jueves, 3 de mayo de 2018

LUISA ETXENIKE; EL CESE DE LAS ARMAS DE ETA


BIDEBARRIETA,

LUISA ETXENIKE - CÉSAR COCA - PEDRO UGARTE


Cesar Coca es escritor y periodista, luisa Etxenike y Pedro Ugarte. Van a presentar absoluta presencia, su ultima novela, dialogarán con ella y luego hablará el público. No necesita presentación. Es una de las más reconocidas autoras del país con larga trayectoria. Premio Euskadi de literatura, Buero Vallejo de teatro y caballero de la orden de las artes y las letras.  Tiene estrecha relación con la cultura francesa desde hace varios años. Ha concedido entrevistas y se ve en la contraportada. Es un libro donde hay tres historias guiadas por tres personajes. Las novelas de luisa son de pocos personajes, pero con una lente que focaliza el drama y los sentimientos de cada uno de ellos. Luis es un hombre maduro con una ordenada familia estable en Paris pero que guarda un terrible secreto. Andrés es un hombre maduro que ha conocido el exilio, proveniente de san Sebastián, que ha salido por la amenaza terrorista. Y Ada es la hija de Andrés, una conocida fotógrafa, cuya obra es parte importante en las dos primeras partes de las cuatro en que se divide la novela. Hay un análisis de la obra fotográfica de Ada a través de su mirada y de otro de los personajes. En esta trilogía vital que ha aparecido en los medios, dentro acompaña a estas tres historias y personajes una trilogía sentimental o temática. Funcionan tres conceptos emocionales muy importantes, el miedo, el dolor y el secreto. 

 
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Arranca la novela con una muestra de fotografía que tiene un peso importante en el peso de la novela y la alusión de los personajes. Hay una alusión al color azul, ley motiv de las páginas. El principio son dos miradas distintas sobre esta exposición de fotos. Los que la hemos leído con asiduidad lo sabemos, Luisa pone una lente cercana más que sobre los hechos objetivos sobre el interior de los personajes. Conocemos el trayecto de esos personajes. 

Presentar buenos libros tiene la ventaja que el trabajo te lo ha hecho el autor. Lee algunos fragmentos para suscitar el interés en el lector; “lo que sucede en esas fotos no es un juego sino todo lo contrario. Cuando se trata de la mirada la respuesta nunca es simple. La mirada no es solo física, del cuerpo, sino del alma y la conciencia. Existe otro elemento, la memoria, oculta, que se superpone a un estado de conciencia. ¿En qué frio interior se conservan los recuerdos para que puedan volver intactos sin marca alguna de podredumbre? La memoria no respeta al tempo, aporrea en la puerta del tiempo hasta que la echa afuera. La nostalgia es triste como la rabia o el rencor”. Otro elemento es el dolor. Recurre a lo mismo al analizar el dolor, repite varias veces; “el dolor debería ser generoso”. O la vuelta de este pensamiento; “el dolor no debe ser cruel”. Otro fragmento; “La intimidad si es verdadera va siempre desnuda. Siento reproches como un avispero dentro de mi cabeza. De lo que está convencido es de que no hay felicidad sin libertad, no es posible, a la inversa tal vez; se puede ser libre e infeliz, pero uno ¿es realmente libre si es infeliz?” Buena parte de absoluta presencia es un análisis minucioso de los sentimientos y los hechos históricos se meten en la novela. Eta asesinaba, pero los atardeceres aparecían en la Concha con la misma elegancia. La naturaleza tampoco se conmovía con las matanzas de eta. Tiene un trasunto en la vida personal de cada ser humano. La madurez de cada persona pasa por la aceptación de ese hecho de que el universo asiste con indiferencia fría a los hechos personales de cada uno. El miedo es lo más difícil de explicar, dice. El secreto opera como reverso de la memoria.  Pensando en los comentarios que hace de la novela ha pensado que lo contrario de la memoria no es el olvido. (Hay que contraponerlo con lo que ella diga luego). Lo contrario de la memoria es el secreto. Existe la memoria oculta, enterrada en el secreto. La temática de esta novela se podría resumir en el secreto como una verdad enterrada, un recuerdo que no aflora. No existe el olvido, es una memoria amordaza. Es un elemento de esta novela y del resto de su literatura. En el ángulo de cielo de un coche vemos un espacio a donde uno se puede acoger más allá de la violencia. Más allá del miedo. Es muy sugestivo la forma en que se aborda la memoria personal. Tiene una memoria personal, donde articulamos esa visión retrospectiva de uno mismo a través de dramas políticos, históricos o personales y familiares. Es un trabajo sugestivo de afloramiento de ese recuerdo que había permanecido en secreto. Luisa está de acuerdo y agradecida a esas palabras. 

