace un pacto con el lector, un pacto de verosimilitud, lo que allí se cuenta
es real, ha sucedido. El escritor realista es costumbrista pues retrata los
usos y costumbres de una comunidad. Y esto está muchas veces teñido de cierto
nacionalismo, provincialismo. El escritor realista puede describir una semana
santa o una romería. Para el escritor realista lo importante es reflejar el
lenguaje del pueblo, su jerga y argot. Ser lo más fiel posible a la realidad.
Por eso irá con su cuaderno y bloc de notas apuntando todas las expresiones del
pueblo, de la calle. Se documentará históricamente, algo que no hacía el
romántico, y contará los hechos desde una supuesta objetividad. Se documentará
sobre las ciudades, las iglesias, los edificios, los hechos históricos a través
de documentos cronológicos y oficiales. Balzac usa al sujeto humano como
esencia, como fin y como medio, como punto de referencia. Y se basa en la
introspección psicológica; el retrato minucioso y detallista del alma humana. Tenemos
que tener en cuenta que el psicoanálisis de Freud nace en esta época. Retrata los
lugares del alma humana. Es más secundario la geografía, los lugares en que
esos seres cohabitan con los otros; los prados, la campiña, las fábricas, las pequeñas
casas de provincias, las casas de obreros… describe como vive el adinerado, el
siervo. Se celebran dos cientos años de la muerte de Jane Austen y 100 años de
Carson mc Cullers. Está autora pertenece a la generación sureña americana, de
los años 50 y como Faulkner, practica cierto costumbrismo de la gente del sur. En
distinto tiempo histórico es el mismo costumbrismo y análisis de la psicología
humana. En los lugares apartados de la civilización moderna el alma humana está
muy bien reflejada. El escritor tomará partido por las clases bajas y
marginales, por los perdedores. Esto se ve en cómo describe a los obreros que
vivían en precarias condiciones económicas y de salud. Los seguros médicos, los
derechos del trabajador, las cooperativas se estaban empezando a desarrollar en
la época.
Los narradores del realismo xix usan
el narrador omnisciente, el que observa desde arriba a los personajes. los
observa el propio autor, como un Dios, ojo que todo lo ve, y describe lo que
acontece a su alrededor. Describe como actúa y se mueve en la novela, incluso
sabe lo que piensa y se mete en su monologo interior. El realismo usa la técnica de la observación
por excelencia. Hay una película de Gerard Depardiu sobre la vida de Balzac que
es muy interesante. Este hombre vivió para la literatura, era un obsesivo de la
literatura, tenía el deseo desmesurado de plasmar todos los caracteres humanos.
Te deslizas por estas páginas y te das cuenta que hay muchos diálogos, que nos
aventuran la forma de entender a los personajes. Enseguida te sitúas en uno u
otro. El gran placer del autor es que nos muestra como son los personajes del
que habla, sus silencios, sus pasiones, lo que acontece a un personaje, las
vicisitudes, las búsquedas…
La novela realista tenía algo con
el adulterio, con las pasiones humanas en general. Bobary, Ana Caterina, Ana
Ozores la regenta…. Son diferentes los países, pero es la misma historia. Este género
de la mujer adúltera viene de los cuentos moralistas del abad Prevot. Sobre
todo, de su famosa novela Manon Lescaut que era una casada infiel. (en España
se había escrito la casada infiel de Fray Luis León y de Lorca) Estas novelas
eran moralistas, porque querían que la mujer tomara ejemplo de lo mal que
habían acabado las mujeres perdidas, las que engañaban al marido. También en el
realismo se escribió la dama de las camelias de Dumas hijo. Hay una película de
Marcel carne que habla de Manon lescaut. Fue todo un género novelístico esto
del adulterio, la insatisfacción en el matrimonio, la mujer causaba la
bancarrota y destrucción del hombre. Es una protesta de la mujer contra la
monotonía, plantea una ruptura con lo cotidiano, refleja el quijotismo en la
mujer. refleja a su vez el deseo de
emancipación de la mujer, cuando surge la primera ola del feminismo con las
sufragistas. En casa de muñecas del ruso Ibsen, la protagonista Nora solicita
el divorcio del hombre. Esta obra de teatro fue un escándalo. Eran comportamientos
psicológicos que para el tiempo eran una vanguardia y transgresión.
Los realistas hacen inventario de
los burgueses y sus trastos y pasiones. Describen también como es la vida en
las clases bajas. Describen las clases sociales, la rebelión frente a lo que se
impone. Germinal, la novela de Zola, es también otra película de Depardiu.
Gerard Depardiu hace muchas películas históricas, basadas en novelas, series de
la BBC.
