domingo, 20 de mayo de 2018

LUISA ETXENIKE Y MARIAN IZAGUIRRE SOBRE LA LITERATURA ESCRITA POR MUJERES

LUISA ETXENIKE - MARIAN IZAGUIRRE - TXANI RODRÌGUEZ

Hoy el tema que se va a tratar en la biblioteca de Bidebarrieta es el de las escritoras frente a los personajes masculinos. Van a hablar de género y de temas de actualidad de los que se está hablando mucho como las polémicas con los asuntos sexuales y violaciones en Hollywood o la academia sueca del Nobel de Literatura (este año no se da y el próximo darán dos premios) o con la novela Lolita de Nabokov, si era un misógino y tal. Para ello tenemos a la donostiarra luisa Etxenike y a la bilbaína Marian Izaguirre, que han creado personajes femeninos o que son hombres o cuyo genero no se llega a rebelar. Es una charla muy interesante. 

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Luisa Etxenike ha publicado los peces negros (que continua con el arte de la pesca), el detective de sonidos, el ángulo ciego- premio Euskadi-Bobino (Txani lo recuerda con especial cariño, publicada en la editorial basarain) y también relatos o obras de teatro como la herencia- premio Buero vallejo- y también poesía que ha publicado en antologías y poemarios. Dirige desde hace 8 años un taller de escritura. Enseña a escribir a gente joven o no tan joven y dirige el espacio digital canal europeo y el festival literario un mundo de escritoras. En 2007 recibió del gobierno francés la distinción de caballero de las letras y artes del gobierno y en 2013 del ayuntamiento de San Sebastián la medalla al mérito ciudadano. Su última novela es Absoluta presencia, que hemos visto ya en prensa y cuya presentación se hizo en esta misma biblioteca. Junta varias historias, tres historias; un niño miedoso que se quiere convertir en hombre que no tema a nada, una fotógrafa comprometida contra el olvido y la indiferencia y un hombre que se ve forzado al exilio por la amenaza terrorista de ETA. 

Marian Izaguirre es de casa, aun más que la otra pues es de Bilbao. Publicó en 1991 su primer libro la vida eclíptica y ha publicado a buen ritmo, para toda la vida, el ópalo y la serpiente, el libro de cuentos “nadie es la patria ni siquiera el tiempo2, la Bolivia y la parte de los ángeles, reditado ahora. Es un libro que buscan mucho y no era fácil de encontrar y ha salido en bolsillo. En 2013 publica la vida cuando era nuestra, traducida a 9 idiomas y con buena acogida en varios países. Publica los pasos que nos separan. Y el año pasado cuando aparecen los hombres, sobre la búsqueda y la recreación creación de la propia identidad Ha recibido el premio sésamo, ciudad de Salamanca, el Andalucía de novela, el Ana María Matute…  

 ¿Cómo trabajan los personajes, hacen fichas, los diseñan hasta el último detalle o queda más abierto para el camino? Los personajes nacen conectados a una historia o tema y luego les ves crecer. Nunca se los imagina quietos Luisa Etxenike. Aparecen en una frase, pensamiento o texto. Nunca los imagina sin hacer nada. Su experiencia es que los observa. Los sitúa a distancia. En sus clases de escritura creativa ve la dificultad que tienen sus alumnos de distanciarse de los propios personajes. Ella se vuelve detective de los propios personajes tratando de observarles, imaginando sus gestos más íntimos y sus problemas. Les hace crecer conectados a un tema y a una historia. Es importante que sean personajes libres de la influencia del autor. Parece paradójico, cuanto más a distancia los coloca mejor los conoce. Nacen conectados a algo, les imagina hablando, en un gesto, cruzando una escena, en una replica y luego va observando y haciéndoles crecer al mismo tiempo que crece su conocimiento de ellos. Los imagina en acción, que puede ser también de pensamiento, construyendo su visión de las cosas, pero no tiene un retrato físico o robot o una categoría de edad, sino que los ve en una forma de implicación, siendo ellos mismos. 

