Amos Oz nace en el 39 en Jerusalén.
Se apellidaba Klosumer. Su familia era de Europa del este, de Rumania. Se pone
el nombre de Oz que significa coraje. En el 48 se convierte Israel en estado
así que nació siendo Israel todavía colonia británica. Era hijo de padres
inmigrantes. El padre se suicidó cuando tenía 12 años el. Con 15 años se fue a
vivir a Kibuttz, una cooperativa anarquista. Estuvo en la guerra de los 6 días
y en otras. Se convirtió en un pacifista total. Recibe muchos críticas y premios.
Fue crítico con la invasión de Israel sobre Palestina. Fue profesor de
literatura y oficial del ejército israelí. Siempre suena para el nobel. En 2007
le dan el premio príncipe de Asturias de las letras y en 2001 escribe historia
de amor y oscuridad. Es un siglo de la vida de su familia originaria de la Europa
del este. También escribió Judas. Tiene un ensayo contra el fanatismo. En sus
novelas aparece la Biblia como tradición literaria y la religión judía y sobre todo
el mundo árabe y judío actual.
Amos Oz nace en el 39 en Jerusalén.
Se apellidaba Klosumer. Su familia era de Europa del este, de Rumania. Se pone
el nombre de Oz que significa coraje. En el 48 se convierte Israel en estado
así que nació siendo Israel todavía colonia británica. Era hijo de padres
inmigrantes. El padre se suicidó cuando tenía 12 años el. Con 15 años se fue a
vivir a Kibuttz, una cooperativa anarquista. Estuvo en la guerra de los 6 días
y en otras. Se convirtió en un pacifista total. Recibe muchos críticas y premios.
Fue crítico con la invasión de Israel sobre Palestina. Fue profesor de
literatura y oficial del ejército israelí. Siempre suena para el nobel. En 2007
le dan el premio príncipe de Asturias de las letras y en 2001 escribe historia
de amor y oscuridad. Es un siglo de la vida de su familia originaria de la Europa
del este. También escribió Judas. Tiene un ensayo contra el fanatismo. En sus
novelas aparece la Biblia como tradición literaria y la religión judía y sobre todo
el mundo árabe y judío actual.
Para este autor la creación de
obra no es cuestión de ideas o mensajes sino de utilizar las palabras exactas.
No le hemos leído en su lengua original, la novela en otro idioma al ser
traducida no tiene el mismo valor. Se pierde la precisión de las palabras. ¿cómo
lo diría en su idioma? La traducción era castellana, en hebreo no tiene sentido
que nos lo pongan. El autor es un señor muy arraigado a su tierra, habla de las
costumbres, de las comidas (comida muy mediterránea que vale para Israel o para
aquí, aparecen mucho las olivas o aceitunas) Te vas imaginando el ambiente de Israel
y Palestina.
Es una novela poética. Hay
sentimientos distintos entre todos los personajes. Damos la vuelta a algo sin
concretarlo, queda concretado en las ideas que quiere expresar, pero el lector
piensa más de lo que él ha escrito porque despierta la curiosidad y sugiere más
de lo que dice. Asociamos la poesía a la capacidad de sugerencia de imágenes, metáforas
o a la trasmisión de sentimientos, pero no es asó. Amos Oz hace prosa poética porque
la novela es polifónica, aparecen muchas voces de narradores. El mérito de la
novela es buscar una voz narradora y mantenerla. No crea esa voz narradora en
una persona sino en varias.
La función del narrador es buscar
una voz que cuente la historia. Opta por quién narre la historia sea una voz múltiple.
