En Julio de 1972 en Reikiavik, la
capital de Islandia, dos jugadores juegan al ajedrez. Son Bobby fischer y boris Spassky, uno viene de parte de EEUU y su
individualismo capitalista y el otro del comunismo soviético. El sol al
atardecer desciende y se pasea por el horizonte. En Islandia anochece antes y
el día es noche, envuelto en penumbra. El sol siempre vuelve a salir al día
siguiente. Juan Mayorga, autor de la película El chico último de la fila, nos
sorprende esta vez con esta obra de teatro que es algo más que un duelo al
ajedrez, que es el juego de la vida. En ese tablero se representa la guerra
fría entre las dos potencias pero también cualquier dialéctica tesis antítesis que
quiere llegar a una síntesis imposible.
Un niño de 8 años ve por tv como es el verano en
el norte, como es el día eterno. El editor del telediario habla del duelo del siglo. El niño
la noción que tiene del duelo son las películas de vaqueros. Uno desenfunda
rápidamente, se monta la marimorena y acaba muerto el malo. Los duelos que
conoce son esos. Ve en la tv en blanco y negro a dos hombres sentados en la
mesa sin hacer nada mirando el tablero sin entablar conversación entre ellos. Las
figuritas del ajedrez son como los vaqueros a los que juega el. Mueven una
figurita, un peón, y la cambian de lado. La tele es en blanco y negro, el
ajedrez también, las figuras y el tablero. Ese niño que mira fascinado es Juan Mayorga
y podría ser cualquiera de nosotros en ese año. Josu es mayor que Mayorga y
recuerda el duelo del siglo, jugando al ajedrez. Unos años antes se había
llegado a la luna y también se había retrasmitido. En el 71 tiene lugar también el combate de boxeo
del siglo, entre Muhamamd y George Foreman en el Congo, en Kinsasa. También lo
dieron por la tele. Las imágenes del nodo le fascinaron de niño a Mayorga. Era
un niño que descubre que el mundo no es en blanco y negro como la televisión franquista, que la vida se hace de
grises, y tiene hasta matices, la vida tenía hasta colores.
En Julio del 72, en el día eterno
se jugaba más que el campeonato de ajedrez. Un yanqui y un soviético en medio
de la guerra fría, el mundo libre y el telón de acero, buenos y malos, capitalistas
y comunistas. Recaía sobre los hombres de estos dos jugadores, despedidos de sus
países con multitudes para que defendieran cada país y sistema ideológico.
A su marcha de la Urss, cientos
niños cantaron la internacional para Spassky mientras el presidente Kisinger le
insta a Fisher a que defienda el orgullo nacional. Llevaba asesores que le presionaban.
Fisher era muy especial, no quería jugar si no le daban una piscina, un taxi en
que viajar, iluminaban bien la sala. Sólo firmaría 3 autógrafos al día y a
personas que demostraran que sabían jugar al ajedrez. A punto estuvo de no
presentarse y al borde del infarto le tuvo a su contrincante que hasta el
último momento no sabía si Fisher se iba a presentar. El juego duró 54 días, todo Julio y parte de
Agosto. Se desato o siguió el drama que ya se había iniciado antes.
La vida de los dos contendientes se
fue abajo después de este combate. Spassky paso de ser un héroe nacional a ser la
vergüenza nacional, traidor de la patria. Cuando volvió a Moscú quedó como el
ganador pero al volver le registraron en la aduana y le sacaron el libro que
leía y le miraron con sorna, crimen y castigo. Les hizo gracia el titulo del
libro y que este ruso leyera a Tolstoy y Dostoyesky. Además de leerle a partir
de entonces se dedicó a beber y se divorció
varias veces y se exilió a occidente, a Europa.
A boby Fisher le recibieron como el
héroe nacional del mundo libre, con todos los parabienes que podamos imaginar, pero
acabó siendo el ser desclasado que siempre había sido. Eran dos jugadores de
ajedrez buenos y dos perros raros los dos. Eran ambos poco amigos de sus
respectivos bloques. Spassky se pasa a occidente cuando se hartó del boicot de
la unión soviética y Fisher siempre fue un poco vagabundo, iba siempre a su
bola. Era campeón mundial de ajedrez desde finales del XIX. Los americanos
habían llegado primero a la luna, al espacio. El campeonato se lo llevó EE.UU.
Fue detenido por dormir en playa, por vagabundear, por escandalo público, se
obsesiono por la escuela de las religiones. Con leer libros de teología. En su
mente le seguía dando vueltas a lo que había sucedido en ese campeonato del
mundo de ajedrez. Ni se habían mirado a la cara, a cara de perro, sólo se dieron
la mano blanda. Dos personas llenas de manías y complejos.
