De 1898 a 1944 en Guatemala hay
dictaduras. En el 44 hay una década de gobierno democrático en que se produce
una regeneración cultural intelectual. Del 55 a los años 80 90 vuelve a haber
dictaduras. La más larga fue la de Manuel Estrada Cabrera, el señor presidente
de M A Asturias. Le continúan dictaduras militares. Tras la dictadura de Jorge
Ubico 31 44 hay ese oasis democrático o paréntesis. Vuelven los exiliados,
entre ellos Asturias que publica esta novela y que en el 30 había publicado
leyendas de Guatemala. Revindica lo nacional, las raíces, el folk, la propia
mitología. retrata las costumbres precolombinas. Cesar Brollon, Asturias y
otros forman la generación de los años 20 llamada Tepeus, que en maya chiclé
significa “los formadores o creadores”. La revista Acento unía la poesía con la
crítica social y la dirigía el poeta Otto Raúl González desde el 42, dos años
antes de la democracia. En el 47 Luis Cardosa regresa del exilio y crea la
revista de Guatemala. Se ocupa de temas civiles, políticos y sociales,
influyendo en Centroamérica. En el 54 la CIA promueve otro golpe de estado, el
de Jacobo Árbenz Enrique
Díaz. Alaide Foppa se vino a vivir a Guatemala. Pero con la dictadura se
exiliaron de nuevo Otto, Alaide Foppa, Cardenal, Monterroso, y Asturias. prosiguen
dictaduras de mucha violencia y muchos son asesinados o metidos en la cárcel.
Cardosa y Salomón de la Selva, con su soldado desconocido, son los poetas
principales. Y ambos vivieron de jóvenes en EEUU y se alistaron en el ejército
británico en la gran guerra.
Luis Cardosa nace en 1904 y publica en Berlín un libro, Luna Park,
poema instantáneo del siglo xx, prolongado por Ramón de la serna que es un
adalid de la experimentación y las vanguardias en los años 20. En el 26 publica
Maelstroms films telescopados. El alma de Rubén Darío es un lirio entre las
páginas del libro, pero quedo emparedado entre los muros del rascacielos. Fue
un activo militante de izquierdas. Tras la revolución del 44 volvió al país a
dirigir la revista de Guatemala, símbolo del progresismo. Ocupo funciones en el
gobierno de Jacobo Arne. Al volver a su país ya no era su país, había cambiado
y no se acordaban de ellos. No se adaptó a vivir a aquí y tras el golpe del 54
se exilió a México donde murió en el 92.
Guardo en el corazón ciudades más
grandes que New-York
Con rascacielos, hangares, catedrales, puentes
Y barcos, aeroplanos y trenes,
Listos a marcharse por la red de mis nervios
A mis Áfricas ecuatoriales,
A mis vírgenes parques estelares,
A mi submarina Atlántida.
Guardo el rescoldo
Que me dora dulcemente como el pan el horno,
De un fuego remoto
Ancestral calor que fundió el oro del sol
En el vientre de mi América,
Bronce moreno y ácido como soy yo,
Y en su centro, diamante sobre ónix,
Refulgente anhelo, ombligo de la raza,
Oscilante a pesar de la violencia,
Y tan grande que, como el espacio, parece no existir
Con rascacielos, hangares, catedrales, puentes
Y barcos, aeroplanos y trenes,
Listos a marcharse por la red de mis nervios
A mis Áfricas ecuatoriales,
A mis vírgenes parques estelares,
A mi submarina Atlántida.
Guardo el rescoldo
Que me dora dulcemente como el pan el horno,
De un fuego remoto
Ancestral calor que fundió el oro del sol
En el vientre de mi América,
Bronce moreno y ácido como soy yo,
Y en su centro, diamante sobre ónix,
Refulgente anhelo, ombligo de la raza,
Oscilante a pesar de la violencia,
Y tan grande que, como el espacio, parece no existir
Los rascacielos no tienen almenas,
ni tiendas, es cosa trágica, los arlequines de Picasso, las manzanas de Cézanne
llevan zapatos las náyades y zapatos de Chaplin. Vienen sin contemplación al
mundo, la manzana de la tentación confunde lo irreal e irreal, palpo el libro
con sueño, alquimia. El arlequín es una persona seria. El infinito me interesa
mas que las compañías de Hugo, madrugador que en la plaza pública, pone el
revolver frente la belleza, manos en alto, cae el collar de perlas, decapitan
los sueños con una pistola de sol a sol
Tuércele el cuello a la oda y la retórica,
fuego sin tiempo, de ahora mismo amor entre perseguidos, ¿de qué sirven en vano
destino las epidemias? Muchacha del océano te detesto como en mayo un glaciar, fénix
de hielo, te nombro, no te olvides, viven en botes de basura, la demencia de un
notario diciendo que no existe lo inefable.
