8 Monasterio de San Michel.
Este monasterio en pleamar se
convierte en isla. Los cimientos de este monasterio escarpado en la roca del acantilado
los hacen piedra sobre piedra. El bretón lo hablan aún pocos de los viejos
monjes que aún lo habitan. Tienen hasta un cementerio nuevo dentro. Llegamos al
monasterio a través de 400 metros de lanzadera que comunica la isla con tierra.
Aquí se dan las mareas más altas de Europa.
Unos días al año con las mareas de equinoccio (marzo agosto y septiembre)
durante una hora el monasterio se quedaba sin acceso aunque por poco tiempo. Las
mareas se provocan por la atracción de la luna y hoy es luna llena. El
coeficiente de marea no es muy fuerte, hoy es de 71, tendría que ser de 100
para volverse isla. Tiene una abadía en la cumbre y un pueblo abajo. Primero hicieron
la capilla, luego la abadía del siglo X y luego el pueblo del XI.
Un obispo en 708 funda el convento
de la ciudad. En el siglo x los benedictinos lo ocupan. Había que remar hasta
el pueblo hasta el siglo XIV o ir a pie. Era un peñasco. En la guerra de los 100
años se hicieron este tipo de murallas fortificaciones y resistencias, para sobrevivir
a los ataques ingleses. En el 63 fue eliminado el culto. En 1874 es
reconvertido y el convento reabierto. En 79 lo declaran patrimonio de la humanidad
de la Unesco. Hay grandes mareas en el puerto occidental y el agua sube a
velocidad, golpeando las rocas. Un puente comunica la isla con el continente peninsular
y había que andar por la arena, hace años la pasarela no existía.
El peregrinaje a Compostela pasa por aquí, camino a Roma y Jerusalén.
La muralla es del siglo IV y XVI. Luchan estos monjes contra las invasiones inglesas,
enemigos favoritos durante siglos de franceses y bretones. En la guerra de los 100
años Bretaña es ocupada por los ingleses en los siglos XIV y XV, excepto este
monasterio de San Michel. Los bretones protegían esta zona. La guía lleva 5
años comiendo en el mismo restaurante y ahora al fin el camarero se ha
aprendido su nombre hace un mes, y la saluda mientras nos acompaña en la
visita. La isla está rodeada de agua, turismo y peregrinación. Aquí vienen dos
millones y medio de turistas al año. En la abadía hay un millón de personas. El
29 septiembre es el día de Michel.
Peregrinan por toda la bahía, es un sitio religioso. Los militares protegen la
zona de ataques terroristas, desde el fuerte terrorismo islámico que ha habido
en Francia. Tras los atentados de Niza siempre hay militares protegiendo la
zona. Hay pocos monjes, 19 habitantes en la isla, 8 trabajan en la abadía y son
11 monjes: 4 monjes y 7 monjas. Hay granjas campesinos y fincas alrededor, con
ovejas. Pueden votar en el municipio. Hay 100 personas registradas en listas
electorales. Apenas 20 son las que realmente viven aquí. No es un lugar bueno
para vivir. En invierno llueve, hace frio, y en verano es un desierto con dos
mil personas visitándolo. Bretaña parece Galicia, es húmeda, frondosa, con viento,
aunque llueve más en el País Vasco. En Bilbao, ya lo decía Blas de Otero,
siempre llueve, llueve y llueve. Aunque realmente lllovizna mucho, pero cala
poco y a eso aquí lo llamamos sirimiri o calabobos. La langora es una lluvia
fina. Pero el sirimiri no es esa gota larga constante.
La primera capilla se hace con los vikingos. La puerta de la
muralla es el acceso del pueblo y del rey. Vivian los soldados aquí. En el IX y
X los franceses les dan Bretaña a los vikingos de Normandía y del norte en
agradecimiento a su ayuda militar y Rolón es el último líder vikingo y se hace
duque normando. Así evitan además las invasiones bárbaras dandoles ese territorio.
