Movy Dick es la búsqueda de la
ballena Blanca. Es un libro de filosofía sin serlo donde la reflexión e Ismael son
los verdaderos protagonistas. Como las nivolas de Unamuno o la literatura
moralizante de Hesse se trata de una novela filosófica, que da sentido a la palabra
con el lenguaje de la reflexión. Su autor vivió de 1819 a 1891. Melville ejerció
como maestro de escuela y estuvo enrolado en varios barcos como marinero. En 1851
publica Movy Dick. La novela empieza con un marinero que se enrola en un buque,
llamarme Ismael es la primera frase. Los protagonistas son la filosofía, la
ballena, Ismael y un capitán obsesionado con matarla pues esta le ha quitado la
pierna.
La novela se puede
analizar desde el punto de vista de la filosofía
vitalista de Nietzsche. En la novela se ve la psicología y la obsesión del capitán.
La ballena negra es algo más q el mal, la metáfora del mal, es lo que el ser
humano ha perseguido. El ser humano busca a Dios o a lo misterioso, lo que no
tiene respuesta. Es el objeto de deseo, el tesoro o la princesa del cuento pero
es también lo que destruye al ser humano. El misterio destruye al Fausto que
quiere conocerlo, al místico que se pasa la vida persiguiendo a Dios, o al
saber, perdiéndose la vida. La ballena es el algo enigmático del ser que
implica su propia destrucción. La obsesión empieza por la no aceptación de la
realidad y el deseo de cambiarla o de buscar lo insondable. La pasión del odio
del capitán es la obsesión por la destrucción y la venganza de lo que a su vez
destruye. Prevalece el orgullo y el resentimiento en el sujeto que busca el objeto
de destrucción. El objeto que destruye al hombre pero que el hombre siempre
busca es el absoluto, el todo, lo metafísico. La novela habla de biología, de pasiones
sentimentales, de teología... el objeto de las pasiones pertenece a cada uno,
cada uno sabrá que ballena persigue. El verdadero antagonista deja de ser la
ballena para ser el capitán. Quiero matar a la ballena, matar la pasión y la
vida porque me hace dependiente obsesivo con su presencia. La cultura, la
civilización, el saber o lo apolíneo mata la vida, lo dionisiaco. El cura hace
del odio a la vida o al hombre razón de su existencia y lo sustituye por la
búsqueda de la esencia, perdiéndose así la vida en su apariencia. El amor o el
odio al absoluto (al todo, a la nada, al estado o a la cultura en mayúscula) se
convierten en razón de su existencia. El capitán cree que la meta es la
ballena, el fin y olvida los medios y que lo importante es el viaje, la
tripulación que con él viajan en el barco. El odio o el amor al absoluto es lo
que nos pierde. Sin ese odio el capitán, el yo racional del capitán, no sería
nada. Necesita justificar su búsqueda de Saber o de Dios o de Venganza para no
aniquilarse así mismo, repetirse muchas veces que es un ser racional y
cartesiano que no cree en el Misterio. El odio configura su contacto y relación
con el otro. Un odio destructivo, un resentimiento autodestructivo. El odio a
la humanidad no es algo individual que solo me concierne a mi sino que se
extiende como un virus a los demás, a los otros. Porque el hombre es un ser social
y los demás quedan impregnados en mi odio. Y el capitán implica a sus tripulantes
en su delirio y locura. El deseo de ser le lleva a la destrucción. El infierno
son los otros o nosotros mismos. No hay necesidad de parrillas. La ballena es
el infierno. Cuando la vida se convierte en infierno. El capitán da monedas de
oro si consiguen vislumbrar y aniquilar o
dar noticia de la ballena blanca. De nuevo habla del capitalismo y el cuarto
poder de los medios de comunicación. En la potencialidad del odio el capitán
sólo se perjudica así mismo. Al final aparece la ballena blanca. El
psicoanálisis entra aquí a colación, cual es la ballena blanca de cada cual o
los molinos de viento que son gigantes en Alonso Quijano o el mar de Ítaca en
Ulises.
La ballena es un animal
marino de grandes dimensiones que aparece y desaparece en un mar trágico que
engulle, Darwin en su viaje como naturalista las describía como un monstruo
(del doctor Franky friki). En la época había terror y miedo de estos animales.
La ballena o el absoluto provoca terror y temblor. En el año 56 Jon Huston lleva
al cine Movy Dick con gregory peck como capitán. Destaca la capacidad de
introspección del personaje oficial primero de bordo y del propio capitán. El
capitán va con tanta pasión y su única obsesión o fin es matar a la ballena. La
ballena destruirá el barco y el capitán, solo se salva Ismael, recogido por
otro barco. En la intentona de destrucción, todos fallecen. Aquello que nos
obsesiona nos destruye. La Verdad verdadera nos destruye. Hay que buscar la
ambivalencia, equilibrio y relatividad en las cosas, buscar el punto medio que
es ya otro absoluto inalcanzable y utópico. Una lectura de Movy Dick es frente
a la Totalidad, el Todo, la humildad de lo pequeño. Del individuo, del yo. Pero
el orgullo narcisista del Yo, la excesiva razón o el ego evitan también la ambivalencia
pues consideran el yo individual como absoluto olvidando el colectivo. Dos
contrarios equilibran la balanza dialéctica. Lo que no es, es mentira pero la
ambivalencia nos dice que no hay verdad y mentira, hay verdades y hay mentiras.
El absoluto dios no existe. El silencio puede convertirse en cobardía o
complicidad con esa situación. Nadie que posea la verdad verdadera se le dice que
está en un error. Pero el hombre se equivoca, no hay Verdad con mayúscula. El
capitán defiende su verdad con tanta potencia y exageración que se la acaba
creyendo él mismo. La figura de los Otros sirve como contrapunto de la
racionalidad objeto de análisis. El otro sirve para ser un palmero de alguien que
posee la verdad verdadera. Ismael y el capitán son racionalistas, entienden la
realidad sólo desde el ego y el Yo. Ismael entiende al capitán pero se da
cuenta de la exageración y exceso de potencia en su odio. Poner en Razón la
figura pasional del capitán. Cuando un marinero le critica es amonestado por el
capitán. Es un libro filosófico, psicológico que nos habla de la pasión del
odio que no es racional pero lo pretende. La razón de su ser, su personalidad
es el odio. Con el odio es todo, sin el es nada. Es por tanto el Odio otro
absoluto. El capitán tiene el ego muy subido. Pasaran los siglos y esta novela
seguirá siendo un clásico no porque sea una novela de aventuras sino por qué
nos habla del límite de la razón, del límite del Yo. Dónde acaba lo racional de
buscar a la ballena y donde empieza el reconocer que jamás la encontrará, o que
cuando la encuentre esta le matará. La ballena es la razón y también la vida.
Nos pasamos la vida intentando llegar a la razón y cuando la encontramos esta
nos aniquila. El capitán se resiste a abandonar su verdad verdadera canalizada
desde el odio. Busca la protección de los otros y ellos no se la dan y piensan
que es un chalado. Es un libro polisémico de muchas estructuras y muchas interpretaciones.
Más que un marinero Ismael es un Sico nauta. Melville era marino, sabía bien
que era un arpón, conocía las cuerdas y utensilios con que se trabaja en el mar
y ese rigor en la novela se nota porque la novela está bien construida y
resulta creíble, verosímil, ese pacto de creerme tu ficción entre escritor y
lector.
La novela habla del abuso
de poder dogmático, anti democrático. La filosofía suele ser más difícil de entender
y expresar que otras disciplinas hasta que nos damos cuenta de que nos habla
siempre de la propia vida. Como el idealismo alemán, que nos habla del yo
individual, de la Vida en mayúsculas que cada cual vive. El dialogo con el
lector es a través de un lenguaje muy sencillo, no simple. La novela no te lo
hace difícil a pesar de lo profundo que es el tema. La expresión explicación no
es profunda pero el tema, el contenido sí lo es.
Es un libro tan sencillo
y tan duro que hay que entenderlo con otro lenguaje de profundidad. Nos habla de
filosofía existencialista con sencillez. Su lectura no es tan dura ni tan
sencilla como parece y termina en profundidad. Se puede vender como otra novela
de aventuras más para niños. Como Heidi o Marcos, al pie de la montaña vive
nuestro amigo Marcos. Las novelas de aventuras fueron los libros de nuestra
infancia; julio Verne y Salgari. Los libros de los 5. Los folletines de Dumas
los mosqueteros o el jorobado de Notre Dame o los comics del capitán Trueno, América
o Cortés. Incluso esos libros que debías elegir tú el final.
Otra lectura que se puede
hacer de Movy Dick es la economicista y política
o marxista. El capitán es el poder establecido, el estado, cuya misión es
buscar la ballena que es el dinero, el capital. El capitán invierte en esa
ballena, por nada del mundo la dejará marchar de rositas. El capitán odia el
trabajo de buscar a la ballena pero es necesario. Su infraestructura o tierra
es el barco, su fuerza de trabajo o mano de obra el obrero marinero, la súper
estructura es su necesidad de matarla. Esa súper estructura es el odio que
siente hacía la ballena, el delirio del capitalismo, que lo engulle todo como
la ballena. El capitán es la estructura de poder (o su herramienta, su intermediario)
para destruir el obstáculo (la ballena) que entorpece el funcionamiento del
sistema o estructura. Esta es la lectura marxista. El capitán debe matar a la
ballena que es el diferente, el rojo, el negro, el homosexual, el minusválido o
el judío, la eterna lucha de clases; dominante y dominado, el amor masoquista
del agresor y la víctima. Es Mac Carthy persiguiendo en su lista negra a los
artistas o escritores o directores de cine comunistas durante la caza de
brujas. Es Hitler y su holocausto. Es la persecución al enemigo invisible de
los comunistas, y ahora de los árabes y terroristas. La ballena blanca es una metáfora
que nos sirve para matar a Carlos Marx, a los liberales “que están por todos
sitios”...a destrozar a los nacionalismos en cualquiera de sus manifestaciones,
destrozar el anarquismo puro y puro q no se puede destruir, derrocar los
gobiernos de izquierda o todo lo que imposibilite el mercantilismo y proteccionismo
estatal o el liberalismo del neo capitalismo. Ismael es el único que se
mantiene crítico con el poder absoluto porque Ismael es el niño que dice que el
emperador va desnudo. La ballena es el estado y el capital. Y alguien tiene que
decirle al capitán lo absurdo de su objetivo, lo loco de su propósito. El
capitán gobierna sobre la tripulación y usa de herramienta el barco armado. El
capitán es el mal emisor que no encuentra al receptor, a la ballena. Es la metáfora
de la imposibilidad de comunicar. E Ismael la posibilidad del dialogo, del
encuentro emisor receptor. En la novela se descubre parte del pasado del
capitán, como ha llegado a este estado y por qué Ismael se enrola en la marina.
El capitán pone el capital financiero para sacar el barco pero oprime reprime a
los tripulantes, pueblo obrero.
Nosotros decidimos si
continuar con la obsesión de la captura de la ballena o no. Si sumarnos al
resto de la tripulación y a la masa que sigue ciega las ordenes de su
intendente. Donde manda capitán no manda marinero, es un refrán popular y hemos
de reconocer que las experiencias anarquistas han fracasado, que siempre en
toda comunidad alguien desea destacar como jefe o lucrarse y aprovecharse de la
situación. La ballena es la lucha de cada persona consigo misma. Un bello
animal aunque le digan monstruo. Es el monstruo que alberga en nuestro
interior, el salvaje animal que todos llevamos dentro. La ballena nos permite odiarnos
a nosotros mismos, o intentar por el contrario cambiarnos.
La naturaleza del hombre
es bipolar, reflejo del bien y del mal, de lo bueno y malo, del lobo y el
cordero. Esa ballena es él mismo porque también se puede hacer una lectura psicoanalítica freudiana de la
obra. El yo del capitán, su parte consciente y racional, quiere reprimir y
templar y amaestrar su parte salvaje, indómita, natural que es la ballena. El
yo intenta reprimir duramente el inconsciente pero este siempre acaba saliendo
a flote. La obsesión del racionalismo de acabar con las pasiones humanas, con
los sentimientos, con lo carnal, con la naturaleza humana salvaje. Con el
Zaratrusta y el Calibán, con el monstruo o niño interior. El capitán o ego o yo
o razón quiere mermarla en intensidad pero la ballena, el inconsciente, ocupa
el 90% de nuestra sique. El Yo tiene esa necesidad de matar el inconsciente por
culpa del subconsciente, del entorno y la cultura. Nos han enseñado a no
eructar en público, a ir vestidos, a seguir unas normas sociales. El yo no
existiría si no recibiese la presión del súper yo, de los otros, de los demás,
de templar su parte animal. Y esta parte animal inconsciente sólo la sacamos al
soñar, o al crear, al sublimar, al escribir o pintar. Entra en conflicto lo que
quiere ser, con lo que le dicen que sea, con lo que realmente es. Ósea el yo ego,
el súper yo y el id, el inconsciente, el ello.
Es el entorno y la cultura en que se ha criado la que le provoca esa
obsesión por matarla. El escribe su Verdad con mayúsculas pero ya decía
Machado: ¿tu verdad? no, la Verdad. ven conmigo a buscarla, la tuya guárdatela.
Y es que la verdad molesta, tienes necesidad de matarla pero la verdad no es ni
centro ni absoluto y es inmortal.
La novela, como todas las
del XIX, usa la introspección psicológica como una técnica más de aquello que
se llamó realismo. El narrador sabe todo de Ismael, le sigue en sus
movimientos, es un narrador omnisciente que sabe lo que hace, lo que dice,
incluso lo que piensa. La novela se mete en la cabeza de Ismael. Muchos de los
tripulantes del barco tenían escorbuto por la falta de leche, y estaban
desnutridos y bebían agua con sal. La ballena es metáfora de muchas cosas, puede
ser lo q quieras. El absoluto eclipsa al individuo ciudadano, el Objeto se
impone encima del Sujeto y ahí empieza el error, porque el individuo es la
realidad sagrada por encima de Dios. La ballena mata al verdadero absoluto que
es el ciudadano libre. La ballena nos advierte que la humanidad se está
destruyendo. El neo liberalismo ha sustituido el tercer ojo de dios por el ojo
del gran hermano que todo lo ve. El ser humano quiere la libertad, en las
comunas o en el pensamiento de Marx pero al final el poder corrompe.
Hemos visto como la
ballena de Movi Dick se puede analizar según los filósofos de la sospecha, según Marx, Nietzsche y Freud. Wiliam
Reich en escucha hombrecito menta el discurso del hombre normal. El hombre teme
la libertad y clama al cielo unas cadenas (Fromm) pues piensa, con Dostoyesky,
que si Dios ha muerto todo esta permitido. Reich en su libro viene a decir que
tu negrero eres tu mismo, que el que te esclavizas eres tu mismo
Entre Barrabás y Jesús salvan
al más cruel, al ladrón y condenan al “preso político”. Entre Danton y
Robespierre elegiste a Robespierre, al más cruel. Cain y Abel. Y esto nos hace
acordarnos del asesinato de García Lorca y en lo que Oscar Wilde solía decir; se
perdona al criminal pero nunca al soñador. Estos pesimistas antropológicos que
ven al hombre como lobo para el hombre eligen entre la luz y la oscuridad la
oscuridad. El nihilismo negativo nos abruma de pesimismo, parece que no hay
sentido en la vida ni salida en el hombre. Movimientos oscuros han sido el
barroco o el romanticismo o la edad media y movimientos luminosos, de luz, la
ilustración o el renacimiento. Nosotros
somos los que encendemos la lámpara de la mesilla de noche y calibramos la luz,
más clara o más oscura, nosotros los que elegimos. La dialéctica es infinitiva,
inmortal, podemos prolongar al infinito este combate entre el sujeto ciudadano
y el absoluto objeto, entre el capitán y su ballena.
Pa pa, ma ma y yo me di
cuenta. Soy Edipo y yo me dí cuenta. El drama de Edipo no es matar al padre y
amar a la madre es darse cuenta de que lo ha hecho. La tragedia empieza con la
conciencia, con el saber, con el darse cuenta. Nos damos cuenta del matriarcado
de Mamá Iglesia y el patriarcado de Papa Estado, y queremos como Kant salir de
nuestra culpable minoría de edad. Queremos dejar de ser Peter Pan. El
contrapoder a ese poder representado en papá y mamá es ser conscientes de la
realidad. Soñar sabiendo que soñamos, como decía Nietzsche. Los padres son
personas que intentan protegernos y cuidarnos pero que a veces se equivocan.
Esta protección garantiza que una mayoría se sentirá segura, protegida como los
nobles que protegían militarmente a los aldeanos. Protegidos en esta paranoia
de la seguridad colectiva, del “por su propia seguridad” o “por su propio
bien”. Protegidos y refugiados en un GH, una sociedad grabada en cámaras para
evitar robos, violaciones, asesinatos pero que quizá atenta contra nuestra
intimidad. O un mundo feliz donde seremos protegidos, cuidados pero dónde quizá
no nos sintamos libres. El libre te quiero de García Calvo nos hace considerar
estas dos formas de estado como mundos sin libertad. Son sociedades que nos
garantizan el estado de bienestar, nuestro principio de placer pero también hay
en el ser humano un principio de muerte. Además del eros, el thanatos nos hace
recordar que el ser humano tiene una parte perversa y que muchos gobiernos que
empezaron como democráticos (léase los nazis) se convirtieron en verdaderos
infiernos. El ser humano puede componer los más bello poemas o destruir la
civilización si sigue su principio de angustia. La edad medía garantizaba la
seguridad de todos los miembros de la cristiandad pero en la práctica eran los
hijos de campesinos y del tercer estado o pueblo llano los que iban a las
cruzadas. Con el diezmo intentaron garantizar la economía y seguridad de sus
súbditos pero en la práctica el sistema feudal era un sistema de esclavitud.
Muchas referencias al Apocalipsis y la destrucción del mundo que había entre
los mileniaristas se repiten ahora en nuestra sociedad, tras el cambio de
milenio. Nos rebelamos a ser niños probetas formados en los laboratorios del
capital. Actualmente estamos huérfanos. Ya no es mamá iglesia y papá noble-
estado el que nos protege sino que intentan crearnos en laboratorios siniestros
del dinero. Ser niños perfectamente diseñados, mejorar la raza creando el
prototipo ario.
La forma de revelarse a
la globalización que intenta homogeneizarnos es acentuar y reclamar nuestra
diferencia. Y ser solidario, generoso, donde no eliges entre el tu y yo sino
que abarcas ambos. No quedarnos en el yo-yo de la infancia ni “matar por el
otro” sino darse a los demás, con generosidad. Claro que la filantropía empieza
por la misantropía y siempre hay algo de
egoísmo al darnos a los demás, porque siempre hay un fin en el medio. Tampoco
nos fustiguemos por el mal del mundo, por la desgracia del otro porque ese auto
castigo tampoco va a solucionar el conflicto del otro. De esto reflexiona Max
Stimer en su ensayo El único y su propiedad.
Y el amor es egoísta y
posesivo también, pero por ambas partes. Hay que intentar amar sin renunciar a
la individualidad y libertad de los dos miembros. El egoísmo del amor es amar
como quisiéramos ser amados, como decía Jesús. Yo hago por el otro lo que hago
por mí. Si uno tiene baja auto estima o no se quiere así mismo difícilmente
podrá querer al otro. El dolor del otro recuerda mi propio dolor y a veces lo
relativiza. Mal de muchos, consuelo de tontos. Si evito q tengas dolor en la
pierna, me ayudo a mí mismo, el dolor de tu rodilla recuerda el dolor q tenía
yo. Gracias a mí mismo, que he evitado q te duela, que me duela a mí mismo. Me
doy a los demás sin límite de angustia. Eso es el egoísmo del amor. Solo he
hecho lo que tenía que hacer. Solo he obrado como quisiera que obraran conmigo,
dice Kant en su imperativo categórico. Actúa como si mil ojos te observaran y
tu forma ética de actuar fuera a convertirse en ley universal. El amor a veces
se llena de crueldad, egoísmo, falta compromiso y miedo al compromiso.
Disfraces del amor que juega a veces a ser dependencia emocional, o
sadomasoquismo de la víctima y el agresor. Y de la violencia doméstica. El otro
me recuerda el dolor presente en la sociedad y me hace sentir menos afligido
pues siempre hay alguien peor. Otra forma de amar errónea es negar los
problemas, mirar para otro lado, evadirse, ojos que no ven corazón que no
siente. Decir no existe tu dolor es como decir; no existes tu. Sólo queremos
del amor lo bonito y la alegría de vivir se erige soberana; la chispa de la
vida, el goce, la mujer o el hombre perfecto. Buscamos al alma gemela, a
nuestra otra mitad de la naranja mecánica, pero parece que alguien ha exprimido
un zumo con ella. A veces nos perdemos los aperitivos por esperar al plato
fuerte. Son estos los que yo llamo “plato únicos”. Podemos pasarnos la vida
buscando a nuestro amor eterno, ideal, cristalizado, pero como todo ideal o utopía
nunca lo encontraremos. Queremos del amor sólo lo bonito y a veces tenemos
miedo al compromiso, a casarnos, a formar una familia. Negamos la parte chunga
del amor pero el dolor y la tragedia existen en la vida y hay que regocijarse
en el dolor, lo que no me mata me hace más fuerte, reírse de lo terrible con
una sonrisa de Baco borracho. El poder conoce bien nuestra sociedad epicúrea y
hedonista y por eso ofrece una cultura del placer por el placer. Muchas veces
ese placer es efímero, temporal, frugal. Pero hay placeres que duran más tiempo
que el orgasmo, como por ejemplo el placer intelectual. O la solidaridad, mirar
en el pozo si alguien más se ha caído aparte de nosotros. Sólo así lograremos
salir del pozo, apoyándonos en el otro, haciendo una escalera humana para salir
del pozo. Amar al otro, o al menos comprenderle con empatía, en el lugar del
otro, poniéndonos en el pathos del otro, en aquello chungo que por ser
determinista es muy difícil de cambiar. Este es el sentido de la solidaridad.
