lunes, 16 de mayo de 2016

Las bragas de Madame Bobary


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Existían antecedentes de Madame Bovary en las historias que había para las mujeres mal casadas. Madame Bovary esta escrita para escarmiento de las adulteras, al igual que el Quijote como burla de los soñadores y los libros de caballería. El matrimonio en el XIX era un contrato económico, un pacto para toda la vida, siempre dominado por la religión. En aquella época la mujer no tenía más forma de triunfar y llevar una vida holgada que casándose o haciéndose monja. El abate Presvot escribió Manen Lescaut como escarmiento de todas esas adulteras. La novela realista del XIX fue una crónica de las infidelidades de aquellos matrimonios tan aburridos, y un inventario de sus mansiones y trastos.  Al igual que Cervantes quiso burlarse de los libros de caballería de la época, aquí Flaubert se ríe de las  novelas cursis y romanticonas que leían estas mujeres en el siglo XVIII y XIX. Sin embargo Flaubert llega a cogerle simpatía a su personaje. Su frivolidad, la de buscarse tantos amantes, en el fondo refleja la imposibilidad que tenía esa mujer para dominar la fantasía. Como a un personaje psicótico o esquizofrénico la fantasía la había desbordado, invadiendo la realidad. Flaubert reconoce que no la tomado de modelo, que esa mujer no existe, que es un invento, que es obra mía, llega a decir Madame Bovary soy yo. Bovary es fruto de su autonomía, de su fantasía y propia imaginación. En 20 pueblos de Francia está llorando una mujer mientras escribo Bovary, decía. El romanticismo ya no sólo es una enfermedad burguesa sino un mal endogámico que afectaba a todas estas muchachas. Claro que en Flaubert hay paternalismo, patriarcado y machismo. Madame Bovary era víctima de sus amantes que se aprovechaban sexualmente de ella y se reían de ella. Era una víctima, se aprovechaban de ella, ahí vemos el paternalismo; ella es una mujer inmadura e inofensiva a la que hay que proteger de los hombres malvados. Pero Madame Bovary era una adulta que sabía lo que se hacía, las consecuencias que traerían su amoríos. Tampoco es culpable de lo que hizo, no podemos censurarla tampoco. Simplemente eligió para su vida esos idilios y sufrió las consecuencias de su decisión.    

Flaubert como todo escritor de su época denegaba del romanticismo. Él era realista si se puede llamar realismo al arte de reflejar de forma mimética la realidad, con grandes dotes de observador. Sin embargo reconoce que empezó escribiendo por su odio al realismo. La falsa idealidad engaña a las mujeres en estos tiempos que corren, cuando aún hay secuelas del romanticismo. Hablamos de 1856. El romanticismo no es solo rechazado sino completado por lo que esta obra no escapa al romanticismo. Usa arquetipos románticos para criticarlos. El subtítulo de la novela podía ser amores en las comarcas o las costumbres de provincia porque todos estos autores se basan en el costumbrismo para retratar cierta realidad. Usan materiales melodramáticos para reírse y parodiar el romanticismo. Flaubert dirá; no quiero héroes ni antihéroes ni monstruos, nada de Walter Scott. Flaubert viajó por Grecia Turquía y por toda Europa pero sus novelas no son grandes aventuras como en el Grand Tour romántico. No. Flaubert describe un pueblo de la campiña francesa, una ciudad de comarcas (como el pueblo del quijote) dónde esta señora se dedica a leer novelas de amor e idealizar París. A Vargas Llosa esta novela le parece muy sugestiva. Inmortaliza las pasiones humanas en un entorno pequeño con gran detalle. Es la novela total, meta novela, que habla de otras novelas. Y es una novela total también porque su autor es un narrador omnisciente que sabe todo de la protagonista, lo que dice, lo que hace, incluso lo que piensa y siente. Lo importante es el fondo pero también la forma, el libro se sostiene con la fuerza del estilo como tierra en el aire. El tema está afuera invisible, no se impone. No se impone, se sugiere, porque la novela apela a las emociones y sobre todo a los sentidos; los colores, los sabores, la sensualidad, todo entra por los sentidos. Vargas Llosa tiene una novela sobre Madame Bovary, un ensayo a finales de los 60, y también está la novela cómo eran las ligas de la Bovary de Umbral. Una novela que no sólo satisface los sentidos sino que tiende a completarlos.