El monasterio es de 1204. Tiene 3 siglos el monasterio. Pertenece a la región de
Bretaña del reino francés. La puerta de soldados es del xv. Es medieval el puente levadizo y la sala de guardia.
Ahora es del ayuntamiento, y es un pueblo normal y corriente a nivel
administrativo, con consejo municipal. Vino aquí Mere Poulard a finales del XIX,
un ama de casa de un restaurador inglés y se casó con el panadero del
monasterio, aquí se inventa en la época la tortilla francesa que es distinta a
la española batida de huevos. En 1888 se crean los crepes. Se mezcla política y
gastronomía. La panadería de San Michel es ahora propiedad del alcalde. La calle
popular la Sirene es la más antigua, del siglo xv. Muchas casas son de
entramado porque había mucha madera y árboles y era barato construir. A finales
del xix restauran todo el pueblo, y crean estas calles principales con tiendas.
La calle más estrecha es la de los cornudos. Si tienes cuernos vikingos no
puedes pasar, pero también se podía referir a las infidelidades de la zona.
Las gaviotas pequeñas y grandes son
los pollos de ciudad agresivos que te roban el crepe o el helado. “Pequeños monstruos,
ratas del aire”, las llama la guía pegándoles una patada. La iglesia es barroca
con un cura secular consagrado que oficia bautizos y funerales. En la iglesia
de la abadía de los monjes siguen la orden reglar y no secular y solo pueden
dar misa y dar la comunión. El clérigo
monacal sigue la regla del monasterio. Hay una estatua del xv de Juana de arco.
Es una península con 1300 años de historia. Lo ocupan los benedictinos hasta la revolución francesa, que cierran
abadías y prohíben ser monje.
El obispo tuvo un sueño, el
arcángel s Miguel le pide construir el monasterio 3 veces, pero al no
reaccionar el obispo le hace un hueco en
la frente y así empieza la construcción en el 708. Iban canónigos de este
monasterio a Italia a robar las reliquias de san Miguel; un trozo de capa, las huella
de sus pies…. Los arcángeles no tienen cuerpo, son una entidad o espíritu.
Puede tomar forma humana en representación antropomórfica. En el monte Garcallo
había un templo dedicado a san Miguel y de allí roban las reliquias. Estas
aumentaban el número de peregrinos. Pagaban a los arquitectos y obreros, con el
dinero de estas donaciones de peregrinos y grandes señores y porque el abad era
un señor feudal eclesiástico con poder religioso pero también terrenal. Los siervos
pagaban diezmos a la iglesia e impuestos.
Por eso está dedicado el
monasterio al arcángel san miguel,
jefe del ejército celeste y soldado de dios con su espada y lanza y escudo para
protegerse. Con su pie pisa al diablo, dragón, al mal. Este monasterio ha
sufrido guerras, incendios y la revolución en la que perdieron todo. Solo queda
la iglesia del XV y la estatua con la lanza y balanza. San Miguel pesa con ella las almas de los difuntos y llama a los
fieles a misa, tres veces al día. Fue fundado el monasterio por el duque de Normandía
de entonces y lo habitan los benedictinos hombres del siglo XI hasta la
revolución francesa.
Se convierte en cárcel durante 70 años, tras la
revolución. No pueden escapar al ser isla. Pero en 1873 los presos se van y
restauran el sitio. Con piedras y cuerdas se construyó una polea para edificar el ábside, alzando la piedra desde el suelo o
falda del castillo. Los monjes paseaban de una sala a otra. Luego se hizo un tribunal
de justicia y los calabozos que ya existían con los monjes se convirtieron en
cárcel de la revolución. Los propios presos movían la rueda de esta polea como
si fueran ratones corriendo. En el montacargas metían a los presos y subían las
piedras o la comida. Hasta 1820 estuvo esta cárcel y polea. Hace 40 años empieza
la restauración. En los 60 vuelven los benedictinos. Están 5 al final del siglo
xx. Ahora lo lleva una orden mista de religiosos de Jerusalén. La cumbre son 80
m de altura y otras 80 con la estatua.
