Existían antecedentes de Madame Bovary en las historias que había para las mujeres mal casadas. Madame Bovary esta escrita para escarmiento de las adulteras, al igual que el Quijote como burla de los soñadores y los libros de caballería. El matrimonio en el XIX era un contrato económico, un pacto para toda la vida, siempre dominado por la religión. En aquella época la mujer no tenía más forma de triunfar y llevar una vida holgada que casándose o haciéndose monja. El abate Presvot escribió Manen Lescaut como escarmiento de todas esas adulteras. La novela realista del XIX fue una crónica de las infidelidades de aquellos matrimonios tan aburridos, y un inventario de sus mansiones y trastos. Al igual que Cervantes quiso burlarse de los libros de caballería de la época, aquí Flaubert se ríe de las novelas cursis y romanticonas que leían estas mujeres en el siglo XVIII y XIX. Sin embargo Flaubert llega a cogerle simpatía a su personaje. Su frivolidad, la de buscarse tantos amantes, en el fondo refleja la imposibilidad que tenía esa mujer para dominar la fantasía. Como a un personaje psicótico o esquizofrénico la fantasía la había desbordado, invadiendo la realidad. Flaubert reconoce que no la tomado de modelo, que esa mujer no existe, que es un invento, que es obra mía, llega a decir Madame Bovary soy yo. Bovary es fruto de su autonomía, de su fantasía y propia imaginación. En 20 pueblos de Francia está llorando una mujer mientras escribo Bovary, decía. El romanticismo ya no sólo es una enfermedad burguesa sino un mal endogámico que afectaba a todas estas muchachas. Claro que en Flaubert hay paternalismo, patriarcado y machismo. Madame Bovary era víctima de sus amantes que se aprovechaban sexualmente de ella y se reían de ella. Era una víctima, se aprovechaban de ella, ahí vemos el paternalismo; ella es una mujer inmadura e inofensiva a la que hay que proteger de los hombres malvados. Pero Madame Bovary era una adulta que sabía lo que se hacía, las consecuencias que traerían su amoríos. Tampoco es culpable de lo que hizo, no podemos censurarla tampoco. Simplemente eligió para su vida esos idilios y sufrió las consecuencias de su decisión.
Flaubert como todo
escritor de su época denegaba del romanticismo. Él era realista si se puede
llamar realismo al arte de reflejar de forma mimética la realidad, con grandes
dotes de observador. Sin embargo reconoce que empezó escribiendo por su odio al
realismo. La falsa idealidad engaña a las mujeres en estos tiempos que corren,
cuando aún hay secuelas del romanticismo. Hablamos de 1856. El romanticismo no
es solo rechazado sino completado por lo que esta obra no escapa al
romanticismo. Usa arquetipos románticos para criticarlos. El subtítulo de la
novela podía ser amores en las comarcas o las costumbres de provincia porque
todos estos autores se basan en el costumbrismo para retratar cierta realidad.
Usan materiales melodramáticos para reírse y parodiar el romanticismo. Flaubert
dirá; no quiero héroes ni antihéroes ni monstruos, nada de Walter Scott.
Flaubert viajó por Grecia Turquía y por toda Europa pero sus novelas no son
grandes aventuras como en el Grand Tour romántico. No. Flaubert describe un
pueblo de la campiña francesa, una ciudad de comarcas (como el pueblo del
quijote) dónde esta señora se dedica a leer novelas de amor e idealizar París.
A Vargas Llosa esta novela le parece muy sugestiva. Inmortaliza las pasiones
humanas en un entorno pequeño con gran detalle. Es la novela total, meta
novela, que habla de otras novelas. Y es una novela total también porque su
autor es un narrador omnisciente que sabe todo de la protagonista, lo que dice,
lo que hace, incluso lo que piensa y siente. Lo importante es el fondo pero
también la forma, el libro se sostiene con la fuerza del estilo como tierra en
el aire. El tema está afuera invisible, no se impone. No se impone, se sugiere,
porque la novela apela a las emociones y sobre todo a los sentidos; los
colores, los sabores, la sensualidad, todo entra por los sentidos. Vargas Llosa
tiene una novela sobre Madame Bovary, un ensayo a finales de los 60, y también
está la novela cómo eran las ligas de la Bovary de Umbral. Una novela que no
sólo satisface los sentidos sino que tiende a completarlos.
