Cesar Coca presenta al autor de esta presentación de libro en Bidebarrieta. Jorge Fernández Díaz tiene un nombre
idéntico a cierto conocido político español que ahora está postrado en un
hospital. Nació en 1960 en Buenos Aires, es periodista escritor, y ha cultivado
el cuento, la novela y la biografía. Ha trabajado con periodistas importantes
como Tomas Martínez. Ha escrito muchos libros. Ha recibido premios en el campo literario,
radiofónico, y como periodista. Ahora publica la herida y la presenta en la
biblioteca de Bidebarrieta. El protagonista es el mismo que en la novela el puñal,
novela que escribió hace 3 años, la penúltima de las suyas. No hay que leer el
puñal para leer la herida. Aunque hay referencias al pasado y a la otra novela
se puede leer independiente.
El protagonista es un agente de
los servicios de inteligencia argentinos, que estudia la desaparición de una
monja que ha trabajado con los desfavorecidos en un barrio en el que se da el
trafico de drogas. La monja solo ha dejado un mensaje en el que habla de la
perdida de la fe. No se sabe si se ha ido por propia voluntad o la han matado o
secuestrado. El protagonista recibe el encargo de saber que ha pasado con ella
y si esta viva encontrarla. Avanza la novela y él se integra en un grupo que
trabaja para mejorar la imagen de un político en un pueblo con malas expectativas
electorales. Ese político es asesorado por una socióloga y una diva que le da lecciones
de hablar en publico y de imagen. Es una forma de novelar las cloacas, tratan
de mejorar la imagen del político al precio que sea y empeorar la imagen de los
rivales para ganar las elecciones.
Fernández es periodista desde
hace 35 años. Lleva 30 años en la trinchera del periodismo, como cronista de
sucesos, director político, haciendo investigación periodística. Ha tratado de
vivir con los ojos abiertos, escribiendo lo que el mundo le proponía. Tiene la
teoría, lo decía en algunos medios, de que los periodistas que han pasado por
esa trinchera solo han podido publicar el 20 o 30 por ciento de lo que saben
pues conocen muchas cosas que no pueden publicar. No deben publicar esto, se
dicen siempre. Esta experiencia fue interesante. En el periodismo le pusieron
freno, hasta aquí se puede contar. Pero en la literatura no hay censura. Su
carrera en periodismo ha ido en paralelo a la de escritor, es interesante que a
ese freno pongas un aliciente para cruzar la línea con las armas de la novela.
No solo hay que cambiar nombre personajes, y situaciones. Hay que hacer una elaboración
completa de personajes tramas, equivalentes a lo que conoce y es comunicable. No podemos acceder a esa intimidad real. Pero
él hace un fresco de lo que conoce con las armas de la novela negra.
El género de la novela negra es
para él la novela sociológica o social, que da cuenta del presente. Al menos el
tipo de la que él escribe. Da cuenta del presente; si queremos saber cómo es Grecia
hoy hay que leer sus novelas negras. No es partidario del modo sueco de hacer novela
policial, con clichés, un muerto, donde llega un inspector o comisario. Sigue
la tradición de la novela negra realista, pero sin abandonar el suspense y la
intriga hace una radiografía de la sociedad del presente. El año pasado en la
academia de letras de Argentina escribió una tesis; ¿por qué nos gustan tanto
los relatos policiales a lo largo de la vida? Nos gustan porque en nuestros
genes tenemos impresos lo que fuimos en algún momento. Fuimos cazadores, luego
nos limamos las uñas, compramos armas y decidimos vivir en una sociedad
civilización. La novela negra es la novela de la caza. El detective es un cazador;
hay huellas que seguir, pistas que seguir, hay un depredador que es el enemigo.
Los asesinos en serie son los grandes depredadores de la época. Siempre esta la
jungla de asfalto, ese lugar que atraviesa el detective o el cazador. Atraviesa
la sociedad, sus personajes y costumbres, cómo somos y cómo creemos que somos.