 

Marian no hace fichas. Es una de las preguntas que más le han hecho; si con sus novelas, que son de estructura compleja (porque altera épocas distintas y el manejo del tiempo es complejo) hace fichas. Le preguntan mucho si tiene su despacho lleno de carteles o papelitos en su mesa. Solo hace fechas de los años, cuando manejas diferentes años necesitas saber que tal personaje tiene tal edad. Tampoco hace fichas de la estructura ni de sus personajes, pero los conoce como si vivieran en su casa. Aunque no lo cuente en las novelas sabe que sienten, a qué instituto han ido, qué forma parte de su pensamiento diario. Es una patria en la que vive. Los personajes en lo que dura la creación de la novela están vivos. Luego reviven con los lectores, pero eso es un capitulo cerrado. Cuando está escribiendo la presencia de estos personajes es muy obsesiva. Entraron a robar en una casa con un descansillo de 5 pisos. Entraron a robar en los otros 4 pisos que no eran el suyo. Y ella no se enteró de nada. Estaba enredada con los personajes y en la novela. Para decir la verdad cree que estaba hablando por teléfono y la oyeron y por eso no entraron. 

La pregunta de si se hacen fichas o no le parece extraña a Luisa. Si el personaje está vivo o le veo implicado en una acción gesto movimiento o pensamiento quiere decir que la creación del personaje es creación del cuento ya. Escribe la novela directamente, fragmentariamente, pero no hay una fase de apunte para re-trabajarlo en forma de relato o novela. Si imaginas un personaje vivo que ya habla luego pules el dialogo. La escritura nace al mismo tiempo que el personaje. Necesita que tenga un físico, visualizarlo, saber su edad y la ciudad en que se crio. Le pregunta un lector por un aspecto que queda en elipsis en la novela y ella lo sabe. El lector se hace preguntas. El conocimiento sobre los personajes tiene que derramarse en la novela. Tiene que saber su edad. Le ve cruzando la calle y sabe ya la edad que tiene. Si están vivos tienen su propia memoria y recuerdos, integras la información que tienes de ellos en la propia vivencia que da información. Lo de las fichas de las novelas es como el psicópata de las series de asesinatos que tiene papeles pegados por las paredes. Había escritores que lo tenían así el cuarto. James alter habla de otro escritor que tenía el cuarto lleno de papeles de sus novelas. 
 

Luisa tiene una anécdota de una entrevista que vio en televisión, por lo que es real. A Corín Tellado la tiene mucho respeto porque hizo muchos lectores, aunque discute su calidad literaria. A Corín la hicieron una entrevista hace muchos años y tenia ficheros y ficheros. Y los mostró, los archivaba por categorías; el bueno, el malo, el señorito seductor… Iba sacando de allí según los necesitaba. Es una lección en sí misma, cuanto más libres son los personajes más reacios son a fichas. Luego volverán a discutir el arquetipo femenino. 

En la novela cuando aparecen los hombres hay mucho protagonismo de Teresa. Marian tenía ganas de escribir una novela en la que el protagonista desapareciera al medio de la novela (que se muriera, o se fugara, o estuviéramos leyendo una parte del mundo en el que ella ya no estaba…) Una vez que desaparece se llenó de satisfacción. Ya lo había intentado. Una viejecita prisionera en la guerra de Annual la quería matar, pero no moría y no moría. Como Sherezade y seguía contando la historia. y solo muere al final. Hay personajes que no se dejan matar. Le gusta muchos esos juegos. A mitad de la novela, aunque creías que te estaba contando la historia un narrador neutro te lo estaba contando un narrador de esgrima que está contando su propia historia. Parece complicado hacerlo. La magia de la palabra es hacer entendible lo que pueda aparecer en un momento dado inexplicable. Era un narrador masculino pero una protagonista femenina. El profesor de esgrima estaba muy mediatizado por ella.

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Luisa ha creado un tipo de personaje interesante, no se sabe si es hombre o mujer, no se rebela el sexo. Era jovencita cuando hizo esa novela, Los peces negros. Este recurso del género neutro lo vio representado por primera vez en un volumen de relatos “Yo etcétera2 de Susan Sontag. Le interesó más el etcétera que el yo. Se llama la técnica del género no revelado. No se hace mucho porque tiene dificultades de escritura sobre todo en lenguajes como el nuestro dónde los adjetivos y le lenguaje esta muy sexualizado. Se hacia mucho en el mundo anglosajón. Lo hizo en un cuento en el año 90 y en los peces negros y en varios de sus relatos cortos porque tiene mucha dificultad de escritura. Es una poética que tiene muy elaborada, porque es muy importante, y porque está más en el futuro que en el presente y pasado. Es importante la representación de la sexualidad, la literatura necesita instrumentos para ir mas allá del el o ella. Es importante porque no cree en los equipamientos en serie en nada. Como personas tenemos, y como personajes, la posibilidad de libertad. Si el lector no sabe si es hombre o mujer no les incorpora las categorías de serie. No va a tener una percepción de si es hombre o mujer. Va a estar obligado al cuestionamiento de sus prejuicios o sus valoraciones de género. Aúna la dimensión del personaje a la dimensión humana. Un personaje masculino representa la humanidad y uno femenino a las mujeres. Cualquier personaje puede representar la humanidad o una dimensión de lo humano. Es el cuestionamiento y replica a los estereotipos de género. Es la prueba del algodón de la calidad democrática. Lo vemos en lo que está pasando en Cannes, Hollywood o la academia del Nobel. Podemos con ellas ajustarnos a la complejidad y desajustes del mundo en que vivimos

