Lucia Berlín es la escritora de
moda ahora, en estos momentos. Vivió los últimos años de su vida en una
caravana habitual en los EE.UU. Vivió con lo justo, nunca tuvo mucho dinero.
Tenía esclerosis y el tratamiento de hospitales privados le arruinó. En EEUU en
la mayoría de hospitales la sanidad no es pública. Este libro es el último que
escribió, BF y yo, que trascurre en
una caravana. En esa aparente sencillez es un buen relato. Esta enfermedad la
condenó a Lucia Berlín a llevar un armazón rígido en la espalda y en la columna
vertebral, y termino perforándole un pulmón y vivió con una botella de oxígeno
siempre a su lado. Sin embargo, en toda su tragedia, rescribía relatos cachondos.
Sus últimos meses de vida los pasó en casa de uno de sus hijos en San Francisco.
Murió a los 68 años en el 2004 (hace 12 años). Nació en Alaska en el 36. Dejó
escrito que su epitafio en el cementerio fuera “sin aliento2. Su padre era
ingeniero de minas destinado en Alaska. El relato más bello del libro es cuando
su madre fue de jovencita a casarse con su padre. Se lo cuenta a su hermana que
está muriendo de cáncer. Escribió siempre pero no se tomó en serio la
literatura hasta la década de los 80. Empieza a publicar en los 80 90, con 45
años. Los años anteriores se dedica a todo eso que cuenta, a vivir y las cosas
que cuenta. Comienza a publicar en varias revistas, publicó varios libros, pero
su obra cayó en el olvido. Observamos lo relativo que es la justicia literaria,
el reconocimiento de uno o de otros. Era una autora desconocida hasta que lidia
David recuperó los relatos de Berlín e hizo esta selección de relatos que se
publicó en EE.UU. y de rebote en muchos sitios, entre ellos en España. Lidia
David era la primera mujer de Paul Auster.
El título es manual de mujeres de
la limpieza que es uno de los relatos y no hace justicia al libro. Vivió en los
márgenes, pero en ellos obtuvo fuerza para su vida y literatura. Los relatos
son autobiográficos. Es necesaria la trasformación de la realidad en literatura,
pero no la distorsión de la verdad. Tuvo episodios de su vida muy duros, muy
crueles. La enfermedad la tuvo desde pequeña, esa madre alcohólica y tan cruel
le inspiró un relato tremendo. Sus padres no se entendieron nunca. El abuelo
materno abusó de ella y de su hermana de adolescente, de crías. Fueron a vivir
a casa de sus abuelos en las Texas. El abuelo era dentista y borracho y abusaba
de ella y su hermana. Ocultó muchas cosas sobre su madre. A los 32 años se
había casado y divorciado 3 veces. Aparece con nombres diferentes su marido, que
era un saxofonista de jazz muy famoso y heroinómano. Ella tenía que conseguirle
heroína para que viviera. Tuvo 4 hijos, 2 con un marido y 2 con otro. Los cuidó
siempre y desarrolló muchos trabajos que aparecen en el libro para cuidarlos.
El libro está lleno de desintoxicaciones y canceres. Entre las desgracias de su
vida está el cáncer del que murió su hermana y del que ella estuvo tan cerca.
Cambiaba de domicilio constantemente. Un hijo suyo calculó que cada 9 meses se
mudaban. Cuando su padre volvió de la guerra encontró trabajo en Chile y allí
fueron. ¿Hasta qué punto el texto es autobiográfico? Es para momentos animosos
leer esta vida tan desgraciada. El libro destila vitalismo, ganas de vivir, una
celebración del mundo, da mucho ánimo. Hay ausencia del pesar. Salta de un relato
a otro, es muy diverso.
