Carlos Villar, director de la
revista Fabula, agradece al centro poder presentar el número 42 de la revista
fabula. Espido ha estado por la mañana con alumnos de filología hispánica en la
universidad de la Rioja donde es profesor Carlos Villar que hoy la presenta.
Los menos entre el público habrán venido a oír hablar a Espido. Algunos despistados
habrán venido a la presentación de la revista. En estos 22 años de iniciativa
han pasado muchos autores, poetas, críticos, artistas… la bella portada es lo
primero que destacan. Empieza con el editorial de Carlos Villar Flor, la enfermedad
del escritor. Sacar un libro es como un parto. Luego viene la sección busca
poeta, con poesía de una universitaria de Valencia. La sección poemas versos
con poemas de Teodoro Rubio que apadrinó la revista en el numero 41 Emilio Martin
Martínez, David González (de México), Teresa Zenea, Rita Zurza que no han
venido, pero están en espíritu. Relatos breves es la sección que como el
Guadiana aparece y desaparece. Publican relatos de una niña de 12 años. Han
creado para los niños la sección sabios bajitos. Andrés es el autor de sexto de
primaria más joven que ha publicado en esta revista. Perros verdes analiza la biografía
y obra de Paul Auster (poliéster) En la sección entre movimiento relacionan
cine y literatura. Platicando incluye una entrevista con Luis García Montero.
El entrevistador desaparece y deja hablar al poeta que estuvo aquí hace 3
meses. De aquí allá son visiones tradicionales. Alguien hará la crónica del
paso de Espido Freire por Logroño, yo mismo me ofrezco. La revista, con estos 23
años de vida, permite ver la luz a trabajos a los que se les cierra la puerta
en las grandes editoriales.
Espido Freire nació en el 74 en
Bilbao, se crio en Álava, en Llodio, a 20 km. No lo recorría andando entre las
nieves de un lugar al otro, sino que fue algo más pragmático y menos poético; su
educación (musical y universitaria) tuvo lugar en Bilbao. Tiene doble
nacionalidad bilbaína y alavesa que emplea de manera vil. Wikipedia no es
fiable y dice que estudió música vocal. Estudió opera y canto en realidad. Era
una niña prodigio de la música. Con 5 años empezó en el mundo de la música, con
15 pasó unas pruebas de acceso al canto y con 12 años inició estudios específicos
y a los 15 ya tenía una carrera musical que a los 19 dejó. Si fue precoz en la
literatura aún más lo fue en la música. Lo suyo fue una excepción. Con 11 años
se presentó a una prueba con sus coletas y su camisa de barbero de los años 80.
Sacó el número uno en las oposiciones. Su vocación no era musical, aunque no se
arrepiente de esta faceta de su vida. La situaba en el centro del escenario,
podía comunicarse, acceder a nuevas emociones, convertirse en un personaje como
los actores y poder tener dinero que esto para una niña era algo fascinante lo
de viajar y tener dinero pues venia de una familia obrera. Era una niña
soñadora y con aspiraciones y la música le permitía escapar de su pueblo. Pero
donde era más feliz era en un rincón en la biblioteca o en casa leyendo. Ha
sido una lectora empedernida antes que una escritora principiante. La música
hay que amarla mucho porque exige mucho y es muy celosa de otras actividades.
Por alli no iba su camino y no se encontró con la mejor gente. Dejarlo fue un disgusto
para sus padres y profesores. El padre aún le dice; donde habrías llegado tú.
Con una vocación sin amor no llegas tan lejos como haciendo lo que te gusta y
el sacrificio que ha pagado en lo musical fue muy grande.
Estudia filología inglesa en Deusto.
Quería ser escritora, pero no conocía escritores ni editoriales ni ese mundo.