20 años después de eso, en 1992,
a un promotor avispado se le ocurrió montar la revancha con un espectáculo televisivo.
Convoco a los ajedrecistas y aceptaron. Iba a ser en Belgrado pero estaban entonces
en plena guerra de los Balcanes. EE.UU. y la ONU habían declararado el boicot a
Serbia. Intercambio con Serbia no podía haber. A pesar del boicot se juntaron y
echaron el campeonato. Le condenaron a Fisher a 10 años de cárcel por saltarse
el bloqueo estadunidense a Serbia. Vivió en Australia y Japón, pusieron una
orden de busca y captura, que tan proclives son los americanos. Vivía de jugar
al ajedrez y de sacarse fotos con quien quisiera si le daban unas monedas,
vagabundeaba por ahí. Murió en Reikiavic, en Islandia, quiso ser enterrado allí
y allí está enterrado.
Esta es la historia que narra
Juan Mayorga. Mayorga es ducho en plantear este tipo de duelos dialecticos, vis
a vis. La obra no se desarrolla en el 72 ni aparecen los jugadores. Se
desarrolla en un parque urbano del aquí y del ahora donde el ayuntamiento ha
puesto mesas fijas para que juegue la ciudadanía a las damas o al ajedrez. La
obra muestra ese rincón del parque donde se juntan para jugar Waterlo y Bailén.
Los nombres de los protagonistas son dos batallas derrotas napoleónicas porque
ambos son dos perdedores. Se juntan de vez en cuando a jugar. Se reúnen a jugar
al ajedrez pero no más de dos jugadas seguidas porque se cansan. Ellos
reconocen que no saben jugar al ajedrez sino que solo saben mover fichas. Áun así
juegan. Tienen un libro “el duelo del
siglo” donde se narra partida a partida todos los movimientos de cada partida,
los entresijos del campeonato. Estos dos personajes tienen mucho de Bladimir y
Stragoff, de personajes absurdos del teatro del absurdo, de esperando a Godot
también.
Se reúnen para reproducir las
partidas de aquel campeonato. También lo que hacen es indagar en los entresijos
de lo que allí sucedió, en los porqués de las cosas. Ellos mismos son o se
creen ser Fisher y Spassky y creen estar en Islandia, con los acompañantes que
tenían, el juez del campeonato. Los fans… dos personajes que más que jugar al
ajedrez juegan a ser otros. Eso es el
teatro y la vida, jugar a ser otro. Eso plantea esta obra. Es la segunda obra
que dirige Mayorga. La primera era la lengua en pedazos, un duelo verbal entre Santa
Teresa de Ávila y el inquisidor. Mayorga ha escrito muchas obras de teatro
donde la santidad, la locura y el sentido de la vida son sus protagonistas. Esta
obra gira en el mismo tema que la anterior obra. Hay un tercer personaje que es
un adolescente, una joven que pasa por ahí. Esa tarde tiene el examen final
global oral de su vida pero no tiene ganas de ir, se pasea por rincones del
parque y se deja seducir por estos dos personajes, dos hombres extraños que
están jugando a ser otros dos hombres extraños. Se contentan porque esa tarde
tienen un espectador. Es un espectador pero quieren que sea algo más que
espectador, quieren que juegue con ellos.
Juegan a interpretar el libro. No
pueden distorsionar lo que ocurrió pero la historia tiene muchas lecturas.
Huecos donde te puedes meter. El duelo del siglo es como los libros de
caballerías de Don Quijote, la fantasía les ayuda a enfrentarse a un mundo
hostil y opaco. Son dos quijotes que se enfrentan al mundo intentando ser
otros. Hay diferentes infinitas jugadas posibles pero no todas son la mejor, ¿quién
ganara? ¿quién perderá? Eso no se puede cambiar, pero puedes lograr que el
personaje que te toque esté a la altura de su victoria o su derrota.
Son dos actores que juegan a que
son dos personajes que juegan a ser los personajes de los dos ajedrecistas.
Sucede muchas veces en el teatro, los dos actores están constantemente entrando
y saliendo de los personajes. Estamos acostumbrados a q un actor se mete en el
pellejo de un personaje. Y obras en las que el actor se mete en varios
personajes. Tistilla es un grupo
madrileño, donde dos actores hacen muchos personajes en cada obra. El actor busca la fusión con su personaje, su
sicología, sus emociones, ser él y ofrecérnoslo a los espectadores. El teatro contemporáneo
no suele ser así, con esa visión a partir de lo psicológico emocional de los
directores. Parece que funciona desde dentro hacía fuera, sentir como el
personaje, ser el personaje interiormente y a partir de eso me expreso como él.
