La figura de Charlotte Bronte es inspiradora
y estimulante, de ella nos hablarán Josune Muñoz y Espido Freire. durante una hora, de 7 y media a 8 y media, nos hablaron de estas geniales novelistas que fueron las hermanas Bronte.
Josune Muñoz es del barrio de san
Ignacio, licenciada en filología hispánica y profesora en la iniciativa
empresarial Escolástica. Relata una anécdota personal; una vecina le dejó un
libro y era Jane Eyre de Charlotte Bronte. Contó lo esperanzador que le pareció
el libro, la felicidad que le dio al identificarse con la protagonista. La
vecina le dejó Cumbres borrascosas que no leyó con el mismo placer, quizá
porque era demasiado joven para ello. Le impresionó mucho la esperanza e
ilusión de Charlotte. No le gustó tanto Cumbres Borrascosas. Ambos libros la
marcaron. La crítica literaria perdió
contacto con su vecina, la que decidió que esos serían los dos primeros libros
que leyera de adulta. Quiso darla las gracias por darla las claves necesarias
para una muchacha de su tiempo. Después Josune trabajó como técnica literaria,
investigando.
Ha investigado mucho sobre las
hermanas Bronte. Para entender a las Bronte hay que de construir y contextualizar el siglo del
que salen estas figuras literarias; cómo vivían las mujeres del xix. Del siglo
XIX, aunque esta marginación de la mujer no empezó el siglo anterior sino que
se ha dado siempre en la historia. Se había establecido un fino pacto social.
Los que explicaban lo social y humano se pusieron de acuerdo para decir todos
lo mismo; como debía vivir, vestir y
comportarse la mujer, incluso el espacio físico donde debía vivir que
era la casa.
En el siglo XIX y a partir del
romanticismo hay dos figuras en la mujer; la Eva y la virgen María. Eva es la mujer caída, la pecadora. La
virgen es la mujer triunfante, la madre de Dios. El hombre se casaba con la
virgen María que era lo más parecido a su madre y tenía de amante a Eva, a la
mujer fatal y caída. Había un discurso espiritual
y filosófico que explicaba la inferioridad de las mujeres. Y un discursos seudo científico, ya no era sólo
el discurso espiritual sólo sino también el biológico; así se nacía, así era
ser mujer. La palabra clave tenia q ver con la abnegación. El destino de la
mujer era ayudar a cumplir otros destinos. Ellas no debían tener destino, ni estatus
humano, porque tenían mayor altitud espiritual. La mujer se sacrificaba para
que su marido fuera el gran hombre que pasara a la historia mientras ella le
hacía la comida o le limpiaba la ropa. La mujer era algo que idealizar, algo
que amar platónicamente, algo elevado en la teoría y una esclava doméstica en
la práctica. Lo que Goethé vino a llamar el “eterno femenino”, objeto de los
poemas de los trovadores del amor cortés en el Renacimiento o de las obras de
teatro y poemas del Romanticismo. Y sin embargo, en la práctica a la mujer se
le maltrataba físicamente y psicológicamente.
Cada discurso contra la mujer era una perla
que iba formando un pequeño collar que aprisionaba el cuello de la mujer. Con
el hilo de estos discursos construían un pesado colla. Había un discurso
educativo que decía como debían estudiar las mujeres. Las limitaban el
conocimiento y dirigían las asignaturas a esta domesticidad. Algo tan apoyado
por todos los discursos acababa pareciendo natural. Había un discurso aún más
radical, que marcaba las vidas y un discurso legislativo que las consideraba,
como todos los discursos, menores y no las permitía votar. Las cerraban las
universidades y no podían acceder al pensamiento elevado en el discurso
educativo. Cada perla en las décadas se unía a otras perlas y cada vez el
collar pesaba más. Las mujeres recibían ciertos beneficios por llevar el
collar. Adaptarse a él suponía la supervivencia económica y la inclusión en la vida
social, la aceptación social.
El discurso artístico las representa en interiores, espacio domestico
donde estaban abocadas, por eso el discurso social se acabó resumiendo en el
llamada Ángel del logar. Representaciones pictóricas del momento subrayan su
aspecto físico, blanco inmaculado, y aparece en la casa cuidando de los suyos.
O la dama medieval idealizada por los románticos o la Ofelia ahogada de Millet,
la mujer con rasgos góticos, cadavéricos, más de fantasma y muerta que de viva.
