Entrevista corregida para mi trabajo final de grado
“Los kronen fueron la contrarreforma de la
movida. Describían la borrachera de los ninis”
Vivió en la Barcelona de la Gauche
Divine y en el Madrid de la movida.
Adolfo Castaños es un poeta del grupo del 68. Ahora reside en Éibar con su
esposa. Con ella recorrió el país recitando en su grupo poético León Felipe. No tiene más obra que la de
su blog.
¿Cómo surgió la generación Kronen o
Nocilla?
Fruto
del momento. Parece un bum, pero fue un fenómeno paulatino. Sus miembros,
inadaptados por arriba, exaltan la evasión de la droga, sin rebeldía. Su fama,
tan jóvenes, se les sube a la cabeza. Legitiman lo que criticaban. Además de su
dudosa calidad.
¿Qué diferencia a esta generación
de otras?
Mezclar
la gran o alta literatura con los Bestsellers.
Su novedad en la temática de droga, bares, sexo y rock, en el estilo realista y
en su forma de difusión. Atraía su morbo, reflejaba lugares reales, el lector
se identificaba. Era un entretenimiento sin compromiso o denuncia. Muestra y
trascribe una crónica sin critica. No quiere cambiar el mundo sino evadirse de
él. Quienes aspiraban a vivir mejor que sus padres sufragan la PlayStation de quien ni estudia ni
trabaja en estas familias rotas. A un muchacho que no ha dado palo a
bastos le regalan un Ferrari. Y desde
ese relativismo moral el esforzado es un pringado.
¿Quiénes leían estas novelas?
Más jóvenes del barrio de Salamanca que de Lavapiés. No representa a la totalidad sino a la burguesía. Fueron la contrarrevolución ideológica de la movida. Al menos, se acercó a un público joven que no leía, que las compraban como discos. Pasa ahora con la revista El Jueves.
¿De qué tratan?
Guateques
de niños no emancipados de padres medioricos, crecidos comiendo lo mejor, sin conciencia social. Se levantan
a las tres del mediodía y no hacen nada. El fin de semana se drogan. Se
aprovechan sexualmente y cosifican a la criada: un mueble o un polvo que suple
su carencia afectiva. Ilusionados, se visten para ligar, triunfar y ser
queridos. Nihilismo puro y duro e historias del vacío. De ahí, vas a la cárcel,
al psiquiátrico o a morir en el intento. No hay luz ni esperanza.
¿Fue un invento comercial este
grupo o tenía interés político?
José
Ángel Mañas fue un referente generacional y quien menos culpa tiene en esta
apuesta editorial. Políticamente sirven para olvidar la movida y neutralizar la
rebeldía, porque sus héroes fueron contraejemplos que acaban en la droga, o
marginados. Para ello instrumentalizan a estos escritores aunque no quisieran
servir al amo. El conocimiento vira a una cultura utilitaria. No importa el
arte sino colocar al hijo en la institución. Se piensa individual, no
socialmente. Si en la movida se concedía toda propuesta cultural, en los 90 se
reprende y censura, como con Franco. Los obreros pierden su trabajo en la
reconversión y van a un paro
subvencionado. Se entra en Unión Europea y en la OTAN. Pero el mismo interés
político que los promociona los destina luego al olvido.
¿Cómo era la relación de los kronen
con editores, agentes, periodistas y críticos?
En
los 90, empiezan los secretarios. Carmen Balcells fue una excepción en los
editores. Esta mujer buena de pueblo se movía ambiciosamente entre escritores
de oficio, dedicados ocho horas al día. Se preocupaba de detalles
extraliterarios: pagar un viaje, enviar flores… Los kronen empiezan por el
tejado de la promoción, sin precariedad económica y triunfan. El editor
presionaba con fechas de entrega y plazos para garantizar la difusión. Se
perdió la dignidad del escritor con los negros literarios o el 5% de
beneficios. Se expulsó a profesionales válidos, pero rebeldes, en nombre de la
democracia o de criterios económicos. Al periodista inconforme lo sustituía un
becario.
¿Hubo una evolución de la crítica
hacía ellos?
