sábado, 11 de junio de 2016

ALVARO DE CUENCA

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Llego tarde a la conferencia en Bidebarrieta donde el poeta bilbaíno José Fernández de la Sota entrevista a Luis Alberto de Cuenca, madrileño de origen pero poeta universal. Ambos recitan sus poemas. Los poetas parecen ser seres místicos, puros e inspirados, seres elevados de la media, pero a veces hay poetas camuflados entre la gente, en el súper mercado, en tu lugar de trabajo. La poesía no se entiende, parece algo de otro mundo pero hay poesía en nuestro día a día. Marqués de Camarón ya advertía de los peligros del nacionalsocialismo, el comunismo, el psicoanálisis y el arte moderno. Los poetas defienden una especie de existencialismo esencialista. Alvaro de Cuenca está dentro de los poetas post- novísimos, la trans vanguardia, la post vanguardia. El arte ha muerto. Bienvenido el no arte. La poesía mística era oscura pero hay muchos caminos para hacer poesía de la luz. El Esencialismo es la religión o la secta de la poesía pura, la que reniega del verso libre y la que quiere hacer aún una poesía clásica, con normas. La poesía de Álvaro de Cuenca es pura, es esencialista y es la poesía propia de los años 80, con temática y contenido urbano. Es una poesía pura y figurativa (su equivalente en el arte es el hiperrealismo de Antonio López) y sus temas son el día a día, la cotidianidad, el costumbrismo, la calle. Es un post surrealismo que se rebela a la poesía sin sentido para hacer una poesía concreta. Del sentido común. Ya se sabe que el sentido común es el menos común de los sentidos. Un antecedente de esta poesía la encontramos en Gil de Biedma o en Blas de Otero, sobretodo en sus últimos poemas en los que nos habla de lo concreto, del último disco escuchado, de lo que está comiendo, o leyendo. Álvaro de Cuenca dice que hay mucha poesía del sin sentido, y que no tiene sentido ni es original volver a hacerla otra vez. Está ese mito de que cuanto más loco y menos sentido común tiene el artista mejor artista es. Allan Poe no escribía borracho, aunque se pasara buena parte del día borracho. Parece que el genio romántico e inspirado debe ser alcohólico, pero el genio es genio a pesar de ser alcohólico. Un borracho sólo se escribe tonterías. Un poeta es bueno porque tiene experiencia, trabaja, lecturas, una trayectoria y se puede permitir de vez en cuando beber. Pero no se es genio por ser un atormentado, un desclasé, un borracho. Hay muchos más artistas que fueron esquizofrénicos que normales, tal vez, porque el arte se relaciona con la sexualidad divergente, la diferencia mental (que no enfermedad), ¿por qué negarlo?, pero la mayoría de esquizofrénicos no son Oteiza ni son Felini ni Yoyce. La mayoría de esquizofrénicos nunca serán artistas, poetas ni pintores.   Álvaro de Cuenca homenajeó al recién fallecido Leopoldo maría panero que ha perdido la voz, después de perder la paz y la palabra en el manicomio en que estaba recluido y el raciocinio. El poeta lo ha perdido ya todo, porque hace poco que perdió la vida. Y todos aquellos poetas novísimos catalanes son ahora señores mayores como Gimferrer o están muertos como Terenci Moix, Montalbán o Gil de Biedma. Soy el anticristo decía Panero, nuestro Nietzsche español, un hombre enfermo y loco. El Poeta debe tener oído como el del músico, si no que se dedique a otra cosa porque la poesía es música, ritmo, sonoridad, cadencia, matemática. Jaime gil Biedma escribía en sextina. Blas de Otero era el rey del soneto. Eran los poetas rebelados al surrealismo que querían escribir poemas con el tamiz de la lógica. La poesía de Otero se entiende, tanto en su forma clásica (sonetos en su mayoría), como en su fondo y su temática concreta. Álvaro de Cuenca se expresa en endecasílabos (11 silabas), la estrofa mas complicada. Ha publicado por las calles del tiempo en la editorial renacimiento en el 2012. No escribe poesía de salón ni galante sino poesía de la calle, del café con leche y la barra de pan que compraba Umbral. José Fernández se la Sota hace lo mismo pero con la poesía de Bilbao y de la noche.