 

Cesar Coca como es periodista viene a hacer preguntas. La mirada no es como poner los ojos los personajes. Aparecen los ojos de los protagonistas como en los periódicos donde se emborrona parte de la cara para que no sean identificados. La mirada es selectiva, no miramos a todos los lados a la vez sino a un sitio. Cuando decidimos a dónde mirar estamos construyendo nuestra visión del mundo. A veces decidimos voluntariamente mirar a un sitio y otras somos presionados por otros. No tenemos voluntad de volvernos como cuando oímos un rayo detrás y lo miramos. La mirada de los personajes de Luisa es una mirada particular, pero forma parte de las miradas colectivas. La memoria hay que desearla, quererla, dice un personaje. Esta referido a la historia terrorista de este país en que vivimos, en ese último episodio o penúltimo de su extinción. Hay que recordar, pero a veces los recuerdos son distorsionados o inventados. Los recuerdos se inventan. Nos los hemos creídos los inventos. Pero un oscuro lugar de la sique los inventa. Nos convenceremos de que lo hemos vivido así y no es real. Al hablar de la memoria y las miradas de los personajes se pone el dedo en la yaga de un hecho histórico reciente propio del lugar en que vivimos y de la modernidad en general y lo que supone. 

 

En la cuestión de mirada, la literatura es una forma de mirar. Mira asuntos muy concretos. ¿En qué diferencia esa mirada a la histórica o periodística sobre esos mismos hechos? La mirada es selectiva, elegimos, oímos un ruido y miramos. Le preocupaba más no aquello que miramos sino lo que dejamos de mirar, dónde no ponemos la mirada. Hay voluntariedad en esa mirada negada. Mucha gente ha vivido amenazada por el terrorismo y eso ha sido un desamparo. La victima ha querido ser mirada por los demás y ha desarrollado una estrategia de mirada. Ser llamativo junta la mirada con la voz, dos elementos fundamentales en lo humano. Es la mirada en el sentido de la atención frente a la indiferencia. En literatura se puede hablar de hechos reales y de realidad de forma precisa pero la literatura lo encarna, lo concierte en la experiencia de personas de carne y hueso. No hace información el escritor, sino que lo convierte en experiencia, con la ambición de que esa experiencia se vuelva conciencia. 

 
El periodismo se coloca en lugar intermedio. La historia se interesa cada vez más por lo íntimo, pero se debe a la objetividad y fidelidad a los hechos de la que la literatura prescinde. La credibilidad o verosimilitud literaria es otra. El periodismo está en lugar intermedio, a veces se acerca a los hechos a través de los testimonios o la experiencia encarnada, pero pesa más la información que la conciencia de los hechos. Está más cerca de informarnos. El buen periodismo además de informarnos nos acerca al conocimiento de las cosas. Pero la literatura va más lejos.  Va al conocimiento perfecto de la conciencia. Convierte la información en experiencia. En hechos políticos o históricos. Recurrimos a la intrahistoria unamuniana, pero es cierto. Mas que investigar los hechos históricos que hemos vivido son experiencias personales. En el tratamiento del terrorismo en la historia y periodismo hay análisis de agentes políticos, del impacto de otro tipo en lo social, pero la experiencia de nosotros como sociedad o de los que han sido victimas del terrorismo es más total. Eta ha organizado los horarios, el estar o no con los hijos, ha establecido tensiones entre las parejas, ha revolucionado la necesidad de una respuesta moral. Nos ha colocado como seres humanos en el centro de las problemáticas existenciales, que como seres humanos tenemos. La literatura no va a sustituir lo que otras disciplinas hacen mejor. Y con la imaginación. Estos personajes son ficticios. Todo es ficción, salvo alguna referencia a alguna victima que no está nombrada, (pero se distingue por la lógica, un concejal en san Sebastián, que no está nombrado, pero es un personaje histórico.) El resto es ficción, pero hay una credibilidad verosimilitud, una realidad que la literatura propone que no tiene que ver con la exactitud de los hechos sino con el conocimiento profundo de esos hechos. La literatura puede hacer eso e intenta hacer eso. La literatura tiene que intentar aquello que imagina que puede hacer. 