Al igual que el Quijote esta señora ególatra, narcisista y frívola ha perdido la cabeza leyendo historias de amor. Flaubert nos retrata la fantasía, la capacidad de inventar historias. Bovarysmo y quijotismo en cualquier diccionario francés es sinónimo del estado de insatisfacción crónica. Hay un fuerte contraste entre las aspiraciones y ambiciones desproporcionadas y la realidad que se le impone. En 1903, a principio de siglo, el bovarysmo es el poder que tiene el ser humano de concebirse de modo distinto a lo que es estipulado. Se sale del tiesto, se sale de la estructura y por eso ambas novelas tienen su moralina; no te salgas de la tangente o te pasará como a Enma. Todo hombre padece esta enfermedad romántica, la ilusión sobre uno mismo y sobre el mundo. La fantasía causa alegría pero también daño. Cuánto daño hacían novelas como el suicido del joven Wherter, que por contagio e imitación, provocó una oleada de suicidios en Europa.

Enma es una platónica, podríamos decir, ha concebido la realidad por esos libros sentimentales antes que por la experiencia (primero las ideas y luego la vida, la realidad). Por eso esta cómoda en la idea pero fracasa en la praxis. Sus sentimientos son una obcecación y una obsesión de su mente. Ella no amaba a sus amantes sino la idea de tener amantes, de identificarse con las protagonistas de las novelas. Es como si tuviera prejuicios intelectuales antes de conocer la fenomenología. Flaubert retrata de forma tan realista ese mundo que lo tomamos por real, igual que ella tomó por real lo que leía. No vemos el andamiaje de la construcción narrativa, es invisible, el artificio del arte nos hace creer la novela como real, como una ilusión de realidad. Es un libro cómico si uno se ríe de ella como sus amantes. Un libro poético si nos quedamos solo en la historia de amor. Y un libro trágico que acaba en suicidio. Nos habla de la fantasía e ilusión de la literatura, igual que el quijote o la conjura de los necios, quijote moderno o post. Habla de la bondad, de la lucha por la injusticia en Quijano. Emma satisface su deseo personal, ensimismado, interno. Cumple sus sueños estereotipados de la realidad, de lo que ella cree que es el amor. Pero ni siquiera explora el amor, sólo quiere tener amantes, no va con autenticidad al amor sino que se enamora del amor. La ponente tiene mucho cariño y empatía por Emma, le da mucha pena esta mujer, que no deja de ser una tonta, una frívola. Era una Boba- ry. Las lectoras de esta época eran mujeres, y los maridos debían tener cuidado de que sus mujeres no leyeran muchas novelas a riesgo de que se convirtieran en unas emancipadas, unas sabihondas como las de Moliere o unas marisabidillas. Que las mujeres no lean novelas o se volverán locas, e intentarán emular a los hombres. Evitemos que las mujeres sueñen con un caballero que las rescate en su caballo blanco y que se contenten con su marido.
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La novela realista se eleva a genero con mucha altura en las hermanas Fortunata y Jacinta o en sentido y sensibilidad y orgullo y prejuicio. El tema de la infiel o adultera se trata en Manon Lescaut, la Regenta (Ana Ozores) y Ana Caterina. Estos retratos de personajes son románticos parodiados.
También es un lamento de los ecos románticos, de un romanticismo casi extinto, que estaba muriendo. Incluso una lectura anti religiosa. Emma se ponía de rodillas en el confesionario, “escuchaba el cuchicheo del confesor, los sermones la removían dulzuras injustificadas en el fondo del alma”. Y es que también es una novela sobre el pecado. También es una novela social. Emma es una burguesita que nació en la orilla indicada pero en la trastienda de los barrios parisinos los pobres conocieron la injusticia del mundo. Emma el campo lo tenía muy visto, conocía los arados, las eras, le gustaban los aspectos turbulentos, los paisajes decadentistas como a todos los románticos. Del mar la tempestad, el verdor del campo sobre todo cuando había ruinas cerca, el paisaje que completaba su corazón, prefiere emociones a paisajes. Ella es libre y autónoma, no necesita nada y en todo ve romanticismo. El farmacéutico por el contrario refleja el pueblo llano, el pragmatismo y materialismo sanchesco, incluso la caricatura del racionalismo ilustrado, por hacerse listillo pedante habla de los fármacos. A Flaubert le parecía grotesco el progreso, iba contra el progreso y contra la razón. Se ponía virulento contra el racionalismo a ultranza. En Bouvard y Pecuchet hace otra parodia contra el racionalismo. En su diccionario de lugares comunes  desmonta lo que está bien, lo que es razonable. La ironía no excluye patético, lo amplifica.
