Un
“Chuntero pastillero bakaleta” de nuestra generación botellón escribe un
laudatorio sin conocer tal palabra:
Hoy la a palmado Lázaro
Carreter. Este heximio ex director de la Rae keria volver al castellano balli-soletano y puro y a ser
posible aislarse en su cubil como un amanuense. Chapaba latín. Además era un
poco fatxilla, según me ladran los colegas. A mi me la pela el lenguaje español
que para algo he pasado la vida en ikastolas con el modelo este tan wapo de
englis- euscara- llano. Salimos de la escuela sin pajolera idea de ninguna de
--ambas-- tres hiztegis.
La pava de ortografía me esta comiendo la oreja pa que le escriba
algo sobre este pipón, la alucina que no veas. Me larga unas pajas mentales
estructuralistas sobre lo que mola la lengua. No poblem, vieja, que a mi
también me pirra a sako mi lengua... ((((comprueba que la sigue teniendo dentro de su
boca))) ¡Vaya cremas!. ¡Cómo rayaba este Lazarillo con
cuidar el aspecto esti- etílico de la lengua, el continente continental! Los
significantes son tan insignificantes... ¿qué ostias importará mi caligrafía o
las faltas de ortografía si estoy drogado tol día? Esta obsesión de los profesores por el
aspecto formal de los kurros es como pedirle a una vieja a punto de espichar
que se unte bien de chanel, ósea; una hipocresía. La peña no lee “ni jartos”
pero hay que cuidar las apariencias. No se puede escribir sin la ñ castiza ni
sin la absurda H, eso sí con buena letra se puede escribir todas las chorradas
y paridas que se te pongan en el nabo. Tenemos una visión prag- matika auto-
matika, creemos que el lenguaje decae, quiebra, junto a nuestras acciones
bursátiles. Lo que pacha es que a estos fatxillas carcas retrógrados no les va
que el lenguaje se trasforme. ¿Se mal forma, se de forma, se de construye?...
¿Y qué? El lenguaje, chicle que se estira y se encoge, tiene un “body”
flexible, mutable y dinámico. No
hablamos el léxico cervantino porque tampoco llevamos jubón y calzas. Nadie
hablara como Cervantes a modo que se corte un brazo, así que ya saben ¡ atajo
de capullos comedores de letras!. A ver si os cataís que leer no es guay, esta
off, es de karkas, las imágenes no raspan el encéfalo de uno, entran de madre,
pero las letras sí y te comen el coco...
((((De
pronto aparece en escena el espíritu de Lázaro Carreter con un dedo acusador en
alto.))))
Carreter:
- Tú, zagal, mancillas diariamente tu lengua. Hay que
eliminar la retórica pomposa que no dice nada (clásico de nuestra España) pero
tampoco aceptar este reduccionismo semántico actual. Cada “vocablo herido” me
ha ido anquilosando el corazón. No se trata de lamentar arcaísmos del siglo de
oro desaparecidos y despotricar de todo extranjerismo yanqui, el problema es
mayor; la decadencia del universo léxico implica una decadencia social.
Si disminuimos el sistema lingüístico estrechamos nuestra propia
realidad -
- Cierra el buzón, no me apabulles la chola, que el menda pasa de
pensar. Sólo sé que sé esto, ¿ok, colega?: Mi churrí pija me soltó ayer- ósea, tía, sólo hablamos de ropa, ¿sabes? Es
que yo flipo.- y yo la contesté: “tu cabello esta nimbado de un áurea
refulgente y orlado de éter” y le comparé sus ojos a una flipi llamada Helena
que debía ser eternamente femenina o algo así que leí en “Goeté”. Entonces mi
chorba se cabreó un huevo. Me llamó
“fumao”, que a ella no le pasaba nada en los pelos porque se echaba el
champú ese de Hervibal que le hace a las troncas ser seres multiorgasmicos.
¿Saben? Aquel día yo no me planteaba la estrechez de la lengua ni de coña, sólo
que me sentía un tanto engañao y pardillo por usar mi lengua para usos
mecánicos, na más, pa morrearme con las tipas y pasarnos pirulas (mitsubitsis)
de lengua a lengua. Sin más. Me la suda todo este rollo de la “estrechez de
términos lingüísticos”, pero me parece que mi vida sí es una rayada. Hoy,
apagando la chusta del canuto, he pipeado el patio; todo quisqui metiendose
coka por las napias o sobando las tetas a la chorba o dando patadas a
pelotos... y con lágrimas en los ojos, he intentado pensar en mis movidas
pero... pero no he encontrado palabras, taba como todo en blanco, es una parana
de alucinar. Entonces la “mafia” me ha
hecho un ska y me ha dado de ostias. - ¿Por qué?- he dicho acojonado como los
retrakas empollones. - ¿Qué perlas, perlado, con un libro?. La has pringado con
toda la panda; ¡pensabas, tío, tabas comiéndote la cabeza que te hemos visto!
No podíamos dejarte amargao, lo hicimos por tu bien, ¡sopla poyas!, Anda,
fuma... que hoy no fumas nada-
Es cierto, lo dicen mis colegas: eso de la lengua no mola una mierda,
la lengua es para flipados.
- Te sientes como un mono, mimético, copión, gregario, imitando a la
camada. Por eso sólo emites ruidos guturales, salvajes y animales.-
- ¡Ya me has raspado!- El
adolescente empieza a perseguir al espíritu de Lázaro Carreter tirandole sus
“dardos en la palabra” a la cara a modo de dardos. Se cierra el absurdo
telón.
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