lunes, 26 de febrero de 2018

MADAME CURIE ROSA MONTERO


Hoy se celebra la primera de las jornadas de clásicas y modernas una serie de conferencias que tienen lugar en la biblioteca de la Diputación de Bilbao. En ellas Laura Freixas (la directora de este seminario de conferencias) nos hablará de Silvia Plath, Josune nos hablará de una heroína del comic y también vendrá a conversar con nosotros Carmen Alborch, autora de Solas y ministra de cultura con González. Pero hoy será Rosa Montero la que nos hable de Madame Curie, la extraordinaria científica que era feminista sin ella saberlo.  

Al principio de la charla el director de cultura nos cuenta lo importante que es el fomento de la lectura. Los archivos dejan de ser almacenes y se convierten en fuentes de conocimiento para la ciudadanía. A los de letras nos suele costar manejar las cifras, pero debemos hacerlo porque por esta biblioteca pasan diariamente 200 mil usuarios. La biblioteca tiene 600 mil entradas en la pagina web. Cuando alguien pone en cuestión las actividades culturales él pone estos datos sobre la mesa. Este llenazo hoy del auditorio de la biblioteca es un argumento más para poner en la mesa, la cultura está viva y se ve cuando viene alguien de calidad como Rosa Montero. El director agradece los servicios públicos de la cultura. Debemos caminar juntos por la cultura con una mirada de género. 

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Hace 200 años y antes que vivieron estas pioneras de la igualdad, que reclamaban espacios para las mujeres, Olimpia de Gouges, Flora Tristán o Mary Wollstonecraft reclaman sus espacios. Una gran pionera que se suele olvidar es Teresa de Ahumada, más conocida como Santa Teresa de Jesús. Ella revindicó la igualdad de la mujer, además de ser la patrona de los escritores pues reclamaba la lectura y la escritura para las mujeres. Era muy feminista para ser del siglo XVI. Existe en nuestros libros de texto porque ha sido santa y eso le da otro aspecto distinto. Es reconocida por su filosofía y parte teologal y no por su feminismo. Las mujeres han sido invisibilizadas escondidas y ocultadas. Resultaban amenazadoras para los hombres, aunque podían brillar más que los hombres. Muchas mujeres anónimas emprendieron una lucha titánica para que estemos hoy aquí. Es increíble el coste social que las debemos. Eran mujeres clásicas y modernas a la vez. Las mujeres hemos sido expulsadas de los espacios públicos, de los lugares donde se tomaban las decisiones o se creaba arte o se investigaba. Si repasamos a los escritores filósofos y científicos todos los grandes nombres son en masculino. La historia la hemos escrito en masculino, por lo que ha llegado en los libros. Ese reparto ha dejado ejemplos, Cecilia Böhl de Faber y Ruiz de Larrea era Fermín caballero, tuvo que firmar con seudónimo masculino, Víctor Catala era Caterina Albert i Paradís. Las mujeres tenían que disfrazarse de hombres para ser médicos o abogados porque eran cuestiones vetadas para las mujeres. Las mujeres denunciaron y tomaron nota de la injusticia de su situación. En 1791 hay un texto; “¿hombre eres capaz de ser justo cuando una mujer te hace una pregunta? El hombre se ha provisto de ese derecho por encima del de las mujeres, no reconoce sus talentos. Observa al creador, en toda su grandiosidad, él nos dio dos naturalezas que deben estar en armonía” El hombre se comporta tiránicamente, con un ordena despótico hacía un sexo que tenía plena facultad de valores culturales e intelectuales. Se rechaza la igualdad. El texto de Olimpia parafrasea la declaración de los derechos del hombre y el ciudadano para hacerlos extensibles de la mujer. Clara Campoamor reclamaba el sufragio universal en el congreso de los diputados. 
 
