LA NOCHE EN LA ISLA
Toda la noche he dormido contigojunto al mar, en la isla.
Salvaje y dulce eras entre el placer y el sueño,
entre el fuego y el agua.
Tal vez muy tarde
nuestros sueños se unieron
en lo alto o en el fondo,
arriba como ramas que un mismo viento mueve,
abajo como rojas raíces que se tocan.
Tal vez tu sueño
se separó del mío
y por el mar oscuro
me buscaba
como antes
cuando aún no existías,
cuando sin divisarte
navegué por tu lado,
y tus ojos buscaban
lo que ahora
—pan, vino, amor y cólera—
te doy a manos llenas
porque tú eres la copa
que esperaba los dones de mi vida.
He dormido contigo
toda la noche mientras
la oscura tierra gira
con vivos y con muertos,
y al despertar de pronto
en medio de la sombra
mi brazo rodeaba tu cintura.
Ni la noche, ni el sueño
pudieron separarnos.
He dormido contigo
y al despertar tu boca
salida de tu sueño
me dio el sabor de tierra,
de agua marina, de algas,
del fondo de tu vida,
y recibí tu beso
mojado por la aurora
como si me llegara
del mar que nos rodea.
Yo te he
nombrado reina.
Hay más
altas que tú, más altas.
Hay más
puras que tú, más puras.
Hay más
bellas que tú, hay más bellas.
Pero tú eres la reina.
Cuando vas
por las calles
nadie te
reconoce.
Nadie ve tu
corona de cristal, nadie mira
la alfombra
de oro rojo que pisas donde pasas
la alfombra
que no existe.
Y cuando
asomas
suenan todos
los ríos
en mi
cuerpo, sacuden
el cielo las
campanas,
y un himno
llena el mundo.
Yo te he
nombrado reina.
Hay más
altas que tú, más altas.
Hay más
puras que tú, más puras.
Hay más
bellas que tú, hay más bellas.
Pero tú eres la reina.
Cuando vas
por las calles
nadie te
reconoce.
Nadie ve tu
corona de cristal, nadie mira
la alfombra
de oro rojo que pisas donde pasas
la alfombra
que no existe.
Y cuando
asomas
suenan todos
los ríos
en mi
cuerpo, sacuden
el cielo las
campanas,
y un himno
llena el mundo.
Sólo tú y
yo,
sólo tú y
yo, amor mío,
Poema El Insecto de Pablo
Neruda
De tus
caderas a tus pies
quiero hacer un largo viaje.
quiero hacer un largo viaje.
Soy más
pequeño que un insecto.
Voy por
estas colinas,
son de color de avena,
tienen delgadas huellas
que sólo yo conozco,
centímetros quemados,
pálidas perspectivas.
son de color de avena,
tienen delgadas huellas
que sólo yo conozco,
centímetros quemados,
pálidas perspectivas.
Aquí hay una
montaña.
No saldré nunca de ella.
¡Oh qué musgo gigante!
¡ Y un cráter, una rosa
de fuego humedecido!
No saldré nunca de ella.
¡Oh qué musgo gigante!
¡ Y un cráter, una rosa
de fuego humedecido!
Por las
piernas desciendo
hilando una espiral
o durmiendo en el viaje
y llego a tus rodillas
de redonda dureza
como a las cimas duras
de un claro continente.
hilando una espiral
o durmiendo en el viaje
y llego a tus rodillas
de redonda dureza
como a las cimas duras
de un claro continente.
Hacia tus
pies resbalo,
a las ocho aberturas,
de tus dedos agudos,
lentos, peninsulares,
y de ellos el vacío
de la sábana blanca
caigo, buscando ciego
y hambriento tu contorno
de vasija quemante!
a las ocho aberturas,
de tus dedos agudos,
lentos, peninsulares,
y de ellos el vacío
de la sábana blanca
caigo, buscando ciego
y hambriento tu contorno
de vasija quemante!
BELLA
BELLA,
como en la piedra fresca
del manantial, el agua
abre un ancho relámpago de espuma,
así es la sonrisa en tu rostro,
bella.
como en la piedra fresca
del manantial, el agua
abre un ancho relámpago de espuma,
así es la sonrisa en tu rostro,
bella.
Bella,
de finas manos y delgados pies
como un caballito de plata,
andando, flor del mundo,
así te veo,
bella.
de finas manos y delgados pies
como un caballito de plata,
andando, flor del mundo,
así te veo,
bella.
Bella,
con un nido de cobre enmarañado
en tu cabeza, un nido
color de miel sombría
donde mi corazón arde y reposa,
bella.
con un nido de cobre enmarañado
en tu cabeza, un nido
color de miel sombría
donde mi corazón arde y reposa,
bella.
Bella,
no te caben los ojos en la cara,
no te caben los ojos en la tierra.
Hay países, hay ríos
en tus ojos,
mi patria está en tus ojos,
yo camino por ellos,
ellos dan luz al mundo
por donde yo camino,
bella.
no te caben los ojos en la cara,
no te caben los ojos en la tierra.
Hay países, hay ríos
en tus ojos,
mi patria está en tus ojos,
yo camino por ellos,
ellos dan luz al mundo
por donde yo camino,
bella.
tus senos son como dos panes hechos
de tierra cereal y luna de oro,
bella.
Bella,
tu cintura
la hizo mi brazo como un río cuando
pasó mil años por tu dulce cuerpo,
bella.
tu cintura
la hizo mi brazo como un río cuando
pasó mil años por tu dulce cuerpo,
bella.
Bella,
no hay nada como tus caderas,
tal vez la tierra tiene
en algún sitio oculto
la curva y el aroma de tu cuerpo,
tal vez en algún sitio,
bella.
no hay nada como tus caderas,
tal vez la tierra tiene
en algún sitio oculto
la curva y el aroma de tu cuerpo,
tal vez en algún sitio,
bella.
Bella, mi
bella,
tu voz, tu piel, tus uñas
bella, mi bella,
tu ser, tu luz, tu sombra,
bella,
todo eso es mío, bella,
todo eso es mío, mía,
cuando andas o reposas,
cuando cantas o duermes,
cuando sufres o sueñas,
siempre,
cuando estás cerca o lejos,
siempre,
eres mía, mi bella,
siempre
tu voz, tu piel, tus uñas
bella, mi bella,
tu ser, tu luz, tu sombra,
bella,
todo eso es mío, bella,
todo eso es mío, mía,
cuando andas o reposas,
cuando cantas o duermes,
cuando sufres o sueñas,
siempre,
cuando estás cerca o lejos,
siempre,
eres mía, mi bella,
siempre
EL INCONSTANTE
Los ojos se
me fueron
detrás de
una morena que pasó.
Era de nácar
negro,
era de uvas
moradas,
y me azotó
la sangre
con su cola
de fuego.
Detrás de
todas
me voy.
Pasó una
clara rubia
como una
planta de oro
balanceando
sus dones.
Y mi boca se
fue
como una ola
descargando
en su pecho
relámpagos
de sangre.
Detrás de
todas
me voy.
Pero a ti,
sin moverme,
sin verte,
tú distante,
van mi
sangre y mis besos,
morena y
clara mía,
alta y
pequeña mía,
ancha y delgada
mía,
mi fea, mi
hermosura,
hecha de
todo el oro
y de toda la
plata,
hecha de
todo el trigo
y de toda la
tierra,
hecha de
toda el agua
de las olas
marinas,
hecha para
mis brazos,
hecha para
mis besos,
hecha para
mi alma.
SI TÚ ME OLVIDAS
QUIERO que sepas
una cosa.
una cosa.
Tú sabes
cómo es esto:
si miro
la luna de cristal, la rama roja
del lento otoño en mi ventana,
si toco
junto al fuego
la impalpable ceniza
o el arrugado cuerpo de la leña,
todo me lleva a ti,
como si todo lo que existe,
aromas, luz, metales,
fueran pequeños barcos que navegan
hacia las islas tuyas que me aguardan.
si miro
la luna de cristal, la rama roja
del lento otoño en mi ventana,
si toco
junto al fuego
la impalpable ceniza
o el arrugado cuerpo de la leña,
todo me lleva a ti,
como si todo lo que existe,
aromas, luz, metales,
fueran pequeños barcos que navegan
hacia las islas tuyas que me aguardan.
Ahora bien,
si poco a poco dejas de quererme
dejaré de quererte poco a poco.
si poco a poco dejas de quererme
dejaré de quererte poco a poco.
Si de pronto
me olvidas
no me busques,
que ya te habré olvidado.
me olvidas
no me busques,
que ya te habré olvidado.
Si
consideras largo y loco
el viento de banderas
que pasa por mi vida
y te decides
a dejarme a la orilla
del corazón en que tengo raíces,
piensa
que en ese día,
a esa hora
levantaré los brazos
y saldrán mis raíces
a buscar otra tierra.
el viento de banderas
que pasa por mi vida
y te decides
a dejarme a la orilla
del corazón en que tengo raíces,
piensa
que en ese día,
a esa hora
levantaré los brazos
y saldrán mis raíces
a buscar otra tierra.
Pero
si cada día,
cada hora
sientes que a mí estás destinada
con dulzura implacable.
Si cada día sube
una flor a tus labios a buscarme,
ay amor mío, ay mía,
en mí todo ese fuego se repite,
en mí nada se apaga ni se olvida,
mi amor se nutre de tu amor, amada,
y mientras vivas estará en tus brazos
sin salir de los míos.
si cada día,
cada hora
sientes que a mí estás destinada
con dulzura implacable.
Si cada día sube
una flor a tus labios a buscarme,
ay amor mío, ay mía,
en mí todo ese fuego se repite,
en mí nada se apaga ni se olvida,
mi amor se nutre de tu amor, amada,
y mientras vivas estará en tus brazos
sin salir de los míos.
TUS PIES
Cuando no
puedo mirar tu cara
miro tus pies.
miro tus pies.
Tus pies de
hueso arqueado,
tus pequeños pies duros.
tus pequeños pies duros.
Yo sé que te
sostienen,
y que tu dulce peso
sobre ellos se levanta.
y que tu dulce peso
sobre ellos se levanta.
Tu cintura y
tus pechos,
la duplicada púrpura de tus pezones,
la caja de tus ojos que recién han volado,
tu ancha boca de fruta,
tu cabellera roja,
pequeña torre mía.
la duplicada púrpura de tus pezones,
la caja de tus ojos que recién han volado,
tu ancha boca de fruta,
tu cabellera roja,
pequeña torre mía.
Pero no amo
tus pies
sino porque anduvieron
sobre la tierra y sobre
el viento y sobre el agua,
hasta que me encontraron.
sino porque anduvieron
sobre la tierra y sobre
el viento y sobre el agua,
hasta que me encontraron.
‘Tu risa’, de Pablo Neruda
Quítame el
pan, si quieres,
quítame el
aire, pero
no me quites
tu risa.
No me quites
la rosa,
la lanza que
desgranas,
el agua que
de pronto
estalla en
tu alegría,
la repentina
ola
de plata que
te nace.
Mi lucha es
dura y vuelvo
con los ojos
cansados
a veces de
haber visto
la tierra
que no cambia,
pero al
entrar tu risa
sube al
cielo buscándome
y abre para
mí todas
las puertas
de la vida.
Amor mío, en
la hora
más oscura
desgrana
tu risa, y
si de pronto
ves que mi
sangre mancha
las piedras
de la calle,
ríe, por que
tu risa
será para
mis manos
como una
espada fresca.
Junto al mar
en otoño,
tu risa debe
alzar
su cascada
de espuma,
y en
primavera, amor,
quiero tu
risa como
la flor que
yo esperaba,
la flor
azul, la rosa
de mi patria
sonora.
Ríete de la
noche,
del día, de
la luna,
ríete de las
calles
torcidas de
la isla,
ríete de
este torpe
muchacho que
te quiere,
pero cuando
yo abro
los ojos y
los cierro,
cuando mis
pasos van,
cuando
vuelven mis pasos,
niégame el
pan, el aire,
la luz, la
primavera,
pero tu risa
nunca
por que me
moriría.
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