BIDEBARRIETA,
LUISA ETXENIKE - CÉSAR COCA - PEDRO UGARTE
Cesar Coca es escritor y periodista, luisa Etxenike y Pedro Ugarte. Van a
presentar absoluta presencia, su ultima novela, dialogarán con ella y luego
hablará el público. No necesita presentación. Es una de las más reconocidas
autoras del país con larga trayectoria. Premio Euskadi de literatura, Buero
Vallejo de teatro y caballero de la orden de las artes y las letras. Tiene estrecha relación con la cultura
francesa desde hace varios años. Ha concedido entrevistas y se ve en la
contraportada. Es un libro donde hay tres historias guiadas por tres
personajes. Las novelas de luisa son de pocos personajes, pero con una lente
que focaliza el drama y los sentimientos de cada uno de ellos. Luis es un
hombre maduro con una ordenada familia estable en Paris pero que guarda un
terrible secreto. Andrés es un hombre maduro que ha conocido el exilio,
proveniente de san Sebastián, que ha salido por la amenaza terrorista. Y Ada es
la hija de Andrés, una conocida fotógrafa, cuya obra es parte importante en las
dos primeras partes de las cuatro en que se divide la novela. Hay un análisis
de la obra fotográfica de Ada a través de su mirada y de otro de los
personajes. En esta trilogía vital que ha aparecido en los medios, dentro acompaña
a estas tres historias y personajes una trilogía sentimental o temática.
Funcionan tres conceptos emocionales muy importantes, el miedo, el dolor y el
secreto.
Arranca la novela con una muestra
de fotografía que tiene un peso importante en el peso de la novela y la alusión
de los personajes. Hay una alusión al color azul, ley motiv de las páginas. El
principio son dos miradas distintas sobre esta exposición de fotos. Los que la
hemos leído con asiduidad lo sabemos, Luisa pone una lente cercana más que
sobre los hechos objetivos sobre el interior de los personajes. Conocemos el
trayecto de esos personajes.
Presentar buenos libros tiene la
ventaja que el trabajo te lo ha hecho el autor. Lee algunos fragmentos para
suscitar el interés en el lector; “lo que sucede en esas fotos no es un juego
sino todo lo contrario. Cuando se trata de la mirada la respuesta nunca es
simple. La mirada no es solo física, del cuerpo, sino del alma y la conciencia.
Existe otro elemento, la memoria, oculta, que se superpone a un estado de
conciencia. ¿En qué frio interior se conservan los recuerdos para que puedan
volver intactos sin marca alguna de podredumbre? La memoria no respeta al
tempo, aporrea en la puerta del tiempo hasta que la echa afuera. La nostalgia
es triste como la rabia o el rencor”. Otro elemento es el dolor. Recurre a lo
mismo al analizar el dolor, repite varias veces; “el dolor debería ser generoso”.
O la vuelta de este pensamiento; “el dolor no debe ser cruel”. Otro fragmento;
“La intimidad si es verdadera va siempre desnuda. Siento reproches como un avispero
dentro de mi cabeza. De lo que está convencido es de que no hay felicidad sin
libertad, no es posible, a la inversa tal vez; se puede ser libre e infeliz,
pero uno ¿es realmente libre si es infeliz?” Buena parte de absoluta presencia
es un análisis minucioso de los sentimientos y los hechos históricos se meten en
la novela. Eta asesinaba, pero los atardeceres aparecían en la Concha con la
misma elegancia. La naturaleza tampoco se conmovía con las matanzas de eta.
Tiene un trasunto en la vida personal de cada ser humano. La madurez de cada
persona pasa por la aceptación de ese hecho de que el universo asiste con
indiferencia fría a los hechos personales de cada uno. El miedo es lo más
difícil de explicar, dice. El secreto opera como reverso de la memoria. Pensando en los comentarios que hace de la
novela ha pensado que lo contrario de la memoria no es el olvido. (Hay que
contraponerlo con lo que ella diga luego). Lo contrario de la memoria es el
secreto. Existe la memoria oculta, enterrada en el secreto. La temática de esta
novela se podría resumir en el secreto como una verdad enterrada, un recuerdo
que no aflora. No existe el olvido, es una memoria amordaza. Es un elemento de
esta novela y del resto de su literatura. En el ángulo de cielo de un coche vemos
un espacio a donde uno se puede acoger más allá de la violencia. Más allá del
miedo. Es muy sugestivo la forma en que se aborda la memoria personal. Tiene
una memoria personal, donde articulamos esa visión retrospectiva de uno mismo a
través de dramas políticos, históricos o personales y familiares. Es un trabajo
sugestivo de afloramiento de ese recuerdo que había permanecido en secreto.
Luisa está de acuerdo y agradecida a esas palabras.
Cesar Coca como es periodista
viene a hacer preguntas. La mirada no es como poner los ojos los personajes. Aparecen
los ojos de los protagonistas como en los periódicos donde se emborrona parte
de la cara para que no sean identificados. La mirada es selectiva, no miramos a
todos los lados a la vez sino a un sitio. Cuando decidimos a dónde mirar
estamos construyendo nuestra visión del mundo. A veces decidimos
voluntariamente mirar a un sitio y otras somos presionados por otros. No
tenemos voluntad de volvernos como cuando oímos un rayo detrás y lo miramos. La
mirada de los personajes de Luisa es una mirada particular, pero forma parte de
las miradas colectivas. La memoria hay que desearla, quererla, dice un
personaje. Esta referido a la historia terrorista de este país en que vivimos,
en ese último episodio o penúltimo de su extinción. Hay que recordar, pero a
veces los recuerdos son distorsionados o inventados. Los recuerdos se inventan.
Nos los hemos creídos los inventos. Pero un oscuro lugar de la sique los inventa.
Nos convenceremos de que lo hemos vivido así y no es real. Al hablar de la
memoria y las miradas de los personajes se pone el dedo en la yaga de un hecho histórico
reciente propio del lugar en que vivimos y de la modernidad en general y lo que
supone.
En la cuestión de mirada, la
literatura es una forma de mirar. Mira asuntos muy concretos. ¿En qué
diferencia esa mirada a la histórica o periodística sobre esos mismos hechos? La
mirada es selectiva, elegimos, oímos un ruido y miramos. Le preocupaba más no
aquello que miramos sino lo que dejamos de mirar, dónde no ponemos la mirada.
Hay voluntariedad en esa mirada negada. Mucha gente ha vivido amenazada por el
terrorismo y eso ha sido un desamparo. La victima ha querido ser mirada por los
demás y ha desarrollado una estrategia de mirada. Ser llamativo junta la mirada
con la voz, dos elementos fundamentales en lo humano. Es la mirada en el
sentido de la atención frente a la indiferencia. En literatura se puede hablar
de hechos reales y de realidad de forma precisa pero la literatura lo encarna,
lo concierte en la experiencia de personas de carne y hueso. No hace
información el escritor, sino que lo convierte en experiencia, con la ambición
de que esa experiencia se vuelva conciencia.
El periodismo se coloca en lugar
intermedio. La historia se interesa cada vez más por lo íntimo, pero se debe a
la objetividad y fidelidad a los hechos de la que la literatura prescinde. La
credibilidad o verosimilitud literaria es otra. El periodismo está en lugar
intermedio, a veces se acerca a los hechos a través de los testimonios o la
experiencia encarnada, pero pesa más la información que la conciencia de los
hechos. Está más cerca de informarnos. El buen periodismo además de informarnos
nos acerca al conocimiento de las cosas. Pero la literatura va más lejos. Va al conocimiento perfecto de la conciencia.
Convierte la información en experiencia. En hechos políticos o históricos.
Recurrimos a la intrahistoria unamuniana, pero es cierto. Mas que investigar
los hechos históricos que hemos vivido son experiencias personales. En el
tratamiento del terrorismo en la historia y periodismo hay análisis de agentes
políticos, del impacto de otro tipo en lo social, pero la experiencia de
nosotros como sociedad o de los que han sido victimas del terrorismo es más
total. Eta ha organizado los horarios, el estar o no con los hijos, ha
establecido tensiones entre las parejas, ha revolucionado la necesidad de una
respuesta moral. Nos ha colocado como seres humanos en el centro de las
problemáticas existenciales, que como seres humanos tenemos. La literatura no
va a sustituir lo que otras disciplinas hacen mejor. Y con la imaginación.
