INTRODUCION
Precursora de la novela romántica, costumbrista, realista y feminista, Jane
Austen se ha convertido en una verdadera escritora fetiche de la mass media a
raíz de rodarse películas de época basadas y adaptadas en sus grandes relatos.
.
VIDA DE LA AUTORA
LA MIMADA ENTRE ALGODONES Y JAULAS DE ORO
LA MIMADA ENTRE ALGODONES Y JAULAS DE ORO
Jane Austen nació el 16 de diciembre de 1775 en la parroquia de Steventon,
Basingstoke, donde su padre George Austen era rector anglicano. La familia
Austen pertenece a los nobles Torys desde el siglo XVIII. Sus antepasados se
retraen hasta los primeros pobladores anglosajones.
Su madre Cassandra Leight la dio 7 hermanos, entre ellos han salido
soldados de la marina, monárquicos de los Estuardo, estudiantes de Oxford... ¡y
una oveja negra escritora!.
La familia se traslada a Bath, Southampton, Chawton y Winchester y otras
ciudades jardín- balneario durante veraneos inolvidables. Todas sus novelas
trascurren en vecindarios rurales de este pelo, ya que la aristocrática niña
talentosa no estaba hecha para la vida moderna y urbana.
Escribe desde niña igual que toca el piano, borda o cose, porque es lo que
se espera de un modoso ángel de su hogar. Lee empedernida mente las
novelas rosa de Richardson y resulta brillante en la escuela. Es la niña
modelo tanto por su belleza como por sus maneras, formas y comportamientos
sociales de pequeña damita. Tiene muchos pretendientes a los que rechaza
buscando su ideal de perfección amorosa que jamás conseguiría. (Ver el apartado
“el príncipe azul de Jane Austen, su Keny”) Aprende francés e italiano, se
defiende políglota aunque nunca abandona Inglaterra. Su vida es tan rutinaria
como la de sus personajes; En 1802 rechaza a un novio. En 1805 muere su padre.
Al año, se va a vivir la solterona con su madre. Así era su vida.
Se la considera una pionera de la transgresión feminista ya que
se ha querido ver en su obra una sátira de la obsesión de la mujer por
casarse, formar una familia y llevar una vida burguesa ordenada. En mi opinión
no satiriza nada, Jane se creía de pe a pa las novelas de Richardson y confiaba
en hallar un amor verdadero perfecto, motivo por el que la hermosa joven no se
casó.
A diferencia de las hermanas Brontë, jamás tuvo problemas económicos,
siempre situada entre la alta yet set rural, en la crem de la crem.
Tras la crisis menopausica de los cuarenta, Jane pasa de tocar el piano,
bordar y todo lo que hace una mujer de su tiempo. Es aquí, en su último
periodo, donde alcaza la madurez como escritora con una crítica social muy
obvia. Enma pertenece a ese último periodo donde al final halla una habitación
propia, una habitación con vistas (según Virginia Woolf) para escribir a solas.
Empieza un tratamiento médico de reposo en el balneario de Winchester para
curarse de los nervios. Sufría una crisis de reajuste existencial o la enfermedad
de Addison o el mal de amores o vaya usted a saber que la aquejaba a esta
hipersensible e hiperestésica escritora tan especial. El 13 de Julio de
1817 muere de fiebres y dolores de espalda abrazada a su hermana Casandra, su
más fiel apoyo vital. Es enterrada en la catedral de Winchester, en una
tumba donde reza la siguiente inscripción: “La bondad de su corazón, la dulzura
de su carácter y las extraordinarias dotes de su mente le valieron la
consideración de los que la conocieron y el amor más cálido de sus allegados”.
SU OBRA
SUS DOS PERIODOS
Novelitas familiares sin animo de lucro ni de critica.
Amor y amistad
Juicio y sentimiento 1811 (sentido y sensibilidad, sense /sensibility)
Orgullo y prejuicio 1813
La abadía de Northanger 1818 sátira de la novela gótica
La relativa madurez. Novelas de amor con editor y algo de crítica.
Mansfield Park 1814 Emma 1816 Persuasión 1818
varias novelas inacabadas y postumas.