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El método de Flaubert, el cómo creaba estas fantasías, se puede ver en su poética de la que habla explícitamente en su correspondencia. Ahí está su ideología de izquierdas, menos comprometida y menos activista que la de Zola. No se satisfacía con nadie, era muy perfeccionista y duro consigo mismo, no se perdonaba ni una. Manejó la pluma como un bisturí (el padre de Flaubert era cirujano), se tomaba la escritura como un anatomista que hurgara en los personajes. Se ve su idealismo a través del estilo y la prosa. Su bisturí de cirujano era frio como el hielo. Tenemos el ejemplo en su obra las tentaciones de san Antonio, una novela que él mismo consideró fracasada, por su exceso subjetividad. No debemos escribir con inspiración ni corazón. La literatura no se escribe solo con buenos sentimientos. Solo. Se escribe con buenos sentimientos y con más cosas. El corazón de calor al cerebro pero es el cerebro el que manda. Y sin embargo Flaubert estaba en contra del dogmatismo racionalista. El escritor realista no debe expresar opinión acerca de nada, ¿acaso Dios nos ha dado su opinión? El artista está en la obra como un Dios, invisible pero todo poderoso. Está en todas partes pero no se le ve.  Exponer, no juzga, ni cree ni juzga al personaje. Es un esfuerzo impresionante de objetividad. Ese era su método. Todas las siques de los personajes están genial descritas; ella, sus amantes, su marido (al que ignora, que está invisible pero esta, latente, en toda la historia), incluso los personajes secundarios. Flaubert como todo realista no creerá en la inspiración sino en el trabajo, su literatura es una obra igual a la del artesano que requiere mucho esfuerzo, trabajo y más trabajo. La inspiración es inconsciente. El trabajo es algo consciente. Te fuerzas a escribir aunque no tengas el día inspirado. Hay una identificación increíble entre la protagonista y sus lectoras. A Bovary se la ama o se la odia, pero a nadie deja indiferente. La impersonalidad y el objetivismo de sus sicologías nos hacen sin embargo llegar hasta ellas gracias al esfuerzo de ese narrador omnisciente. Para eso el escritor tenía que proyectar su ego en todo, identificarse con todos sus personajes, entender cómo pensaba y sentía Emma. De ahí que dijera Madame Bovary sé mua. La ingesta de veneno al final de la novela la recreamos en nuestra imaginación como una película. Tal era la precisión de detalles.
Para escribir esta escena con la mayor objetividad él mismo se envenenó y se metió el dedo hasta el tuétano vomitando la cena. Aquella noche ya no comió nada. La novela también toca el tema sexual por supuesto velado y disimulado por la época en que se escribió. El eufemístico encuentro carnal entre Emma y su amante Rodolfo al bajar del caballo en el campo. El sol rojo que les calienta, el viento que pega en el ojo, las palabras que se decían, todo está ahí magníficamente retratado. El narrador que luego aparece y desaparece nos da cercanía de lo que está contando Flaubert siempre en estilo indirecto libre (ella dijo que) Este narrador omnisciente lo sabe todo, describe los atributos y lo que los objetos significan para ellos, siempre con la palabra precisa. Forma y fondo deben ir unidos, no podemos separar cuerpo y alma, todo va unido en armonía, con una plástica sonora. Escenas plásticamente bellas, donde nada chirria. La prueba de si el texto es bueno es gritar y ver si suena bien. Una voz muy alta, declamada, expulsar una voz muy lejos o solo la voz del grito fuera de su casa, a orillas del Sena, con los arboles de testigos. Cuanto más bella es una idea más sonora es la frase.