 
Sectores sociales políticos próximos al terrorismo o herederos de este parecen ahora más preocupados de lo que se escribe en las novelas que lo que se publica en los periódicos, lo que aparece en los artículos de opinión o en las entrevistas o conferencias. Los libros son esos pequeños artefactos destinados a mantenerse en las bibliotecas durante décadas esperando que alguien los lea alguna vez. Estos libros les preocupan mucho más. Ella piensa en ella. Es traductora al castellano de una novela. Si piensa cómo ha llegado a sentirse definitivamente involucrada, no piensa en tratados de historia o crónicas o en imágenes de archivo, aunque están ahí. Piensa en la literatura, en el cine. Primo Levi cuando sale del campo de Auschwitz trabaja literariamente en “si esto fuera un hombre”. La literatura acerca a la experiencia, la encarna, mezcla hechos con emoción, sentimientos, valores, lo vuelve humano. En el sentido más reconocible del hecho. El impacto en nosotros es enrome. Pueden esperar décadas los libros o siglos y siguen produciendo un impacto. Kafka decía que el libro debe ser hacha contra el mar de hielo de nuestro interior. Las novelas de Kafka son el símbolo contra la dictadura del absoluto y la desesperación. Un hombre que se despierta un día convertido en un escarabajo o repugnante insecto y es agredido por los suyos en el centro de su casa familiar. La literatura habla de personas como nosotros y mete en la interrogación todas las incógnitas que nos acompañan en la vida. Si venimos en tiempos prósperos esas preguntas son menos acuciantes, pero están ahí, ¿qué miramos en el otro? ¿Qué atendemos y qué dejamos de atender? Se preocupen y con razón. Y que se preocupen. Va a ser la literatura la que va a meter más cosas en circulación y de forma más intensa, porque va a recoger la experiencia y lo va a convertir en algo que no tiene que ver con la información y que tiene que ver con el conocimiento y la conciencia. 

 
Sabemos más de las novelas a través del cine. Hay una escena en la que sale él con su novia a caballo y no sabe ni de qué va. Y desde la altura está viendo cómo se llevan a los judíos brutalmente del gueto de Cracovia. Spielberg le pone como contraste un abrigo rojo a la niña, la película es en blanco y negro. El cine hace ver el rojo en ese horror. Frente a la lista de Schiller histórica está la película. Esa escena es más conmovedora porque no se inventa lo que somos los seres humanos (emoción, pensamiento, interrogación) sino que lo pone todo junto y eso es valioso, impactante y sin fecha de caducidad. El ser humano cambia en cosas, pero en otras no. Si viniera un romano una serie de cosas le pondrían loco, como tener el metro y tal, pero si le dijésemos que nos preocupa el amor, enamorarnos, o lo que nos pase a nuestros hijos nos entendería perfectamente. Son las cuestiones que preocupan al ser humano, qué pasa con la muerte, qué es el amor. Igual no podría sacar el ticket del metro, pero nos entendería. La lite no envejece, nos interroga y trata de responder a qué es el ser humano desde tiempos inmemoriales.  Es la literatura la que permanece. Las crónicas de guerra de Rudolf Hess es un libro maravilloso. La guerra de Vietnam si va a quedar sentimentalmente va a ser en libros así, no en la información del día siguiente, lo que dijo tal presidente. ¡Bendita y maldita palabra! Se saldan las cuentas históricas en el relato. Ya no nos lleva a la información. Hay una metáfora, implícito reconocimiento en la literatura y el arte donde se salda la deuda histórica. aunque se produzca antes en otros ámbitos. Nosotros hemos crecido con el horror del Vietnam a través del cine, la literatura, la fotografía… el entorno de eta está preocupado por la literatura. La batalla está en el relato

