3. El castillo de Chambord
Es el castillo más grande del Loira,
a orillas del río Loira, entre jardines y lagos. Francisco I cazaba en el
bosque y se tomó este castillo como una residencia de verano, y de caza. Tenía 400
departamentos. Desde el 81 es patrimonio nacional de la Unesco. Lo diseña un
arquitecto italiano, el mismo que san Pedro del Vaticano en Roma. La escalera
interior sigue un diseño del propio Leonardo Da Vinci, invitado de honor del
castillo. En la planta baja hay 8 cuartos, que dan a una escalera de caracol
doble con la que se suben los tres pisos del castillo. En 1519 el primer conde
de Chambord compra estos terrenos cenagosos sobre los que se alza el palacio. El
castillo, rodeado de lagos, parece de cuento de hadas. Ahora es el museo conde de Chambord, pero fue el santuario de Francisco I, que vivía en
el apartamento superior y desde su terraza veía unas vistas preciosas; el
castillo rodeado de su lago y jardines. El rey tenía que cruzar el puente
levadizo para entrar a su mansión. En las salas de visita cubiertas tenían lugar los desfiles
de la realeza y nobleza desde el siglo XI hasta el XVIII. Bóvedas. Cualquier
persona no podía cruzar el puente levadizo.
Francisco I era un amante de la arquitectura.
En 1515 tras la batalla de Merilloc hace de él su santuario de la caza y de sus
veraneos. En septiembre del 1519 los
condes de Blois restauran el edificio, el torreón y los cimientos. Es un
edificio cuadrado con torres. Se acaban en 1539 los aposentos del rey, más la
capilla real. Laterales-. La de capilla en el primer piso es un recinto no
cubierto. Trabajaron en el castillo muchos obreros, capataces, arquitectos,
siguiendo la arquitectura francesa tradicional, influenciado por lo italiano. Era un castillo fortaleza del Renacimiento, con todas las innovaciones
italianas del renacimiento, con una decoración profusa, y muchos ornamentos.
Posteriormente lo convirtieron en un castillo barroco de ocio, residencia y caza, que ocuparon religiosos y condes y reyes hasta la ilustración y en la época moderna hasta hoy.
Francisco I lo tomó como una residencia presidencial
pero no permanente. La corte francesa siempre ha sido itinerante y además
vivían en varios castillos. Recibía a sus nobles invitados en los cuartos de
visita y lo convierte en residencia real. El rey muere en 1547 y se suspenden
las obras del castillo en 1556. Durante un siglo se paralizan todas las
reformas pero Luis XIV, el rey sol,
acaba el castillo para glorificarse como ejemplo del absolutismo monárquico. En
1545 se hace la habitación baja con cruz griega, un vestíbulo de austeridad
barroca. (El barroco en Francia nada tiene que ver con el barroco manierista que
vemos por ejemplo en Andalucía, sino que era muy austero) Las órdenes religiosas
lo habían ocupado en el siglo XV, al comienzo del barroco. Bramante fue el arquitecto de este palacio renacentista-barroco, el mismo que
hizo San pedro en Roma en 1516. Los techos y vigas son de roble. No había decoración.
Hay una sala en la que se exhibe después el rey sol y se toman las decisiones
de la asamblea de nobles. Una escalera en el punto de convergencia hace de
entrada a 4 vestíbulos. Hay cantones y habitaciones, todas idénticas. La
recamara, el oratorio, el gabinete de trabajo, las escaleras de servicio, las
logias o terrazas con ventanas abiertas. Vivian aquí muchos cortesanos y
sirvientes. Hay muebles artesanados.
Los nobles eran los visitantes del
castillo desde el siglo XVI. La sala de los borbones era la sala de recepción,
alli recibía a sus visitas el rey
Francisco I, o su hijo el rey Enrique II, o Gaston de Orleans, Luis XVI (el rey
guillotinado en la revolución francesa), su hermano Felipe de Orleans, el
mariscal de Sajonia, el mariscal de Berthier en la época de Napoleón o, o “Luis
XVIII” de Orleans “el rey burgués”, y el rey Carlos X y su nieto el conde de
Chambord, que puso haber sido rey bajo el nombre de Enrique V, pero que
murió en el exilio. Luego el palacio pasó a ser propiedad del estado republicano y laico de Francia. La sala de los
ilustres tiene cuadros de Estanislao I
Leszczynski, 1725 1823, rey de Polonia en el exilio, que habitó también el
palacio. Todas las salas son cruciformes, salen al patio. Eran dependencias cortesanas,
con estrictos protocolo de recepción. Hay 8 alojamientos en cada piso, 24
habitaciones en total en toda la torre del homenaje. Había un teatro donde
representaba Moliere. Se ve una vela,
lavaduras, aparatos de música y un teatro. En 1670 Moliere representó el burgués gentilhombre aquí y en 1699
representaron el señor Perpigac, un médico
bufón, la misma historia que la del dramaturgo francés. Revienta de aclamación
la orquesta. Es la historia de un burgués gentilhombre como contestación
humorística al sultán turco. El enviado por el sultán turco resultaba ser un
antiguo jardinero de palacio.