Al igual que el Quijote
esta señora ególatra, narcisista y frívola ha perdido la cabeza leyendo
historias de amor. Flaubert nos retrata la fantasía, la capacidad de inventar
historias. Bovarysmo y quijotismo en cualquier diccionario francés es sinónimo
del estado de insatisfacción crónica. Hay un fuerte contraste entre las aspiraciones
y ambiciones desproporcionadas y la realidad que se le impone. En 1903, a
principio de siglo, el bovarysmo es el poder que tiene el ser humano de concebirse
de modo distinto a lo que es estipulado. Se sale del tiesto, se sale de la
estructura y por eso ambas novelas tienen su moralina; no te salgas de la
tangente o te pasará como a Enma. Todo hombre padece esta enfermedad romántica,
la ilusión sobre uno mismo y sobre el mundo. La fantasía causa alegría pero
también daño. Cuánto daño hacían novelas como el suicido del joven Wherter, que
por contagio e imitación, provocó una oleada de suicidios en Europa.
Enma es una platónica, podríamos
decir, ha concebido la realidad por esos libros sentimentales antes que por la
experiencia (primero las ideas y luego la vida, la realidad). Por eso esta cómoda
en la idea pero fracasa en la praxis. Sus sentimientos son una obcecación y una
obsesión de su mente. Ella no amaba a sus amantes sino la idea de tener
amantes, de identificarse con las protagonistas de las novelas. Es como si
tuviera prejuicios intelectuales antes de conocer la fenomenología. Flaubert
retrata de forma tan realista ese mundo que lo tomamos por real, igual que ella
tomó por real lo que leía. No vemos el andamiaje de la construcción narrativa,
es invisible, el artificio del arte nos hace creer la novela como real, como
una ilusión de realidad. Es un libro cómico si uno se ríe de ella como sus
amantes. Un libro poético si nos quedamos solo en la historia de amor. Y un
libro trágico que acaba en suicidio. Nos habla de la fantasía e ilusión de la
literatura, igual que el quijote o la conjura de los necios, quijote moderno o
post. Habla de la bondad, de la lucha por la injusticia en Quijano. Emma
satisface su deseo personal, ensimismado, interno. Cumple sus sueños estereotipados
de la realidad, de lo que ella cree que es el amor. Pero ni siquiera explora el
amor, sólo quiere tener amantes, no va con autenticidad al amor sino que se
enamora del amor. La ponente tiene mucho cariño y empatía por Emma, le da mucha
pena esta mujer, que no deja de ser una tonta, una frívola. Era una Boba- ry. Las
lectoras de esta época eran mujeres, y los maridos debían tener cuidado de que
sus mujeres no leyeran muchas novelas a riesgo de que se convirtieran en unas emancipadas,
unas sabihondas como las de Moliere o unas marisabidillas. Que las mujeres no
lean novelas o se volverán locas, e intentarán emular a los hombres. Evitemos
que las mujeres sueñen con un caballero que las rescate en su caballo blanco y
que se contenten con su marido.
La novela realista se eleva
a genero con mucha altura en las hermanas Fortunata y Jacinta o en sentido y
sensibilidad y orgullo y prejuicio. El tema de la infiel o adultera se trata en Manon Lescaut, la Regenta (Ana Ozores) y Ana Caterina. Estos retratos de
personajes son románticos parodiados.
También es un lamento de
los ecos románticos, de un romanticismo casi extinto, que estaba muriendo.
Incluso una lectura anti religiosa. Emma se ponía de rodillas en el
confesionario, “escuchaba el cuchicheo del confesor, los sermones la removían
dulzuras injustificadas en el fondo del alma”. Y es que también es una novela
sobre el pecado. También es una novela social. Emma es una burguesita que nació
en la orilla indicada pero en la trastienda de los barrios parisinos los pobres
conocieron la injusticia del mundo. Emma el campo lo tenía muy visto, conocía
los arados, las eras, le gustaban los aspectos turbulentos, los paisajes
decadentistas como a todos los románticos. Del mar la tempestad, el verdor del
campo sobre todo cuando había ruinas cerca, el paisaje que completaba su
corazón, prefiere emociones a paisajes. Ella es libre y autónoma, no necesita
nada y en todo ve romanticismo. El farmacéutico por el contrario refleja el
pueblo llano, el pragmatismo y materialismo sanchesco, incluso la caricatura
del racionalismo ilustrado, por hacerse listillo pedante habla de los fármacos.