 
Está la cuestión de la forma. Los libros, las novelas, las películas son eficaces porque tienen una forma pensada para eso, para trasmitir eso. No hay descuido. Hay una calidad en el aspecto formal, la belleza de las frases, la construcción de los personajes… Eso hace que sea sugestivo e interesante. Le preocupa como ciudadana vasca es que lo propio del relato, lo sustancial, es ir más allá de la causalidad. Causa efecto. Esto sí, pero hay una causa. Eso hay que tenerlo claro. Entrar en una causalidad a veces es obsceno. Seguirá la batalla del relato, la prensa, los historiadores. Pero la literatura no entrará en la batalla del relato. Propondrá relatos completos, complejos, bien articulados, al resto del ruido o el sentido que se vaya produciendo. 


Hay una frase del nobel Llosa que habla de la verdad de las mentiras. A partir del relato, donde hay elementos de ficción, hay un escenario físico y temporal real, pero lo demás es de ficción. Lo que muestra al final es la verdad. ¿Cómo se puede obtener a partir de ideas inventadas en su cabeza, plasmadas en sus manos y ordenador, un escenario más fiel que las fotografías obtenidas en el mismo escenario?  Esos hechos no pasaron, pero son verdad. La literatura o el arte consigue eso. Pudieron pasar cosas parecidas pero esos personajes y encuentros no existen y sin embargo no mienten. Recogen algo que existía y pasaba. El hecho de su no existencia les preserva de objeciones en torno a la realidad; Yo lo conocí, no fue exactamente así… es la selectividad y selección de la memoria. No están en la memoria de nadie porque no existen. Tienen su propia vida que se rechaza o acoge, pero que no se cuartea porque no pertenece a ninguna memoria real personal. Al final leerá un fragmento de la novela. Los lectores eligen lo que les parece más interesante. Está el miedo, el dolor, los sentimientos, pero son dos o tres historias de amor. Hay sentimientos negativos, pero también sus contrarios. En los momentos más duros se ve al ser al ser humano sobreponerse a ello. Es anti fatalista. Le repugna la idea de que algo nos condicione del todo. El escritor Ezra Pound decía que la escritura es el arte de la réplica. El ser humano es el arte de la réplica. En ese horror hay amor, alegría, esperanza, valentía, la cobardía… los personajes distintos están en circunstancias distintas. En los momentos más terribles y difíciles se puede convivir con una cosa y con la contraria también. 

 
Había muerto alguien hace unas horas y había un esplendoroso amanecer en la Concha. El día de nuestra muerte el mundo va a seguir igual, lloverá unos días, hará calor otros, caerá la nieve. eso nos cuesta aceptarlo. Eso pasa siendo una muerte natural o violenta. Es igual de esplendoroso el día en que no ha muerto nadie o en que dos personas fallecen con un tiro en la nuca. ¡Y menos mal!, sería nuestra reflexión. Dostoievski decía que la belleza nos salvará. 

Para ella fue un motor importante en la construcción del libro. Por algo que hemos sabido por la prensa, por el recuento de las víctimas, dónde más ha asesinado eta es en la concha, en la ciudad mas bonita de Euskadi. La mirada nos salva. El atardecer es maravilloso a pesar de lo que haya pasado o como nos sintamos. Es un consuelo, un refugio. Pero esta es una novela dialéctica, o de contrastes o ambivalencias. Puede ser un refugio, pero también una escapatoria. San Sebastián lo ha sido. Es una ciudad hermosa, con gran calidad de vida, con qué seducción y facilidad entramos en lo que es hermoso, en la fiesta, la gastronomía, la playa. El personaje se interroga sobre qué nos ha impedido o permitido ver ese refugio de la belleza o la calidad de vida. Lo decía en una entrevista en la prensa; llegó a no ir a ciertos lugares pues los cruzabas en barco, el atardecer era esplendido, ibas a u sitio de comer esplendido. Pero para llegar al lugar tenías que pasar por una calle llena de amenazas cumplidas, un horror para la gente que lo vivía y victimas sin cuento. En un lado está la belleza y el placer, ¿y en medio qué? Esos interrogantes le han hecho escribir este libro. ¿Qué pasa con eso?  La literatura debe plantearse esas preguntas que alguien ya se las habrá planteado. Cada uno tiene su mirada. Es una polifonía de los ojos. Se acaba haciendo un mosaico que te da todo o mucho de lo que hay

