martes, 7 de noviembre de 2017

PENSAR LA LENGUA CONFERENCIA DE ANA MARIA MATUTE

Ana María Matute ha creado un mundo mitológico y fantástico de personajes y lugares, los lectores ya conocen a este universo mágico y los que no; hoy tendrán la oportunidad.  Pilar Aldarra entrevista hoy a Ana María Matute, la invitada de esta conferencia. Será una charla informal, amable y distendida. Pilar Aldarra es periodista en la televisión y radio canal 9 valenciano, gestora de enorme valía en el mundo cultural y valiosa autora de obras dramáticas en una actividad incensante que la permiten acompañarnos en la organización de estas sesiones de los viernes. Hoy es la clausura de este ciclo que se reanudará en septiembre. 

 Ana María Matute ha dedicado toda su vida a releer la literatura y conocer el alma y universo mágico de la edad media. Ha luchado porque la creación sea un acto sublime de la vida. Está con una próxima novela, no ha parado. Ana María es una persona que la entrevistadora quiere mucho y admira con locura. Es gran fabuladora, inventora de historia, un amor de persona, todo corazón. Dice Pilar Aldarra que puede enumerar los premios que tiene la autora o que podemos recuperar las palabras de esos dos discursos que dio, cuando entró en la Real academia de la lengua en el 98 y cuando le dan el Cervantes. Escribir es un descubrimiento a través de la palabra, lo más importante que tenemos los seres humanos, lo que nos salva. Consagramos la vida a la búsqueda sin fin de una palabra distinta, común, laboriosa. ¡La palabra tan sencilla resulta cuando la hemos hallado! La reconstrucción del instante en que alguien lloró por primera vez. Es asombroso sencillo y verdadero. Sin escribir no soy yo, dice Matute. Ahora podemos abrazarla comprenderla y preguntarla si dio saltos cuando recibió la noticia del Cervantes. No podía dar muchos saltos con esta muleta, bromea. Cuando uno es feliz lo tiene que decir. Y ahora Ana María Matute nos dice a todos; soy feliz. Tardó mucho en preparar ese discurso que fue maravilloso. “Prefiero escribir 3 novelas y 5 cuentos antes que un discurso”. No es mujer de discurso. Escribe en su casa ella sola. La palabra le da un miedo terrible. Lo pasa mal cuando escribe los discursos. Recreó su mundo. Escribió algo para que nos lo creyéramos. Era incapaz de escribir algo que no sentía. Puede mentir alguna vez, para anunciar alguna catástrofe. Se puede mentir, pero escribiendo no se miente, es sincera. Cuando algo te deja mal se escribe, lo que no te atreves a decir. 
  