 
¿De qué forma pesan las cuestiones de género en sus novelas? En una novela Mariam escribe como una mujer. No se imagina escribiendo sobre un etcétera que no sabe si es hombre o mujer. se le deslizaría la pluma, la mano, la identidad de mujer en ello. Le ha pasado en los personajes masculinos. Intenta hacer una novela en la que el protagonista fuera hombre, pero siempre hay una mujer por detrás que le come el terreno. No es una cuestión de estatus o poder, sino que conoces el mundo de la mujer porque eres una mujer. Tienes más registros para hablar de muchas cosas. La mayor parte de lectores son mujeres. Se han hecho experimentos de hombres escribiendo con personajes femeninos en novelas sugiriendo que el autor podría ser una mujer… y el lector ha reconocido que son hombres y no mujeres. Eso prueba que las mujeres escriben diferente que los hombres, no saben si con mayor sensibilidad. A los hombres de sus novelas Marian los va relegando a un segundo lugar cuando la novela va creciendo. Es responsabilidad de la escritora. Ojalá estuvieran un poco más atrás para que las mujeres estuvieran mas delante. Es como llegar a percepción de una persona. El pobre Nagar se tira con el parto de su mujer 60 paginas o cuenta la angustia que siente porque no puede escribir porque las tareas domesticas y los cuidados a sus hijos no le dejan hacerlo. Pueden hablar mejor las mujeres de esas cosas, porque tradicionalmente se han vinculado a ellas. La mayoría de los hombres viven en sombras y ese punto no lo conocen. Saben lo que es cuidar a los niños los dias de visita. Eso forma parte del espíritu de una novela, aunque parezca circunstancial. En muchas novelas masculinas no verás a alguien haciendo la cama o la cena. No es un espacio que les interese, tampoco es que tenga mucho interés literario hacer la cama. Pero quizá un personaje hace la cama mientras piensa en algo anterior qué pasó en la cama o con quién se acostó. El vinculo madre e hija es un tema que los hombres no suelen tocar, tampoco mucho el de padre hijo. El tema la familia tradicionalmente descansa en las mujeres. Para las mujeres la ropa es lo que llevas fuera, pero también lo que se ajusta a la piel, lo que se pega a tu cuerpo, lo que te encallas… los hombres pueden tener un traje y a los 15 años se compran otro traje igual que no roza su pie y va anudada o estrangulada la camisa a una corbata. La relación de los personajes con la ropa y al vestido es diferente según el género. Recomienda la franco maquia de Elena Ferrante que ha tenido un calvario porque no se sabían qué era la autora y todo el mundo decía que era un hombre porque una mujer no podía escribir sobre la tragedia de la política italiana con tanta solvencia como de los sentimientos. Habla de los vestidos con un tono más trascendente del que usa ella para este coloquio. Apela a las cosas materiales y cosas aparentemente suaves frívolas inconscientes o inmanentes dándoles una consistencia de atmosfera mas fuerte de lo que teníamos previsto de antemano. 
  
El planteamiento de Luisa es muy diferente. En esa herramienta del narrador de género neutro no sabe el lector si es hombre o mujer. Al no saberlo el tema y trama de novelas le hace cuestionar cómo vemos tradicionalmente los sentimientos del hombre y mujer. En la medida que creas personajes singulares tienes que singularizarlos también, no solo de los demás, del entorno en que ese personaje vive, sino singularizarlo de las categorías de genero artificiales. Una mujer de 60 años en Madrid no tiene nada que ver con una mujer de 60 en Zimbabue. Hay experiencias de masculinos femeninos muy diversos. La literatura es terreno de experiencias vitales otras, que tienen que ver con cuestiones de genero o edad. En la novela el detective de sonidos había una anciana que era científica y una “crac” en materia de ordenadores. Conoce personas así. El estereotipo siempre es una reducción. Es una colocación contraria a lo literario. Es lo contario a un personaje en movimiento, libres. En la vida real las sociedades hacen que según el genero que tengamos renegamos más de experiencias en una cosa o otra. La literatura debe subvertir eso. Debemos perfeccionarnos como lectores en lo que puede dar un ser humano cuando se libera de esas cosas. En el detective de sonidos hay un hombre con una mujer muy enferma de la que se ocupa. Se preocupa de ella y de planchar, es un hombre amoroso. Juega con el humor, le da la vuelta. Ese hombre los lunes por la mañana su hijo le ve desayunando a todo correr escuchando los comentarios del futbol. Si no te gusta el futbol. ¿Por qué lo escuchas? Ha heredado el trabajo de su mujer cuando se pone enfermo en una fabrica textil, rodeado de mujeres. Le cuenta a su hijo que todas las compañeras de trabajo para que se sienta bien le hablan de futbol... a él no le gusta. Pero así les devuelve la delicadeza de esas mujeres a las que tampoco les gusta el futbol. Hay que estar sueltos en esas cosas, imaginar como decía Kafka que los escritores nos adelantamos como algunos relojes, Jugar con los estereotipos con humor o desafiándolos directamente en asuntos más serios. Crear esa perspectiva. Esa herramienta la ha usado poco porque es difícil de hacer. El lector no sabe quién es ese narrador, pero para ella son sexuados. Escribe a veces escenas sexuales incluso. Decía Ezra Pound que la literatura es el arte de la réplica, el ser humano lo es. Esa capacidad de decir no cuando todos dicen sí o sí cuando todos dicen no. Ese es el terreno que quiere explorar en sus libros

 
A veces es inevitable caer en esos estereotipos. Hay que instalar alarmas mentales, cuidado estás en territorios pantanosos que te puede salir algo estereotípico. Intenta huir del cliché, del arquetipo. Hay que subvertir los comportamientos atribuidos al género. Es difícil y a su edad más, confiesa Marian. La literatura que ha recibido en las manos, buscada por si misma, no le ha caído de la biblioteca familiar, es una literatura mayoritariamente escrita por hombres. Lo que te llega es eso y sin saber imitas al escribir a los hombres. Es un condicionamiento o un punto de vista que tiene que ver con lo que has leído. Es común que nos digan como un elogio; escribe usted como un hombre. Escribes una novela en que hay una guerra y si la escribes con una plica va a la categoría de “esta novela la ha escrito un hombre”. Hay que intentar no reproducir lo que hemos leído que ha hecho invisible a la mujer. El 80% de las mujeres que leen lee a mujeres. el 50% de los hombres que leen se decanta por narradoras mujeres. seguimos en mano de esa gran trampa. Ella reconoce que lee muchas autoras. Y cada vez mas los personajes femeninos son mas importantes que los masculinos. Le gustaría decir que participa de la paridad, pero no es así. Le pregunta si ese neutro no se le iba la mano. No es un neutro, es otra cosa. 

 
Si son personajes bien construidos son personajes a su manera. El estereotipo es algo a evitar siempre. Tiene que tener con el propio relieve singularidad del personaje, aunque comparta rasgos en un género u otro o que esperamos más de una mujer o de un hombre. El personaje siempre se construye a favor o en contra del estereotipo. Es como los aviones, despegan siempre contra el viento. Haces un personaje que tiene rasgos compartibles con gente que conoces, que va en la corriente del estereotipo, de la corriente de género, ese personaje no va a despegar. Colocar al personaje en forma de singularidad le va a dar mas relieve. Sus libros son muy políticos, hablan de las políticas de la intimidad o lo que la política tiene de intimidad. En las cuestiones de genero o en las construcciones sin evolucionar de genero se contienen mucha de las violencias e injusticias sociales. Cuando haces un personaje reconocible con la tradición aun así tiene que tener singularidad

 
No es solo poner un hombre, su masculinidad se refleja. Tiene que tener luces y sombra, contradicciones. El lector participa, se implica en las contradicciones, se arriesga un poco mas en la lectura. Los libros Luisa los usa como forma de explorar la naturaleza humana y la masculinidad. Es raro que los personajes estén solos, que haya un único hombre, si hay varios hombres hay declinaciones diferentes de los hombres y eso te impide caer en una categorización única. Hay además una trasformación de personajes, el que entra y sale no es el mismo, y tienen oportunidades de roce con otras cosas, y así se llega a una trasformación de sus aptitudes iniciales. 

