sábado, 26 de mayo de 2018

ESPIDO FREIRE AMADRINA A LA REVISTA FABULA EN LOGROÑO

Carlos Villar, director de la revista Fabula, agradece al centro poder presentar el número 42 de la revista fabula. Espido ha estado por la mañana con alumnos de filología hispánica en la universidad de la Rioja donde es profesor Carlos Villar que hoy la presenta. Los menos entre el público habrán venido a oír hablar a Espido. Algunos despistados habrán venido a la presentación de la revista. En estos 22 años de iniciativa han pasado muchos autores, poetas, críticos, artistas… la bella portada es lo primero que destacan. Empieza con el editorial de Carlos Villar Flor, la enfermedad del escritor. Sacar un libro es como un parto. Luego viene la sección busca poeta, con poesía de una universitaria de Valencia. La sección poemas versos con poemas de Teodoro Rubio que apadrinó la revista en el numero 41 Emilio Martin Martínez, David González (de México), Teresa Zenea, Rita Zurza que no han venido, pero están en espíritu. Relatos breves es la sección que como el Guadiana aparece y desaparece. Publican relatos de una niña de 12 años. Han creado para los niños la sección sabios bajitos. Andrés es el autor de sexto de primaria más joven que ha publicado en esta revista. Perros verdes analiza la biografía y obra de Paul Auster (poliéster) En la sección entre movimiento relacionan cine y literatura. Platicando incluye una entrevista con Luis García Montero. El entrevistador desaparece y deja hablar al poeta que estuvo aquí hace 3 meses. De aquí allá son visiones tradicionales. Alguien hará la crónica del paso de Espido Freire por Logroño, yo mismo me ofrezco. La revista, con estos 23 años de vida, permite ver la luz a trabajos a los que se les cierra la puerta en las grandes editoriales. 

Espido Freire nació en el 74 en Bilbao, se crio en Álava, en Llodio, a 20 km. No lo recorría andando entre las nieves de un lugar al otro, sino que fue algo más pragmático y menos poético; su educación (musical y universitaria) tuvo lugar en Bilbao. Tiene doble nacionalidad bilbaína y alavesa que emplea de manera vil. Wikipedia no es fiable y dice que estudió música vocal. Estudió opera y canto en realidad. Era una niña prodigio de la música. Con 5 años empezó en el mundo de la música, con 15 pasó unas pruebas de acceso al canto y con 12 años inició estudios específicos y a los 15 ya tenía una carrera musical que a los 19 dejó. Si fue precoz en la literatura aún más lo fue en la música. Lo suyo fue una excepción. Con 11 años se presentó a una prueba con sus coletas y su camisa de barbero de los años 80. Sacó el número uno en las oposiciones. Su vocación no era musical, aunque no se arrepiente de esta faceta de su vida. La situaba en el centro del escenario, podía comunicarse, acceder a nuevas emociones, convertirse en un personaje como los actores y poder tener dinero que esto para una niña era algo fascinante lo de viajar y tener dinero pues venia de una familia obrera. Era una niña soñadora y con aspiraciones y la música le permitía escapar de su pueblo. Pero donde era más feliz era en un rincón en la biblioteca o en casa leyendo. Ha sido una lectora empedernida antes que una escritora principiante. La música hay que amarla mucho porque exige mucho y es muy celosa de otras actividades. Por alli no iba su camino y no se encontró con la mejor gente. Dejarlo fue un disgusto para sus padres y profesores. El padre aún le dice; donde habrías llegado tú. Con una vocación sin amor no llegas tan lejos como haciendo lo que te gusta y el sacrificio que ha pagado en lo musical fue muy grande.