A los 5 años escribió su primer cuento, es lo primero que recuerda. Se han recogido en un libro de 5 a 12 años parte de los cuentos que escribía. Se pasaba el día escribiendo y dibujando. Recitaba en el colegio. No era por defecto físico. Durante la guerra con los bombardeos se le paso el tartamudeo. Al hablar en público temía tartamudear. Ha nombrado la guerra. Van cronológicamente. Su madre guardó sus cuentos. Y cuando se casó le dio la caja de esos cuentos que se han publicado en libro. La madre era una persona bastante severa, ella no era capaz de guardar sus cuentos y se los guarda su madre. Ella y su madre se entendieron más a partir de ese día. Se lo criticaba todo, era severa con ella, era víctima de la educación de su época y se rebelaba, pero no tuvo las condiciones para rebelarse. Le hubiera gustado ser escritora, era una gran lectora, en la época las mujeres leían novelas rosas-. Su padre tenía una pequeña biblioteca. Parece que se oye mal el sonido, pero no me lo hagan repetir por favor, dice matute. Su madre tenía mucha preocupación por los modales que con ella fracasó. La educación a las chicas era diferente a los chicos. Le hubiera gustado mucho estudiar una carrera, se lo prohibieron, debían ser buenas madres y buenas esposas. la educación de la madre fue mucho más severa que la de ella. Su padre era un mediterráneo tremendo. La madre era riojana, castellana tremenda, se decía que la Rioja era Castilla. El padre sería amigo de Ulises y la madre del cid. Recuerda lo que ella hubiera querido ser y no pudo. Ella trajo los libros de Simone de Beauvoir, y los entendía. Su madre quiso ser y no pudo. Está siempre en el recuerdo. Eso es padecer una educación. A los 17 escribe la primera obra, pequeño teatro, con intención de publicarlo. No tenía ni idea de lo que era una editorial. Lo escribió en un cuaderno de la época. Lo escribe a mano y lo lleva a destino. El director era Ignacio Agusti. Un chico joven le dijo ven tal día y te citas con el director. Ella tenía 19 años. Pasa la novela a máquina y se la envías y ya te avisaremos. Vivía dos manzanas más arriba. No le trató como una niña, se quitó el sombrero, ella miró para atrás a ver si había alguien. Nos ha gustado mucho su novela, la vamos a publicar. Tiene que venir con su padre. hasta los 22 años no eras mayor de edad. Los chicos a los 19 lo eran. No había dicho nada en casa. Se quedó asombrado. ¿No te habrán tomado el pelo? A mí no me toma el pelo nadie. Firmó el contratito. Se enteró de lo que era el premio Nadal. Fue a por todas. Voy a por el Nadal, se dijo, y envía los Abel. No lo ganó. Ganó nada más que Delibes. Quedó en tercer lugar con 19 añitos. El contrato de la primera lo pasamos a la segunda. Le dieron 5 mil pesetas. Era poco. Generosos no eran. Una editorial no es un institución de hermanitas de caridad. Ellos publican libros, pero para ganar dinero. El escritor es gente especial, los editores no. Trabajan para dar dinero. Los editores a veces son especiales, no son como fabricantes de zapatos. Agustí era escritor y tenía la editorial destino a conciencia. Era pro aliados. Publicaron los Abel, tuvo mucho éxito y ahí empezó todo. Entró a conocer un mundo del que no ha salido. Aprendió que no hay que mandar libros a mano en un cuaderno escolar. Se entera de lo que cuesta editar un libro. La mujer que viene a limpiar a su casa le dijo (ella sabe cuándo empieza y acaba su novela); yo pensaba que se escribía y ya estaba. Tiene que pasar muchos procesos. Escribirlo que es lo tremendo, enviarlo, editarlo, que se distribuya…. Es surte, azar. El planeta llegó muy pronto. Con 24 años. Estaba casada y tenía a su hijo. Antes publicó otros libros con buena crítica. Se fue haciendo un nombrecillo. Lo importante era el momento de escribir, explicar lo que de palabra no podría hacer, pero escribiendo si. Comunicar, tender mano que uno lo recibe. Se da cuenta de que lo que uno escribe alguien lo va a entender. El libro no existe si alguien no lo lee. Eso le da un agradecimiento tremendo a quien lo hace. El lector es un creador continuo. Un libro no es simple igual para todos. El lector crea el libro con el escritor. 
  
Cuando era pequeña la madre le encerraba en el cuarto oscuro cuando era mala. Eran los sistemas educativos de la época. Era un cuarto de armario. Era el cuarto de los castigos. Los hermanos lloraban, no querían ir, y ella se lo pasaba bomba allí. Le dejaban en paz, que era lo que más quería en la vida. Las siluetas de los armarios, los monstruos. Tenía un terrón de azúcar, lo partió, y se dijo; soy mala porque escribo. Escribir y la magia era lo mismo para ella. Fue muy feliz allí. Se creyó así misma, que era escritora, que quería dedicar a ello toda su vida. Sigue escribiendo a sus 86 tacos.
El bosque. Lo contó en el famoso discurso de la academia. Tiene una obsesión con la edad media, lo que se imagina de la época, lo poco que sabemos. Es una época que ha dejado pocas huellas, pero las que ha dejado son muy importantes. El bosque era la historia de la humanidad. Puede ocurrir lo que sea, lo más terrible y maravilloso, en el bosque. Lo más cruel mundano del ser humano con lo más espiritual. Europa se llena de iglesias como una copa blanca de espiritualidad y a la vez la brutalidad y crueldad tremenda de las cruzadas y las guerras. Ese contraste es muy literario. Cuando iba al bosque de niña intuía todo eso. Los mal llamados cuentos de hadas eran una edad del bosque. La mayoría suceden en la edad media. en el bosque vivía y escribía antes de la guerra, con diez años. Notó de pronto una mirada detrás de ella. Había un macho cabrío con 4 patas en una piedra. Le miraba con ojos amarillos de azufre y grandes cuernos. Dios mío, esto es el demonio. Fue a casa corriendo. He visto al demonio, mama. Y la castellana le dijo; ¿tú?, no me extraña. El padre le habría dicho cuéntame hija. Eso rebela como era su madre con ella. Potenciaron estas visiones la capacidad de novelar todo. En la finca de su madre de verano había dos habitaciones arriba deshabitadas. En una había hecho su estudio. Ponía un pique y se llenaba de mosquitos. A los 11 años a toda una generación les pilla la guerra civil. El día 16 cumplía años y el 18 estalló la guerra. Iban a ir a la playa antes de ir a la Rioja. Iban a Zarautz o Zumaya. Se suspendió el viaje. “Nos quedamos porque ha ocurrido algo importante para el país y no sabemos cómo va a acabar esto, pero la pelota está en el tejado”. Ella lo interpretó literalmente. Hoy en día recuerda la frase. La guerra le abrió los ojos de lo que era la realidad de la vida, el aspecto menos bueno de la humanidad. Fue tremendo allí. Por primera vez vio la muerte, no como una palabra, el abuelito no vuelve. Eran niños que no salían de casa sin las niñeras o sus papas. Hacían colas para el pan, las patatas. El hermano le dijo, había un rolar entre vallas y había un hombre muerto, matado, un asesinado. Tenía barba, debía ser un fraile que eran los que lo llevaban, tenía en la mano un pan y chocolate. Se lo iba a comer y no ha podido. 
  
