"FISIOLOGIA DEL FUNCIONARIO". HONORE DE BALZAC.
Juego hábil con el lenguaje para ubicar en
esencia qué es ser funcionario francés. Libertad o no ante la
dependencia/servicio del/al Estado. Como si de un divertimento de
variaciones se tratara, Honoré de Balzac(1799-1850) define las sucesivas
posibilidades de concreción de esos axiomas que envuelven el concepto,
en esta ocasión el de funcionariado. Llegará a decir que éste es" un
hombre que para vivir tiene necesidad de su sueldo y que no es libre de
abandonar su puesto,¡ya que solo sabe del papeleo!". Imaginario que
despunta en el lector al abrir deducciones desde el COSTUMBRISMO. Humor
encubierto el de Balzac al analizar su país y su alto nivel/cantidad de
funcionarios. El papeleo como seña de identidad. El contribuyente como
elemento necesario en la construcción de un edificio armonioso de
efectividad. La cara oculta, la doblez en la buena
predisposición/protección están en el derroche y el despilfarro:"Vivan
los despachos y sus augustos informes".
En
la Francia del siglo XIX estos seres privilegiados al servicio de la
Autoridad(impresa) ejercían su parcela de poder en público, en lugares
donde la representación estuviera acorde con su potencial social. El
Sujeto(funcionario de nivel) se veía fortalecido en su condición por lo
selecto de su compañía. Triunfadores. Envidia de la República. Endogamia
corporativista en el acceso/permanencia a tal valorado reducto laboral.
Tal reparación entre beneficiarios(hombre común y funcionario) supuso
un enfrentamiento clasista por las desdichas y ventajas de uno u otro.
La paz social no llega. El funcionario de provincias difiere del de
París. Aquel es más sencillo y lineal; el otro es competitivo e
infeliz.
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“Ir al cine es como regresar al vientre materno; te sientas ahí, quieto y pensativo en la oscuridad, esperando a que la vida aparezca en la pantalla”.
Lugar entre los lugares: el despacho es el
gineceo/templo del hombre en ciernes para representar la función vital
de ser/estar. Sacralidad en inmanencia inseparable. La comedia humana,
esta vez, centrada en habitáculos propensos a la teatralización. La mesa
administrativa y los manjares pasionales que digiere. Carnaval con
máscaras imposibles de arrebatar por el gozo de necesidad
teatral/existencial. El pobre funcionario(pobre) sufre:" Si muere antes
de su retiro, no se sabe cuál será el futuro de su mujer y de su hijo.
Los ministros no se preocupan en absoluto de estas pobres víctimas".
Cuestión de informes apiñados en la mesa. Fisionomías bien
caracterizadas por un excelso conocedor del alma humana. Recuerda Balzac
la relación asimétrica entre el Estado y el funcionario. Este no
trabaja lo que debiera, y el primero no abona lo que el sufrido servidor
se merece. Un odio encubierto que perdura por los siglos de los siglos.
ASI SEA.
https://www.youtube.com/watch?
Cada uno está solo sobre el corazón de la tierra
traspasado por un rayo de sol:
y enseguida anochece.
Y esta tarde cargada de invierno
es aún nuestra, y aquí te repito
mi absurdo contrapunto
de dulzuras y furores,
un lamento de amor sin amor.
De la red del oro cuelgan arañas repugnantes.
Tal vez haya cambiado también mi tristeza,
como si yo fuese no mío,
por mí mismo olvidado.
No sé odiarte: tan leve
es mi corazón de huracán.
Por toda la tierra ríen hombres viles,
príncipes, poetas, que repiten el mundo
en sueños, sabios de malicia y ladrones
de sabiduría. También en mi patria se ríen
de la piedad, del corazón paciente, la solitaria
melancolía de los pobres. Y mi tierra es hermosa
de hombres y de árboles, de martirio, de figuras
de piedra y de color, de antiguas meditaciones.
Tarde: luz dolorida,
perezosas campanas se hunden.
No me digas palabras: calla en mí
amor de sonidos, y la hora es mía
como en tiempos de los coloquios
con el aire y los bosques.
Tù no debiste, querida,
arrancar tu imagen del mundo,
quitarnos una medida de belleza.
Enemigos de la muerte, ¿qué haremos
inclinados ante tus pies rosa,
sobre tu costado violeta?.
No has dejado hoja ni palabra
de tu último día o un no a cada cosa
aparecida sobre la tierra, un no al monótono
diario de los hombres.
“Ir al cine es como regresar al vientre materno; te sientas ahí, quieto y pensativo en la oscuridad, esperando a que la vida aparezca en la pantalla”.
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