Había también un discurso periodístico. Era pesada la carga
de ser mujer. El discurso literario;
para ejercitarlo solo bastaba papel y libros. Las mujeres pactaban con el resto
de discursos como pelas de collar. A lo largo del siglo parecía que el collar
estaba tan bien diseñado… creaba tanta impotencia… tenía tan pocas fallas por
dónde romperlo. A veces era suficiente que un beneficio no se cumpliera para que
mujeres como Charlotte, con su rebeldía innata, despertaran de este sueño de la
mujer.
Espido habló de la vida y obra de
esta mujer. Charlotte pertenecía a la clase social de clase medía alta pero
obligada a trabajar. Charlotte rompió alguno de los pactos, no por razones
económicas sino también vitales. Tuvo que trabajar, salir de casa, formarse,
asumir riesgos empresariales. Esto influyó en crear una figura distinta de la
mujer. Los estudiosos intentan entender la época del personaje histórico o
artista o escritora. Nos sumergimos en su época para entender su sique y
elucubrar teorías y explicar y entender los libros. Sorprende que una autora,
una mujer joven, construya un personaje que dice; seré quien soy. Ser una misma
era algo así como una utopía. Estas mujeres se enfrentaron a este collar. Había
elementos que consolaban, había luz de esperanza para muchas de estas mujeres,
sobretodo en la ficción.
Analizar el xix es ver como las
autoras iban asumiendo distintas perlas según se iban sumando al collar, pero
diseñando estrategias para hacer menos pesado ese collar. Reaccionaron de manera
inteligente ante la evidencia de que había que regatear con el collar. Ya hemos
dicho que el matrimonio suponía una respetabilidad social y supervivencia
económica para la mujer. Jane Austen tiene claro que el matrimonio es la única
salida económica, para el resto de su existencia le garantiza una supervivencia
económica. Hay que acceder al mercado profesional distinguiendo el pretendiente
bueno del malo. ¿Qué es el malo en el siglo xix? No elegir hombres violentos ni
mujeriegos a los que no les gustan mucho trabajar porque pondrán en peligro esa
supervivencia económica para toda la vida. La gente murmura cuando tienes un amante, hay que mantenerse en el centro cuando
elijes algo que va a ser para toda su vida. En la novela la inquilina se
sabe lo que pasaba en ese siglo con la mujer que elige mal. El hombre tenía
problemas con la violencia y la bebida pero aun así se casó con él. Construyeron
y escribieron novelas que daban claves en la ficción pero que ellas entendían
en la vida real. Eran pocas las que rasgaban el collar y dejaban caer las
perlas para que corrieran por el suelo. Las perlas de la mujer tenían un final
muy trágico, en algunas el suicidio o la amargura para toda la vida y la
opresión. Espido habló de la novela la loca del desván de Charlotte Bronte.
Charlote Bronte, Emily Dikinson, Silvia
Plath, Virginia Woolf son ejemplos de estas mujeres adelantadas a su tiempo. Cada
una acaba peor, se corría el riesgo económico y social cuando las perlas se
rompían y corrían libres. Soltabas el collar para que corrieran libres. Las
pocas valientes que desafiaron esas normas ahora nos sirven como ejemplos
modelos pero pagaron muy alto el salirse del aro en su época. Mary wolfoclast,
madre de Mary sheley, es otro ejemplo de rebeldes. O George Sand que firmaba con seudónimo. En España tenemos a Concepción Arenal,
pensadora y ensayista. Rosalía de Castro, de una vida tan melancólica como sus
poemas, y un marido que no la hacía mucho caso. Emilia Pardo Bazán, única
novelista de las 3, era rica de familia, opción que Jane Austen decía que no estaba
mal en la época. Las leyes en Inglaterra impedían que la mujer heredara.
Hoy en día son grandes figuras
literarias. Sus libros son un reto para las personas que nos acercamos a ellas.
Su obra es capital en el desarrollo de la crítica literaria. ¿Con qué
mecanismos hacían una obra tan única? Jane Eyre es una obra irrepetible, un clásico con todas letras,
muy interesante hasta en la crítica literaria. Espido hace una clara y diáfana
explicación para entender a Charlote Bronte, y darle la importancia que se
merece. "La juzgamos desde los parámetros de nuestra perspectiva y eso no es
así, hay que deconstruirla, verla en su época" Espido agradeció a los asistentes
que entre todas las actividades que había el sábado hubiéramos elegido esta. La conferencia se pude seguir por istagram y
twiter, “hay lectores muy fieles entre el publico a los que agradezco
mucho su lealtad”
Espido ha vivido en llodio pero
es de Bilbao. Se formó en esta biblioteca, en la diputación y la bibloteca de
llodio, donde aprendió a amar los libros por encima casi casi de las personas.