Sus padres eran muy religiosos y muy de derechas. Tenían en casa escondidos a un fraile y a una monja. Cuando se paraba un coche de aquellas personas con fusiles a coger sacas, sus padres sufrían, que no encuentren a los curas. Ni los unos ni los otros tienen nada que reprocharse o todo que reprocharse. Los bombardeos eran una cosa terrible. Se le quitaron las tartamudeces a través de los bombardeos. Había muchos. El padre iba a la pila maestra y se cogían todos y se oía el ruido de las bombas que caían. El miedo que pasaban, la impotencia, si me quedo aquí me cae una bomba y si me echo a correr también. Era espantoso. No soporta desde entonces los fuegos artificiales, hacen el mismo ruido. Le viene aquello al recordarlo. El telón de fondo de muchas de sus obras es la guerra. Le muestran el libro de primera memoria, en edición antigua de la biblioteca Salvat, las hay más bonitas. Son libros que puedes llevar a la cama. Cada noche lee en la cama, le encanta. Luciérnagas se lo prohíbe totalmente la censura. Muchos cuentos aluden a la guerra española. Tenia 11 o 13 años, a punto de cumplir los 14. La infancia marca de manera tremenda, la llevamos dentro, no podemos desprendernos de ella. La infancia es más larga que la vida, es una frase de ella. Escucharla es como leer un cuento de ella. Ha sido una gran viajera por el mundo. Aprecia muchos los lugares. En Comillas miró el campo y lo verde, qué maravilla. Con esa cara siempre de sorprendida. La naturaleza es muy impórtate, como el bosque. No contempla la naturaleza. Se siente parte de ella, como árbol o florecilla. Se inventó la flor de Arzadul. Esa imaginación suya no tiene freno. Estaba inventando un cuento y necesitaba una flor y no se acordaba de ninguna e inventó la flor. Sus lectores en EE.UU. se acuerdan del Arzadul, ellos que son tan metódicos. Le preguntan sus alumnos, como es el Arzadul. Es blanco. Los hay blancos y rojos. A ver, dibújenoslo. Lo dibujó tal como se lo imaginaba. Hablo de esto en el discurso del Cervantes. Su cuñada le ha hecho camisetas con el dibujo de Arzadul. La gente es propensa a pensar que los personajes de sus novelas son ella. Jamás ha escrito una novela autobiográfica. Usted dijo... No lo dijo un personaje mío, no yo. Eso le hace pensar el poder que tiene la literatura también. Tu inventas y puedes hacer que se lo crean. Es peligroso. Puede ser muy bueno o malo. No va a escribir nunca una autobiografía. Paraíso inhabitado, Adriana, es lo más parecido a Ana María matute. Sale la tata María y el cuarto oscuro. La niña se parece hasta cierto punto. Primera memoria nada tiene que ver con su vida. Su familia es muy diferente. Su madre tiene algo de su propia madre. su vida ha sido para novelar, pero es suya, no la quiere contar. Es tarde, ya no tiene tiempo. el próximo proyecto es una novela. No explica nada de su próxima novela porque trae mala suerte. Es como destapar un frasco de perfume y el olor se va. Es muy perezosa. ¿Si lo has explicado para que lo vas a escribir?  
 