Su paisaje es Bilbao; trilogías de Bilbao, travesías de Bilbao como las novelas del Madrid de Umbral que era un poeta en prosa. Ambos poetas hablan de la noche, de los cantantes de la movida (de loquillo), del cine de Kurosawa, de los cine clubs, de los grupos de música de moda. La poesía ha de ser emocionante, divertida, al principio al iniciarse en ella requiere paciencia pero después da muchas alegrías. Pero la poesía de estos dos mezcla lo positivo y negativo, la amarga reflexión, la dureza de la vida junto a la chispa del vivir. Ambos poetas reconocen la influencia y homenajean hoy en su centenario a Blas de Otero, nuestro poeta que empezó en la asociación artística vizcaína (que por cierto este martes de Junio ha cumplido 75 años) La poesía de estos dos no es larga y densa como Proust  y Faulkner sino modesta, sencilla, corta. Si no emociona no interesa. Es fragmentaria, concreta, concisa. Y muy meta literaria. La poesía que habla de libros, de poesía, de metafísica, de cortos de cine de vanguardia, de Jean Cocteau o Pasolini o Lui Aragón. Kavafis quiso ser historiador, se quedó en poeta. Porque la poeta dice con pocas palabras lo que el ensayista necesitaría folios para decir. Por eso no tiene mucho sentido este artículo, hacer una poética de la poesía de estos dos que se presenta sola, que no necesita mi prologo. Estos estribillos están hechos para ser recitados y cantados en bodas (como el poema Desayuno, tengo hambre, tu eres mi desayuno), no para ser analizados. Es una poesía consoladora, que nos reconcilia con la vida. No exenta de crueldad, claro está, porque así es la vida, es lo que hay. No es una poesía políticamente correcta, esa que desde la educación (con regustos tardo franquistas) nos dice que no debe leerse cuentos de monstruos a los niños porque tienen pesadillas. Las pesadillas son innatas al ser humano. Y los Cuentos precisamente, la función que tienen, es que les ayudan a superar esos miedos. Los cuentos conjuran el temor que existe ya en ellos. Debemos asumir ese mundo de crueldad con una sonrisa de Nietzsche en la boca. Liberar la mente del terror que existe. Y para eso están los cuentos y la poesía. Alex de la iglesia en sus películas de terror hace olvidar el terror que de verdad que está ahí fuera, como un expediente X. ambos poetas alabaron a los poetas románticos, sobretodo Shelley, Byron y Keats. Estos poetas murieron jóvenes, en la veintena, pues la poesía es propia más de la juventud extrema. No imaginas a Kavafis escribiendo con 90 años esos poemas existenciales del viaje y el regreso. Eso es lo que hace que la poesía de Borges sea menos interesante que sus cuentos. Borges era ya demasiado viejo cuando era joven, nació niño viejo, mayor y ciego, calvo y arrugado, bibliotecario de por vida. Igual que Unamuno, cuya poesía no es mejor que sus novelas cortas que estas sí que son excelentes. Gil de Biedma fue maestro de Álvaro de cuenca. Por eso he dicho antes que Álvaro de Cuenca es un poeta de la pos vanguardia, un post novísimo. Y al igual que Biedma o Otero, Álvaro de Cuenca es un meta poeta, que usa el híper texto, la intertextualidad, el homenaje a otros poemas y libros, el inter texto, el hipo texto, el subtexto que dicen los pedantes. Es decir, sus poemas están llenos de marcas; si bebe una coca cola dice coca cola, si escucha a Bob Dylan dice Bob Dylan y si fuma no dice cigarro, dice Chester. En eso se adelantaba Blas de Otero, sobretodo en sus poemas de Madrid en la Galerna que presentó su viuda Sabina de la Cruz hace poco. Estas referencias a autores y obras se hacen a sabiendas, conscientemente de que lo hace, adrede, no es fruto de la pedantería. Hemos dicho que Cuenca usa el endecasílabo, el verso más difícil en poesía y además lo hace con rima en consonante, los pares. También emplea mucho el soniquete. No es un Poeta pesado aunque remacha mucho las ideas, mezcla hondura y levedad. El poeta habló de Ítalo Calvino y sus  6 propuestas para un nuevo milenio y del soneto del amor oscuro a Lorca. Es profeta de una Modernidad que asusta. La poesía actual trata de romper la tradición clásica del XIX pero también la vanguardista del XX y hacer algo nuevo, algo postmoderno. Michele Oubeck dice que los poetas vuelven a la inmaculada estrofa clásica y rimada porque se ha agotado el molde vanguardista tradicional. Y volvemos a los clásicos. Un regreso a la métrica. En los años 70 en nuestro país y aún después escribir con métrica era ser nazi y reaccionario, anti moderno. Álvaro de Cuenca dijo que ojala en el tiempo solo quede lo bueno, sea en verso libre o rimado. “Ojalá que los días arrasen la memoria de los días, que el viento se lleve las promesas, que golpeemos con las palabras hasta hacernos sangrar para que el corazón descanse y la lluvia barre la huella de la última batalla”, dice en uno de sus poemas.