La precisión del pensamiento hace y es en si misma la de la palabra. Platón y en el siglo XVII varios autores decían que lo que se concibe bien se expresa bien. La poesía es para el realista tan precisa como la geometría, nada hay azaroso, todo es una construcción cultural. En esta novela aparece controlado la estructura, la expresión y la armonía. Escribir prosa como quien escribe poesía era algo inédito. Como un buen verso la prosa es inalterable. Tiene musicalidad, cacofonías, hay que pulirla. Las cosas no vienen a cuento. Hay que cribar como un loco. Es la estilización de lo real el modo novedoso de Flaubert. Extraer del caos un principio de orden, como ya vio el idealista Platón en lo bello y verdadero con B mayúscula. Debemos ir a por ello, pues la verdad y la belleza existen. Todo depende de la planificación u concepción de la obra, que todo esté en equilibrio, perfectamente hilado. Las perlas componen el collar pero es el hilo el que hace el collar, hilar toda la novela, que resulte coherente. Los hallazgos son bonitos pero tiene que haber una unidad que de continuidad a la novela. La novela se basa en temas banales, para que una cosa sea interesante basta con mirarla mucho tiempo. Nabokov comentó la obra de Bovary, pues era crítico además de novelista. El escritor debe acariciar los detalles de su ficción, lo que va a concentrar todo, la manera tan intensa como el gran hecho que va de lo común a lo excepcional y extraordinario. Se trata de un  materialismo subjetivo donde los sentimientos y emociones tienen un peso, se puedan pesar, coger. En toda la novela está presente la idea de fatalidad. Basta con que Rodolfo la diga que es muy hermosa para que ella caiga en sus brazos. Una palabra como esa siempre hace su efecto en estas jóvenes de provincias. Emma no se cree responsable de sus actos, no quiere elegir y como los niños pequeños lo quiere todo. Emma no se cree libre sino movida por el determinismo de su destino, de sus novelas, ese destino o sino de Don Álvaro, de los románticos. La lectura patriarcal y paternalista es un proteccionismo hacía ella, en el sentido que la victimiza como víctima de sus circunstancias. Se aprovecharon de ella, se reían de ella, ¡pobre mujer!… pero Emma Bovary es una adulta que sabe lo que se hace, que cuando elige el placer sabe las consecuencias que tendrá. Por eso no hay que compadecernos de ella, intentar protegerla como una niña incapaz de distinguir el mal del bien. Bovary es culpable de su destino pues es ella el que lo forja y no sus circunstancias. Emma, sin reparo, culpa de todo a la fatalidad. La fatalidad en el diccionario de palabras insólitas era muy empleado por los románticos.
Y aparece ya en la tragedia griega analizada por Aristóteles. Emma Bovary sigue todos los pasos de la tragedia pero ridiculizados, parodiados. Este vaudeville no alcanza la solemnidad de lo trágico como en las obras de teatro griega. Emma no se suicida por amor sino porque se ha quedado sin dinero. Está en ruinas, tiene miedo al qué dirán. No tiene la altura de Antígona. Emma es baja pues vive aventuras mezquinas. Es una tragedia más cutre que las griegas. La mártir en un mundo de adulterio, ruina moral y sexo. Muy mezquino todo
La literatura francesa del XIX está dominada por el realismo y en concreto tres autores; Proust, Zola y Flaubert. Las primeras tres décadas Flaubert no escribe casi nada pero a mediados del XIX se coronara como el mejor escritor del momento. Lejos estaban de la nouvelle roman del siglo XX que incorporara el humor a la literatura, para suavizarla de tanta tragedia. La novela se liberará de tanta precisión, tanto detallismo, tanta obsesión por retratar lo híper real. La escritura del XIX no concibe el tema del silencio. Para los novelistas del XX es importante el contenido dialógico pero también la elipsis, el silencio. En el siglo XX será más importante lo que no se dice, lo que se sugiere e intuye y adivina que lo que se dice explícitamente. Pero estamos en la época del realismo y el narrador debía contarlo con comas y puntos y lo que no contaba, lo que no aparecía en la novela, no existía. El narrador omnisciente del realismo en tercera persona se convertirá poco a poco en el siglo XX en la primera persona. Caerá en el relativismo pues el narrador ya no sabrá de todo sino de su parcela de verdad, su prisma, su perspectiva. Es