Los
críticos, mercenarios del poder, los alabaron hasta que se hizo insostenible
mantener esa farsa: seguir defendiéndolos, conscientes de que no seguían
criterios de calidad sino de rentabilidad económica. Fue una estrategia a corto
plazo. La buena literatura es minoritaria, pero el talento se reconoce tarde o
temprano, tenga la ideología que tenga. Y también la mala queda en su lugar.
¿Esa falta de calidad se debía a la
rapidez con que se escribían?
Se
debía a la presión editorial, se leían con voracidad, y había que promocionar
las obras. Quedaban bien en las solapas del libro, como famosos de Tele5. Mañas tenía los ojos azules.
“Rebeldes sin causa”
¿Vivimos en una sociedad más
conservadora que la de los 90?
Ese
aburguesamiento se ve en la sofisticación del cine de Almodóvar. Ya no quieren
heredar el trabajo del padre, sólo dinero o le roban el coche para apostar,
como en Fiebre del sábado noche. Lo
denunció muy bien Alex de la Iglesia: la bestia de El día de la bestia es el capitalismo.
¿Qué opina del lenguaje de estas
novelas?
El
registro vulgar ha existido siempre y la literatura costumbrista refleja el
habla coloquial. Es un valor para no tirarla a la basura. No critica el
machismo, racismo u homofobia de la jerga, lo muestra diciendo: Hay esto, va a
seguir habiéndolo y no se puede combatir. Y en esta asepsia va implícita la
marginación de quien lo critique.
¿Con estas referencias
cinematográficas se cuestionaba la propia literatura?
Los
kronen nacen en una cultura audiovisual. Si tenemos fotografía, ¿para qué
describir lugares? Dicen que las humanidades, la filosofía, la historia o la
novela han muerto y lo dicen quienes la quieren matar, como Francis Fukuyama,
“el último hombre”. Pero los hijos que matamos gozan de buena salud y cada vez
hay más estudiantes en Filosofía y Letras. Se sigue alzando la lanza contra
nuevos molinos e injusticias.
¿Por qué la movida se expresó
musicalmente y los kronen literariamente?
La
movida tuvo poca difusión literaria: poemarios y revistas, pero sí crónica
periodística, durante y después. No dio tiempo a asimilarla y cristalizarla en
novela. Queda como historia musical. Había que vivir esa lucha antifranquista
más que contarla, y gritar como en Mayo del 68 al ocupar la Sorbona: Imaginación al poder, La respuesta está en el viento, Prohibido
prohibir; Seamos realistas, pidamos lo imposible. Avanzada la transición,
se decepcionan. La nueva generación se tiñe el pelo de azul eléctrico, se
droga, y cuestiona el sesentayochismo. El futuro era rentabilizarse de hippy a
yuppy. Se margina la poesía de denuncia.
¿Cuándo se empieza a notar el final
de la movida? ¿O seguimos en ella?
Cuando
“el faraón” Gallardón o Esperanza Aguirre ya no dejan fumar en el bar y entran
los del PP con traje y corbata de pingüinos a las discotecas, decía Antonio de
Villena. Con el PSOE la sociedad se narcotiza y no protesta. El PP fue más
agresivo, pero había algo que criticar. De los 90 sólo añoro las conversaciones
intelectuales bebiendo, la borrachera de ahora es de un nihilismo preocupante.
Ahora van turistas a estos bares.
¿Va a haber ahora un renacimiento
cultural como el de la movida?
Hubo
una micromovida con Zapatero, el 15 M, Podemos, Manuela Carmena o Ada Colau.
Aunque se estableciera la Tercera República todo aquello no volverá. Tampoco en
Barcelona, aunque haya una independencia revolucionaria de derechas. (hecha en el momento en que gana Arrimadas)
¿No se le
dio la importancia que merecía?
Importancia,
sí, merito, poco. Roma no paga a traidores y quedó en tierra de nadie, sin el
respeto de la crítica, aunque cumplieran las expectativas editoriales. Todos
afirman haber estado en el Mayo, pero los kronen se avergüenzan del recuerdo de
estos bares de drogadictos. No pasarán a la historia, quedarán como curiosidad
o fenómeno para un historiador. Belén Gopegui escribe ahora novelas mejores,
filosóficas.
¿Por qué se agotó esta escritura?