Se solía escapar del conservatorio y de la universidad, venia aquí a leer y a escuchar
a escritores. La primera escritora que escuchó fue a Ana María Matute que vino a
hablar del Rey Gudu. La escritora había sufrido desamores, perdidas de su
propio hijo, y entró en una depresión pero recuperó la alegría de escribir con
la literatura. Había entrado en una crisis de la que salió escribiendo. Espido
recordó como hablaba, la cercanía que tenía con la gente. No recuerdo un
momento en mi vida que no quisiera ser escritora que es lo que al final ha sido.
La autora reconoció haberse despistado de la línea que había trazado y volvió a
hablarnos de las Bronte.
De adolescente una amiga del
instituto le dijo: lee este libro porque el personaje se parece mucho a ti. Se
trataba de Cumbres Borrascoas y de Chaterine su protagonista. Catherine le
parece ahora histriónica, egocéntrica, narcisista. Ya no sabe si su amiga la
quería de verdad o la estaba lanzando un insulto al compararla con ella. Es la
prepotencia de adolescencia en la que nos sentimos tan importantes, nos creemos
el centro del mundo y que todos los personajes somos nosotros. Gustavo Martin Garzo fue su padrino en la presentación
de Melocotones Helados y este la imaginaba como hermana pequeña de las Bronte.
Su vanidad subió hasta el techo. Luego Espido escribiría su ensayo “Querida
jane austen y querida Emily bronte”. Estas 4 mujeres eran un enigma para ella.
Particularmente Charlotte Bronte que floreció en medio de un páramo.
El siglo xix es un siglo
particularmente lento y tedioso en Inglaterra, nada cambia, nos encontramos con
el imperio victoriano. Muchos soldados, periodistas y hombres de acción
exploradores y aventureros surgen pero nada tienen que ofrecer a las mujeres.
Ellas están destinadas a la devoción del hogar, no se les permite trabajar ni
ninguna ptra salida honrosa. Las muy desgraciadas acuden a fábricas
relacionadas con lo textil, muchos vapores, allí había muchas epidemias de
tuberculosis, una pobreza extrema. Aún se están recuperando en Inglaterra de
“la epidemia de la Ginebra”. La ginebra era más barata que el agua, prevenía
enfermedades como el tifus. Esto creó una oleada de alcoholismo que afecto a
todo el país. De esto no se suele hablar. La pobreza de este Londres victoriano
lo relata muy bien Dickens
Las mujeres tienen q complementar
el salario que ganan en la fábrica con la prostitución. Una cloaca era esta
prostitución encubierta que se dio en el XIX. Los hombres desahogan su suciedad
en los prostíbulos para tener limpio el altar del hogar. No se habla tampoco en
la literatura de mujeres locas. Charlotte es la primera que habla de ello, ni
se habla de mujeres perdidas. Aunque hay insinuaciones x un lado u otro. Estas
mujeres desgraciadas se enfrentaban a la desesperación de no cumplir sus
sueños. La prostitución era el lado oscuro del ángel del hogar. La realidad
fabril se intenta disfrazar con gruesos cortinajes. Se prohíbe la palabra patas
o leys para referirse a las patas de mesa. Se cubre las piernas de las mujeres con
los miriñaques y las cinturas con los corsés, como las patas de la mesa. En el
Orlando de Virginia Woolf se pasa de la época de la regencia (picnic, fiestas
en la campiña fiestas sociales) a las pesadas muselinas de las que habla tanto
Jane Austen. Todo se convierte en oscuridad, silencio, tenebrismo, crueldad y
horror.
Charlotte Bronte procede de una familia
irlandesa, el padre es superdotado y casi ciego, con gran capacidad de construirse
así mismo, es ambicioso como el resto de su familia. Esta familia viene de un amiente
paupérrimo, eran muy pobres pero estaban unidos con la característica común de la
ambición. Charlotte era muy perfeccionista exigente y locamente ambiciosa. Se
saltaba las normas dirigidas a la mujer, quizá porque fue educada casi como un varón.
A Emily, mas robusta y alta, el padre le
había enseñado a cazar con el rifle. Charlote tenia la mentalidad de los
varones de la época pues eran el ejemplo de valores en la época. Ella buscaba referentes
de otro tipo, no le valía la vida de las mujeres, buscaba otro referente.
Perteneció a esa minoría de mujeres que se animó y estímulo a leer y escribir.
