miércoles, 30 de mayo de 2018

GRAHAM SWIFT


Graham Swift
Londres 49. Estudia en Cambridge literatura inglesa. Es de esta generación de nueva narrativa inglesa el mas discreto y sutil, no va buscando primeros planos. Es el pato feo de un grupo ruidoso, no quiere salir en los papeles y es feliz con ese segundo plano en segunda fila. 


Su novela principal es el país del agua del 83. Es complejo explicarla. La consideran una de las mejores novelas de la época. Es un profesor de historia que en sus clases decide que no va a dar Historia con mayúsculas sino la historia de su familia porque un estudiante le dice que la historia se ha acabado y tiene que dar respuesta a la propuesta del chaval. Empieza en el 1700, bastante atrás en la historia familiar. Va haciendo la metáfora con el agua pues se ha criado en una zona pantanosa. Narra así el paisaje y la vida del pueblo. Mueren muchos, como en la historia. constantemente va para adelante y detrás. Dialoga con este estudiante que le hace replantearse la enseñanza, su vida y su familia. En el instituto lo van a expulsar, cerrar la asignatura por reconversión e irse por los cerros de Úbeda, no van a aprobar la selectividad. 
 
En el 96 publica últimos tragos, que gana el booker ese año. Hay una peli de Michael Kane y Bosky. El carnicero Jack Dans plantea a su mujer irse de vacaciones a un lugar bonito pero la noche antes de ir va al pub, le da un ataque y se muere. Había hecho su testamento; lanzar sus cenizas al mar. Narra el viaje de sus amigos, cada cual más peculiar. El hijo adoptivo es un apostador de carreras y vendedor de seguros, junto al empleado de bombas fúnebres y demás amigos viajan a la isla donde iba a veranear la pareja. 

En 2003 lanza la luz del día. Un detective es cesado por corrupción en un caso. Visita a una mujer que fue cliente suya y también al marido en el cementerio. En la novela se sugiere sin decir nada. Todo se insinúa, la relación con su secretaria que se quieren a veces. Es tan sutil que ni se ha enterado del argumento. Esas son las buenas novelas. En vez de novela negra es un poco gris. En 2002 publica de aquel día, en 2007 mañana, en 2013 ojalá estuvieras ahí, y e 2017 el domingo de las madres que es de lectura más fácil que el país del agua. Te quedan imágenes de la novela como cuando va en bicicleta o cuando la protagonista recorre la casa mirando las cosas y observándose así misma en el espejo. Trata de un día de 1924 que es recordado muchos años después. La criada relata su encuentro amoroso con el hijo de los amos que va a casarse con una joven de su posición, es el primero de muchos amantes. La novela se lee en una hora, con detalles bonitos y narrada con gran ternura. Al autor en una entrevista le indignaba que le incluyeran dentro del revival de las novelas victorianas o de la Inglaterra de entreguerras. Isidhuro, sara Wather, mc Ewan describen un tipo de novela con nostalgia patética por un pasado inexistente que explica el brexit actual. Y lo que él escribe esta a mucha distancia de esas novelas de la Inglaterra añorada. Hay muchas series inglesas y novelas y películas ambientadas en esa época. Ambientada en cualquier época la novela ha de ser de aquí y ahora porque todos tenemos un día que nos marca, ligado a nuestra existencia, semilla del futuro y de la vida misma. Se queda en el interior de uno, atrapado y el papel de la buena ficción es sacar esa vida interna. Hay dias que marcan una vida entera. La alegría es indisoluble del dolor y el duelo pues vida y muerte van unidos. En las primeras novelas era más cerebral y clasificaba, pero en las últimas escribe de forma instintiva e imprevisible. El domingo de las madres le salió de un tirón, es más breve, necesita menos páginas para contar historias. Escribir no es abrir un grifo y soltar palabras sino ahondar y buscarlas. Se crea desde la nada y hay que estar vacío, por eso no sabe de dónde salen los libros. No es que tenga facilidad de escribir, sino que le cuesta buscar esas palabras. en ese sentido emplea esta falsa modestia. 

Martin Amis Lionel Asbo. Información Tren nocturno
Mc Ewan Cascara de nuez, expiación
Kureishi Algo que contarle

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