Nadie sabe quién es Ada Lovedace, la primera programadora teóloga de la humanidad, la que hizo un algoritmo de género. Se la conoce por ser hija de lord Byron más que por sus avances científicos. No es porque no haya mujeres sino porque han sido escondidas. Acontecimientos como estos nos hacen reclamar a estas mujeres que hemos olvidado pero que estaban en la historia. De 893 nobeles, en 24 organizaciones, solo 49 personas eran mujeres. ¿Las mujeres no tenemos valor para merecer un nobel? Que se lo pregunten a Maria Skłodowska, nuestra madame Curie. Hay mujeres científicas, luchadoras por la paz o literatas que pueden recibir ese nobel. Los Nobel son fundamentalmente masculinos. En 2016 y 2017 no hubo ni una nobel. En 2018 dos. No llegan a la igualdad tampoco en los premios. En una anécdota vemos la mirada de genero tan importante. Se escucha en la academia de ciencias medicas conto anécdota que Barthes, el neurobiológico, investigaba el sistema nervioso y las neuronas. En realidad, se llamaba Bárbara, pues era transexual y se cambió de género. Dio una conferencia de mujer y luego otra de hombre. Una persona entre el público le dijo que le gustaba él más que su hermana.  Se refería a el cuándo era mujer. Ese hombre podía ser mejor que su hermana o había mejorado mucho cambiándose de sexo. Fue el único de alumnado de la facultad que descubrió un algoritmo y un programa y el profesor le dijo: “seguro que te ha ayudado tu novio” La literatura y la ciencia están escritas por mujeres, es lo que vamos a hablar todo el tiempo. Estamos en el siglo XXI y aún hay mucho que reclamar. 

 
Laura Freixas es la directora de este ciclo de conferencias junto a Josune muñoz. Ambas forman la asociación por la igualdad género en cultura “clásicas y modernas”. La diputación ha acogido esta propuesta de hacer este ciclo. Resolveremos este problema de aforo para la próxima reunión, nos informan. La diputada de cultura ha explicado que las mujeres hacemos historia, arte, escribimos y publicamos y luego se olvidan de nosotras y la historia la escriben sin nosotras. Se trata de visibilizar a estas mujeres que han hecho cosas y han sido injustamente olvidadas. Contar su historia y que dilemas se encontraron y que aportaron como modelo a las que venimos después. No es lo mismo el modelo de una mujer con dilemas específicos o el de un hombre con que nos cuesta más identificarnos. Freixas leyó la ridícula idea no verte nunca de Rosa Montero que cuenta la historia de Madame Curie mezclada con la suya propia y la mirada de género. Tenia ganas de pedirle a Rosa que nos explicara de viva voz esta historia tan reveladora e interesante. 

 
A Rosa no hace falta presentarla. Ha publicado 15 novelas y ha escrito en revistas como butano o el sindicato de la universidad. Sus ultimas novelas son el rey trasparente, la carne, la loca de la casa, la ridícula idea de no verte… Ha sido traducida a 20 lenguas. Tiene el premio de los lectores. La leemos mucho y es atractiva para los lectores. Solo le faltaba el reconocimiento institucional que le ha llegado ahora con el premio nacional de las letras del ministerio de cultura. Rosa es feminista sin darse cuenta de ello. Su protagonista es una mujer de 60 años. Ha escrito esta novela para romper el tabú. ¿qué tabú? ¿Esto no lo sabíais que pasaba? Laura destacaría de Rosa la generosidad inmensa y su alegría. Freixas lucha por la igualdad, como una locomotora. Ahora ha publicado el segundo tomo de su diario. Rosa Montero lo leyó hace años el primero y escribió un texto sobre él. No tenemos aquí en España esta costumbre de estos diarios literarios. Laura ha adelantado parte de lo que iba a decir Rosa Montero. La charla se titula madame Curie, el subtítulo es “la que casi se pierde” pues la científica estuvo a punto de perderse muchas veces. 
 
Rosa se ha pasado los cinco últimos meses reditando un libro suyo; historia de mujeres, que publicó hace 25 años. Va a añadir el análisis de otras 90 mujeres poco conocidas. No es que no hubieran, es que han sido arrumbadas, silenciadas. Se ha documentado sobre ellas. Ha escrito seguido sobre ellas. Todas tienen tremendos condicionantes en su vida. Para empezar, la dificultad de acceso a los estudios. Todas han sido autodidactas, o iban disfrazadas de hombres para estudiar. Estudiaban con libros que se encontraban, en situaciones desfavorables. Sin una educación formal han llegado a grandes hallazgos científicos. ¿qué hubiera pasado teniendo estudios formales? 
 
La mujer tiene una inseguridad en si misma tremenda. Las han hecho bullin desde siempre. La dicen eres idiota desde que empiezan. Es difícil levantarse y seguir el dictado de la esperanza de no ser idiota, porque eso deja heridas. En casa no las apoyan. No dan importancia al propio deseo. Viven mas en los deseos de pareja, el de los hombres y hermanos que son prioritarios a su propio deseo. No tienen seguridad en su propio deseo. Lo hacen como pidiendo perdón. Los hombres se aprovechan de sus inventos o la fama se la llevan ellos. Una paleontóloga inglesa descubrió el plesiosaurio y escribía los hallazgos en la sociedad histórica de paleontología. No decía quien lo había descubierto. Por eso empieza contando eso. Los hombres han ocupado el lugar que ellas labraron. Se ha ido tapando el rastro de las mujeres que hacían cosas. Todos tenían que empezar de 0. Los hombres se saben en los hombros de otros hombres que venían antes y por eso llegaban más lejos. Pero las mujeres empiezan de cero, no tienen donde apoyarse. 
 
Claude Schuman era una pianista brillante de su época y compositora. Le compuso algún tema pequeño a su hermano Schuman. Pero en su diario dice que no esta dotada para la música, que durante un tiempo tuvo la ilusión de componer, pero comprendió que era absurdo, si ninguna lo había logrado ¿por qué iba a lograrlo ella? Había montones de compositoras. Se evidenció por ese silencio que robaron el logro de la mujer. Estas mujeres han tenido que romper los hielos y encontrar su propio camino. Los hombres siguen el camino que los abren otros, pero a las mujeres se les silencia. Además, han tenido un montón de hijos en épocas difíciles. Madame Chatterley murió de parto, tenía quebrantada la salud, estuvo al cuidado de los hijos y tuvo que superar la culpabilidad de dedicarse a la ciencia y descuidar a los hijos. Algunas consiguieron algo cuando enviudaron. Han tenido que demostrar su validez y la historia las ha encomiado en muchos casos. Eneduana era hija del rey Sardón el primer rey arcadio, escribe la exaltación de Inana en el 2300 a c. Es la primera autora de la civilización. Gilgamesh no fue el primero. Dicen que además la obra de Gilgamesh la hizo ella. Está documentado y firmado su obra. Además, hizo las primeras anotaciones astronómicas y musicales que se conservan en la historia. Hasta ese extremo nos han robado la historia
 
Curie cumple todas las características de las mujeres oprimidas. Pasó por tremendas dificultades, tuvo que trabajar mucho pues era de clase pobre. Era polaca cuando los rusos ocupaban Polonia con una mano de hierro terrible. Hasta los 5 años antes de nacer ella, en las murallas de Varsovia había colgados unos esqueletos de unos que se intentaron rebelar a los rusos. Ella era de familia pobre, con muchas hermanas y un hermano, pero fue bien educada. Su padre era profesor de química y su madre profesora también. Le obligaban a estudiar en ruso, porque el polaco era una lengua reprimida. A los 14 años no podían estudiar más las mujeres. Salvo en la universidad de Bolonia o en París la mujer no podía estudiar más. En esta tierra reprimida y acosada ella dejó de estudiar, pero leía libros por las noches. Escribía fenomenal y pensó ser escritora. Tiene unos textos autobiográficos donde 40 años después dice de su infancia; “cuando acabé el colegio leía por la noche, había oído que las mujeres podían estudiar en san Petersburgo o en el extranjero”. Esa niña de 15 años en la remota Polonia había visto al unicornio, se aferraba a la esperanza de que en algún lugar la dejaran estudiar. ¿Cómo iba a estudiar sin dinero? 

