viernes, 17 de noviembre de 2017

LOS RESTOS DEL DIA. ISHIDURO. UN MAYORDOMO INSENSIBLE

Ishiduro es el último premio nobel y también premio booker. Al principio sus novelas las protagonizaban japoneses, algunos venidos a Inglaterra. Pues él es de Japón, pero vino aquí con sus padres. Nació en la ciudad de Nagasaki, la de la explosión nuclear junto a Hiroshima en la segunda guerra mundial. Pero vivió su infancia adolescencia en Inglaterra porque su padre era oceanógrafo y vino aquí a vivir cuando él tenía 6 años. Por eso ha estudiado en la universidad de Kent donde fundó un grupo literario, los hijos airados, con otros escritores de su generación como salman Rushdie o Julián Barnes.   Es guionista de cine y escribe novelas cada 7 años. Tiene 6 novelas. La novela los restos del día es la que hoy nos ocupa en el taller de lectura, la que hemos todos leído. Trascurre en la Inglaterra victoriana. Todas sus novelas son narradas en primera persona salvo su última novela, que es en tercera persona y con la que juega a la novela histórica, es el gigante enterrado. También ha publicado Cuando fuimos huérfanos, donde aparece un ambiente de prostitución, mafias, políticos corruptos… En Nunca me abandones, juega con la novela de ciencia ficción, distopía de futuro, función genética y el arte en la sociedad. En 2015 escribe su última novela el gigante enterrado, juga con novela histórica, se desarrolla en edad media fantástica, época artúrica, tema memoria histórica y de los pueblos, memoria colectiva y personal. Las ha ido publicando entre largos periodos de tiempo cada novela; 82 89 95 99 2005 2015. Tarda en escribir la novela 3 o 4 años, incluso 7 años o 10. Nunca me abandones es otra de las novelas. La cálida luz de las colinas es su primera novela, con personajes japoneses.  Su estilo es sorprendente, totalmente distinta una novela de otra. Formal y temáticamente son distintas, se considera un autor de riesgo. No en cuanto a su estilo que se ven coincidencias de una novela a otra. Le gusta jugar con los géneros literarios, es lo que hace últimamente. Nosotros lo escribe en 2010 y es un libro de relatos, los personajes son músicos en 8 relatos. 
 
Salvo la última están todas narradas en primera persona. ¿Podría funcionar esta novela no escrita en primera persona? En todo momento adoptamos la versión del mayordomo protagonista que es el que nos habla. Y nos habla de su responsabilidad en su trabajo que le da dignidad. Incluso cuando su padre se está muriendo, él no le cierra los ojos, pues no puede dejar su trabajo ni un momento. Habla poco de sus emociones, mucho de lo que hace, de su oficio. Solo hay una pincelada de humanismo en él cuando le cae una lagrima al morir su padre. y se le descubre un corazón, dos licencias que se permite. Tiene pocos sentimientos.  Ishiguro busca sencillamente crear un personaje a través del cual asistamos a la historia. El narrador es el cristal desde el que ves lo que está sucediendo. Es una persona parca a la hora de contar. A un narrador en primera persona le das crédito, pero cuenta algo de manera auto destructiva. Le vas pillando, y te vas alejando de su forma de ver el mundo (¿pero qué dices?) Esa construcción del personaje es muy compleja. Se dirige al lector de alguna forma. Se muestra más rotundo al final. Afirma que ni él ni los lectores somos quien para entender las cosas que hacen los que rigen el mundo. Ciñámonos a nuestro trabajo y a lo que nosotros nos incumbe, nos dice. 
  
Es una novela victoriana escrita en el siglo xx, por momentos parece Jane Austen, o ese tipo de literatura. Te dicen que es un autor de ese siglo y te lo crees. La crítica dice que mezcla la novela victoriana y Kafka. Deforma a los personajes. damos a crédito a la novela en la medida que perdemos la credibilidad a él. Ishiduro es un artista porque crea un personaje que fascina por su extraña mirada sobre el mundo. El mayordomo es una persona reprimida que interpreta la realidad auto justificándose en todo momento. Se engaña así mismo todo el rato. El tema es la relación del ser humano con la memoria, lo que le pasa a Steven el mayordomo es anecdótico. Nos atrapa e interesa porque nos pasa a todos esto con la memoria; te acuerdas de una cosa o otra, no sé si fue un día u otro, así o asá. La memoria es selectiva. Hay momentos que lees en voz alta y te gusta. Está preciosamente traducido, los otros igual no tanto. 