Está estructurado en forma de poemas y prosas poéticas. Toman la palabra todos
los personajes. En prosa esto es aún más complicado. No conozco otra novela que
de voz a tantos personajes. El narrador suele acercarse a un personaje, no a
todos. La poesía le permite eso que es tan raro. En vez de una voz en la novela
hay 12-. En estos poemas el narrador aparece como personaje, aparecen sus datos
biográficos, aparece el propio Amos Oz. En la novela habla la mujer fallecida,
la vecina, la novia, la mujer. Hay poemas en que el personaje se dirige a otro
personaje. La madre llama muchas veces por teléfono. En el jardín participan
todos, es metafórico. Reflexiona sobre lo que está haciendo, sobre lo que lleva
escrito. Aparece el narrador como un personaje más en la historia que le da
consejos al narrador. Se introduce como personaje el propio Amos.
La novela cuenta lo propio del
ser humano. Establece diálogos entre personajes. esto permite una original estructura
narrativa. Acaba el libro dando voz a un protagonista secundario. Tiene
argumento la novela que es la propia vida de cada cual. El padre está enamorado
de la novia del hijo. Hay personajes y conflictos. Pero no tiene un argumento
lineal de principio nudo desenlace. Es la propia vida de los personajes. Les coge
y deja en el momento dado y vuelve a ellos. En el último poema nos encontramos
con el amigo del hijo del rico, que es productor de televisión y compra
terrenos para especular y construir. Va a una recalificación de un terreno que
quiere comprar. Había robado un coche, la moto. Intenta orientarse y se pierde.
Llega a un cobertizo abandonado y el relato cambia. Se vuelve absolutamente
lirico. Ese momento es pragmático, el hombre es consciente de que lo importante
son otras cosas. Ese escenario seria perfecto para una película. Pasa de ser especulador
a amante de la naturaleza, vuelve a sus raíces que es crear cine.
Termina con ese poema su
intención de desenlace. Es un poema esperanzador. Cada poema tiene una historia.
Nos perdemos con el personaje, pero lo que dice lo entendemos. El poema de la tortuga
y la mariposa es el poema que más me ha gustado. Continua luego. Hay cosas que
no entendí en el libro. El libro es la vida misma. Te haces planes, pero no
cambias nada, la vida tiene sus propios planes. El uno quería hacer cine, el
otro tiene problemas con sus padres, o proyectos en la vida, pero la vida hace
sus propios planes. La novela concluye porque queremos un final, pero en la
vida nada concluye. Nada tiene importancia, parece decirnos la novela.
Parece que el hijo huye del duelo
cuando muere la madre, pero huye del duelo del padre, del estado de constricción
en que ha caído el padre. Queremos que se solucione el conflicto y el autor no
lo soluciona ni lo finaliza. El libro tiene un final porque toda estructura
narrativa obliga a acabar en alguna parte, pero el conflicto no concluye como
la propia vida finaliza en el mayor de los absurdos, sin haberse resuelto. En
los poemas pasa el tiempo y nada pasa. En el poema del carpintero hay mucha
profundidad debajo. Era un hombre jovial que adoraba la música... y de pronto
se suicida. Todos somos enigmas, incluso las personas más cercanas. Es una
llamada a la solidaridad y contra la indiferencia. Parece que nada nos afecta.
El carpintero y el protagonista son nacidos en Sarajevo. La madre le cantaba
nanas búlgaras. Vemos tan cercano el narrador que lo identificamos con el
autor. Tenemos esa tendencia tan nefasta de asociar todo al escritor. El escritor
así nos describe al inmolado: Escuchaba la Traviata, Don Giovanni. Tenía una
voz de ultratumba, profunda de profundis. Salía la voz por un tórax grande. Tenía
una mueca cercana a la ironía, una mirada de contradicción, un rosto satírico
como diciendo “¿Qué soy? He surgido de un fluido y acabare como un trasto viejo”.
La mesa donde se ahorca tiene patas de rinoceronte. El mueble es robusto. Al suicida
le gustaban las bromas. No dejó ninguna carta de despedida. No se lo explica su
familia, en una sorpresa para todos. Tenía una falsa identidad. Se había
desprendido de su disfraz y había vuelto al lugar de origen. Nadie imaginaba
que tuviera el suicidio en la cabeza. Tenia trabajo familia y amigos y la vida
se portaba bien con él y él valoraba su vida. Le gusta leer y dormirse con sus óperas.