Siempre ha tenido un plan B por si lo de la literatura no funcionaba, y una
opción era ser profesora de inglés. La enseñanza es la principal salida, pero
la docencia no la convencía. Desde joven ya había dado clases de música. Así
que opta por la edición de textos que le podía dar dinero. Le ha sacado mucho
jugo a su diploma como editora de textos. La dieron la oportunidad de publicar
hace ya muchos años. Tiene una escuela de escritura, pero no es un edificio o
aula fija sino un sistema pedagógico, académico en el sentido griego. Se funda
en el 86 esta escuela itinerante, de formación de profesores y alumnos en la oratoria,
creación y edición literaria. Estivo en Noruega en un máster de la universidad
internacional de Valencia.
Irlanda la
escribe hace 20 años, tenía 23 años. Es un libro más importante que otros que
son más conocidos. Es su primera apuesta literaria y todo fue muy rápido. Fue
traducido a 14 idiomas, vendido muy bien, cien mil ejemplares. Fue un fogonazo,
pero el nuevo desafío es mantenerse en el tiempo. Es la novela que lee en los institutos
y academias y cuando estuvo dando clases literarias en Noruega. es la única
novela traducida al inglés, aunque sus ensayos también los ha traducido. Fue la
escritora más joven en ganar el premio Planeta. Siempre ha sido la más joven en
todos los premios, salvo en el Azorín del año pasado. Ahora ha dejado de ser
con cada vez más frecuencia la escritora más joven. Es un dato volátil pero
bonito, una etiqueta en un país amante de los récords. Si le dieran un euro por
cada vez que le preguntan cómo le cambió su vida el planeta ahora sería rica.
·No te cambia la vida sino la dirección, no cambia las amistades ni los métodos
de trabajo, pero te llegan más ofertas laborales. Ese año siguiente al premio se
fue de España a seguir formando y creando su mitología literaria. Le dio muchas
oportunidades y visibilidad, pero podía ser el fin de su carrera literaria y
acabarla con 25 años es tan triste que solo quedaría el suicidio. Esa
expectativa de venta quizá no volvería a repetirse, pero podría superarse y
cumplir nuevas expectativas.
En la
literatura hay una parte importante de márquetin, de marca, pero hay que tener
amor al oficio. Si hubiera sido una ficción no se habría mantenido demasiado en
el tiempo. El premio supuso un cambio en su estrategia de trabajo. No contaba
con ganar un premio tan pronto. Todo lo que le trajo fue bueno. Pero también
cosas inevitables como la envidia y el ganarse enemigos, gente que le hacía
cruz de repente, o prejuicios en favor o en contra. Hay que replantearse continuamente
en que escritora te estas convirtiendo. Pero ella tenía la experiencia de la
música y fue más dulce la salida a un mundo competitivo. Jugaba con ventaja.
Luego recibido el premio Janés de viajes o el Ateneo de Sevilla.
En 2017 ha
sacado su última novela, llamadme Alejandra ¿en qué difiere esa novela de las
anteriores, de Irlanda? Es la vida de la zarina, un intento de novela histórica
que ya había hecho con la flor del norte. Irlanda es una niña de 16 años y la
zarina tiene 47. Las dos están relatadas en primera persona y voz femenina. El
17 de julio del 17 la zarina va a ser asesinada. Les dicen que bajen al sótano
para sacarlas fotos, pero no van a salir de allí. Irlanda trascurre fuera del
tiempo y el espacio. Los adolescentes desconocen el tiempo, están en un lugar
intermedio entre la infancia y el mundo adulto y su cuerpo y mente están
formándose. Los hechos históricos no existen, solo los de su familia y su vida.
La documentación sobre la zarina o su abuela la emperatriz Victoria le llevó
diez años de estudio exhaustivo. Era una voz narradora real, existió. Irlanda
es una voz libre. Una está loca y la otra cuerda. No va a decir quien de las
dos. Una se enfrenta a la enfermedad y la otra también, pero apuesta. Hacen
ambas rituales. Continua Espido con su hilo de obsesiones que no abandonas
nunca, sino que incorporas nuevas, se van añadiendo. Conforme evolucionas y
cumples años sus narradoras también cumplen años. Sus voces en primera persona
han subido de edad a medida que Espido ha ido cumpliendo años. Pero esa voz
siempre es mayor que ella. El tiempo nos roba edad, salud y seres queridos,
pero nos presta si lo hemos hecho bien mayor serenidad y sabiduría, un juicio
más reposado, una visión más auto comprensiva, en la realidad en que nos
movemos. Entender la realidad es complejo, pero no vemos esa complejidad hasta
ser adultos. Todo es simple de niño y luego se complica, pero luego vuelve a
simplificarse. La lucidez nos da la edad, también la locura y los estados
alterados de conciencia. Es complicado manifestarlo en palabras, pero para el escritor
el tiempo siempre va a favor, cuando en otras profesiones es al revés. Ha
cultivado el ensayo, la literatura juvenil, ha traducido del inglés y del
noruego (junto a la más importante traductora del noruego de clásicos
contemporáneos.)