Es una forma de teatro. Pero hay otra forma de actuar que consiste en lo
contrario. La dinámica teatral es de fuera
a adentro. Esta forma de actuar es la de . Stanislavky que practica con
las técnicas del sico drama, en técnicas Sico dramáticas. Estamos tristes
porque sentimos dolor. Meterme en la vivencia porque muere un ser querido.
Sentir como él y llorar como él. El otro camino es estoy triste porque lloro.
Hay mecanismos físicos que le hacen llorar y a partir de ese lloro se siente
triste. Es la forma conductista o realista de ver el teatro que bebe de la
sicología de Wiliam James, el hermano psicólogo de Henry James. Henry James es
famoso por el terror psicológico y el monologo interior que emplea en otra
vuelta de tuerca. No es necesaria la identificación con el personaje. El personaje
le sale al actor con facilidad. Esto se usa cuando hay muchos personajes.
Moverse de forma diferente, sentir diferente. Estos actores se formaron en la
escuela de Jacques Probst, actor de teatro y pedagogo francés. Él y su
tradición amplia de directores de teatro franceses plantean que si hay
identificación entre el actor y el personaje no hay juego teatral y no hay
teatro por tanto. Tiene que haber distancia entre el actor y el personaje. El
ideal del actor es el niño que juega. Sus características son las de ese niño.
Ese niño no se funde con su personaje. Pone en juego la imaginación, la
fantasía, loa inocencia, la improvisación y la emoción. Jugar interpretar se
dice igual, play, rol en inglés. Rechazar el puro sicologismo en la
interpretación. El actor debe estar a cierta distancia del personaje, sin
involucrarse emocionalmente. Hacer una interpretación personal anula el buen
teatro. Basándonos en la emoción y psicología del personaje, nos fijamos en lo
exterior. A un actor se le pide que sea un virtuosos del cuerpo del teatro, a
través del cuerpo emociona al espectador. Con su cuerpo emociona a los
espectadores. Una de sus técnicas para que no se produzca identificación con el
personaje es currarte desde lo físico un personaje. Jugar con el personaje te
plantea entrar en un personaje que no tenga nada que ver con el personaje
anterior. Igual que uno es virtuoso del violín o el piano. Te metes en el
biombo, vuelves a salir y ya eres otro personaje. Imposible que se identifique
si en tres segundos va a ser otro, va a volver a ser otro. Su pedagogía se basa
en el estudio de la mecánica del movimiento. No es estudio de la mecánica de
las emociones sino físico. Muchos teóricos de esta escuela se introdujeron en
el teatro a través del deporte. Por el halo poético que intuían en el deporte,
sensible a la poesía del deporte, brisa del deportista.
Intenta unir el deporte con el
teatro, la educación física también. El actor debe entrar en el personaje que
representa y vivirlo pero hay muchos directores que plantean que esto no es el
camino correcto. Stanislavky planteó la vivencia emocional traslada al
personaje. Se trasladó a EE.UU. e hizo fortuna a través del actor estudio.
Buscaban la implicación del actor en el personaje. Pero un director de teatro
no es psicólogo ni siquiatra. El director del actor es Lee Strasberg, y este mama
de la compañía del arte de Moscú (donde era director Jonstantin), Strasberg lo llevaba al extremo, el actor debe
profundizar en su psicología y mundo interior para que se identifique con el personaje.
Esto es peliagudo y bastante peligroso muchas veces. Strasberg y Stanislavky
fueron consciente de eso. Al final de su vida, no vivieron muy mayores, se
pasaron a la teoría de las acciones físicas. No de dentro afuera, sino de
afuera adentro. Su teoría final es el camino inverso, representar emociones a
través de lo físico. Lo físico se puede amaestrar, dominar. Lo otro, lo psicológico,
no, es más complicado. Se plantea un teatro muy basado en la austeridad
escénica, en el juego de los actores y en el cuidado del texto. Mucha
austeridad escénica. Hubo un precursor, director cine francés Copor. Albert
Camus dijo que el teatro en Francia se dividía en antes de Copor y después de Copor.
“se trata de volver a encontrar un poco la ingenuidad, coger las palabras en sus
frescura, lo más cercano al texto sin añadir nada” dejen hablar a las palabras,
que no digan nada más que no diga el texto
¿La teoría de las múltiples
personalidades puede llevar a la esquizofrenia? Seguir los personajes que
aparecen sin saber a quién estas representando genera locura en el espectador, ¿dónde
me situo, qué me está contando, que me dice este personaje? Cuando un actor
hace varios personajes el seguimiento por parte del espectador es caótico. En
el teatro cualquier cosa puede ser caótica si se hace mal. No va a haber
confusión posible. Cuando un personaje es uno, cuando es otro es otro, no hay
problema si se hace bien. Además de los espectadores los actores se pueden
volver esquizofrénicos, se hacen un lío con los personajes. Si los actores se identifican emocionalmente con los actores
puede ser peligroso. Múltiples
personajes interpretados por el mismo es lo que hacía Ángel garó en la tv, ponía
voces distintas. El actor cambia su actuación, pero no hay implicación
emocional ni problema psicológico porque el actor está implicándose más en lo
corporal, el movimiento gestual. No te identificas emocionalmente sino
corporalmente.