  
Lo único que guía la vida de Steven son las formas, las costumbres. Hay una escena potente cuando está en la habitación, en el despacho, donde hace sus historias y entra el ama de llaves sin llamar con un ramo de flores. Él está leyendo y se interesa ella de qué está leyendo. El cuerpo se queda accidentalmente pegado al de ella. Tiene mucha sensualidad la escena. Y al final la echa. Él dice que lee porque un mayordomo debe saber hablar y leer, conocer los modismos. Queda con ella a tomar chocolate para hablar de cosas laborales. Estaba enamorado de ella en secreto. Están dos horas hablando en el hotel. Se lo comenta cuando está mirando el bus en la marquesina, que algo siente. Es de esa forma fría porque ha sido educado así, su padre era igual o peor, lo ha aprendido del padre. Hay mucho humor en la novela. La dignidad es el tema recurrente de la obra y el ambiente o fondo es el paisaje de Inglaterra. Hace una descripción típica de la figura del mayordomo inglés, el trabajo de mayordomo le hace digno y superior a cualquier otro tipo de trabajador. No acepta intimidades con la otra criada, porque él tiene una categoría superior. Solo se explicaría así su rechazo o que fuera gay.  Es un ser humano atrapado en los convencionalismos. Nunca da el autor a pensar que sea gay. En realidad, es frígido, asexuado, reprimido. Sentía cierta inclinación por ella, pero lo principal es el trabajo. La dignidad pesa más que otras cosas. Tuvo que volver al papel de mayordomo porque no tiene otro papel y no quiere estar desnudo. El autor critica esa forma tan severa de creernos nuestro papel o el rol con el que actuamos en el juego de máscaras y disfraces de la sociedad. Le va bien actuando así. Tiene carencias, pero vive bien sintiéndose orgulloso de hacer bien su trabajo. En las reuniones con el ministro de exteriores se siente orgulloso de participar en la política. Es dueño de si mismo, su vida es su trabajo. Lord dallynton al final de su vida ha podido decir que estaba equivocado, él ni eso. El mayordomo sólo vive a través de los otros. Ha recibido una educación inglesa, con falta de sentimientos. No puede dejar escapar su trabajo por un amor que le va a durar dos días.
  
El tema no nos resulta atractivo, un mayordomo inglés es aparentemente algo lejano a nosotros. El autor escribe de maravilla. El mayordomo ha de servir fielmente, sin rechistar, renunciando a sus sentimientos más primarios. Muere el padre y el sigue sirviendo a los señores. Esa escena es terrible; hay una cena importante donde pasan cosas importantes, muere el padre y cuenta como se tienen los niños al jovencito lord, los secretos de la naturaleza humana. También se ve su frialdad en la falta de solidaridad con las criadas judías. Su señor reconoce que ha actuado mal echándolas. La actitud del mayordomo es el servilismo, actitud peligrosa en la sociedad, ese sólo obedecer órdenes, con que se justificaban los gerifaltes de Hitler. Estas personas serviles y conservadoras apoyan personajes y acontecimientos catastróficos para la humanidad, como e fascismo, opresión y renuncia a los derechos humanos. Él mismo renuncia al amor también, tiene su matiz sensual, pero él está por encima de todo eso. La dignidad está en servir fielmente. El deber del mayordomo es que haya buen servicio, no intentar solucionar los problemas de la nación. Los grandes señores deben gobernar el mundo, él de política no quiere saber nada. Es la mentalidad de esos años, pero también de ahora. Esta actitud está muy extendida en la sociedad. Hace una distinción entre los mayordomos de la generación anterior que se afanaban de servir a nobles y los de su generación que son unos idealistas. Su finalidad no es servir a una familia noble sino estar cerca de la gente que mueve los hilos para que la cosa, el país, mejore. El coche se queda sin gasolina. Sale el tema de la dignidad. El periodista le baja a la tierra; dignidad no tienen solo los grandes señores, cualquier persona es digna. Cuando le preguntan por temas políticos no piensa nada, no se va a posicionar delante de esta gente dirigiendo, ministros ect. Lo hace por proteger y porque representa al señor hasta tal punto que se hace pasar por él. le toman por señor por sus maneras. Él dice que no a esa relación con la criada, pero se pregunta por qué no, su coraza se debilita y él se desconcierta. 