 
Al acabar sus estudios primeros pudo perderse. Tenia tendencia a la depresión. Lo veía todo negro, sin futuro. Estuvo enferma con 15 años, pero no tiró la toalla. En 1903 recibió el premio nobel de física compartido con su marido Pierre Curie y con Henri Becquerel. En 1901 se habían creado los premios nobel. Es la primera mujer en recibir un nobel y la única en recibir os noveles. El segundo nobel se lo dan en 1911. Es la primera licenciada en ciencias de la Sorbona y la primera mujer en doctorarse en ciencias en Francia y la primera mujer con catedra en la Sorbona y la primera mujer que se saca el carné de conducir en París y la primera mujer enterrada en el pabellón de hombres ilustres de París (no hay allí ninguna otra mujer, es la única.) En esa época había mucho sexismo y machismo donde no se reconocía el valor de la mujer, ni siquiera entre los que se hacían los feministas. Consiguió salir de sus crisis con una perseverancia de estalactita inhumana. Era una guerrera de la vida. Se ve en sus fotos. Tenia una apariencia de austeridad tremenda. No sonríe en ninguna foto. Tuvo problemas económicos y por eso le pide a su futura suegra que cuando le regale el traje de bodas este sea oscuro y practico, para usar en el laboratorio pues solo tiene un traje del día. Fue una misionera de la vida y la ciencia, una exploradora de la vida. Rehúye su apariencia femenina porque a las mujeres no las tomaban en serio en esa época. En ese mundo mucho más duro que el de ahora tenia que aparentar, renunciar a su apariencia femenina. 

 
Einstein era mas joven que ella y fueron grandes amigos pues se admiraban mucho mutuamente. Cuando la acaba de conocer y no habían intimado mucho, Einstein le manda una carta en 1913. En ella la animaba a recoger el Nobel pese a todo. Einstein había coqueteado con una prima suya con la que luego se casó. Así la definía; “Esta mujer es muy inteligente pero fría como un pez, carece de sentimientos, de dolor, de pena…. Solo se manifiesta despotricando de las cosas que no le gustan. Tiene una hija, Irene, que aún es peor. Esta hija también esta muy bien dotada” Irene ganó el nobel en química. Pero que Einstein la respete intelectualmente no era moco de paco. 

 
Marie y su marido Pierre Curie descubren el polonio y el radio, dos elementos radiactivos y la radiactividad fue el nombre que puso Curie a ese principio. Hubo entonces una moda de la radiactividad. Se siente un nuevo Prometeo cogiendo el fuego de los dioses para salvar a la humanidad. Se creía que el radio curaba todo, que salvaba del cáncer y ponían radio en todas las cosas, en los dentífricos o crece pelos porque decían que te crecía el pelo. En la crema lo anunciaban así; “la radiactividad es un elemento esencial para conservar las zonas más delicadas de la piel”. Ahora nos parece de chiste. Se ponían una bolsa con radio para curar la impotencia. Ataban la bolsa en la cintura pues creían que curaba la artritis. Se daban baños de radio para recuperarse de las neuralgias y catarros-. Se usaba lana radioactiva para hacer las prendas de bebe. “Tricote la lana de bebe con radiactividad”. Ahora se nos encoge el corazón. La gente con pocos recursos tenía hijos enfermos, niños malitos. Igual estaban toda la vida ahorrando para hacerles un tratamiento radiactivo. Esa lana que no se estropeaba. Curie convive con el radio. Iba al almacén donde hacían experimentos pobrísimos. Entraban ahí para ver las llamitas del radio llameando en el laboratorio. Curie llevaba siempre en el bolsillo del chaleco una barrita de radio. Lo ponían en la cabecera de la cama como las vírgenes de Fátima luminosas. Hay que pensar lo que esto iba haciendo en el organismo. Ella nunca admitió que el radio fuera algo negativo. Hacían experimentos con animales y morían muchos, pero no reconocieron el efecto negativo del radio. El prejuicio es un parasito del pensamiento pues va antes del juicio, es invisible a los ojos. Se creían servidores de la humanidad. La luz y el color que radiaba el radio les impresionaba, pero el radio fue un gran asesino. Llevaba un laboratorio en el instituto Pasteur. Hacía protocolos para los trabajadores. Alternaba la clase. Hacia análisis de sangre. Irene murió a los 50 años porque chupaba radio en la piqueta. Curie murió con 67 años de leucemia causada por la radiación. 
 
