miércoles, 10 de octubre de 2018

ADOLFO CASTAÑOS, POETA


Entrevista corregida para mi trabajo final de grado

       “Los kronen fueron la contrarreforma de la movida.                Describían la borrachera de los ninis”
Vivió en la Barcelona de la Gauche Divine y en el Madrid de la movida. Adolfo Castaños es un poeta del grupo del 68. Ahora reside en Éibar con su esposa. Con ella recorrió el país recitando en su grupo poético León Felipe. No tiene más obra que la de su blog.

¿Cómo surgió la generación Kronen o Nocilla?
Fruto del momento. Parece un bum, pero fue un fenómeno paulatino. Sus miembros, inadaptados por arriba, exaltan la evasión de la droga, sin rebeldía. Su fama, tan jóvenes, se les sube a la cabeza. Legitiman lo que criticaban. Además de su dudosa calidad.

¿Qué diferencia a esta generación de otras?
Mezclar la gran o alta literatura con los Bestsellers. Su novedad en la temática de droga, bares, sexo y rock, en el estilo realista y en su forma de difusión. Atraía su morbo, reflejaba lugares reales, el lector se identificaba. Era un entretenimiento sin compromiso o denuncia. Muestra y trascribe una crónica sin critica. No quiere cambiar el mundo sino evadirse de él. Quienes aspiraban a vivir mejor que sus padres sufragan la PlayStation de quien ni estudia ni trabaja en estas familias rotas. A un muchacho que no ha dado palo a bastos  le regalan un Ferrari. Y desde ese relativismo moral el esforzado es un pringado.

¿Quiénes leían estas novelas?

Más jóvenes del barrio de Salamanca que de Lavapiés. No representa a la totalidad sino a la burguesía. Fueron la contrarrevolución ideológica de la movida. Al menos, se acercó a un público joven que no leía, que las compraban como discos. Pasa ahora con la revista El Jueves. 


¿De qué tratan?
Guateques de niños no emancipados de padres medioricos, crecidos comiendo lo mejor, sin conciencia social. Se levantan a las tres del mediodía y no hacen nada. El fin de semana se drogan. Se aprovechan sexualmente y cosifican a la criada: un mueble o un polvo que suple su carencia afectiva. Ilusionados, se visten para ligar, triunfar y ser queridos. Nihilismo puro y duro e historias del vacío. De ahí, vas a la cárcel, al psiquiátrico o a morir en el intento. No hay luz ni esperanza.

¿Fue un invento comercial este grupo o tenía interés político?
José Ángel Mañas fue un referente generacional y quien menos culpa tiene en esta apuesta editorial. Políticamente sirven para olvidar la movida y neutralizar la rebeldía, porque sus héroes fueron contraejemplos que acaban en la droga, o marginados. Para ello instrumentalizan a estos escritores aunque no quisieran servir al amo. El conocimiento vira a una cultura utilitaria. No importa el arte sino colocar al hijo en la institución. Se piensa individual, no socialmente. Si en la movida se concedía toda propuesta cultural, en los 90 se reprende y censura, como con Franco. Los obreros pierden su trabajo en la reconversión y van a un  paro subvencionado. Se entra en Unión Europea y en la OTAN. Pero el mismo interés político que los promociona los destina luego al olvido.

¿Cómo era la relación de los kronen con editores, agentes, periodistas y críticos?
En los 90, empiezan los secretarios. Carmen Balcells fue una excepción en los editores. Esta mujer buena de pueblo se movía ambiciosamente entre escritores de oficio, dedicados ocho horas al día. Se preocupaba de detalles extraliterarios: pagar un viaje, enviar flores… Los kronen empiezan por el tejado de la promoción, sin precariedad económica y triunfan. El editor presionaba con fechas de entrega y plazos para garantizar la difusión. Se perdió la dignidad del escritor con los negros literarios o el 5% de beneficios. Se expulsó a profesionales válidos, pero rebeldes, en nombre de la democracia o de criterios económicos. Al periodista inconforme lo sustituía un becario.

¿Hubo una evolución de la crítica hacía ellos?
Los críticos, mercenarios del poder, los alabaron hasta que se hizo insostenible mantener esa farsa: seguir defendiéndolos, conscientes de que no seguían criterios de calidad sino de rentabilidad económica. Fue una estrategia a corto plazo. La buena literatura es minoritaria, pero el talento se reconoce tarde o temprano, tenga la ideología que tenga. Y también la mala queda en su lugar.

¿Esa falta de calidad se debía a la rapidez con que se escribían?
Se debía a la presión editorial, se leían con voracidad, y había que promocionar las obras. Quedaban bien en las solapas del libro, como famosos de Tele5. Mañas tenía los ojos azules.

 Rebeldes sin causa”

¿Vivimos en una sociedad más conservadora que la de los 90?
Ese aburguesamiento se ve en la sofisticación del cine de Almodóvar. Ya no quieren heredar el trabajo del padre, sólo dinero o le roban el coche para apostar, como en Fiebre del sábado noche. Lo denunció muy bien Alex de la Iglesia: la bestia de El día de la bestia es el capitalismo.

¿Qué opina del lenguaje de estas novelas?
El registro vulgar ha existido siempre y la literatura costumbrista refleja el habla coloquial. Es un valor para no tirarla a la basura. No critica el machismo, racismo u homofobia de la jerga, lo muestra diciendo: Hay esto, va a seguir habiéndolo y no se puede combatir. Y en esta asepsia va implícita la marginación de quien lo critique.  

¿Con estas referencias cinematográficas se cuestionaba la propia literatura?
Los kronen nacen en una cultura audiovisual. Si tenemos fotografía, ¿para qué describir lugares? Dicen que las humanidades, la filosofía, la historia o la novela han muerto y lo dicen quienes la quieren matar, como Francis Fukuyama, “el último hombre”. Pero los hijos que matamos gozan de buena salud y cada vez hay más estudiantes en Filosofía y Letras. Se sigue alzando la lanza contra nuevos molinos e injusticias.

¿Por qué la movida se expresó musicalmente y los kronen literariamente?
La movida tuvo poca difusión literaria: poemarios y revistas, pero sí crónica periodística, durante y después. No dio tiempo a asimilarla y cristalizarla en novela. Queda como historia musical. Había que vivir esa lucha antifranquista más que contarla, y gritar como en Mayo del 68 al ocupar la Sorbona: Imaginación al poder, La respuesta está en el viento, Prohibido prohibir; Seamos realistas, pidamos lo imposible. Avanzada la transición, se decepcionan. La nueva generación se tiñe el pelo de azul eléctrico, se droga, y cuestiona el sesentayochismo. El futuro era rentabilizarse de hippy a yuppy. Se margina la poesía de denuncia.

¿Cuándo se empieza a notar el final de la movida? ¿O seguimos en ella?
Cuando “el faraón” Gallardón o Esperanza Aguirre ya no dejan fumar en el bar y entran los del PP con traje y corbata de pingüinos a las discotecas, decía Antonio de Villena. Con el PSOE la sociedad se narcotiza y no protesta. El PP fue más agresivo, pero había algo que criticar. De los 90 sólo añoro las conversaciones intelectuales bebiendo, la borrachera de ahora es de un nihilismo preocupante. Ahora van turistas a estos bares. 

¿Va a haber ahora un renacimiento cultural como el de la movida?
Hubo una micromovida con Zapatero, el 15 M, Podemos, Manuela Carmena o Ada Colau. Aunque se estableciera la Tercera República todo aquello no volverá. Tampoco en Barcelona, aunque haya una independencia revolucionaria de derechas. (hecha en el momento en que gana Arrimadas)

¿No se le dio la importancia que merecía?
Importancia, sí, merito, poco. Roma no paga a traidores y quedó en tierra de nadie, sin el respeto de la crítica, aunque cumplieran las expectativas editoriales. Todos afirman haber estado en el Mayo, pero los kronen se avergüenzan del recuerdo de estos bares de drogadictos. No pasarán a la historia, quedarán como curiosidad o fenómeno para un historiador. Belén Gopegui escribe ahora novelas mejores, filosóficas. 