Era un poco exagerada su pasión por la ópera, pero hay hombres que se gastan
medio sueldo en la lotería o no perdonan el futbol. A el le pasaba eso con la ópera.
Le gustaba hacer reír. Era el rey de las bromas. Antes de ahorcarse hizo unas tortillas
y fingió que se tragaba el aceite hirviendo. Tomos somos un enigma. Llevas 35
años durmiendo con alguien en la cama, crees que conoces su cuerpo y sus
secretos, pero no significa nada. Ha habido un hombre de fuera y otro por dentro.
“Seamos fuertes. Los niños lo toman con la mayor naturalidad”, dice la viuda.
La novela alterna partes liricas
con narrativas. En un poema de despedida se oye de lejos a una mujer árabe a la
que han abierto el vientre y grita. Esa voz es cortante, terrorífica cuando
reprocha: “tu afilas un lápiz o abres la cubierta rasgada de un libro. ¡Al
menos estremécete!” La gente es indiferente a todo lo que pasa alrededor. El
autor denuncia esto. Reclama la tierra para los palestinos, pero vale el poema para
cualquier conflicto o justicia, lo podía haber escrito un gallego o un señor de
Murcia. (sin Ninette) Tras la imagen de un niño muriendo de hambre te ponen el anuncio
de un perfume. A veces se oyen gritos y pocos vecinos bajan para ver que hay
debajo. Mientras escribe la gente se está matando o muriendo y él siente impotencia.
El narrador le critica al autor. En 6 líneas mete todo el mundo y es un tratado
contra la guerra. “Queridos padres. Hoy he llorado por una niña que había
muerto de malaria en verano. Han pasado 100 años y sigo sintiendo dolor”. A la
niña le mentían diciendo que en dos meses se pondría bien. “Estaba delirando de
fiebre y comprendió que eso era su muerte. Habían perdido la esperanza.
Intentan fingir, pero el llanto de la madre contradecía sus falsas esperanzas.
Miró a la madrugada, ¿quién limpiará el sudor de su frente?, nadie le obligaría
a afeitarse, ni le ofrecerían su mano para medir la fiebre en la frente.
Permanecería en el bosque después de que se fueran”. El dolor es menor pues han
pasado los años. En el cajón del mueble de nogal olvidadas quedaron sus cosas.
Estuvo triste por ella unos minutos y luego se le pasó porque comió un plato y
se durmió. Este pasaje de la novela habla de lo transitorio que es todo. Tras
diez años el dolor ha disminuido, pero al menos el chaval siente dolor por ella.
La poesía es para escucharla. Se pierde más escuchándola. Se necesita más concentración
y prefiere la voz máquina de su e-book, nos dice Mertxe que es una lectora
ciega. En la voz humana se le distorsiona la novela. Se empeñó en leer seguida
la novela, pero no tienen continuidad los capítulos. No hay problema de
entender la novela. ¿Qué esperas encontrar en ella? Lo que tienen en común
todos los personajes es el mar. El mar es metáfora de la vida inmensa. El mar
es siempre el mismo, lo llamemos atlántico o mediterráneo. Lo usa como
metáfora. Los seres humanos somos el mismo mar, hablan muchos personajes, pero
en el fondo son los mismos. Hay personajes que te dan pena, todos tienen una especie
de bondad o inocencia que les disculpa, lo que hacen lo hacen por sobrevivir. Hay
una hermandad y solidaridad subyacente en todos los personajes. En un momento
dado no se entienden, pero tienden al entendimiento. La hermandad humana hace
necesaria la solidaridad. El adolescente siente pena por una chica que no
conoce de hace un siglo. Los muertos aparecen todo el rato. Sale María la monja
y prostituta portuguesa que es amable con todo el mundo y recuerda la copla de Carlos
Cano María la portuguesa. La idea que subyace es que nada de lo humano nos es
ajeno. Podía haberse titulado la misma tierra o la misma sangre. Tenemos todo
en común los humanos, pero no nos conocemos ni entre nosotros ni a nosotros
mismos.