Estos personajes son ficticios. Todo es ficción, salvo alguna referencia a alguna
victima que no está nombrada, (pero se distingue por la lógica, un concejal en
san Sebastián, que no está nombrado, pero es un personaje histórico.) El resto
es ficción, pero hay una credibilidad verosimilitud, una realidad que la
literatura propone que no tiene que ver con la exactitud de los hechos sino con
el conocimiento profundo de esos hechos. La literatura puede hacer eso e
intenta hacer eso. La literatura tiene que intentar aquello que imagina que
puede hacer.
Sectores sociales políticos
próximos al terrorismo o herederos de este parecen ahora más preocupados de lo
que se escribe en las novelas que lo que se publica en los periódicos, lo que
aparece en los artículos de opinión o en las entrevistas o conferencias. Los
libros son esos pequeños artefactos destinados a mantenerse en las bibliotecas
durante décadas esperando que alguien los lea alguna vez. Estos libros les
preocupan mucho más. Ella piensa en ella. Es traductora al castellano de una
novela. Si piensa cómo ha llegado a sentirse definitivamente involucrada, no
piensa en tratados de historia o crónicas o en imágenes de archivo, aunque
están ahí. Piensa en la literatura, en el cine. Primo Levi cuando sale del
campo de Auschwitz trabaja literariamente en “si esto fuera un hombre”. La
literatura acerca a la experiencia, la encarna, mezcla hechos con emoción,
sentimientos, valores, lo vuelve humano. En el sentido más reconocible del
hecho. El impacto en nosotros es enrome. Pueden esperar décadas los libros o
siglos y siguen produciendo un impacto. Kafka decía que el libro debe ser hacha
contra el mar de hielo de nuestro interior. Las novelas de Kafka son el símbolo
contra la dictadura del absoluto y la desesperación. Un hombre que se despierta
un día convertido en un escarabajo o repugnante insecto y es agredido por los
suyos en el centro de su casa familiar. La literatura habla de personas como
nosotros y mete en la interrogación todas las incógnitas que nos acompañan en
la vida. Si venimos en tiempos prósperos esas preguntas son menos acuciantes,
pero están ahí, ¿qué miramos en el otro? ¿Qué atendemos y qué dejamos de
atender? Se preocupen y con razón. Y que se preocupen. Va a ser la literatura
la que va a meter más cosas en circulación y de forma más intensa, porque va a
recoger la experiencia y lo va a convertir en algo que no tiene que ver con la
información y que tiene que ver con el conocimiento y la conciencia.
Sabemos más de las novelas a
través del cine. Hay una escena en la que sale él con su novia a caballo y no
sabe ni de qué va. Y desde la altura está viendo cómo se llevan a los judíos
brutalmente del gueto de Cracovia. Spielberg le pone como contraste un abrigo
rojo a la niña, la película es en blanco y negro. El cine hace ver el rojo en
ese horror. Frente a la lista de Schiller histórica está la película. Esa escena
es más conmovedora porque no se inventa lo que somos los seres humanos
(emoción, pensamiento, interrogación) sino que lo pone todo junto y eso es
valioso, impactante y sin fecha de caducidad. El ser humano cambia en cosas,
pero en otras no. Si viniera un romano una serie de cosas le pondrían loco, como
tener el metro y tal, pero si le dijésemos que nos preocupa el amor,
enamorarnos, o lo que nos pase a nuestros hijos nos entendería perfectamente.
Son las cuestiones que preocupan al ser humano, qué pasa con la muerte, qué es
el amor. Igual no podría sacar el ticket del metro, pero nos entendería. La
lite no envejece, nos interroga y trata de responder a qué es el ser humano
desde tiempos inmemoriales. Es la
literatura la que permanece. Las crónicas de guerra de Rudolf Hess es un libro
maravilloso. La guerra de Vietnam si va a quedar sentimentalmente va a ser en
libros así, no en la información del día siguiente, lo que dijo tal presidente.
¡Bendita y maldita palabra! Se saldan las cuentas históricas en el relato. Ya
no nos lleva a la información. Hay una metáfora, implícito reconocimiento en la
literatura y el arte donde se salda la deuda histórica. aunque se produzca
antes en otros ámbitos. Nosotros hemos crecido con el horror del Vietnam a
través del cine, la literatura, la fotografía… el entorno de eta está
preocupado por la literatura. La batalla está en el relato
Está la cuestión de la forma. Los
libros, las novelas, las películas son eficaces porque tienen una forma pensada
para eso, para trasmitir eso. No hay descuido. Hay una calidad en el aspecto formal,
la belleza de las frases, la construcción de los personajes… Eso hace que sea
sugestivo e interesante. Le preocupa como ciudadana vasca es que lo propio del
relato, lo sustancial, es ir más allá de la causalidad. Causa efecto. Esto sí,
pero hay una causa. Eso hay que tenerlo claro. Entrar en una causalidad a veces
es obsceno. Seguirá la batalla del relato, la prensa, los historiadores. Pero
la literatura no entrará en la batalla del relato. Propondrá relatos completos,
complejos, bien articulados, al resto del ruido o el sentido que se vaya produciendo.
Hay una frase del nobel Llosa que
habla de la verdad de las mentiras. A partir del relato, donde hay elementos de
ficción, hay un escenario físico y temporal real, pero lo demás es de ficción.
Lo que muestra al final es la verdad. ¿Cómo se puede obtener a partir de ideas inventadas
en su cabeza, plasmadas en sus manos y ordenador, un escenario más fiel que las
fotografías obtenidas en el mismo escenario?
Esos hechos no pasaron, pero son verdad. La literatura o el arte
consigue eso. Pudieron pasar cosas parecidas pero esos personajes y encuentros
no existen y sin embargo no mienten. Recogen algo que existía y pasaba. El
hecho de su no existencia les preserva de objeciones en torno a la realidad; Yo
lo conocí, no fue exactamente así… es la selectividad y selección de la
memoria. No están en la memoria de nadie porque no existen. Tienen su propia
vida que se rechaza o acoge, pero que no se cuartea porque no pertenece a
ninguna memoria real personal. Al final leerá un fragmento de la novela. Los
lectores eligen lo que les parece más interesante. Está el miedo, el dolor, los
sentimientos, pero son dos o tres historias de amor. Hay sentimientos
negativos, pero también sus contrarios. En los momentos más duros se ve al ser
al ser humano sobreponerse a ello. Es anti fatalista. Le repugna la idea de que
algo nos condicione del todo. El escritor Ezra Pound decía que la escritura es
el arte de la réplica. El ser humano es el arte de la réplica. En ese horror
hay amor, alegría, esperanza, valentía, la cobardía… los personajes distintos
están en circunstancias distintas. En los momentos más terribles y difíciles se
puede convivir con una cosa y con la contraria también.
Había muerto alguien hace unas
horas y había un esplendoroso amanecer en la Concha. El día de nuestra muerte
el mundo va a seguir igual, lloverá unos días, hará calor otros, caerá la
nieve. eso nos cuesta aceptarlo. Eso pasa siendo una muerte natural o violenta.
Es igual de esplendoroso el día en que no ha muerto nadie o en que dos personas
fallecen con un tiro en la nuca. ¡Y menos mal!, sería nuestra reflexión. Dostoievski
decía que la belleza nos salvará.
Para ella fue un motor importante
en la construcción del libro. Por algo que hemos sabido por la prensa, por el
recuento de las víctimas, dónde más ha asesinado eta es en la concha, en la
ciudad mas bonita de Euskadi. La mirada nos salva. El atardecer es maravilloso
a pesar de lo que haya pasado o como nos sintamos. Es un consuelo, un refugio.
Pero esta es una novela dialéctica, o de contrastes o ambivalencias. Puede ser
un refugio, pero también una escapatoria. San Sebastián lo ha sido. Es una
ciudad hermosa, con gran calidad de vida, con qué seducción y facilidad
entramos en lo que es hermoso, en la fiesta, la gastronomía, la playa. El
personaje se interroga sobre qué nos ha impedido o permitido ver ese refugio de
la belleza o la calidad de vida. Lo decía en una entrevista en la prensa; llegó
a no ir a ciertos lugares pues los cruzabas en barco, el atardecer era
esplendido, ibas a u sitio de comer esplendido. Pero para llegar al lugar
tenías que pasar por una calle llena de amenazas cumplidas, un horror para la gente
que lo vivía y victimas sin cuento. En un lado está la belleza y el placer, ¿y
en medio qué? Esos interrogantes le han hecho escribir este libro. ¿Qué pasa
con eso? La literatura debe plantearse
esas preguntas que alguien ya se las habrá planteado. Cada uno tiene su mirada.