Otto Raúl González
1921 2007 creo la revista acento, uniendo la lírica con la crítica a la
realidad social del momento. Durante la
década de los gobiernos de Arévalo Bermejo y Jacobo Árbenz, hasta que este último
fuera derrocado con una acción militar promovida por la CIA (hace pocos años
desclasificaron los documentos que lo confirman), muchos tuvieron que emigrar. González escribiría desde México la mayor
parte de su obra y es considerado uno de los grandes literatos de su país
dadle mil golpes,
dadle mil golpes al diamante;
siempre,
siempre seguirá siendo,
siempre seguirá siendo diamante.
Dadle,
dadle mil golpes,
dadle mil golpes al pueblo;
siempre,
siempre seguirá siendo,
siempre seguirá siendo el pueblo.
Porque el pueblo en duro como el diamante.
Encerradlo,
Encerradlo bajo mil candados,
Encerradlo bajo mil candados al aire;
Siempre;
Siempre permanecerá,
Siempre permanecerá siendo el aire.
Encerradlo,
encerradlo bajo mil candados,
encerradlo bajo mil candados al pueblo;
siempre,
siempre permanecerá
siempre permanecerá siendo el pueblo.
Porque el pueblo es libre como el aire.
Matad,
fusilad,
ametrallad la luz;
siempre,
siempre continuará,
siempre continuará habiendo luz.
Matad,
fusilad,
ametrallad al pueblo;
siempre,
siempre continuará,
siempre continuará habiendo pueblo.
Porque el pueblo es inabarcable como la luz.
Invención
de los nombres más preciosos
Deliberadamente
no quiero
No
queremos aprender ni repetir los nombres
De
la sierra ni la fecha ni el lugar de los encuentros
Porque
sé porque sabemos
Que
en todas partes son los mismos
Por
eso es que invento que inventamos
Nombres
más precisos nombres más preciosos
Pues
el sitio donde cae un guerrillero
Bien
puede llamarse Paso del Arcángel Rebelde
Cerro
del Águila que nunca Desciende
Montaña
del Valor a Toda Prueba
Pico
de la Estrella que se Oculta Jamás
Isabel de los Ángeles ruano 1945. Salió pronto de Guatemala porque
sus padres se fueron a México donde conoció a los exiliados españoles como León
Felipe o Luis Cernuda, al que dedica un poema en su muerte. Cuando vuelve a
Guatemala publica Coriatides. Escribe pese a sus trastornos mentales que le
hacen deambular por las calles. En las plazas vende desodorantes, perfumes y
poemas. Viste de hombre. Sigue viva. Ella así misma se llama Pablo.
LOS DEL VIENTO
los que llevamos versos incrustados
al centro del timón de nuestra sangre.
Nosotros, los portadores de enredaderas turbias
nacida en lo incierto de la raza.
Sí, los que llevamos el destino broquelado
más allá del color de nuestro sexo,
más allá de las voces de la herencia,
más allá del dolor de nuestro grito.
Sí, iremos cantando, cantando,
como si germinaran las palabras
y no fuera prestado nuestro aliento;
como si en verdad la luz nos recubriera
y no tocara la muerte a nuestra puerta.
Desde el corazón al alma
nos vemos royendo nuestras propias ansias,
nosotros, los seres de la tarde aniquilada,
los del perdido otoño, los del viento,
los que llevamos nuestra vida
más atada a los cielos que a la tierra
y que vamos cantando, desde siempre, cantando.
MIS MANOS
Estas manos mías conocen la ascención suprema
y la más burda ignominia.
Son como dos relámpagos audaces
o como dos humildes golondrinas cautivas.
Se entrecruzan en una plegaria o aman
con santidad o con delirio
y se asustan del fuego
y chocan contra un rostro.
Estas manos mías saben mentir
y son urgentes. Me han dado la pasión sublime
y la ternura de un ángel de luz.
Tienen reminiscencias de ala desteñida
y saben de los surcos del vuelo
Conocen todas las fiebres.