En el 67. Curie se dio cuenta de las posibilidades de la lucha feminista, había que colocar los frentes necesarios del feminismo. Ella no era feminista, pero llevaba una vida feminista, modelo de lo que hay que hacer. En la época había sufragistas y un discurso femenino construido. No se quejaba de ser mujer. no podía permitírselo pues estaba ocupada en romper muros con su cabeza. Esa radiactividad mató al marido. En 1906 se cayó delante del carro que le mató en el momento. No podía andar. Tenía dolores agudísimos. El radio estaba deshaciendo sus huesos claramente. De alguna manera fue el radio el que le mató. Perre es un personaje importante en la vida de Curie. Pero hemos de ir a antes de que le conociera. Al segundo punto donde casi perdemos a Curie, cuando se tiró a la calle. Ella no sabia si podía seguir estudiando. Y llegó a un acuerdo con su hermana Sonia. Curie trabajaría de institutriz y mandaría dinero a Sonia para que estudiara en París y luego al revés. De esta forma se coloca de institutriz de niños pequeños y se enamora de Kazimierz Żorawski, que era de su edad, de la nobleza rural, un matemático importante polaco. Es de un apasionado subido esa Curie que decían que era todo hielo y fría como un pez. Era de una pasión volcánica. Se lanzaba a la amistad y al amor con la pasión que investigaba en el radio. Era como una fuerza de la naturaleza. Descubren la relación los padres y prohíben verla porque ella era solo una institutriz pobre. El matemático era un cobarde y la dejó. Casi la perdemos allí pues escribió que no investigaría más, que se acabó, que se sentía humillada. “He perdido la esperanza de ser algo. Las esperanzas las pongo ahora en mis hermanos, habéis de dirigir vuestras vidas según vuestros dones, los propios de esta familia. Cuanta más pena siento por mí misma más creo en vosotros” Ese talento la llevó a romper moldes y no oír el “no puedo”. 

Estuvo un tiempo deprimida, por debajo del nivel de flotación de los seres humanos, con la moral mas baja que la de Kafka. Se recuperó y fue a París con nada. No comía. No tenía calefacción. Pasaba tanto frio que se echaba mantas y toda la ropa que tenía encima de una silla para que el peso le consolara, como el espejismo de un abrigo. Está convencida Rosa Montero de que era anoréxica pues no comía nada y cumplía las características de las anoréxicas que en el siglo XIX tanto proliferaron. Hubo un boom en ese tiempo. Ella trabajaba, estudiaba. Hay que reconocer que le gustaban los novios guapos pues el primero era guapísimo y el segundo no estaba mal. Pierre Curie tampoco estaba mal. Fue un encuentro maravilloso. Era tremendamente comprensivo y tenía mucha empatía con ella para esa época. Era un compañero genial. Se casaron. Empezó ella a hacer el doctorado. Se le ocurrió estudiar la radiación del uranio que irradiaba, echaba radios. Lo busca en las estructuras de radiación. Alli empezó la parte más oficial y legendaria de su vida; estuvo tres años em el taller sin ganar un duro, sostenida económicamente por un profesor de Pierre. En ese almacén entraba agua, polvo y contaminación. Cocinaba como una bruja buena toneladas de plesbedas, material del que sale el radio, removiéndolo con una cuchara. Pierre empezó a ayudarla y consiguen una muestra de radio. En 1903 ganan el premio nobel los dos.   
 
La carta del nobel se envió a Henri Becquerel y a Pierre solo. Pierre tuvo la dignidad enorme (se manifiesta el espíritu de Pierre en la sala al moverse un micrófono) de no aceptar el premio si no se lo daban a su mujer también. Era la tesis doctoral de ella, al fin y al cabo, la idea fue suya. Acordaron que le darían el premio en dos partes, uno para el y otro para ella. Pierre era un buen marido para la época. No la dejaron subir a ella a recogerlo, solo a él. Pero el subió y habló de ella. También se decía que ella no era tan buena como el marido y que no tenia ni idea de lo que Pierre trabajaba. Ella hace la limpieza, le cuida y las tareas domésticas. Cuida de los hijos. Y lo hace todo sin cuestionárselo. Pierre era muy dependiente de ella, era un hijo más, tenía que atenderle en todo momento. Se queda embarazada una tercera vez, pero Pierre se empecina en que le haga de guía por los montes con la bici y tiene un aborto por acompañarle. Irene fue una científica militante y misionera como la madre. La hija menor, Eva, fue una música y escritora estupenda. Como no tocó nunca el radio vivió hasta los 103 años. Pintaba, era guapísima y escribió la autobiografía de su madre. “Ella decía cosas en las conversaciones intelectuales, pero si estaba Pierre se callaba para no hacerle de menos”, escribió Eva.
Curie trabajó como una tremenda super-woman. Cuando tuvo a la segunda hija le venían delirios de culpabilidad. Cuando su niña muere tiene una crisis nerviosa y casi la meten en un psiquiátrico. Y cuando su marido muere en un accidente tuvo otra crisis. Salió de esa crisis por el suegro, el padre de Pierre que también era un buen hombre y se hizo cargo de las niñas. Su relación fue preciosa y tierna. En su diario hay 18 paginas en que cuenta como conoció a Pierre. Pierre ya no podía andar y se cayó encima de un coche. Les gustaba ir al campo, llevar bebidas, ir con la bici. Una vez que caminaban por el campo dijo Pierre; las charcas estaban medio secas, no hay nenúfares. Contemplaban las flores y ella llevaba en brazo a los hijos. Se quitó la enagua interior para que no se sentara Pierre en el suelo manchado. Ella era como un caballero que se quita el abrigo para que la chica pase por el charco. El pensó que estaba loca por quitarse el abrigo. 