Los críticos se parten la cabeza para inscribir a esta escritora tan
personal en corriente artística, escuela o periodo alguno. No es sólo una
prosista pre- victoriana sino una escritora universal que retrata con sencillez
la enorme contradicción humana entre su cabeza y su corazón (¿adivinan quien
vence?). Los críticos quieren ver en Jane Austen la transición entre la novela
dieciochesca neoclásica y la novela decimonónica romántica. (Es evidente
en “sense and sensibility”: La sensata y neo
clásica Elinor Dashwood y su hermana, la impulsiva y romántica
Marianne.)
Es neoclásica/racionalista/ilustrada en su intención y
propósito.
Debido a su espíritu crítico (intenta emular al padre de la fábula y sátira
política- social; Swift con sus viajes de Gulliver) resbala críticas morales.
Sus novelas son sátiras, novelas costumbristas de época con trasfondo de canto
a la virtud. Aunque parezcan superficiales, intentan ser obras morales.
(Sobretodo en el último periodo, al que pertenece Enma. En Enma crítica a la
celestina y casamentera soberbia y creída, aunque es indulgente con ella
y la regala un final feliz por enmendar su conducta)
Es romántica por su temática amorosa.
Introspecciones al interior de los personajes, de sus pasiones, de sus
sentimientos y sentidos. El amor como fuerza centrífuga moviendo el globo
terrestre.
Es realista en cuanto a estilo, espacio y tiempo de la
obra.
Sólo escribe lo que ha vivido y usa la tercera persona objetiva de las
introspecciones interiores en el personaje. Tan realista es su estilo que jamás
escribió un dialogo entre caballeros ya que ella no los presenció. Se impuso
retratar una geografía concreta y un ambiente social muy especifico para ser
más nítida y exhaustiva en su descripción.
INFLUENCIAS LITERARIAS DE JANE AUSTEN:
o Fanny Burney
(1752-1840) y su Evelina – 1778-
o Las novelas rosas y
morales de Richardson
o La novela gótica y de
corte histórico de Walter Scott o G. Crabbe
o Las poesías románticas
de Percy Sheley, Mary Sheley y Lord Byron.
o D. Defoe (1660-1731),
periodista, ilustrado y autor de 500 libros entre ellos Robinson Crusoe –1719-
o los viajes de Gulliver
de Smith.
o George Eliot, seudónimo
de Mary Ann o Marian Evans. Escribió novelas sobre su propia vida, se
casó con Chopen y se fue a vivir a Mallorca, trasgediendo los convencionalismos
de la época para la mujer.
o Influencia filosófica.
Jane Austen apenas leía filosofía, pero los críticos creen que estaba influida
por los sermones de Thomas Sherlock: el hombre es una criatura cristiana
con libre albedrío que se debe a su razón.
LOS LUGARES DE AUSTEN:
o En Chawton Cottage
desde 1947 esta abierta la casa museo de Jane
Austen. La casa donde nació, vivió, soñó e hizo
calceta. Un fetiche guiri.
o 1775-1801. Vive en
Hampshire (Steventon), cerca de Basingsoke
o 1801-1806. Vive en
Bath. Ese año va al internado de Berkshire
o 1808-1817 Vive en
Chawton, cerca de Alton. Allí muere.
SUS PERSONAJES Su personaje central es el conjunto de personajes aristócratas,
burgueses, de la clase media acomodada, de la jet set... aunque en ese ambiente
elevado y provinciano siempre destacan sus heroínas femeninas,
obsesionadas con el matrimonio y el príncipe azul. Se sitúa la acción en fincas
y casas de campo, palacetes, casonas.. Los hombres no son retratados en
sus profesiones, sólo en su vida familiar.
Tampoco retrata conflictos sociales de luchas de clases o cualquier
problemática política ya que quería simplemente describir su pequeño micro
mundo minimalista, con grandes dosis de modestia en su propósito. Sus burgueses
están preocupados por el dinero y el nivel económico pero aun más por el amor
como fuerza movedora del mundo o más bien por el matrimonio, forma de cohesión
social.
SU IDEAL DE HOMBRE, SU PRINCIPE
AZUL. Su ideal de hombre es
influenciado por sus lecturas, en especial por los galanes de Richardson. Su
hombre perfecto es un gentleman, un caballero educado, elegante, esbelto,
apuesto, culto, templado, protector, generoso, discreto... Mr. Knightley
(Emma), Mr. Tilney (La Abadía de Northanger) o el coronel Brandon (Juicio y
sentimiento)Un Ken para una Barby, un caballero para una dama.