Hay sátira y humor en la novela. El
autor hace de repente un resumen de lo que va el libro, de los personajes, por
si nos hemos perdido. En mitad de la novela reflexiona, esto va de esto. Cuando
la madre se pone enferma el chaval quiere que se marche el padre y quedarse el
a solas con la madre, un ejemplo de complejo de Edipo. Se echa de menos algún personaje
malvado. Todo es entendimiento, aunque todos estan jodidos y a veces reaccionan
de forma chunga. Los padres se van a quedar solos y quieren al hijo cerca.
Estan presentes las debilidades humanas, pero no hay un personaje malo. En
todas las nivelas buscamos una estructura de cuento de hadas con buenos y
malos. El viudo que la deja por no poder tener hijos es el único que podemos
calificar de “malo”. Subyace una soledad en todos los personajes, sobre todo en
la figura del yeti o hombre de las nieves. Hay una hermandad profunda pero
todos estan solos. Hace referencia a que no tiene padres, y a su soledad. O en
el hombre que parecía tal y luego se suicida. Hace un repaso al rey David al
que pone de saturo pues todos tenemos esa imagen luchado con Goliat y no de sus
amores con Betsabé. Hay muchos triángulos amorosos, más que parejas; el padre,
el hijo, la novia del hijo.
Sale reflejado el conflicto palestino
en la novela. La voz se convierte en algo muy cercano y tiene una estructura
poética. La novela nos hace preguntas. No son preguntas concretas sino
inquietudes. Interpreta o incomoda o nos reafirma. Busca que te enfrentes a ti
mismo. No es una reafirmación sino incomodidad lo que sentimos al leerla. Si
piensas lo mismo que el autor te puede reafirmar en que somos seres solitarios
con un ideal personal pero la mayor parte de las cosas como el amor o la moral son
ficticias. No plantea cuestiones para muchos lectores. Pero ves que tu vida es
superflua al lado de esta tan importante. Se esta muriendo la madre y piensa en
que tiene que coser un pájaro y hacer ganchillo. O si la terraza ha quedado limpia
o las sabanas alienadas. Mucha gente dice “¡pobre!, tiene un cáncer” pero no
sabes si vas a estar tú al día siguiente peor que esa persona. El padre con 60
años y después de que se le muera la mujer desea a la novia de su hijo. El hijo
huye, pero no por egoísmo sino porque no quiere ver ese dolor en el padre. Estas
con esa persona porque la quieres, pero a veces quieres alejarte del dolor.
En el fondo queremos que nos
quieran. La novela nos hace no poder dejar de leerla. Tiene sensibilidad y
elegancia en la descripción de los personajes. Las relaciones son de lo más
realistas y normales y creíbles, todos son llevados por el egoísmo. Después de
diagnosticarles el cáncer no saben cómo luchar contra eso. El padre le reprocha
que no pueda con eso. Otros seres humanos mirarán el cielo y los arboles y se
harán las mismas preguntas que nosotros. Deja la moribunda sus cajones llenos
de bordados. ¿Quién heredará sus cosas? Pero seguimos bordando y acumulando.
Antes de morir un pájaro le
despertó. Y la moribunda se dice; seré cuando muera ese pájaro. Un sonido o un
olor. La servilleta. “El diagnostico es optimista, la situación favorable. No
hay metástasis, compruébala usted misma”. La moribunda recuerda el olor de la
tarde y la corriente que crepita. Sombras de montañas cayendo sobre las
llanuras. Me pondré a bordar, se dice. A la mañana habré terminado. “Un pájaro
lucha de mientras en el mar. Todo se disuelve como leche derramada. ¿A donde ha
ido el amor de su vida?, descifra mis enigmas, lee en mi corazón, mi carne se
ha consumido”. Dan ganas de llorar. Toca la fibra sensible. Para escuchar hay
que callarse. La novela junta varias miradas, varios personajes hablando. “Cuando
muera seré mis hijos reunidos en el campo, seré la respiración de mi hijo
cuando duerma en un lecho de paja, seré la ensoñación de i marido cuando se
eche a dormir en el salón, seré su sueño, seré los que duermen”.