Al principio no vemos el vínculo de las mujeres de limpieza con los relatos, el titulo despista. Su vida tan tremenda y esos hechos terribles lo cuenta de forma natural sin sentirse agobiada. De la lectura de estos relatos se trasmite alegría. Se mueve en mundo undergroup entre yonquis, y servicios de urgencia. Cuenta los testimonios de los abuelos. No se regodea en el dolor; cáncer de sus hermanos, alcoholismo…. Uno de los relatos trata de una mujer con un niño en la miseria, que al final se carga al crio porque está desesperada, es horrible. En otro cuento el abuelo se saca la dentadura y la enseña. En otro contempla la historia que tiene con un chaval de 15 años, como se sumergen en un mundo poético aparte, es el amigo de su hijo y los demás lo van viendo de manera natural porque lo es. Le da igual si es autobiográfico o no. Se ve mucho desarraigo emocional. No la admiten en el colegio religioso. “Solo quiero que me admitan”. Era la más lista, sus amigas no la admitían. Es vitalista, pero tiene frases terribles. Una familia india la acoge. Los hoteles le parecen acogedores. Aparecen mucho las lavanderías donde lava su ropa. Toma drogas solo para que la admitan en los círculos de sus amigas. Hay mucha humillación. Hablamos de los personajes de esta novela como si fueran Lucia Berlín. Ella usa su propio nombre en varios relatos, no en todos. La estás viendo a ella cuando ves a los protagonistas de los relatos. Se confunde mucho con su nombre. En el relato punto de vista nos cuela sus teorías literarias, es una defensa de la tercera persona. Si lo cuento en tercera el lector lo acoge. Si lo cuento en primera el lector lo va a dejar, no se lo va a creer. En los últimos relatos esta ya la primera persona. El lector se pone más en guardia. En primera persona resultan más crudos y duros. Ella en México con su hermana muriendo de cáncer recuerdan a su madre. Rosa Regás dice que es “una asombrosa historia de una mujer americana narrada en diferentes historias con distintos personajes. Son relatos llenos de añoranza y recuerdos de infancia, con la lucha contra alcoholismo y el amor materno. Son vidas humanas que nos seducen, para disfrutar, y luchar, y acabamos fundidos con su vida y aún más con la nuestra. Son batallas ganadas a los mil tropiezos. Un gran regalo que recibimos al nacer si sabemos mirar en el interior de nosotros mismos”.
Lucia tiende a exagerar su
situación, a distorsionarla y transformarla y no sabemos si esta era la
realidad. Hace de lo ordinario extra ordinario que es un gran recurso literario
si se sabe hacer. Cuenta las vivencias del hijo cuando su madre está borracha. En
el relato inmanejable ella sale a la
calle, hay una destilería y sale a comprar vino. El hijo le esconde el dinero y
la llave del coche para que no conduzca y compre alcohol. Ella vuelve a
prepararles el desayuno. Relata sus penas. Muere la madre de los dos y la
hermana mayor se encarga de que reviva su hermana pequeña y coja gusto por la
vida, la hace que bucee. Una estaba demacrada y triste y ahora la que está mal
es la otra. La tía va a beber porque es una alcohólica. Ella no quiere bucear
porque tiene mucho mono de alcohol. En y
llego el sábado va a una cárcel donde da un taller de literatura. Lucia Berlín
dio talleres de literatura en varias cárceles. Había un ex presidiario de
funcionario que escribe un relato donde habla de su relación con su padre. Se
creen todos que lo que cuenta es verdad, pero se lo ha inventado; “es lo que se
espera que escriba un ex presidiario. Usted se corre viva cuanto ve que ayuda a
unos presidiarios en la cárcel”. Lucia le respondió; “Estoy aquí para enseñar a
escribir, no me importan vuestros sentimientos, podéis mentir y tomarlo como
verdad. Esa historia es verdadera venga de lo que venga. Es verosímil “La
literatura es decir la verdad mintiendo. Es verdad porque te lo crees, suena
verdadero, verosímil, no porque haya sucedido. Las verdades propias no se
cuentan de forma tan desnuda, pero ella cuenta a través de su experiencia
personal. Y hace pensar al lector que todo es su vida. Juega con la ilusión de
creernos que es su vida. En el relato de melina
habla de una mujer cuyo marido se enamora de otra cuando la ve desnuda. En sus
relatos aparecen grandes personajes secundarios, la Ruth que se busca un
amante, con un marido súper entregado. La dueña de una lavandería que esta con
la menopausia. Solo hay un relato en que el protagonista es un hombre. En Años locos, de vino y rosas, una pareja
tiene un hijo y se autodestruyen en esa relación. Ella termina por abandonar a
su marido. Describe el frio que pasaban en Nueva York contrastado con el calor
de Acapulco. Es una relación apasionada que intercala con cosas del presente,
el viejillo la sigue llamando. Tendrá dos hijos más con este. Un día abre la
puerta y está pinchándose con la heroína.