La comedia humana está basada en
la problemática de la época. Toman partido los escritores pues los burgueses siempre
acaban mal, son mezquinos, ambiciosos. El protagonista se rebela contra esa ambición,
el odio de clases se ve en todos ellos. Utilizan la visión directa y el
costumbrismo para describir cómo se vive en estas comarcas y lugares. Se muestran
relaciones paterno filiales y familiares, la figura de los tíos, de los
parientes, del primo. Estas descripciones dan un aderezo muy interesante al
resultado final de la narrativa. En jane Austen aparece la obsesión de la mujer
de casarse como forma de emancipación y de mantenerse económicamente. La
dependencia de un marido la garantiza cierta posición social. Las protagonistas
son mujeres frívolas, una excusa para retratar la clase social que la rodea. El
matrimonio realista era un convencionalismo social, un pacto económico que
garantizaba la unidad y estabilidad social y el sistema. Más que un sentimiento
el matrimonio era el componente social que daba sentido a la vida de la mujer,
ángel del hogar. Nada que ver con el amor romántico, es un amor convencional
estructural y estructurado. Los escritores toman partido por las clases bajas pues
no estaban cómodos con su clase social, con su estatus. Sentían cierta
culpabilidad burguesa, un sentido de culpa porque ellos querrían que el mundo hubiera
sido de otra forma. La burguesía combate contra los obreros, pero ciertas minorías
intelectuales, trabajadores sociales, se percatan de la injusticia de ese
sistema casi estamental. El escritor vive la contradicción entre haber nacido
en una clase privilegiada y todos los que pasaban hambre en la época. La burguesía
tiene la levita manchada con la sangre del obrero. Y esto les creaba
culpabilidad. Es la ambivalencia entre la clase social a la que pertenecen y
cierta sensibilidad y forma de sentir empatía por los demás. La historia está
llena de princesas solidarias, de burgueses que abandonan sus posesiones
materiales para irse de misionarios, de trabajadores sociales, para mezclarse
entre el vulgo. La lucha de clases es tan vieja como las mil y una noches y el
cuento del príncipe que amanece mendigo. Parece que una princesa compadecida
por su pueblo tiene más virtud que una que vive en su torre de marfil. Nos hablan
de esto ya los cuentos de hadas. En las novelas realistas aparece también el fin
de raza, por ejemplo, en la búsqueda del tiempo perdido que retrata la
desaparición de un mundo aristocrático para dar paso a un nuevo mundo burgués. Estas
novelas retratan el final y la bancarrota de las familias, la quiebra, la
decadencia de sus linajes. La nobleza empieza a verse no como a los guerreros
que protegen al pueblo en la edad medía ni como los príncipes ilustrados del
renacimiento, del príncipe de Maquiavelo. La nobleza empieza a tener sentido
peyorativo, diciendo Ortega que hay que ser noble de moral y no de cuna. La nobleza
es algo decadente, acabado, avejentado en las señoras que van a la opera con su
monóculo y su abanico. Empieza así la destructurizacion de las familias. Esta ruptura
con las familias dinásticas es el origen de las familias disfuncionales o desestructuradas
de hoy en día. Por eso esta literatura entronca con la sociología de la
convivencia humana, la filosofía y la historia. La narrativa trasciende el mero
de serlo para analizar desde la sociología. En el principio de Ana Caterina se
dice; todas las familias son iguales pero las infelices lo son cada una a su
manera. Los oropeles y oros del burgués parecen desteñir y esos mundos felices
no son tan felices como aparentan. La novela realista del XIX es una novela de
tocador, un antecedente de la prensa rosa; el pueblo quería escuchar historias
de príncipes y princesas, para verlas caer en el fango y que acabaran mal. El pueblo
gusta de ver que los ricos también lloran y adentrarse en sus intimidades de
alcoba, compartir sus tragedias diarias, bien para emularlas o por admiración,
pero también por envidia y despecho hacia esa clase burguesa. Igual que ahora
las mujeres que compran prensa rosa. De hecho, estas novelas, algo que empieza
en el romanticismo, se publicaban en forma de folletines en los principales
diarios, revistas y suplementos. Cada semana o mes se podía leer un capitulo. Era
como las telenovelas de ahora. Al pueblo inculto le gustaba ver todo dividido
en buenos y malos, en burgueses y obreros. De los temas evasivos de aventuras
de los románticos como los mosqueteros, se pasó a la aventura del día a día que
describe el autor realista.