A los 4 años de la muerte de Pierre se enamora de un compañero de trabajo y amigo de toda la vida, Paul Langevin, matemático y físico, buen científico y autor de inventos y cosas importantes. Emocionalmente era miserable e idiota. Tenia 37 años y Curie 42. Era conocido de toda la vida, ayudante de Pierre, atractivo, con bigotes. Pero estaba casado en un matrimonio super toxico y tenia hijos. Se gritaban por todo, se pegaban. El vino alguna vez con la cabeza rota. La mujer era muy violenta. Cuando se enteró la mujer de la relación o se la imaginó asaltó a Curie y amenazó con matarla si seguía con él. Marie se fue corriendo. Curie estaba muy enamorada, era muy pasional. “Cuando estés con tu mujer intenta evitarla porque si no yo no puedo dormir, despierto con fiebre y no puedo trabajar. Así que trabaja hasta tarde, no bajes donde ella. Necesitas descansar. No vayas donde ella.” Era una tormenta de celos la que se desataba en esa cabeza tan brillante. Ella estaba concentrada con el rayo láser, pero pensando en él. Él era banal y un desastre y no sabía qué hacer. En un congreso importante de Solvay, (había varios congresos anuales en Bruselas), estuvieron los dos juntos. La mujer contrató un detective para robarle las cartas que la pareja se escribía. ¡Hay que ser tonto para que las encuentren o dejar que las encuentren inconscientemente! 



Le habían concedido el premio nobel, pero los medios publican estas cartas. Decían que era un deshonor para la ciencia francesa. La atacaron por ser judía (que no era), extranjera y adultera cuando el adultero era él, que estaba casado y en proceso de divorcio. Los medios la ponen como una perturbadora de la familia. Una persona que pretende hablar en nombre de la razón y de una vida mejor es en el fondo un monstro. Esta dañando al marido, a la mujer y a los hijos. Intentan echarla de la Sorbona, del país. En su casa había gente tirando piedras, la querían apedrear. Saca a sus hijos a escondidas y se refugia en casa de unos amigos. Le dicen en una carta que renuncie al Nobel y no venga a recogerlo. “La acción que me pide sería un deshonor”, contesta ella, “el premio es por el descubrimiento del polonio y el radio, no por mi vida personal. La apreciación del valor de un científico no tiene que ver con su vida personal. Muchos piensan así, lamento que usted no esté entre ellos. Si hubieran analizado los adulterios de los premios nobel no habría ni un premiado”. 