El padre tenía una librería no muy extensa pero muy nutrida para la época.
Llegaban a su casa librerías ambulantes y ellas compraban libros. El padre era
sacerdote, preparaba sermones, se retiraba a su despacho a leer y estudiar. La
figura amada del padre era la de alguien que escribía y estudiaba. El padre vivía
de hablar, hacer misa, dar consejos. Este amor a los libros lo trasladó a sus
hijas. También tuvo Charlotte una tía solterona que las cuidó. Y tres criadas,
particularmente una, que lo que hacía era contarlas historias. Las contaba
historias siguiendo la tradición oral que encontramos en las leyendas, los
fantasmas… Todas las novelas de las Bronte vienen de las leyendas y folclore
local que escribieron hombres. El conocimiento venía de los hombres.
La madre de
las Bronte murió joven ¿fue un ángel del hogar o no? Fue feliz pocos años pero
intensos. Se cambió el apellido a Bronte, se caso con el sacerdote. del pueblo La madre
era una mujer inteligente y alegre. Tuvieron muchos hijos, dos primeras niñas, Patrick
(el único barón), Charlote, Emily y Ann. Cuando nace la última hija, Ann, la
madre enferma de un cáncer. Recién nacida la niña, la madre muere de forma
terrible y dolorosa, atormentada por qué será de sus hijos, 6 pequeñitos
indefensos. Perdieron la madre a una edad muy temprana, sobretodo afectó a las
3 mayores. Las 2 pequeñitas tenían otra mentalidad y sensibilidad. La tia, la hermana
de la madre, llegó para cuidarles pero no era la madre. Nunca podría
sustituirla. No era ya lo mismo. Se produjo una ruptura terrible en la familia,
no podían ocuparse de tanto niño. Apareció la solución y la salvación; las
hermanas recibieron una oferta de un internado para hijos de sacerdotes, se
trataba de cuidar niñas huérfanas, en una situación parecido a la de ellas.
Mandaron a las 4 mayores y se quedó la pequeña Ann, aún un bebecito, en casa.
Lo hicieron con toda su buena fe. No eran tan ricas para tener supervivencia ni
tan pobres para casarse con cualquiera. El trabajo de entonces era en centros
de siderurgia, metalurgia, textil, comercial. Fábricas.
Ese tipo de trabajo no gustaba a
las hijas del sacerdote. ¿Qué hacer con estas niñas? La solución era un trabajo
que había surgido en esa época, la de institutriz, no muy humillante pero tampoco
la panacea. Las clases de la época eran terriblemente rígidas. La llamada
disciplina inglesa. Entrarían a trabajar en familias de su rango y posición
social, como educadoras, en una situación que no era tan inferior como de
criadas. Esto las permitía a las niñas Bronte tener supervivencia social, un hueco
social. Se pondrían a enseñar francés, piano, dibujo a unas niñas como
institutrices, una educación ornamental y dirigida al matrimonio. Había que convertirlas
en buenas amas de casa. No hacer de ellas grandes eruditas, no se las pedía que
supieran nada, sólo que fueran pías, religiosas. La obediencia era esencial,
las niñas rebeldes acaban fatal (caperucita, blanca nieves, zapatitos rojos.
Blanca nieves se escapa de casa y se niega a ser asesinada. La bella durmiente
desobedece las normas y se pincha con un uso. La mujer de Lot mira hacia atrás)
Las Bronte estuvieron un tiempo en internados también de niñas. Un destino terrible allí, pasan mucho hambre, las
atan con crueldad y dolor tremendo. Se ensañan con la mayor sobretodo. Las dos mayores
morirán en la infancia. Emily era muy pequeñita pero para Charlotte era un golpe
muy duro perder a sus hermanas y convertirse en la mayor. Una estaba muy resignada y la otra apenas sin
fuerza. Esa experiencia terrible Charlotte la vuelca en Jane Eyre. Charlotte no
tenia voz, si la levantaba más de lo acordado en una buena sociedad, seria castigada
ella y sus hermanas. En la vida adulta se trasladaron estos traumas. Patrik, el
hermano, es el que aporta dinero en casa. El único. El único varón es un chico
prometedor pero también un inadaptado social. De esta experiencia en el
internado y como institutrices vendrán muchos argumentos de sus novelas.
Charlote se convertirá en
dirigente de los destinos de sus hermanas. Como buena capricornio era mandona,
nada se le pondría por delante. Hoy celebramos 200 años de su nacimiento.