Es una polifonía de los ojos. Se acaba haciendo un mosaico que te da todo o mucho
de lo que hay
Hay reflexiones terribles en el
libro. Las palabras de los personajes no son la del autor, pero aluden a la
memoria colectiva de mucha gente. Andrés, el personaje que salió exiliado del
terrorismo, decía; “habrá gente en Euskadi que se preocupen de la memoria, para
que los que vengan después no se confunda y pongan a cada uno en su sitio.
Tiene que haber gente alli que se ocupe de eso y si no peor para ellos. No es
cosa nuestra. Nosotros hemos hecho otra vida”. Esa cita le permite volver a
algo que ha dicho Pedro. Lo contrario de la memoria no es el olvido sino el
secreto. No hay nada que no se haya contado. Pero es una novela de intentos, el
intento de alguien para ser feliz incluso cuando no se puede. Trata de
recuperar la alegría de la vida, esa cosa que es triste, sin nostalgia. El
personaje lo dice en la novela. Vale para otros debates. Entre el olvido y el
secreto hay otra cosa que se puede intentar; volvernos extranjeros de nuestro
pasado, no exiliados sino extranjeros. Ese pasado no es el nuestro o una parte
de ese pasado no es nuestra. La extranjería no es una ignorancia, es una
distancia. Ellos colocan distancia. Exiliamos la memoria para no ser nosotros
unos exiliados.
Se sale un poco del libro y habla
como ciudadana porque está escribiendo un libro de eso que le parece
importante. Echa de menos cuando hablan de los refugiados y exiliados un lado
positivo. Es negativo, pero ¿por qué no albergar que sea una experiencia
liberadora de una nueva vida, una experiencia liberadora? Una protagonista de
su segundo libro va a estar en eso también. Es un libro que interroga y no
simpatiza con la nostalgia, como ella misma no simpatiza con ella. La historia
de la humanidad habría sido distinta si a Ulises no se le ocurriera volver, “yo
a Ítaca ni loco, como mucho reagrupamiento familiar, que venga Penélope y
Telémaco”. El imaginario de la humanidad habría sido diferente. Pero no, hay
que volver. Volver al pasado, a la infancia, a la naturaleza, al útero materno,
al paraíso… Ha creído en la humanidad que hay que volver a las esencias, a los
absolutos y rechazar las apariencias. Ella propone lo contrario a la nostalgia.
La vida ha de hacerse para adelante. La nostalgia es estar con el cuello torcido
mirando para atrás y eso es incómodo. Entre el olvido y el secreto esta esa
idea de extranjería, que identifica con la libertad, la elección de nuestra
propia vida. Le parece triste que a la gente emigrada y refugiada les
representemos como alguien que está dónde no quieren estar o que están
obligadamente. Igual políticamente es una forma de xenofobia que estén, pero
que quieran marcharse y si lo quieren quizá algún día se irán. Quizá la gente
no añora nada, no les apetece volver, no les gustaba nada donde vivían. Es el
no echar de menos.
Tiene la sensación de lo que ha
pasado en este país cuando nos alejamos del núcleo más dramático se hace más escandalosos
y debería pasar al revés. Su conciencia ha estado más adormecida de lo que se
debiera. Mientras eta ha seguido matando y amenazando estábamos con una cazuela
con la tapa puesta. Es como un perfil bajo íntimo. Faltaba distancia. Era estar
demasiado cerca y con encogimiento de todo, porque además las preguntas de la
prensa eran las preguntas acuciantes de la actualidad, de las noticias que
aquello generaba. Hace falta tiempo y espacio para que no haya noticias y
empiecen las preguntas morales. Y ¿qué hicimos?, ¿cómo era posible que pasara
esto?, ¿por qué paso esto?, ¿fue suficiente lo que hice?, ¿no me faltó ese día
el gesto?, ¿no podría haber hecho algo más?, ¿no he sido a lo mejor demasiado
pasivo frente a determinadas cosas…? ¿por qué hemos admitido ir a votar delante
de carteles arrancados o políticos apuntados con una diana en la frente? ¿por
qué no hemos dicho no se vota hasta que esto se limpie? ¿Por qué hemos
aguantado fiestas que para tener la fiesta en paz admitimos los mensajes de los
violentos? Dejó de ir a la plaza de la Constitución por razones de mucha gente.