Sobre el bosque. “Antes de saber leer, veía los libros como bosques misteriosos. Me acuciaba la certeza de que, entre aquellas páginas de papel, con hormiguitas negras que la surcaban, se levantaba un muro ante mi corazón de niña. Era magia, un sortilegio. Eran las criaturas, deseos, sueños, personas y personajes, tiempos desconocidos, palabras entre matorrales, memorias y miradas y atropellos que pueblan el mundo. Cuando sea mayor, se dijo, haré magia en el mundo fantástico de la literatura
Lo ha leído muy bien, no le parecía suyo a Matute. Le hace la entrevistadora un regalo de parte de la fundición Comillas. Escribe con lápices de colores, y dibuja también. Tiene sacapuntas. Su padre le decía no tires los lapiceros, son enanitos con capuchones de color que por la noche salen y bailan. En el cuento Solo un pie descalzo cuenta eso. Le encantan las pinturas, los lápices de colores. No entiende de pintura, pero le gusta mucho, se admira ante un cuadro de Brueghel el joven y el viejo y el Bosco. Cuando hablan de Dalí dice “este ha bebido del Bosco casi tanto como yo”. Respeta a Dali pero el Bosco es el Bosco. Llevas los calcetines como los jardines del Bosco, le decía a su hijo. Cuando escribe no lee, pero es una gran lectora compulsiva. No puede dormirse sin haber leído, como su madre. El padre roncaba feliz. Le gusta leer Dostoievski y los rusos y los modernos. Un libro le impresionó mucho con 18 años. Fue cumbres borrascosas de Emily Bronte. La generación perdida americana, Faulkner le chifla y latinoamericanos muchos, Borges, Cortázar. Carlos fuentes le gusta, cuando leyó región más trasparente se quedó impresionada. Rulfo. Muchos. Le angustia decir el que más te gusta, por si se le olvida otros. Es injusto decidir solo uno. Entró en la literatura con los rusos, guerra y paz, crimen y castigo, Ana Caterina. Le hicieron leer el quijote a los 14 años que no se pude leer. Requiere una edad y experiencia. Se aburría con el quijote, no entendía nada. Lloró por la muerte del quijote, lo que simbolizaba, que le habían matado. La biblia es el libro de aventuras más maravilloso que ha leído nunca. No la que nos dan recortada. Esa gente que recorta cosas que otros han hecho le parece procesable jurídicamente. Los cuentos infantiles ahora los recortan. A los niños se los contaban cambiándoles el final, son unos sin vergüenzas. Hay que tener poca vergüenza para hacer eso. Estropean los cuentos y estropean a los niños. El niño tiene que saber cosas amargas de la vida. No tiene que creer que todo es una maravilla y de pronto se encuentra de narices con la vida. Ya no escribía cuentos para niños. No lo escribía como docente. De niña le habían abierto muchas ventanas. La fantasía imaginación debe fomentarse. 

¿Hay algún autor español que le entusiasme? Hay muchos. No quiere decirlo porque los otros se le enfadan. Los escritores son bastante celosos. Si nombras a uno y no a los demás. Delibes ya está muerto y es un escritor fenomenal. Y lo ha querido mucho. Extremeño, no cántabro, un espectador la cuenta que ha leído un libro biografía del marqués de Comillas, que visita al rey Alfonso XII, antepasado suyo era el doctor Camisón que era tío abuelo de Rafael Sánchez Ferlosio.  No es tan novelista como escritor. Pero es un gran cerebro y una persona muy importante. Como novelista no le interesa mucho, como ensayista sí. Era muy amiga de Carmen Martin Gaite y de josefina Aldecoa que se murió hace poco. Los escritores de esa época estaban muy unidos. Estaba la censura y todo aquello. Ahora se tiran a degüello los escritores. Cuando te sientes amenazado te hundes más. Ahora no se quieren mucho, una envidia tremenda. Ella se lleva muy bien con todo el mundo. Ella a veces oye y ve cosas no reconfortantes. De joven era retraída u tímida. Pero las mujeres de su época le han abierto la puerta a las de ahora. Para que por ejemplo pueden firmar un contrato. Esas mujeres han abierto la puerta a mujeres de estas generaciones que ahora firmar contratos. En la época actual se redacta y escribe bastante mal. Hacen muchas faltas de ortografía. ¿Qué tiene que cambiar en la educación actual para que haya escritores como los de su época? Cuando era joven había un chico guapo que se gustaba con ella y le escribió una carta llena de faltas y jamás quiso saber nada de él. Hoy en día ni se enteran. Periodistas, políticos escriben mal. Leyendo algo se les contagiará. Ella no es educadora, ni docente. Tiene una pregunta un poco personal. Cuando se es feliz hay que decirlo, pero ¿Cuántas veces ha sido feliz? No las ha contado las veces que ha sido feliz, creo que bastantes, también ha sido muy desgraciada. Le han pasado cosas muy buenas y terribles, pero nunca se ha aburrido. Siempre tiene algo en que pensar, incluso en las antesalas de los médicos. Piensa, recuerda. A ser felices todos, ala, concluye. Su hijo de 14 años le dijo; el año que viene la tengo que estudiar. Sin lo que ella ha escrito habría un gran vacío en la literatura y en la vida.   

  

No hay comentarios:

Publicar un comentario