sábado, 9 de abril de 2016

el libro como perdida de tiempo


La ética es otra estética, debe ser la capacidad crítica y no impuesta de forma violenta. Cada autor ha expresado su realidad histórica. Perder el tiempo es un ejercicio de libertad intelectual, ser en realidad nosotros mismos pues el tiempo esta impuesto, el determinismo nos lo impone el mercado, quieren estructurar el tiempo, pero perder el tiempo leyendo es ganarlo. No podemos matar al tiempo, el tiempo pasa en nuestro pasatiempo y al final es el tiempo el que nos mata a nosotros. Vence el tiempo la batalla del recuerdo que es efímero y universal. Pero nos gusta pelearnos con molinos de viento, pelearnos contra el tiempo. Perder la vida es salvarla, perderlo todo es lo que proponía San Agustín, perder nuestras posesiones materiales para ganar espíritu, y el triunfo contra el tiempo es reconocernos en nuestra propia individualidad, en el ser de cada cual. Frente al tiempo organizado estructurado democráticamente tenemos el tiempo individual. Los libros son literatura propia de nuestra vida. El individualismo entra en colación, me importo yo, recibo el libro que creo conveniente. No hay libros que no digan nada, la narración sirve para exponer un tiempo que pertenece a cada cual, como vemos en los diarios de Hamlet García (otro Hamlet!) o las cartas de Edmundo de Ory . la Ironía es la ambivalencia entre la alegría y tristeza, la tragedia y comedía que se hacen tragicomedia. Espinoza defiende el rictus de la sonrisa irónica, la preocupación, la dignidad, la defensa del pensamiento hecho legítimo, aunque me condenen por ello.
Carlos habla de la vida personal y subjetiva que retrata Flaubert en bobaru y petise. Agustin Calvo en sus poemas usa mucha la metáfora del tren en movimiento, el sentimiento de  bienestar y la perdida del tiempo que comporta viajar en tren. José María  Valverde en vida muerte de las ideas habla de la dignidad del pensamiento, en un mundo donde la luz brilla por su ausencia. También podemos encontrar sabiduría en Ortega y su escuela de Madrid; Zambrano o Julián marías y su historia de la filosofía. En tierno Galván, en el jesuita Aranguren. En el Cantico cósmico de Ernesto Cardenal. Vivimos un tiempo de Silencio, como la novela de Martin Santos, lleno de ruido, de interferencias y sobre información en la comunicación buscando el interlocutor soñado (de la Gaite) El lenguaje y la palabra ayuda a entender la realidad. Es el fuego intelectual histórico.
A veces son más importantes los personajes secundarios de cualquier libro que el protagonista. En el quijote nos interesa que sentía dulcinea por el, el barbero… los libros añejados escaparates quedan olvidados y abandonados en las estanterías polvorientas.  Los Diarios son análisis interesantes de la comunicación emisor receptor. En la interrelación perfecta el receptor es emisor, acepta o rechaza mensaje y lo devuelve, se produce el “feed back”. Esta sería la democracia perfecta, la comunicación entre los dos dialecticos, pero ya sabemos que la comunicación es imposible. Muchos libros fueron quemados por los nazis o por Fahrenheit o descatalogado, les arrebatan el protagonismo de nuestra vida.  Los encuentras en mercadillos y lugares olvidados. En la cuesta de Moyano en Madrid puedes comprar libros en el rastrillo, esa joya que te hace ver la realidad. La literatura, que es vida, es una lista abierta a polisemias, a muchas lecturas, al infinito.  No hay mentiras verdaderas, hay mentirijillas, medias verdades, ocultamientos y omisiones, y también errores. Y es que la literatura es el arte de hacer creíble, o al menos verosímil, una mentira. La literatura y el arte siempre se han reconocido mentirosos, vieja hembra engañadora, pero la filosofía se preciaba de ciencia, siempre ancilla de la religión y desde Nietzsche sabemos que es tan ficción la filosofía como los poemas de los poetas que Platón expulsó de la república. Platón, que gran poeta mentiroso. El poeta ha de estar algo loco, locura divina, para escribir, dijo Platón, el de anchas espaldas. Los libros alejados nos enseñan un tiempo que ya ha pasado, que ya no volverá. Nunca nos bañaremos en el mismo río. Lo que tenía importancia ya no lo tiene, la escritura viene de dentro y juega el recuerdo a distorsionarse. el recuerdo congela el tiempo, congela el movimiento como una cámara de fotos y hace posible lo imposible. El recuerdo, como la literatura, es anárquico y libre y se mezcla con la imaginación.