 
Hay reflexiones terribles en el libro. Las palabras de los personajes no son la del autor, pero aluden a la memoria colectiva de mucha gente. Andrés, el personaje que salió exiliado del terrorismo, decía; “habrá gente en Euskadi que se preocupen de la memoria, para que los que vengan después no se confunda y pongan a cada uno en su sitio. Tiene que haber gente alli que se ocupe de eso y si no peor para ellos. No es cosa nuestra. Nosotros hemos hecho otra vida”. Esa cita le permite volver a algo que ha dicho Pedro. Lo contrario de la memoria no es el olvido sino el secreto. No hay nada que no se haya contado. Pero es una novela de intentos, el intento de alguien para ser feliz incluso cuando no se puede. Trata de recuperar la alegría de la vida, esa cosa que es triste, sin nostalgia. El personaje lo dice en la novela. Vale para otros debates. Entre el olvido y el secreto hay otra cosa que se puede intentar; volvernos extranjeros de nuestro pasado, no exiliados sino extranjeros. Ese pasado no es el nuestro o una parte de ese pasado no es nuestra. La extranjería no es una ignorancia, es una distancia. Ellos colocan distancia. Exiliamos la memoria para no ser nosotros unos exiliados. 

Se sale un poco del libro y habla como ciudadana porque está escribiendo un libro de eso que le parece importante. Echa de menos cuando hablan de los refugiados y exiliados un lado positivo. Es negativo, pero ¿por qué no albergar que sea una experiencia liberadora de una nueva vida, una experiencia liberadora? Una protagonista de su segundo libro va a estar en eso también. Es un libro que interroga y no simpatiza con la nostalgia, como ella misma no simpatiza con ella. La historia de la humanidad habría sido distinta si a Ulises no se le ocurriera volver, “yo a Ítaca ni loco, como mucho reagrupamiento familiar, que venga Penélope y Telémaco”. El imaginario de la humanidad habría sido diferente. Pero no, hay que volver. Volver al pasado, a la infancia, a la naturaleza, al útero materno, al paraíso… Ha creído en la humanidad que hay que volver a las esencias, a los absolutos y rechazar las apariencias. Ella propone lo contrario a la nostalgia. La vida ha de hacerse para adelante. La nostalgia es estar con el cuello torcido mirando para atrás y eso es incómodo. Entre el olvido y el secreto esta esa idea de extranjería, que identifica con la libertad, la elección de nuestra propia vida. Le parece triste que a la gente emigrada y refugiada les representemos como alguien que está dónde no quieren estar o que están obligadamente. Igual políticamente es una forma de xenofobia que estén, pero que quieran marcharse y si lo quieren quizá algún día se irán. Quizá la gente no añora nada, no les apetece volver, no les gustaba nada donde vivían. Es el no echar de menos. 

 
Tiene la sensación de lo que ha pasado en este país cuando nos alejamos del núcleo más dramático se hace más escandalosos y debería pasar al revés. Su conciencia ha estado más adormecida de lo que se debiera. Mientras eta ha seguido matando y amenazando estábamos con una cazuela con la tapa puesta. Es como un perfil bajo íntimo. Faltaba distancia. Era estar demasiado cerca y con encogimiento de todo, porque además las preguntas de la prensa eran las preguntas acuciantes de la actualidad, de las noticias que aquello generaba. Hace falta tiempo y espacio para que no haya noticias y empiecen las preguntas morales. Y ¿qué hicimos?, ¿cómo era posible que pasara esto?, ¿por qué paso esto?, ¿fue suficiente lo que hice?, ¿no me faltó ese día el gesto?, ¿no podría haber hecho algo más?, ¿no he sido a lo mejor demasiado pasivo frente a determinadas cosas…? ¿por qué hemos admitido ir a votar delante de carteles arrancados o políticos apuntados con una diana en la frente? ¿por qué no hemos dicho no se vota hasta que esto se limpie? ¿Por qué hemos aguantado fiestas que para tener la fiesta en paz admitimos los mensajes de los violentos? Dejó de ir a la plaza de la Constitución por razones de mucha gente. Era como por la paz, rezar un ave María por la paz, pero esas aves marías han sido al final errores. Piensas que es mejor porque el impacto es menor si no la montas. Había liderazgos tibios. Ahora estamos en el momento del análisis y el acercamiento de todo esto. Ahora estamos en la cazuela todavía, pero con la tapa abierta y ahora se va a ver mucho pil pil, (para que veamos que es una donostiarra asimilada a Bilbao.) 

¿En este libro hace alusión a la violencia del Gal o las del estado? La novela no habla del terrorismo de estado ni de las torturas. Es la experiencia de un personaje víctima de una violencia concreta. Es abogado de san Sebastián, con una ideología concreta y recibe amenazas de eta. La novela no pretendía ser un fresco de la experiencia política personal y social del país vasco. Ha elegido ese protagonista con esa problemática. Pero es importante decirle que no importa cuántos ejemplos de violencia inaceptables e infamias se sumen. Lo importante es poner en evidencia la infamia, lo que es inaceptable a términos morales. Lo que este hombre ha reclamado de respeto, de amparo de los demás vale para cualquiera que haya sido violentado en su más elemental derecho fundamental; a la vida. 

 
No es una novela del pasado sino del presente- presente. En el trascurrir de la novela habla de otras problemáticas sociales tremendas también. Es una novela sobre el desamparo, lo que no hemos querido amparar. Hay injusticias de mucho calado. La novela las aborda. Lo que sí ha recogido es el pasado. Sale una hija con una padre víctima. Es lo que no debemos aceptar, lo indefendible y lo que debemos amparar. La memoria del pasado está para aprender del futuro. Ya lo decía Cernuda en un verso hermoso, En 1936, está en Nueva York y en una conferencia que da se le acerca un veterano de la brigada Lincoln que había luchado en España en la guerra civil y se lamenta del abandono de aquella causa por la que lucharon. Cernuda dice; 2no hay que preocuparse si son muchos o pocos. Uno solo basta como testimonio irrefutable de toda la injusticia”. Un hecho inflamante habla de todos los hechos inflamantes para la sociedad, algo que como demócratas no podemos aceptar ni entonces ni ahora. Hay una colección de infamias ahora personales, sociales, violencia contra las mujeres…. Por eso la literatura puede viajar en el tiempo y el espacio. Un reflejo de nuestra realidad habla de nuestra realidad o de otras. 
  
¿La mayor parte de sus novelas buscan la mirada de tres personajes? ¡qué pregunta! Casi siempre más de uno. En efectos secundarios había dos, había una triangulación que tenia que ver con la intriga amorosa, pero con expresión eran dos. En los peces negros dos también. En el detective de sonidos son tres, pero en realidad es uno que recoge todo. Aquí son tres narradores en primera persona. Uno de ellos es un narrador omnisciente selectivo. En tercera persona, pero mirado desde los ojos de él porque está en un proceso de conocimiento. Alguien que no se conoce no va a hablar de todo lo que es. Por eso necesitaba un narrador un poco más así. Habla en tercera persona, pero con bastante cercanía. Era tres, son dos ciudades y también generaciones. Lasa es un hombre maduro. Luc es un hombre intermedio. Y Ada es joven. Es una novela de trasmisión, ¿qué vamos a contar a las otras generaciones de nosotros mismos? Freud decía que toda novela es una novela familiar que inventamos. ¿Cómo la trasmitimos a las siguientes generaciones? Necesitaba esa pluralidad de narradores y personajes