Ese ímpetu de la cacería esta en el cuento de Allan Poe los crímenes de la
calle morgue. Literalmente es una cacería. El asesino resulta ser un mono o
orangután. Seguimos jugando al cazador y al cazado. Las series y pelis
policiales y las novelas nos permiten seguir jugando a algo que tenemos atávico
e intuitivo en nosotros. Quería hacer una gran novela de cacería moderna que
mostrara la jungla de asfalto, lo que él vio y ve.
Ocurre en España México Alemania,
no solo en Argentina, esto de la mafia política está en todas las democracias. Hay
entramados mafiosos detrás de los discursos de la política. Trata de desudarlas,
mostrarlas en este “toma y daca”. La mafia tiene características diferentes
dependiendo de la madurez de la democracia y el grado en que se encuentra. Está
cansado ya de comisarios tópicos, de inspectores policiales. Le parecen
abrumadores.
En Argentina Borges, nuestro Cervantes
modestamente y nuestro padre, practicó el cuento policial. Pero nunca llegó a
practicar la novela. No creía en las novelas sino en los relatos cortos. Pone
al género policial en el centro de la literatura. Decía que nosotros los argentinos
no teníamos el apego por la ley que tenían los ingleses. Por eso no había
novela policial en Argentina y eso es trasladable a toda Sudamérica. En
Inglaterra si había. Todo el género épico llegó tarde. Tenemos un problema con
la ética los iberoamericanos. Esa grandiosidad se la dejamos a los
anglosajones. Los últimos 30 años ha empezado cierta épica, que Borges alaba,
la idea de coraje, la idea de héroe. En 1933 el argentino idolatraba el trabajo
de la policía. Pero en Argentina como en otros países, no en este país, la
policía hace negocios con los políticos. Maneja la droga y la mafia.
Buscando algo parecido Fernández
decidió que su protagonista fuera un espía, esos que vuelan alto por los aires,
consiguen mujeres y son glamurosos. No los espías de la guerra fría. No quería
espías que trabajaran en el terrorismo o en las grandes potencias, sino que trabajaran
en esta zona de la política gris. Esos que preparan un dosier para destruir a
alguien y extorsionar. Esos son los verdaderos espías en determinados países.
Su protagonista es una especie de canalla adorable, en el sentido de que en el
siglo XXI la pelea en ficción, la pelea realista no es entre buenos y malos
sino entre malos y peores. No es momento de héroes de corazón puro sino de héroes
imperfectos y en este caso hasta infames. Nace la novela de esa conjunción de
cosas. Esa idea de hacer un malo creíble es un enorme desafío en la novela. A cualquier
persona honrada democrática le chocara este personaje. Es algo perturbador
ponerte de parte de él en una trama donde se juega muchas cosas. Las mujeres se
han enamorado de su protagonista y los hombres quisieran tomar una copa con el
y tenerlo a mano si las cosas se ponen difíciles. Es un juego nuevo que le
parece interesante, jugar con la novela de espías.
Para comprender la magnitud del
personaje nos preguntamos por qué le pone el nombre de Remil. Los agentes de inteligencia
suelen usar seudónimos, nombres falsos. Remil era un combatiente de la guerra destinado
a la guerra de las Maldivas y heroico. Vuelve de la guerra. Una guerra absolutamente
absurda y loca pero llena de personajes heroicos. Conoce el autor personalmente
muchos casos. Su sargento para elogiarlo le llamaba “hijo de Remil”. Quedó Remil.
Es el nombre ideal para un agente de la inteligencia. Es un tipo duro, pero no
tan duro como Falcó, el héroe de Pérez Reverte. Remil y el Falcó de Pérez Reverte
son primos hermanos. En Madrid a Arturo le conoce desde hace 25 años, son íntimos.