No podemos negar el dolor aunque sean estas circunstancias psicológicas terribles
para nosotros. En momentos determinados parece que la vida nos da golpes y
ostias, tal es el pathos, el destino, lo que no se puede cambiar en la vida.
Para todo lo demás Master card, para todo lo demás; voluntad, ethos, Libertad.
Xabier Xubiri decía que somos animales de realidades e inteligencias
sintientes. Es decir, que no somos el solipista cerebro con patas de los
ilustrados. No sólo somos conciencia, Yo, Razón. También cuerpo. También hombre
salvaje, también sentidos. Y en medio, entre el consciente y el inconsciente,
está el sub consciente o súper consciente. Entre el yo y el ello está el súper
Yo. Entre el sentido puro y la mente está el sentimiento que es sentido pasado,
procesado, por la mente. El sentimiento es el sentido pasado por la mente que
siempre nos miente. Somos seres sintientes, sin dientes, más que inteligentes.
El dolor y goce son las dos realidades, las dos caras de la vida y el sentido
de la realidad y lo natural en el hombre es convivir con el gozo y alejarse del
dolor. Pero a veces el dolor es inevitable y debemos preparar nuestro duelo. A
veces con una risa o sonrisa. El poder y el capital saben bien esta tendencia
del hombre a sentir placer y a hacer daño y se emplea en publicidad, en política,
en periodismo, en el arte. En nuestra sociedad del placer tendemos a lo cómodo
y a lo fácil. Tenemos miedo a las profecías de Huxley ante el avance que está
haciendo la clonación humana. ¿Llegará el día en que fabriquemos monstruos de Frankenstein?¿niños
probetas¿¿máquinas de inteligencia artificial?¿replicantes con un chip de vivir
x años? En el año 68 (del Mayo) se creó la primera niña probeta, vino al mundo
un niño monísimo. ¿Nos convertiremos en diseños de una entidad bancaria, en
tubos de precipitado de la banca y el capital? No mientras usemos nuestro
raciocinio y capacidad crítica al servicio del sentimiento reposado. Cuando creen
el primer ser humano artificial una voz protestará al fondo. Es el niño del
traje nuevo del emperador que dirá; estamos creando un monstruo. El hombre está
intentando emular a Dios y erigirse súper hombre. Mientras haya un Machado que
diga; Dios nos salve de tanto súper hombre estaremos a salvo. La capacidad crítica,
la capacidad de discernir entre el bien y el mal, el placer y el dolor, entre
la verdad mentirosa y la mentira más verdadera. La dualidad y la ambivalencia están
en todo. El arte es bello pero también feo, la fealdad es otro tipo de belleza
dice Umberto Eco en su ensayo. En una sociedad “perfecta” como la del Mundo
Feliz siempre habrá un salvaje que nos recuerde que esa civilización es un
invento y que allá afuera hay una selva. En sociedades civilizadas el ser
humano se sigue comportando grotescamente porque la crueldad va en la
naturaleza humana. Ningún sistema será nunca perfecto aunque pretenda serlo. Ningún
absoluto será absoluto del todo. Las nuevas tecnologías permiten que los
pensamientos se trasmitan más rápidamente pero se baja el contenido o mensaje
de ese pensamiento. Se divulgan más mensajes, es cierto, ¿pero de qué calidad
esos mensajes? La mayoría son tonterías, fotos absurdas, que se pasan por el
wasap o el facebook o el titer. Y cada vez hay más historias, más gente que
escribe y menos gente que lee. Más sobre información que desinforma. Todos necesitamos
contar nuestra historia. ¿Pero quién quiere oírla?¿a qué receptor la dirigimos?