  La literatura, a pesar de la invención, refleja la vedad. Una espectadora no está de acuerdo; refleja la verdad de Luisa que se coteja con la verdad de otras personas. Nunca será la verdad, ni de Luisa ni de ningún otro autor. Pone un ejemplo de que no es la verdad sino su verdad. Cuando define Donostia como la ciudad mas bella. O la visión de los emigrados que es la tragedia más grande que hay en el mundo. Es su verdad, no la verdad. Lo de que es una ciudad bella no es una percepción subjetiva, sino que eso es lo que hemos oído muchas veces. En la cronología de la novela de esos personajes que hablan de ello, aunque no aparecen las fechas en la novela, ella sabe por su cronología interna que ellos se conocen en el verano del 89. Y se van a París en la primavera del 96 tras el asesinato de Fernando Múgica. En ese periodo de tiempo eta asesinó en san Sebastián a 26 personas. Mientras eso pasaba oíamos “esta es la ciudad más bonita de España, como aquí no se come en ningún sitio… “ Se refiere a eso, no a una percepción subjetiva, cada uno pensará que su ciudad es la más bonita. Se refiere a la publicidad, a la promoción turística objetiva, a la percepción de una ciudad con calidad. Ha dicho que una cosa puede ser ficticia, pero puede ser verdad. Sobre algo no hay una única verdad. Como sociedades debemos hablar desde la sincieridad. Si uno no miente es sincero, aunque se equivoque. Los datos se vuelven verdaderos por eso, pero no es una lectura verdadera de las cosas. Dice con sinceridad que los personajes no expresan sus opiniones. A veces esas opiniones se aparecen a las suyas o están en desacuerdo con ellas. No crea a un portavoz sino a un personaje. Muchas veces trasmiten las interrogaciones, cosas a las que aun no ha llegado, que están en proceso. Escribimos para seguir explorando fuera y a nosotros mismos, a dónde queremos llegar dentro de nosotros mismos. Ella no se permitirá decir que la emigración no es un hecho terrible. Pero echa de menos que en el debate de los refugiados no entre la posibilidad de que para algunas personas sea una experiencia, incluso gozosa. En eso tampoco hay una verdad, sino varias posibilidades. Manuela se llama la protagonista de su nueva novela. Se llamará “cruzar el agua” el libro. Va a tener una relación diferente. Para que la experiencia de muchos no se convierta en una categoría de experiencia, para que no se extienda la idea de que sabemos la verdad sobre las cosas. 
  
Normalmente los personajes se quedan desnudos en los relatos. No se usa la palabra compasión en los discursos. Se va a explicaciones racionales, sociales etc. Pero en otros foros que analizan la situación del país parece que esa palabra puede tener connotaciones poco serias, serían blandas melifluas. Decantando todos los valores habría otros más importantes que ella ha señalado como la verdad, la valentía, la sinceridad... Vistas las situaciones que se plantean y en personas fundamentalmente adultas llega un momento en que todo desaparece y uno al otro y al revés se preguntan si les queda un mínimo de compasión. Han salido los 300 muertos no resueltos en la cronología de asesinatos de ETA. Al final la cifra de muertos se convierte en un discurso. Al final es el hombre contra el hombre, mujeres, niños, los refugiados… ¿estaremos ante el ultimo valor?, ¿Nos falta la compasión ya o qué pasa aquí? Es una novela sobre una declinación particular de la compasión. Es un término que ella partiría en dos; la empatía y la conmoción, aquello que nos conmueve, nos mueve con. “Estaba buscando mientras te escuchaba atentamente alguna cita para esto”, asegura Luisa. Es fundamentalmente una novela sobre el acercamiento al otro. que se produce en la calle, cuando no sabes quién es el otro. Alguien se cae, corres. Hay un herido y corres y no le preguntas cuál es su afiliación política. Toda la experiencia de Andrés Lasa en San Sebastián tiene que ver con la empatía. ¿Nos podemos poner en el lugar del otro? esa es la pregunta. Se lo formula de forma distinta. ¿Me puedo poner en otro lugar de mi mismo? Eso es a conmoción y compasión. Es la pasión compartida, estar en cercanía. Ella tiene una estrategia en la exposición de fotografías que representan a unas personas que estan en una situación compleja. Lee un fragmento; si no se les reconoce, si no se sabe quienes son concretamente su sufrimiento se vuelve el de todos, el de cualquier ser humano (aunque lo humaniza que sea una persona concreta) Si lee eso hace un spoiler. Esa es una interrogación fundamental. Ese ayudar sin preguntar. Si preguntas igual no ayudas. De lo que no hablamos es el humanismo fundamental, lo que nos hace humanos, que va más lejos de lo que nos mueva cualquier operativo de ideología. Albert Camus es uno de sus maestros de pensamiento, y tiene una novela que no llegó a terminar porque murió antes; el primer hombre. A través de sus diarios, agendas, carnes hicieron una edición magnífica. Dijo una frase que fue para ella como los mandamientos, (cada uno tiene sus propios mandamientos). Es un mandamiento que dirige su vida y que debería dirigir a las sociedades, a pesar de sus ideas de economía. Está en Argelia el padre de protagonista tras la guerra de independencia. El padre del protagonista es francés y otro francés está pegando a un árabe empleado suyo. Le trata con una brutalidad asombrosa. Y le dice el amigo; un hombre debe evitar ciertas cosas. O dicho literalmente en francés; Un hombre se impide. Esa es la condición humana. 