El autor ha fracasado pues al
acabar la novela no nos interrogamos nada. Nos descentra. Quizá ha conseguido
lo contrario, que nos reafirmemos en que el mundo es así y no puede cambiarse.
Todos somos antibelicistas sin necesidad de ir a la guerra. No mete el dedo en
el ojo, pero nos gusta su poesía.
Para este autor la creación de
obra no es cuestión de ideas o mensajes sino de utilizar las palabras exactas.
No le hemos leído en su lengua original, la novela en otro idioma al ser
traducida no tiene el mismo valor. Se pierde la precisión de las palabras. ¿cómo
lo diría en su idioma? La traducción era castellana, en hebreo no tiene sentido
que nos lo pongan. El autor es un señor muy arraigado a su tierra, habla de las
costumbres, de las comidas (comida muy mediterránea que vale para Israel o para
aquí, aparecen mucho las olivas o aceitunas) Te vas imaginando el ambiente de Israel
y Palestina.
Es una novela poética. Hay
sentimientos distintos entre todos los personajes. Damos la vuelta a algo sin
concretarlo, queda concretado en las ideas que quiere expresar, pero el lector
piensa más de lo que él ha escrito porque despierta la curiosidad y sugiere más
de lo que dice. Asociamos la poesía a la capacidad de sugerencia de imágenes, metáforas
o a la trasmisión de sentimientos, pero no es asó. Amos Oz hace prosa poética porque
la novela es polifónica, aparecen muchas voces de narradores. El mérito de la
novela es buscar una voz narradora y mantenerla. No crea esa voz narradora en
una persona sino en varias.
La función del narrador es buscar
una voz que cuente la historia. Opta por quién narre la historia sea una voz múltiple.
Está estructurado en forma de poemas y prosas poéticas. Toman la palabra todos
los personajes. En prosa esto es aún más complicado. No conozco otra novela que
de voz a tantos personajes. El narrador suele acercarse a un personaje, no a
todos. La poesía le permite eso que es tan raro. En vez de una voz en la novela
hay 12-. En estos poemas el narrador aparece como personaje, aparecen sus datos
biográficos, aparece el propio Amos Oz. En la novela habla la mujer fallecida,
la vecina, la novia, la mujer. Hay poemas en que el personaje se dirige a otro
personaje. La madre llama muchas veces por teléfono. En el jardín participan
todos, es metafórico. Reflexiona sobre lo que está haciendo, sobre lo que lleva
escrito. Aparece el narrador como un personaje más en la historia que le da
consejos al narrador. Se introduce como personaje el propio Amos.
La novela cuenta lo propio del
ser humano. Establece diálogos entre personajes. esto permite una original estructura
narrativa. Acaba el libro dando voz a un protagonista secundario. Tiene
argumento la novela que es la propia vida de cada cual. El padre está enamorado
de la novia del hijo. Hay personajes y conflictos. Pero no tiene un argumento
lineal de principio nudo desenlace. Es la propia vida de los personajes. Les coge
y deja en el momento dado y vuelve a ellos. En el último poema nos encontramos
con el amigo del hijo del rico, que es productor de televisión y compra
terrenos para especular y construir. Va a una recalificación de un terreno que
quiere comprar. Había robado un coche, la moto. Intenta orientarse y se pierde.
Llega a un cobertizo abandonado y el relato cambia. Se vuelve absolutamente
lirico. Ese momento es pragmático, el hombre es consciente de que lo importante
son otras cosas. Ese escenario seria perfecto para una película. Pasa de ser especulador
a amante de la naturaleza, vuelve a sus raíces que es crear cine.
Termina con ese poema su
intención de desenlace. Es un poema esperanzador. Cada poema tiene una historia.