Estudia filología inglesa en Deusto. Quería ser escritora, pero no conocía escritores ni editoriales ni ese mundo. Siempre ha tenido un plan B por si lo de la literatura no funcionaba, y una opción era ser profesora de inglés. La enseñanza es la principal salida, pero la docencia no la convencía. Desde joven ya había dado clases de música. Así que opta por la edición de textos que le podía dar dinero. Le ha sacado mucho jugo a su diploma como editora de textos. La dieron la oportunidad de publicar hace ya muchos años. Tiene una escuela de escritura, pero no es un edificio o aula fija sino un sistema pedagógico, académico en el sentido griego. Se funda en el 86 esta escuela itinerante, de formación de profesores y alumnos en la oratoria, creación y edición literaria. Estivo en Noruega en un máster de la universidad internacional de Valencia. 

 
Irlanda la escribe hace 20 años, tenía 23 años. Es un libro más importante que otros que son más conocidos. Es su primera apuesta literaria y todo fue muy rápido. Fue traducido a 14 idiomas, vendido muy bien, cien mil ejemplares. Fue un fogonazo, pero el nuevo desafío es mantenerse en el tiempo. Es la novela que lee en los institutos y academias y cuando estuvo dando clases literarias en Noruega. es la única novela traducida al inglés, aunque sus ensayos también los ha traducido. Fue la escritora más joven en ganar el premio Planeta. Siempre ha sido la más joven en todos los premios, salvo en el Azorín del año pasado. Ahora ha dejado de ser con cada vez más frecuencia la escritora más joven. Es un dato volátil pero bonito, una etiqueta en un país amante de los récords. Si le dieran un euro por cada vez que le preguntan cómo le cambió su vida el planeta ahora sería rica. ·No te cambia la vida sino la dirección, no cambia las amistades ni los métodos de trabajo, pero te llegan más ofertas laborales. Ese año siguiente al premio se fue de España a seguir formando y creando su mitología literaria. Le dio muchas oportunidades y visibilidad, pero podía ser el fin de su carrera literaria y acabarla con 25 años es tan triste que solo quedaría el suicidio. Esa expectativa de venta quizá no volvería a repetirse, pero podría superarse y cumplir nuevas expectativas. 



En la literatura hay una parte importante de márquetin, de marca, pero hay que tener amor al oficio. Si hubiera sido una ficción no se habría mantenido demasiado en el tiempo. El premio supuso un cambio en su estrategia de trabajo. No contaba con ganar un premio tan pronto. Todo lo que le trajo fue bueno. Pero también cosas inevitables como la envidia y el ganarse enemigos, gente que le hacía cruz de repente, o prejuicios en favor o en contra. Hay que replantearse continuamente en que escritora te estas convirtiendo. Pero ella tenía la experiencia de la música y fue más dulce la salida a un mundo competitivo. Jugaba con ventaja. Luego recibido el premio Janés de viajes o el Ateneo de Sevilla. 

 
En 2017 ha sacado su última novela, llamadme Alejandra ¿en qué difiere esa novela de las anteriores, de Irlanda? Es la vida de la zarina, un intento de novela histórica que ya había hecho con la flor del norte. Irlanda es una niña de 16 años y la zarina tiene 47. Las dos están relatadas en primera persona y voz femenina. El 17 de julio del 17 la zarina va a ser asesinada. Les dicen que bajen al sótano para sacarlas fotos, pero no van a salir de allí. Irlanda trascurre fuera del tiempo y el espacio. Los adolescentes desconocen el tiempo, están en un lugar intermedio entre la infancia y el mundo adulto y su cuerpo y mente están formándose. Los hechos históricos no existen, solo los de su familia y su vida. La documentación sobre la zarina o su abuela la emperatriz Victoria le llevó diez años de estudio exhaustivo. Era una voz narradora real, existió. Irlanda es una voz libre. Una está loca y la otra cuerda. No va a decir quien de las dos. Una se enfrenta a la enfermedad y la otra también, pero apuesta. Hacen ambas rituales. Continua Espido con su hilo de obsesiones que no abandonas nunca, sino que incorporas nuevas, se van añadiendo. Conforme evolucionas y cumples años sus narradoras también cumplen años. Sus voces en primera persona han subido de edad a medida que Espido ha ido cumpliendo años. Pero esa voz siempre es mayor que ella. El tiempo nos roba edad, salud y seres queridos, pero nos presta si lo hemos hecho bien mayor serenidad y sabiduría, un juicio más reposado, una visión más auto comprensiva, en la realidad en que nos movemos. Entender la realidad es complejo, pero no vemos esa complejidad hasta ser adultos. Todo es simple de niño y luego se complica, pero luego vuelve a simplificarse. La lucidez nos da la edad, también la locura y los estados alterados de conciencia. Es complicado manifestarlo en palabras, pero para el escritor el tiempo siempre va a favor, cuando en otras profesiones es al revés. Ha cultivado el ensayo, la literatura juvenil, ha traducido del inglés y del noruego (junto a la más importante traductora del noruego de clásicos contemporáneos.)