Era como por la paz, rezar un ave María por la paz, pero esas aves marías han
sido al final errores. Piensas que es mejor porque el impacto es menor si no la
montas. Había liderazgos tibios. Ahora estamos en el momento del análisis y el
acercamiento de todo esto. Ahora estamos en la cazuela todavía, pero con la
tapa abierta y ahora se va a ver mucho pil pil, (para que veamos que es una
donostiarra asimilada a Bilbao.)
¿En este libro hace alusión a la
violencia del Gal o las del estado? La novela no habla del terrorismo de estado
ni de las torturas. Es la experiencia de un personaje víctima de una violencia
concreta. Es abogado de san Sebastián, con una ideología concreta y recibe
amenazas de eta. La novela no pretendía ser un fresco de la experiencia
política personal y social del país vasco. Ha elegido ese protagonista con esa
problemática. Pero es importante decirle que no importa cuántos ejemplos de
violencia inaceptables e infamias se sumen. Lo importante es poner en evidencia
la infamia, lo que es inaceptable a términos morales. Lo que este hombre ha
reclamado de respeto, de amparo de los demás vale para cualquiera que haya sido
violentado en su más elemental derecho fundamental; a la vida.
No es una novela del pasado sino
del presente- presente. En el trascurrir de la novela habla de otras
problemáticas sociales tremendas también. Es una novela sobre el desamparo, lo
que no hemos querido amparar. Hay injusticias de mucho calado. La novela las
aborda. Lo que sí ha recogido es el pasado. Sale una hija con una padre víctima.
Es lo que no debemos aceptar, lo indefendible y lo que debemos amparar. La
memoria del pasado está para aprender del futuro. Ya lo decía Cernuda en un
verso hermoso, En 1936, está en Nueva York y en una conferencia que da se le
acerca un veterano de la brigada Lincoln que había luchado en España en la
guerra civil y se lamenta del abandono de aquella causa por la que lucharon.
Cernuda dice; 2no hay que preocuparse si son muchos o pocos. Uno solo basta
como testimonio irrefutable de toda la injusticia”. Un hecho inflamante habla
de todos los hechos inflamantes para la sociedad, algo que como demócratas no
podemos aceptar ni entonces ni ahora. Hay una colección de infamias ahora
personales, sociales, violencia contra las mujeres…. Por eso la literatura
puede viajar en el tiempo y el espacio. Un reflejo de nuestra realidad habla de
nuestra realidad o de otras.
¿La mayor parte de sus novelas
buscan la mirada de tres personajes? ¡qué pregunta! Casi siempre más de uno. En
efectos secundarios había dos, había una triangulación que tenia que ver con la
intriga amorosa, pero con expresión eran dos. En los peces negros dos también.
En el detective de sonidos son tres, pero en realidad es uno que recoge todo.