Viejo solitario de la tarde,
te veo con tu vaso de ron, escribiendo
tu tristeza de niebla, trajinante
como una yegua loca, sorbiendo lentamente
una lágrima gris, deslucida, amarillando
junto a la briosa estación del verano.
Te veo envuelto en papeles oscuros
en el departamento quieto, separado
de la ciudad, caminando en sigilo,
viendo que gota a gota se te escapaba el cielo,
huyendo en la bruma metálica de la lluvia,
resguardado en los terribles potros que cabalgaban
tu antiguo vicio de llorar despierto.
Te resucito en las pavesas alejadas
en las remotas playas del insomnio acezante
y en los inquietos torbellinos de espera.
De niño te encuentro en un caserón deshabitado
y siento crecer en ti brillantes mariposas,
el júbilo de los cuerpos desconocidos
deseados en cualquier parte.
Te quiero en ese resplandor de miedo voluptuoso
donde nació el acento melancólico,
en las ventanas del sueño, en ese gemir suave
de adolescente incendiado en el otoño,
te quiero en el vaivén de habitaciones olvidadas,
ignorado en escalerillas fantasmas,
martillando una angustia sin nombre,
tragando besos sucios a hurtadillas del día,
comprando una primavera inexistente
bajo un silencio de sombras y sábanas revueltas.
Te busco guarecido en oscuros cinematógrafos,
hundido en cualquier esquina, pensativo,
rumiando tu ingenuidad desmelenada,
sentado en algún bar, fugitivo en derrota,
oyendo un vulgar silbido de jauría,
almacenando siluetas, rompiendo espejos falsos,
lanzando amargas flechas sin respuesta.
Y te gustaba pasear sobre los puentes,
sentir correr los ríos, oír el mar,
te esfumabas con las volutas del ocaso
y mirabas de vez en cuando a las estrellas.
A veces te dolía la vida, casi recuerdo tu gesto,
tu voz taciturna, aquellos ojos que se perdían
tras una lejanía invisible,
tus manos desgranadas en las puertas del alba,
la canción siempre hirviendo en tus torres de espanto,
el violín cabizbajo que reptaba tu ensueño
la máquina de escribir que te seguía
y los discos de jazz disfrazándose en la penumbra.
Entonces añoro las cortinas regadas en torno tuyo,
ese misterio vacío, esa leyendas de avenidas esparcidas,
la guitarra del viento acompañada de roncas voces,
las vacilantes perspectivas de los desvanes macilentos,
el suicidio de peregrinas campanas desquiciadas
desapareciendo en las esclusas derruidas del tiempo.
Añoro las dispersas ansiedades que desgarraron
tu vibrar de avecilla desgajada al invierno,
tu displicente recorrido de espermas apagadas,
la aguja que rompía tu vibrante relámpago,
la cuchilla del sexo trepanndo tus nervios,
tu tibio abrazo dulce de ruiseñor tremendo,
las noches en que el mundo te crujía insepulto
tras una cordillera de plumajes azules,
la rosa que perdiste en las veredas náuticas,
la emoción presentida, los caminos abiertos
a tus zapatos que hollaban las inciertas regiones
donde un ancla de bermellón ataja los placeres prohibidos
tras las puertas abiertas desbocadas al sueño.
Te siento pasajero, de una inmensidad amorfa
viviendo en las filas de los que retan, en esa
difícil soledad de ir cargando una cantidad de absurdas cosas,
entre fórmulas aparatosas y obligadas,
en una pirámide de aburrimientos continuados,
y el hastío de ir repitiendo historias
en evasiones que se esconden en laberintos
dislocados, en ese rugir sordo que nace y quema,
en la protesta que vuelca y hiere
junto a las murallas.
Porque llega la hora en que ya nada importa
y entonces explotaron tus versos, te regaste
como una erupción incandescente, como una lava violenta.
Porque morías en la secuencia de las semanas
de disecadas focas, en las farolas mudas
que quiebran los anhelos caracoleantes,
en los lechos abandonados, en los cocodrilos
de taxidermia inconclusa, en los años que doblan,
en ese instante de ya no sorprenderse,
en ese susto repentino que arrasaba, desolador,
temible, en la repentina voz que aullaba
exigente, profunda, en un fluido de fiebre
como una líquida plataforma que te llevara.
Ahí estaban las azoteas del hielo,
el grito partiéndose en pedazos,
la atribulada pesadumbre de repartirse,
de huir, de esconderse en suburbios pedregosos,
de ser frágil, de humo, efímero, de sólo aventar
un ruego caldeado en disgregados cristales,
en un frío que recorría callejones sonámbulos,
intemperies agonizando bajo epilépticos alambres
sincronizados al fúnebre estertor.
Y te esfumabas en la sangre disuelta de los cadáveres morados,
en la serenidad del paseante
que violaba las tiránicas ataduras, en la fiera,
inextinguible antorcha que encendías, en la valiente
y dolorosa actitud de ser tú mismo.
POEMAS DE ARENA
Me postre e las puertas,
ciudad, torres de mundos silenciosos, calles, plazas frias y desoladas, venia
del campo, no me había extraviado, la esperanza había muerto, como una oración en
el último salmo de los humillados
Mendigare en las ciudades
de otoño y sol y agua, del día venidero, provengo de los territorios olvidados,
digo a is hermanos la verdad, nos cortaran la lengua, mendigare la risa de los
niños, la alegría del corazón, en nombre de los versos, regada canción de
palabras de arcoíris de mi ante usted.
Alaide foppa
Nació en Barcelona 1914 Guatemala
1980. Vino joven cuando la democracia. Es hija de guatemalteca y dramaturgo
argentino. Su infancia adolescencia las pasa en Barcelona Argentina Italia. En
el 44 vuelve con sus padres y adquiere nacionalidad guatemalteca. Con el golpe
se exilia en Méjico, es profesora en la facultad de filosofía y letras en la
universidad autónoma de Méjico y profesora de literatura mexicana y sociología.
Funda con Elena Poniatowska, de origen polaco, la primera revista femenina de Méjico.
Es una mujer activista con el grupo de mujeres contra la represión. En el 80
vuelve a ver a su madre y desaparece. Por testimonios posteriores de los
implicados se sabe que la secuestraron, torturaron y mataron. Su cuerpo no ha
padecido. Fueron los grupos militares bajo la orden del general Luca que la
hizo desaparecer.
Nuestra
juventud camina triste sendero, perdido en el bien prospero,
carga sin futuro, mundo sin mañana, futuro oscuro, camino inseguro, espanto de noche
sombría, solitario canto.
Poemas
del Camino:
Juego
de niños. Recuerdo una excursión al lago con mi familia en mi
infancia. Era una mañana y el camino era claro, por los caminos, brillaban
verdes los valles de cipreses y álamos temblorosos. Reía de impotencia
hiriente, pasaba una nube, al lago íbamos.
El
lago. Mirada en la pupila, niños gritan de alegría, corren
en la orillan, llenas los ojos de maravilla, la mano dibuja rostros que el mar
se lleva y deja al tirar una piedra espejeo en el lago.
Un
baño de agua bella, la piel lisa de niños que ríen, nadan,
se tiran en la orilla, mojan sus cabellos, los peces inquietos juegan con los
pies que se asoman entre la blanca espuma, la tarde es pequeña, el lago resplandece
bajo el sol, corren tras una mariposa, con la mano ahuyentan el vuelo susurrante,
aleja a todos de su lado, los niños no quieren entrar al castillo ni lanzar
flechas a los enemigos.
Retorno. Imágenes claras
del día, el lago en silencio, se oculta la luna, brilla el cansado silencio tenue
de los niños dulcemente, un día en el lago, la vida parada
Ana María Rodas (Guatemala
37) destaca en el feminismo revolucionario, da nuevas visiones al amor y
erotismo. Publica poemas de la izquierda erótica en el 73. Recibe el premio
nacional de literatura M A Asturias en 2000. Es periodista y activista.
Desde2015 es ministra de cultura en Guatemala. Y deportes, como aquí
información y turismo. Escribe el fin de los mitos o sueños entre su obra erótica
Poemas
de la izquierda erótica en 1973. Seguido luego escribe «Cuatro esquinas del
juego de una muñeca» en 1975, «El fin de los mitos y los sueños» en 1984 y «La
insurrección de Mariana» en 1993. Premio Nacional de Literatura “Miguel Ángel
Asturias 2000, Premio Libertad de Prensa 1974, de Guatemala, Primer Premio en
el Certamen de Cuento de Juegos Florales México en 1990 y Primer Premio de
Poesía en el Certamen de Juegos Florales México, Centroamérica y el Caribe en
1990. Tiene una forma de escribir cotidiana y sencilla
Domingo 12 de septiembre, 1937
a las dos de la mañana: nací.