Reverte dice que Falcó se va a retirar en Buenos Aíres, que se alojará en el hotel
Aguilar, comerá en Naviela, y se encontrará con Remil y otros personajes. Falcó
y Remil son dos espías y dos malditos. La operación literaria que propone Reverte
es volver a la Casablanca de Michael Curtis, y espiar el verdadero sexo entre Humphrey
Bogart, Ingrid Bergman que la
censura no dejó ver. Para sobrevivir en ese café el personaje de Bogart hizo
cosas reñidas con la moral. Reverte muestra la vedad de hoy, lo que sabemos, no
con la ingenuidad con que vimos esa peli sino con la conciencia que tenemos en
el presente. La operación literaria de herida y puñal va más allá de hacer una
novela policial, de investigación y detención. Presenta un fresco, con sabor a
la realidad.
Cada cosa que ocurre en la herida
ocurrió algo parecido en la realidad. El autor tiene un expediente de como
sucedieron las cosas. Cuando suceden asesinatos desapariciones p manipulaciones
de la política es porque sucedieron así. Hace dos años le llamó un importante
político argentino para pedirle que no contara estos secretos de estado. El
autor se dijo que esto tenía que contarlo literariamente porque no se va a
poder probar nunca. Hay un equipo de futbol, no va nombrarlo porque no hay pruebas,
comprado por un gáster de la droga. Cuando fue el equipo a primera división el
político los recibe y les hace una fiesta. El equipo envía a 7 o 8 de los principales
jugadores, al técnico y al capitán a una zona bonita de la argentina. A los que
aceptaron la invitación y a los dueños del muy modesto equipo de futbol los
llevaron durante 20 días a las Vegas a todo el equipo completo. Y hasta les
ofrecían chicas. Este tipo de cosas que
sabe el autor que existen las colocó dentro de la novela la herida. El lector
se dice; esto no puede ser, pero es real todo lo que cuenta. Ha tenido buenas críticas
con El puñal. Pero a un crítico le extrañó lo de los sindicalistas millonarios.
En su patria hay sindicalistas multimillonarios de miles de empresas, algo que
en España no se ve. Todo lo que cuenta en la herida por increíble que parezca
han sucedido. La realidad es tan inverosímil que a veces tiene que bajar un punto,
hacerlo más creíble.
Tiene un secundario de lujo, el
papa, que no había aparecido en ninguna novela. Es un personaje de esta novela.
Hay muchas referencias al Papa. El papa es argentino, con lo bueno y lo malo de
eso, pero se ha metido mucho en política. Él nunca soñaba con sr papa sino con
ser Perón en la década de los 60. Le gusta mucho la política y se sigue
metiendo en la política menuda de Argentina. Es increíble lo que Bergoglio ha
hecho en las zonas pobres de la Argentina, ha formado a un gripo de curas, en
las favelas, en la propia miseria. Los ha visitado, tiene amigos entre ellos.
Se lo debemos todo a él. La monja que desaparece es una monja que trabaja en
las barriadas amenazadas constantemente. por el narco Se ha metido en el
narcotráfico hace 15 años. Una vez que se involucra uno es difícil salir.
Por un lado, está el narco
menudeo, el interno, se da en las clases medias altas y favorece la construcción
de la pasta base, la droga de los pobres que es tan destructiva y esto ocurre
en las barriadas pobres. Hay otra parte que es la exportación de cocaína a gran
escala que se hace con la complicidad de policías y funcionarios, de la
política. Eso es lo que está contado en el Puñal. Entra la droga a España por Portugal
y va a Vigo y avanzan encareciéndose hasta Alemania y mas allá todavía. Es un
negocio impresionante y sofisticado, hecho por señores de traje y corbata que
manejan trasportadoras. Tiene mas que ver con el negocio capitalista que con la
droga pura y pura. Está en el puñal y en la herida.
Conoce el autor a un argentino
sacerdote amigo de Bergoglio. Ha conocido a algunos de ellos. Quiere hacerle un
favor al papa y encontrar a esa monja que dice que la fe también se agota. No
se sabe si se suicidó o se escapó, o la mataron o la secuestraron. Estaba muy
amenazada. No se comunicó con la familia. Desapareció de pronto. El papa la
quería mucho. Los servicios de inteligencia quieren quedar bien con el papa y
la buscan, pero fracasan de forma estrepitosa. Muy enojado le envía su jefe al
sur, a la Patagonia a otra misión política.