Es bonito encontrarse con una revista que ha cumplido 25 años. La cubierta tiene gran gama de colores. Lo leerá mañana cuando regrese a Madrid- Analizamos la literatura en ensayos y estadísticas, pero una revista es algo dinámico, que da pulso a la actualidad literaria y a las aspiraciones que no tienen cabida en las editoriales. Es algo meritorio esta revista en su número 42. Cada año se publican dos. Espido se ha presentado a muchos premios y la mayoría los ha perdido. Hay que saber ganar y perder. El escritor se enfrenta a muchos retos. Ella sube diariamente una frase a redes sociales (Twitter Facebook y Instagram) sobre la escritura. Reflexiona sobre el sentido de algo. Espido diferencia entre escribir y ser escritor. En el mundo de la edición no solo la literatura es la prioridad sino la comunicación, el afán de continuidad o el contar algo. Damos por supuesto que la literatura ha de ser algo muy serio. La estructura editorial ha cambiado en la forma de difundir las historias con rapidez, velocidad y simultaneidad. 

 
Habla de España como termino geográfico y de las diferentes lenguas que se hablan y en España no se lee. Un 40% no lee nunca. Y muchos solo leen una revista, un panfleto. Hemos reducido el analfabetismo hasta prácticamente 0. Pero la mayoría de la gente no lee y no lee porque lo asocia al estudio, la obligación o el hastío, no disfruta con ello. Hay un 20% que lee ocasionalmente uno o dos libros al año. Se puede revertir la cifra y hay un 40% de gente que lee. Muchos libros no son españoles y muchos son ensayos científicos o de otro tipo. Si sigues reduciendo la cifra verás lo difícil que es ganar dinero y publicar libro. Además, la mayor parte de los ingresos se los queda la editorial, imprenta, el gripo editorial. La gente compra más el pan que libros, eso es obvio. Es muy difícil vivir de la escritura y percibir una renta de tu trabajo. Los grupos de comunicación están detrás de las editoriales como en Planeta que es poco autónoma, aunque lo son más Prisa o Alfaguara. Los premios son ayudas económicas, el Alfaguara o el premio Primavera son 600 mil e. Se premia así a los jóvenes escritores prometedores, y a las olas nuevas. 