El museo conde Chambord se crea en el siglo XIX. Enrique era duque
de Burdeos y conde de Chambord, y nieto del rey Carlos X, y este rey le regaló
el castillo en 1821, pero el conde nunca llegó a reinar como Enrique V, marchó
al exilio tras las revoluciones que siguieron a la de 1789. Hasta 1821 no conoció
el heredero del rey, el conde Chambord, el nuevo dueño el castillo, que le había
dejado en herencia. Este propietario lo restaura y acondiciona y en 1821 lo
abre a los visitantes. Compra muebles y obras de arte con fondos familiares y
regalos. Tras las tres revoluciones gloriosas o burguesas de 1830, 1840 y 1848 este
rey abdica y la familia real se va a Inglaterra y Austria. En 1830 se exilia la
familia real. En 1834 el conde de Chambord se hace jefe de la casa borbón al
morir Carlos X y el duque de Angulema, su tío. Pero tenía la corte en Viena. En
1870 cae el segundo imperio. Tras la restauración monarquía le llega el exilio.
Firma manifiestos en la prensa en contra de la expropiación de su castillo.
Apegado al régimen monárquico, prohíbe alzar la bandera tricolor francesa. Pero
se instaura la república. Se ve obligado a hacer una colecta nacional y vender
el castillo. En 1853 muere y desaparecen los borbones herederos de Luis XIV.
Ahora es un museo. En 1840 lo consideran patrimonio histórico de Francia y se
financia como obra social. Tenía gran popularidad el museo. En 1915 lo embarga
el estado y lo compran los herederos del conde de Chambord en 1930.
La habitación de la reina María Teresa está al lado de la del rey
Luis XIV, el rey guillotinado. Fue la única que sobrevivió a la guillotina. El
ceremonial de la corte hacia entrar a toda la familia real y a la corte a los
dormitorios de los reyes, mientras se levantaban, acostaban o desayunaban de etiqueta.
Dos sillones y una cama se esconden tras una balaustrada con dosel dorado. Hay mesillas
en tijera. La familia directa estaba sentada en sillas aterciopeladas y el
resto de pie. En la cámara conyugal iba el rey a visitar a su mujer y sus doncellas.
Era el protocolo del levantamiento oficial. En 1683 muere la reina María Teresa
y Ana de Baviera, la delfina y nuera del rey, ocupa la habitación. Mauricio de
Sajonia, mariscal de Sajonia, instala aquí a Cristian Bavor, joven comediante,
que le representa teatro peor que el de
Moliere.
La sala del rey es una sala real de 250 m2. Es la sala pública del castillo,
custodiada por los arqueros del rey y diplomáticos de la corte que querían
entrevistarle. Almuerza y hace la recepción de nobles a la vez. En el XVI se añaden
tabiques y paneles de madera, chimeneas, ventanas y escaleras y
acondicionamientos. Luis XIV aloja aquí la corte en una sala de 35 m2, la
cámara, con gabinetes anexos, y un pasillo lateral. Aloja a su hermano Felipe
de Orleans. La habitación del rey Francisco
I ocupa el centro de la torre en la primera planta. En 1645 se crea esta sala
pública con funciones administrativas y como habitación real. Duerme, come,
recibe gente y consejos. El mobiliario esencial se pone cuando va a venir a
visitarlo y se instalan alfombras y estelas vegetales. En los muros hay colgaduras
y tapices que aíslan el frio. La cena se celebra junto a la chimenea, en enclaustrada
curva. Los Chamberlain duermen cerca del rey para ayudarle. Sobre un banco de escabeles
está pulpito del rey, y en una mesa de caballete disponían sus almuerzos. Hay
un aparador con cofres, y con una puerta cerrada, por la que accedía a unas escaleras
para subir al castillo y al foso y llegar hasta la habitación de la reina o de la
favorita. La recamara del rey Francisco tiene las paredes de madera y es de
forma cuadrada. Está lleno de baúles con prendas de vestir, objetos,
utensilios, una chimenea de techo más bajo que el cuarto, un altillo en la cama
por lo que tenía que subir con escalas. Es un espacio cubierto de madera, con trapos
blanco, y sillas redondeadas. Los pajes dormían en camas plegables. El consejo matutino
a veces se celebraba en el baño. El secretario y los gentilhombres accedían
incluso al espacio más privado, donde el rey cagaba pero hacía la vida política.
También vemos el oratorio, una estancia sin chimenea,
por portaluces. No forma parte de la torre, y tiene forma en curva. Era lugar
de oración y recogimiento último. Es una capilla llena, con una cruz latina, y
aparecen los signos del escudo real; la flor de liss, la orden del blasón, la
salamandra… Notamos el lujo en su cúpula renacentista, y en la puerta doble. También
aparece la salamandra de Francisco I que escupe al demonio y del que sale un
humo beatifico. El rey se alimenta del buen fuego y echa el malo. El oratorio de
Francisco I, está junto a la recamara de la sala rey, y un pasillo con canto, lo
comunica con la habitación de la reina, que también tenía derecho a rezar.