Siempre traslada sus cosas
emocionales a sus personajes el autor. Es muy inquietante que a un profesional
duro como es Remil le trasfieran emocionalidades muy humanas, cosas que le han
ocurrido en su vida. En el puñal le trasfirió la desesperación amorosa que
todos hemos vivido en algún momento. Esa mujer que se nos resbala y no podemos
agarrar. En el puñal relata esa obsesión que nos agarra cuando ocurre. Y en la
herida trasfiere algo autobiográfico que vivió. Los padres de Fernández son
asturianos. El padre ya murió. Huyeron de aquí del hambre, de la guerra civil
española en una situación precaria. Son los dos de dos pueblos de Asturias. Se
conocieron, formaron una familia. Ella no logró superar la guerra, quedó
atrapada en el otro lado del mundo, ya casada, con hijos. Nunca pudo venir y
quedarse del todo y ha vivido un gran desgarro. Hace 18 años escribió una
entrevista que tuvo con su madre, fue un momento fuerte de su vida, hablar con su
madre y entrevistarla como hijo y periodista tratando cosas importantes. Ha
tratado de armar el árbol genealógico, armarlo a conciencia, es impresionante,
somos un pedazo de este mundo. Imaginariamente el árbol somos todos, esas
personas que fueron. Tuvo mucho éxito en Argentina ese libro y en España.
Su padre Marcial era camarero de
un bar. Cuando tenía 15 años Fernández el padre descubre con horror que su hijo
quería ser escritor. Y le dice; la literatura es una forma de vagancia. Creía
que su hijo era un vago. Le confirmó al padre sus peores sospechas al entrar al
periodismo que no era para ganar dinero o hacerse famoso como ahora, sino que
era una bohemia. El padre se sintió traicionado por él, no se hablaron durante
8 o 10 años, ni cara a cara. Se sentía muy dolorido traicionado. Su padre hizo
algo que marcó su vida para siempre, le dio por perdido. Le vaticinó la ruina.
Sucedió algo muy bonito cuando
tenia 25 años y y el autor era cronista de sucesos, en el diario popular que se
llamaba la razón (periódico popular multitudinario que cerró hace muchos años y
que nada tenía que ver con el de aquí) Escribía el cadáver de cada día, cada día
hacia una crónica policial. Iba a cubrirla. Mientras leía a Charley Hammet y demás.
Tenia sobremesas con viejos cronistas que eran alcohólicos y les tenía más
miedo a ellos que a los delincuentes. La vida era una academia increíble, popular.
Entonces sucedían muchas cosas en la mafia del futbol y en la industria del secuestro
extorsivo. Con llegada de Alfonsín se echó a varios secuestradores que
trabajaban para la dictadura militar. Esos se dedicaron a lo que sabían hacer
que era secuestrar gente y cobrar rescates. Sabían mucho pero no podían
probarlo. Propuso al director escribir una novela negra a la manera de folletín
contando con la ficción lo que no podían contar como periodista. Y a esto se
dedicó durante 20 años. Fue una gran experiencia. Contó la historia de un periodista
que va a pagar el rescate. Lleva en un bolso dinero, una fortuna. Deja el bolso
en el piso. Se da la vuelta. Y un niño de la calle se lo arrebata y borra.
Termina dramáticamente así el capítulo.
Esa noche sonó teléfono en la redacción.
Era el padre. No se hablaban cara a cara. Pensó que había pasado una tragedia
enorme. ¿Qué pasa, papa? “Quiero saber si va a recuperar el dinero”, le dijo el
padre. El escritor había escrito otros capítulos y no se acordaba de lo de ese
día. “Quiero saber si el periodista recupera el dinero”. A Fernández se le
saltaron las lágrimas, trató de no se diera cuenta de que estaba lagrimeando.