Charlotte era muy menuda físicamente. Nunca habían visto nada tan pequeño.
Parecía un duendecillo. Era muy fea. Las institutrices eran mejor que no fueran
demasiado guapas ni enamoraran a los padres de familia. Había muchos casos de mujeres
que tenían experiencias con hombres. Un criado se enamoró de la señora de su
casa, eso fue un error, si hubo relación o no no se sabe. Charlotte tenía su
propia seña de identidad, tenía derecho a ser así porque aparte de su belleza tenía
valor, temperamento e inteligencia. Era incluso demasiado inteligente. Si
hubiera sido capaz de disimular su inteligencia le hubiera ido mejor. Espido se siente
identificada, si no me estrello contra el muro ¿dónde está lo que soy yo y he
aprendido?. “Es que yo soy asi”, lo dice en sus cartas, a través de sus heroínas.
"Sé que decir esto es ir contra todas las normas pero es que soy esa persona.
Seria peor pecadora adocenándome, diciendo que no soy nada, convertirme en una
como las demás".
Emily a diferencia de su hermana,
era mística, hosca, extraña, menos inconformista, con un mundo interior al que
se escapa constantemente. No esta tan en contacto con la realidad. Charlotte es
más realista que Emily que es más romántica. Ann es la hermana más protegida, la
primera en morir, tenía otro concepto de la existencia.
Las heroínas de las novelas de
las Bronte tienen una Infancia traumática, muchas son institutrices que luchan
por salir de esas tinieblas, como se ve en la película. La heroína siente un amor
por el conocimiento que quiere trasladarle a Adel, la princesita niña no muy
lista o educada. Y encuentra al hombre al que ama, compañero perfecto para
alguien que guarda secretos también y también es hosco. La heroína sabe lo es su amor pero
cree que eso no es lo más importante. Logra vencer por encima de todo esto. Charlotte
estaba convencida de que nada que se acabará con el tiempo valía la pena. Ahí
queda su inteligencia, su valentía, su afán por cambiar el mundo que no se
acababa. Charlotte viajó a Bélgica, quería convertirse a alguien mejor de la
media. Aplicaban un plus de excelencia a todo lo que hacían. Estuvo con Emily
aprendiendo francés, las habilidades que habían cogido. Ambas vivían en una
sociedad hipócrita. Experimentaron un gran amor. Las dos sabían mucho del amor.
Chalotte se casó tarde. Las otras
dos no se casaron nunca. Charlotte recuerda a la escritora anterior solterona que
habla de experiencias amorosas que fue santa Teresa de Jesús. El amor abrasa y
puede más por nosotros. Charlotte tiene muchos momentos de unión con ella
misma. Hablan del amor no como si fuera lo último. Eran conscientes de tener
una identidad. Querían dar un sentido a la vida, algo a lo que pueden aspirar y
para lo que tienen derecho. Amor se habla en el caso de los hombres. En el caso
de las mujeres se habla de matrimonio y que sea un buen casamiento. Ella
revindica el amor, sabe que no es un lecho de rosas, el enamorado se va a
enfrentar al problema de que la persona no va a cambiar y que no es perfecta.
La evidencia de que la gente no cambia. Mirar la realidad de forma más desgarrada
posible y abrazarla para luego cambiarla. No aspira a cambiar los hombres que aparecen
en sus novelas. Ellas no soportan que alguien las cambie. En Jane Eyre tenemos
garantía de que el matrimonio será feliz. Saben por lo que han pasado. Han
superado sus propios fantasmas. Están en posición de construir algo que es más
grande que ellas. Un camino propio, la reivindicación de protesta, la rebeldía,
rechazar esta vida acomodada y pudiente.
Josune
una adolescente lee ese libro, o lo lee Espido, o lo leen niñas y jovencitas o mujeres mayores en los clubs de
lectores. Pero se sigue leyendo, no han muerto los personajes del libro. El escritor
es espejo de una mentalidad, una psicología, cuanto más amplio sea esto más
durará. Si ampliamos el mundo, el discurso durará más tiempo. Elegimos el amor,
la violencia, la muerte como viaje, como evolución, como forma de experimentar
y colocar negro sobre blanco una serie de experiencias. Interactuando entre si, muchas voces, conociendo otros
países.
Competían por escribir. Charlote tenía
la idea y movía a las hermanas más jóvenes y vagas a competir. Tenían el reino
de Anglia, un reino de fantasía que entre todas habían construido. Cogían los soldaditos de su hermano y que corrieran grandes aventuras.
