Wladyslaw Reymont 1868 1925 nobel
en 1924
Era un naturalista extremo.
Siempre impregna las novelas de una visión religiosa y de creencia. Le dieron
el nobel con buena puntería; un año antes de morir. Apoya la reivindicación de la
identidad polaca. A Echegaray y Mistral se lo dan en 1904. Luchó por la
identidad nacional y se opuso a la ocupación de Polonia. El nobel tiene una
intención política. Fue autodidacta. Era de familia de clase media. Trabajó en
la construcción del tren, de actor y tomó hábitos de monje. Copia a los grandes
autores realistas franceses Zola y Balzac. En la tierra prometida describe la
vida de una gran ciudad industrializándose. Habla de las trasformaciones
sociales, de las clases menesterosas y obreras, herederas del campesinado. Y es
que su obra principal son los Campesinos. Es una obra naturalista católica de 4
tomos; primavera verano otoño e invierno. Toma un pueblo cualquiera de Polonia
y narra un año en su vida. El pueblo es dominado por el castillo del señor y
hay hombres tontos o astutos, campesinos, ricos, funcionarios, contadores de
historia. Retrata la desesperanza humana de traer hijos al mundo, de enterrar a
los mayores. Es todo un ciclo vital. Es la trasformación del ser humano y la
naturaleza desde un punto de vista trascendente. La fe tiene mucho peso pues
las festividades religiosas marcan el calendario. Las bodas duran 4 días, los
funerales son encuentros de la gente. Gira el tiempo en este microcosmos. La
vieja Ágata es una vagabunda que muere entre sus parientes, en brazos del
muchacho Yasio, un muchacho ingenuo que descubre el amor y la muerte.
La vieja
aullaba como un pájaro que se duerme, miraba su corazón con una profundidad
insospechada. Pasaba algo que no comprende el entendimiento humano. Era una
piltrafa humana, hierba consumida, se extingue, pero sueña con una vida nueva.
El observa el fatal destino del hombre y el corazón se les llena de pena y los
ojos de lágrimas y una oración cálida escapa de sus labios temblorosos. Es
la muerte y renacimiento siempre con un sentido trascendente. Es el sentimiento
de identidad polaca; el nacionalismo. El argumento básico de las cuatro novelas
son que un viejo labrador se enamora y casa con una jovencita como en el rey Lear.
Sus hijos echan pestes de él, porque hasta que muera no heredarán la tierra. El
viejo es el hazme reír del pueblo. La chica joven no seduce voluntariamente a
nadie, pero muchos de pueblo se enamoran de ellos, inclusos los hijos del
viejo. La echan del pueblo y la desprecian como puta. Es una metáfora
nacionalista porque ella es Polonia, pisoteada despreciada como la identidad
nacional. Polonia no existe como nación. Comienza por el otoño para dejar al
final el esplendor de verano. Se detiene en la vida ardiente. Hay en el pueblo
un par de contadores de historias, bardos que narran leyendas a la lumbre de la
hoguera, el folclore popular. Escuchan a Mucho. Se pasa la fría velada de
febrero.
Las almas
levantarán la tierra, arderá todo como con antorchas. Los ojos los tiene
velados por toda tristeza. Se levantan a través de otros mundos. Rayos
relámpagos. Espacios donde el hombre solo levanta la vista ante un milagro o un
sueño. El mar se aza en la masa solida de los hechizos y maravilla. Por la
noche el cielo se llena de aflicción, miserias, injusticias, quejas y algo de
esperanza. Es una vida gris miserable. Un día corriente mira al enfermo velado
por la tristeza. Es una noche triste y oscura. En la hora de la muerte no ven
los ojos maravillas, las bestias se encorvan bajo el yugo de la piedra, bajo el
pozo profundo, llantos y penas y dolores. Se revuelca el alma en el barro. El
alma se dilata como hierro al fuego, y se hace triza de ceniza y luz. Se tiende
un arcoíris entre el cielo y la tierra. La novela retrata lo que causa
estas historias a la gente. No es un pasatiempo de las noches invernales, sino
que se trata de vislumbrar otra vida posible de la que llevan. Es una metáfora
de lo que es la literatura. Es la falta de libertad en el propio suelo natal.
Exiliados en el seno de su propia patria, pertenecen a otro país. Hay un dicho
pesimista; el cielo está muy alto y Francia muy lejos. Hay que apechugar con lo
que hay. Está la novela escrita entre 1903 y 1909 y describe una Polonia que se
intenta rusificar. Él vive en la parte rusa y los denuncia. Muchos campesinos
no iban a la escuela, no porque no quisieran aprender, sino porque era rusa. Le
persiguen los rusos y el protagonista huye y bordea las tierras del bosque
hasta un cruce de caminos con una cruz, siempre la religión por medio. Todos le
han acusado. Allí macho encuentra a Yagusia, la mujer joven que han echado del
pueblo por pecadora y a la que todos han acosado. Ella
lora sin saber porque tiene pena, pero se abate de tristeza. Cristo parecía
bendecir con las manos ensangrentadas. Él se siente solo una mota e polvo, una
brizna de hierba en el prado. Si muero yo otros darán su vida por la causa.
Allí venden chozas y castillos. Ofrecerán sus cabezas y de estas piedras construirán
la santa iglesia. Bendecida por los siglos de los siglos. Muestran el paraíso,
las almas en éxtasis y el canto dulce de la esperanza. Es una novela muy
épica. Aparece mucho el tema político. El viejo Badina
se casa con una joven y le miran mal en el pueblo porque ella es joven y bella.
Le da un ataque al corazón y se queda en cama. La noche que va a morir se
levanta y se va al campo de noche. La luna aparece en mitad del cielo,
empedrada de rocío, donde solo se escucha el silencio y el cantar de los grillos,
la noche está muda. El bendice cada terrón de brizna de hierba. Recoge la
hierba y las siembra infatigablemente. Siembra a mano vacía como sembrándose así
mismo. Devolverá a la tierra sagrada su vida, a los días eternos. Los días son
grises, la luna oculta en el horizonte, el mundo ciego ahogado en las
profundidades. Pasos lentos llevan a tinieblas solitarias. Alza la voz dulce y
acongojada. Boliva, aquí estoy, habla la tierra quédate con nosotros. El mundo
en pie avanzaba hacia el. Un relámpago iluminó los ojos oscurecidos por la
muerte. Dios padre le tiende las manos. Ven, pobre siervo cansado. Se deja caer
sobre el rostro de la majestad santísima y cae. Aulló un perro mucho tiempo
largamente. Siempre esa trascendencia religiosa, describe descripciones bonitas
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