  
Cuando Dallynton echa a las dos criadas judías él está en contra de eso, pero sólo lo piensa fugazmente. Son buenas trabajadoras, no tiene ninguna queja, pero no cuenta su opinión. Donde manda capitán no manda marinero. Dallynton se arrepiente y quiere mejorar la situación. ¿te tienes que estar disfrazando continuamente?, le preguntamos al mayordomo. Pero él no se da cuenta de su disfraz. Solo ve a los ojos del señor, a él le afecta personalmente todo lo que le pasa a su amo. Le afecta el despido de las doncellas porque son buenas criadas. Lo siente, le afecta, pero no dice no estoy de acuerdo con eso. Ni se le pasa por la cabeza hacer eso. Para él la dignidad es comerse sus sentimientos. Aunque piense que no es correcto lo acepta porque lo dice su señor. Él tiene que obedecer. 
  
En Inglaterra siempre ha habido jerarquías. La novela habla de la Inglaterra antes de la segunda guerra mundial y un poco después. El habla con nosotros, los lectores. El mayordomo no es consciente de que cumple un disfraz, nosotros tampoco lo sabemos a principio. ¿Hasta dónde puede llegar al auto engaño del ser humano? la deformación de nuestra mirada es diferente a como nos interpretan los demás. El mayordomo interpela al lector para justificar a su señor y a él mismo. Pensareis que mi señor obró mal, nos dice, pero mi señor tenía estos motivos. El mayordomo da su explicación; los que piensan que no ha actuado bien deberían entender que… En el fondo está como regadera, es un fanático por el orden, pero es muy coherente en su discurso. Vemos el fanatismo ajeno, pero no el propio. La viga en el ojo ajeno. El lector se da cuenta si el lord es conservador o no por sus conversaciones en la mesa sobre el tema del nazismo. El sobrino está preocupado por su tío. A la cena asiste el embajador alemán, el primer ministro inglés, toda la policía está allí. El mayordomo al niño le explica de dónde vienen los niños. Uno de los comensales es periodista y saca el tema de si los ingleses deberían apoyar a Hitler. El tema despierta la curiosidad de todos. El nazismo intentó tener mano blanda con los ingleses, tenerles como aliados. El periodista le intenta convencer y abrir los ojos al lord para que se de cuenta del peligro que corre el país y él mismo. El mayordomo ve, oye y calla pues tiene que servir a la gente de la sala. El ama de llaves acaba de ser preguntada por la policía de si trabaja allí. Se para en la puerta el mayordomo un instante, se le va el tiempo, tiene que servir la cena. La criada no le oye llorar, pero está segura de que está llorando. Está a tres bandas en esta escena. En la primera el padre muere y en la segunda pierde a la criada.
El mayordomo se siente orgulloso del servicio, y se reconoce feliz y contento, alguien que necesita decirse eso es porque está jodido. Es su actitud. Alguien que necesita decir qué feliz estoy es porque está mal. Al final se da cuenta de las cosas que se ha perdido. Solo en esos dos momentos, cuando muere el padre y pierde a la criada él dice que es feliz. Lo verbaliza. La señora se casa sin estar enamorada, se enamora con el paso de los años. El mayordomo hace balance de su vida, no le ha servido de nada su trabajo, su vida no ha sido satisfecha. Le preguntan cómo ve su futuro. No sabemos que edad tiene, pero no tiene nada. Solo ha seguido a su señor que se ha equivocado y por rebote él. En el viaje va por ella, a por la doncella, lo que perdió. Vuelve a trabajar en la casa, esa es toda la esperanza que el tiene. La novela nos plantea las trampas mentales y emocionales que nos ponemos todos a nosotros mismos. Mr kalintan es ese periodista, crítico con las posturas nazis del Dallynton. Ishiguro hace una teoría sociológica de las posturas conformistas de tapadillo. “Usted solo ve pasar las cosas sin pararse a pensar en lo que significan”, le dice el periodista (hijo del amigo) al señor Dallynton. Despierta la obra el sentido crítico, aprender a escucharnos a nosotros mismos. Se nos ha impuesto el pensamiento único globalista. En la edad medía también, igual había más posibilidades que ahora de pensar diferente. La gente sigue a rajatabla el tvdiario, anula su capacidad de poder cambiar. También es verdad que ahora hay más posibilidades de enterarte de las realidades y poder elegir entre ellas.