CRONOLOGÍA DE JANE AUSTEN:
1775 Jane Austen nace en Steventon, Inglaterra, hija de George y Cssandra
Austen.
1785 Con su hermana Cassandra Austen asiste al Abbey School Reading,
Inglaterra.
1790-93 Escribe
Juvenilia.
1795-98 Escribe VO: Northanger Abbey, Sentido y Sensibilidad y Orgullo y
Prejuicio.
1797 “First Impressions” (VO de Orgullo y Prejuicio) rechazada por una
editorial
1801 El padre se aloja en Bath con su esposa e
hijas.
1804 Muerte de su padre,
George.
1808 Se va a Southampton con su madre y su
hermana.
1809-17 Vive con su madre y su hermana en una casa pequeña proporcionada
por su hermano rico Edward en el pueblo de Chawton, en el sur de Inglaterra.
Escribe.
1811 Publica Sentido y
Sensibilidad.
1813 Publica Orgullo y Prejuicio.
1814 Publica Mansfield Park.
1816 Publica Emma.
1817 Se traslada a Winchester por razones médicas en Mayo, y morirá allí el
18 de Julio. Fue enterrada en la Catedral de Winchester el 24 de
Julio.
1818 Se publica La Abadía de Northanger y Persuasión, unidas en una edición
de cuatro volúmenes, con un prefacio biográfico de Austen escrito por su
hermano Henry.
Enma de Jane
Austen
Enma es un cuento de hadas. Como todo cuento tiene una moraleja final; el
matrimonio.
Nuestra tradición de cuentos de hadas acaba con la princesa rosa y el
príncipe azul bailando un vals y comiendo perdices. ¡Estática y estéticamente
felices!.
¡Y colorin colorado!: Así acaban las novelas pastiches y los cuentos rosas
(porque la escritura siempre tiene color; relato verde, novela negra,
amarillismo periodístico...)
Los cuentos acaban con un happy end. En la realidad no existen finales
felices porque todos los ríos vitales acaban en el mar de la muerte. Nacemos
apolíneos y perfectos, con caritas de bebe, y nos convertimos en antiestéticos
viejos arrugados. Contradicción vital entre nuestro deseo de un final feliz y
la realidad de una vida con final siempre triste.
Los cuentos de hadas son estéticos (bellos) y éticos (con su moraleja) y
por ello se escriben para los niños que viven aún en la fantasía y no en la
realidad. Igual que Jane Austen. Igual que Enma. Los cuentos de hadas no van
más allá, se quedan en el pastelón rosa de bodas. Les despedimos justo cuando
empieza lo bueno; el día a día rutinario del matrimonio. (toda la novela
decimonónica es la crónica de las infidelidades conyugales del matrimonio
burgués, del infierno domestico) El cuento acaba ahí, bailando el vals de
Bartholdy (el de bodas) y la lectora se ilusiona con una boda como la de Sissí,
aunque nos salga anoréxica la tal Sissi Tras los cortinones de su teatro
burgués entrevemos o al menos intuimos como les irá; ella comerá tantas
perdices que se pondrá como una foca, el príncipe azul se convertirá en un sapo
verde y al final se pondrán los tubos y no se separaran porque no existía el
divorcio en la época.
El truco de la novelista para hacernos creer en un amor eterno y verdadero
es finalizar la historia justo en el momento en que se casan. Un recurso
estilístico muy típico- tópico de la mentalidad de la época.
BREVE RESUMEN
Enma quiere hacer de su amiga y discípula Harriet una dama de los camp de
provincias. Harriet Smith es una bastarda de padres inciertos y oscuro pasado.
La educa en las buenas formas, la introduce en sociedad y la busca marido para
subir en el escalafón social, en la pirámide de clases. No importa lo que
Harriet sienta por el granjero Robert Martín, Enma urde un plan, pretendiendo
casarla con el soltero de oro: Edgar Elton. Ya tiene experiencia Enma en casar
a amigos, pues hasta su institutriz o su hermana Isabelle se casaron gracias a
ella. Su hermana se casa con John, el hermano del señor Knightley, amigo de la
familia, amigo de infancia de Enma, su primer amor.