Si, papa, lo va a recuperar. Esté seguro. Perfecto, dijo él y corto. Fernández
fue al baño a llorar, para no llorar delante de sus compañeros. “La literatura
nos había distanciado, pero nos volvió a unir de vuelta. Eso es muy bonito”.
A veces escribir le angustia. Sin
embargo, se ha convertido en trabajador adicto, para responder a la falta de
esperanza en esa profesión de su padre. Aún cree que tiene que luchar contra
esa profesión. Un día soñó que era un desempleado que caminaba en una marcha de
menesterosos. Y su padre le tocaba y le decía; “te lo dije Jorge, pero no me
hiciste caso” Este recuerdo familiar viene a cuenta porque todos nosotros
tenemos una herida fundamental. O varias. A veces es consciente o no. Él lucha
contra la herida de que su padre le diera por perdido. Es un conflicto íntimo de
personas sentimentales y se la colocó al padre de la inteligencia que es el
padre simbólico. Remil fracasa y su padre simbólico le da por perdido. Le manda
al sur a la Patagonia a hacer un trabajo político. Seguirá obsesionado hasta el
final por encontrar a la monja para demostrarle al padre que estaba equivocado
y demostrarse así mismo que la profecía no era cierta. Esa emoción en un hombre
duro y despiadado es perturbadora. Es lo que quería que fuera.
En esta parte de la novela en el que
Remil forma parte de un grupo para mejorar el prestigio de un político y
empeorar el de los contrarios, hay daños colaterales mayores que los daños que se
presenten salvar. Se han presentado novelas escritas por policías que hablan
del interior de la policía. Piensas que es cierto porque hay alguien metido
dentro; Falsificaciones, historias que se borran para que nadie acuda al pasado
para desprestigiar al político. El lector piensa que eso es verdad. No es una
verdad literaria, pero es la verdad funcional que cuenta la verdad. A veces la
ficción cuenta la verdad mucho mas que el periodismo. Cuando escribió el puñal
durante 30 años ha tratado de que los servicios de inteligencia no le intoxicaran.
Y es que hay muchos colegas alli y aquí que frecuentan de manera promiscua a
los servicios de inteligencia que les dan el dosier. Eso pasa ahora y hace unas
décadas. Ese político que lleva su nombre conoce el proceso. Hay periodistas que
se han dejado intoxicar por estos servicios. El no quiso hablar con esos agentes
de inteligencia que se dedican a eso para que no pudieran contar historias tan
irresistibles que sintiera estaba haciéndoles un favor, aunque lo trasformara
en otra cosa. Se libró mucho de estos servicios.
Fue un éxito el libro,
lo compró la productora que hizo relatos salvajes y la de Almodóvar. Pasaron la
novela al cine. Está haciendo ahora la promoción de la novela. Un argentino que
trabaja para el servicio de inteligencia extranjero le llamó, hay una serie de
personas fanáticos de Remil que quieren verte. Quieren que les firmes un libro,
nada más. Fernández trabaja en la radio todas las noches. Les dijo que por las
noches les iba a atender y firmar. Eran policías entrenados en EE.UU, Europa y
aquí, que no intoxicaban. Les invitó. Estaba sentado con hombres peligrosos. Fernández
dijo; no vengo como periodista sino como novelista. ¿Qué he hecho que piensan
que esta mal en el oficio de ustedes? ¿qué hice mal con el puñal? Solo le
dijeron que la pistola de 9 milímetros no tiene martillo. Ahora consulta a
expertos armeros para que le asesoren en las próximas novelas.
Empezaron a
hablar y uno le dijo; “¿cómo ha sabido qué mataron a los tres jóvenes en el sur?!
Es ficción la parte en la que roban el camión equivocado. Los narcos les matan
a los tres. Era una ficción dentro de lo que estaba construyendo. Pero aquel espía
le dijo muy serio; “eso pasó y solo tres personas lo sabíamos en este país, ¿Quién
de los otros dos te lo dijo?”. Te juro que es fruto de mi imaginación, les
decía el autor. Ahí te das cuenta de que te pueden matar por algo que
imaginaste. Cuando conoces la materia de lo que escribís, ayudado por la
imaginación, eres capaz de contar cosas que han sucedido e incluso que
sucederán. Están ancladas en las realidades.