 
Pero en los 90 se dio la falsa ilusión de que se podía vivir de los derechos de propiedad intelectual. La novela es el género mejor pagado, depende del subgénero que hagas. Hay una idealización de la literatura y nunca se habla del dinero real. ¿Cuánto gana el escritor? No lo sabe ni el mismo. Muchos trabajan como autónomos o free lances vinculados al mundo editorial. Y no da para mantener el ritmo de vida y pagar impuestos. Son escritores en sus ratos libres. No dependen de la literatura para su subsistencia, sino que tienen otro oficio, el principal, del que viven. Cuando se jubilan o cogen la baja o toman un año de excedencia se dedican a escribir su libro. Pedir la excedencia te permite mantener el puesto laboral y escribir. Son formas eminentemente prácticas. Es dura la vida del escritor que se mantiene a golpes de suerte e ilusiones certeras. No hay un tejido cultural sólido, queda mucho por hacer. Esa idealización del escritor maldito viene del cine y la propia literatura, como el escritor bohemio en una buhardilla de Manhattan alcoholizándose mientras contempla Nueva York. En las biografiase se ha idealizado la escritura modificando sus vidas. La mayoría de las entrevistas a escritor son de personaje, no de escritor. Porque los periodistas no leen sus libros ni se forman en la biografía del escritor ni tienen una capacidad de mantener una conversación intelectual con él. Es el mundo de becarios que hemos construido. La mayoría de los escritores saben hablar de su libro y sus circunstancias, pero no de como lo han escrito o citar fuentes clásicas. ¿esto es bueno o malo? Esto es, como decía su padre. Ella está orgullosa de su formación académica literaria y filológica. Es necesaria una ubicación espacio temporal en la literatura y por eso ella hizo estudios de literatura comparada y de estudios literarios. Para ser escritor es necesaria una autoestima de hierro y un ego volátil para no buscar el reconocimiento como una forma de sentirnos mejor, ahorrarnos el psicoanálisis y mejorar la concepción de nosotros mismos. Para no ser un imbécil son suerte que ha escrito un libro. Eso no lo fomentan los medios ni los cotilleos de alta cultura. Hay un cotilleo de baja altura también. Lo vemos en lo que está pasando en los premios nobel. La literatura tiene que ser constructiva y tener chicha. A todos nos gusta el cotilleo, pero en la literatura no solo puede haber cotilleo. Estamos banalizando todas las áreas humanísticas. Eso que reprochamos a los niños lo hacemos nosotros mismos- Por eso ella es celosa de si intimidad y de su vida privada que la diferencia a su vida pública y a su obra. Las anécdotas de su biografía son irrelevantes. En su página web no hay datos personales y los hay en la Wikipedia o en perfiles equivocados por filtraciones off the record que se habrán hecho.  Ella se pone de ejemplo no por vanidad. No hay que confundir lo esencial con lo accesorio, lo que menos importa de la literatura son sus aspectos extraliterarios, sus alrededores. 

Para escribir se necesita un talento desmesurado. Se produce una catarsis creativa y la mayoría de los escritores no lo explican para no romper la magia, pero en realidad es porque no saben cómo han podido escribir lo que han escrito. La banalidad es enemiga del arte. La literatura tiende a la ontología de explicar al ser humano, su esencia y eternidad. No es solo mirarse el ombligo y hacerse un selfin a uno mismo. Pero esa idea idealización del escritor junto a la presión por publicar perjudican la literatura. Muchos escritores solo se dedican a la labor de auto promocionarse. Los escritores del siglo XIX también eran frívolos, pero no estaban presionados por los tiempos editoriales de ahora. Las editoriales suelen pedirte tres obras para ir publicándolas en años consecutivos. Por eso antes de publicar es importante tener al menos tres obras. Si no publica una novela cada dos años el editor entra en pánico, porque ha invertido en publicidad y promoción. El autor debe hacer lo que le dé la gana. Apostar por la comercialización tiene su recompensa y su precio. Hay que tener claro qué tipo de escritor eres y qué obsesiones te marcan. 
 

Ella suele leer varios periódicos y hoy solo le ha dado tiempo a leer el país. Ha leído que en un congreso de Universia se han reunido 700 decanos y profesionales del mundo académico para debatir la necesidad que tiene la universidad de apostar por las humanidades y los nuevos retos. Es irónico. A los 20 años acabó la universidad. Se planteaba entonces que la universidad no era práctica. Los planes educativos deben tener un interés real en mejorar las coas. Y algunos lo tienen. Pero la realidad es más veloz que cualquier plan de estudios o de desarrollo humano. Hay un esfuerzo en profesores y alumnos de que la universidad sea practica y eso perjudica a las humanidades que siempre se han visto como una fábrica de parados o un conjunto de asignaturas marías. El que vale; vale, y el que no a letras. El mayor pecado en el capitalismo es ser un parasito social y no generar dinero. Que genere dinero, aunque sea especulando. Dedicarse a algo sin salida daba pánico entonces y ahora. Ella acede a la universidad en el 92 cuando se da el acceso masivo, son los primeros jóvenes que aceden. Ella fue la tercera en su familia porque le habían antecedido dos primas. Las universidades de Alcalá Valladolid o Salamanca han sufrido la crisis y muchos locales se han abandonado. Se abre el debate de cómo debe ser la universidad y donde debe ir el que quiere dedicarse a escribir. No hay un lugar que ayude a eso, salvo los talleres literarios de cuestionable utilidad. En EE.UU. y Reino Unido, en el mundo anglosajón conciben al escritor como pensador, creador y generador de contenidos. Se publica y lee más. En Francia tiene peso el intelectual. Pero en España te critican que el escritor aparezca en los medios o anuncie perfumes. La gente critica que Espido se vincule con marcas profesionales haciendo publicidad, pero lo hace igual que hace televisión radio, cine, prensa o radio. No la contratan por su obra sino por su imagen. Hay nuevas oportunidades en torno al humanista y el hombre de letras que todavía se han de explorar sin caer en la banalización. El guionista sale de la publicidad, el márquetin. Una salida del escritor puede ser asesor histórico para series de televisión. Hay territorios que el escritor puede ocupar. Puede ocupar el espacio masivo de la televisión sin ir a programas como el gran hermano (Isabel pisano, Gustavo bueno, lucia Etxebarria) o ganar el factor x con un poema. Es difícil dibujar la frontera entre lo literario y lo extraliterario, lo moral y lo que no. La televisión es un lugar de entretenimiento, no formativo, pero se pueden ofrecer contenidos de calidad. En la televisión abierta publica es difícil que se, y aún menos en las privadas. Pero hay canales privados que apuestan por eso, como Universia. Al dejar de darse historia filosofía o latín en los institutos estamos reduciendo la conciencia crítica humanística, y no somos capaces de elaborar una idea con varias frases subordinadas o de relativos más allá del me gusta, te amo odio. Esto nos hace malos comunicadores.  Al trabajar tomamos decisiones extremas como los médicos o cirujanos. La noticia de la universidad y del congreso es relevante, otra cosa es que se cumpla. Lo pedimos a gritos, pero no leemos, o vemos la dos, no leemos ni a nuestros colegios. Hay que distinguir nuestra prisa e intereses de lo esencial. 

 
También ha leído otra noticia de una nueva cenicienta. Un caballero de 82 años publicó sus memorias y no vendía nada, pero se lo regaló a un chico que le dio pena este señor. Ahora el libro se ha hecho viral y el señor ha vendido 80 mil ejemplares en su primera edición. Era una historia de miseria y superación. Le parece un milagro y algo conmovedor pero ese señor de 80 que aparenta 60 años no es un escritor. El escritor puede expresar emociones mayormente que la media. pero no hablamos de un escritor sino de un testimonio sobre la emigración, el hambre, la dureza. El hecho de escribir unas memorias y twittear y tener 200 mil seguidores no te convierte en escritor. Al señor le han usado en un engranaje literaria. Quieren convertir en estrellas de cine a los escritores. A muchos jóvenes les llama la atención la juventud y precocidad de Espido. Habla también de las novelas de los fosos y conocidos de la tele, tras las que hay campañas de márquetin y una expectativa de lo que van a escribir. El tiempo juzgará estas obras. ¿Dónde estaremos dentro de 10n años cuando cambien el canon de lo literario?
 

La literatura no acaba con el lector que propaga su propia historia. no hace división entre literatura alta o baja. Habla de criterios de calidad. Una obra adelantada a su tiempo con un nuevo lenguaje inventado cobra sentido ahora, se revaloran obras del pasado, y otras no pasaran a la historia. no recomienda para nada la auto publicación. También habla de la feria del libro de Madrid que comienza dentro de unos dias, pero no es una fiesta de los escritores sino de los editores. El hecho de publicar un libro se desliga del escritor. El libro va por un lado y el escritor por otro. Los derechos de autor estan mal gestionados. El beneficio de un escritor por su libro es del 10% (8 o 5 si es de bolsillo) Los escritores son unos meros reclamos. Algunos estan deseando firmar libros y no tienen espacio. Sin libreros y bibliotecarios nuestra obra no tendría difusión, pero el libro puede ser un entusiasta literario o no, o apostar por otra editorial distinta a la que publicamos. Hay muchos motivos de queja entre los escritores, pero parece que no podemos quejarnos porque hacemos algo privilegiado. El libro siempre ha sido una herramienta tecnológica en nuestro mundo global. La revolución digital es comparable a la de la imprenta que mejora la calidad, el gramaje y la difusión. El primer problema es que el libro está condicionado por su idioma, salvo en los libros de ilustraciones. De España a Iberoamérica hace 20 o 10 años llegaban los libros tarde y muy encarecidos. No merecía casi la pena exportarlos. Pero ahora la logística funciona a gran velocidad. El libro digital no ha hecho ricos a los escritores por la plaga insidiosa en España del pirateo. En las universidades inglesas te capaban los ordenadores si eras español. (Ella exagera muy poco, parece gracioso, pero es cierto y no dramatiza). Al bajar contenidos ilegales para entregar trabajos todos plagiaban en la universidad. Esa falta de seriedad se trasmite a la hora de apreciar al autor. Se ha bajado el precio de los libros para evitar la piratería. No hay conciencia del escritor y parece que la cultura debe ser gratis. La cultura es algo accesorio, si se tiene bien pero no hace falta para la mayoría de las cosas. Ahora puedes subir el e-book o publicar on line, en los blogs, autoeditarte, pero el problema es que no hay lectores consumidores y todos queremos ser escritores, lanzar nuestra verdad a la eternidad y nadie nos lee. Antes las editoriales o un buen librero ayudaban, porque recomendaban esto es un buen libro. Eso no se ha conseguido en el mundo digital- Como algo es gratuito no le damos merito; lo hace todo el mundo, es tan barato, pero ¿Cómo distingo lo bueno de lo malo? Es increíble la rapidez y adaptabilidad para trasmitir conocimientos. Pero estos necesitan de una reflexión inmediata o no, aunque sean atractivos necesitan de un pensamiento crítico. No basta el ego y el carisma y saber contar una historia. Hay que seducir, manipular, saber vender el coche, tener en cuenta al lector, que esa persona le lea. Hay lectores que nos apoyan, que se ofrecen para lo que hagamos, pero no para un cuarto libro. Hay que tomar en serio la labor del periodista y escritor. Es un patrimonio intangible que no podemos perder. Frente a la prisa sin análisis debemos regresar al pensamiento, al conocimiento simbólico que perdura en el tiempo y esto nos los dan las palabras
  