Formaban grupos. Abandonaron la idea de formar una escuela propia, una idea
descabellada, no habían hecho un plan de empresa suficientemente sensato.
Charlote era todo empuje, se metía en terrenos muy pantanosos. Abandonó la idea
de montar una escuela en la factoría. Ya saben que nunca se casaran. Deciden que
no se casaran cuando ven que hay muchas
mujeres y que no tenían capacidad de aguantar a un hombre cualquiera mientras
pudieran mantenerse económicamente. Ann
si quiere casarse pero enferma en un momento en que toda la familia esta
apaleada. El hermano muere en una vida de alcohol y drogas. Cuando entierran al
hermano descubren que Emily también esta enferma y Ann. Las dos hermanas
mayores quieren morir, entregarse a la muerte pero Ann no. Ann intenta a toda
costa recuperarse. Ha trazado una línea de vida, quiere vivir. Queda Charlotte sola con su anciano padre.
Detrás del cementerio, al final de una cuesta están sus lápidas de pie. Había
demasiadas tumbas que no permitían el agua y el proceso de descomposición de los
propios cuerpos. El padre casi ciego, había perdido a todas sus hijas.
Pensaron en publicar y eso si lo hicieron.
Como soldaditos de plomo, lograron publicar un libro y otro. Fue un mazazo la
muerte de las hermanas. Charlotte será editora de la obra de sus hermanas.
Charlotte admira la obra de Emily, la de Ann menos. Charlotte tuvo cierto complejo de hermana
mayor con Ann, evaluaba la obra de Ann no igual que con Emily que era más
parecida a ella. Charlotte llegará a casarse con el ayudante que viene de
rectoría a ayudar a su padre. Morirá cuando está embarazada, la vida se encaminaba
de otra manera. El sacerdote irlandés casi ciego ha tenido 6 hijos, 4 de mucho
talento y ha sobrevivido a su mujer e hijas. En la rectoría, a lo alto de los páramos,
crece y se mueve el brezo como violeta bofetada. Sólo quedaban las palabras que
desgarraban, una imagen triste pero esperanzadora. Tenemos el recuerdo y la esperanza
y la ilusión de la vida y un puñado de novelas q escribieron las Bronte,
sobretodo Chalrote que nos dio más obra que el resto de sus hermanas. Ya ven
que palabras no nos faltan, por palabras no será.
Espido preguntó cuántas novelas
de las 4 que escribió Charlotte habíamos leído. El discurso de decencia decía
lo que era publicable, si escribía un hombre o una mujer. Ser escritora a lo
largo del tiempo se fue considerando un oficio. Pero tenían que tomar
seudónimos masculinos. Eran conscientes las Bronte de que lo que escribían no
pactaba con el rollo del “ángel del hogar”. Sus libros son fascinantes pero por
distintas razones. El sostén de charlote fue la literatura al final. el señor profesor Sihrley, el
libro mas ambicioso, lo escribe en el tiempo que fallecen sus hermanos. El sostén
de la literatura ha sostenido a las mujeres, les ha ayudado en la vida y ha
hecho que se prolongara su tiempo en esta tierra. tenía una luz que seguía
encendida mientras sus hermanas se fueron apagando paulatinamente. Charlotte hizo
evolucionar el siglo como pocos escritores. El profesor es la primera novela que
escribe. La primera que publica es Jane Eyre. Es un hombre que habla de los
asuntos de los hombres. Es trasgresor que una mujer de esa época intentara
hacer un ejercicio de ficción poniéndose en la sique masculina. Esa presencia
tan importante de lo masculino se va a mantener en todas las novelas de las
tres. Crean personajes masculinos distintos a las de las plumas de estas
escritoras. Con un padre espiritual, y un hermano tan conflictivo, las hermanas
abordaron temáticas que no correspondían a los ángeles del hogar. Reflejaron
por ejemplo escenas violentas. Como en la Inquilina, novela de la
pequeña Ann. La sombra de Emily ensombrece la narrativa de Charlotte. Y se
esconde la obra de la hermana pequeña. Se anima a redescubrir junto a la obra
de Charlote la obra de sus hermanas. Como lectores del siglo xxi valoramos
estos ejercicios de riesgo. Dar una voz masculina desde una experiencia y pluma
femenina era algo muy arduo en el siglo xix. Quizá la novela no sea tan redonda
como Jane Eyre, que ha tenido tanto éxito merecido pero sigue siendo una novela
muy interesante. Charlotte salió de casa pero esto no resultó muy exitoso.