Nos perdemos con el personaje, pero lo que dice lo entendemos. El poema de la tortuga
y la mariposa es el poema que más me ha gustado. Continua luego. Hay cosas que
no entendí en el libro. El libro es la vida misma. Te haces planes, pero no
cambias nada, la vida tiene sus propios planes. El uno quería hacer cine, el
otro tiene problemas con sus padres, o proyectos en la vida, pero la vida hace
sus propios planes. La novela concluye porque queremos un final, pero en la
vida nada concluye. Nada tiene importancia, parece decirnos la novela.
Parece que el hijo huye del duelo
cuando muere la madre, pero huye del duelo del padre, del estado de constricción
en que ha caído el padre. Queremos que se solucione el conflicto y el autor no
lo soluciona ni lo finaliza. El libro tiene un final porque toda estructura
narrativa obliga a acabar en alguna parte, pero el conflicto no concluye como
la propia vida finaliza en el mayor de los absurdos, sin haberse resuelto. En
los poemas pasa el tiempo y nada pasa. En el poema del carpintero hay mucha
profundidad debajo. Era un hombre jovial que adoraba la música... y de pronto
se suicida. Todos somos enigmas, incluso las personas más cercanas. Es una
llamada a la solidaridad y contra la indiferencia. Parece que nada nos afecta.
El carpintero y el protagonista son nacidos en Sarajevo. La madre le cantaba
nanas búlgaras. Vemos tan cercano el narrador que lo identificamos con el
autor. Tenemos esa tendencia tan nefasta de asociar todo al escritor. El escritor
así nos describe al inmolado: Escuchaba la Traviata, Don Giovanni. Tenía una
voz de ultratumba, profunda de profundis. Salía la voz por un tórax grande. Tenía
una mueca cercana a la ironía, una mirada de contradicción, un rosto satírico
como diciendo “¿Qué soy? He surgido de un fluido y acabare como un trasto viejo”.
La mesa donde se ahorca tiene patas de rinoceronte. El mueble es robusto. Al suicida
le gustaban las bromas. No dejó ninguna carta de despedida. No se lo explica su
familia, en una sorpresa para todos. Tenía una falsa identidad. Se había
desprendido de su disfraz y había vuelto al lugar de origen. Nadie imaginaba
que tuviera el suicidio en la cabeza. Tenia trabajo familia y amigos y la vida
se portaba bien con él y él valoraba su vida. Le gusta leer y dormirse con sus óperas.
Era un poco exagerada su pasión por la ópera, pero hay hombres que se gastan
medio sueldo en la lotería o no perdonan el futbol. A el le pasaba eso con la ópera.
Le gustaba hacer reír. Era el rey de las bromas. Antes de ahorcarse hizo unas tortillas
y fingió que se tragaba el aceite hirviendo. Tomos somos un enigma. Llevas 35
años durmiendo con alguien en la cama, crees que conoces su cuerpo y sus
secretos, pero no significa nada. Ha habido un hombre de fuera y otro por dentro.
“Seamos fuertes. Los niños lo toman con la mayor naturalidad”, dice la viuda.
La novela alterna partes liricas
con narrativas. En un poema de despedida se oye de lejos a una mujer árabe a la
que han abierto el vientre y grita. Esa voz es cortante, terrorífica cuando
reprocha: “tu afilas un lápiz o abres la cubierta rasgada de un libro. ¡Al
menos estremécete!” La gente es indiferente a todo lo que pasa alrededor. El
autor denuncia esto. Reclama la tierra para los palestinos, pero vale el poema para
cualquier conflicto o justicia, lo podía haber escrito un gallego o un señor de
Murcia. (sin Ninette) Tras la imagen de un niño muriendo de hambre te ponen el anuncio
de un perfume. A veces se oyen gritos y pocos vecinos bajan para ver que hay
debajo. Mientras escribe la gente se está matando o muriendo y él siente impotencia.