Marian tiene el gran problema siempre al escribir de abordar los casos de abuso sexual o violación Se le revuelve así misma el estómago, la forma en que una de su protagonista puede sentirse culpable y es algo que pasa todos los días y en su época, la niña se siente culpable al mismo tiempo que víctima. Sabe perfectamente que eso existe en la realidad y eso revolverá al lector de alguna manera, le incitará a un tipo de reflexión o desagrado, el feedback que recibe es así. Es el hecho de si tienes 14 años cómo es posible que pienses que es culpa tuya. Es un debate. Es el tema más delicado al que se ha hecho referencia hoy. No sabe si es un tema que debe desmenuzar y contar a trozos. Se atreve y lo cuenta. Hay una parte en si misma que lo rechaza, como la visión de la violencia. Eso de “un caso más de” le pone el estómago en la boca

 
Luisa ha escrito bastante sobre el abuso sexual. Tiene una preocupación formal de cómo abordar eso.  Ha escrito libros terribles sobre violaciones como el mal mas grande que abordaba la pornografía y la pedofilia. Y en los peces negros que retoma en el arte de la pesca. Tiene un deseo y responsabilidad como autora de reflejar esas cosas. La literatura tiene que describir la realidad, pero no quiere convertir eso en algo morboso, un espectáculo. No convertir al lector en un voyeur de lo que está pasando. En esa reflexión entra el debate como autor de la dimensión moral de la escritura. En esos temas más tremendos más vas afinando el estilo y tu propia poética. Se puede hablar de todo en los libros y ha hablado de los temas mas terribles, pero no de cualquier manera. Esa es su preocupación esencial; no convertir esas escenas en un espectáculo que le deje al lector en simple posición de espectador y no le haga cuestionarlo. 

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¿Hay temas sobre las que no se atreven a escribir o no quieren escribir? Para Marian hay temas que no está preparada, o no le apetece escarbar, o un tema que no le hace feliz estar 3 años con él. Nadie escribe sobre todos los temas del mundo. Hay muchos que sabes de antemano que has renunciado a ellos. A luisa le parece difícil responder a esa pregunta. Si una novela responde a unos personajes, al ponerles en una situación estas tocando ese tema. Pero tú eliges el tema, estas trayendo esos temas o no. No surge de la novela. Hay cosas que no te interesan, ni se le cruzan por la cabeza. Confrontando a un personaje a una situación se pueden sacar todos los temas, en argumento de relaciones de familias o con una dimensión más social o político. Si vas con profundidad ya no hay temas que no abordas. El personaje al construirlo te habilita para tocar todos los temas. Hay historias que ni se le pasan por la imaginación o no está preparada, no tienes los datos dentro del pecho, no tienes las vivencias. Tenemos que escribir de lo que sabemos y aprender lo que no sabemos escribiendo. Pero a la hora de descubrir el motivo, y qué novela vas a hacer, hay una serie de temas que no se atreve, no porque sean temas sórdidos sino porque no quiere situarse ahí igual que no quiere ver pelis de terror. Hay temas que no le conmueven, no le suponen más en su vida y esos temas no los aborda. No es que descarte los temas, sino que ni se le ocurren. Es diferente renunciar un tema que te planteas por doloroso y otra cosa es que ni te lo hayas imaginado. No es por descarte sino porque el tema ni lo quiero. No piensa en un tema y luego lo descarta. El personaje y la escritura viene de un deseo que le lleva directamente, tiene unos intereses y no va descartando cosas, sino que de lo que no va a escribir ni lo piensa. 

 

Violaciones y agresiones sexuales puede ser necesarias o literariamente e interesantes en la novela negra, pero pueden asquear al público femenino. Ha escrito Marian esas escenas, pero a disgusto (aunque cuando escribes nunca estas a disgusto desentrañando cosas). Son temas que no se quedan en la mesa del despacho y van a trascender y necesitas saber qué hay otro al otro lado. Luisa no sabe si se conoce a una misma tanto, pero piensa la novela en términos intelectuales. Le afectan como debate mental pero no emocionalmente. Consigue distanciarse de ello. El trabajo literario es deliberado, intencionado y algo solo intelectual, aunque el resultado luego le provoque emociones. No le afecta a nivel emocional o no le entristece o no le agobia, aunque sean temas duros. Algo que ha escrito pensando en personajes que tienen que pensar sufrir o llorar, ella lo piensa y al leerlo sí se emociona (algo que cuesta aprender, pero aprendes; ser lector de su propia obra, distanciarse) Escribiendo nunca ha llorado. Leyendo lo escrito si que ha sentido emociones. Importa cómo te involucres emocionalmente o no lo hagas