Destacan la sencillez y no simpleza con la que habla Espido Freire y su generosidad en la comunicación con el otro. Espido no quiere que se hable de su vida privada, hay detalles de su biografía que no quiere que se sepan, pero su literatura tiene el sello de su honestidad intelectual. El compromiso y el encuentro con el otro es esencial, ver las reacciones, si está de acuerdo o no, si pierde el interés. No quiere estafar al lector. Hay que recuperar el respeto al lector, espectador y oyente que asiste a cualquier acto. No usa soporte audiovisual, pues eso lo trabaja en el blog y redes. No ha venido a contar su trabajo que hace en Instagram. No ha traído nada escrito, pues, aunque se gana en rapidez y fluidez se pierde el contacto visual y el poder ver la reacción de su público. Teme que su discurso no resulte tan intelectualizado como pretendía. El artista debe ser versátil, es su mayor virtud. Una espectadora afirma que escribe poesía porque lo necesita, pero la poesía no la necesita a ella. Todo el mundo escribe, publica, pero no tienen el ingenio y la inteligencia de Espido, luego me das la comisión, bromea. Espido cree que eso son las percepciones que esa lectora ve en ella. Parece hipócrita que el escritor diga que hay demasiados escritores, pero es cierto. No hay un sindicato de escritores donde revindicar los derechos. No nos formamos como escritores en ninguna universidad, con la excusa de que es un trabajo autodidacta y solitario, pero ella revindica ser una escritora profesional. Para escribir hay que leer, analizar, estudiar, comparar. Se apoya en la curiosidad el trabajo de intelectual y en centrar los temas que nos interesan. Se aprende de las criticas negativas. Si ve una crítica positiva dice, otra más, muy bonita, pero si hay una negativa se pone muy nerviosa, ¿qué ocurre? Le da más importancia a lo que le dicen que está mal por su inseguridad personal, llámese educación cartesiana. Los triunfos te llenan de orgullo y satisfacción, pero no aprendes de nada de los premios, se aprende de los premios que pierdes. Cuando se fallaba en directo el premio Azorín en su discurso de recogida del galardón mencionó a los que no habían ganado. Su biografía está llena de éxitos, pero son también un romance de derrotas y trabajos de amor perdidos. El escritor es un profesional creativo en proceso de aprendizaje destructivo, formativo y des formativo. Le preocupa la aceptación que tienen sus novelas, pero no por una cuestión de orgullo sino de estudio de su obra. Su virtud es ser versátil y su defecto no cerrar los frentes y hablar por los codos. Hay que tener intereses por el mundo real. Hacer ejercicios de humildad. Ella es una lectora voraz, se alimenta constantemente de literatura analítica. Lee al día un libro, independientemente del autor, la temática, o el fenómeno. Se pregunta qué hay detrás de grandes fenómenos como la sombra del viento, crepúsculo, Arundhaty Roth, las sombras de gray, la novela negra o Harry Potter para que gusten tanto a la gente. Ella si tiene tiempo para leer cuando no hace promoción de su obra. Lee unos 300 libros al año y se cura en salud al decir que la gente en España no lee y que publicar en Madrid es llorar, como decía Larra. A veces no lee novelones de 800 páginas, pero siempre lee. Es un hábito contante la lectura. Es una autora mediática pero su éxito no la ha venido por casualidad. El esfuerzo y la constancia es el único secreto. Mal no le va. Los que fomentan el enigma en su obra, los que dicen que la hicieron por azar o a última hora mienten. Un montaje, una farsa se puede crear, pero no se mantiene con el tiempo, tarde o temprano se desenmascara. Debe haber otros trucos. Un alumno le ha dicho esta mañana en la universidad que él estudia los versos clásicos heredados de la tradición griega y del siglo de oro y analiza la obra de Góngora, y le preguntaba si eso iba a tener mercado. Público quizá, pero mercado ninguno. A menos que se pongan de moda las series ambientadas en el siglo de oro. Pero invita a escribir si ese es su estilo literario, si es el objeto de tu investigación o si te sirve de terapia como la señora que acaba de confesar que necesita escribir. No es fácil abordar el estilo cervantino o gongorino que no es el tuyo y menos para un autor sudamericano que no tiene el castellano como lengua nativa, refiriéndose al alumno. Ese alumno podrá ser asesor para una serie o profesor que enseñe textos. Hay que ser fiel a lo que uno quiere, pero tener constancia de lo que nos vamos a encontrar. Hay que preguntarse qué tipo de escritor queremos ser, hasta dónde podemos llegar. Lo más probable es que no vivamos de la escritura, que el milagro no se produzca. Lo excepcional es lo que le ha pasado a ella; que a los 23 años publica, y recibe el éxito del público y la crítica (no siempre) y de los lectores. Valora más esta excepción al ser de una familia humilde. Lo que ha ganado y lo que ha perdido lo ha hecho por ella misma. Hay que ser listo, tener picardía, adelantarse unos pasos a la gente, concluye. 

 

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