TRIO METAFISICO EN EL PARAISO
Poema de vida y manzana
(Dedicado a Zuhaitz y Sofia, teosoficos y antroposofos de la poesía)
No vi primero al árbol ni al gusano.
Vi algo a lo que no llamaba: eran muchas, pero sólo me
cayó una
La mordí primero, curiosa y tentada
Y luego la nombré
Ahora cada vez que muerdo la Vida sabe más al nombre que al
primer sabor.
Caía de un árbol de vida, al que llamé ciencia.
No podía ya paladearla sin nombrarla
Cada vez la veía con más luz y más nombres
La luz primero me cegó arrancándome los ojos, pero luego me
acostumbré a ella
El sabor de las siguientes ya no fue el mismo, sabían más
al nombre.
Primero culpé de esto a la serpiente arrastrándose abajo,
pero enhiesta de lengua
Creyendo al árbol Dios, y que yo lo había creado a mi
imagen y semejanza,
(Cuando sólo le había dado
nombre), culpé después al árbol, soberbio allí arriba.
Sólo se oía mi voz culpando: El
árbol callaba sin intervenir.
Y la serpiente
me seguía sacando su lengua sin palabras
Llegué a echar la culpa a la propia manzana
Pero… ¡El pecado fue nombrarla!
La manzana solo era la manzana, cada vez con más nombres
Sí añoraba tanto la primera: Esa era la mejor Y la peor
sería la última
Todo y Nada me aterraba
Las sombras serpenteantes y las ramas al viento
Y para quitar el miedo soñaba con regresar al árbol sin
nombre
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Me estremecí, había Otro allí
Adán la llamaba diferente, pero la había descubierto yo
Y me la quedé para mí.
En cambio a Eva no le bastó con degustarla ella
Le engañó para que también la mordiera, hasta hacerle
tragar su nombre
Y él humilló a la manzana y se río de ella, pero siguió
mordiéndola
A mí me insultó aún más
Ellos continuaron la estirpe del pecado original, del
estigma de Caín.
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Los tres fuimos expulsados del edén
Por la serpiente. O por el árbol de ramas aladas. O quizá
nos fuimos nosotros
Cubrimos de palabra la manzana desnuda
Y con una verja al árbol de vida
Para que nadie lo robara, ni siquiera nosotros mismos
Hemos tardado en darnos cuenta de que del mordisco y del
nombre
ni el árbol ni la serpiente ni la manzana tienen sólo la
culpa
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Ellos Dos siguen pasándosela de boca en boca
Vienen de un mismo cuerpo y por eso se buscan y huyen
A veces me piden que los Tres seamos Uno
Una misma manzana
Lo que les divierte no es la manzana sino metérsela al otro
y quitársela
Somos infelices desde que la nombramos.
Sabe a más Nombre pero no mejor
¡Ojala nuestra última manzana sea como la primera!
A la que no dábamos nombre.
¡Oh, volver allí!
Lilith (G. Villar)
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