La isla se cubre de arena sobre el canal de la Mancha. En las mareas
fuentes de equinoccio, el mar rodea el sitio y luego se retira a 12 k en marea
baja. La cisterna del s xv se quedó seca. Hicieron una pasarela nueva de
madera. Había un dique a finales del
xix para canalizar el agua y que no se hiciera el sitio isla. Aparcabas al pie
del sitio, ibas andando y luego nadando
pero desde 2007 hay una lanzadera.
En 2009 se hizo la presa sobre el
rio. Abría las compuertas y el agua salía al mar. Quitan arenas y sedimentos.
En 2012 se termina la lanzadera y en 2014 el
puente. El agua baja bajo el puente. Hay maquetas.
La terraza oeste mira a Jerusalén.
El monasterio originalmente es una construcción románica del XI y las dos
torres del XII. A finales XIII hay un incendio y se derribaron los muros y ardió
todo. La fachada es de ese siglo IX y de granito. Se ven otras islas desde
aquí. Hay muchas canteras de piedra de granito por las islas vecinas, las
trasladan en barco. Hay firmas de canteros en la piedra, cada una con un símbolo
para contabilizar las que se hacían en una semana y pagar a los canteros y obreros.
Trabajan a destajo, cuantas más haces más cobras. En la primera capilla se
oficiaban ritos funerarios y ya era un sitio sagrado. En otras islas hay tumbas
y fortalezas destruidas en el XVII con gaviotas u bichos, como si no hubiera
bastante aquí. A bajamar se puede ir andando a la bahía. La parte norte es
salvaje, hay un bosque y pueblo. La iglesia de la abadía es de cruz latina románica,
con una bóveda y armazón de madera de principios del XI, no de piedra. La piedra
pesa demasiado. Se apoya en criptas subterráneas. Los edificios se apoyan
contra las paredes pues todo es vertical y sobre la roca. En superposiciones.
La iglesia cristiana se derrumbó en el XII pero sigue habiendo partes
románicas. Era más larga en su origen. Tiene un ábside gótico, que a mitad del
XV se derribó. Los ingleses lo destruyeron con un cañón y en el XV y XVI lo reconstruyen
los monjes. El monasterio es gótico flamígero. La bóveda cae sobre columnas y
arbotantes, como en Chartes y Notre Dame. Los muros cierran con su encanto,
pero no soportan el peso, por eso son tan finos. Las ventanas buscan la luz.
Los monjes benedictinos hacían 7
rezos al día, y comían dos veces al día. Juraban voto de pobreza silencio
castidad y obediencia, eran una comunidad muy cerrada y con reglas. No tienen
contacto con el exterior y el gran mundo, excepto los peregrinos. Era de
clausura, dedicado a dios. Desde 2001 la comunidad es mixta. Comen 3 veces al día.
No es ya de clausura y visten hábito azul claro ellas y azul oscuro ellos.
Hacen 3 misas al día: 7 de la mañana, 11 y media y 7 de la tarde. Cualquiera
puede escuchar su misa gratis, y los monjes pueden salir y saber que pasa en el
mundo. Bajo tierra está ahora la primera iglesia con las reliquias de san Miguel.
La de la abadía era más simple, pues aquí el barroco era más sobrio y reducido
que en España (Andalucía y sus profesiones y estatuas) El ábside es gótico con bóvedas
y un altar, es de apertura con círculos en la cubierta, y del XI, la venta
comunica con la cripta. Debajo del campanario vemos el órgano de la ex capilla.
En el s xv guardaban las piedras en la cripta y con poleas subían esas piedras
para reconstruir el ábside. Era un almacén militar a partir de la revolución
francesa, con las dos guerras mundiales. San miguel significa “mi ael”, como
dios. En invierno hay poca gente en la iglesia y en verano la gente lo visita más
que ir a misa pero es importante mantener el culto.