¿Por qué se agotó esta escritura?
Se repetía tema y estilo hasta la saturación. El primero que pinta bigotes a la Gioconda es un genio, el segundo un imitador. Estos autores desaparecen de la noche a la mañana. La clase baja, ahora media, las rechaza. La juventud sigue necesitando una alternativa y contestación rebelde.

¿Seguía presente la sombra del franquismo?
De Lavapiés a Vallecas vuelves a ver las dos Españas. El franquismo pasa de matar a todo lo que se mueva a convencer a través del miedo, como analiza Juan Eslava Galán. Pervive el franquismo. Rajoy ya no es la provocación imperial de Aznar. Intenta dar una respuesta económica al paro juvenil a través de ayudas y trabajo temporal basura.  Ciudadanos quiere coger su relevo y le coge al PP con el paso cambiado. Apelan a la juventud apolítica, pasota y conformista del Kronen. 

¿Se dio sólo en estas ciudades cosmopolitas o llegó a Euskadi y a otras autonomías?
En Euskadi hay una cultura nacionalista propia: la del trabajo. Hemos recibido inmigración de todo el país. La otra es ocio y parece que debe ser gratuita: los versolaris y el rock radical vasco es lo más parecido a la movida. Tenemos ayudas que no se dan fuera. La alternativa es la izquierda abertzale. En Madrid y Barcelona ser artista es más digno.

¿Quiénes escriben ahora así?
La autoficción, la autobiografía confesional. Jaime Bayly, Boris Izaguirre aún reflejan la noche y las drogas, en crónicas de sí mismos. Jorge Javier Vázquez saca su autobiografía, o Belén Esteban y es un éxito. Si repites una mentira mil veces se vuelve posverdad. El tiempo y el estudioso les pondrán en su lugar. Creo que los kronen no participarían ahora con su madurez en otro fenómeno publicitario parecido. Muchos son autores de una sola novela y se han arrepentido de esas obras de juventud. No volverá a haber un Gran hermano con los primeros concursantes de la casa. Mañas se ha reciclado con su taller literario y su web. Lucía Etxebarria ha sido la única triunfadora, pero no se la respeta por mucho feminismo e izquierdismo al que se acoja. Es más una curiosidad para la televisión que un referente cultural. Vargas Llosa es un reaccionario y Cela fue censor, pero sus novelas denuncian. Almudena Grandes viene de otra cultura más radical y combativa, como su marido Luis García Montero, con más venta de libros y mayor respeto de la crítica.

 “El relevo de los mileuristas”

¿Espido Freire o Juan Manuel de Prada son miembros del Kronen?
Por edad, pero por tema e ideología se les considera de la generación siguiente: la mileurista. Juan Manuel de Prada viene de Umbral y Raúl del Pozo. Es una autoridad literaria con el que podría debatir. Llevó un programa de cine. Espido Freire fue la ganadora más joven del Planeta, pero hay muchos premiados que ni recordamos. Hace literatura, sin coletilla de femenina, pero fomenta lo extraliterario (anunciar marcas). A un hombre no se le pediría esto. Son más conservadores, pero superiores a los kronen. La novela actual carece de afiliación ideológica o tiene la económica.

¿Conoció a algún kronen o tiene alguna anécdota con ellos?
A mi amigo Montxo Armendáriz, director de Historias del Kronen, lo conocí en el Gijón. Y a Manuel Vicent o Juan Madrid, que en Días contados enfatiza lo malo de la movida: la droga, en una lectura demasiado politizada y materialista, sin analizar la ilusión que hubo.
No me ha interesado lo suficiente. Selecciono, hay mucho para leer. Estos libros los puedo comprar en mercadillos, se leen rápido, pero ya solo busco alimento y no leo por curiosidad, salvo a amigos. Conocí a la cantante Christina Rosenvinge, teníamos amigos comunes en el grupo Burning, y me presentó a su marido Ray Loriga, me pareció un chaval inquieto e interesante, aunque no lo he leído. Se casan cuando ella era aún menor, para publicitarles e impulsar ambas carreras. La leyenda dice que la cantante hizo algo más que hablar con Bob Dylan.

¿Qué tiene que pasar para que se lean estos libros en las universidades?
Que tengan calidad.



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