Volvió muy pronto. Ann como Charlotte intentó ser institutriz pero fue
desolador y volvió al hogar. Estas experiencias marcan estos libros tan distintos.
Y desmontan el mito de que vivían solas, aisladas. Ese mito hace un ejercicio
muy romántico de sus figuras. El padre hizo un pacto con una escritora, Elisabeth,
para que se las viera así. ¿Cómo podían escribir mujeres tan jóvenes libros tan
airados y violentos con adulterios en propia casa, escenas de borracheras,
palizas, malos tratos..? En cuanto a temáticas fueron totalmente innovadoras. El
registro de los malos tratos domésticos empezó a describirse, hay que destacar el
realismo con que están narradas estas escenas. El padre pactó con una escritora
para callar estas voces indignadas y ajustar la memoria de sus hijas a la
decencia del ángel del hogar.
La escritora Elysabeth, a la que
el padre encargó suavizar y mitificar la biografía de sus hijas, consiguió
llevar el collar de perlas de la mujer sin romperlo y sin que se cayera. Supo
amoldarse a su época haciendo una suave crítica. Elisabeth cascet escribió la vida de Charlotte donde intentaba
limitar y reducir los excesos que consideraba la tradición literaria que habían
hecho. Estableció una especie de canon de cómo había que leer a las Bronte.
Rectoría en haword. se debate sobre el aislamiento
posible o no aislamiento de las Bronte. Se sitúa en lo más alto del pueblo que está
en cuesta. Se iba al páramo, tenían un ansia de libertad romántica bajo el
escrutinio de unos de los otros, otros de uno, como una aldea. Es difícil ver a
las hermanas por encima de la propia biografía mitificada y de las pelis que han
hecho de ellas. Personalidades tan fuertes en una casa tenían que tener un
conflicto constante. El padre era una persona de carácter muy marcado, no era
mal encarado, era un eje de mucha influencia para sus hijas. Y esa tía
solterona con pánico a cualquier corriente de aire, que vivía con la calefacción
a tope, pero que les dejó una herencia cuantiosa con la que pueden sobrevivir
su última etapa.
Patrik bronte y su miedo a los
infiernos, la loca cuñada con la calefacción muy encendida… ¡vaya escena
romántica! Las típicas manías que una familia tiene se acentúan cuando sus
protagonistas se hacen famosos. Cuando la familia se hace famosa nos extrañan
mucho esas manías. Charlotte se casó con un capote de boda muy descolorida, de
un gris lavanda, similar a la que describe en Jane Eyre. Fue una boda discreta.
Tuvo sencillez a la hora de vestir, aunque no faltaban florituras, flores de
jazmín, símbolos en su vestido de primavera otoño. Estas particularidades conforman
el perfil de la familia.
Blam stoker vivió también por la
zona. Describe escenas del libro allí, ¡qué magma literario habría durante esos
años! Stoker retrata y describe ese paisaje de forma emocional. Ese aislamiento no impide que las Bronte vivieran
intensamente el siglo. Recrearon el espacio de tabernas que tenían al lado. Doblando
la esquina, cruzando el cementerio, tenías la taberna donde el hermano se
emborrachaba. Ahora sirven menús con cordero estofado a la menta.
Desigualdad de género. Las Bronte
construyeron una identidad por encima de circunstancias sociales y temporales y
de la lucha de clases. Tuvieron una aguda e inteligente mirada que despertó a
la desigualdad de género que había, y acabó aplicándose sobre todo el siglo.
Algo interesante de sus novelas es que describe desigualdades políticas,
económicas, culturales. Critica a lo artificioso de las clases sociales que
fomentan vicios y males sociales por lo injusto que son.
La palabra ambición sale muchas
veces. Ambición temática esperada en estas mujeres tan aisladas. No estaban tan
aisladas. Vivieron la época que las tocó vivir por muy ardua que fuera. Lo
mismo describen tabernas, el amor como peleas o lucha de clases. O el shock de
la población severamente empobrecida cuando llegaron las máquinas y se quedaron
sin trabajo, y como la gente reaccionó violentamente. No escribían simplemente novelitas
de amor. Hay una complicación estilística que nos va a hacer cambiar la idea de
cómo escribían estas novelas en el xix. En las 4 hay historias de amor. Con la
cantidad de años que han pasado los críticos literarios no pactamos qué es cumbre
borrascosas. Los críticos no saben dónde colocar tan inigualable y única obra.
Son sus relatos grandes historias de aprendizaje humano fundamentalmente
femenino. Volvemos a la historia básica que nos gusta, nos gusta que nos
cuenten cómo somos.