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La poesía de Cuenca, influenciado por Otero y Biedma, comparte con Borges y Cortázar eso de las referencias literarias. Pero Borges podría citar el quijote, las mil y unas noches o a un nominalista medieval pero jamás citaría la Pepsi o el Telepizza. Y Cuenca lo cita. Esa es la diferencia. La celebración de la literatura junto a la celebración de nuestra cultura pop y capitalista, el detalle culturalista pero también comercial. Hay en Álvaro de Cuenca publicidad, marcas, logos, referencias a la televisión y el cine que son los géneros estrellas, que se comen al poeta. Todos los poetas imaginan paraísos y el mundo entero es un Bilbao más grande, como decía Unamuno y nuestra patria la infancia y el mundo entero. Antes se ha dicho que Unamuno y Borges no eran buenos poetas. Es discutible. Pero sin ellos no se entiende la literatura actual. Álvaro de cuenca y de la sota hablan mal de Pepín Bello, era un poco intratable pero era él que más sabia en su época. Unamuno, Machado y Valle Inclán fueron maestros de Cuenca, hay mucha influencia de ellos en su poesía. Ósea que recapitulando, Cuenca se considera heredero de los románticos, del 98 y de las vanguardias experimentales, los novísimos y la poesía social. Para Fernández de la sota la trilogía de Madrid de Umbral es el Bilbao de la gran vía. Y el retiro es el parque de doña Casilda, ósea el Central Park de esta capital de provincias. En los parques trascurre el tiempo muerto (como el titulo de un libro de la Sota) pasa el tiempo, pasa el patos, el pathos, el destino. Cuenca también recordó a What Whitman que canto a su ciudad de Nueva York, al Central Park, el pulmón verde en medio de una metrópoli industrializada, deshumanizada. Y esa poesía intentaron hacerla en España el propio Panero, poeta de provincias franquistas o Jaime del toro en el 37 o Jaime del cló. Intentaban hacer una poesía épica como la de homero sobre la ciudad, la épica urbana. La lirica actual surge de la poesía épica clásica. El pasaje lirico de la ciudad (sea el Bilbao de La Sota o el Madrid de Umbral) está ya en la Ilíada. La ciudad es siempre una ciudad asediada, sitiada, todas las ciudades son Ítaca, Troya, Atenas, y vuelta a Kavafis. A Homero.
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Álvaro de Cuenca ha escrito cerca de 35000 poemas.es filósofo, escritor, pintor, poeta y afable conservador del Pienso, luego existo. Intenta ser racionalista y concreto en este mundo irracional. Considera su poesía experimental pero superando las vanguardias, y un poeta tradicional que vuelve a las formas clásicas. Es lingüista en el centro nacional de investigaciones científicas y coleccionista de incunables. Tiene la casa llena de libros por todos lados, alienados, perfectamente colocados, mezclados con las cazuelas y sartenes. Tiene libros en encimeras, en la cocina e incluso en el cuarto de baño. No le caben ya. Es experto en comic, cine y música. Erudito en latín y griego. Mitómano, mistificador, iconoclasta. Quizá la persona más culta que existe en este país. Como un renacentista humanista no sólo es un diletante sino que ha copiado de Petrarca y Garcilaso y los místicos renacentistas hasta su métrica y formas clásicas. Es traductor de la Ilíada y la odisea, en latín y griego y de otras prosas en griego. En el Gobierno de Aznar ocupó la secretaria de cultura, estaba por debajo del ministro de cultura. Y es que Cuenca es tan de izquierdas como de derechas, tan burgués como liberal, tan vanguardista como clásico. Es poeta, filólogo, traductor, ensayista, bibliógrafo. Doctor en filología clásica por la universidad autónoma Madrid. Investigador en el CSIC,   académico de la real academia de la historia. Del 96 al 2000 fue director de la biblioteca nacional. Secretario de estado de cultura entre 2000 y 2004. Tiene 50 libros publicados. La poesía es de las pocas cosas éticas y puras que quedan, porque nos da valores de permanencia en un mundo en el que estamos destinados a morir. Escribir para él es como hacer el amor. No es algo sólo intelectual, sube los niveles de abstracción pero también es sentirse vivo, respirar. La poesía es la culminación de lo vital, no debe ser algo opuesto  a lo vital. Cuenca tiene la carrera de derecho jurídico y de filosofía y letras, mezcla lo normativo con lo libre. Empezó a escribir poesía cuando su novia murió con 19n años en un accidente de coche. Con ella había empezado la carrera de filosofía. Luego ha tenido muchas más novias. Para comentar un texto hay que saber música, historia, filosofía, religión y geografía. Para escribirlo también.  