jueves, 24 de mayo de 2018

PELICULAS DE LOS GOYA Y DEL FESTIVAL DE CINE FANTASTCO DE BILBAO


Voy a analizar unas cuantas películas que han sido premiadas en los Goya de este año
Handia es la historia de dos hermanos, dos aldeanos vascos, que juran de mayores ocuparse del caserío de su padre, pero que son separados por la guerra. ¿por qué eligen a uno para la guerra y el otro se queda en el caserío creciendo y creciendo de soledad? Es la historia de un gigante, al que todos tratan como a un monstruo de Frankenstein cuando lo verdaderamente monstruoso es esta sociedad llena de prejuicios. Cuando fue a recoger el Goya pudimos ver que el actor que lo interpreta tiene una talla normal y un hermano gemelo que también es actor. Me ha recordado a un monstruo viene a verme de Bayona, que es un cuento de hadas gótico verdadero, cruel y triste, como eran los cuentos tradicionales antes de ser edulcorados por Disney. 

 

Otra película que habla de seres a los que marginamos por sus deformidades es Pieles. Y la protagoniza Itziar Castro, una actriz que tampoco tiene una talla normal. Una niña es violada por el único pecado de haber nacido con la deformidad de tener el culo en el lugar de la boca. Por la película aparecen seres desproporcionados como la mujer a la que interpreta Itziar Castro con obesidad mórbida, enamorada de una prostituta sin ojos.  A estos seres diferentes les explotan en una casa de citas especializada en prostitución con seres raros y amorfos. En la película aparece la pedofilia, la violación, el suicidio, el maltrato… y de forma descarnada y sin calzador. Originalidad asombrosa en el tema y en el guion y un elenco de actores que lo bordan; Candela Peña, Carmen Machi (haciendo de madre maltratadora) Jon Kortajarena, Itziar Castro… La película saca lo peor del ser humano sin ninguna dulzura. La madame de ese prostíbulo infernal se escuda diciendo que el genero humano es así. (Y no es así. Nacemos lobos, pero también corderos) Me queda la imagen del blanco que le da a Machi cuando se fuma un porro y se pone el traje de sirena de su hijo. El chaval no quiere tener piernas y ser como las sirenas, y muere feliz y sonriente cuando un coche le corta el cuerpo en dos y le libra de ese lastre con el que camina. Abre el debate de si debemos respetar el deseo de esas personas que quieren ser por ejemplo gatos, igual que respetamos el de las personas transexuales. La película nos asquea por las deformidades que muestra. Nos da asco igual que comer hormigas en Japón, porque no estamos acostumbrados a verlas diariamente. Pero personas con deformidades existen y esta película las visibiliza, al igual que a los enfermos sexuales con gustos condenables o no. 

 
Itziar Castro es la actriz revelación del año. Sin duda es la actriz más grande del cine español porque sufre obesidad mórbida. Ya era hora de que aparezcan actrices de esta talla y no siempre la protagonista joven y guapa. En el corto RIP interpreta a una mujer a la que se le muere el marido perro luego resucita y como ya tienen preparado el funeral ella misma lo descuartiza con una sierra eléctrica, lo cose a puñaladas a cada cual más sangrienta. Y el marido sigue vivo, incluso se fuma un cigarro mientras la mujer le apuñala monótonamente. 

En Matar a Dios vuelve a actuar esta actriz. Llega un vagabundo chalado a una casa en la que una familia celebra la nochevieja. Afirma ser Dios, un Dios sádico que los secuestra y que amenaza destruir el mundo, como hacía en el antiguo testamento, (esta vez, aunque haya un solo inocente no va a dejar de destruir la humanidad corrompida) Solo salvará a dos personas, los nuevos Adán y Eva. La familia se pelea entre ella eligiendo quien se salvará y quien morirá. La solución nietzschiana pasa por matar a este señor, matar a Dios. Es un Dios que no cree en sí mismo, que asegura que no existe la vida ultraterrena y que tiene carné de vagabundo chalado. 