Sin embargo, le sale mal la jugada porque el señor Elton esta enamorado de
Enma y no de su amiga, poco agraciada físicamente y de estrato social bajo
aunque de enormes virtudes. A su amiga no la estaba cortejando, simplemente
rondaba a Enma. Tras la penosa confesión de ser todo un malentendido y tras
aceptar el error de percepción por ambas partes, Elton se va a Londres, pues
conviene alejarse de las habladurías. Allí se casa en un matrimonio fugaz con
una aficionada a la música de comportamiento muy narcisista, vanidoso y a
la vez vulgar. Elton hace desplantes a Harriet Smith en la gala de bailes y en
la salida al aire campestre y presume de mujer y de ser un hombre casado. Llega
otro hombre nuevo, Frank Churchil, el nuevo soltero de oro codiciado por toda
provinciana, y Enma se guarda de enamorar a Harriet porque sabe que a Frank le
gusta Enma. Sin embargo Frank se casa con la tímida señorita Laya (o como se
llame) y su amiga Harriet se siente aún más desolada. A Enma no le importa ya
que no le quería. Harriet se enamora del señor Knightley, pero Enma se da
cuenta de que no le ve solo como su mejor amigo (casi un hermano para ella)
sino como algo más pues le ama. Por
primera vez en su vida esta enamorada, es capaz de sentir. Teme que halla ido a
preguntar a su familia, a John e Isabelle, sobre si casarse o no con Harriet
Smith. En realidad él también
está enamorado de ella desde siempre. Se encuentran en el campo y se
comprometen en matrimonio. Un final Feliz de princesa y príncipe felizmente
casados, con un amor superior a la muerte y rayante en la perfección platónica.
Este final feliz es la que hace de la novela Enma una novela rosa clásica
que no rompe ni transgrede ninguno de los convencionalismos sociales de la
época. (¿Dónde ven los críticos a Jane Austen como baluarte del feminismo? Será
en otras novelas, no en la “novela ejemplar” de Enma) Ella se casa como dama de
su posición mientras que Harriet se casa con uno de su misma condición, con el
grajero Robert Martín. Cada oveja con su pareja, no critica la estructura
social de la época, sólo la refleja y la satiriza levemente, tan levemente que
ni lo he apreciado.
FRAGMENTO DE LA DESCRIPCIÓN DE ENMA:
" Emma Woodhouse, bella, inteligente y rica, con una familia acomodada y un buen carácter, parecía reunir en su persona los mejores dones de la existencia; y había vivido cerca de veintiún años sin que casi nada la afligiera o la enojase. Era la menor de las dos hijas de un padre muy cariñoso e indulgente y, como consecuencia de la boda de su hermana, desde muy joven había tenido que hacer de ama de casa. Hacía ya demasiado tiempo que su madre había muerto para que ella conservase algo más que un confuso recuerdo de sus caricias, y había ocupado su lugar una institutriz, mujer de gran corazón, que se había hecho querer casi como una madre. La señorita Taylor había estado dieciséis años con la familia del señor Woodhouse, más como amiga que como institutriz, y muy encariñada con las dos hijas, pero sobre todo con Emma. La intimidad que había entre ellas era más de hermanas que de otra cosa. Aun antes de que la señorita Taylor cesara en sus funciones nominales de institutriz, la blandura de su carácter raras veces le permitía imponer una prohibición; y entonces, hacía y a tiempo que había desaparecido la sombra de su autoridad, habían seguido viviendo juntas como amigas, muy unidas la una a la otra.Y Emma haciendo siempre lo que quería; teniendo en gran estima el criterio de la señorita Taylor, pero rigiéndose fundamentalmente por el suyo propio.
" Emma Woodhouse, bella, inteligente y rica, con una familia acomodada y un buen carácter, parecía reunir en su persona los mejores dones de la existencia; y había vivido cerca de veintiún años sin que casi nada la afligiera o la enojase. Era la menor de las dos hijas de un padre muy cariñoso e indulgente y, como consecuencia de la boda de su hermana, desde muy joven había tenido que hacer de ama de casa. Hacía ya demasiado tiempo que su madre había muerto para que ella conservase algo más que un confuso recuerdo de sus caricias, y había ocupado su lugar una institutriz, mujer de gran corazón, que se había hecho querer casi como una madre. La señorita Taylor había estado dieciséis años con la familia del señor Woodhouse, más como amiga que como institutriz, y muy encariñada con las dos hijas, pero sobre todo con Emma. La intimidad que había entre ellas era más de hermanas que de otra cosa. Aun antes de que la señorita Taylor cesara en sus funciones nominales de institutriz, la blandura de su carácter raras veces le permitía imponer una prohibición; y entonces, hacía y a tiempo que había desaparecido la sombra de su autoridad, habían seguido viviendo juntas como amigas, muy unidas la una a la otra.Y Emma haciendo siempre lo que quería; teniendo en gran estima el criterio de la señorita Taylor, pero rigiéndose fundamentalmente por el suyo propio.
Lo
cierto era que los verdaderos peligros de la situación de Emma eran, de una
parte, que en todo podía hacer su voluntad, y de otra, que era propensa a tener
una idea demasiado buena de sí misma; éstas eran las desventajas que amenazaban
mezclarse con sus muchas cualidades. Sin embargo, por el momento el peligro era
tan imperceptible que en modo alguno podían considerarse como inconvenientes
suyos. Llegó la contrariedad -una pequeña contrariedad-, sin que ello la
turbara en absoluto de un modo demasiado visible: la señorita Taylor se casó.”
En esta descripción se advierten varias cosas. Su intención moral es
explicita (no sé donde ven los críticos la ironía, el sarcasmo y la parodia) La
autora reprocha a su protagonista la soberbia, el egocentrismo (“era propensa a
tener buena idea de si misma”) etc, y lo dice casi directamente. La marcha, la
boda de su aya, es un símbolo de la perdida de su mundo infantil, del universo
de sus cuentos de hadas y doncellas, la ruptura de su torre de marfil, de su
cristal aislador, de su burbuja de felicidad, para alcanzar la madurez que Jane
Austen asocia al casamiento, a la perfecta casada.
RETRATO DE CONJUNTO, RETABLO DE BURGUESÍA DECIMONONICA
En Enma, Jane Austen retrata a una burguesa decimonónica inmersa en el
mundo de las hipócritas apariencias. Su novela constituye un retablo de la
burguesía, sus costumbres y usos sociales, su mentalidad cerrada, frívola,
superficial, sus enraizadas tradiciones...
A nada que profundicemos en esta lectura vemos que no versa la historia
sobre las vicisitudes de Enma sino sobre su sociedad. No es un retrato de
figura, sino un retablo de conjunto.
La historia transcurre en la región de Highbury, el
llamado jardín de Inglaterra, una campiña residencial para la jet set y las
clases aristocráticas más pudientes (el modelo ciudad jardín proviene de
Inglaterra).
A diferencia del paraje inhóspito donde trascurre Cumbres Borrascosas,
nuestra protagonista no se halla aislada socialmente como Catherine o la
provinciana Madam Boba- ry. No se halla aislada, todo lo contrario, es una de
las más agradables damas de la alta sociedad, todo un derroche de virtudes y
ausencia aparente de fallos.
Es la supuesta mujer perfecta, pero no lo es así, pues se demuestra terca,
obstinada, caprichosa, voluble, frívola, superflua, mojigata, casamentera,
cotilla, metete, creída, pretenciosa, soberbia...
Su espléndida vida social de galas de honor, salidas campestres y actos de
beneficencia con los pobres de la comunidad esconde un trasfondo de
murmuraciones, cotilleos y chismes de porteras elegantes. Y sobretodo un vacío
en la esencia, en la personalidad interior de Enma; se deja llevar por el
vendaval de circunstancias de su época, como una muñeca pelele movida a tenor
del viento que sople.