A Flaubert le parecía grotesco el progreso, iba contra el progreso y contra la razón.
Se ponía virulento contra el racionalismo a ultranza. En Bouvard y Pecuchet hace
otra parodia contra el racionalismo. En su diccionario de lugares comunes desmonta lo que está bien, lo que es
razonable. La ironía no excluye patético, lo amplifica.
El método de Flaubert, el
cómo creaba estas fantasías, se puede ver en su poética de la que habla explícitamente
en su correspondencia. Ahí está su ideología de izquierdas, menos comprometida
y menos activista que la de Zola. No se satisfacía con nadie, era muy perfeccionista
y duro consigo mismo, no se perdonaba ni una. Manejó la pluma como un bisturí
(el padre de Flaubert era cirujano), se tomaba la escritura como un anatomista
que hurgara en los personajes. Se ve su idealismo a través del estilo y la
prosa. Su bisturí de cirujano era frio como el hielo. Tenemos el ejemplo en su
obra las tentaciones de san Antonio, una novela que él mismo consideró fracasada,
por su exceso subjetividad. No debemos escribir con inspiración ni corazón. La
literatura no se escribe solo con buenos sentimientos. Solo. Se escribe con
buenos sentimientos y con más cosas. El corazón de calor al cerebro pero es el
cerebro el que manda. Y sin embargo Flaubert estaba en contra del dogmatismo
racionalista. El escritor realista no debe expresar opinión acerca de nada, ¿acaso
Dios nos ha dado su opinión? El artista está en la obra como un Dios, invisible
pero todo poderoso. Está en todas partes pero no se le ve. Exponer, no juzga, ni cree ni juzga al
personaje. Es un esfuerzo impresionante de objetividad. Ese era su método.
Todas las siques de los personajes están genial descritas; ella, sus amantes,
su marido (al que ignora, que está invisible pero esta, latente, en toda la
historia), incluso los personajes secundarios. Flaubert como todo realista no
creerá en la inspiración sino en el trabajo, su literatura es una obra igual a
la del artesano que requiere mucho esfuerzo, trabajo y más trabajo. La
inspiración es inconsciente. El trabajo es algo consciente. Te fuerzas a
escribir aunque no tengas el día inspirado. Hay una identificación increíble
entre la protagonista y sus lectoras. A Bovary se la ama o se la odia, pero a
nadie deja indiferente. La impersonalidad y el objetivismo de sus sicologías
nos hacen sin embargo llegar hasta ellas gracias al esfuerzo de ese narrador
omnisciente. Para eso el escritor tenía que proyectar su ego en todo,
identificarse con todos sus personajes, entender cómo pensaba y sentía Emma. De
ahí que dijera Madame Bovary sé mua. La ingesta de veneno al final de la novela
la recreamos en nuestra imaginación como una película. Tal era la precisión de
detalles.
Para escribir esta escena
con la mayor objetividad él mismo se envenenó y se metió el dedo hasta el
tuétano vomitando la cena. Aquella noche ya no comió nada. La novela también
toca el tema sexual por supuesto velado y disimulado por la época en que se
escribió. El eufemístico encuentro carnal entre Emma y su amante Rodolfo al
bajar del caballo en el campo. El sol rojo que les calienta, el viento que pega
en el ojo, las palabras que se decían, todo está ahí magníficamente retratado.
El narrador que luego aparece y desaparece nos da cercanía de lo que está contando
Flaubert siempre en estilo indirecto libre (ella dijo que) Este narrador
omnisciente lo sabe todo, describe los atributos y lo que los objetos
significan para ellos, siempre con la palabra precisa. Forma y fondo deben ir unidos,
no podemos separar cuerpo y alma, todo va unido en armonía, con una plástica
sonora. Escenas plásticamente bellas, donde nada chirria. La prueba de si el
texto es bueno es gritar y ver si suena bien. Una voz muy alta, declamada,
expulsar una voz muy lejos o solo la voz del grito fuera de su casa, a orillas
del Sena, con los arboles de testigos. Cuanto más bella es una idea más sonora
es la frase.