De la novela nos ha conmovido más la parte humana. El mayordomo es un esclavo feliz, un esclavo por propia voluntad. Firma una obediencia en vida, “hice lo que me mandaron hacer, cumplía mi papel. iba a trabajar y hacia esto o aquello”. Pero eso no es una excusa para una vida sin nada, vacía. Se compara con otros mayordomos, él es el mejor de su época. Todos queremos ser mejor en algo. Al niño no le decimos; tienes que ser feliz, sino tienes que ser el mejor. 
  
En el otro libro el trasfondo es el mismo, vuelve a decir lo mismo. Los pueblos nos olvidamos del pasado y recuperamos la memoria traumáticamente. Plantea el escritor si hay que defender la memoria y a qué precio. Los buenos escritores tienen 3 4 temas que los expresan de forma diferente en cada novela. Es una crítica a la realidad de Japón después de la segunda guerra mundial, y al emperador Hirohito, es una lectura que hizo una persona respecto al libro. Hay paralelismos de la obra con la serie de arriba abajo, Wodehouse, es el mismo tema copiado. Es la novela victoriana. Plantea la misma relación entre ellos con el ama de llaves. Downton Abbey retrata la sociedad de 1900. Era el ambiente de la gente rica. Una lectora nos cuenta que estuvo ella en una casa en 1987 en Londres de un tío con dinero que tenía ama llaves, chofer, mayordomo, una cocinera y una que venía a planchar. Es una forma de interpretar el clasismo inglés.
El meollo de la historia es hacernos cómplices al lector en esa interpretación tan peculiar de la realidad que tiene él, es su realidad. Lo que su padre le ha enseñado. Tenemos otras realidades nosotros, pero igual de estancas que esas. Hay que darnos cuenta de que hay otras realidades. La visión que tenemos de la realidad puede cambiar. Es ese mayordomo canónigo inglés, pero no denuncia la lucha de clases sino como nos engañamos los seres humanos. Nuestra mochila es la única, no salimos de la crisálida. Estamos entretenidos en que tenemos la razón y que somos los más dignos y mejores, y nos pasan cosas alrededor que luego nos arrepentimos de no haber vivido. Un amigo del amo ha muerto en el frente en la segunda guerra mundial. El señor de la casa se siente culpable de haber desatado la guerra. Pero la guerra vino por Hitler, no por él. Le intentan convencer de que apoye a los nazis. Hasta el propio rey se quería unir a eso. La mentalidad era que a ver si haciendo una entente no llegaban a más. Estaba engañado. En las relaciones internacionales siempre hay uno que engaña a otro. En 1923 organizan un mitin en la mansión, cuando muere su padre, un invitado americano les dice que son unos aficionados y que la guerra es cosa de profesionales. Al final de la cena hacen la misma reflexión; la política es cuestión de los profesionales, de los que saben. Le gastan la broma al mayordomo, ¿qué harías si sube la libra esterlina y las acciones en Inglaterra? Hasta el jefe se burla de él y le pide perdón luego. Lo serio debe estar en manos de los que saben y el pueblo a sus tareas, a hacer lo que estan capacitados a hacer. El protagonista está de acuerdo con eso. No finge ignorancia, realmente no sabría que hacer. Considera que la gente del pueblo no debería meterse en política. Solo los nobles o gente bien tienen cultura y criterio para entender la política. Cuenta toda la historia como si fuera un personaje secundario. Dallynton debería tener más importancia, pero no es un personaje secundario, lleva toda la historia él. Con pocas pinceladas mete el tema político, la sociedad inglesa, el debate de como delegamos en los profesionales las cosas serias y el lector con lo que sabe lo rellena. Está lleno de elipsis, cosas que no se dicen, pero se intuyen. ¿Cuál es la verdad, lo que me dice antes el mayordomo o lo que me dice ahora? hoy en día la gente piensa así, votar cada 4 años y ya está- Las opiniones profundas se dejan en manos de profesionales y el vulgo se permite el chascarrillo y la broma. Esto del pensar libremente lo han resuelto alemanes e italianos fascistas, está convencido el mayordomo de ello; los trabajadores a trabajar y los políticos a gobernar. Sigue sucediendo ese desesterarnos de las cosas políticas. En un momento dice que hay que volver atrás, que no es bueno que se opine. El régimen nazi rompía las libertades del momento. El amigo del señor sugiere que esto tiene proyección de futuro, y que es algo que nos afecta. Los que saben de política lo llevan a su terreno, vosotros dedicaros al taller literario. Los especialistas o profesionales que saben de economía lo harán bien. Los hilos los llevan ELLOS, ese ente interpersonal de la economía o el dinero. El sistema. Decimos somos libres porque votamos y esta democracia es lo más perfecto de todo el mundo. Con la democracia se ve que la sociedad está estancada, retrato de la mitad del siglo xx en Europa. Pero va más allá. Vivimos en democracias asentadas, es democracia porque haces una papeleta. Los movimientos económicos no dependen del voto de nadie. Se justifica el movimiento nazi por el tratado de Versalles, la dejan en la ruina a Alemania y los ingleses no tienen más remedio que unirse contra ellos, según la tesis del pro nazi. Un amigo suyo acaba suicidándose. ¡La de cosas que toca el libro! A un amigo le matan en la guerra del Boers. Su padre para el mayordomo es el ejemplo de dignidad. También es graciosa la anécdota del león. Habla mal de su padre, pero no de su señor. Uno de los lores se pregunta si se cargaron a su hijo dignamente o no. Unos fueron porque quisieron y otros no, obligados. El padre sigue siendo sumiso, aceptó que el hijo fuera a matar por Inglaterra. En España también hay exaltamientos patrióticos, los últimos de Filipinas eran todos unos asesinos. En América está muy inculcada la cultura del ensalzamiento, morir por la bandera. La historia tiene su peso y su poso. El mensaje conservador de la época era dejar que los grandes señores solucionen los problemas. Eso me trae a la memoria la frase lapidaria de Primo de Rivera cuando Giner de los ríos le dice que hay  que enseñar al pueblo; “España no necesita obreros que piensen sino bueyes que trabajen”. Lo piensan mucho y en todas las naciones. En Inglaterra cultivan la elite, pero quieren tener una clase obrera trabajadora. El tema del conformismo con esa abstracta dignidad es una esclavitud consentida, el orgullo de ser esclavo. Lo importante es servir, el padre es lo de menos, su vida privada y el tema afectivo no tiene nada que ver. Hay que hacer lo que tienes que hacer.
impresionó la película mucho. Anthony Hopkins y Emma Thompson. Mr keyton le pregunta, ¿le cierro los ojos? Y le cierra lo ojos al padre muerto. Primero el castillo y luego los de dentro. El humor es abundante. Se anula así mismo el mayordomo. Es un personaje kafkiano total. Se podía usar para los hermanos Marx. En casa de los Taylor, cuando recargan la gasolina, Smith expone lo que entiende por dignidad; ser libres es ser dignos y siendo esclavos es imposible serlo. Los ingleses luchan contra la Alemania nazi para ser libres. En la página 193 del libro ba llegando gente del pueblo. El que dice esas cosas de libertad es el pesado, el zumbado del pueblo, el que va siempre a los mítines. Aparece el médico también. La dignidad de sirviente es servir a una persona importante. Se le pega la dignidad del señor al que trabaja para él. Es estar apoyando a alguien que lucha por el bien de la humanidad. Y era otro nazi. La generación de mayordomos era como una escalera, subir, pero la nueva es una rueda, estar más cerca del eje, de los que mueven el poder para apoyarlos. No desde un punto vista maquiavélico perverso sino por ayudar filantrópicamente a la humanidad. Qué tío más iluso, pensamos, que no quiere ver la realidad, lo que hay mas allá de lo que quiere ver. Eso nos pasa a todos. Lord Dallynton es otro iluso, cree que va a cambiar las cosas convenciendo a los nazis y a los ingleses, cuando le estan instrumentalizando, utilizando. El mayordomo se despide del padre cuando sabe que se está muriendo, pero muy frio, sin mostrar sentimientos o cariño.
Al final el mayordomo intenta ser humorista. Quiere ser gracioso, aprender a contar chistes porque se quiere amoldar al nuevo amo. Hay sentimientos. Siente que no lo está haciendo bien. Dice una gracia su nuevo amo ¿me tendré que reír o callar? El nuevo dueño americano le dice que coja el automóvil lo primero. Aprende chistes y por mucho que le quiere idealizar el nuevo amo no tiene esa dignidad que tenía el primero, el anterior. No puede decirse así mismo estoy entregando mi vida a cuidar un payaso o rufián. El dueño dollinton se había muerto hace 3 años y es un periodo de tránsito entre el viejo y nuevo dueño. Está más frágil en ese periodo y por eso cuenta más y es más abierto y cercano.
Lo vemos al mayordomo desde nuestra óptica, la mentalidad de este siglo. Cuando muere el padre de un famoso lo digno es que pases de la vida privada y salgas a contar chistes. Murió el padre, pero ella sigue haciendo su número, el espectáculo debe continuar. Los famosos no se emocionan. La obra nos hace ver como asumimos nuestro papel para salvarnos. Si nos despegamos de ese rol nos enfrentamos a cosas. La madre a los dos días estaba trabajando pues prefiere trabajar para o pararse a pensar y darse cuenta de cosas. Está en su papel- Vemos la dignidad con el prisma del nacido aquí. Japón Inglaterra no tiene nada que ver con España- tienen sus formas de comportase. Manifiestan sentimientos rara vez. No besan, tocan, abrazan. Expresarse es un síntoma de debilidad. Nuestra generación es así y no ha cambiado ni puede cambiar. Y miedo de como vienen los jóvenes que han perdió el norte. Había unas necesidades en la época también y el que entraba a trabajar en una familia tenía un estatus, riqueza. Nos choca leer cosas de otros pueblos, pero tenemos que aceptarlas o entenderlas en su contexto. Es una lectura cómoda del lector, que los ingleses son así. Si nos ha gustado a todos es porque no cuenta las costumbres de un país, sino que cuenta algo que atañe a todos los humanos, no a ingleses o a mayordomos. Murakami es otro japonés, pero no tiene nada que ver. Hay una serie de nuevos personajes excéntricos en Japón e Inglaterra.
Cuando el mayordomo se hace un viaje le sale el dilema. Ha trabajado toda su vida, pero no tiene dinero ni un traje o ropa que ponerse más que el de mayordomo. No ha salido ni de su pueblo, ni apenas de su casa. Él se justifica, es un pobre hombre. Los mayordomos no tenemos que viajar, bastante tenemos con la gente que nos cuenta las cosas. Necesita explicarse así mismo. Hay que darle un poco brillo, reinventar nuestra vida y darle sentido. Por diferente que sean los países es el carácter de cada persona. El mayordomo nos da pena, lastima, es triste el libro, yo vivo mejor que él. Pero allá donde hay necesidad se trabaja por dinero. Aunque este mayordomo no lo hace por dinero sino por estatus, por dignidad, por costumbre. Ha dependido siempre de otro. igual que los que trabajaban todo el día en la fábrica. Nos produce también rabia el desgraciado pues él además es feliz siendo esclavo por voluntad propia. No hay peor esclavo que el que no se considera tal y el sistema nos hace creernos individuales y especiales; yo trabajo para algo mayor, algo que me excede. ¿Es feliz o se intenta convencer así mismo de que lo es? Provoca rabia, rebelión. Al final solo piensa en satisfacer al nuevo amo mientras piensa que el amo ha podido equivocarse, pero él ni eso. Dan pena las criadas judías echadas y encima le echan a su amor. Es feliz laboralmente pero no en su vida personal. Solo se ve un resquicio de emoción e ilusión al emprender este viaje final. Se da explicaciones y piensa lo contrario a lo que siente, propio de la ironía británica; decir cuando quieres decir lo contrario. Nos retrata a todos. Lo juzgamos desde el aquí y ahora, pero es la sociedad neguritica o la de Madrid era igual. Está publicada en el 89, hecha para nosotros- No tiene interés en hacer una novela costumbrista a lo Jane Austen que sí la podemos leer así. Pero aquí hay una clara conciencia social y el querer retratar un personaje con carencias afectivas, en el plano del amor- Nosotros no somos tampoco igual que hace 40 años. Los valores cambian según que época, algunos permanecen. Ahora en Inglaterra no es lo mismo, aunque haya mayordomos. Hemos conocido abuelos con esa mentalidad. No habla de mayordomos sino de nosotros mismos. Recibían una educación distinta, la disciplina inglesa o victoriana, los niños no estaban con sus padres y eran más fríos. Los españoles fuimos a las américas haciendo amigos, la mayoría moría de enfermedades. No escribe para que entendamos esa época sino como denuncia social a una actitud que todos tenemos; la frialdad y el engañarnos a nosotros mismos.

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