Abrimos los libros y nos trasladamos al tiempo en que se escribieron o al ambiente que recrean. Los libros son la banda sonora de nuestra vida, los leemos según nuestro estado de ánimo en ese momento por lo que el mismo libro nunca es el mismo, sino que depende del periodo en que lo leíste. Porque los libros nos dicen lo que queremos oír como el que compra el periódico de su cuerda ideológica. Releemos los libros de la adolescencia y nos dejan un sabor distinto, los leemos de otra forma. Eso es lo mágico que tiene este reencuentro con los libros del pasado, los que ahora se esconden en las estanterías del fondo. A veces encontramos el libro subrayado y con anotaciones, es nuestra letra, anotaste lo que te pareció interesante, lo cogiste con gran ansia pero ahora ya no te interesa. Los libros nos descubren a nosotros, no somos nosotros los que los descubrimos. El libro me ha encontrado, te dejas atrapar por ese libro que te ha llamado. El libro en el pasado del recuerdo y en el presente. El libro es Fantasía e ilusión, magia de cura, de mago o de inventor que no otra cosa es el escritor. El carácter libertario y libre de la literatura el mercado lo corrompe. Pero el libro es una realidad vital. Dime que escaparate tienes en tu librería y te diré que tipo de ideología tienes. No dejemos que nos impongan ideologías que desde el aparato del poder quieren que tengamos. El libro se lee con capacidad crítica. Estamos ante el libro, que es metáfora de vida, de anhelar la libertad. El best seller actual se dirige a la masa, no al ciudadano ni al individuo ni a la  persona. Estos libros se leen porque los demás lo leen, por el boca a boca. Tememos la marginación del grupo y por eso adoptamos sus gustos. La estructura puede usar el lenguaje de forma democrática o dictatorial. Las estructuras nos privan de nuestra libertad. Desde q te levantas estás programado como un autómata; estudiar, trabajar… dormir es de vagos, siempre tenemos que producir.  ¿Qué tiempo queda para tu libertad? Perder l tiempo es para el sistema algo tonto, consideran el arte una tontería. Ganar el tiempo es estar estructurado en un horario, matar el tiempo. El individuo gana su verdadero tiempo, es dueño del tiempo ambivalente a la ve que esclavo de su estructura o sistema. Por eso hay que revelarse, la revolución anti uno mismo. El día nace para morir en la noche. Heráclito el oscuro decía que no hay día solo, sino día y noche, nos gustaría siempre calor pero el calor va acompañado del frio. Siempre la dialéctica blanco negro y la imposibilidad de conciliarlo y llegar al gris.  En la vida hay bien y en la vida hay mal, llanto, pesimismo, placer y dolor. El optimismo de Espinoza es a la vez pesimista. Es la filosofía de los contrarios y la ambivalencia. Frente al absoluto Carlos propone la ambivalencia de contrarios; aceptar el gozo y al llanto, la contradicción. el pensamiento dualístico nos hace sufrir porque tenemos  poca capacidad de frustración, de aceptar que hay cosas que no podemos conocer ni solucionar.