Aquí son tres narradores en primera persona. Uno de ellos es un narrador
omnisciente selectivo. En tercera persona, pero mirado desde los ojos de él
porque está en un proceso de conocimiento. Alguien que no se conoce no va a
hablar de todo lo que es. Por eso necesitaba un narrador un poco más así. Habla
en tercera persona, pero con bastante cercanía. Era tres, son dos ciudades y
también generaciones. Lasa es un hombre maduro. Luc es un hombre intermedio. Y Ada
es joven. Es una novela de trasmisión, ¿qué vamos a contar a las otras generaciones
de nosotros mismos? Freud decía que toda novela es una novela familiar que
inventamos. ¿Cómo la trasmitimos a las siguientes generaciones? Necesitaba esa
pluralidad de narradores y personajes
La literatura, a pesar de la invención,
refleja la vedad. Una espectadora no está de acuerdo; refleja la verdad de Luisa
que se coteja con la verdad de otras personas. Nunca será la verdad, ni de
Luisa ni de ningún otro autor. Pone un ejemplo de que no es la verdad sino su
verdad. Cuando define Donostia como la ciudad mas bella. O la visión de los
emigrados que es la tragedia más grande que hay en el mundo. Es su verdad, no
la verdad. Lo de que es una ciudad bella no es una percepción subjetiva, sino
que eso es lo que hemos oído muchas veces. En la cronología de la novela de
esos personajes que hablan de ello, aunque no aparecen las fechas en la novela,
ella sabe por su cronología interna que ellos se conocen en el verano del 89. Y
se van a París en la primavera del 96 tras el asesinato de Fernando Múgica. En
ese periodo de tiempo eta asesinó en san Sebastián a 26 personas. Mientras eso pasaba
oíamos “esta es la ciudad más bonita de España, como aquí no se come en ningún
sitio… “ Se refiere a eso, no a una percepción subjetiva, cada uno pensará que su
ciudad es la más bonita. Se refiere a la publicidad, a la promoción turística
objetiva, a la percepción de una ciudad con calidad. Ha dicho que una cosa
puede ser ficticia, pero puede ser verdad. Sobre algo no hay una única verdad.
Como sociedades debemos hablar desde la sincieridad. Si uno no miente es
sincero, aunque se equivoque. Los datos se vuelven verdaderos por eso, pero no
es una lectura verdadera de las cosas. Dice con sinceridad que los personajes no
expresan sus opiniones. A veces esas opiniones se aparecen a las suyas o están
en desacuerdo con ellas. No crea a un portavoz sino a un personaje. Muchas
veces trasmiten las interrogaciones, cosas a las que aun no ha llegado, que
están en proceso. Escribimos para seguir explorando fuera y a nosotros mismos,
a dónde queremos llegar dentro de nosotros mismos. Ella no se permitirá decir
que la emigración no es un hecho terrible. Pero echa de menos que en el debate
de los refugiados no entre la posibilidad de que para algunas personas sea una
experiencia, incluso gozosa. En eso tampoco hay una verdad, sino varias
posibilidades. Manuela se llama la protagonista de su nueva novela. Se llamará “cruzar
el agua” el libro. Va a tener una relación diferente. Para que la experiencia
de muchos no se convierta en una categoría de experiencia, para que no se
extienda la idea de que sabemos la verdad sobre las cosas.
Normalmente los personajes se
quedan desnudos en los relatos. No se usa la palabra compasión en los
discursos. Se va a explicaciones racionales, sociales etc. Pero en otros foros
que analizan la situación del país parece que esa palabra puede tener
connotaciones poco serias, serían blandas melifluas. Decantando todos los
valores habría otros más importantes que ella ha señalado como la verdad, la
valentía, la sinceridad... Vistas las situaciones que se plantean y en personas
fundamentalmente adultas llega un momento en que todo desaparece y uno al otro
y al revés se preguntan si les queda un mínimo de compasión. Han salido los 300
muertos no resueltos en la cronología de asesinatos de ETA. Al final la cifra
de muertos se convierte en un discurso. Al final es el hombre contra el hombre,
mujeres, niños, los refugiados… ¿estaremos ante el ultimo valor?, ¿Nos falta la
compasión ya o qué pasa aquí? Es una novela sobre una declinación particular de
la compasión. Es un término que ella partiría en dos; la empatía y la
conmoción, aquello que nos conmueve, nos mueve con. “Estaba buscando mientras
te escuchaba atentamente alguna cita para esto”, asegura Luisa. Es
fundamentalmente una novela sobre el acercamiento al otro. que se produce en la
calle, cuando no sabes quién es el otro. Alguien se cae, corres. Hay un herido
y corres y no le preguntas cuál es su afiliación política. Toda la experiencia
de Andrés Lasa en San Sebastián tiene que ver con la empatía. ¿Nos podemos
poner en el lugar del otro? esa es la pregunta. Se lo formula de forma distinta.