Otras habitaciones son el salón de la compañía,
la primera antecámara, en la sala este oeste, la habitación de los laureles y la
habitación de los invitados. La habitación
de gala, y la parte pública, que se mezclaba con los aposentos. Luis XIV,
el rey sol, se levantaba y acostaba en una ceremonia con los cortesanos, no se podía suspender
el protocolo. Hay muebles recuerdos del marques de Sajonia, los bales de madera
fueron un regalo al mariscal. La duquesa de Orleans lo quería dotar de un
estilo versallesco. Teatralizan el espacio, en la recamara de hueco. Los tapizados
son rojo carmesí. Es el último aspecto que tenía el palacio antes de la revolución.
Luis XVI nombra en 1782 gobernador al duque de Chambord para que le cuide el
palacio, como un noble absentista, ya que él no venía aquí. Esta familia quita
el color ojo y oro de la monarquía. Instalan sillones y tapices para que
viniera María Antonieta y el rey Luis XVI de visita, pero finalmente no vienen.
En 1792 se dispersa el mobiliario, tras la revolución.
En el brazo norte en forma de
cruz estaba la sala de compañía. Se engañan
alli ante los cortesanos antes de ir a misa. Comen los reyes solos a la 1. En las
sillas de tijeras había unos sentados y otros de pie, y traen comida los
camareros. Maurice de Sajonia trae unas modernas mesas de té y de café y de juego.
En las partidas de cartas se gastaban fortunas. Los sillones son policromos. La
chimenea es otro regalo de Luis XVI a Mauricio de Sajonia. Se apostaba el centinela
de guardia junto a él velando su cama.
Vemos la primera antecámara de Luis XIV, rey sol. Sólo los aristócratas con
titulos nobiliarios de la corte cruzan esta habitación. Los demás esperan. Había
una distancia del rey con sus súbditos y entre ellos. Esa familiaridad de Francisco
I ha dejado de existir. Luis XIV la considera una casa de campo rustica y de caza,
porque su residencia real es Versalles. Mauricio de Sajonia 1745 1850 se instala
aquí, cuidándole la casa al rey Luis XVI, como habían hecho sus antepasados con
Luis XIV. Notamos las formas de madera, las colgaduras de seda, los lujosos
muebles. Todo tiene un aire versallesco. Le da permiso para amueblar la
antecámara y llenarla de banderas. Tras sus victorias en los países bajos Luis
XV le deja poner al noble de Sajonia banderas y trofeos. Perteneció esta
estancia a Francisco I, Luis XIV y Mauricio de Segovia. Luis XVI no llego a
venir.
La habitación del gobernador. El rey dejaba al cuidado del castillo
y del parque a los gobernadores. No vivían los reyes alli, veraneaban. Guardaban
sus archivos, las llaves. Así vive allí por ejemplo el marqués de Polillac, que
nombra Luis XI. Por eso hay colecciones propias y de la corona. Acondicionaron una estancia para María
Antonieta que no llega a venir durante la revolución francesa. En 1789 los
Pollilac huyen al extranjero. Los bienes se venden y dispersan. En la
habitación de los laureles vivieron los sucesores de Francisco I hasta la revolución.
El príncipe de Conty también lo visitó. La
estancia de la princesa de Conty es de lo más hermoso. Hay frisos modernos
y telas pintadas. Los distintos reyes trataron de quitar piedra a la fortaleza
antigua, para darla un uso doméstico, y por eso crean techos de escayola
adornados o rebajan la chimenea. El castillo cambia de aspecto. En la habitación
de invitados vivía la hija del rey, la princesa de Conty y madame Levalleé.
Esta habitación fue cerrada durante tiempo. En 1751 se hace un inventario de
los muebles y con la revolución pasa a subastas públicas.
Hay muchos espacios privados, la habitación de invitados, la sala de
los laureles, el teatro de Moliere, las antecámaras, la sala de gala, la sala de
compañía, el museo, el cuarto de la reina, el cuarto del rey, el oratorio, la recamara,
la sala del rey, la galería la mariman, la vivienda de Margarita angulema, el teatro
del mariscal de Sajonia. En el tercer piso se accede al tejado y hay dos exposiciones
de fotografía actualmente. Abandonamos el majestuoso palacio, cruzando el
puente levadizo y alejándonos del lago y sus jardines. Cada 6 horas hay que hacer
un descanso en el autobús según la ley de tráfico de Francia, y aprovechamos para
comer. Nos ponen una película y echamos una siesta a las 4. A las 7 y media hay
que levantarse, el desayuno a las 8, y salir a las 9 menos cuarto hacía nuestro
siguiente destino.
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