Le gustaba más la heroína que su mujer e hijos. El tono y la voz es la
misma. Las historias las hace clavadas y opuestas unas con otras. El marido
está calentando algo en una cucharilla. ¿Qué es eso?, heroína. Fue el comienzo
de unos años duros que vendrían. Momentos en color y momentos terribles. Le
quita dramatismo diciendo que tuvo momentos tremendos. Siempre quita hierro a
las cosas contándola. Se pone una coraza para defenderse del tipo de vida que
ha vivido. No se regodea en el sufrimiento en los momentos que ha tocado fondo.
Lo cuenta cuando ha salido de
ello. Cuando recuerdas las cosas son mejores, las suavizas. En el momento fue
muy duro. Todo está escrito en el pasado, 15 años después de haberlo vivido y
eso le permite cierta distancia. La madre es el personaje que más nos repele,
por momentos hay ternura hacía la madre. Cuando ibas a la escuela saludabas a
mama, pero era la hermana la que saludaba. La madre entre las cortinas quería
despedirse de ella. La protagonista hereda el alcoholismo de la madre, pero no
su amargura. Ella estaba amargada por lo que el padre hizo con ella. La madre
le dio un mamporro a la hija. Destila bondad la protagonista. Roba las pastillas.
Son brillantes las descripciones que hace de cada una de las paradas, lo de la lavandería,
recuerda a la novela de “criadas y señoras”. El bus ahora para aquí o allí, y
se ve como tratan a las criadas. Es meticulosa, descriptiva, realista
escribiendo. Una marca de la buena literatura es hacérnoslo todo verosímil a
través de los detalles, aunque a veces se hace pesado. Tiene un punto cómico
humorístico, es un humor algo negro. Es muy realista. Escribe de forma
objetiva, real. Usa expresiones como “hay
que joderse”. Al final tiene un punto de humor. Vive en otra sociedad diferente
a la europea, vive en EEUU. Dice que es más mexicana que su hermana que vive
allí. Habla de la muerte y de cómo se festeja la muerte en México. Ella es más
autodestructiva que su hermana. Su hermana Sally no ha sido nada
autodestructiva nunca. Aparece sutilmente
la enfermedad de la esclerosis un par de veces, pero no se regodea en ella.
Aparece en la infancia un par de veces, pero es una enfermedad que ha
arrastrado toda la vida. El libro se puede recomendar a personas depresivas, pues
en la comparación con el libro lo que te pase te parece nimio. Hay diferencias
de ambientes; México, Chile, Nueva York. Nunca está sola, siempre se le acerca
alguien en México. La soledad es algo anglosajón. Hay diferencia en los
distintos sitios donde vivió. Oclam es la ciudad de sus pesadillas. Trabaja en
un hospital con lo más humillante de la sociedad. Describe las flores que había
en el callejón detrás de ese hospital. Está en el infierno, pero ve las flores.
Todo es en blanco y negro y las flores son en color. Comparamos sus cuentos con
Chejov o William Carlos William que eran médicos. Un médico ha de tener
distanciamiento con la realidad que vive. Ese distanciamiento lo tiene la
autora, pero hay una empatía con todas las cosas y compasión por todas las
personas. Es lo que hay, todo lo acepta. Es como What Whitman, lo acepta todo. Es
la actitud de muchos escritores norteamericanos. Los europeos son más
dramáticos, más tremebundos. La vida en
rosa, cuando está en chile, es la menos dramática. En chile pertenecía a la
alta sociedad con el padre ingeniero de minas y los bailes de alta sociedad.