Cuando salen a saludar los actores
de la función, parecen otros, se han liberado de la actuación y son ellos
mismos, colocan su cuerpo de forma diferente, se mueven de forma diferente… hay
que tener buen registro físico del personaje que vas a interpretar. Ser listo
para ver que ahí hay un cambio, sí, por la postura. Si se hace bien no hay
problema. O yo soy muy corto o sí que es verdad que te
haces un lio con los personajes que se interpretan.
Cesar Sarachu es un actor baracaldés
que vive por Helsinki, quizá le conozcamos por su papel en cámara café, y el
otro actor es Daniel albadadejo. Estos maestros actorales se convierten de Hamlet a Dartahan, algo que ya se ha visto. Lo
que no se ha visto es que lo hagan de un segundo para otro. Con esta técnica el
actor debe tener la capacidad de interpretar un personaje u otro. Así resulta
un teatro diferente considerando el trabajo del director y de los actores desde
fuera a adentro. Para actuar así es necesario un análisis minucioso del
movimiento para ser capaz de ir del exterior para adentro. Hasta ahora el actor bueno era el que se metía
en el personaje y nos hace ver ese personaje. Esto no es superado aún en el
teatro, pero es una visión del actor muy reductora, hay posibilidades más
grandes.
Este tipo de teatro es poco
frecuente, estamos más acostumbrados al teatro del personaje que acaba y
empieza en la misma pieza. Habrá que evolucionar como espectador con el teatroy
enriquecerse viendo cosas nuevas.
¿Sabes si en las escuelas de la
BAI se aplican estas técnicas?, preguntó una espectadora. “Sí, se aplican desde
hace mucho tiempo. Es el único ámbito en que tiene sentido una escuela de
teatro. El actor tiene que saber manejar su herramienta de trabajo que es el
cuerpo, el movimiento, el gesto. No tiene mucho recorrido una escuela basada en
lo psicológico, el método de Strasberg, Stanislavky y del actor estudio. Este
planteaba intenta vivir la vivencia del personaje. Strasberg iba más allá;
entra en ti, busca en tus propias vivencias y experiencias y demonios internos
las emociones y vivencias que pueden ser equiparables a las que está viviendo
el personaje. Cuestionable el recorrido que puedan tener. Stanislavky reconocía
que puede ser jodido meterte en la piel psicológica del personaje”.
Hay diferencia entre el actor de
teatro y el de cine para esto. Strasberg era director del actor estudio, en
teoría era una academia de teatro pero los que conocemos del estudio este son
actores de cine que han hecho teatro también. Se ha hecho esto más en cine.
James Dean, Marlon brando…porque el cine te ofrece primeros planos del tormento
desgarrador que viven estos personajes cuando hacen las obras de Tenensse Wiliams.
El cine te permite primeros planos, que el teatro no ofrece, salvo esas obras
de teatro malas nuevas que están saliendo. Hay más recorrido en el cine que en
el teatro. Primeros planos en el cine son más comunes, planos que entran en la
introspección psicológica. Puedes
fundirte en el personaje 3 minutos pero ¡hazlo tú durante hora y media!
Un mimo es un buen ejemplo de
este teatro, que trabaja con su cuerpo. Lekoj estudió con un actor creador del
Marcel Marsó. Se curró ese tipo de expresividad. No el mimo típico, hablamos de
un buen mimo que te emociona, y el mimo parte de lo físico. No es el caso de Marsel
Marsó que bebe más de Chaplin (Charlot), Buster Keaton y de los grandes
humoristas del cine mudo. El trabajo físico es primordial en un actor.
Realmente estos autores sólo estaban formalizando esa codificación tan extrema
que tiene el teatro oriental, hindú, chino. El teatro de sombras y de títeres,
las danzas balinesas, se basan en el
movimiento. Cada movimiento está descodificado y se codifican así los
movimientos. Despiezar el cuerpo humano y aislar los movimientos para aprender
de ellos, del cuerpo. Los actores son los de cámara café, serie en
la que también son todo movimiento en la tele. Casi siempre le cogen solo la
cabeza, la parte superior pero el movimiento se hace a partir del tronco.
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