De ahí mis hábitos nocturnos
y el amor a los fines de semana.
Me clasificaron: nena? rosadito.
Boté el rosa hace mucho tiempo
y escogí el color que más me gusta,
que son todos.
Me acompañan tres hijas y dos perros:
lo que me queda de dos matrimonios.
Estudié porque no había remedio
afortunadamente lo he olvidado casi todo.
Tengo hígado, estómago, dos ovarios,
una matriz, corazón y cerebro, más accesorios
Todo funciona en orden, por lo tanto,
río, grito, insulto, lloro y hago el amor.
Y después lo cuento.
De ahí mis hábitos nocturnos
y el amor a los fines de semana.
Me clasificaron: nena? rosadito.
Boté el rosa hace mucho tiempo
y escogí el color que más me gusta,
que son todos.
Me acompañan tres hijas y dos perros:
lo que me queda de dos matrimonios.
Estudié porque no había remedio
afortunadamente lo he olvidado casi todo.
Tengo hígado, estómago, dos ovarios,
una matriz, corazón y cerebro, más accesorios
Todo funciona en orden, por lo tanto,
río, grito, insulto, lloro y hago el amor.
Y después lo cuento.
Estamos
hechos de recuerdos
Estamos hechos de recuerdos
de un pelo rubio
de un pecho
de cuatro
cigarrillos
moribundos.
De rítmicos movimientos.
El ron se hunde, ruidoso, en la garganta
-10,000 células muertas-
y el deseo ametralla
en los dedos.
3. Asumamos la actitud de vírgenes
Asumamos la actitud de vírgenes.
Así
nos quieren ellos.
Forniquemos mentalmente,
suave, muy suave,
con la piel de algún fantasma.
Sonriamos
femeninas
inocentes.
Y a la noche clavemos el puñal
y brinquemos al jardín
abandonemos
esto que apesta a muerte.
Estamos hechos de recuerdos
de un pelo rubio
de un pecho
de cuatro
cigarrillos
moribundos.
De rítmicos movimientos.
El ron se hunde, ruidoso, en la garganta
-10,000 células muertas-
y el deseo ametralla
en los dedos.
3. Asumamos la actitud de vírgenes
Asumamos la actitud de vírgenes.
Así
nos quieren ellos.
Forniquemos mentalmente,
suave, muy suave,
con la piel de algún fantasma.
Sonriamos
femeninas
inocentes.
Y a la noche clavemos el puñal
y brinquemos al jardín
abandonemos
esto que apesta a muerte.
6. Limpiaste la esperma
Limpiaste la esperma
y te metiste a la ducha.
Diste el manotazo al testimonio
pero no al recuerdo.
Ahora
yo aquí, frustrada,
sin permiso para estarlo
debo esperar
y encender el fuego
y limpiar los muebles
y llenar de mantequilla el pan.
Tú comprarás con sucios billetes
tu capricho
pasajero
A mí me harta un poco todo esto
en que dejo de ser humana
y me transformo en trasto viejo.
Limpiaste la esperma
y te metiste a la ducha.
Diste el manotazo al testimonio
pero no al recuerdo.
Ahora
yo aquí, frustrada,
sin permiso para estarlo
debo esperar
y encender el fuego
y limpiar los muebles
y llenar de mantequilla el pan.
Tú comprarás con sucios billetes
tu capricho
pasajero
A mí me harta un poco todo esto
en que dejo de ser humana
y me transformo en trasto viejo.
Sueños de una madre. cubre en alas a
todos sus hijos, los que no saltaran amorosos, matriz inmersa pulsa al matriz
del universo entero
Sincera alegría de miserias, me
gustan las fresas y las personas. me caen mal los hipócritas crueles y estúpidos,
no pudo vivir, estoy hecho de palabras, uso la tinta de papel a mi manera, no
haré un ensayo de los conjuntos matemáticos. Encontraré otra forma de
expresarme, soy yo y como tal actuó, no pertenezco a otros. Me acepto con mis
huesos y penas. Asomo al mundo. Aquí estoy yo aunque no me vean
Me acuerdo y soy arrebatada celosa voluble
con lujuria. ¿con 37 años esperan que mi cerebro y glándulas actuaran como el ciprés
de un cementerio?
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