RESUMEN CON ALGUN COMENTARIO
Carrera es correr de un sitio a
otro siguiendo una trayectoria, según el diccionario.
Cicerón representa la vida como
una carrera por un estadio, con mucho esfuerzo desde el primer al último
momento por parte del atleta con moral deportista.
La vida no es estática, no es
permanecer, sino que es moverse dinámicamente. No es yacer, hay que hacer. Hay
que hacerse hombres. El hombre no es lo que ya es lo que es sino que ha de
elegir ser. Es el único animal no prefijado por su determinismo, el único capaz
de ser libre.
Nuestra vida futura es, por lo
pronto, una fantasía, una obra de imaginación. Siempre construimos en la
imaginación lo que haremos a continuación. Se da cuenta de que es heredero de
muchas líneas de existencia y modos de vida. La fantasía, al contrario que la
verdadera imaginación, no es creativa sino reproductora. (diferencia que
hicieron los románticos, FITSE, Goethé y cya) la fantasía se alimenta de las
vidas anteriores y son estas las que escenificamos en nuestra mente; seré
abogado del diablo como Santo Tomás, seré actriz como la Monroe, seré
revolucionario como Sócrates o el Ché...
La palabra carrera ha pasado del
sentido que tenía en términos de Cicerón como lo individual y personal a
designar un sistema de vida genérico y un modo de ejercer la profesión tópico.
En realidad la distinción entre
carrera y oficios es vital porque la sociedad hace una distinción CLASISTA
entre hombres de espíritu (de ideas, de papeles, de palabras) y hombres de
mano, manufactores. Artistas, artesanos. Aunque en el fondo todos son obreros,
desde el peón hasta el Homero, entendido arte o trabajo como técnica (teckes)
aristotélica.
En las sociedades primitivas hay
pocas carreras o profesiones que uno pueda escoger. Y en cambio en la sociedad
de la igualdad de oportunidades, al menos en teoría, podemos elegir entre un
abanico más amplio de profesiones. Pero la carrera no coincide exactamente con
el plan de vida pues hay cosas aparte de lo profesional como son lo afectivo.
El problema de las carreras es que le especializan sólo en determinados temas y
le dejan ignorante para todos los demás y si esta persona no se preocupa o
siente curiosidad intelectual -de diletante- será un analfabeto funcional, sólo
preparado para intereses pragmáticos de dinero y posición social. No se trata
de tener “culturilla general” sino de tener cultura porque cuanta más cultura
mayor amplitud de miras para entender el propio presente. Hoy en día la filosofía es una función social
y Ortega dice a sus estudiantes que han venido allí a hacer metafísicas. Pero
en tiempos de Platón no lo era porque la filosofía era individualista y no
colectiva. Es siempre un individuo el que siente primero la necesidad y luego
se lo contagia a los demás, a su sociedad. Por eso las ideas de un hombre
acaban convirtiéndose en creencias sociales.
(Ortega frente a la teoría
textualista es más individualista, aristocrático) Por eso Ortega logró poner de
moda la filosofía y que la gente sintiera esa necesidad, como el economista que
crea necesidades ficticias a sus consumidores. La filosofía después se des-
individualiza y en cierta forma enajena, aliena y mal interpreta. Las ideas
tardan en incubarse pero luego arrasan como creencias. La vocación es un deseo, un apetito íntimo y
sincero hacía algo que nos gusta y nos llena mucho. Es por todo ello una forma
de amor, en sentido clásico, una afiliación al conocimiento, un principio de
Eros. Haya dos formas de hacer filosofía; delicisiosamente aceptando “lo que
hay” y la realidad o angustiosamente intentando que no haya lo que hay. Platón pertenece
a los filósofos angustiados, así como Nietxsche. En cambio Descartes es de los
“realistas”, de los aristotélicos, de los legitimadores de lo que hay, de la
realidad. Soñadores quijotescos frente a sanchos panzas, y la mejor forma de
filosofar es conciliando materialismo e idealismo. (que es lo que Ortega hizo)
La metafísica se nos presenta
como un cúmulo de pensamientos y doctrinas que ha ido atesorando la humanidad
-algo, pues, que a los ojos parece positivo. Enterarse de estos pensamientos y
aprender esas doctrinas, será hacer metafísica pero sólo aprendiéndola, será
reproductivo y no creativo.
Hablando, pues, con rigor, hace
realmente metafísica el que se encuentra con la necesidad inexorable de
hacerla, de buscar una realidad a su vida por haber caído en la cuenta de que
ésta por sí no la tiene -por tanto, de hacerla aunque no estuviese hecha y como
si nadie la hubiese hecho nadie antes-, pero, a la vez, se encuentra, quiera o
no, con metafísicas ya hechas.
Hay que hacer nueva filosofía y
ya esta hecha la filosofía.
Y entre esa tensión de fuerzas
navega el filosofo. Rescatando de lo anterior pero siempre cara al futuro. El actualismo y el futurismo es el imperativo
de la filosofía; proyectarse hacía el futuro, la vanguardia, sin olvidar el
pasado del que viene.
Y entre los grandes filósofos y
los que meramente aprenden, repiten o enseñan la filosofía como órganos de
vitrina hay una gran diferencia.
Ortega se refiere a los alumnos
que vienen a estudiar filosofía sin vocación como una panda de desorientados
vitales. Dice Ortega que la claridad del filosofo se lo da la vida y sobretodo
la experiencia de la vida, la madurez.
Una generación de jóvenes es un
conjunto de personas con parecidas inquietudes y características semejantes,
pero no obstante todos se diferencian entre sí. (como la del 98 o la del 27) La
juventud es tan parlanchina que en el fondo no tiene voz, es muda, o más bien
ventrílocua; los adultos hablan por ellos y les hacen decir cosas que ellos no
quisieran. El bloque de una generación se levanta frente al bloque de la otra
como dos acantilados incomunicables y así se da el abismo generacional que
siempre es un abismo porque contemplan el mundo de forma muy distinta- aunque
en el fondo existan constantes, eones, esencias y verdades eternas, cosas que a
través de la historia nunca han cambiado o cambiaran en los hombres-. Por eso
la historia es, en una de sus caras, polémica y cambio, pero por otra parte,
por su otra cara, la historia es una continuidad. Toda idea o sentimiento humano
proviene siempre de una idea o sentimiento anterior – ya sea nuestro o de otros
hombres- . No hay posible vacío en la historia. No debe haber oscurantismo. No
hay, ni debe haber, por tanto, generaciones perdidas. Y ustedes, jóvenes, son
la esperanza de la ruptura y la continuidad.
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