La abadía es el centro de los monumentos
nacionales de Francia, pertenece al gobierno francés y al estado. Pero lo van a
privatizar. Alquila el estado a los monjes el sito por un precio simbólico pues
Francia es un estado laico. Es patrimonio de la humanidad desde el 89. Viven de donaciones, como los benedictinos, o
sobreviven. Los señores de la abadía reciben 18 mil turistas al día. 5 millones
se embolsa el estado con este turismo. Ese dinero sirve para repartirlo a otros
monumentos más pequeños que no son rentables. Con la expropiación de Mendizábal
en España y la revolución francesa muchas órdenes pasan a lo público y ahora
con el capitalismo a lo privado. El dormitorio de monjes y el claustro es del
siglo XI. Lo están restaurando desde el año pasado. Las columnas se dañan por
dentro. La capilla es del s VIII construida por el obispo normando. El duque
hace el monasterio en el X y según el arte románico en el XI. Todo este
monasterio original es destruido a principios del XIII. Normandía pertenecía a Inglaterra
pero el rey francés trata de recuperarlo y destruye una parte del monasterio. Son
6 pisos en total. El armazón es de madera en vez de acabar en una bóveda. Hay tres
salas bajo nuestros pies.
El claustro era lugar de paseo y meditación, habían jurado voto de silencio,
y no pueden hablar, pero si sentarse a leer. Pasear, meditar por este jardín
medieval de flores y hierbas, pero no frutas. Hay 137 columnas en todo el
monasterio, de piedra mármol y bronce en capas sedimentarias de piedras
calcáreas. Esta piedra de Normandía es fácil de esculpir, y se endurece aún más
con el hierro. Hay florituras y ornamentos religiosos, como el cordero y una
representación del Jerusalén celeste, y esculturas de santos destruidas en la
revolución. Cortaron las cabezas, azul y rosa, de la iglesia al refectorio. Las
puertas dan al cabido o sala de los
monjes. Se tapian estas puertas, en el xx se arreglan las ventanas que dan a la
bahía. Los monjes comen en el refectorio
y en el lavatorio se lavan manos
y pies en la pascua y en el viernes santos imitando la última cena. Usan agua especial
y bendecida para rituales. Hay espacios entre las dos columnas, y las columnas
y baldosas del suelo marcan el rumbo de los paseos de los monjes, cada columna significa
el paso que dan los monjes, por lo que tienen un sentido técnico y estético, simbólico.
Comían allí a lo máximo 60 monjes. Se reconstruye esta sala imitando a cuando
eran 540 en el s XIII. Hay mucho espacio vacío. La abadía era influyente pero
no grande. En el comedor comían en silencio pero un monje sentado de espaldas
al muro leía, sobre el pulpito, vidas de santos. Comidan dos veces al día. A
hora temprana. Legumbres lentejas sopa cereal pan queso y carne pero no de
animales de cuatro patas pues les creían con alma, pero pollo y pescado sí.
Bebían cerveza, vino ligero u agua, dos veces al día. En silencio escuchaban al
monje que contaba leyendas, o con voz baja y monótona leía la biblia. Leía uno
y los demás comían, lo de leer comiendo no solo lo hago yo. Se oye con tanto eco gracias al armazón ancho:
entra la luz pero no la vemos por las ventanas y funcionan estas columnas como
cajas de resonancia que aumentan el eco. En todas partes se oye igual como si
pusieran altavoces. Con ademanes gestuales se pedían los cubiertos en la mesa.
La sal o el pescado o el pan se pedían con el puño cerrado. Si se llevaban la mano
a la nariz querían mostaza. El refectorio tiene buena acústica, y es restaurado
en los años 50.
Visitamos después del comedor la sala de huéspedes, donde reyes y
nobles, que iban también de peregrinación, se reunían. En la cocina los reyes
tienen una dieta mejor, buey, y carne. Un tapiz dividía las cocinas y el comedor de gente importante. Usan la chimenea
como calefacción. Los monjes vivían sin lujo en el siglo XIII pero los reyes
no. Hasta los aseos y letrinas de las visitas importantes eran lujosas. La
riqueza y suerte del monasterio dependía de estos peregrinos importantes.