Ha vivido en el
sur Patagonia 5 años. Lo que él hace es mostrar en una pequeña provincia, en un
pequeño lugar, como se mueve la nueva política. Es inquietante. Es
absolutamente teatral. Va con una operadora político al sur y un grupo de gente
complicada le intenta levantar la imagen a un político mediocre. Lo primero que
hacen es crearle un falso pasado heroico, una biografía falsa, con la que crean
una épica, un discurso. Le enseñan a estudiar ese guion, a convertirse en un
personaje. Hace una campaña en línea junto a estas cosas. Compran a la
oposición y vigilan a los jueces; los que vayan a favor son ascendidos. Los que
van en contra son congelados. Si un juez es demasiado rebelde y tiene algo que
ocultar se le extorsiona o amenaza. Eso sucede en algunos países. Esos
tejemanejes son supuestos de la nueva política muy complejos donde los servicios
secretos trabajan al lado de los especialistas de marcas. Muestra su lado de
atrás que tiene que ver con el populismo, una nueva forma de King Kong de esta
teatralidad y esos tejemanejes. Ocurre y va a seguir ocurriendo. Es una
enfermedad nueva que respira cosas del pasado. Es una enfermedad de la
democracia. La democracia actual tiene dos talones de Aquiles; no ha resuelto
la desigualdad y ha producido la corrupción. No conoce el autor régimen
político mejor que la democracia. Otros regímenes han creado mas desigualdad,
pobreza y mas corrupción. Es un talón de Aquiles importante, hay que esclarecer
contar y narrar estos problemas. En la democracia siempre aparece un demagogo con
nuevas metodologías que luego en virtud siempre tiene una coartada para
corromperse o ser hegemónico. Siempre hay una cuartada ideológica o intelectual,
o para recaudar dinero. Se recauda dinero para el partido, para la idea. Después
confunden los bolsillos y acaban teniendo mansiones.
¿Vamos a tener más Remil? “Me
temo que sí. Ha tenido mucho éxito”. El escritor trabaja no para el éxito sino
para el lector. Es académico, ha dirigido suplementos literarios, ha tratado
con escritores y ha tenido buenas críticas, pero le interesa el lector de a pie
que lee por placer, que lee de noche, que espera sorpresas y vivir otras
historias con el libro, el lector común corriente. Ha hecho un éxito de este
libro y eso le agrada muchísimo. La realidad política es una novela en general.
Se sienta todas las mañanas y lee todos los periódicos, no solo argentinos,
también españoles. Recorta notas y reportajes, cosas que han sucedido y se dice
esto para Remil”. Y la cascada cada vez es más grande. Está atado a hacer una
crónica. Juan Ruiz, un querido amigo suyo, dice que tiene alma de Vázquez Montalbán,
lo dice en el sentido de que es un articulista político de los domingos en el diario
la nación a la vez que recurre a la novela policial para hacer una larga
crónica policial. Pepe Carvallo podía contar lo que no podía contar Montalbán.
Remil necesita seguir moviéndose en esos terrenos inquietantes por los que se
mueve.
Se abre una rueda o turno de
preguntas unos minutos para el que desee preguntar. Muchos sienten curiosidad
por la novela, los personajes o la realidad política de las cloacas. La novela
puede reflejar mejor estas cosas que el propio periodismo. El periodismo no
puede contar la intimidad de como es un acto de corrupción. Puede contar como
se hizo, los hechos, reproducir una escena con mucha suerte, pero no contar la intimad
de como se hizo, porqué estaban ahí, cuál es la coartada intelectual que tienen
para hacer eso. Ningún corrupto cree que es un corrupto. Tienen la idea de que
es el por el bien de una idea, o de algo. Cobran comisiones y sobornos por el
bien de algo. Creen que son idealistas. Esas cosas la novela lo puede revelar.