Los realistas son también los
padres del intelectual activista como lo entendemos ahora. En el Caso Deyfrus
de Zola, el escritor escribe su famoso Yo Acuso. En él hace ver a la opinión
pública que han detenido a un militar por el hecho de ser extranjero, judío, por
el color de piel. Ha sido una condena injusta y Zola denuncia al gobierno y
consigue las firmas de otros intelectuales. Es decir, con Zola empieza lo de posicionarse
políticamente. Inventa la figura del activista comprometido, el compromiso del
intelectual. El escritor toma partido, nunca mejor dicho. Galdós militaba en el
partido socialista. Aparece la figura del intelectual comprometido con lo
social, no vale decir solo soy escritor. Se le exige un compromiso hasta el
final, sin florituras. Si no escribes de esta forma eres un pequeño burgués. Surgen
escritores al servicio de, o escritores en contra de. En tiempos históricos de
resistencia, el escritor se hace revolucionario. El escritor está en malestar
con la cultura, incómodo para el sistema y el escritor integrado es acusado de
acomodicio, chaquetero y burgués. Se contraponen en alegre ambivalencia la
figura romántica del genio (atormentado e incomprendido) y la figura realista
del escritor obrero. Este último se ve a sí mismo como trabajador, como obrero
o técnico (Aristóteles dice que la escritura es una técnica). Este escritor enfatiza
el esfuerzo que le cuesta escribir, que no trabaja con ideas sino con palabras,
que no existe la inspiración ni existen los genios. Todo es esfuerzo, horas de
trabajo, documentación bibliográfica, seriedad, profesionalidad y rigor. El escritor
obrero escribe con el culo, con el culo pegado en el despacho. Los realistas consideran
la visión romántica como algo burgués, un prejuicio pequeño burgués, frente al
compromiso social revolucionario. El romanticismo entronca con el
individualismo. Y el realismo con el comunista o socialista o anarquista. El realismo
siempre es en comunidad, en grupo. Por eso el autor romántico estaba aislado,
no se relacionaba con otros escritores y en cambio el realista se junta con
otros en cafés, tertulias, grupúsculos, partidos políticos, asambleas, ferias… Los
realistas se comunicaban entre ellos mucho por carta como Galdós y Zola con
Emilia Pardo Bazán. Se cartean estos escritores. Los románticos estaban más
aislados, en su nube, en su mundo. Hay más interrelación humana y compromiso
entre los escritores realistas. Se decía que Juan ramón Jiménez vivía en su
mundo, en su torre de marfil, no se enteraba del mundo. Pepe Bergamín vivía en
su nube, tenía mucho juego por el lenguaje. Le tenía mucha manía el premio nobel
José Echegaray y se preguntaba; ¿este hombre cuando escribe si esta 24 horas en
los cafés hablando y conspirando? Bergamín es de los hombres más picaros con el
lenguaje, y decía de Echegaray que tenía muy mal café. Le critica el que se
pase el día en los cafés hablando, tertuliando. No escribir directamente sobre
un problema social no significa dejar se ser político o comprometido. Ana maría
matute escribió al principio cuentos realistas, pero en sus novelas de fantasía
también hay critica; al inventar otro mundo está criticando este. En el país
vasco se llamaba al escritor aislado en su torre “txapelaundi” o el de la
txapela grande. Este tipo de escritor era por ejemplo Baroja que escribía en su
mesa camilla de médico. Era un hombre viejo, un sabio erudito con su boina y su
enorme biblioteca, una especie de cura o juez de paz de pueblo. Él mismo
aparece reflejado en el Andrés Hurtado y el tío Iturrioz del árbol de la
ciencia. La crítica social tiene muchas vertientes, dependiendo de que lenguaje
utilizas. Hay crítica social en el pascual duarte, la colmena… Se hace análisis
social de un tiempo histórico. Entre visillos de Carmen Martin Gaite critica también
la sociedad franquista. Uno hace crítica social sin hacer una novela
costumbrista o haciéndola. No hay escritura despolitizada, descomprometida,
desde el punto de que todos nos influimos a todos. Una diferencia entre la
novela decimonónica y la actual es que antes el narrador contaba, es decir;
describía, analizaba, se metía en los pensamientos… la novela actual no cuenta
ni muestra, sino que sugiere. Ya no se puede escribir “Juan era un hombre
nervioso y fumador” sino que hay que decir “Juan encendía un cigarro tras otro
mientras temblaba” De aquel narrador omnisciente de tercera persona se ha pasado
al narrador en primera, confesional. De las grandes verdades se ha pasado a la
mera doxa de Platón, la opinión. El propio escritor convertido en personaje de
esta narrativa autobiográfica y confesional que ahora tenemos.