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¿Qué es más difícil crear un hombre de estos tiempos o una mujer de otros, del siglo de oro? Marian no sabría elegir. Podría situar a una mujer hace tres siglos valiéndose de la documentación histórica y sería más potente que poniéndose en la situación del hombre. En la novela hay muchos hombres, no solo uno, y encarnan muchas visiones de lo masculino. Con doce hombres se atreve, pero con uno solo no. Marian y luisa no quieren reducir la literatura femenina a un cliché, porque son tres mujeres con tres visiones muy distintas sobre la escritura las que están hoy debatiendo. Para Luisa lo importante no es el genero o el lugar sino el tiempo. el tiempo es la verdadera dificultad, no en el espacio o en el género. Un hombre del siglo XXI, aunque no compartas nada con él (o tenga una visión muy apegada a las visiones culturales más machistas) es algo más cercano que un hombre de hace tres siglos, con una sensibilidad y un pensamiento diferente. Es muy difícil escribir de esa mujer del siglo de oro. Tendría que quitar conceptos que tenemos de nuestra época, desde nuestra mentalidad moderna, los usemos o no, tengamos una adhesión a ellos o no. La dificultad es viajar en el tiempo, incluso en tiempos no tan alejados. ¿Cómo pensaba alguien de hace 50 años? En muchas cosas son cercanos, pero en otras están más lejos que las diferencias de género o de edad entre los contemporáneos. 

Las escritoras somos muy plurales. ¡Qué bien la organización de esta mesa porque la escritura femenina no es una, sino que hay muchas! A Marian se le ocurrió ese título de cuando aparecen los hombres y la primera pregunta del periodista es sobre este título siempre. Le llega un chaval muy majo, con coletilla, muy alternativo que le hacia preguntas que se tenía muy preparadas. Y entonces le salió la ira (aunque no es agresiva) cuando le preguntó si escribía literatura femenina. Y eso que el chaval era muy majo y le caía muy bien. La gente decía literatura femenina, luego se dijo literatura escrita por mujeres. y el reflejo de ahora es literatura a secas. Y ahora estoy a punto de volver a decir literatura femenina. El chaval reconoció que se lo había preguntado porque lo preguntaban todos. El tejado literario estaba cubierto de rostros masculinos y tiene compañeras y colegas que con sus 35 años niegan que su novela sea de mujer, prefieren que no lo sea. Nosotras a veces mismas nos negamos esta fase de la identidad que nos pertenece también. La incomodidad de las preguntas es cuando son reduccionistas, opina Luisa. A un hombre no le preguntan la edad que tiene, sus experiencias, las lecturas que le han formado. El hecho de su biografía construye no la temática de sus obras, pero si sus preocupaciones y obsesiones como autora. No te preguntan para que respondas eso sino para reducir tu literatura a una categoría en la que se sugiere que te vas a interesar por el amor o vas a hablar de sentimientos y emociones. 

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¿Las emociones son malas? Las emociones impuestas si son negativos Tradicionalmente vinculan a las emociones como algo negativo en las mujeres. Esta autora joven y ella estaban solas, sin la prensa, estaban hablando del enfoque de la editorial. Pensaba que con esta edad esas chicas de 35 años encarnarían la tercera ola feminista, pero ella dijo que hacía literatura femenina. Le chocó que dijera eso porque era una muy culta y buena escritora. Marian se quiere distanciar de esa etiqueta de literatura de mujer. El tema editorial es complicado, son estrategias de venta que reducen al escritor/ a a categorías en que no se reconoce, pero son orientadoras para el lector. Cuestiones de generó o de edad, llaman jóvenes autores a gente de 50 años o vinculan a personas que no tienen nada que ver más que la misma edad con otros supuestos miembros de tal pretendida generación. Hay que cuestionar eso, pero los prejuicios a la mujer son muy resistentes, hay que estar constantemente batallando contra ellos.