Su poesía es inter disciplinar, todo vale para el convento, todo puede ser poetizable. Se ha especializado en la filosofía en verso y dialogo de los presocráticos. Pero quiere romper la poesía intelectualizada, y que sea una poesía mas cercana a pesar de ser meta literaria. Es Cuenca el ultimo humanista del renacimiento que sin embargo considera el comic una cultura y una contra cultura, como en apocalípticos de Umberto Eco. de hecho, es el fan número uno de Tintín y en homenaje al comic franco belga (Tintín, Spirou, Asterix...) ha llamado a su poesía de la línea clara, como se denomina a esta escuela de dibujantes de comic. Además de escritor traduce libros, que siempre es una traición al texto original. Quiere ser el nuevo Borges y leer toda la biblioteca de Alejandría. Se confiesa un buen gourmet, sus poemas son platos a degustar. Este caballero andante de la poesía habla en sus poemas de mujeres cansadas, neuróticas, de adolescentes y de viejos amargados, de la vida. No quiere ser un poeta frio e intelectual sino humano y sentimental. Aún guarda el Cuaderno de tapas rojas que le regaló  su madre, donde escribía sus primeras veleidades literarias. Guarda las cartas de sus novias, cartas de perdón, complicidad y olvido, de náufragos, mensajes embotellados. La poesía es la literatura en  estado puro, en su forma original. Y al principio fue el verbo. Los primeros presocráticos se expresaban en Atenas en verso. El lenguaje denotativo objetivo de la épica se mezcla con el connotativo de la lírica; que tiene más recursos y suscita más emoción. Una cosa es escribir líneas en verso y otra hacer poemas. Para escribir poesía hay que ficcionalizar el yo; no escribe Cuenca, escribe el yo de Cuenca que él interpreta en cada poema. La poesía es una impostura, como todo arte. La literatura, reconoce Álvaro, es el secreto de la felicidad “y sobretodo es útil porque me sacó de muchas depresiones y me ayudó a ligar”
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Luis Alberto de cuenca nace en 1950. Escribe poesía en los años 70 80., tiene el tono cercano al hablar de un compañero en el bar, y un gran sentido de humor e irónico en poesía. Usa alejandrinos de 14 silabas y endecasílabos de 11. Cuenta los versos con la mano. Su poema sigue y guarda bien la métrica y tiene mucho humor. Es pretencioso, ampuloso, abstracto Tiene poemas prosaicos; la Noche ronda, la Mal casada, Mi monstruo favorito. La muerte llena la casa de paz y goteras. Mezcla lo trascendente e inmanente. Su Ironía es fina y no grotesca. Usa el encabalgamiento de la frase que no acaba y se sigue en el verso siguiente. Su poesía tiene un ritmo especial. Rubén Dario le influencia. Él le enseñó a cuidar el ritmo pues la poesía es un baile o una marcha militar. Son poemas muy normativos, nominales, no liricos. Utiliza muchos recursos en la poesía y métrica libre. 

Tras la lectura vemos que nada lo deja a la improvisación o al ojo. Repite los mismos sonidos al final del verso. Siguen silabas en serie y la estructura de versos tiene acentos parecidos. Sigue un mecanismo cerrado y perfecto para escribir poesía. Usa sextinas, estrofas de 6 versos. Es muy importante el significado y contenido, el mensaje. Pero juega en el significante con la fonética y sonido. Que decir, como lo decimos. Como en una música militar, el ritmo es muy marcado y monótono. Desdibuja el lenguaje para que pase inadvertido, que no moleste, el ritmo es importante en poesía, sobre todo en esta poesía normativa. La métrica es una forma de que no se nos vaya de las manos, es el conductor del carro poético.