Es bonito encontrarse con una
revista que ha cumplido 25 años. La cubierta tiene gran gama de colores. Lo
leerá mañana cuando regrese a Madrid- Analizamos la literatura en ensayos y estadísticas,
pero una revista es algo dinámico, que da pulso a la actualidad literaria y a
las aspiraciones que no tienen cabida en las editoriales. Es algo meritorio
esta revista en su número 42. Cada año se publican dos. Espido se ha presentado
a muchos premios y la mayoría los ha perdido. Hay que saber ganar y perder. El
escritor se enfrenta a muchos retos. Ella sube diariamente una frase a redes
sociales (Twitter Facebook y Instagram) sobre la escritura. Reflexiona sobre el
sentido de algo. Espido diferencia entre escribir y ser escritor. En el mundo
de la edición no solo la literatura es la prioridad sino la comunicación, el
afán de continuidad o el contar algo. Damos por supuesto que la literatura ha
de ser algo muy serio. La estructura editorial ha cambiado en la forma de difundir
las historias con rapidez, velocidad y simultaneidad.
Habla de España como termino
geográfico y de las diferentes lenguas que se hablan y en España no se lee. Un
40% no lee nunca. Y muchos solo leen una revista, un panfleto. Hemos reducido
el analfabetismo hasta prácticamente 0. Pero la mayoría de la gente no lee y no
lee porque lo asocia al estudio, la obligación o el hastío, no disfruta con
ello. Hay un 20% que lee ocasionalmente uno o dos libros al año. Se puede revertir
la cifra y hay un 40% de gente que lee. Muchos libros no son españoles y muchos
son ensayos científicos o de otro tipo. Si sigues reduciendo la cifra verás lo
difícil que es ganar dinero y publicar libro. Además, la mayor parte de los
ingresos se los queda la editorial, imprenta, el gripo editorial. La gente
compra más el pan que libros, eso es obvio. Es muy difícil vivir de la
escritura y percibir una renta de tu trabajo. Los grupos de comunicación están
detrás de las editoriales como en Planeta que es poco autónoma, aunque lo son
más Prisa o Alfaguara. Los premios son ayudas económicas, el Alfaguara o el premio
Primavera son 600 mil e. Se premia así a los jóvenes escritores prometedores, y
a las olas nuevas.
Pero en los 90 se dio la falsa
ilusión de que se podía vivir de los derechos de propiedad intelectual. La
novela es el género mejor pagado, depende del subgénero que hagas. Hay una
idealización de la literatura y nunca se habla del dinero real. ¿Cuánto gana el
escritor? No lo sabe ni el mismo. Muchos trabajan como autónomos o free lances
vinculados al mundo editorial. Y no da para mantener el ritmo de vida y pagar
impuestos. Son escritores en sus ratos libres. No dependen de la literatura
para su subsistencia, sino que tienen otro oficio, el principal, del que viven.