El libro nos permite levantarnos cuando nos caemos, la fantasía es un subterfugio que nos ayuda a afrontar la realidad. Los best seller no aportan nada; novelas de corte histórico o de novela negra, de muertos, en los que no hay un discurso reflexivo o filosófico sino sólo acción. Estos libros los imponen las multinacionales. El mayor desprecio es la falta de aprecio y hemos de castigar a estos libros negándonos a comprarlos.  El libro clásico tiene la dignidad que le falta al libro de masas que sigue las reglas del mercado. La mejor literatura es la que se rebela a su tiempo, ya sea con la fantasía o con la reivindicación y el mensaje social. Todo libro tiene contenido político. El best seller es el más vendido, esas novelas de amor de Corin Tellado, esos libros insustanciales que tras leernos te dices que nada te han aportado. El libro no tiene sólo que entretener sino educar deleitando, como decía Horacio. Dejarnos un regusto al final y sentir que nos acostamos sabiendo algo nuevo. Sabiendo algo de nosotros mismos. Conociéndonos más. La sensación de haber hecho un largo viaje a otra época y a otro lugar. La literatura que mueve masas, de venta millonaria, se mueve por intereses de márquetin y publicidad y no por intereses literarios. La literatura ha de ser la música de fondo que pasa desapercibida mientras las escuchas pero que después la recuerdas siempre.  Reflexión frente a la mera evasión. Desde el poder se considera que la reflexión es perder el tiempo, pero la libertad de cada uno es elección y acción, asumir la libertad. Hoy en día se publica tanto, necesitaríamos mil vidas para leer todo lo que quisiéramos. Porque luego está la Meta literatura, la referencia de un libro que me lleva a otro. La meta literatura es el libro que habla de otros libros. ¿Cuántos libros leemos al año? ¿Unos 80? ¿y qué es eso en medio de la biblioteca de Babel de la literatura?. Para leer los clásicos necesitarías 2 vidas. Los  libros evocan el pasado, son la banda sonora de nuestra vida. El márquetin nos obliga a tener en cuenta los libros que interesan que leamos, patrocinados. Vamos a casa de otro y al ver su biblioteca sabemos mucho de esa persona, sólo echando un vistazo a su biblioteca. Es terrible ver la casa de un hombre sin libros, tenemos la sensación de un gran vacío. Los personajes por la noche en las bibliotecas cobran vida. Y es que los personajes y los autores del libro siguen vivos y esperan que los resucitemos abriendo el libro una tarde en la biblioteca. La televisión forma parte de un acompañamiento, un antídoto a la soledad. Muchas personas mayores no pueden dormir si no hay ruido y ponen la radio o la tv para que les acompañen en sus noches de insomnio o mientras pasan la aspiradora. Ni siquiera están atentas al mensaje, ni se enteran de lo que retrasmite la tv. Y así es cómo mucha gente lee, se evaden, y luego ni siquiera recuerdan de qué iba el libro. El escritor y el lector son seres solitarios por naturaleza. Pero al leer o al escribir estamos menos solos. Escribimos para que nos quieran. Leemos para amar. El hombre teme tres cosas en la vida; la soledad, la libertad y la muerte. Hoy en día el quijote sería un fracaso editorial. No aceptaron la novela 100 años de soledad en su tiempo. El gusto literario de críticos y públicos es el que decide que es buena literatura, que pasara a la historia y que no, y detrás los intereses económicos. La novela de la conjura de los necios se publicó después de que el autor se suicidara, gracias a la madre que removió Roma con Santiago para que una editorial lo publicase. Van Gogh murió loco, tras haber cortado una oreja, sin haber vendido un cuadro en su vida, mantenido por su hermano Teo y de un disparo en el pecho. Ahora la conjura de los necios es el libro más vendido de EEUU. Cuando un genio verdadero nace todos se conjuran contra él. Y Jon Toole era un genio y murió suicidado, era la conjura de su destino.  Las líneas editoriales van por senderos muy distintos a la literatura experimental o de vanguardia. Por eso mucha gente se auto edita en pequeñas impresiones de sus libros o publican un blog o venden pequeñas distribuciones. Miles de poemarios de jóvenes principiantes se dejan en el escaparate de la librería.

La conjura de los necios habla de Ignacio Reilis, un personaje odioso, repulsivo. Un filósofo vago y gordo, a lo Proust, que se pasa el día en la cama, dominado por su madre fálica, que monta líos a modo de un quijote moderno y estadounidense. Es una novela de humor y en el fondo una novela muy triste. Y al igual que cojeemos simpatía a Don Quijote sentimos pena por este hombre gordo que se escusa en Santo Tomás de Aquino y en la diosa Fortuna para no dar un palo al agua y vivir una existencia absurda. Esta novela nos habla del narcisismo y el ego de un ser penoso que se considera así mismo un genio, enfrentado con su sociedad. Una novela que produce hilaridad y que critica también la sociedad capitalista.  Una serie de personajes estrambóticos y una reflexión filosófica muy lejana a los sistemas cerrados y que emplea el humor. La misma filosofía posmoderna que encontramos en Chaplin o en los hermanos Marx. Perdonen que no me levante reza la tumba de Groucho. Nunca pertenecería a un grupo que no me aceptase como socio y esto sólo es la primera parte de la parte contratante. La conjura de los necios es un retrato psicoanalítico de un hombre conjurado contra el mundo, que se cree individualista y que es un hombre masa, no sólo por su tamaño físico sino por su mentalidad. Libros con los que desde luego no perdemos el tiempo, libros que siguen teniendo vigencia aunque los leyésemos en la adolescencia, libros que nos sumergen en la imaginación pero también en el recuerdo de nuestra propia vida, libros que en definitiva siguen vivos. 

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