LITERATURA COMPARADA. ENMA WOODHOUSE / ENMA BOBARY
Enma es bien distinta a la gran Enma de la novela: Enma BOBA- RY. Escribo
así su nombre porque en mi opinión Flaubert critica la novela romántica,
femenina y rosa de su época. Su heroína es más bien una bobalicona,
una anti heroína, un modelo a evitar, una ilusa de amantes y lunas de
París. El romanticismo para este realista era el mal del siglo, enfermedad
patológica y quijotesca que lleva a la burguesita a suicidarse. Enma Bobary
intenta también vivir su vida como una novela, igual que hace la Enma de Jane
Austen. La diferencia es que el relato de Flaubert es realista y la realidad
lleva a Enma al desengaño, mientras que la otra jamás despertará del sueño,
seguirá aletargada eternamente en su pequeño mundo de bailes de salón como si
estuviera encerrada dentro de una caja de música.
Enma Bobary es un personaje muy elaborado y contradictorio (lo que le hace
ser más humano) A su lado, esta Enma es un personaje más plano, más lineal y
superficial. Enma Bobary es ella y lo que ha leído. Esta Enma es ella y los vestidos
que se pone.
Todas las comparaciones son odiosas y al comparar a estos dos Enmas
comprobamos que Jane Austen no llega a la suela del zapato de Flaubert en todos
los aspectos literarios; en estilo descriptivo, en construcción de personajes,
en tensión dramática...
Se queda sólo en la superficie, en el aparente cuento de hadas, sin
profundizar en la esencia. Jane Austen se queda en Corin Tellado del momento
sin atreverse a llegar más allá, a transgredir. (y aún así se ve obligada a
firmar con seudónimos pues sus obras las mojigatas puritanas las consideran
inmorales. Si Enma era tachada de inmoral, ¡no quiero ni imaginarme como era la
novela modelo de la época!)
Jane Austen tiene un estilo bastante superficial de escribir: sabemos lo
que comen en el camping dominguero, tenemos una serie de personajes cruzados
en las combinaciones amorosas posibles para la época (triángulos
amorosos, amores in correspondidos...) pero no vemos casi a los personajes como
seres individuales, solo como colectivo. (Da igual que piense Harriet sobre la
vida o sobre si misma, sólo se trata de casar a la solterona de pueblo con el
burgués de turno. Esta sometida a la voluntad general del colectivo)
Sólo sienten con relación a otros personajes, no se lamentan o orgullecen
de si mismos. Realmente no sabemos que pasa por la mente de Enma y por eso su
personaje es tan polivalente, abierto y ambiguo: ¿Ángel o demonio?,
¿Manipuladora o victima del amor?, ¿Niña mala o buena?... Enma tiene ese
encanto infantil de la inocencia, de la inconsciencia, más allá del juicio
moral bipolar, del bien y el mal, una característica que la hace detestable y a
la par deseable.. Lo individual o personal queda subyugado en esta sociedad tan
cerrada, provinciana y cotilla. La historia no versa sobre Enma, sino sobre
toda la vecindad, es una novela de conjunto, una foto de grupo. Forman todos
los vecinos una alegre comunidad tradicional que conviene en armonía y
simbiosis entre sí, sin aparentes problemas. Quizá malas miradas, comentarios
dichos fuera de lugar y tono, antipatía disimulada entre dos damas... Todas las
personas están subyugadas a las buenas maneras. Los conflictos sólo se
sugieren, al contrario que en la tormentosa Cumbres Borrascosas, donde sus
personajes viven en continua tensión, desgarrados por dentro, desenraizados por
fuera, navegando en la angustiosa incertidumbre y en los odios contenidos y
explosiones de ira y amor posesivo y enfermizo.
ENMA COMPARADA CON CATHERINE DE CUMBRES BORRASCOSAS
Contrasta la enorme tensión dramática, el continuo sin vivir de Cumbres
Borrascosas con la aparente calma que se respira en Highbury.
Enma es una niña y su inmadurez se debe a vivir entre algodones, en una
urna de cristal, en una jaula de oro, protegido por su padre de las habladurías
del pueblo o de los gitanos. Enma es inmadura como ha de serlo la mujer de su
época; una niña que pasa de la tutela paterna a la propiedad del marido, tras
el sí de la niña. La niña es un objeto más del burgués, un fetiche. Sin embargo
Catherine en Cumbres Borrascosas sí se revela a este sino de la mujer objeto
florero ya que reconoce no querer a su marido, ama a otro hombre y a ese hombre
le maldice y le dice que le perseguirá día y noche, vagando como espectro por
su mala conciencia. Catherine o Madam Bobary son unas trasgresoras (lo que no las
quita seguir siendo victimas del amor) y Enma no puesto que se amolda al papel
y rol social que le toca desempeñar. Por eso mismo Enma es infinitas veces más
feliz que las otras dos heroínas, más conformista, menos ambiciosa y luchadora,
pero más feliz. Feliz en su simplismo, feliz en la ignorancia.