Cuando se jubilan o cogen la baja o toman un año de excedencia se dedican a
escribir su libro. Pedir la excedencia te permite mantener el puesto laboral y
escribir. Son formas eminentemente prácticas. Es dura la vida del escritor que
se mantiene a golpes de suerte e ilusiones certeras. No hay un tejido cultural
sólido, queda mucho por hacer. Esa idealización del escritor maldito viene del
cine y la propia literatura, como el escritor bohemio en una buhardilla de Manhattan
alcoholizándose mientras contempla Nueva York. En las biografiase se ha
idealizado la escritura modificando sus vidas. La mayoría de las entrevistas a
escritor son de personaje, no de escritor. Porque los periodistas no leen sus
libros ni se forman en la biografía del escritor ni tienen una capacidad de
mantener una conversación intelectual con él. Es el mundo de becarios que hemos
construido. La mayoría de los escritores saben hablar de su libro y sus
circunstancias, pero no de como lo han escrito o citar fuentes clásicas. ¿esto
es bueno o malo? Esto es, como decía su padre. Ella está orgullosa de su
formación académica literaria y filológica. Es necesaria una ubicación espacio
temporal en la literatura y por eso ella hizo estudios de literatura comparada
y de estudios literarios. Para ser escritor es necesaria una autoestima de
hierro y un ego volátil para no buscar el reconocimiento como una forma de
sentirnos mejor, ahorrarnos el psicoanálisis y mejorar la concepción de
nosotros mismos. Para no ser un imbécil son suerte que ha escrito un libro. Eso
no lo fomentan los medios ni los cotilleos de alta cultura. Hay un cotilleo de
baja altura también. Lo vemos en lo que está pasando en los premios nobel. La literatura
tiene que ser constructiva y tener chicha. A todos nos gusta el cotilleo, pero
en la literatura no solo puede haber cotilleo. Estamos banalizando todas las
áreas humanísticas. Eso que reprochamos a los niños lo hacemos nosotros mismos-
Por eso ella es celosa de si intimidad y de su vida privada que la diferencia a
su vida pública y a su obra. Las anécdotas de su biografía son irrelevantes. En
su página web no hay datos personales y los hay en la Wikipedia o en perfiles
equivocados por filtraciones off the record que se habrán hecho. Ella se pone de ejemplo no por vanidad. No hay
que confundir lo esencial con lo accesorio, lo que menos importa de la
literatura son sus aspectos extraliterarios, sus alrededores.
Para escribir se necesita un
talento desmesurado. Se produce una catarsis creativa y la mayoría de los escritores
no lo explican para no romper la magia, pero en realidad es porque no saben cómo
han podido escribir lo que han escrito. La banalidad es enemiga del arte. La
literatura tiende a la ontología de explicar al ser humano, su esencia y
eternidad. No es solo mirarse el ombligo y hacerse un selfin a uno mismo. Pero
esa idea idealización del escritor junto a la presión por publicar perjudican
la literatura. Muchos escritores solo se dedican a la labor de
auto promocionarse. Los escritores del siglo XIX también eran frívolos, pero no
estaban presionados por los tiempos editoriales de ahora. Las editoriales
suelen pedirte tres obras para ir publicándolas en años consecutivos. Por eso
antes de publicar es importante tener al menos tres obras. Si no publica una
novela cada dos años el editor entra en pánico, porque ha invertido en
publicidad y promoción. El autor debe hacer lo que le dé la gana. Apostar por
la comercialización tiene su recompensa y su precio. Hay que tener claro qué
tipo de escritor eres y qué obsesiones te marcan.