un juicio de modestia y humildad, el yo de la novela moderna sabe lo poco que sabe, hay muchas cosas veladas para él pues además de lo consciente el narrador intenta describir lo inconsciente y es por eso que nace el monologo interior, el pensamiento interno que no es lógico ni ordenado sino caótico. Pero en la época que se escribe Bovary el escritor es aún un moralista. Al final de la novela está la moraleja de no seas adultera o no te guíes ciega por la fantasía. pero el escritor moderno comprenderá que el arte no tiene por qué ser ético y que la ética en el fondo sólo es una estética más. Desaparece la ética del escritor moderno. Es la muerte de Dios de Nietzsche, la perdida de los valores. El escritor no tiene porqué ser buena persona ya que con buenos sentimientos sólo no se escriben las novelas. Las novelas se escriben con palabras, no con ideas. Con palabras que reflejan realidades e ideas. Primero es la vida, luego la palabra que la relata y por último la idea que sugiere. Vemos que para Platón este orden estaba invertido. Para Platón primero es la idea, luego el lenguaje y por último la realidad. Hasta el renacimiento primero era Dios y el mundo de las ideas y después el hombre y su mundo de realidades. Esta novela es moderna pues habla de otras novelas (meta literatura) y porque refleja el pensamiento de la protagonista, sin llegar nunca al monologo interior. Aunque lo intenta no consigue retratar a la mujer con pelos y señales pues siempre nos quedan partes de su físico o psicología por adivinar. El lenguaje es insuficiente aunque sirva como herramienta entre la realidad o cosa y la idea. (pero la realidad siempre es superior a su relato) La palabra humana es un caldero donde damos de comer a osos cuando queremos alcanzar las estrellas. Más allá de modas y gustos esta novela tiene una vigencia impresionante a pesar de haber sido escrita hace casi dos siglos. Y es vigente porque la sicología del burgués no ha cambiado apenas nada y porque cumple su objetivo de ser lo más fiel y mimético posible. Cualquier película retrata de forma más realista esta novela pero la novela nos permite imaginar, ser nosotros los directores de esa película que formamos en la mente.
Sartre le dedica un ensayo a Flaubert. Le llama el idiota de la familia. Flaubert inaugura la sensibilidad moderna, también Baudelaire. Henry james dice que Flaubert elevó la novela a una de las grandes formas artísticas del arte. Hoy, cuando hablamos de la muerte de la novela, deberíamos hablar de la muerte de la novela realista al modo como la concebimos tradicionalmente. Algo que el cine nunca conseguirá es esa introspección en la psicología y sentimientos de los protagonistas. La novela realista es la novela de lo real, lo racional (que decía Hegel), la normalidad. La novela moderna, en cambio, se ocupa de lo irreal, lo imaginado, el inconsciente, lo irracional y la anormalidad. Por eso se pasa de unos protagonistas racionales como los burgueses a retratar minusválidos, locos, neuróticas, gente marginada, gente diferente. El realismo incorpora y crea muchos hallazgos técnicos como el uso del tiempo imperfecto, una noción del tiempo muy novedosa y moderna que empleara Flaubert y Proust. De ahí al paso al flujo libre de conciencia y el monologo interior de Yoyce y Faulkner sólo había un paso. Lo más elevado del arte es que nos hace reír o llorar, nos emociona y actúa al modo de la naturaleza, hacer soñar e ilusionarse. Las obras de Homero y Shakespeare son inmortales porque hablan de sentimientos universales y está abierto a miles de interpretaciones y prismas y perspectivas. Cada cultura hace su versión del eterno Shakespeare. Flaubert es estudiado en un retrato muy bonito de William Burns y en los años 90, la novela el loro de Flaubert retrata la casa palacio de Flaubert donde escribía. Flaubert mira cara a cara la verdad y realidad, no parpadea ante las circunstancias, aunque duerme bajo la almohada de la duda. Mezcla géneros y usa el lenguaje de forma precisa y exacta, cada adjetivo no sobra, está en el lugar indicado. Pero sigue viendo la novela como algo social y moral, con moraleja al final. Hace una prosopopeya de la realidad buscando la verdad y belleza en los sentimientos y pensamientos de sus protagonistas. Es valiente y estoico con sus personajes. Dice las cosas con todas sus letras sin ser hipócrita.  