lunes, 21 de marzo de 2016

LO REAL EN LO SOÑADO

En este libro Vargas Llosa nos habla desde la meta literatura de su ofició de escritor. Sugiere que las novelas hacen la historia, impregnada más de mentiras literarias que de verdades objetivas. Asemeja la Literatura a un espejo, donde se refracta la sociedad, el lugar y el momento, pero ante todo las historias personales universales ( te puedes identificar en ellas). Reivindica que la literatura no se atañe a la  Realidad Histórica, sino a su incidencia en la conciencia humana. Así explica el actual auge de la novela histórica o de la anti- académica Historia novelada, que no sé por qué antiguos fantasmas, sigue asociada a la manipulación y a la historia de reyes y batallas. Cuando lo cierto, a esto aboga Llosa, es que la Historia se constituye del conjunto de historias personales, y no de la dinámica causa- efecto económica.   En la descripción del hombre y no de su realidad radica donde acaba la historia, para ceder al sugerente y polifacético campo literario. Dándose la paradoja de que al leer cualquier obra de Scott adoptamos ese mundo de trovadores y damiselas, en vez de la “sucia” realidad de unos reyes emparentados entre si, jugando al ajedrez y a las cruzadas, con un pueblo muerto de inanición. En este sentido, también la literatura debe mostrarnos esa escabrosa realidad, sin perder por ello la magia estética. Pero seguro que a las generaciones venideras seguirá interesándose más los escarceos amorosos de Isabel II o la honda melancolía de la Generación del 98, que las cifras contrastadas en la exportación agrícola de la época.

La historia la componen las pequeñas historias personales, y las personas en su memoria no albergamos sólo experiencias, una cronología de la vida, sino que el recuerdo se expande por la tinta y el tecnicolor, por lo vivido y lo leído, por lo real y lo soñado. Sobretodo las personas mayores que tiñen sus batallas bélicas de la última de James Cameron. En nuestro disco duro parece imposible discernir ya lo real de nuestras propias fantasías frustradas. Los escritores o los actores son esos mentirosos tan creíbles (Porque se creen su propia fantasía) que al leer fingimos creerla (Es el pacto Escritor- Lector del que habla Llosa).

Image result for literatura

La memoria engloba no sólo que es y fue, sino lo que pudo ser y no fue, la añoranza, e incluso lo que aun puede ser, la ensoñación. El sueño es la maraña del inconsciente. La mayoría de pesadillas se escenifican en un lugar rutinario, cómo un colegio, y sucede un hecho extraordinario, cómo presentarse desnudo a un examen. Lo que allí se representa es el teatro de nuestros miedos más íntimos. En el subconsciente se baten la razón y la más exacerbada fantasía, el hombre gris y el niño interior, y al despertar se reprime el mundo onírico. ¿Pero cómo puede ser ficticio un mundo que nos hace sudar o sonreír? Incluso a veces mantenemos conversaciones más interesantes allí dentro. Al abrir los párpados, nos recomponemos del estrago de haber conocido la verdadera realidad, (Y a nosotros mismos).
Muchos son los filósofos que han dudado de su Realidad, empezando con Platón que no sólo duda, sino que reniega de su mundo carnal, y mira más alto, al sol, a las ideas. San Agustín cree también vivir en una preparación al lecho de Dios, Descartes piensa ¿Luego existe?, Sartre se nota existir, pero ¿¡Y si la vida fuera Sueño? ¿Y si al morir despertáramos al ensueño? Es imposible científicamente; la mente perece en cuanto encefálica. Con Freud acaba la última esperanza del ser humano de trascender la realidad. Ahora sabemos que los sentidos nos engañan, los sentimientos nos confunden e incluso la Razón puede fallarnos y hacernos vivir una realidad paralela (Como autistas y esquizofrénicos) Y entonces, ¿Qué nos queda? ¿

Tras una noche de insomnio creador, la mañana despierta envuelta en neblura, entre gasas oníricas. Cuanto menos duermes, más sueño parece la vida(Más “aparbado” te encuentras). Más, si la vida es sueño, bien merece no despertar. Es eso de Morir, dormir... tal vez soñar. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario