JANIS JOPLER hizo un primer contrato
discográfico malo. Ella se consideraba entre las Chicas perdedoras. Quería
imitar y ser la nueva Aretha Franklin o Paul Rodchiler. En el festival pop de
Monterey en California se integra en el grupo Simon y Garfunker con sus pantalones
caqui y su jersey tenis.
Loud Adler le hace un contrato. Es el manager de Mamas
y papas y de Big brother y Big brother Holidey, de la compañía Penne y de Baker
y Jon Philips. La ofrece un segundo contrato si acepta salir en una película. Había
muchas peleas en la banda y su manager Albert Grossman siempre estaba implicado.
Actúan en los Ángeles y en San Francisco. Janis Joplin cantaba; Mirando la lluvia,
te lo diré por última vez, te lo digo, no puede ser cariño, no puede ser en
vano, el amor es una cadena. Ella salía en el videoclip encadenada a una bola
de preso. Janis Joplin participó en el festival de Monterey y el de Port Arthur
News. Hacía country. Un músico de 25 años era su novio. Ser popular no vale nada
cuando lo consigues, decía Janis Joplin. Quizá no asimilo la fama y eso la
llevó a la droga. Cocinaba “chow mein”,
al modo de un restaurante chino. Le gustara su apartamento. Estaba lleno de colgantes
aquel cuarto. Cantó el verano del amor. Tocó en el Avalon Ballroom y en el Moby
grape.
En la música de los 60 la costó la aceptación social. al principio era
muy marginada a cuenta de sus letras feministas. En otra canción dice; “ya he
tenido bastante. Una mujer puede ser dura. Quiero que vengas y te lleves un pedazo
mi corazón”. Siempre está el sexo en sus canciones, pero siempre visto con desesperanza.
Albert Grossman era el manager de Bob Dylan. Van a Colombia. Saca el disco Niña
consentida- 20 gramos en el 68. Fue disco de oro en 3 días. Actuó en el Rose Bowl,
en el macro estadio de Los Ángeles. La tiraron ropa y collares. Ella era la
ganadora en el escenario. Y había conseguido una habitación propia y la
libertad de crear. Dock Cavett era un presentador por el que ella estuvo interesada.
Se liaron, pero ella ni le recordaba, tenía mala memoria. Saca unos Cheap lings,
discos baratos. Su fama sigue creciendo. Ella vive en un hotel en Chelsea en Manhattan.
Tomaban heroína en el cuarto. Tenían conversaciones agradables. Ella cree en la
magia, en la wicca de las brujas, “úsala, con los harapos de los ricos” Todo
forma parte de un viaje mágico, quizá de un viaje continuo de LSD.
Su canción
más famosa es Summertime; Child, your
living's easy. Fish are, fish are jumping out And the cotton, Lord, Cotton's
high, Lord so high. Ella tiene viajes raros con la droga, la gustaría
viajar al pasado. Su música suena diferente. No puede estar sin drogarse antes
de un concierto. En una entrevista dice;
“la comunicación con el público debe ser reciproca y debe hacerle bailar. Cuando
el fan llega a su músico lo pasamos ambos bien, se produce el feedback, lo reproduce,
va y viene y todo sube. Me creo la más en ese momento”. Peter es el líder y el bajista.
James era una figura mítica dentro de la banda. Janis Joplin aprendió del
precio que hay que pagar por mantenerse fiel a una honestidad emocional. Ella era
consciente de estar convirtiéndose en una caricatura de si misma, interpretaba para
la gente, hacía lo que la gente quería de ella. “hay que evitar quemarse con el
corazón de niña, hay que ir muy arriba”, dice cuando repasa su autobiografía. Le
pide a Sam que se uniese a una nueva banda. Los medios la calificaban de la “ruidosa
mujer de Tejas”
Participó en el Woodstock festival del 68, en pleno mayo del
68, el festiva apoteósico de los hyppis de EEUU. Salió a cantar con el solista
negro Snooky Flowers que admiraba su talento y se preguntaba; ¿Seguro que es
blanca? Luego el grupo se agota. Ella crece en otra dirección. “Debemos ser los
mejores en lo que hacemos. La nueva banda era un tostón. Estaba obsesionada por
convertirme en la nueva Aretha Franklin”. Así que abandona la banda y a sus
directores. Y Canta; “si no quieres seguir llorando, levanta la mano,
levántate, aquí y ahora” Un fan en un concierto dijo; “este solo soy yo, yo no
molo, sácala a ella”. En el Albert hall de Londres da su último concierto. Ese día
se agotaron las entradas. Ella estaba bailando en los pasillos, eufórica,
contenta. Estar en el escenario era su mayor ilusión, “era como hacer el amor, pero
luego el público se va y te quedas contigo misma”. No tomaba heroína antes de un
concierto, decía, pero a veces se daba un chute de después del concierto. En la
banda Cosmic blues Peter Papa no tomaba drogas y los demás se cortaban por él,
porque era el único que no las tomaba. Ella
se recluyó aquella noche en un hotel y le dijo al asistente; “tus servicios no
son necesarios”. ¿Puedo preguntar por qué? “¿Qué importancia tiene? Nuestro matrimonio
ha perdido chispa”, dijo ella. A Janis
Joplin se le habían muerto varios amigos por la heroína, pero siempre pensaba “a
mí eso no me pasará”-. No reconocía que tenía un problema drogas, sino que
estaba deprimida por crecer, por madurar. Se había convertido en el fenómeno
social más importante de la historia de la música y ella para aceptar eso se
colocaba, se esnifaba una raya de cocaína (no de speed, tenía dinero) y luego
un vaso de agua y a dormir. “La música es para disfrutar no para pasar malos
ratos, o aceptar la mierda de los demás”, contestó en otra entrevista. Al subir
al escenario no debía engañarme a sí misma, debía ser fiel a ella misma. Pero era
una chica perdida Pedía litros de bebida al servicio de habitaciones de los
hoteles. No pensaba mucho cuando salía a cantar, se trataba de sentir y vivir
el momento. Para hacer sus letras aún más vivas intenta sentirte una beat más,
siempre quiso que la incluyeran en la generación Beatnik y para ello hace un
viaje en carreta por los EEUU al modo de Kerouac en el camino, Ginsberg y esta
gente. Fue hasta Brasil haciendo autostop por la carretera. Fue a Rio de
Janeiro y disfrutó el carnaval. Era la chica de Ipanema, de la playa. Ella había
adelgazo mucho, comía poco, pero lo de que los gordos son más felices es un
mito. Vuelve a California a cantar blues y jazz. En otra canción dice; Te
espero vida mía, aquí mismo, no sé si querrás verme, si te quedan lágrimas,
llora cariño Eras la estúpida mula, y te daban zanahoria para la mula- La mujer
es la mula, para Janis Joplin, que persigue a un hombre que la ignora. Todas las
letras de Joplin son muy feministas.
Asiste a una reunión de ex alumnos de instituto
Allí se da cuenta de que no tenía amigos Todo el mundo debía quererla Si no la
querían la destrozaban. Era muy inestable emocionalmente. ¿En que se diferenciaba
de sus compañeros de colegio? Ella era diferente comparada con ellos. Estaba muy
lejos de ellos No iba a partidos de futbol. Ellos la alejaban del grupo. El doctor
le había dicho a su madre que esta adolescente que era Janis pisaría el
manicomio o la cárcel antes de cumplir los 21 años. Cumplió los 25 años y no
había ido a la cárcel, sino que había triunfado en la música. Le mandó una tarjeta
de felicitación a ese siquiatra. No se llevaba bien con sus padres. Ellos querían
que dejara la heroína y que se casara. Pero ella se había casado con el mundo
de la música. David era el amor de su vida, su amor era eterno peor él la dejó hasta
que estuviera limpia. Ella protestaba; “¡Juegas conmigo! Te quiero, te lo he
escrito, cabrón, ¡no me grites!”- Las feministas la criticaban que era muy
fácil ser feminista cuando eres una estrella de cine, pero no cuando eres panadera.
“lo que a esas mujeres liberales les molesta es que sea directa sexualmente. No
me conformo con ser el lavavajillas de un tío. Hago lo que quiero y me parece
correcto. Me gusta estar rodeada de hombres. Amo el amor, la verdad y la belleza”,
contestó en otra entrevista a sus detractoras feminazis.
Janis Joplin hizo una
versión de Bobby McGee compuesta por Kris Kristofferson y Fred Foster. Ella pensaba
retirarse cuando perdiera la voz, y comprarse un bar para regentar. Sin embargo,
su destino estaba escrito en renglones trágicos. Esa noche se va sola a casa
pensando; “qué difícil es ser yo misma, cuando mis compañeros de la banda se van
con chicas y yo me quedo sola”. Decidió darse un último homenaje, nadie lo sabría.
Había dejado la heroína, pero por un chute no pasaría nada, así recordaría la
experiencia. Pero no recaería. En la cama se dio ese chute de auto homenaje. No
había nadie con ella, pero había luz en su ventana, dijeron después los vecinos.
Siempre se repetía la sensación simple y directa de que con ella nunca había nadie.
Janis a un lado de la cama se inyecta la aguja en su brazo. Ese 4 de octubre de
1970 murió. Realmente no había nadie con ella.
Su último disco, Pearl, el
cuarto disco, salió 3 meses después de su muerte. Lo lanzó de forma póstuma la discográfica
Columbia y vendió 4 millones de discos. En la radio dijeron que Janis Joplin había
muerto pero seguía vendiendo discos. Ella le mandó un telegrama a su novio
David, quería reunirse con él en Katmandú,
en la India. Había dejado la heroína. El telegrama a David le llegó la mañana
después de la muerte de Joplin, él también quería volver con ella. Los padres y
su novio la sobreviven y nunca la olvidarán. La fama es el precio de hacer arte
a ese nivel. Y a veces la fama no se puede asimilar o tienes el complejo trauma
de ser siempre una decepción para tu familia. En otra carta les decía a sus
padres; “hay muchas posibilidades de que la
cague, pero pase lo que pase os quiero” Así se despidió esta gran dama
de la música, mito de los años 60 y 70, precursora del hipismo y la
postmodernidad. Se ha convertido en leyenda y en un icono como los de James Dean,
Marilyn Monroe o Lady Dí, tristemente famosos por su muerte prematura y por
haber dejado una bonita calavera. Quizá ella tenía la sique de una niña, que vive el momento y no piensa en el mañana, y la fama la quedó grande. Ella solo pretendía jugar y divertirse con su música.
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