WIKIPEDIA:
Luis Alberto de Cuenca Prado (Madrid, 29 de diciembre de 1950)[6] es un filólogo, poeta, traductor, ensayista, columnista, crítico, editor literario e investigador español. Es también académico de número de la Real Academia de la Historia[6] y académico correspondiente en Madrid de la Academia de Buenas Letras de Granada.
Educación Tras formarse en el Colegio del Pilar de Madrid, dejó en segundo curso los estudios de Derecho en la Universidad Complutense de Madrid para iniciar en la Universidad Autónoma de Madrid los de Filología Clásica, licenciándose en 1973 y doctorándose en 1976, sendos grados con premio extraordinario. Ha señalado como sus maestros a dos profesores de la Universidad Autónoma de Madrid: el latinista Antonio Fontán y al helenista Manuel Fernández-Galiano que dirigió su tesina y su tesis que trató sobre el poeta helenístico Euforión de Calcis.
Trayectoria como estudioso de la literatura en el CSIC
Su producción científica se ha concentrado, sobre todo, en la traducción y edición crítica de obras de la literatura occidental cuya cronología varía del II milenio a. C, hasta el s. XX. Más bien alejado de las corrientes metodológicas más recientes, su actividad filológica se ha volcado en la divulgación y su perspectiva hacia las obras que estudia, siendo erudita, es más artística que académica, más transversal que especializada. Como traductor, ha traducido textos en griego clásico, latín clásico, latín medieval, francés medieval, provenzal, catalán, francés, inglés, alemán, y entre otros, a autores del mundo clásico grecolatino, como Homero, Eurípides, Calímaco, y del medievo europeo, como Geoffrey de Monmouth, Guillermo de Poitiers, Chrétien de Troyes, Marie de France, Charles Nodier y Gérard de Nerval. En 1987 obtuvo el Premio Nacional de Traducción por su versión del Cantar de Valtario, texto latino de autor anónimo del siglo X. Esta faceta de su trabajo filológico se mezcla con su obra artística en tanto que sus traducciones aspiran a integrar lo "literal" y lo "literario". En el ámbito de la ecdótica, ha editado críticamente, entre otros, a Euforión de Calcis, Eurípides, Calderón de la Barca, Juan Boscán, Gabriel Bocángel, Agustín Pérez Zaragoza, Rubén Darío y Enrique Jardiel Poncela.
Como editor literario ha dirigido las colecciones "Ámbitos literarios (poesía, narrativa, ensayo)" en la Editorial Anthropos, "Selección de Lecturas Medievales" en Ediciones Siruela, y "La Cabeza de Medusa" en Mondadori. En enero de 2009 es nombrado director literario de la "Fundación Biblioteca de Literatura Universal".
Funcionario de carrera, con la categoría de "profesor de investigación", del Consejo Superior de Investigaciones Científicas, con puesto adscrito en el Centro de Ciencias Humanas y Sociales del CSIC, en el que ha sido jefe del departamento de Filología Grecolatina y director del Instituto de Filología (1992-1993), así como director del Departamento de Publicaciones del CSIC (1995-1996) y director de la revista Arbor. Revista de Ciencia Pensamiento y Cultura[7] (2012- ) editada por el CSIC.[8]
Carrera política en la gestión cultural
En la Administración General del Estado ha ocupado los cargos políticos de libre designación de Director de la Biblioteca Nacional de España (1996-2000), de la que fue nombrado Presidente de su Patronato en 2015, y Secretario de Estado de Cultura (2000-2004). En octubre de 1997, siendo director de la Biblioteca Nacional de España, junto al entonces director del Instituto Cervantes, Santiago de Mora-Figueroa, promovieron la creación de la "Fundación Biblioteca de Literatura Universal" (BLU), con los objetivos fundacionales de la edición, complementaria de las ediciones comerciales, de una colección de obras de autores clásicos de otras lenguas junto a la revitalización de autores en lengua española,[9] y la realización de otras actividades encaminadas a destacar el valor del idioma español como lengua universal de cultura. De su actuación como Secretario de Estado de Cultura cabe destacar la estimación del gremio de historietistas para la Medalla al Mérito en las Bellas Artes.