 
Txani iba a preguntar sobre la polémica de Lolita. A la hora de construir un personaje se puede optar por hacerlo complejo o sencillo, que no es simpleza. Le gustan muchos a Luisa los personajes con algún rasgo singular, sobre todo cuando ese rasgo es un hándicap y tiene que vencerlo. Cuando tiene esos dos rangos la novela está medio hecha. Hay una distinción de Foster entre personajes redondos y planos. El plano es malo y el redondo es bueno, suele pensar la gente. No es necesariamente así. Los personajes masculinos femeninos no tienen el mismo protagonismo y espacio, hay personajes vinculados por un rasgo esencial y el resto de sus rasgos se va eclipsando un poco por este (si es un cojo, un síndrome de down, una persona agresiva…). Le interesa la complejidad, pero también los personajes con algunos rasgos predominantes. Al colocarles en procesos de transformación van un poco cambiando. Lo que resulta más apasionante de la lectura y la escritura no es mostrar muchos rasgos del personaje sino los lados mas oscuros o luminosos. Ese lado más oscuro, más cuestionable. En el fondo Harold Bloom dice que estamos siempre en una guerra con nosotros mismos. El personaje dialoga con el otro lado de si mismo, con ese lado más oscuro, complejo, moralmente más objetable. Eso es lo interesante. A Luisa le importan los personajes en guerra civil con ellos mismos.

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Txani Rodríguez les pide a las dos autoras recomendaciones de novelas escritas por mujeres con personajes masculinos. Marian había pensado en Patricia Higgins, pero es tan misógina como misántropa, ese personaje que todos conocemos de Ripley es muy machista. Son personajes muy ricos, sórdidos, complejos, muy aberrantes, llenos de sombras y de claros. Es una maestra en hablar de eso. Así que desecha esa primera opción, hacer que no me habéis escuchado. No solo en sus novelas, las de Marian, hay personajes femeninos que toman el protagonismo. En Matar al ruiseñor de Harper el personaje indiscutible es Bob Ewell pero es la niña scaut la conductora, pero no la protagonista. Le gusta mucho Joyce Carol Joyce y en hermana mía mi amor la protagonista Scarley es de lo más brillante que ha leído nunca. Es una novela con intervenciones del narrador, de Scarley. Es como leer una novela y otra con todos sus apéndices. En el mar el mar de Iris Murdoch el personaje masculino es el verdadero protagonista de la novela. Da tres ejemplos, con uno se habría conformado Txani

Luisa ha elegido otros tres títulos. En la plaza del diamante de Mercedes Rodovera, hay tres hombres, Kimet es un impresentable, y Antoni es un santo varón como diría su abuela. La masculinidad de uno y del otro no tiene nada que ver porque coloca rasgos que los definen moralmente ante los demás. Uno bueno y otro malo. Esos dos contrastes aparecen dentro del propio libro. Lucas y Claus de Agota Kristof en el gran cuaderno es otro ejemplo. Ha descrito a dos hermanos, niños que se van convirtiendo en adolescentes, en la construcción de la masculinidad y del resto de la estructura sentimental y moral. Es una contra estructura moral, en un contexto de violencia aprenden a no expresar sus sentimientos. Es más difícil viajar en el tiempo que en el espacio o entre los géneros. Por eso Luisa adora Memorias de Adriano. En memorias de Adriano de Yourcenar la autora se ajusta en la construcción del personaje a la visión y sensibilidad de la visión de una persona del siglo II a c sin atribuirle rasgos modernos, pero sí le atribuye una ambición, moderna para su tiempo, quiere ser distinto. Aparece su mundo interior. Hace del amor el centro de esa novela, del argumento de la vida de Adriano. Es una novela que revisita al emperador romano de ese tiempo, con un poder inusitado en nuestro tiempo y le da un carácter moderno impensable en esa época. Hace un modelo de sensibilidad y de delicadeza y apego por los objetos, incluso una preocupación por el entorno de la casa, de los tejidos. Es un enorme desafío a los estereotipos de cualquier género. 

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El reverso de la pregunta. Un libro con personaje femenino escrito por hombres. Propone por ejemplo Lolita. Marian había pensado primero en Flaubert y madame Bovary, pero como confesó en la primera página «Madame Bovary, c´est moi»,. Ahora nos parece estereotipo y en la época no lo era. Era una mujer felizmente casada, seducida por un sinvergüenza. Ahora nos parece risible, pero en su época no lo era, mostraba una mujer que no era lo normal. Pero hagamos lo de antes, borremos a Flaubert. Marian nos muestra sus debilidades, lo que piensa al principio y sus deliberaciones después. Hay un personaje muy bueno y cubierto de sombras, escrito por un hombre de dimensión universal, Justine de Durrel. Luego mete a dos hombres contando la misma historia. Tenemos 4 libros, dos son contados por una mujer protagonista, pero esa mujer sigue coleteando en la historia, pero lo narra ya dos hombres. Esa mujer está metida en sus intrigas palaciegas. El personaje no es que sea ejemplar. Ninguno nos deshacemos de la forma de escribir de Rayuela de Julio Cortázar. La maga es ese personaje libre, incontrolable, que no puedes apresar y con el que estás y no estás al mismo tiempo. Es impredecible, una mujer a la que no se puede domesticar, un clásico en la literatura que suele estar mostrados con falta de generosidad, pero en este caso no es así. Cortázar admira y cae rendido a los pies de la maga y de su libertad. 
  