El narrador le critica al autor. En 6 líneas mete todo el mundo y es un tratado
contra la guerra. “Queridos padres. Hoy he llorado por una niña que había
muerto de malaria en verano. Han pasado 100 años y sigo sintiendo dolor”. A la
niña le mentían diciendo que en dos meses se pondría bien. “Estaba delirando de
fiebre y comprendió que eso era su muerte. Habían perdido la esperanza.
Intentan fingir, pero el llanto de la madre contradecía sus falsas esperanzas.
Miró a la madrugada, ¿quién limpiará el sudor de su frente?, nadie le obligaría
a afeitarse, ni le ofrecerían su mano para medir la fiebre en la frente.
Permanecería en el bosque después de que se fueran”. El dolor es menor pues han
pasado los años. En el cajón del mueble de nogal olvidadas quedaron sus cosas.
Estuvo triste por ella unos minutos y luego se le pasó porque comió un plato y
se durmió. Este pasaje de la novela habla de lo transitorio que es todo. Tras
diez años el dolor ha disminuido, pero al menos el chaval siente dolor por ella.
La poesía es para escucharla. Se pierde más escuchándola. Se necesita más concentración
y prefiere la voz máquina de su e-book, nos dice Mertxe que es una lectora
ciega. En la voz humana se le distorsiona la novela. Se empeñó en leer seguida
la novela, pero no tienen continuidad los capítulos. No hay problema de
entender la novela. ¿Qué esperas encontrar en ella? Lo que tienen en común
todos los personajes es el mar. El mar es metáfora de la vida inmensa. El mar
es siempre el mismo, lo llamemos atlántico o mediterráneo. Lo usa como
metáfora. Los seres humanos somos el mismo mar, hablan muchos personajes, pero
en el fondo son los mismos. Hay personajes que te dan pena, todos tienen una especie
de bondad o inocencia que les disculpa, lo que hacen lo hacen por sobrevivir. Hay
una hermandad y solidaridad subyacente en todos los personajes. En un momento
dado no se entienden, pero tienden al entendimiento. La hermandad humana hace
necesaria la solidaridad. El adolescente siente pena por una chica que no
conoce de hace un siglo. Los muertos aparecen todo el rato. Sale María la monja
y prostituta portuguesa que es amable con todo el mundo y recuerda la copla de Carlos
Cano María la portuguesa. La idea que subyace es que nada de lo humano nos es
ajeno. Podía haberse titulado la misma tierra o la misma sangre. Tenemos todo
en común los humanos, pero no nos conocemos ni entre nosotros ni a nosotros
mismos.
Hay sátira y humor en la novela. El
autor hace de repente un resumen de lo que va el libro, de los personajes, por
si nos hemos perdido. En mitad de la novela reflexiona, esto va de esto. Cuando
la madre se pone enferma el chaval quiere que se marche el padre y quedarse el
a solas con la madre, un ejemplo de complejo de Edipo. Se echa de menos algún personaje
malvado. Todo es entendimiento, aunque todos estan jodidos y a veces reaccionan
de forma chunga. Los padres se van a quedar solos y quieren al hijo cerca.
Estan presentes las debilidades humanas, pero no hay un personaje malo. En
todas las nivelas buscamos una estructura de cuento de hadas con buenos y
malos. El viudo que la deja por no poder tener hijos es el único que podemos
calificar de “malo”. Subyace una soledad en todos los personajes, sobre todo en
la figura del yeti o hombre de las nieves. Hay una hermandad profunda pero
todos estan solos. Hace referencia a que no tiene padres, y a su soledad. O en
el hombre que parecía tal y luego se suicida. Hace un repaso al rey David al
que pone de saturo pues todos tenemos esa imagen luchado con Goliat y no de sus
amores con Betsabé. Hay muchos triángulos amorosos, más que parejas; el padre,
el hijo, la novia del hijo.