“He hecho el estudio primero por mí, luego con Irene. Todos los cuerpos fueron nombrados radiactivos por mí”. En su discurso se decía así misma “me lo merezco” y consiguió toda la fuerza que hacía falta para ir a recogerlo. Recogió el premio y se hundió. Estuvo año y medio de su vida desaparecida, no lo cocemos esa época. Dejó a sus hijos con sus amigos. Estuvo a punto de suicidarse. Al año y medio volvió al laboratorio y se puso a trabajar. Rompió con su compañero que siguió con su mujer y teniendo amantes. Tuvo de amante a una alumna que quedó embarazada y le pidió a Curie que le diera trabajo en el laboratorio. 
Curie fue una científica rompedora brillante. Estaba entre los cinco científicos más importantes del momento. Fue la primera parte de su vida una luchadora. Dicen que en la segunda parte no descubrió gran cosa, que no hizo nada que no hubiera hecho su marido. Pero sus cuadernos, hechos a mano, sigue siendo radiactivos y desmienten esto. Rosa montero ha hecho cambiar un poco la mirada sobre Curie entre los profesionales de la física que la ponen fatal. ¿por qué se considera peor su segunda parte de vida? Ella se había ido a estudiar a París sin dinero y con la culpa de no quedarse cuidando a su padre en Varsovia. El padre era profesor y una persona fastidiosa. Ella consigue encontrar el radio. Le contesta su padre que “con todo el trabajo que ha metido menos mal que lo ha encontrado y qué pena que no sirva para nada”. Dos dias después se murió el padre. Curie se pasó el resto de su vida buscando las partes practicas y las aplicaciones del radio para demostrar a su padre que estaba equivocado; que el radio servía para algo. Fue tremendo. Hubo muchos momentos en los que la pudimos perder a Curie. Son increíbles las trampas psicológicas en las que nos metemos. Pero ella consiguió superarlas. Si ella lo ha conseguido nosotros podemos también. 
 
Como muchas otras mujeres importantes no se consideraba feminista ni protestaba. Por orgullo e impotencia era mejor no quejarse. Recuerda su historia a Rosa Chacel y a las sin sombrero. Fue un ejemplo de la actitud luchadora que hay que tener ante la discriminación, sobre la que no sabemos reaccionar. Hay que comprender el machismo ideológico. Pues nos educan a todas en él y lo hemos interiorizado. No nos vemos con los mismos ojos que el hombre. Hay estudios de asistencia mecida primaria a mujeres. A ellos les hacen pruebas medicas y a nosotras nos recetan sedantes y ansiolíticos, narcóticos y hipnóticos como si la mujer siguiera siendo la histérica del útero de Freud. Se sigue considerando histéricas a las mujeres. Es la misma mirada sesgada. Seguimos privilegiando al hombre cuando nosotras también hacemos cosas. Son los doctores los que recetan antidepresivos a las mujeres. 
 
En el 2011 se hizo un estudio en la universidad de Yale. Jon y Jenifer estaban haciendo un doctorado de ciencia en un laboratorio de EE.UU. Los valoraban 120 catedráticos de biología química y física. Ganó el proyecto de Jon. A Jon la pagan 30 mil euros al año y a ella 26 mil al año. Los dos proyectos eran exactamente iguales pues era el mismo trabajo. A la mitad de los profesores les dijeron que lo firmaba Jon y a los otros Jenifer. No es que no estemos representados en la cúspide financiera o en la política, es que hay menos proyectos donde nosotras apoyarnos. Vemos la discriminación de siglos. Nos tienen los hombres que ayudar, ironiza Rosa Montero. Debemos dar pasos en la conciencia de que nosotras lo valemos. La escritora está harta de acosos, de que metan la mano a las azafatas en una fiesta. Muchos hombres ven también que esto es inmoral. 

Rosa Montero es de Madrid, estudió de los 10 años a los 17 en el colegio Beatriz Galindo, que estaba a 7 estaciones de su casa con un trasbordo. Era de clase social baja. No había el proteccionismo que hay ahora hacía los niños. Hacía cuatro veces el trascurso a su casa porque comía alli. Ni un solo día de escuela se libró de ese trayecto donde la tocaban el culo o la frotaban contra ellos. Una amiga suya protestó ante el pedófilo y el tío le pegó un bofetón y nadie del vagón reaccionó. Es humillante, asustaba, pero comprendías que debías sufrir por eso en el vagón. Era horrible pero el mundo es así, la vida es así, el león ataca a la gacela. Pero ni nosotras somos gacelas ni ellos leones. 
 