El marido de Emma es un pobre imbécil que va tomando entidad a lo largo de la novela. Él nunca deja de amarla y ocupa un segundo plano. En una mirada cuando agoniza, ella sabe que este hombre siempre ha estado allí, con ella. La ha seguido queriendo mientras estaba con uno y con otro. El marido es un personaje con mucha dignidad. De hecho la novela empieza cuando el esta preparándose para ser médico, estudiando y por momentos creemos que la novela versará sobre él. Cuando Emma muere, el marido se encuentra x casualidad con Rodolfo uno de los amantes. Le da un arranque de ira pero se aplaca y se contiene. No me voy a poner a pegarle, ha muerto Emma, que le vamos a hacer. Al igual que Emma, el marido culpa a la fatalidad rodolfe, al Destino romántico. Las cosas no suceden por azar o casualidad sino por el sino, porque así estaba escrito en las líneas de la vida. La dichosa fatalidad lo disculpa todo. El marido no es un hombre de ira sino más bien pasivo y pasota, deja que ella haga, y él asiste como un espectador en la última fila, la deja hacer. Se describe una operación médica de la que este médico oficial de grado menor sale por la puerta grande. Él sigue enamorado pero ella le ve como un idiota, le llega a odiar por su pasividad. Él es un pobre hombre imbécil al que no soporta, un tontorrón que va ganando mucho peso a lo largo de la novela.
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Sartre le llama a Flaubert el tonto o idiota de la familia pues era un niño muy cándido. Flaubert  tiene una relación muy bonita con su sobrina, a la que casi cuida porque su hermana muere muy joven. Flaubert era un cándido, ingenuo, trabajaba en las casas caballerizas vete a la cocina a ver si estoy, le decían a Flaubert. se centra Sartre en la neurosis de Flaubert. La neurosis era muy generalizada en muchos escritores. Se centra en su biografía. El idiota de la familia era como el príncipe idiota de Dostoievski que va en carroza y se ríen de el. Esta novela ha sido infinidad de veces comparada con ana Caterina y regenta. Es un personaje que fascina a los jóvenes por identificación y personas mayores. El secreto de su éxito y universalidad es que retrata los problemas nimios de la pedestre cotidianidad además de las grandes pasiones humanas. Se suicida porque no puede ayudar a su hija, se da cuenta que la han engañado y reído de ella, no tiene dinero. La escena que describe su suicidio es la mejor descrita, casi cinematográficamente. Tras hablar con el cura, su marido y el farmacéutico asistimos a una agonía interminable. Flaubert era una persona muy seria pero tiene momentos de humor y esta novela también. Al volver a leer en el quijote encontramos escenas cómicas, divertidas. el quijote es divertido por lo mismo, cuando relativizamos y nos alejamos de su tragedia nos llegamos hasta a reír. La comedía es tragedia mas tiempo decía Woody Allen. El problema de las  mujeres jóvenes en ese momento era que habían leído demasiada novela romántica. Había muchas bovarys potenciales por un mundo. ¿Su delito? Haberse creado un mundo de fantasía e imaginación, algo que un realista como Flaubert no podía consentir.
En la orgía perpetua de Vargas llosa se describe que vivir la literatura en la época era como una orgia perpetua. Flaubert no se metió en círculos literarios ni ser académico d lengua ni nada. Hacía sus acercamientos a París, estrenos obras teatro que no salieron muy bien paradas. Tenía una vida ordenadísima y de trabajo muy intensa. No escribió tantos libros, 5 6 libros;  salome, tentaciones de san Antonio, educación sentimental, más una correspondencia gigantesca. Flaubert ha revolucionado la literatura moderna. Llosa hace un ensayo de crítica literaria con él. En España la tradujo Carmen Martin Gaite que dio varias conferencias sobre ella y varios artículos. Hay muchas películas. Una novela que puso en tela de juicio avances científicos. Bovary no es un juego palabras con boba, en francés no significa nada. Flaubert en la educación sentimental hace la biografía un amor q tuvo. Llega a un gran perfeccionismo realista obsesivo x los detalles. Son famosas sus cartas a Luis casset, su amor. En el loro de Flaubert de Julián Barnes, se describe su despacho pluma, loro y anti loro, su mansión. Está el ensayo de Sartre, de Vargas Llosa y como eran las bragas de madame Bovary de Francisco Umbral.