Ella suele leer varios periódicos
y hoy solo le ha dado tiempo a leer el país. Ha leído que en un congreso de Universia
se han reunido 700 decanos y profesionales del mundo académico para debatir la
necesidad que tiene la universidad de apostar por las humanidades y los nuevos
retos. Es irónico. A los 20 años acabó la universidad. Se planteaba entonces
que la universidad no era práctica. Los planes educativos deben tener un
interés real en mejorar las coas. Y algunos lo tienen. Pero la realidad es más
veloz que cualquier plan de estudios o de desarrollo humano. Hay un esfuerzo en
profesores y alumnos de que la universidad sea practica y eso perjudica a las
humanidades que siempre se han visto como una fábrica de parados o un conjunto
de asignaturas marías. El que vale; vale, y el que no a letras. El mayor pecado
en el capitalismo es ser un parasito social y no generar dinero. Que genere
dinero, aunque sea especulando. Dedicarse a algo sin salida daba pánico entonces
y ahora. Ella acede a la universidad en el 92 cuando se da el acceso masivo,
son los primeros jóvenes que aceden. Ella fue la tercera en su familia porque
le habían antecedido dos primas. Las universidades de Alcalá Valladolid o Salamanca
han sufrido la crisis y muchos locales se han abandonado. Se abre el debate de cómo
debe ser la universidad y donde debe ir el que quiere dedicarse a escribir. No
hay un lugar que ayude a eso, salvo los talleres literarios de cuestionable
utilidad. En EE.UU. y Reino Unido, en el mundo anglosajón conciben al escritor
como pensador, creador y generador de contenidos. Se publica y lee más. En
Francia tiene peso el intelectual. Pero en España te critican que el escritor
aparezca en los medios o anuncie perfumes. La gente critica que Espido se
vincule con marcas profesionales haciendo publicidad, pero lo hace igual que
hace televisión radio, cine, prensa o radio. No la contratan por su obra sino
por su imagen. Hay nuevas oportunidades en torno al humanista y el hombre de
letras que todavía se han de explorar sin caer en la banalización. El guionista
sale de la publicidad, el márquetin. Una salida del escritor puede ser asesor
histórico para series de televisión. Hay territorios que el escritor puede
ocupar. Puede ocupar el espacio masivo de la televisión sin ir a programas como
el gran hermano (Isabel pisano, Gustavo bueno, lucia Etxebarria) o ganar el
factor x con un poema. Es difícil dibujar la frontera entre lo literario y lo
extraliterario, lo moral y lo que no. La televisión es un lugar de
entretenimiento, no formativo, pero se pueden ofrecer contenidos de calidad. En
la televisión abierta publica es difícil que se, y aún menos en las privadas.
Pero hay canales privados que apuestan por eso, como Universia. Al dejar de
darse historia filosofía o latín en los institutos estamos reduciendo la conciencia
crítica humanística, y no somos capaces de elaborar una idea con varias frases
subordinadas o de relativos más allá del me gusta, te amo odio. Esto nos hace
malos comunicadores. Al trabajar tomamos
decisiones extremas como los médicos o cirujanos. La noticia de la universidad
y del congreso es relevante, otra cosa es que se cumpla. Lo pedimos a gritos,
pero no leemos, o vemos la dos, no leemos ni a nuestros colegios. Hay que
distinguir nuestra prisa e intereses de lo esencial.
También ha leído otra noticia de
una nueva cenicienta. Un caballero de 82 años publicó sus memorias y no vendía
nada, pero se lo regaló a un chico que le dio pena este señor. Ahora el libro
se ha hecho viral y el señor ha vendido 80 mil ejemplares en su primera
edición. Era una historia de miseria y superación. Le parece un milagro y algo
conmovedor pero ese señor de 80 que aparenta 60 años no es un escritor. El
escritor puede expresar emociones mayormente que la media. pero no hablamos de
un escritor sino de un testimonio sobre la emigración, el hambre, la dureza. El
hecho de escribir unas memorias y twittear y tener 200 mil seguidores no te
convierte en escritor. Al señor le han usado en un engranaje literaria. Quieren
convertir en estrellas de cine a los escritores. A muchos jóvenes les llama la
atención la juventud y precocidad de Espido. Habla también de las novelas de
los fosos y conocidos de la tele, tras las que hay campañas de márquetin y una
expectativa de lo que van a escribir. El tiempo juzgará estas obras. ¿Dónde
estaremos dentro de 10n años cuando cambien el canon de lo literario?