Se
repetía tema y estilo hasta la saturación. El primero que pinta bigotes a la Gioconda es un genio, el segundo un
imitador. Estos autores desaparecen de la noche a la mañana. La clase baja,
ahora media, las rechaza. La juventud sigue necesitando una alternativa y
contestación rebelde.
¿Seguía presente la sombra del franquismo?
De
Lavapiés a Vallecas vuelves a ver las dos Españas. El franquismo pasa de matar
a todo lo que se mueva a convencer a través del miedo, como analiza Juan Eslava
Galán. Pervive el franquismo. Rajoy ya no es la provocación imperial de Aznar.
Intenta dar una respuesta económica al paro juvenil a través de ayudas y
trabajo temporal basura. Ciudadanos
quiere coger su relevo y le coge al PP con el paso cambiado. Apelan a la
juventud apolítica, pasota y conformista del Kronen.
¿Se dio sólo en estas ciudades
cosmopolitas o llegó a Euskadi y a otras autonomías?
En
Euskadi hay una cultura nacionalista propia: la del trabajo. Hemos recibido
inmigración de todo el país. La otra es ocio y parece que debe ser gratuita: los
versolaris y el rock radical vasco es lo más parecido a la movida. Tenemos
ayudas que no se dan fuera. La alternativa es la izquierda abertzale. En Madrid
y Barcelona ser artista es más digno.
¿Quiénes escriben ahora así?
La
autoficción, la autobiografía confesional. Jaime Bayly, Boris Izaguirre aún
reflejan la noche y las drogas, en crónicas de sí mismos. Jorge Javier Vázquez
saca su autobiografía, o Belén Esteban y es un éxito. Si repites una mentira
mil veces se vuelve posverdad. El tiempo y el estudioso les pondrán en su lugar.
Creo que los kronen no participarían ahora con su madurez en otro fenómeno
publicitario parecido. Muchos son autores de una sola novela y se han
arrepentido de esas obras de juventud. No volverá a haber un Gran hermano con los primeros
concursantes de la casa. Mañas se ha reciclado con su taller literario y su
web. Lucía Etxebarria ha sido la única triunfadora, pero no se la respeta por
mucho feminismo e izquierdismo al que se acoja. Es más una curiosidad para la
televisión que un referente cultural. Vargas Llosa es un reaccionario y Cela
fue censor, pero sus novelas denuncian. Almudena Grandes viene de otra cultura
más radical y combativa, como su marido Luis García Montero, con más venta de
libros y mayor respeto de la crítica.
“El relevo de los mileuristas”
¿Espido Freire o Juan Manuel de
Prada son miembros del Kronen?
Por
edad, pero por tema e ideología se les considera de la generación siguiente: la
mileurista. Juan Manuel de Prada viene de Umbral y Raúl del Pozo. Es una autoridad
literaria con el que podría debatir. Llevó un programa de cine. Espido Freire
fue la ganadora más joven del Planeta, pero hay muchos premiados que ni
recordamos. Hace literatura, sin coletilla de femenina, pero fomenta lo
extraliterario (anunciar marcas). A un hombre no se le pediría esto. Son más
conservadores, pero superiores a los kronen. La novela actual carece de
afiliación ideológica o tiene la económica.
¿Conoció a algún kronen o tiene
alguna anécdota con ellos?
A
mi amigo Montxo Armendáriz, director de Historias
del Kronen, lo conocí en el Gijón. Y
a Manuel Vicent o Juan Madrid, que en Días
contados enfatiza lo malo de la movida: la droga, en una lectura demasiado
politizada y materialista, sin analizar la ilusión que hubo.
No
me ha interesado lo suficiente. Selecciono, hay mucho para leer. Estos libros
los puedo comprar en mercadillos, se leen rápido, pero ya solo busco alimento y
no leo por curiosidad, salvo a amigos. Conocí a la cantante Christina Rosenvinge,
teníamos amigos comunes en el grupo Burning, y me presentó a su marido Ray
Loriga, me pareció un chaval inquieto e interesante, aunque no lo he leído. Se
casan cuando ella era aún menor, para publicitarles e impulsar ambas carreras.
La leyenda dice que la cantante hizo algo más que hablar con Bob Dylan.
¿Qué tiene que pasar para que se
lean estos libros en las universidades?
Que
tengan calidad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario