Quiero
aquí invitar a una lectura sublime; el Hyperion. Se trata de una novela que nos
invita a adentrarnos en el idealismo alemán. (En esta obra esta ya el mejor
Nietzsche y tiene guiños constantes a Platón y a Fitse) Es la novela- fetiche
del romántico. Su protagonista es el eterno inconformista que nunca hallará su
lugar en el mundo, porque él quisiera otro mundo, un mundo mejor. En
el Hyperion se cumple eso tan platónico de que las eternas verdades pueden ser
bonitas. Esta prosa poética no parece música celestial, sino la música que
plañiría el arpa de un ángel caído. Y es que a mí los “vencidos” siempre me han
atraído más que los supuestos vencedores. Todo queda dicho en su grito:
“¡Que cambie todo en todas partes!”
“ojalá nunca hubiera ido a vuestras escuelas donde me intentaron volver razonable”
“El hombre es un Dios cuando sueña y un mendigo cuando reflexiona”.
En estos mundos de Prozac, paranoias, inestabilidad social y siquiatras que te intentan adoctrinar a lo “políticamente cuerdo”, ahí queda Holderlin. Sólo para “locos"
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