La literatura no acaba con el
lector que propaga su propia historia. no hace división entre literatura alta o
baja. Habla de criterios de calidad. Una obra adelantada a su tiempo con un nuevo
lenguaje inventado cobra sentido ahora, se revaloran obras del pasado, y otras
no pasaran a la historia. no recomienda para nada la auto publicación. También
habla de la feria del libro de Madrid que comienza dentro de unos dias, pero no
es una fiesta de los escritores sino de los editores. El hecho de publicar un
libro se desliga del escritor. El libro va por un lado y el escritor por otro. Los
derechos de autor estan mal gestionados. El beneficio de un escritor por su
libro es del 10% (8 o 5 si es de bolsillo) Los escritores son unos meros
reclamos. Algunos estan deseando firmar libros y no tienen espacio. Sin
libreros y bibliotecarios nuestra obra no tendría difusión, pero el libro puede
ser un entusiasta literario o no, o apostar por otra editorial distinta a la
que publicamos. Hay muchos motivos de queja entre los escritores, pero parece
que no podemos quejarnos porque hacemos algo privilegiado. El libro siempre ha
sido una herramienta tecnológica en nuestro mundo global. La revolución digital
es comparable a la de la imprenta que mejora la calidad, el gramaje y la
difusión. El primer problema es que el libro está condicionado por su idioma,
salvo en los libros de ilustraciones. De España a Iberoamérica hace 20 o 10
años llegaban los libros tarde y muy encarecidos. No merecía casi la pena
exportarlos. Pero ahora la logística funciona a gran velocidad. El libro
digital no ha hecho ricos a los escritores por la plaga insidiosa en España del
pirateo. En las universidades inglesas te capaban los ordenadores si eras
español. (Ella exagera muy poco, parece gracioso, pero es cierto y no dramatiza).
Al bajar contenidos ilegales para entregar trabajos todos plagiaban en la
universidad. Esa falta de seriedad se trasmite a la hora de apreciar al autor.
Se ha bajado el precio de los libros para evitar la piratería. No hay
conciencia del escritor y parece que la cultura debe ser gratis. La cultura es
algo accesorio, si se tiene bien pero no hace falta para la mayoría de las
cosas. Ahora puedes subir el e-book o publicar on line, en los blogs, autoeditarte,
pero el problema es que no hay lectores consumidores y todos queremos ser
escritores, lanzar nuestra verdad a la eternidad y nadie nos lee. Antes las
editoriales o un buen librero ayudaban, porque recomendaban esto es un buen
libro. Eso no se ha conseguido en el mundo digital- Como algo es gratuito no le
damos merito; lo hace todo el mundo, es tan barato, pero ¿Cómo distingo lo
bueno de lo malo? Es increíble la rapidez y adaptabilidad para trasmitir
conocimientos. Pero estos necesitan de una reflexión inmediata o no, aunque
sean atractivos necesitan de un pensamiento crítico. No basta el ego y el
carisma y saber contar una historia. Hay que seducir, manipular, saber vender
el coche, tener en cuenta al lector, que esa persona le lea. Hay lectores que nos
apoyan, que se ofrecen para lo que hagamos, pero no para un cuarto libro. Hay
que tomar en serio la labor del periodista y escritor. Es un patrimonio
intangible que no podemos perder. Frente a la prisa sin análisis debemos regresar
al pensamiento, al conocimiento simbólico que perdura en el tiempo y esto nos
los dan las palabras
Destacan la sencillez y no
simpleza con la que habla Espido Freire y su generosidad en la comunicación con
el otro. Espido no quiere que se hable de su vida privada, hay detalles de su biografía
que no quiere que se sepan, pero su literatura tiene el sello de su honestidad
intelectual. El compromiso y el encuentro con el otro es esencial, ver las
reacciones, si está de acuerdo o no, si pierde el interés. No quiere estafar al
lector. Hay que recuperar el respeto al lector, espectador y oyente que asiste
a cualquier acto. No usa soporte audiovisual, pues eso lo trabaja en el blog y
redes. No ha venido a contar su trabajo que hace en Instagram. No ha traído
nada escrito, pues, aunque se gana en rapidez y fluidez se pierde el contacto
visual y el poder ver la reacción de su público. Teme que su discurso no
resulte tan intelectualizado como pretendía. El artista debe ser versátil, es
su mayor virtud. Una espectadora afirma que escribe poesía porque lo necesita,
pero la poesía no la necesita a ella. Todo el mundo escribe, publica, pero no
tienen el ingenio y la inteligencia de Espido, luego me das la comisión,
bromea. Espido cree que eso son las percepciones que esa lectora ve en ella.
Parece hipócrita que el escritor diga que hay demasiados escritores, pero es
cierto. No hay un sindicato de escritores donde revindicar los derechos. No nos
formamos como escritores en ninguna universidad, con la excusa de que es un
trabajo autodidacta y solitario, pero ella revindica ser una escritora
profesional. Para escribir hay que leer, analizar, estudiar, comparar. Se apoya
en la curiosidad el trabajo de intelectual y en centrar los temas que nos
interesan. Se aprende de las criticas negativas. Si ve una crítica positiva
dice, otra más, muy bonita, pero si hay una negativa se pone muy nerviosa, ¿qué
ocurre? Le da más importancia a lo que le dicen que está mal por su inseguridad
personal, llámese educación cartesiana. Los triunfos te llenan de orgullo y satisfacción,
pero no aprendes de nada de los premios, se aprende de los premios que pierdes.
Cuando se fallaba en directo el premio Azorín en su discurso de recogida del
galardón mencionó a los que no habían ganado. Su biografía está llena de éxitos,
pero son también un romance de derrotas y trabajos de amor perdidos. El
escritor es un profesional creativo en proceso de aprendizaje destructivo,
formativo y des formativo. Le preocupa la aceptación que tienen sus novelas,
pero no por una cuestión de orgullo sino de estudio de su obra. Su virtud es
ser versátil y su defecto no cerrar los frentes y hablar por los codos. Hay que
tener intereses por el mundo real. Hacer ejercicios de humildad. Ella es una
lectora voraz, se alimenta constantemente de literatura analítica. Lee al día
un libro, independientemente del autor, la temática, o el fenómeno. Se pregunta
qué hay detrás de grandes fenómenos como la sombra del viento, crepúsculo, Arundhaty
Roth, las sombras de gray, la novela negra o Harry Potter para que gusten tanto
a la gente. Ella si tiene tiempo para leer cuando no hace promoción de su obra.
Lee unos 300 libros al año y se cura en salud al decir que la gente en España
no lee y que publicar en Madrid es llorar, como decía Larra. A veces no lee
novelones de 800 páginas, pero siempre lee. Es un hábito contante la lectura.
Es una autora mediática pero su éxito no la ha venido por casualidad. El
esfuerzo y la constancia es el único secreto. Mal no le va. Los que fomentan el
enigma en su obra, los que dicen que la hicieron por azar o a última hora
mienten. Un montaje, una farsa se puede crear, pero no se mantiene con el
tiempo, tarde o temprano se desenmascara. Debe haber otros trucos. Un alumno le
ha dicho esta mañana en la universidad que él estudia los versos clásicos heredados
de la tradición griega y del siglo de oro y analiza la obra de Góngora, y le preguntaba
si eso iba a tener mercado. Público quizá, pero mercado ninguno. A menos que se
pongan de moda las series ambientadas en el siglo de oro. Pero invita a
escribir si ese es su estilo literario, si es el objeto de tu investigación o
si te sirve de terapia como la señora que acaba de confesar que necesita
escribir. No es fácil abordar el estilo cervantino o gongorino que no es el
tuyo y menos para un autor sudamericano que no tiene el castellano como lengua
nativa, refiriéndose al alumno. Ese alumno podrá ser asesor para una serie o
profesor que enseñe textos. Hay que ser fiel a lo que uno quiere, pero tener
constancia de lo que nos vamos a encontrar. Hay que preguntarse qué tipo de
escritor queremos ser, hasta dónde podemos llegar. Lo más probable es que no
vivamos de la escritura, que el milagro no se produzca. Lo excepcional es lo
que le ha pasado a ella; que a los 23 años publica, y recibe el éxito del público
y la crítica (no siempre) y de los lectores. Valora más esta excepción al ser
de una familia humilde. Lo que ha ganado y lo que ha perdido lo ha hecho por
ella misma. Hay que ser listo, tener picardía, adelantarse unos pasos a la
gente, concluye.
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