Bovary es la critica a los románticos y a las novelas amorosas que lee Emma. Flaubert siente simpatía por Emma, igual que Cervantes por Quijote. Los dos acaban muriendo. La fantasía aniquila. Bovary se destruye. Quijote se destruye, tomando conciencia de que hay que volver a casa y que hay que dejarse de roles y ser el que de verdad es, Alonso Quijano. Bovary se envenena, la realidad le ha desbordado. Estudio de lo que es la fantasía y la realidad. Los dos fantasean. Los dos sienten la realidad como hostil y se van a la fantasía. Siguen teniendo una moralina, Emma contra el adulterio. Cervantes contra lo quijotesco.  No entres en esa fantasía que termina en destrucción. Dedícate a lo inmanente y no a lo trascendente. No hagas esto, no te alejes estructura q recibirás muchos golpes. Los cuentos también nos advierten no te fíes de extraños, no seas vago, no hagas como la cigala ni como todas esas fábulas de Esopo y Samaniego de animales. no te fíes en nada que rompa la realidad tal y como la estructura y la ordena el sistema y así dejaras de sufrir. .
Madame Bovary es la ambivalencia, una mezcla de mujer ángel del hogar y mujer diablo o fatal, virgen maría inocente y pecadora. Flaubert sentía simpatía y tirria por ella, afecto a sus valores románticos y rechazo a estos valores. Emma creó una nueva realidad, un mundo de fantasía que sólo estaba en su mente. eso lo hizo bien. hizo como un escritor, como el propio Flaubert; inventarse otro mundo porque este no le gustaba. pero hizo una cosa mal y es quedarse pillada en la fantasía. ya decía Herman Hesse que todo escritor sueña con su infancia y para recordarla la escribe pero que quedarse siempre en el mundo infantil era el peor de los delirios. hay que lograr un equilibrio entre la realidad y la fantasía que ayuda a afrontar la realidad, una ambivalencia intentando evitar caer en los dos extremos; tomar nuestra realidad por la única, por la realidad racional y quedarnos atrapados en el mundo de la fantasía. Fíjense que Peter Pan va a Nunca Jamás pero regresa. Alicia va al país de las maravillas pero luego despierta bajo un árbol y ve a sus hermanas. Bastián visita el mundo de la emperatriz de Fantasía de la Historia Interminable pero luego vuelve al mundo real. Madame Bovary se ha quedado en la fantasía sin distinguir lo real de lo que ella ha construido. es por tanto una neurótica pasada de rosca; una psicótica. una loca de manual igual que Alonso Quijano cuando suplanta su identidad y se convierte en el Quijote. se queda con el rol, con el papel, con la máscara que interpreta en el teatro de la vida pero no sabe salir de ese rol, de esa actuación. la divina comedía de Dante acaba con el que protagonista vuelve a la realidad. y en la comedía humana de Balzac vemos que no hay que quedarse con el papel que interpretamos cuando la función ya se ha terminado.  

Emma no supo controlar la fantasía y esta la venció, no sabía estar en la realidad, no cumplía como madre y esposa. se salió de la estructura y eso en cualquier época se paga caro. hay una lectura muy paternalista y proteccionista de Emma; la ven como victima a la que engañaban los hombres, se aprovechaban de su debilidad y de su fantasía. Pero hay frivolidad en ella, ella buscaba todo lo que la sucedió. Buscaba la fantasía, llenar el vacío que tenia ante la realidad monótona de provincias. La lectura paternalista dice; ¡ay pobre que se aprovechan de ella!. y eso es sin duda alguna machismo, considerar a la mujer inferior. es una mujer débil pero no por su condición de mujer sino porque llena su mundo de fantasía y esta la desborda. Como una droga se engancha a la fantasía. No tiene fuerza para estar en la realidad, tampoco es su culpa.

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