¿Me puedo poner en otro lugar de mi mismo? Eso es a conmoción y compasión. Es
la pasión compartida, estar en cercanía. Ella tiene una estrategia en la
exposición de fotografías que representan a unas personas que estan en una
situación compleja. Lee un fragmento; si no se les reconoce, si no se sabe
quienes son concretamente su sufrimiento se vuelve el de todos, el de cualquier
ser humano (aunque lo humaniza que sea una persona concreta) Si lee eso hace un
spoiler. Esa es una interrogación fundamental. Ese ayudar sin preguntar. Si
preguntas igual no ayudas. De lo que no hablamos es el humanismo fundamental,
lo que nos hace humanos, que va más lejos de lo que nos mueva cualquier
operativo de ideología. Albert Camus es uno de sus maestros de pensamiento, y
tiene una novela que no llegó a terminar porque murió antes; el primer hombre.
A través de sus diarios, agendas, carnes hicieron una edición magnífica. Dijo
una frase que fue para ella como los mandamientos, (cada uno tiene sus propios
mandamientos). Es un mandamiento que dirige su vida y que debería dirigir a las
sociedades, a pesar de sus ideas de economía. Está en Argelia el padre de
protagonista tras la guerra de independencia. El padre del protagonista es
francés y otro francés está pegando a un árabe empleado suyo. Le trata con una
brutalidad asombrosa. Y le dice el amigo; un hombre debe evitar ciertas cosas. O
dicho literalmente en francés; Un hombre se impide. Esa es la condición humana.
¿Nos puede comentar algo de Adela,
de la madre y su reiterativo “no lo hagas”? Es un personaje enigmático que va a
ser leído de un modo más libre. Es un personaje que no está implicado en la
trama narrativa, en ninguna de las tres historias. Es una presencia como un
símbolo. No tiene valor, como el árbol de esperando a Godot, no tiene
participación en la trama. No tiene que mover o trasformar su presencia, pero
está ahí. En la medida en que no se mueve, su participación es idéntica al
comienzo y final. Pero tiene el valor de lo simbólico, el valor de aquello que
no podemos hacer desaparecer. Los tipógrafos japoneses ponían a conciencia una
errata en los libros para recordar que la perfección no existe. Adela seria la
errata puesta a propósito para que ciertas cosas no estén resueltas, para que
no podemos dejar de olvidar que la novela no acaba y tiene imperfecciones. Ella
es la absoluta presencia de esta novela que se llama absoluta presencia. Es
aquello que está, pero no queremos. Hacemos estrategias en la vida para que no estén,
pero están. Es una presencia, no estorba, no tiene participación narrativa y
está en un no lugar narrativo. Va a hacer con un artista de san Sebastián una
poética, una composición sin miedo a que sea muy técnico. Es un personaje que
tiene muy pensado y su posición y espacio la tiene muy pensada. En la medida en
que es algo simbólico se le darán muchas lecturas. Es consciente de eso y no va
a interferir en ninguna de esas lecturas. Las hará el lector, pero no se
quedará saciado con eso. No lo resolverá. Sus alumnos creen en los procesos
creativos si puede ser de horas. Vamos a echar unos días a estos. Ha tardado
ella 4 o 5 años en escribirlo. Eso es lo fascinante, saber por qué has puesto
cada cosa y cómo se articula en cada libro cada puntada que ha dado.
En la novela también hay cosas
sobre el amor. Lee un fragmento para terminar; “A tu madre le gusta decir que
el día que nos conocíamos llevaba gabardina colgada de la espalda y unos
zapatos. Yo creo que exagera, sería una chaqueta. De los zapatos no digo nada.
Es verdad que era pleno verano, pero a mí en la ropa no se me notaba. No hay
que exagerar. Estaba de pie en la arena apoyado en uno de esos toldos, venia
por el paseo de la playa y me fijé en ella enseguida de lejos, luego me fui
acercando. Estuve un rato mirándola desde la barandilla. Nos conocimos así. Yo
llegaba tardísimo a una reunión política. Mis compañeros me preguntaban ¿Qué te
ha pasado Andrés que traes esa cara? Yo les dije que nada, porque entre hombres
no se dice que te ha pasado todo, que has visto a una mujer en un toldo de la
playa, que le ha hecho gracias tu insistencia al mirarla y que has quedado en
volver a verla otro día. Que te has vuelto un Romeo, vamos. Entre hombres no se
dice eso. Si no se entiende eso no se entiende nada”. Luego Luisa firma libros.
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