Los axiomas de otro nos hacen reflexionar. El pesimismo y el optimismo, la
esperanza y la desesperación, como el día y la noche van juntos. No todo está
perdido aunque lo parezca. Los intelectuales se quejan de la decadencia de este
mundo, de la sociedad frívola de la imagen, de internet, la globalización, la
muerte de las humanidades (la historia, la filosofía) pero ¿no es el mismo
lamento funerario de Séneca cuando se derrumbaban los palacios y muros romanos?
La civilización está en su caída, en su cénit pero la historia es cíclica y
eterno retorno y tras la caída volverá a emerger para de nuevo derrumbarse. Una
puerta abierta a la esperanza y la utopía. La esperanza es lo último que se
pierde de la caja de Pandora. Y Ulises no muere ahogado sino que encuentra
Itaca y a Penélope.
Hemos evolucionado tecnológicamente
pero el sentir humano es el mismo. Y el mismo sistema de todas las épocas
quiere decirnos lo que hay que hacer, le gustaría controlar hasta nuestro
pensamiento, nuestra creatividad, y encauzar nuestras opiniones. No se puede
salir del sistema pero se puede luchar contra el sistema dentro del sistema. Los
anti sistemas somos la célula cancerosa para el poder, la pieza que no acaba de
encajar en este puzle de idealismos rotos y ángeles caídos.
Por eso Norai
es una agarradera para mucha gente, el barco tiene que anclarse en tierra,
poner unos límites, y evitar que el sistema lo hunda. Norai, esta asociación en
la calle Bailén, coge el nombre de las norais o amarras del barco que unen el
barco con el puerto. Pero el capitán ha perdido el anclaje con la tierra, ha
perdido amarras. Y por eso el barco está a punto de naufragar, decaer,
descender, destruirse. Sabemos que Norai es un punto de encuentro o de unión
cuando todo nos vaya mal con el grupo, con el otro, con la posibilidad de salir
del pozo sólo fijándonos en el sufrimiento de los demás.
Claro que la vida es
menos light y cómoda dentro de la defensa de unos valores y solidarizándonos
con los demás. La vida es más fácil para el que secunda al poder y al sistema y
dice lo políticamente correcto. Esa persona no se mete en líos y prefiere comer
Marmitako que luchar por lo que cree justo. Nadie quiere renunciar a su
bienestar. Lo más fácil es quedarse en casa viendo la tv ignorando que la
ballena está ahí fuera esperando. Que la ballena no es sólo el mal ni sólo el
bien, que es lo que amamos y odiamos, lo que queremos conocer y es imposible,
la utopía que nunca conseguiremos. La ballena es el inconsciente, es la parte
animal y la vida que nos negamos. La ballena es también la parte a la que la
razón no llega, el misterio, el noúmeno, lo incognoscible. La ballena es el
dios interior de cada cual. Lo metafísico pero también el cuerpo que intentamos
reprimir. La ballena es todo aquello a lo que no llegaremos; la sociedad justa
de Marx, el ello de Freud, la Vida con mayúsculas de Nietzsche, la Razón
ilustrada o Dios. No llegaremos a matar a la ballena porque moriremos al
matarla. Destripo el final. Creemos que con la cultura o la razón o la
civilización mataremos a la ballena, que domaremos a este monstruo marino de
nuestro interior pero el monstruo del ser humano sigue ahí haciendo
barbaridades. Seguimos matando la vida y la vida sigue ahí, vivita y coleando.
Hay quien se queda en
casa viendo la tv y quien decide salir a encontrar su ballena. Para matarla o
para amarla. Pero no la ignora. Esa persona que reconoce que existe una
ballena, un inconsciente, un “sólo sé que no sé nada” saldrá a por ella en su
barco. Claro que esa persona naufragará, recibirá golpes, se ahogará en el mar
de dudas y circunstancias de Ortega. E incluso morirá. Destripo el final; el
capitán muere al matar la ballena. Pero el que se quede en el puerto comiendo
el marisco rico no habrá vivido la aventura, no habrá hecho la odisea de Ulises
o el viaje del Quijote, no habrá vivido. Se habrá perdido a la ballena, su luz
y su sombra, dentro de la caverna de sombras chinescas de Platón. Se habrá
perdido esta vida. Claro que recibirá golpes hasta en el documento de identidad
pero nadie dijo que este viaje iba a ser fácil. Una ballena es muy difícil de
matar. Dicen que no existen estos seres casi mitológicos, que son una utopía.
MMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMM
el Quijote. Alonso Quijano y sancho
salen de su pueblo remediando entuertos. La misión de Alonso Quijano es muy
seria en esta vida, remediar entuertos. Hay amor menesteroso en el quijote, el amor
a la libertad y el amor platónico a la sin par bella Dulcinea. Don Quijote ama
a su dama princesa que en realidad es una campesina. Un hada que en realidad,
en la edad media, era fea y gorda. Y el amor de Don Quijote es un amor
romántico, cristalizado, una idealización platónica. Es un amor más racional e
intelectual que real. Un amor uránico hacia una persona pandémica. Un amor como
el amor de Madam Bobary que no es amor real por sus amantes sino amor al amor,
amor a las novelas de amor de su época.
O como el amor en la época de las
hermanas Bronte y las Austen, como en las novelas de Richardson; esa enfermedad
burguesa que se contagió en Europa durante el romanticismo. Pero en el fondo el
amor de Don Quijote es el amor libre de García Calvo, te amo pero te dejo
libre, respeto tu voluntad, no capturo la mariposa para el álbum. El odio es la
ausencia del amor y el amor a la inversa es el odio. Las 4 estaciones de Vivaldi, o la música de Eskorbuto o los haikus de Lao
tse en el libro Tao Te Kin nos hablan de lo mismo. Del amor. Ya sea el amor
de pareja, el familiar, el filial, el paternal, el universal, el de amigo, el
de hermano, el amor al saber (filosofía) o a dios (teología)… el amor que es luz
y oscuridad para los místicos, carne del pueblo para los barrocos, delirio
sublime para los románticos, contrato social y matrimonial para los realistas.
El capitán ama a la ballena que quiere matar, es un amor encubierto. Él se ama
así mismo, tiene mucho ego y odia a la ballena. Quiere morir matando a la
ballena. Si no fuera por amor no arriesgaría su vida. Pero ese amor se acaba
convirtiendo en odio hacía el mismo, auto destructivo ante la impotencia de no
poder capturarla.
El tao que puede ser
expresado no es verdadero tao. Ya hemos hablado antes de que en muchas
sociedades antiguas estaba prohibido representar a Dios. Y todos los filósofos han reconocido los límites
de la razón y de lo que podemos conocer, de la epistemología o ciencia del
conocimiento. Sin salir de casa te ves camino del cielo. El tao es comprensión a
uno mismo y la realidad. Es renunciar al ego para fundirse en la naturaleza
panteísta, en el vacío del escenario, un paisaje de un río, una montaña, el horizonte,
un lago en el que tú eres el junco. Bellos sonidos acompañan al caminante. El
tao representa la naturaleza. La música de Vivaldi también es bella pero
representa la cultura, lo creado por el hombre que a veces es armonía y orden y
a veces caos y desconcierto. Y por último los sonidos estridentes del grupo musical
Eskorbuto, del rock radical vasco, que son preciosos de tan malos que son. El
arte de la fealdad. La música clásica de Shubert, Handel, Bach, Mozart… son
sonidos abiertos y globales de muchas interpretaciones, sonidos de menos
estridencia. Esos sonidos a través del discurso musical dejan abierta una
puerta al lenguaje.
La música abierta nos
traslada a aun ambiente o situación a través de un lenguaje determinado con sus
códigos, con sus normas. Los 14 poemas del libro del Tao son el silencio, el no
ruido. La obra la Náusea de Sartre
es el ruido, la estridencia, un grito existencialista a lo Munch, una consigna
gritada en una manifestación en Mayo del 68. Y ambos son bellos. Lo claro y lo
oscuro. La música o la literatura o el arte en general se componen de imágenes
que reproducimos en la mente a través de la imaginación.
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¿qué hay más libertario
que el libro que nos sale gratis? Alejado de políticas economicistas ya no
compramos el libro por su precio, su color, su portada. Ya no tenemos excusa
para no leer, el libro nos lo regalan. El estado debería hacer más iniciativas
así, regalar de vez en cuando libros a la ciudadanía para alejarnos de la
lógica del capital. Es una política más individual, de individuo a individuo,
más federalista y cooperativista, más comunista y más democrática. Nada hay más
libre que la propia lectura. El único coste es que nos lo llevamos porque nos
da la gana. Por nuestra voluntad y libertad. Es cosa de república, de rex pública.
En próximas sesiones
hablaremos de los cantautores y su filosofía y su tiempo histórico, así como de
la Nueva historia de Mouchette de Georges Bernanos. En la página de Norai entre
líneas encontraremos cuadros, traillers de películas y entrevistas a pensadores
de hace un cuarto de siglo.
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