Estilo
En su poesía se funden el estudioso y el creador, sin que ninguna de las dos facetas corrompa a la otra. A través de sus poemarios, Luis Alberto de Cuenca nos ha ido entregando lo que se ha llamado en la poesía española contemporánea una «poética transculturalista»: una lírica irónica y elegante, a veces escéptica, en ocasiones desenfadada, en la que lo transcendental convive con lo cotidiano y lo libresco se engarza con lo popular. Usa la métrica libre y la tradicional. Como homenaje a Hergé, el creador de Tintín, Luis Alberto de Cuenca ha definido la segunda etapa de su poesía como línea clara. Quizá su poema más conocido, leído con cierta frecuencia en bodas y que ha sido objeto de exámenes de selectividad es "El desayuno". Además de su obra como poeta, ensayista y filólogo, hay que destacar su faceta de letrista musical; suyas son algunas de las letras más conocidas del grupo de rock la Orquesta Mondragón. Alguno de sus poemas ha sido también musicado por Gabriel Sopeña e interpretado por Loquillo, en su disco Su nombre era el de todas las mujeres, editado en octubre de 2011.
Parte de su obra ha sido traducida al francés, alemán, italiano, inglés y búlgaro.
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Obras
Poesía
  • Los retratos (1971), no recogidos en las “poesías completas” de los años 1990 y 1998. Reeditado por 'Huerga y Fierro editores' (2009) y 'Reino de Cordelia' (2015)
  • Elsinore (1972)
  • Scholia (1978)
  • Necrofilia (1983)
  • Breviora (1984).
  • La caja de plata (1985) Premio de la Crítica
  • Seis poemas de amor (1986).
  • El otro sueño (1987)
  • Poesía 1970-1989 (1990), antología donde recoge toda su obra hasta ese momento.
  • Nausícaa (1991).
  • 77 Poemas (1992). Antología.
  • Poemas (1992). Antología.
  • Willendorf (1992).
  • El hacha y la rosa (1993)
  • El desayuno y otros poemas (1993).
  • Los gigantes de hielo (1994).
  • Animales domésticos (1995).
  • Luis Alberto de Cuenca (1995). Antología.
  • Tres poemas (1996).
  • Por fuertes y fronteras (1996)
  • El bosque y otros poemas (1997).
  • En el país de las maravillas (1997). Separata de El Extramundi y los Papeles de Iria Flavia, XI.
  • Los mundos y los días (Poesía 1972-1998) (1998), antología donde recoge toda su obra hasta ese momento. Visor
  • Alicia (1999).
  • Insomnios (2000).
  • Mitologías (2001). Antología.
  • Sin miedo ni esperanza (2002). Visor
  • Vamos a ser felices y otros poemas de humor y deshumor (2003). Antología.
  • El enemigo oculto (2003). Antología.
  • El puente de la espada: poemas inéditos (2003).
  • De amor y de amargura (2003), antología, edición de Diego Valverde Villena.
  • Diez poemas y cinco prosas (2004).
  • Ahora y siempre (2004).
  • Su nombre era el de todas las mujeres y otros poemas de amor y desamor (2005), antología. Renacimiento, Sevilla.
  • La vida en llamas (2006), premio Ciudad de Melilla 2005.
  • Poesía 1979-1996 (2006), Edición de Juan José Lanz
  • a quemarropa (liminar de Javier Pérez Walias). Colec. Cuadernos del Boreal, 2. IES “Universidad Laboral”, Cáceres, 2006.
  • Jardín de la memoria (2007), Universidad de las Américas, Puebla, México, antología personal.
  • Hola, mi amor, yo soy tu lobo (2008), con ilustraciones de Miguel Ángel Martín. Antología. Rey Lear.
  • El reino blanco (2010), Visor
  • Embrujado jardín, Antología (1970-2010), selección y prólogo de Pablo Méndez (2010), Ediciones Vitruvio.
  • La mujer y el vampiro (2010), con ilustraciones de Manuel Alcorlo. Rey Lear.
  • El cuervo y otros poemas góticos (2010), con ilustraciones de Miguel Ángel Martín. Antología.