La precisión del
pensamiento hace y es en si misma la de la palabra. Platón y en el siglo XVII varios
autores decían que lo que se concibe bien se expresa bien. La poesía es para el
realista tan precisa como la geometría, nada hay azaroso, todo es una construcción
cultural. En esta novela aparece controlado la estructura, la expresión y la armonía.
Escribir prosa como quien escribe poesía era algo inédito. Como un buen verso
la prosa es inalterable. Tiene musicalidad, cacofonías, hay que pulirla. Las
cosas no vienen a cuento. Hay que cribar como un loco. Es la estilización de lo
real el modo novedoso de Flaubert. Extraer del caos un principio de orden, como
ya vio el idealista Platón en lo bello y verdadero con B mayúscula. Debemos ir
a por ello, pues la verdad y la belleza existen. Todo depende de la planificación
u concepción de la obra, que todo esté en equilibrio, perfectamente hilado. Las
perlas componen el collar pero es el hilo el que hace el collar, hilar toda la
novela, que resulte coherente. Los hallazgos son bonitos pero tiene que haber una
unidad que de continuidad a la novela. La novela se basa en temas banales, para
que una cosa sea interesante basta con mirarla mucho tiempo. Nabokov comentó la
obra de Bovary, pues era crítico además de novelista. El escritor debe acariciar
los detalles de su ficción, lo que va a concentrar todo, la manera tan intensa
como el gran hecho que va de lo común a lo excepcional y extraordinario. Se
trata de un materialismo subjetivo donde
los sentimientos y emociones tienen un peso, se puedan pesar, coger. En toda la
novela está presente la idea de fatalidad. Basta con que Rodolfo la diga que es
muy hermosa para que ella caiga en sus brazos. Una palabra como esa siempre
hace su efecto en estas jóvenes de provincias. Emma no se cree responsable de
sus actos, no quiere elegir y como los niños pequeños lo quiere todo. Emma no
se cree libre sino movida por el determinismo de su destino, de sus novelas,
ese destino o sino de Don Álvaro, de los románticos. La lectura patriarcal y
paternalista es un proteccionismo hacía ella, en el sentido que la victimiza
como víctima de sus circunstancias. Se aprovecharon de ella, se reían de ella, ¡pobre
mujer!… pero Emma Bovary es una adulta que sabe lo que se hace, que cuando
elige el placer sabe las consecuencias que tendrá. Por eso no hay que
compadecernos de ella, intentar protegerla como una niña incapaz de distinguir
el mal del bien. Bovary es culpable de su destino pues es ella el que lo forja
y no sus circunstancias. Emma, sin reparo, culpa de todo a la fatalidad. La
fatalidad en el diccionario de palabras insólitas era muy empleado por los
románticos.
Y aparece ya en la tragedia
griega analizada por Aristóteles. Emma Bovary sigue todos los pasos de la
tragedia pero ridiculizados, parodiados. Este vaudeville no alcanza la solemnidad
de lo trágico como en las obras de teatro griega. Emma no se suicida por amor
sino porque se ha quedado sin dinero. Está en ruinas, tiene miedo al qué dirán.
No tiene la altura de Antígona. Emma es baja pues vive aventuras mezquinas. Es
una tragedia más cutre que las griegas. La mártir en un mundo de adulterio,
ruina moral y sexo. Muy mezquino todo
La literatura francesa
del XIX está dominada por el realismo y en concreto tres autores; Proust, Zola
y Flaubert. Las primeras tres décadas Flaubert no escribe casi nada pero a
mediados del XIX se coronara como el mejor escritor del momento. Lejos estaban
de la nouvelle roman del siglo XX que incorporara el humor a la literatura, para
suavizarla de tanta tragedia. La novela se liberará de tanta precisión, tanto
detallismo, tanta obsesión por retratar lo híper real. La escritura del XIX no
concibe el tema del silencio. Para los novelistas del XX es importante el
contenido dialógico pero también la elipsis, el silencio. En el siglo XX será
más importante lo que no se dice, lo que se sugiere e intuye y adivina que lo
que se dice explícitamente. Pero estamos en la época del realismo y el narrador
debía contarlo con comas y puntos y lo que no contaba, lo que no aparecía en la
novela, no existía. El narrador omnisciente del realismo en tercera persona se
convertirá poco a poco en el siglo XX en la primera persona. Caerá en el
relativismo pues el narrador ya no sabrá de todo sino de su parcela de verdad,
su prisma, su perspectiva. Es un juicio de modestia y humildad, el yo de la
novela moderna sabe lo poco que sabe, hay muchas cosas veladas para él pues
además de lo consciente el narrador intenta describir lo inconsciente y es por
eso que nace el monologo interior, el pensamiento interno que no es lógico ni
ordenado sino caótico. Pero en la época que se escribe Bovary el escritor es
aún un moralista. Al final de la novela está la moraleja de no seas adultera o
no te guíes ciega por la fantasía. pero el escritor moderno comprenderá que el
arte no tiene por qué ser ético y que la ética en el fondo sólo es una estética
más. Desaparece la ética del escritor moderno. Es la muerte de Dios de
Nietzsche, la perdida de los valores. El escritor no tiene porqué ser buena
persona ya que con buenos sentimientos sólo no se escriben las novelas. Las
novelas se escriben con palabras, no con ideas. Con palabras que reflejan
realidades e ideas. Primero es la vida, luego la palabra que la relata y por
último la idea que sugiere. Vemos que para Platón este orden estaba invertido.
Para Platón primero es la idea, luego el lenguaje y por último la realidad.
Hasta el renacimiento primero era Dios y el mundo de las ideas y después el
hombre y su mundo de realidades. Esta novela es moderna pues habla de otras
novelas (meta literatura) y porque refleja el pensamiento de la protagonista,
sin llegar nunca al monologo interior. Aunque lo intenta no consigue retratar a
la mujer con pelos y señales pues siempre nos quedan partes de su físico o
psicología por adivinar. El lenguaje es insuficiente aunque sirva como
herramienta entre la realidad o cosa y la idea. (pero la realidad siempre es
superior a su relato) La palabra humana es un caldero donde damos de comer a
osos cuando queremos alcanzar las estrellas. Más allá de modas y gustos esta
novela tiene una vigencia impresionante a pesar de haber sido escrita hace casi
dos siglos. Y es vigente porque la sicología del burgués no ha cambiado apenas
nada y porque cumple su objetivo de ser lo más fiel y mimético posible.
Cualquier película retrata de forma más realista esta novela pero la novela nos
permite imaginar, ser nosotros los directores de esa película que formamos en
la mente.
Sartre le dedica un
ensayo a Flaubert. Le llama el idiota de la familia. Flaubert inaugura la
sensibilidad moderna, también Baudelaire. Henry james dice que Flaubert elevó
la novela a una de las grandes formas artísticas del arte. Hoy, cuando hablamos
de la muerte de la novela, deberíamos hablar de la muerte de la novela realista
al modo como la concebimos tradicionalmente. Algo que el cine nunca conseguirá
es esa introspección en la psicología y sentimientos de los protagonistas. La
novela realista es la novela de lo real, lo racional (que decía Hegel), la
normalidad. La novela moderna, en cambio, se ocupa de lo irreal, lo imaginado,
el inconsciente, lo irracional y la anormalidad. Por eso se pasa de unos
protagonistas racionales como los burgueses a retratar minusválidos, locos,
neuróticas, gente marginada, gente diferente. El realismo incorpora y crea
muchos hallazgos técnicos como el uso del tiempo imperfecto, una noción del
tiempo muy novedosa y moderna que empleara Flaubert y Proust. De ahí al paso al
flujo libre de conciencia y el monologo interior de Yoyce y Faulkner sólo había
un paso. Lo más elevado del arte es que nos hace reír o llorar, nos emociona y actúa
al modo de la naturaleza, hacer soñar e ilusionarse. Las obras de Homero y
Shakespeare son inmortales porque hablan de sentimientos universales y está
abierto a miles de interpretaciones y prismas y perspectivas. Cada cultura hace
su versión del eterno Shakespeare. Flaubert es estudiado en un retrato muy
bonito de William Burns y en los años 90, la novela el loro de Flaubert retrata
la casa palacio de Flaubert donde escribía. Flaubert mira cara a cara la verdad
y realidad, no parpadea ante las circunstancias, aunque duerme bajo la almohada
de la duda. Mezcla géneros y usa el lenguaje de forma precisa y exacta, cada
adjetivo no sobra, está en el lugar indicado. Pero sigue viendo la novela como
algo social y moral, con moraleja al final. Hace una prosopopeya de la realidad
buscando la verdad y belleza en los sentimientos y pensamientos de sus
protagonistas. Es valiente y estoico con sus personajes. Dice las cosas con
todas sus letras sin ser hipócrita. El marido
de Emma es un pobre imbécil que va tomando entidad a lo largo de la novela. Él
nunca deja de amarla y ocupa un segundo plano. En una mirada cuando agoniza,
ella sabe que este hombre siempre ha estado allí, con ella. La ha seguido
queriendo mientras estaba con uno y con otro. El marido es un personaje con
mucha dignidad. De hecho la novela empieza cuando el esta preparándose para ser
médico, estudiando y por momentos creemos que la novela versará sobre él.
Cuando Emma muere, el marido se encuentra x casualidad con Rodolfo uno de los
amantes. Le da un arranque de ira pero se aplaca y se contiene. No me voy a
poner a pegarle, ha muerto Emma, que le vamos a hacer. Al igual que Emma, el
marido culpa a la fatalidad rodolfe, al Destino romántico. Las cosas no suceden
por azar o casualidad sino por el sino, porque así estaba escrito en las líneas
de la vida. La dichosa fatalidad lo disculpa todo. El marido no es un hombre de
ira sino más bien pasivo y pasota, deja que ella haga, y él asiste como un
espectador en la última fila, la deja hacer. Se describe una operación médica
de la que este médico oficial de grado menor sale por la puerta grande. Él
sigue enamorado pero ella le ve como un idiota, le llega a odiar por su
pasividad. Él es un pobre hombre imbécil al que no soporta, un tontorrón que va
ganando mucho peso a lo largo de la novela.
Sartre le llama a
Flaubert el tonto o idiota de la familia pues era un niño muy cándido. Flaubert
tiene una relación muy bonita con su
sobrina, a la que casi cuida porque su hermana muere muy joven. Flaubert era un
cándido, ingenuo, trabajaba en las casas caballerizas vete a la cocina a ver si
estoy, le decían a Flaubert. se centra Sartre en la neurosis de Flaubert. La
neurosis era muy generalizada en muchos escritores. Se centra en su biografía. El
idiota de la familia era como el príncipe idiota de Dostoievski que va en
carroza y se ríen de el. Esta novela ha sido infinidad de veces comparada con
ana Caterina y regenta. Es un personaje que fascina a los jóvenes por
identificación y personas mayores. El secreto de su éxito y universalidad es
que retrata los problemas nimios de la pedestre cotidianidad además de las
grandes pasiones humanas. Se suicida porque no puede ayudar a su hija, se da
cuenta que la han engañado y reído de ella, no tiene dinero. La escena que
describe su suicidio es la mejor descrita, casi cinematográficamente. Tras
hablar con el cura, su marido y el farmacéutico asistimos a una agonía
interminable. Flaubert era una persona muy seria pero tiene momentos de humor y
esta novela también. Al volver a leer en el quijote encontramos escenas
cómicas, divertidas. el quijote es divertido por lo mismo, cuando relativizamos
y nos alejamos de su tragedia nos llegamos hasta a reír. La comedía es tragedia
mas tiempo decía Woody Allen. El problema de las mujeres jóvenes en ese momento era que habían leído
demasiada novela romántica. Había muchas bovarys potenciales por un mundo. ¿Su
delito? Haberse creado un mundo de fantasía e imaginación, algo que un realista
como Flaubert no podía consentir.
En la orgía perpetua de
Vargas llosa se describe que vivir la literatura en la época era como una orgia
perpetua. Flaubert no se metió en círculos literarios ni ser académico d lengua
ni nada. Hacía sus acercamientos a París, estrenos obras teatro que no salieron
muy bien paradas. Tenía una vida ordenadísima y de trabajo muy intensa. No escribió
tantos libros, 5 6 libros; salome,
tentaciones de san Antonio, educación sentimental, más una correspondencia gigantesca.