Tenían terrazas, alfombras, tapices, para protegerse del frio, era una zona
lujosa. Las habitaciones no se pueden ver y la cripta está bajo el ábside y
altar. Al ser cóncava la columna el sonido rebota por toda la sala. La cripta románica
no podía sostener el ábside gótico por problemas técnicos y debajo se ponen columnas.
Debajo del órgano está la capilla de s Martín, la más antigua,
románica del siglo xi, con un muro de 3 metros y 2 de ancho que soporta la iglesia
encima. Los monjes viven en su espacio privado. No era una capilla funeraria,
pero los peregrinos pedían misas por difuntos y monjes. Al lado de la cisterna
vemos el cementerio de los monjes, donde echaban los huesos al foso. Junto a la
presa se lavaban el cuerpo, y rezaban durante tres noches. En el cementerio de san
Esteban hay una virgen del siglo xv, de Borgoña. Siguen esa rígida regla en la abadía,
y esta virgen con el niño simboliza vida y muerte. Construyeron en su honor la
iglesia del siglo X de nuestra señora y se pueden visitar los calabozos
medievales. Primero hicieron la sala románica y la bóveda vino después. La
última sala no se sabe si es un comedor con pasillos porque había mesas y estanterías,
plantas, y probablemente allí celebraban comidas. Es una hipótesis. Durante
años han dicho que era un paseo de monjes. La roca se apoya contra el granito
del monte, por lo que había filtraciones de agua y humedad, goteras, por todo
el monasterio. Hoy que lo visitamos nos llueve mucho. En la biblioteca estudian los monjes del siglo XIII que copiaban e
ilustraban manuscritos. Dejaron de hacerlo y compraron biblias de otros
monasterios. Se conservan pocos pergaminos. Hay muchas ventanas para leer con
luz. Una trampa en el suelo comunica con el almacén de comida y posible cocina. Había cuatro letrinas. Los dos pisos son del siglo
XIII. La sala de máquinas era la zona de acogida de peregrinos, y antiguo
almacén. Arriba están los pisos más importantes donde se desarrollaba la vida
espiritual, intelectual y de meditación contemplativa.
9 Cancale. El pueblo de las ostras
No tiene centro histórico, pero si
un puerto lleno de restaurantes y puestos de ostras, barcos de pesca y muchos
turistas. Se pueden comer ostras al aire libre. El puerto de Ambaras es el paraíso
de las ostras. Sus habitantes viven obsesionados con estas ostras que te ponen
hasta para desayunar. Tampoco podemos dejar de comer mejillón con patatas fritas
en saint Malo. La ostra mediterránea es oscura, negra y pequeña y se come en
Italia, Grecia, Albania y Galicia. El chorito
en chile, Islas malvinas y Brasil. La ostra atlántica o común ha sido
introducida en China, el mayor productor del mundo. Las ostras se pescan mucho
en la ría aurusa o rías bajas gallegas. Francia es el mayor comprador.
Compramos la semilla de los franceses, la cultivamos y les llevamos de vuelta las
ostras. Es un animal filtrador, con filoplactom, al que se adhieren materias y
organismos. Se expulsa el agua y estos animalitos y el alimento que queda se
come con limón. En bateas se cultiva en Galicia las ostras, en plataformas
cuando la marea baja es de 400 m. En Normandía e Italia se cultiva en estacas,
se pone una red, o un flotador de pesca. Existe la ostra plana, cogida en
libertad. Y la ostra de cultivo, se introduce la semilla en los laboratorios.
Por doce ostras, el cuenco y el limón sólo nos cobran 3e. ¡Y pensar que la
noche anterior nos gastamos una fortuna en una mariscada! Las orillas del
puerto rocoso están llenas de cascaras de las ostras de los turistas.
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