  • En la cama con la muerte: 25 Poemas Funebres (2011), Ediciones de la Isla de Siltola.
  • Los mundos y los días (2012), Visor. Antología.
  • Cuaderno de vacaciones (2014), Visor.
Ensayos
  • Floresta española de varia caballería (1975) Recoge los textos Libro de la Orden de Caballería, de Raimundo Lulio; De los Caualleros, de Alfonso X, rey de Castilla y León; y el Libro del Caballero et del escudero, de Juan Manuel, infante de Castilla; además de la floresta literaria del propio autor.
  • Necesidad del mito (1976), Planeta, Barcelona (reeditado en Nausicaa, Murcia, 2008)
  • Museo (1978), Antoni Bosch, Barcelona
  • El héroe y sus máscaras (1991)
  • Etcétera (1993)
  • Bazar (1995)
  • Álbum de lecturas, 'Huerga y Fierro editores' (1996)
  • Señales de humo (1999)
  • Baldosas amarillas (2001)
  • De Gilgamés a Francisco Nieva (2005)
  • Noveno arte, (2010)
  • Libros contra el aburrimiento, Reino de Cordelia, Madrid (2011)
  • Nombres propios, edición de Diego Valverde Villena, Universidad de Valladolid, Valladolid (2011)
  • Historia y poesía, Real Academia de la Historia, Madrid (2011)
  • Los caminos de la literatura, Rialp (2015)
Narrativa
Traducciones
Premios y distinciones
En 1986 obtuvo el Premio Nacional de la Crítica por la obra poética La caja de plata.
En 1989 recibió el Premio Nacional de Traducción por El cantar de Valtario.
Está en posesión de la Gran Cruz de Isabel la Católica, concedida por el Consejo de Ministros en mayo de 2004.[11]
En 2007 el gobierno de la Comunidad de Madrid le concedió el Premio de Cultura (Literatura), por su obra poética, correspondiente a la edición de 2006.
En 2009 fue elegido académico correspondiente de la Academia de Buenas Letras de Granada.
En 2010 es elegido académico de número de la Real Academia de la Historia, ocupando la medalla nº 28[12] de la que ya era académico correspondiente. Ingresa el 6 de febrero de 2011, con un discurso de ingreso titulado "Historia y Poesía".[13]
En 2013 recibió el Premio ABC Cultural & Ámbito Cultural de ABC Cultural y El Corte Inglés.
En 2015 le fue otorgado el Premio Nacional de Poesía por Cuaderno de Vacaciones.
Colaboración en prensa, radio y televisión
Fue colaborador de Nueva Revista, publicación cultural fundada por Antonio Fontán que agrupaba a intelectuales de la derecha liberal.
Es crítico literario permanente del diario ABC y ocasional columnista.
De conocida cinefilia, participó en los coloquios de los programas televisivos dirigidos y presentados por José Luis Garci, 3.ª etapa de Qué grande es el cine (1997-2005), emitido en La 2 de Televisión Española; y Cine en blanco y negro (2009- ), emitido en Telemadrid y en LaOtra.
Tertuliano fijo en los programas radiofónicos dirigidos y presentados por Luis Herrero, En casa de Herrero, Cowboys de medianoche y Fútbol es radio, todos de la emisora esRadio.[14]
Desde la temporada 2013/2014 tiene una sección semanal de literatura en Esto me suena de RNE.
Nieto del general Luis de Cuenca y Fernández de Toro, e hijo del abogado madrileño Juan Antonio de Cuenca y González-Ocampo y Mercedes Prado Estrada, ha residido toda su vida en el Barrio de Salamanca de Madrid. Ha contraído matrimonio en tres ocasiones: con Genoveva García-Alegre Sánchez, cuya nulidad sacramental fue declarada por la autoridad eclesiástica; con Julia Barella Vigal; y, sólo civilmente, con Alicia Mariño Espuelas en 2000; característica común es que todas ellas son filólogas y ejercen la docencia universitaria. Tiene dos hijos: Álvaro de Cuenca y García-Alegre (1976) e Inés de Cuenca y Barella (1989). Tiene dos nietos de su primogénito.
VÁZQUEZ LOSADA, Javier (ant.). Alrededor de Luis Alberto de Cuenca. Aranjuez: Neverland Ediciones, 2011. ISBN 978-84-937450-6-6.
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Teichoscopia, poema sobre la Guerra de Troya

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