Luisa va a decir también Madame Bovary, pero la va a contradecir a Marián. Lo de «Madame Bovary, c´est moi», no lo dijo nunca Flaubert, apareció a finales del xix. Juega con ventaja porque es muy flauberiana. Se contradice con Mariam, espera que no se lo tenga en cuenta. En 1909 aparece una tesis sobre Flaubert de Sarna, un escritor francés y en ese libro cuenta que alguien le ha contado que una amiga de una amiga de Flaubert, Ameli Bosqué, le dijo que en una conversación se lo dijo Flaubert. Alguien me ha dicho que alguien me ha dicho. Es extremadamente injusto. Si hay algo que hace Flaubert es renovar la novela moderna, usando la técnica del estilo indirecto libre (que no inventa él, aparece ya en libros anteriores de Jane Austen) Ese estilo indirecto libre borra la voz del narrador omnisciente a favor de la voz del propio personaje, esa novela es famosa por su aspecto técnico, no por lo boba que era Emma Bovary que era una boba, ya lo dice el nombre, sino por cómo usa esa técnica novedosa. Ya no sabes si es el narrador o es el personaje el que lo relata. Hay esa fusión. Era un escritor extraordinario y lo usa en otras novelas. Desparece el narrador para que sea el personaje libre el que se exprese así mismo. El escribía en tercera persona todavía, pero con el estilo de estilo indirecto. Ya sabe que la literatura moderna y la gran aventura de la literatura va a ser el mundo interior. Sabe hacía que soles psíquicos se iba a orientar la literatura, como el Ulises de Joyce en la exploración del subconsciente, cada vez lo más cerca de lo interior. La hace ser tan ella que la sitúa una constante reducción e encogimiento de la propia voz del narrador. Eso en el quijote no aparece porque ambos, quijote y Bovary están locos, pero Cervantes lo describe desde fuera. Narra sus anécdotas o sus frases, pero no su interior ni inconsciente. Seguramente la frase tan citada aparezca en el prólogo porque, como todos los rumores, tiene larga vida. En las primeras paginas no puede aparecer porque esta historia empieza con la descripción del marido en la escuela, tienen que pasar varias páginas para encontrarse con el personaje de Emma. En la primera pagina como cita aparecía Bovary soy yo, se habrá reproducido muchas veces como cita. No esta registrado, lo decía una amiga de una amiga. No se lo cree porque en la tónica ya esta el alejamiento del personaje de la voz del narrador. El debate no se prende con Lolita sino con Emma Bovary. Si nos ciñéramos al guion nos aburriríamos. 

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Cuando piensa la trama de una novela Luia tiene pensado el final de una novela que se va modificando. Luisa ha escrito la frase final mucho antes de escribir la primera. Lo ha hecho en todas sus novelas. Esta en una fase super temprana de la novela cruzar el agua y la fase final ya la ha escrito y raras veces lo ha cambiado o lo ha hecho solo técnicamente, por el estilo. Solo una de las novelas de las 13 de Mariam la ha comenzado por el final y porque no quería salirse de una estructura pensada. Pero la mayoría de las veces no tiene claro ni el medio porque la novela va viviendo con ella. El medio es lo más difícil, tiene su cosa, y lo peor es cuando crece para atrás y te cambia el comienzo. No suele tener previsto el final. En algunos momentos hasta el mismo final, señoras mayores que tenían que haberse muerto al principio y no se mueren, le hacen cambiar toda la novela. Llegando al final sigue debatiéndose cual de las dos opciones va a seguir. En “la vida cuando era nuestra” tenía fecha de entrega, tenia que entregar la novela y tenía aún una torre de folios de documentación sobre las brigadas internacionales y no había ni empezado la guerra civil en la novela. Lo dejó reducido a dos escenas. Esta conferencia llega a su final tambien, como el de las novelas.

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