Catherine ha sufrido y Enma no y ahí esta la diferencia, Enma tiene un
miedo atroz a sufrir mientras que Catherine ya ha llegado al colmo del
padecimiento, a la muerte en vida, al amor enfermizo y a la muerte física.
Enma se lo tiene muy creído, tan bella, tan perfecta... y en el fondo ¡tan
cobarde!. Enma se mete a casamentera por miedo al amor. Enma se pone a ayudar a
la pobre Harriet no por caridad o compasión sino por egoísmo, se olvida de sí
misma pero hace un acto de compadecimiento que levanta su amor propio. La ayuda
para subirse el ego. Enma es una niña mimada y consentida (no se la puede decir
que no) aunque con buenos sentimientos. De buenas intenciones esta la cárcel
llena.
Enma se cree sincera por confesarse en su diario, ir a misa y tener bien
limpia su conciencia pero Enma juega sin saberlo al juego de la hipocresía, a
ese juego de las mascaras sociales (persona viene de mascara) y las falsas
apariencias.
Tras su sonrisa de indolencia y de buena educación esconde sus verdaderos
sentimientos hacía muchos personajes como la prepotente y engreída señora
Elton, la solterona vieja o su amado señor Knightley al que no
se atreve a descubrir su amor.
EL AMOR PARA ENMA; LA PERFECCIÓN
Enma teme y a la vez anhela sufrir de amor, pero no puede querer a nadie
porque se quiere demasiado a sí misma (problema narcisista para esconder el
complejo de inferioridad y culpa reprimida de la mujer del XIX, como vería
Freud). Ni siquiera le afecta e repudio de su primer novio al casarse con su
tímida aristócrata. Ni se inmuta cuando se le declara Elton o se molesta sólo
por ser su amiga la ofendida en el lance.
Aunque el amor de los protagonistas según dice Knightley “se basa
en sus pequeñas imperfecciones”, lo cierto es que ambos buscaban el amor
perfecto y lo han encontrado. Ambos personajes son el prototipo del caballero y
la dama, del gentleman y la lady, el príncipe azul y la princesa rosa del
cuento de hadas. Por eso son odiosos y por eso no hay quien se crea esta historia.
LA ADAPTACIÓN DEL LIBRO
La adaptación es un acierto al enfocar este dramón (melodrama
romántico) con humor pero sin restarle la enorme sensibilidad estética y
el sentido ético que reflejaba Jane. Acorta los abundantes diálogos de la obra,
pero los encaja muy bien en el todo del film, acoplando el hilo argumental, la
música y la interpretación considerable de los actores (sobretodo ella, Gimnley
Patrown, actriz ya especializada en películas novelescas o de época como
Shakespeare in love o la reciente película sobre la poeta suicidada en su
horno, Silvia Plath). Esta película es casi mejor que el libro, a diferencia de
la mala adaptación de Cumbres Borrascosas, puesto que la novela abunda en
diálogos y casi parece una obra de teatro novelada. Ya se sabe que el destino
de las obras dramáticas es su representación y no su lectura, y por ello creo
que el director ha conseguido con esta película el modesto objetivo de Jane
Austen: reflejar su mundo, entretener y resbalar una pequeña critica al
orgullo. Emociona, intriga, conmueve y despierta sonrisas y lágrimas.
Actualiza la obra moderna y la divulgan o extiende a la mass media en forma de
serial tipo “Grandes Relatos”. Refleja el mobiliario exquisito de estos snobs,
sus ominosos vestidos y todo el lujo de sus mansiones con una escenografía
cuidada y de gran intimismo; un paisaje campestre bucólico y onírico, un “locus
armonius”, un jardín cuidado, unas mansiones vetustas e inmortales y unas
fiestas elegantes y correctas, que esconden que sin embargo aquella época no
era precisamente una fiesta.
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