Lo primero que hay que hacer es un trabajo interior. Al principio da miedo, pero las pioneras del feminismo se soltaron la melena, estaban ninguneadas, pero tenían tesón. Nunca abrazaban a Marie que estaba tan necesitada de tanto cariño y afecto. Ella al final de su vida movilizó a mujeres para luchar en el frente. Tras recibir el premio Nobel en el 13, el segundo premio. Solo hay tres hombres más con dos nobeles. Solo uno lo tiene en dos categorías, pero uno no vale porque es el premio de la paz. Ella es la única en dos premios nobeles en dos categorías diferentes. Tras recibir el premio volvió al laboratorio e inventó los pettit Curies, arreglaba coches y creó ambulancias y así salvó cinco mil vidas. En los quirófanos de compañía se hacían autenticas carnicerías, les cortaban los pies. Pero gracias al radio podías ver la metralla con los rayos x y así salvaron muchas vidas. Irene iba con los rayos x, no con las brigadas y recibió más radiación que la madre. Por eso murió a los 59 mientras que Curie murió a los 67. 
 
También hay hombres feministas. Condorcet fue un feminista maravilloso. Mar Twain también. Ahora hay muchos más. El sexismo nos envilece y nos convierte en una caricatura del ser, nos obliga a un canon del que no participamos. La fama ha destruido a muchas. A ellas las educaron en el fracaso, pero el éxito a veces se daba. Es aberrante el sexismo. Los hombres tienen un condicionamiento machista del que hay que librarse. Si la chica es alta y guapa y les dice “no me toques” te responden “qué más quisieras”. Te meten mano. Una feminista dijo; “cuando termines de tocarme por detrás, puedes pasar por delante y de paso te doy una leche que te envío lejos”. Rosa Montero se acaba de enterar de que mucha gente de su edad, muchas chicas de esa época llevaban alfileres para defenderse. 

Todos admiran a Rosa como escritora. Se ha hablado de sus libros y de sus artículos en los periódicos, pero no de sus premios. En 2017 le dieron el premio nacional. El asiento en la RAE ya es para nunca, dice ella. Siempre la han propuesto y se ha ido acercando a ella. Lo veía ambiguo pues ella ha sido más colaboradora de periódicos y trabaja desde casa. Trabaja mucho. En la RAE no todos trabajan, pero los que lo hacen son muy trabajadores. Como suele arrepentirse de lo que no ha hecho mas de lo que hace, intentó entrar en la academia. Carmen Riera y Álvarez de Miranda y la científica Margarita Salas la propusieron. A ella le gusta trabajar a solas. Pasa en todos los colectivos, que se siente extraña o incomoda. Lo de entrar en la RAE no salió de ella. Se dividieron los votos y no salió. Es el destino o como dicen los portorriqueños; eso lo ha dado “por cerrado” y se siente liberada. 


   
En el ambiente científico son muy obsesivos, hay que retarse mucho. En otras profesiones sería deformación profesional. El científico agobia a sus padres e hijos con sus problemas. Tienes el niño con fiebre y le haces un gráfico. Esa obsesión por resolver y controlar hace no que los hombres se asusten, sino que se sientan invadidos. Ese equilibrio es complicado. Rosa siempre acaba sus artículos diciendo; “hay que comprenderles, darles espacio”. La mujer del público, que se reconoce científica, ha estado a punto de divorciarse y cree que hay que trabajar esa igualdad. Los hombres tienen prioridades. No sabes calcular esos sentimientos. Ahora ha leído la vida de esta mujer científica a la que le daban bajones y depresiones y remordimientos. A ella le pasó viajando en un avión, ¿qué hago yo aquí?, se dijo. “Es mi vida y la dignidad debo tenerla conmigo misma”. 
Tenemos referentes valiosos de mujeres brillantes, da igual que el ámbito en que se muevan porque siempre es el ámbito humanista, hay que pensar en la persona. La científica quisiera que no hubiera nombres propios en las tesis e investigaciones científicas. Ella ha trabajado como revisora de proyectos científicos. Quiere que se mire el nombre del científico en la tercera frase para que no ataque al amor propio que tienen las estudiantes de física o química. A veces se retiran de los proyectos porque lo van a mirar con lupa, mucho más que si los presentaran hombres. Deberíamos proponerles esto a los revisores, que no suelen ser mujeres. Te dan más credibilidad si eres hombre. Es la responsabilidad que le da la profesión. A Curie casi se olvida comer. Curie contó como tener hijos había sido lo más duro de su vida. Después del doctorado siguió con su trabajo en París, se llevó el segundo nobel, pero su vida fue muy dura. Una amiga andaluza solía decir; el primer día que llevé mi hijo al colegio salí llorando, pero de alegría

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