Charlotte era muy estricta.
Espido cree que le caería fatal, desde la admiración. En el momento relajado
que le gusta tener con la cervecita, ella no bebería. No la gustaba beber.
Conectarían intelectualmente. A Espido la impresionaría su fama. Si fuera un tú a tú la
encontraría pero no para mucho tiempo. Era difícil encontrarse con ella más de
una tarde. No era de personalidad amable aunque tiene otro tipo de virtudes.
Caterine era egocéntrica narcisista
frívola. Ella era muy mandona y ambiciosa, y esto le llevaba a la insatisfacción
interna que era su motor, constantemente en movimiento. No era persona fácil ni
cómoda. Tuvo amigas durante toda la vida que la querían, la visitaban. Hemos de
romper el mito del aislamiento. Las escribía constantemente. Hay una correspondencia
traducida del inglés muy impresionante. Era afectuosa a su manera pero no muy cálida.
Era muy miope, pues hereda la ceguera del padre, la recuerdan leyendo con el
papel a la altura de los ojos. Moverse por el mundo casi sin ver, ¿cómo será
eso? Espido era miope aunque se operó. Empezó a perder vista, hay un estadio
muy corto entre ver de cerca o lejos. No ver de cerca no se compara con ver el
mundo con la visión de lejos. Las mujeres las negaban el acceso a clases, a
cargos. Escucha a todos, analiza muy bien. Padre les toma la lección. Les hace
que piensen y analicen. Era muy analítica. Estaba fascinada con Charlote, que
es lo primero que leyó, luego Emily, y ahora cree que Ann es una chica majísima.
Su vida tenía una idiosincrasia
muy cristiana, muy de rectoría. Tenían un padre rector. Crecieron en esa
rectoría. En la descripción de los cuerpos de Charlotte se denota la intensidad
con la que viven las hermanas. El acercamiento a la carne. La represión lo que
acarrea es una exacerbación de los sentidos. Por debajo del corsé esta la
cintura y las piernas. No disfrutaron del amor físico, pero Charlotte analizaba
a una pareja bajo lupa porque está enamorada del marido y pone verde a la mujer,
fíjate, que es una zorra…En esa sociedad victoriana estaba muy presente el
hecho de lo que había que ocultar pero estaba ahí. No eran católicos, no había
confesión pero vivían cerca de la taberna. La rectoría era un centro de petición
de ayuda. La gente pedía ayuda, dinero para la gente del pueblo. Tenía mucha
capacidad de observar las cosas. No dejaba de ser un pueblo. Ve por la ventana
lo que está haciendo el de enfrente. Las 3 son genios literarios, y
trasmitieron esa energía o potencia de manera muy potente. Ha habido muchas
mujeres escritoras de esa época que no han pasado a la historia porque les
faltaba carnalidad. Espido no ve contradicción tan fuerte entre iglesia y
sexo. La imposición moral es una jaula.
El sexo en el matrimonio no estaba sujeto bajo ninguna norma. En EE.UU. si. Charlotte no
quiso negarse que deseaba sexualmente a los hombres. Aparece de manera explícita
el deseo sexual. El señor este le pone y mucho. Se ve obligada a hacer ejercicios
de razón para tener quieta su lívida. Saltar por lo que les impedía tener
deseo. se exigía frigidez en estas mujeres. No podían tener deseo ni
manifestarlo. Casi la única que lo aborda de una manera tan clara es Charlotte.
El deseo empieza a estar formulado por la mujer.
Espido nos habla de la correspondencia
de la madre de Sheley y de la plataforma hijos de Mary Sheley en la que
participa homenajeando este libro. Charlotte se convierte en paria social
cuando se lia con un señor que no le hace ni caso. Siente mezcla de abandono y
de rabia. Este señor la sigue gustando un montonazo. Es muy moderno. Cierra la
mordaza. Ya con la Revolución Francesa la cosa cambia. La apertura de libertad
que iba a haber se convierte al final en miedo, en restricción. Falta más
información emocional sobre la lectura de estos códigos. Que se sentía del deseo lo
sabemos pero intelectualmente. Es difícil traducir esto. Nosotras no somos las
que éramos en la época victoriana. Las grandes críticas literarias han intentado
encontrar en la loca del ático la rabia, frustración e ira que sentían las
mujeres ante esa imposición, ese inmenso collar q tanto pesaba. Hay tantos
mundos… tantas lecturas y retos en las hermanas Bronte....
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