Sale reflejado el conflicto palestino
en la novela. La voz se convierte en algo muy cercano y tiene una estructura
poética. La novela nos hace preguntas. No son preguntas concretas sino
inquietudes. Interpreta o incomoda o nos reafirma. Busca que te enfrentes a ti
mismo. No es una reafirmación sino incomodidad lo que sentimos al leerla. Si
piensas lo mismo que el autor te puede reafirmar en que somos seres solitarios
con un ideal personal pero la mayor parte de las cosas como el amor o la moral son
ficticias. No plantea cuestiones para muchos lectores. Pero ves que tu vida es
superflua al lado de esta tan importante. Se esta muriendo la madre y piensa en
que tiene que coser un pájaro y hacer ganchillo. O si la terraza ha quedado limpia
o las sabanas alienadas. Mucha gente dice “¡pobre!, tiene un cáncer” pero no
sabes si vas a estar tú al día siguiente peor que esa persona. El padre con 60
años y después de que se le muera la mujer desea a la novia de su hijo. El hijo
huye, pero no por egoísmo sino porque no quiere ver ese dolor en el padre. Estas
con esa persona porque la quieres, pero a veces quieres alejarte del dolor.
En el fondo queremos que nos
quieran. La novela nos hace no poder dejar de leerla. Tiene sensibilidad y
elegancia en la descripción de los personajes. Las relaciones son de lo más
realistas y normales y creíbles, todos son llevados por el egoísmo. Después de
diagnosticarles el cáncer no saben cómo luchar contra eso. El padre le reprocha
que no pueda con eso. Otros seres humanos mirarán el cielo y los arboles y se
harán las mismas preguntas que nosotros. Deja la moribunda sus cajones llenos
de bordados. ¿Quién heredará sus cosas? Pero seguimos bordando y acumulando.
Antes de morir un pájaro le
despertó. Y la moribunda se dice; seré cuando muera ese pájaro. Un sonido o un
olor. La servilleta. “El diagnostico es optimista, la situación favorable. No
hay metástasis, compruébala usted misma”. La moribunda recuerda el olor de la
tarde y la corriente que crepita. Sombras de montañas cayendo sobre las
llanuras. Me pondré a bordar, se dice. A la mañana habré terminado. “Un pájaro
lucha de mientras en el mar. Todo se disuelve como leche derramada. ¿A donde ha
ido el amor de su vida?, descifra mis enigmas, lee en mi corazón, mi carne se
ha consumido”. Dan ganas de llorar. Toca la fibra sensible. Para escuchar hay
que callarse. La novela junta varias miradas, varios personajes hablando. “Cuando
muera seré mis hijos reunidos en el campo, seré la respiración de mi hijo
cuando duerma en un lecho de paja, seré la ensoñación de i marido cuando se
eche a dormir en el salón, seré su sueño, seré los que duermen”.
El autor ha fracasado pues al
acabar la novela no nos interrogamos nada. Nos descentra. Quizá ha conseguido
lo contrario, que nos reafirmemos en que el mundo es así y no puede cambiarse.
Todos somos antibelicistas sin necesidad de ir a la guerra. No mete el dedo en
el ojo, pero nos gusta su poesía.
El siguiente libro a comentar lo
elegiremos entre el último libro de relatos mala letra, Frankenstein (que es su
aniversario), la Hija del sepulturero de Amy tan, medio sol amarillo de Elena Fernandis,
Tierra de campos de David Trueba, Media vida (sobre la pedofilia) de Carol Yoyce
(una autora provocadora) o el Teatro completo de Eduardo Mendoza que son 4
obras. Tiene novelas serias, y otras más cachondas) También analizaremos a Luisa Carnes, autora proletaria, miembro de las sin sombrero, que ha escrito Tea Rooms.
Es una mujer trabajadora. sin formación universitaria. Empieza a leer en
bibliotecas y escribe en periódicos. Trabajó en un salón de té. Su vida fue la
de cualquier jornalera. Murió en un accidente en Méjico. Esta primavera en la
feria del libro en Madrid publicaron un libro suyo de relatos. Esta en Elkar en
las 7 calles. No inventa nada, es la historia que vivió.
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