Todos no han leído la novela del
tirón. Lo dejaban y lo volvían a coger. En la tertulia una lectora recuerda
cuando se le acaba el jabón y no tiene dinero. Una señora que apenas le conoce
va con ella a hacer la colada y le dice; “si algún día no vengo es porque me he
muerto”. Habla más de mujeres que de hombres, que los pone a caldo. Los
personajes potentes son mujeres. A los hombres les pone como barbaros y brutos.
Lucia Berlín los 17 años se casa con un intelectual que le introduce en ese
mundo. Se ha formado sin ir a la universidad, a la que va más tarde y ha
absorbido mucha cultura. Es una selección de sus relatos. Escribió mucho más.
Conoció a los grandes poetas de EE.UU. Ella es ella y no es ella. Coincide la
madre, los hijos, los 4 matrimonios, donde vive, la caravana, que la hermana
tiene cáncer…. no es autobiográfico, pero parece serlo. La novela destila positividad,
en medio de la tragedia hay que quitar dramatismo y continuar. Cuando va a casa de sus padres, la madre
bruja dice ¿has decidió suicidarte?, le rompe el papel la madre. La madre es la
bruja de blanca nieves. A la niña la echaron del colegio porque dejó de hablar.
Quería haber sido actriz porque hacia teatro. La protagonista es una mujer
frustrada porque se casó con quien no quería, su padre abuso de ella. Es una
víctima. Tuvo una infancia buena pero luego se arruinaron y fue horrible. La
trataron entre algodones para después conocer la crudeza de la vida. Se
convirtió en una amargada.
No se amargó como su madre. Ves muchos
puntos de humanidad en sus protagonistas. Todas son víctimas. Se habla en los
relatos de soledad, de alcoholismo, de solidaridad entre borrachos. Lucia Berlín
era una niña muy callada que no hablaba con nadie. Con el padre lo hablaba
todo. No tenía amigas. Hicieron un pacto de whisky. En esos relatos se ve la solidaridad
de los alcohólicos o en la cárcel. Los presos ven un combate en Arizona y se
identifican con el perdedor del combate. Te arrastran los cuentos. Escribe tan
rápidamente que te atrapa, es muy dinámico. Todo en los relatos es inesperado,
no sabes que va a pasar, pero es todo natural lo que pasa, no hay nada forzado.
Es un libro que al releer ves mucho más. Lorri moore dijo de estos cuentos; “en
otros autores ves cuanto se lo ha currado, pero en Lucia Berlín parece que no
le cuesta trabajo escribir”. No le sobra nada a los relatos. Habla del taller
en la cárcel o en punto de vista habla de la meta literatura. Es muy consciente
de cómo conseguir en el lector lo que quiere. Lo consigue, pero no de forma espontánea,
aunque a nosotros nos parezca fresco. Están muy currados. La abuela tapaba al
marido como que no había maldad en su familia, no quería ver la realidad, y siempre
estaba su biblia. Y cuando el abuelo la viola, la abuela no dice nada. El tío
es alcohólico, todos en la familia lo son. Su madre le decía; “cásate con un rico,
aunque no te quiera”. A su hijo le dio los consejos que le daba la madre; “cómprate
flores a ti misma, búscate acompañantes y que los vea tu marido para que tenga
celos y no le pidas que vuelva”. Quiere a los hijos y les da consejos. Fue a la
casa cuando murió el padre y la madre no le abrió la puerta. La familia era
racista. En la consulta del abuelo doctor ponía; absténgase negros. En el último
relato quiere cambiar el suelo de la casa. Lucia Berlín fue profesora en
universidad dando talleres de literatura en los 90. Levantaba pasiones entre
sus estudiantes. Era alta y guapa, daba envidia. En la foto de contraportada se
parece a Jackeline Bisset. Recordamos al personaje del gordo que no podía
respirar al subir los peldaños. Lucia Berlín tenía una seductora voz que todos
trataban de ligar con ella. Da las claves de cuando ella leía de niña y no
podía soñar que llegaría a donde ha llegado, a ser éxito de crítica y de público.
Un libro muy recomendable. Y no solo
para mujeres de la limpieza.
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