El periodismo no está preparado para contar los sentimientos.
Los personajes femeninos de su
novela son extraordinariamente interesantes. Las mujeres son una revolución que
significa mucho. Remil trabaja para una mujer depredadora. Cuando una mujer es mala
es 100 mil veces peor que un hombre porque es más inteligente, es un cinturón
blanco de yudo con inteligencia emocional, es potencialmente peligrosa. Ha creado
8 personajes femeninos con historias de amor y triángulos amorosos.
En los últimos 27 años, en la
provincia la mitad de las personas, el 60%, trabaja en negro, no tiene cloacas
o agua potable, o servicios mínimos. Hay un paro y una desocupación tremenda.
Hay una gobernadora nueva que le ha puesto cara y lucha contra la mafia. Ella
leyó el puñal y entendió como era el entramado de lo mafioso, que se une al estado
del narcotráfico, la mafia policial judicial y la del futbol vinculado con
estos asuntos. Los hooligans de varios países estan en el negocio de la cocaína,
prestan servicios de matones. El autor se siente orgulloso de esa gobernadora, ojalá
haga lo que dice, ojalá, sería histórico. Se enorgullece de que una novela, no un
artículo periodístico, muestre como es la realidad. María Eugenia Vidal se
llama la gobernadora. Ella se enfrento a la mafia policial, y se trasladó con sus
hijos a una base militar donde actualmente vive.
Se va a retirar en Buenos Aires Falcó
y Remil en España. No sabe si va a llegar vivo a retirarse. Falcó es un chulo,
un duro, que se permite enamorarse, pero Remil nunca se enamora, no usa la palabra
amor, le parece una cursilería, tiene una enfermedad por una mujer. Arturo se
confundió en la presentación 3 veces y dijo Falcó. Si Remil llega y ve a la bella
durmiente actuaría diferente a Falcó. Falcó trataría de desnudarla. Remil en
cambio trataría de llevarla a un sitio seguro. Remil está entrenado. Cuando
estan en la casa de la Villa Tornolia (donde Mussolini pasó su infausta gestión
durante la guerra) hay una pintura impresionante de un grupo de cruzados con
sus armaduras y espadas, feroces, con caras cansadas. Pero sostienen un bebe. Falco
y Remil son esos héroes cansados.
¿Qué los grupos de narco de la novela
sean peruanos causa problema en la Argentina? Si en España se dice que el grupo
es griego hay un problema con los griegos inmediatamente. Fernández muestra un
expediente, tiene el caso archivado por si protestan los grupos. Muchas mafias
de ahora las manejan ex miembros de sendero luminoso. Ha acabado la guerra y se
han dedicado a este otro negocio. Es algo de lo que tenemos miedo de hablar por
el reino de lo políticamente correcto. Hemos mejorado nuestras democracias,
pero hay un momento en que se riza el rizo y no podemos contar la verdad. Son los
tiempos de la post verdad. Si fueran asturianos contaría con todo el dolor del
mundo que son asturianos. Reina ahora la estupidez y los periodistas tienen
miedo de hablar por si se arma un lio descomunal. En la radio todas las noches Fernández
dice cosas y se arman líos. El tema de las redes sociales RSS es curioso, hay diamantes,
mujeres brillantes que ayudan a pensar y hay imbéciles y malvados anónimos de
todo tipo. “En la sociedad humana siempre he sospechado que hay una gran
cantidad de imbéciles esto que llamamos género humano”. Con las redes tenemos
la certeza de que existen estos imbéciles. Cualquier cosa es machista o homófoba.
Los periodistas estan acojonados, tienen miedo a hablar y meterse en líos por
decir cosas normales. Si decimos que sucede en una barriada de Madrid hay líos.
Con esto termina la conferencia y el autor firma libros.
Muy interesante. Creo que este autor ha trabajado desde la literatura pisando sobre campo minado. Esto vale y mucho.
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