Frente a la literatura realista
de Balzac en que lo importante son los personajes contraponemos la literatura
de Luis Goytisolo donde lo importante no son los personajes sino el lenguaje. El
contrapunto de la comedía humana es Luis Goytisolo y su última novela que se
llama coincidencias. Señas de identidad situó a Luis Goytisolo como el mejor
novelista entre sus hermanos. Juan Goytisolo vive en Marraquest, y escribió
obras como traición del conde don juan, o campos de Nijar. José Agustín
Goytisolo escribió el poema palabras para Julia; no
puedes volver atrás porque la vida te empuja como aullido interminable, ya sé
que te verás acorralada, perdida y sola, yo sé que dirás “no puedo más y aquí me
quedo” pero entonces acuérdate de lo que yo un día escribí pensando en ti como
ahora pienso. Tendrás amigo tendrás amor. El ser humano, así cogido, de uno en
uno, no es nada” Es paradójico que escribiera este poema lleno de
optimismo y luego se suicidara. Paco Ibáñez músico la canción de Goytisolo
palabras para Julia y yo le regalé a mi madre una carta esculpida con un
párrafo
del poema.
En Balzac lo importante es el sujeto del que se habla. En Goytisolo se habla menos de personajes, el protagonista verdadero es el lenguaje. Los realistas pretenden decir con un lenguaje serio y creativo como es madame Bobary, Eugenia Grandet, papa Goriot. Deja todo muy nítido, claro. A través del lenguaje, el sujeto es el protagonista. En Goytisolo el personaje protagonista es el lenguaje y los personajes son secundarios y accesorios. Los juegos del lenguaje, lo meta literario, el meta lenguaje abundan en sus novelas. Este tipo de literatura confesional y autobiográfica se está agotando porque se retroalimenta demasiado de sí misma, se relame en la autocomplacencia y el narcisismo. Todos los protagonistas son escritores. Siempre es el escritor bañándose en su éxito el protagonista. Se mira el propio ombligo, y es el otro extremo de la poesía social. Es una literatura más aburguesada e individualizada. La Comedia Humana es una narrativa de personajes, frente a otros autores a los que les interesa el goce del lenguaje, como en las novelas experimentales de Juan José millas. Un ejemplo de la literatura del lenguaje es lo que se llamó en Francia en los 50 el noveau roman; Natalie Sarraute, Robbe Grillet, Claude Simmon..,. No va a haber diálogos entre personajes, pero si los sentires que hace el propio autor de su impresión de la realidad. El lenguaje es verdadero protagonista, el significante es el lenguaje. El lenguaje se convierte en un significado. Dios es significado para el creyente, el significado total. El fondo es el significante y la forma es el significado. El significado es Jesús de Nazaret, pero el significante será el concepto que cada uno tenga de esa divinidad. Esto del significante significado viene del estructuralismo de Fernando de Saussure y su curso general de lingüística. El significante es el concepto. El significado son las interpretaciones de ese significante. El significante sería el estado, y el significado los partidos políticos dentro de ese estado, liberales o nacionalistas. Levi Strauss es estructuralista, un filósofo formalista, que investiga que quieren decir esos significados. Un significado es filosofía. El significado del cristianismo (amor piedad verdad) es filosofía. El existencialismo es un significado también. Explica que significados damos al significante. No es lo mismo el significado de un trotskista que el de un liberal, aunque compartan el significante del estado. Dicen que si al estado como significante, pero los significados son antagónicos, no confluyen en nada. El significante es el lenguaje. En los realistas franceses el significante son los protagonistas, nombres propios como la actriz prostituta Nana de Zola o papa Goriot. El significado es como con el lenguaje nos explica quién era madame Bobary, el cura de tours (viaje francés) El cura de Tours es un hombre al que le quieren expropiar la casa los familiares. Hacen estrategias terribles para que este hombre abandone la casa donde ha vivido ejerciendo su vocación de sacerdote. Lo explica muy bien Balzac. Goytisolo nunca haría una cosa así. Explicaría con su lenguaje lo que rodea al lugar donde se está desarrollando la trama. Novelas como Señas de identidad o la forja de un rebelde describe de forma muy realista, los cuadros, lo que están comiendo, pero es secundario. La idea prioritaria es el lenguaje. Se les puede considerar realistas a Barea o a Goytisolo, pero es el lenguaje el protagonista. Luego vendría el realismo mágico de García Márquez, Vargas Llosa, Isabel Allende, Cortázar, Carlos Fuentes, Sábato, Bioy Casares o Borges en el boom sudamericano. Umbral se quejaba del realismo “Galdós barojiano” en que aún vivía en España. Umbral no soportaba a los autores realistas.
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