La Casa de la Caraba
Ejercicio
cacofónico con el sonido C/K/Q en plan
peloteo al taller de escritura (Colgado en la puerta)
Cada cual camina de su casa, aquí, para caer a continuación en aquesta cascada de cisnes. ¿Cuando cavamos este centro carabiano y cabalesco?. Los cimientos de la Caraba solo caben colocados contrariados, ósea, encabronados. Una carabina canta canciones, en la que cadáveres se casan y casualmente se cabrean cantidad. Un Caos, vamos. Canalizamos calamidades, nos carteamos en carnaval con condesas condenadas. Quizá quemamos calefacciones, o caemos ceniceros o quitamos calvas o corsetamos un cava, tras comernos los corazones con Ketchup.
Acumulamos kilos de cartas, de amor o de K.K, o de Kafka a su capullo aita, cabrón, capitalista y calvo.
Acumulamos carátulas, cassets, Cds, cartuchos, canciones, chismes, conferencias cherjovianas, cachivaches y cachimbas. ¡Kilos de Kilates de chusma!. Como cobardes cobayas, como canallescos castores cantarines, como cadenciosos chusmeros. ¡Todo cabe y cabe cada cosa! Casi como comunidades ocupas controladas de cuentacuentos. Como esos costumbristas corseteros de cuentos, de cantares de gesta, de castizas cábalas. Caminamos sin caravana, pero con cafés, pero como zíngaros o condenados.
¡Somos los cuentacuentos cistercienses de la Caraba! El circo de las cobayas con corilio en cada costra, como cerdos contenciosos, celestinas o camelleros. Contables de lo contenible sólo en cada cama. ¡Cuentos, calma, y cigarros! Conócenos; curamos corazones, contagiamos cariño, celebraremos ya el centenario. ¡Convertimos con cola las catástrofes en caricias!
Con
Usía; ¡La Caraba!
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