Flaubert ha revolucionado la literatura moderna. Llosa hace un ensayo de crítica
literaria con él. En España la tradujo Carmen Martin Gaite que dio varias
conferencias sobre ella y varios artículos. Hay muchas películas. Una novela
que puso en tela de juicio avances científicos. Bovary no es un juego palabras
con boba, en francés no significa nada. Flaubert en la educación sentimental
hace la biografía un amor q tuvo. Llega a un gran perfeccionismo realista
obsesivo x los detalles. Son famosas sus cartas a Luis casset, su amor. En el loro
de Flaubert de Julián Barnes, se describe su despacho pluma, loro y anti loro,
su mansión. Está el ensayo de Sartre, de Vargas Llosa y como eran las bragas de
madame Bovary de Francisco Umbral.
Bovary es la critica a los
románticos y a las novelas amorosas que lee Emma. Flaubert siente simpatía por
Emma, igual que Cervantes por Quijote. Los dos acaban muriendo. La fantasía aniquila. Bovary se
destruye. Quijote se destruye, tomando conciencia de que hay que volver a casa y que hay que dejarse de roles y ser el que de verdad es, Alonso Quijano.
Bovary se envenena, la realidad le ha desbordado. Estudio de lo que es la fantasía
y la realidad. Los dos fantasean. Los dos sienten la realidad como hostil y se van a la fantasía. Siguen teniendo una moralina,
Emma contra el adulterio. Cervantes contra lo quijotesco. No entres en esa fantasía que
termina en destrucción. Dedícate a lo inmanente y no a lo
trascendente. No hagas esto, no te alejes
estructura q recibirás muchos golpes. Los cuentos también nos advierten no te fíes de
extraños, no seas vago, no hagas como la cigala ni como todas esas fábulas de Esopo y Samaniego de animales. no te fíes en nada que rompa la realidad tal y como la estructura y la ordena el sistema y así dejaras de sufrir. .
Madame Bovary es la ambivalencia, una mezcla de mujer ángel del hogar y mujer diablo o fatal, virgen maría inocente y pecadora.
Flaubert sentía simpatía y tirria por ella, afecto a sus valores románticos y rechazo a estos valores. Emma creó una nueva realidad, un mundo de fantasía que sólo estaba en su mente. eso lo hizo bien. hizo como un escritor, como el propio Flaubert; inventarse otro mundo porque este no le gustaba. pero hizo una cosa mal y es quedarse pillada en la fantasía. ya decía Herman Hesse que todo escritor sueña con su infancia y para recordarla la escribe pero que quedarse siempre en el mundo infantil era el peor de los delirios. hay que lograr un equilibrio entre la realidad y la fantasía que ayuda a afrontar la realidad, una ambivalencia intentando evitar caer en los dos extremos; tomar nuestra realidad por la única, por la realidad racional y quedarnos atrapados en el mundo de la fantasía. Fíjense que Peter Pan va a Nunca Jamás pero regresa. Alicia va al país de las maravillas pero luego despierta bajo un árbol y ve a sus hermanas. Bastián visita el mundo de la emperatriz de Fantasía de la Historia Interminable pero luego vuelve al mundo real. Madame Bovary se ha quedado en la fantasía sin distinguir lo real de lo que ella ha construido. es por tanto una neurótica pasada de rosca; una psicótica. una loca de manual igual que Alonso Quijano cuando suplanta su identidad y se convierte en el Quijote. se queda con el rol, con el papel, con la máscara que interpreta en el teatro de la vida pero no sabe salir de ese rol, de esa actuación. la divina comedía de Dante acaba con el que protagonista vuelve a la realidad. y en la comedía humana de Balzac vemos que no hay que quedarse con el papel que interpretamos cuando la función ya se ha terminado.
Emma no supo controlar la fantasía y esta la venció, no sabía estar en la realidad, no cumplía como madre y esposa. se salió de la estructura y eso en cualquier época se paga caro. hay una lectura muy paternalista y proteccionista de Emma; la ven como victima a la que engañaban los hombres, se aprovechaban de su debilidad y de su fantasía. Pero hay frivolidad
en ella, ella buscaba todo lo que la sucedió. Buscaba la fantasía, llenar el vacío que tenia ante
la realidad monótona de provincias. La lectura paternalista dice; ¡ay pobre que se aprovechan de ella!. y eso es sin duda alguna machismo, considerar a la mujer inferior. es una mujer débil pero no por su condición de mujer sino porque llena su mundo de fantasía y esta la desborda. Como una droga se
engancha a la fantasía. No tiene fuerza para estar en la
realidad, tampoco es su culpa.
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