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¿Nos puede comentar algo de Adela, de la madre y su reiterativo “no lo hagas”? Es un personaje enigmático que va a ser leído de un modo más libre. Es un personaje que no está implicado en la trama narrativa, en ninguna de las tres historias. Es una presencia como un símbolo. No tiene valor, como el árbol de esperando a Godot, no tiene participación en la trama. No tiene que mover o trasformar su presencia, pero está ahí. En la medida en que no se mueve, su participación es idéntica al comienzo y final. Pero tiene el valor de lo simbólico, el valor de aquello que no podemos hacer desaparecer. Los tipógrafos japoneses ponían a conciencia una errata en los libros para recordar que la perfección no existe. Adela seria la errata puesta a propósito para que ciertas cosas no estén resueltas, para que no podemos dejar de olvidar que la novela no acaba y tiene imperfecciones. Ella es la absoluta presencia de esta novela que se llama absoluta presencia. Es aquello que está, pero no queremos. Hacemos estrategias en la vida para que no estén, pero están. Es una presencia, no estorba, no tiene participación narrativa y está en un no lugar narrativo. Va a hacer con un artista de san Sebastián una poética, una composición sin miedo a que sea muy técnico. Es un personaje que tiene muy pensado y su posición y espacio la tiene muy pensada. En la medida en que es algo simbólico se le darán muchas lecturas. Es consciente de eso y no va a interferir en ninguna de esas lecturas. Las hará el lector, pero no se quedará saciado con eso. No lo resolverá. Sus alumnos creen en los procesos creativos si puede ser de horas. Vamos a echar unos días a estos. Ha tardado ella 4 o 5 años en escribirlo. Eso es lo fascinante, saber por qué has puesto cada cosa y cómo se articula en cada libro cada puntada que ha dado. 
  
En la novela también hay cosas sobre el amor. Lee un fragmento para terminar; “A tu madre le gusta decir que el día que nos conocíamos llevaba gabardina colgada de la espalda y unos zapatos. Yo creo que exagera, sería una chaqueta. De los zapatos no digo nada. Es verdad que era pleno verano, pero a mí en la ropa no se me notaba. No hay que exagerar. Estaba de pie en la arena apoyado en uno de esos toldos, venia por el paseo de la playa y me fijé en ella enseguida de lejos, luego me fui acercando. Estuve un rato mirándola desde la barandilla. Nos conocimos así. Yo llegaba tardísimo a una reunión política. Mis compañeros me preguntaban ¿Qué te ha pasado Andrés que traes esa cara? Yo les dije que nada, porque entre hombres no se dice que te ha pasado todo, que has visto a una mujer en un toldo de la playa, que le ha hecho gracias tu insistencia al mirarla y que has quedado en volver a verla otro día. Que te has vuelto un Romeo, vamos. Entre hombres no se dice eso. Si no se entiende eso no se entiende nada”. Luego Luisa firma libros. 

  

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