 
Estas películas las he visto en el Festival de cine fantástico de Bilbao. La mayoría de estas películas de terror me han dejado más frio que helado de terror. He visto locos que disparan a su víctima, luego la apuñalan, la atropellan con el coche y aún así el tipo sigue vivo o casas abandonadas en las que suceden masacres. Una bruja que asesina a sus amantes con rituales de wikka (la bruja del amor), o una aplicación del móvil que consiste en grabar carnicerías a sangre fría para conseguir más audiencia en redes sociales (Framer). También he podido ver a un ejecutivo que decide matar a todos sus jefes directivos en una gran multinacional, harto de ellos. Aprovecha que hay un virus que hace sacar los instintos concupiscibles e irascibles del ser humano y no le van a condenar por el crimen, ya que es consecuencia del virus. Esta película la venden como una crítica al capitalismo, cuando no es más que un thriller que supura sangre.
El herrero y el diablo, producida por Alex de la Iglesia, se basa en una leyenda vasca y vuelve a aparecer ese satanismo humorístico y exagerado que caracteriza al director bilbaíno. He visto varios cortos vascos. En dos de ellos aparece el actor Iñaki Urrutia, profesor de recitación en Baracaldo y Deusto. Interpreta al que será el nuevo juguete de una niña sádica en su habitación rosa. O a un inspector de hacienda que persigue a sus víctimas, más terrorífico que el peor de los zombis vivientes. En otro corto un psicópata amaestra a una persona como si fuera un perro al que ata a la caseta del jardín. En otra se fantasea con la posibilidad de crear un robot que sustituya a un ser querido fallecido. Estas son algunas de las películas que he visto en este festival.
El autor es otra película premiada en los Goya de este año. Habla de la obsesión por la fama literaria y por escribir la gran novela. Este autor envidia el éxito de su mujer, escritora comercial. Se encama con la portera del nuevo inmueble al que va a vivir para que le cuente los chascarrillos de la escalera y espiar así a sus vecinos, convertirles en personajes de novela e incluso interferir en sus vidas. Aparece la realidad de los talleres literarios en los que uno se siente una mierda porque no es capaz de escribir nada bueno. 

  
Otra película literaria premiada en los Goya ha sido la librería de Isabel Coiset. Coiset vuelve a hacer una historia dulce y romántica y feminista sobre una mujer que monta una librería, aunque no es bien recibida tanta cultura. Pero la que más me ha gustado ha sido el editor de libros. Este editor existió en la realidad; editaba los libros de Hemingway o Scott Fitzgerald cuando lo de ser editor era más vocación que negocio. Un día llega Thomas Wolfe con su novela el tiempo y el rio (varias carretillas llenas de folios y folios de novela) Este santo varón tiene la santa paciencia de ir corrigiéndole frase por frase, durante 4 años, quitando el grano a la paja y eliminando sus digresiones retoricas. Nikole Kidman borda el papel de su mujer, que es actriz. Cuando amenaza al editor con una pistola este le afea que en ese papel está un poco sobreactuando. La película rebosa amor por los libros, hace reflexionar sobre cómo abandonamos la vida personal por nuestra carrera literaria, cuando “amar es el único argumento y las personas no somos personajes de novela” Aparece el mundo de los años 20, los locales de jazz y música negra, la locura de Zelda y a un arruinado autor del Gran Gatbsy.  Un autor humanista puede ser la persona más inhumana e insensible del mundo, hasta que comprende que en la vida no todo se puede novelar.

 
 
Muchos hijos, un mono y un castillo es el sueño de la madre de Gustavo Salmerón, verdadera protagonista de esta película que es el primer largo de este director. La señora era falangista porque entonces todos lo eran y Primo de Rivera era muy guapo. Quería ser monja, pero acaba casándose y teniendo muchos hijos. Luego viene lo del mono. Se anunciaba en el periódico; un mono al que poner vestiditos, y que comerá en la mesa de los señores. Pero el mono resulta un mono salvaje que arranca el moño de la señora. Y por último viene lo del castillo. Lo heredan y luego lo pierden al arruinarse con la crisis. La señora es un personaje estrafalario y divertido, muy bien construido. La realidad supera la ficción. Esta señora del documental es un personaje que no se le habría ocurrido ni al más original de los humoristas, una especie de conjura de los necios con señora de 80 años. Tiene un poco Diógenes porque guarda hasta las vertebras de su abuela y en el castillo se apilan cajas y cajas de recuerdos todos etiquetados; gorros de papa Noel, candelabros, dientes de mis hijos…  


 
Camino no es una crítica a la religión, como muchos lo han atacado, pero tampoco la defiende. La madre vive obsesionada con educar a su hija para el amor a Dios, y hasta cuando muere de cáncer en su lecho lo importante es santificarla y cumplir los ritos cristianos. Pero la niña quiere amar y actuar en la obra del colegio como una niña normal. La escena final está genial; ella fantasea con estar actuando en esa obra como Bella durmiente, mientras el cura que le da la extrema uncion cree que se está haciendo santa. 

 
La película del joven Trotsky plantea la revolución en la postmodernidad que se ha convertido en algo risible, una broma de mal gusto. Los profesores presumen de izquierdosos y progresistas, pero tratan a los alumnos con paternalismo, y los infantilizan, pues hay que velar por estos niños que no piensan por sí mismos. Ni les permitían tener un sindicato escolar. Las revoluciones las hacen los hombres equivocados, los que parecen locos. Y este protagonista ciertamente lo está, pero acabamos comprendiendo su obsesión de ser el nuevo líder comunista. Me ha recordado a un compañero de clase absorbido por estos temas mitómanos de la revolución rusa. Cuando se manifiestan y abandonan las aulas en señal de protesta lo que iba a ser la Gran Revolución se torna un patio de recreo en la que hablan de programas de televisión por el móvil. Y sin embargo, al menos en la ficción final de la película, retornan los meta relatos y los grandes discursos, hoy acallados.

  








No hay comentarios:

Publicar un comentario